Bible Commentaries
1 Tesalonicenses 3

Comentario de Grant sobre la BibliaComentario de Grant

Versículos 1-13

Pablo hab�a sido empujado por la persecuci�n desde Tesal�nica, luego de Berea a Atenas. Solo en Atenas por un tiempo ( Hechos 17:1 ), envi� un mensaje para que Silas y Timoteo vinieran a �l r�pidamente (17:15). Evidentemente, Timothy al menos lo hab�a hecho. En cuanto a Silas, no parece claro. Pero Pablo envi� a Timoteo de Atenas a Tesal�nica, aunque no pod�a ir �l mismo y sin duda detestaba estar sin la ayuda de Timoteo.

M�s tarde, tanto Silas como Timoteo se reunieron con Pablo en Corinto ( Hechos 18:5 ), pero en cuanto a los movimientos de Silas mientras tanto, parece que las Escrituras no dan ninguna indicaci�n.

En cuanto al vers�culo 2, parece que una traducci�n m�s correcta es "Timoteo, nuestro hermano y colaborador bajo Dios en el evangelio de Cristo". Pablo evidentemente ten�a confianza en la fidelidad de Timoteo al cuidar el estado de sus almas y estaba especialmente preocupado de que las persecuciones que soportaban los santos en Tesal�nica no tendieran a desanimarlos. Su trabajo fue primero establecerlos, es decir, por supuesto, proporcionar el ministerio de la Palabra que es una base para una firme estabilidad s�lida al defender a Dios, luego consolarlos o animarlos. Por supuesto, establecer est� m�s relacionado con la ense�anza, mientras que animar es m�s bien pastorear o trabajo pastoral. Qu� bueno si ambos se ven juntos.

Si estuvi�ramos demasiado angustiados o conmovidos por las aflicciones, �no ser�a bueno recordar "que estamos destinados a ello"? Parece que los santos de Dios necesitan constantemente este recordatorio, y el ap�stol les recuerda que cuando estuvieron con ellos dejaron en claro de antemano que sufrir�an tribulaci�n. As� result�, ya que ellos mismos fueron testigos. Sin embargo, podemos olvidar con demasiada facilidad lo precioso que es el privilegio de sufrir por causa del Se�or. La naturaleza humana buscar� un escape de esto, de modo que el hecho de que Pablo env�e a Timoteo tan pronto despu�s de su visita sea f�cilmente comprensible.

Pablo no ignoraba las maquinaciones de Satan�s, y su gran preocupaci�n por la preservaci�n de los tesalonicenses pod�a satisfacerse nada menos que con conocer su estado. Satan�s tiene muchos medios para hacer a un lado a las almas j�venes con tentaciones que atraen fuertemente, y el ap�stol estaba m�s preocupado de que sus labores no resultaran en vano en lo que respecta a los tesalonicenses. Pero el regreso de Timoteo trajo las buenas nuevas de su fe y amor continuos, as� como del anhelo de ver a los siervos del Se�or.

Note nuevamente este triplete de bendici�n: fe, amor y esperanza. Esta noticia para el ap�stol fue una gran recompensa de consuelo en vista de su aflicci�n y angustia continuas, un testimonio de que val�a la pena. Pero es por la fe de ellos que �l es consolado, ese dulce principio que mira al Dios vivo por encima y m�s all� de todas las cosas presentes. Porque la vida de ap�stol val�a la pena vivir cuando sus conversos permanec�an firmes en el Se�or.

�Cu�n dif�cil en verdad para el alma del siervo si es de otra manera! El ap�stol tambi�n sab�a algo de esto, especialmente en sus �ltimos a�os cuando todos en Asia lo abandonaron ( 2 Timoteo 1:15 ), y de hecho en lo que respecta a los g�latas, de quienes ten�a serias dudas, despu�s de haberles dedicado mucho trabajo. ( G�latas 4:19 ). Por supuesto, podemos esperar que en el �ltimo caso su ep�stola se use para su recuperaci�n.

Versos 9-10. La profunda acci�n de gracias de los siervos del Se�or por causa de los tesalonicenses es sin duda una lecci�n de gran valor para nosotros. No fue solo acci�n de gracias, sino un gozo precioso como delante de Dios que llen� sus corazones hasta tal punto que oraron "en gran manera" por el privilegio de volver a ver los rostros de estos amados conversos, junto con el deseo de ministrar lo que suplir�a. cualquier cosa que pudiera faltar en su fe. Buscaron nada menos que la plenitud de la bendici�n para estas preciosas almas.

El vers�culo 11 se traduce m�s correctamente, "Pero nuestro Dios y Padre mismo y nuestro Se�or Jes�s nos dirigen nuestro camino hacia ti" (Biblia num�rica). No hay raz�n para que se agregue el t�tulo oficial "Cristo" en un deseo afectuoso como este. Sin embargo, esta esperanza es evidentemente diferida por m�s de cuatro a�os, porque no leemos del regreso de Pablo a Macedonia hasta que en Hechos 19:21 se propuso pasar por all�, un deseo cumplido en Hechos 20:1 . Se considera que fue la primavera del 57 d.C. De modo que sus oraciones fueron respondidas, pero sin duda no tan pronto como esperaban. Estas son consideraciones muy reales para nuestras propias almas.

Pero bien podemos hacernos eco en nuestro propio nombre de la oraci�n del vers�culo 12, por el aumento y la abundancia del amor hacia los santos de Dios y hacia todos los hombres. Con qu� facilidad perdemos de vista este car�cter primordial y vital del cristianismo, de modo que el amor se desvanece en lugar de aumentar. Si el crecimiento en el conocimiento disminuye el amor, hay algo que falta mucho en ese conocimiento. Si es verdaderamente el conocimiento del Se�or Jes�s, aumentar� el amor. Pablo y sus compa�eros fueron un ejemplo vivo de esto en su abundante amor hacia los tesalonicenses.

Pero esta oraci�n ten�a el fin de que sus corazones se establecieran sin culpa en la santidad en la venida del Se�or Jes�s. El fin de todos los meros evangelios sociales son circunstancias m�s c�modas en la tierra, pero el ap�stol busca la santidad completamente sin culpar a la venida del Se�or. El car�cter presente del creyente, por lo tanto, debe formarse por esta pura anticipaci�n. Sin embargo, observemos aqu� que es Su venida "con todos Sus santos", es decir, cuando se manifiesta en gloria al final del per�odo de tribulaci�n.

Ciertamente, la Iglesia habr� sido llevada al cielo antes de esto, o no podr�an venir con �l. Pero no es del rapto de lo que habla aqu�. M�s bien, es el d�a en que toda la creaci�n ser� testigo de la santidad indiscutible de los santos que en la tierra "padecieron con Cristo", despreciados, censurados, rechazados. �Qu� diferencia entonces! Pero tal entrenamiento ahora tiene en vista un fin tan incomparable.

Información bibliográfica
Grant, L. M. "Comentario sobre 1 Thessalonians 3". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lmg/1-thessalonians-3.html. 1897-1910.