Bible Commentaries
Colosenses 1

Comentario de Grant sobre la BibliaComentario de Grant

Versículos 1-29

EL SALUDO

(contra 1-2)

Pablo escribe con autoridad apost�lica y por voluntad de Dios, de modo que la sujeci�n total a lo que escribe es justamente necesaria por parte de los creyentes. Sin embargo, agrega, "y Timoteo nuestro hermano", porque no es s�lo la verdad objetiva lo que est� presentando, sino mucho de lo subjetivo, el ejercicio de despertar en nosotros de "honrar a Dios", el significado del nombre de Timoteo. Lo objetivo trata con hechos que son absolutos, aparte de c�mo nos sentimos acerca de ellos.

Lo subjetivo se refiere a nuestra respuesta a la verdad, es decir, c�mo nos afecta. Sin embargo, tenga en cuenta que no es "Pablo y Timoteo" como en Filipenses, una ep�stola pastoral, sino que Timoteo agreg� despu�s de que se afirma el apostolado de Pablo. Esto implica que las verdades absolutas dadas por Pablo son m�s importantes que la forma en que nos afectan, pero deber�an tener un efecto adecuado.

"Los santos y los hermanos fieles" (v.2) no son dos clases de personas, sino lo mismo, porque �l no habla de la medida de su fidelidad, sino del hecho, porque el nuevo nacimiento hace a uno fiel en cualquier medida. Como en otras ep�stolas, Pablo desea a los hermanos colosenses la gracia que eleva sus almas por encima de las circunstancias, y la paz que es el bienestar tranquilo en todas las circunstancias. Esto s�lo puede emanar de Dios Padre y del Se�or Jesucristo que revela al Padre.

EL FRUTO DE SU FE

(contra 3-8)

Antes de animarlos o exhortarlos, Pablo da gracias por ellos a Dios Padre y al Se�or Jesucristo, que tanto ha obrado en gracia en sus corazones. La oraci�n por ellos acompa�a a la acci�n de gracias, porque or� incesantemente por los colosenses desde que escuch� su fe en Cristo y su amor por todos los santos. Pablo a�n no hab�a visto a estos santos, pero su coraz�n no est� menos con ellos.

En el vers�culo 4, la esperanza se suma a la fe y al amor, la esperanza que est� depositada en el cielo. La esperanza en las Escrituras no es algo incierto, sino anticipaci�n en cuanto al futuro, sin dudas de lo que implica. En Colosenses, las bendiciones celestiales se ven como una esperanza futura, aunque en Efesios estas bendiciones se consideran una posesi�n presente, que se disfruta ahora. Ambos son completamente ciertos, pero el punto de vista es diferente. Los colosenses hab�an o�do antes de esta esperanza, porque era una parte preciosa de la palabra de la verdad del evangelio que hab�an recibido (v.5). Pero era necesario inculcarles esta perspectiva, ya que viajaron por un desierto, expuestos a los peligros y tentaciones presentes. �Cu�n imperativo es para todos nosotros tener presente el fin!

Este mismo evangelio hab�a dado fruto en todo el mundo, as� como en ellos, por lo que no estaban aislados, lo sintieran o no. El fruto hab�a llegado desde el d�a en que escucharon y conocieron la gracia de Dios en verdad (v.6). �Precioso aliento en cuanto al poder de la verdad que hab�an aprendido!

Epafras probablemente hab�a escuchado el evangelio de Pablo durante la larga estad�a de Pablo en �feso, porque Colosas no estaba lejos de all�; y Epafras, a su vez, lo hab�a llevado a Colosas, su propia casa (cap. 4:12). Pablo se deleit� con esta noticia de su "querido consiervo", a quien elogia como un fiel ministro de Cristo. Fue su amor en el Esp�ritu lo que Epafras declar� a Pablo y Timoteo porque Pablo no hab�a visto sus rostros en la carne (cap.

2: 1). Esta es la �nica menci�n del Esp�ritu Santo en Colosenses, que no da ninguna doctrina acerca de �l en absoluto, en contraste con Romanos, G�latas y Efesios. Aqu�, m�s bien, el Esp�ritu Santo est� llamando la atenci�n sobre la Persona de Cristo como alimento suficiente para el desierto y, por lo tanto, no dice nada de s� mismo. El "amor en el Esp�ritu" es entonces el amor de otro, aunque no tenga un contacto personal directo "en la carne".

ORACION Y ACCION DE GRACIAS

(vs 9-14)

Su amor en el Esp�ritu mueve los corazones de Pablo y Timoteo a orar por ellos. La diferencia entre esta oraci�n y las de Efesios (Cap. 1 y Cap. 3) debe notarse cuidadosamente. En Efesios 1:1 Pablo ora por la sabidur�a y el entendimiento de los santos en cuanto a sus propias bendiciones. En Efesios 3:1 ora por su estado espiritual apropiado al disfrutar del amor de Cristo.

Pero aqu� en Colosenses �l desea que puedan estar llenos del conocimiento de la voluntad de Dios, no simplemente para entender Sus consejos, sino para discernir y actuar sabiamente sobre lo que es la voluntad de Dios, para que Su voluntad dirija su andar. No es aqu� un andar "digno del llamamiento" ( Efesios 4:1 ), sino "digno del Se�or", porque si vemos en Colosenses un andar de car�cter subjetivo apropiado, el Se�or mismo personalmente es el poder objetivo para este .

"Agradarle plenamente" (v. 10) implica cada detalle de la vida, que sin duda es de vital valor para ser fruct�fero en toda buena obra. No se trata simplemente de evitar el mal craso, sino de hacer el bien de manera positiva. Las oportunidades para esto son innumerables. Si las aprovechamos, no tendremos tiempo para cosas meramente negativas. Tambi�n aumentaremos en el hacer el bien "por el conocimiento de Dios", porque en �l est� la bondad pura, y cuanto mejor lo conocemos, m�s aumentaremos en bondad.

Lo m�s sorprendente es la verdad del vers�culo 11. Se podr�a pensar en "fortalecidos con todas las fuerzas, seg�n su glorioso poder" en relaci�n con el logro de logros sobresalientes para Dios, pero ese no es el caso. M�s bien, tal fuerza le da a uno las caracter�sticas humildes de "toda paciencia y longanimidad con gozo". Esta es la verdadera fuerza espiritual, bellamente conectada con "Su glorioso poder".

"Deseemos grandemente y hagamos uso de tal poder en la humilde y viviente realidad, porque este es un poder por el cual somos controlados, nosotros que por naturaleza somos rebeldes como el potro de un burro salvaje. La paciencia y la longanimidad aqu� son no es una cosa forzada o desagradable, sino que va acompa�ada de un gozo genuino. �Preciosa evidencia de la verdadera obra de Su glorioso poder en una d�bil vasija de barro!

El vers�culo 12 contin�a el deseo de Pablo en oraci�n por ellos, para que se los encontrara dando gracias al Padre. La oraci�n luego se fusiona con una declaraci�n de la verdad que es motivo de acci�n de gracias de todo coraz�n al Padre. Primero, �l ya "nos calific� para ser part�cipes de la herencia de los santos en luz". En virtud de la redenci�n, nos ha dado el t�tulo de la herencia, pero adem�s nos ha preparado para la herencia mediante la impartici�n de una nueva vida que es plenamente conforme con el car�cter santo de la herencia.

Esto es luz pura, luz que hace que todo se manifieste como realmente es, en una esfera donde el creyente est� perfectamente en casa, pero una esfera que ser�a intolerable para un incr�dulo, ya que la luz expondr�a su culpa.

El vers�culo 13 agrega a esto otra obra ya cumplida del Padre: "�l nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha llevado al reino del Hijo de su amor". El creyente ya no est� en tinieblas y no anda en tinieblas, sino en la luz. Es otro asunto completamente diferente en cuanto a cu�n plenamente permite que la luz tenga lugar en su coraz�n y en su vida, sin embargo, est� completamente liberado de la autoridad de las tinieblas.

El poder sat�nico ya no tiene autoridad sobre �l. Satan�s sigue siendo su enemigo astuto, pero no su amo. Su Maestro ahora es el Hijo del amor del Padre: ahora est� en Su reino. Este es un aspecto del reino de Dios en el que solo se incluyen los verdaderos creyentes. Desde otro punto de vista, el reino puede incluir simplemente el cristianismo profesante ( Mateo 13:24 ; Mateo 13:38 ), pero no aqu�.

El vers�culo 14 es tan absoluto como para presentar una bendici�n consumada como lo son los vers�culos 12 y 13. Todos los creyentes "tienen redenci�n por su sangre, el perd�n de los pecados". La redenci�n es la liberaci�n total de la persona de la esclavitud mediante un precio pagado, el precio de la sangre de Cristo. El perd�n de los pecados es una completa descarga de aquellas cosas por las que hab�amos ofendido a nuestro Creador. No se nos reprocha nada, porque la sangre de Cristo ha respondido por todo.

LAS DIGNIDADES DE LA PERSONA DE CRISTO

(vs 15-19)

En los vers�culos 12-14 hemos visto esas bendiciones por las que damos gracias. Ahora, en estos vers�culos consideramos la preciosidad de la Persona del Se�or Jes�s en quien se encuentran todas estas cosas. Lo que ha hecho ahora da lugar a quien es �l, "la imagen del Dios invisible (v. 15). Ad�n fue hecho a la imagen de Dios: Cristo es la imagen de Dios, la representaci�n completa y visible de Aquel a quien nadie el ojo ha visto o puede ver.

Para ser esto, Cristo no puede ser menos que personalmente Dios. Ad�n fue creado para representar a Dios en cierta medida; Cristo es la representaci�n de Dios, una diferencia infinita. Tambi�n �l es el primog�nito de toda la creaci�n "As� como Rub�n fue apartado como primog�nito de Jacob y los derechos del primog�nito fueron dados a Jos�, un tipo de Cristo, as� Ad�n es totalmente descartado a causa del pecado y Cristo recibe el lugar del primog�nito, aunque vino al mundo siglos despu�s.

De hecho, el mero hecho de qui�n es �l le da prioridad sobre todos los que lo han precedido hist�ricamente. Esto se ve en el vers�culo 16. Marque la palabra "Porque". Puesto que �l es el creador de "todas las cosas que est�n en el cielo y que est�n en la tierra, visibles e invisibles, entonces ciertamente, cuando �l entra en Su propia creaci�n, �l correctamente toma el lugar del Primog�nito de Dios: todos los dem�s deben ceder el paso a �l. Como Creador �l es, por supuesto, el Dador de vida, una prerrogativa absoluta y �nica del Dios Viviente.

Ha tra�do a la existencia todas las cosas visibles e invisibles. Por lo tanto, ning�n lugar es demasiado alto para �l. �l es Cabeza en Su propia creaci�n. Cualquiera que sea el lugar de dignidad, se�or�o o autoridad que �l haya dado a otros en Su creaci�n, ya sean ang�licos o humanos, �l est� muy por encima de todos ellos. Adem�s, no solo han sido creados por �l, sino para �l (v.16). Son Su propia posesi�n, para Su propio placer, para Su propia gloria. Sin embargo, Su incomparable amor y Su gracia han obrado tanto en los corazones de Sus santos redimidos como para darles un placer indecible en el hecho de que �l haya recibido placer.

El vers�culo 17 nos muestra las dos caracter�sticas sobresalientes de Su liderazgo, primero Su precedencia antes que todas las cosas: "�l es antes de todas las cosas", y en segundo lugar Su suficiencia de provisi�n para la subsistencia de toda la creaci�n: "En �l todas las cosas subsisten". Requiri� Su infinito poder creador para traer todas las cosas a la existencia, y no requiere menos poder continuamente para mantenerlo en existencia.

El vers�culo 18 a�ade a esto otra gran dignidad que le pertenece: "�l es la Cabeza del cuerpo, la Iglesia". La palabra griega "ekkiesia" se traduce como "iglesia" o "asamblea". Su significado es simplemente "una reuni�n", indicando la verdad de lo que Santiago dijo al consejo de hermanos en Jerusal�n, "Dios visit� por primera vez a los gentiles para tomar de ellos un pueblo para su nombre" ( Hechos 15:14 ). .

Es un contraste con la palabra "sinagoga" que significa "reuni�n". Porque en el cristianismo, Dios est� sacando de las naciones (tanto jud�as como gentiles) un grupo al que llama "la Asamblea", los redimidos por la sangre de Cristo y en los que habita el Esp�ritu Santo de Dios. Los est� sacando del mundo con miras a llevarlos al cielo. Cristo es la Cabeza de este cuerpo, la Iglesia. �l es la fuente de toda inteligencia, gu�a y alimento.

Colosas hab�a sido amenazado con influencias de la filosof�a y el misticismo, y se les debe recordar que la creaci�n misma tiene una sola Cabeza, el Se�or Jes�s, y la Asamblea, el cuerpo de Cristo, no puede tener otra Cabeza que �l. Toda sabidur�a procede de �l, toda instrucci�n adecuada, toda reglamentaci�n y gu�a, as� como todo alimento para sostener a Su Iglesia (cap. 3:19).

�l es "el comienzo". �l no tuvo un comienzo: �l es el comienzo. Apocalipsis 3:14 habla de �l como "el principio de la creaci�n de Dios" porque �l mismo es el Creador. As� como Dios Todopoderoso puede decir: "Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin" ( Apocalipsis 1:8 ), el Se�or Jes�s puede decir lo mismo de S� mismo ( Apocalipsis 22:12 ), porque �l es Dios.

En su primera venida al mundo, tom� el lugar del "Primog�nito de toda la creaci�n". Ahora, despu�s de Su muerte de infinito valor redentor, �l es el Primog�nito de entre los muertos y reconocido como tal por Su cuerpo, la Iglesia. Tambi�n en esto, como en todas las cosas, �l tiene la preeminencia, las demandas absolutas de prioridad. El vers�culo 19 se traduce mejor: "Porque en �l quiso habitar toda la plenitud".

Quiz�s esto infiere lo que se encuentra en el cap�tulo 2: 9, "toda la plenitud de la Deidad", pero el vers�culo seguramente tiene la intenci�n de protegernos contra todas las adiciones a la verdad de Cristo que son ideadas y promovidas por humanos como plausibles y �tiles. , cosas como las de los Colosenses se advierten en el cap�tulo 2: 8 y el cap�tulo 2: 18-19. Cuando hay perfecta plenitud en Cristo, �qu� lugar hay para m�s?

RECONCILIACI�N

(vs 20-23)

El Se�or Jes�s ya ha sentado las bases para la reconciliaci�n de todas las cosas, las cosas en la tierra y las cosas en el cielo. Porque ha hecho la paz mediante la sangre de su cruz (v.20). El pecado ha introducido enemistad contra Dios que ha afectado a toda la creaci�n. Esta enemistad es enteramente por parte de la criatura, pero solo Dios pudo eliminarla, y esto requiri� el sacrificio de Su propio Hijo. �Preciosa base de la paz establecida! Pero la creaci�n misma a�n no disfruta de esta paz.

Satan�s todav�a tiene acceso a los lugares celestiales ( Efesios 6:12 ), y en la tierra roba los corazones de las personas para que no acepten la paz que se les ofrece ( 2 Corintios 4:3 ). Sin embargo, la reconciliaci�n de todas las cosas es solo una cuesti�n de futuro, pero con un tiempo establecido. La obra de Cristo ha asegurado el cumplimiento de esta reconciliaci�n.

Hemos visto la doble jefatura de Cristo, ahora vemos su doble reconciliaci�n. En el vers�culo 21 se dice que los creyentes ahora est�n reconciliados. Aunque una vez alienados, sin relaci�n, y una vez enemigos opuestos al Dios de amor infinito, esta enemistad estaba en realidad en nuestras propias mentes debido a la maldad de nuestras propias obras. Fuimos responsables de esto; sin embargo, Dios ha tomado la iniciativa de reconciliarnos cuando Su propio Hijo se hizo Hombre - "en el cuerpo de Su carne" - y muri� voluntariamente por nosotros.

Por eso, mucho antes de la reconciliaci�n de todas las cosas, los creyentes ahora se presentan "santos, irreprensibles y irreprochables ante �l" (v.22). As� es como Dios los ve en Cristo, y no de acuerdo con su experiencia personal diaria. Darnos cuenta de la perfecci�n de nuestra bendici�n y posici�n "en Cristo" es la �nica forma en que nuestra experiencia se ajustar� a ella en alguna medida.

El vers�culo 23 impone lo que es condicional: "Si en verdad perseveras en la fe, arraigado y firme", etc. Es la prueba para todo el que dice ser cristiano: si contin�a, prueba que est� reconciliado y santo ante los ojos de Dios. , irreprensible y irreprochable a sus ojos. Ciertamente, si uno nace de nuevo, continuar� en la fe cimentado y firme: no se apartar� de la esperanza del evangelio.

Si uno no contin�a, esto prueba que nunca se hab�a reconciliado. Esta triste condici�n responde a la semilla sembrada en terreno pedregoso. Las apariencias fueron buenas al principio, pero pronto se desvanecieron ( Mateo 13:5 ; Mateo 13:20 ). La fe verdadera se fundamenta y se estabiliza, lo que evita que uno se aleje. De hecho, la fe hace que la esperanza del evangelio sea cada vez m�s preciosa a medida que pasa el tiempo.

Un verdadero creyente puede parecer por fracaso personal ser muy parecido a un mero profesor de cristianismo. Pero Dios conoce la diferencia, y trabajar� con un creyente para llevarlo a juzgarse a s� mismo y encontrar la restauraci�n. Por lo tanto, no permita que ning�n creyente genuino se desanime por no haber entendido bien las Escrituras como esta.

El evangelio hab�a sido predicado a "toda la creaci�n que est� debajo del cielo" (v.23-JND), disponible para todo el mundo, su bendici�n condicionada solo a la verdadera recepci�n del mismo. Pablo fue nombrado ministro de este evangelio, no simplemente "un ministro" sino enf�ticamente "ministro". Porque �l predic� el evangelio en el sentido m�s amplio con nuestras bendiciones celestiales combinadas en �l. Este no fue el mensaje de los otros ap�stoles.

EL SUFRIMIENTO DE PABLO EN SERVICIO

(contra 24-29)

Como se le hab�a confiado tal ministerio, Pablo sufri� con gozo, con todo su coraz�n ligado a la bendici�n de la Iglesia, de modo que para �l era un gozo sufrir "por su cuerpo, que es la Iglesia" (v. 23) La expresi�n "y llena en mi carne lo que falta en las aflicciones de Cristo" no se refiere a los sufrimientos expiatorios de Cristo en los que ning�n otro podr�a entrar en el m�s m�nimo grado.

Pero Cristo fue afligido por los hombres por la perfecta dedicaci�n de su caminar con Dios y por su verdadero testimonio de la gloria de Dios ante el mundo. La Iglesia deber�a compartir ese sufrimiento, pero qu� poco lo hace. As� que Pablo dar�a con m�s diligencia este testimonio y sufrir�a por �l, por el bien de la Iglesia, virtualmente sustituy�ndola en el sufrimiento debido a su fracaso. �Precioso esp�ritu de gracia!

En el vers�culo 25, Pablo nos dice que se le hace "ministro" en relaci�n con la Iglesia nuevamente en un sentido singular. Hemos visto antes un doble ministerio comprometido con Pablo. Puso el debido �nfasis tanto en el evangelio como en la verdad de la Iglesia, luchando fervientemente por ambos y manteni�ndolos en el debido equilibrio. Esto requiri� un considerable ejercicio de alma y trabajo. Dios le dio directamente a Pablo de manera �nica el ministerio de declarar la verdad del cuerpo de Cristo. Solo en los escritos de Pablo se ense�a esta verdad. De esta manera le fue dado "cumplir" o "completar" la Palabra de Dios (v.25).

Esta expresi�n ha resultado desconcertante para muchos. Porque Juan escribi� la Escritura despu�s que Pablo lo hizo. Pero Juan no agreg� nada nuevo en cuanto a los tratos dispensacionales de Dios. Pablo agreg� esto al ser tomado por Dios para revelar la verdad de la Iglesia, el cuerpo de Cristo. Esta verdad no hab�a sido revelada en las Escrituras antes, aunque las Escrituras hab�an hablado de todas las dem�s dispensaciones de Dios, como la dispensaci�n de la humanidad dejada a la conciencia personal antes del diluvio, luego el gobierno humano introducido a trav�s de No� despu�s del diluvio, luego Israel elegido como El pueblo de Dios bajo la ley.

Adem�s, el Antiguo Testamento profetiz� de la futura gran tribulaci�n, con la era del milenio por seguir. Todas estas dispensaciones fueron claramente reveladas en la Palabra de Dios. Juan en sus escritos no agreg� nada a esto, sino que enfatiza m�s bien la naturaleza de Dios que trasciende todas las dispensaciones. Pablo, sin embargo, fue elegido por Dios para revelar la verdad de la Iglesia de Dios, que se introduce entre la dispensaci�n legal de Israel y la gran tribulaci�n.

Este era un asunto "escondido en Dios" y no se conoc�a antes como ahora se revela ( Efesios 3:8 ). �Se agregar� alguna otra dispensaci�n? No. Porque el ministerio de Pablo completa la Palabra de Dios de esta manera.

Por tanto, Dios a trav�s de Pablo desea dar a conocer a sus santos "cu�les son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" (v.27). Esta revelaci�n no se limit� a Israel, sino que se envi� a todos los creyentes entre las naciones. Estas riquezas espirituales dadas gratuitamente son naturalmente inimaginables, e incluso los santos muy a menudo entran en su alcance. Hoy en d�a, el pueblo de Dios est� investido de una gloria exquisita que llena los corazones atentos con un gozo inefable.

Aqu� se explica como "Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" (v.27). Hemos visto en los vers�culos 15 al 19 la gloria objetiva que est� en Cristo personalmente. Esto es de primera importancia. Pero ahora, en cuanto a la Iglesia, el tema de Sus maravillosos consejos de gracia, el hecho m�s grande es "Cristo en ti". Su obra subjetivamente en la Iglesia, despertando una firme esperanza de gloria con �l. �l es la Cabeza del cuerpo, y la sabidur�a, el alimento y la gu�a de la Cabeza impregna todo el cuerpo.

Cristo mismo es objeto de predicaci�n, advertencia y ense�anza. Pablo no hace excepciones aqu�: su mensaje es para "todo hombre". Algunos pueden necesitar advertencia en lugar de ense�anza, y otros no requieren advertencia tanto como ense�anza, pero �l estaba listo para dar su mensaje a jud�os, gentiles, ricos o pobres, virtuosos o degradados, con el deseo de presentar a toda persona perfecta en Cristo Jes�s. . Pablo no se contentaba simplemente con ver un alma perdonada, sino que deseaba que cada individuo comprendiera la perfecci�n de su lugar en Cristo.

Uno se maravilla de la energ�a de su celo; pero depend�a de la obra de Dios, y no hab�a duda del poder de esto dentro de su propia alma. Entrar en, como lo hizo, las verdades vitales del evangelio y de la Asamblea, y apreciar a ambos, sin duda lo anim� a hacer uso del poder de Dios.

Información bibliográfica
Grant, L. M. "Comentario sobre Colossians 1". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lmg/colossians-1.html. 1897-1910.