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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Grant sobre la Biblia Comentario de Grant
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
Información bibliográfica
Grant, L. M. "Comentario sobre 2 Chronicles 9". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lmg/2-chronicles-9.html. 1897-1910.
Grant, L. M. "Comentario sobre 2 Chronicles 9". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/
Versículos 1-31
LA VISITA DE LA REINA DE SHEBA
(vv.1-12)
El informe de la visita de la reina de Saba con Salom�n difiere s�lo en algunos detalles del informe en 1 Reyes 10:1 . Pero su visita es una hermosa imagen del gran inter�s en el Se�or Jes�s que se despertar� entre los gentiles cuando tome Su reino, y la alegre respuesta cuando sean testigos de Su sabidur�a y Su gloria.
Ella vino a ponerlo a prueba con preguntas dif�ciles. Cualesquiera que sean las preguntas dif�ciles que tengamos, se puede confiar en que el Se�or Jes�s responder� cualquier cosa que valga la pena responder de tal manera que nos traiga la m�xima satisfacci�n. Ella le habl� de todo lo que hab�a en su coraz�n. �Desnudamos completamente nuestros corazones al Se�or Jes�s con la voluntad de aceptar cualquier respuesta que �l d�? Si tenemos confianza en �l. esto no deber�a ser dif�cil, ya sea que la respuesta sea tan agradable como deseamos o no.
La reina de Sab� vino con un gran s�quito, trayendo especias, oro y piedras preciosas (v.1). Salom�n respondi� a todas sus preguntas. �Cu�nto m�s capaz es el Se�or Jes�s que Salom�n para responder cualquier pregunta que podamos tener! 1 Reyes 4:32 nos dice que Salom�n escribi� 3,000 proverbios y compuso 1,005 canciones; y que hablaba de �rboles, desde el cedro hasta el hisopo, de animales, p�jaros, reptiles y peces.
Pero no pod�a hablar de las cosas celestiales a las que se refer�a el Se�or Jes�s en Juan 3:12 , porque no pod�a conocerlas, ya que en ese momento no fueron reveladas por Dios. Hoy son las cosas celestiales las que deber�an tener un inter�s m�s absorbente para nosotros, y el Se�or Jes�s puede responderlas por nosotros.
Pero la Reina vio la sabidur�a de Salom�n en la casa que hab�a construido y el sorprendente orden de su casa, todo lo cual, aunque literal, era una imagen del orden m�s hermoso de la casa de Dios, la Iglesia, hoy. "La comida de su mesa" nos recuerda que el Se�or Jes�s ha hecho una provisi�n maravillosa para el sustento y la bendici�n de Sus santos en relaci�n con Su casa, que es la Iglesia (todos los creyentes de la presente dispensaci�n).
El Se�or nos dice: "Mi carne es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida" ( Juan 6:55 ). Tenerlo a �l como Aquel que se dio a s� mismo en sacrificio por nosotros es comida y bebida maravillosas.
"El asiento de sus siervos" habla de la colocaci�n de cada creyente en su lugar apropiado, sentado para escuchar la sabidur�a de su Se�or, porque debe haber una atenci�n silenciosa a las instrucciones del Se�or antes de que pueda haber un servicio apropiado. Pero el servicio sigue, por "el servicio de sus camareros", como se agrega aqu�. El servicio ordenado en la Iglesia de Dios ciertamente no debe ser menos observado que en la casa de Salom�n, y si estamos sujetos a la Palabra de Dios, nuestro servicio ser� bueno y aceptable.
Su vestimenta tambi�n se menciona aqu�, que sin duda fue muy atractiva, porque habla de la justicia de Cristo, ya que Dios nos ve como "en Cristo" ( 1 Corintios 1:30 ).
"Sus coperos y sus ropas" habla de creyentes que entregan en la mano del Se�or lo que refresca y deleita Su coraz�n. �No nos recuerda esto la cena del Se�or y el privilegio de darle placer y honor al Se�or Jes�s con la alabanza y adoraci�n de nuestro coraz�n? Su ropa tambi�n era apropiada, no los "harapos de inmundicia" de su propia justicia propia, sino las "vestiduras de salvaci�n" provistas por el Rey.
Adem�s, la Reina de Saba observ� "la subida" o calzada por la cual Salom�n subi� desde su propia casa hasta la casa del Se�or (v. 4). Aparentemente, ninguna escritura describe este ascenso, que debe haber sido digno de menci�n, pero el significado espiritual de este es el hecho m�s importante. Dado que la casa de Salom�n representa a la Iglesia en la tierra y el templo habla de la casa del Padre en gloria, entonces el ascenso seguramente simboliza el Rapto, cuando los creyentes ser�n arrebatados para estar para siempre con el Se�or.
Si los hechos maravillosos de la sabidur�a y la gloria de Salom�n que se ven en todas estas cosas hicieron que la Reina de Sab� "no tuviera m�s esp�ritu en ella", �qu� hay de los hechos m�s maravillosos de la sabidur�a y la gloria del Se�or Jes�s manifestados en el orden en que �l? se ha establecido en la Iglesia de Dios, culminando en la promesa de Su venida para arrebatar a todos los creyentes a Casa a la presencia de Su gloria?
Cualquiera que haya sido testigo de la verdad de las Escrituras en cuanto a la sabidur�a del Se�or Jes�s en el orden de Su casa (la Iglesia) seguramente debe hacerse eco de las palabras de la Reina de Saba: "Fue un informe verdadero que o�" (v.5) . Por lo general, es un informe que primero despierta el inter�s de la gente en la verdad de Dios, aunque al principio podemos ser como la reina de Saba, quien dijo: "No cre� sus palabras hasta que vine y vi con mis propios ojos" (v. .6). �No es cierto tambi�n que hemos probado el hecho de que "la mitad de la grandeza de tu sabidur�a (la del Se�or Jes�s) no me fue contada"?
Ella no mostr� celos de Salom�n, sino m�s bien un deleite genuino al reconocer la bondad de Dios para con los siervos de Salom�n y para todo Israel al darles un rey as� (vv. 7-8) a trav�s de cuya sabidur�a podr�an ser tan bendecidos. Esto anticipa el d�a en que el Se�or Jes�s se manifieste en Su gloria y belleza a la naci�n de Israel y ante todo el mundo. �Dios obrar� de tal manera en los corazones de los gentiles redimidos entonces que ya no tendr�n una actitud de enemistad hacia Israel, sino un deleite genuino en su exaltaci�n!
Los obsequios de la reina de Saba a Salom�n fueron bastante sorprendentes, �porque los 120 talentos de oro equivalen a $ 855,000 en 1998! El oro habla de la gloria de Dios, mientras que esa gran cantidad de especias habla de las fragantes virtudes del Se�or Jes�s, el Hijo de Dios, y la cantidad de piedras preciosas habla del fruto del Esp�ritu de Dios. Esto ilustra lo que es la verdadera adoraci�n en este momento, es decir, la respuesta del coraz�n a la obra de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Esp�ritu Santo. No hay obra de la carne en esto, sino la que es producida por el poder soberano y la gracia de Dios.
La fe y el afecto personales se enfatizan en los dones de la reina de Saba, mientras que en los vers�culos 10 y 11 vemos la provisi�n hecha por Hiram, un rey gentil y algunos siervos de Salom�n para pasarelas e instrumentos de m�sica. Los dones de la reina de Saba hablan de adoraci�n al Se�or, pero los otros son secundarios a la adoraci�n, pero preciosos no obstante, porque hablan de andar en los caminos de Dios y regocijarse en lo que agrada a Dios.
Pero la reina de Saba no se empobreci� al dar a Salom�n, as� como los creyentes de hoy no sufren carencia porque dan al Se�or. De hecho, Salom�n le dio a la Reina todo lo que ella deseaba y mucho m�s, y esto no es menos cierto de la misericordia del Se�or Jes�s, como nos asegura Salmo 27:4 "Del�itate en el Se�or, y �l te dar� t� los deseos de tu coraz�n ". As�, en verdad, el Se�or siempre nos dar� mucho m�s de lo que le damos.
LA RIQUEZA DE SALOM�N
(vv.13-28)
Claramente fue el Se�or quien dot� a Salom�n de riquezas mucho mayores que las que jam�s haya tenido ning�n reino, porque en esto �l proporcion� una peque�a imagen de la riqueza del reino del Se�or Jes�s cuando �l toma Su trono. El peso del oro que recibi� Salom�n en un a�o fue de 666 talentos (v.13). Al valor actual (1998) esto ascender�a a m�s de cuatro millones 700 mil d�lares. Pero a esto se sumaba lo que los mercaderes, comerciantes y los reyes de Arabia y gobernadores tra�an en el camino del oro y la plata.
Se utiliz� algo de oro para hacer 200 escudos grandes (de 300 siclos) y 300 escudos de la mitad del peso. Estos fueron puestos en la Casa del Bosque del L�bano (v.16). Esta casa no era una vivienda, sino que ten�a las oficinas de la administraci�n del reino, de modo que los escudos hablan de defensa en el lugar donde se manten�an los intereses del reino.
Salom�n tambi�n ten�a un gran trono de marfil revestido de oro (v.17). Esto fue en la Casa del Bosque del L�bano, colocado en un Sal�n especial hecho para �l, llamado Sal�n del Juicio ( 1 Reyes 7:7 ). Seis escalones ascendieron al trono. Un escabel de oro estaba sujeto al trono, y junto a los reposabrazos hab�a dos leones de oro, uno a cada lado. Engrase cada lado de los seis escalones que hab�a un le�n (v.19), por lo que hab�a 12 leones en los escalones, sin duda representando a las 12 tribus de Israel.
En la casa de Salom�n, todos los vasos para beber eran de oro, y los vasos en la casa del bosque del L�bano eran de oro. Ninguno era plata, porque la plata no se contaba como nada en el reino de Salom�n (v.20). El oro simboliza la gloria de Dios, que ser� predominante en el reino milenial del Se�or Jes�s.
Cada tres a�os, Salom�n envi� barcos a Tarsis, solicitando la ayuda de los siervos de Hiram, para llevar a Israel oro, plata, marfil, simios y pavos reales (v.21). Por lo tanto, tuvo la cooperaci�n de los gentiles en tales esfuerzos, como ser� cierto en el futuro reino de Israel. De modo que Salom�n sobrepas� a todos los reyes de la tierra en riquezas y sabidur�a, aunque solo proporciona una vaga imagen de la mayor gloria del "reino del mundo" del Se�or Jes�s.
La gloria de Salom�n impuls� a otros reyes a traerle presentes, art�culos de plata y oro, vestidos, armaduras, especias, caballos y mulas, a una tarifa fija cada a�o, lo que indica que estaba destinado a ser un tributo (v.24). Esto se compara con Zacar�as 14:16 , que habla del reconocimiento de la autoridad del Rey de reyes en el milenio, con todas las naciones llamadas a darle honor cada a�o.
Aunque Salom�n no tuvo guerras, estaba completamente preparado en caso de que la guerra se levantara contra �l. Ten�a 4.000 puestos para caballos y carros, estacionados en ciudades de carros declaradas y en Jerusal�n. En esto se nos recuerda que el Se�or Jes�s proporcionar� protecci�n completa para Israel en el milenio.
El vers�culo 26 habla de Salom�n reinando sobre todos los reyes desde el r�o (el �ufrates) hasta la tierra de los filisteos, hasta la frontera de Egipto. Esta no era toda la tierra prometida por Dios a Abraham ( G�nesis 15:18 ), porque solo el reino del Se�or Jes�s lograr� esto. Los vers�culos 27-28 describen la abundancia con la que Israel ser� bendecido cuando el Se�or Jes�s reine.
Tres profetas registraron informaci�n adicional sobre el reinado de Salom�n (v.29), pero estos registros no son Escritura y no se han conservado. Salom�n rein� durante cuarenta a�os, al igual que su padre David, y fue sepultado en Jerusal�n. Su hijo Roboam tom� el trono.