Bible Commentaries
Proverbios 29

Comentario de Grant sobre la BibliaComentario de Grant

Versículos 1-27

Esta QUINTA SECCI�N ahora tiene similitudes con la cuarta, pero nos lleva m�s all�, porque si la cuarta enfatiza principalmente la prueba de caminos y andar. Esto se basa m�s en los resultados, que son las recompensas de un verdadero gobierno Divino. Lo que se siembra tambi�n se cosechar�, y esta debe ser una consideraci�n muy seria en lo que respecta a toda nuestra conducta.

El primer vers�culo declara v�vidamente este principio:

"El que, siendo reprendido a menudo, endurece su cuello, de repente ser� destruido, y eso sin remedio".

Por grande que sea la paciencia de Dios y sus advertencias y reprensiones para muchos, sin embargo, cuanto m�s a menudo ha reprendido, m�s terrible y r�pido ser� el juicio. Debido a que el hombre parece salirse con la suya una o dos veces, se atreve a endurecer m�s su coraz�n contra las reprensiones. Su destrucci�n repentina sin remedio, sin esperanza de apelaci�n o restauraci�n, es una respuesta asombrosa a tal arrogancia.

"Cuando los justos dominan, el pueblo se regocija; pero cuando los imp�os oyen gobernar, el pueblo llora".

La autoridad adecuada, aunque firme y decidida, es motivo de paz y regocijo entre el pueblo; pero la autoridad en manos de alguien cuyos motivos son malos y ego�stas esparcir� dolor y angustia por todas partes. �C�mo ha sufrido esto el mundo! Pero solo cuando el que es absolutamente justo tome la autoridad en sus propias manos, la paz y el gozo reales se establecer�n en la tierra. Este es un resultado normal de un buen gobierno; aunque es muy posible que exista tambi�n un estado anormal, como al final de los mil a�os del reinado pac�fico del Hijo del Hombre, cuando solo el orgullo perverso y el odio a Dios llevan a los hombres a la rebeli�n contra Aquel cuyo reinado ha sido en todo sentido fiel y ben�volo.

"El que ama la sabidur�a alegra a su padre, pero el que se une a las rameras gasta sus bienes".

El deseo de alegrar el coraz�n de un padre deber�a ser en s� mismo un fuerte incentivo para perder la sabidur�a, y mucho m�s en la comodidad de un hijo de Dios, cuyo amor por la sabidur�a alegra el coraz�n de su Dios y Padre. En contraste con esto, est� la infidelidad ego�sta hacia Dios que elige malas compa��as, malas asociaciones y, por lo tanto, derrocha su sustancia, todo aquello por lo que podr�a estar sirviendo a Dios de manera provechosa. Ya sean cosas naturales, habilidades naturales o beneficios espirituales, como mayordomos, debemos dar cuenta del uso que hemos hecho de ellos.

El rey por juicio estableci� la tierra, pero recibe d�divas que la derriba. "Este juicio es, por supuesto, una administraci�n justa. La �nica base para una s�lida prosperidad en cualquier gobierno. El soborno y la corrupci�n es lo opuesto a esto. Un gobernante que reciba tales obsequios sea ??falso e injusto en su gobierno, y la tierra misma ser� derrocada. �No est� el hijo de Dios indeciblemente agradecido por un gobernante cuya justicia es absolutamente perfecta?

"El hombre que lisonjea a su pr�jimo, tiende una red a sus pies".

Este, por supuesto, es el mismo principio que el soborno. Deje que el creyente se cuide de evitar tales redes que lo atrapan. Aceptar la lisonja es aceptar la falsedad, porque la lisonja es en realidad un enga�o: ni siquiera se trata de un hecho honesto, ni sobrio, real. Satan�s es extremadamente h�bil en tales m�todos.

"En la transgresi�n del malvado hay lazo, pero el justo canta y se regocija".

La transgresi�n de un hombre resultar� en arrebatar sus propios pies: puede pensar que es inmune, pero ser� atrapado, tal como Am�n fue colgado en la horca que erigi� con rencor para Mardoqueo. Pero los justos, con la conciencia tranquila, no deben temer trampas de este tipo: cantan y se regocijan.

"El justo considera la causa del pobre, pero el imp�o no hace caso de saberlo".

Si uno no quiere saberlo, probablemente puede persuadirse a s� mismo de que lo ignora, pero los justos desean saberlo, y consideran la causa de los pobres. No es que esto signifique la entrega indiscriminada de dinero o bienes, sino ayuda brindada sabiamente y en el momento oportuno.

"Los hombres escarnecedores hacen que la ciudad caiga en un lazo, pero los sabios apagan la ira".

La Nueva Traducci�n traduce esto: "Hombres desde�osos incendiaron la ciudad". Esta actitud es la de altivo desprecio por la Palabra de Dios y las advertencias de peligro. Isa�as 28:14 habla de "hombres Isa�as 28:14 , que gobiernan a este pueblo que est� en Jerusal�n". Es claramente prof�tico del tiempo del fin, cuando el Rey del Norte amenaza a la naci�n.

Pero su descarada confianza en s� mismos y su confianza en "la bestia", el Imperio Romano revivido, incendiar� su propia ciudad: ser�n pisoteados (vs. 18). Si los sabios fueran gobernantes, deber�an saber c�mo "apartar la ira" en lugar de invitarla.

"Si un sabio contiende con un necio, ya sea que se enfurezca o se r�a, no hay descanso".

No puede haber una conclusi�n satisfactoria en un caso como este: es probable que los argumentos m�s sabios y claros solo enfurezcan a un hombre tonto o lo inviten a re�r burlonamente. Por eso es prudente "apartarte de la presencia del necio, cuando no percibas en �l los labios del conocimiento". "Preguntas necias e ignorantes" que debemos evitar ( 2 Timoteo 2:23 ).

"El sanguinario aborrece a los rectos, pero el justo busca su alma".

Esto ha sido cierto desde los d�as de Ca�n, "�qui�n era del maligno y mat� a su hermano. �Y por qu� lo mat�? Porque sus propias obras eran malas y las de su hermano justas". Este esp�ritu de odio manifiesta al hombre; porque "los justos" se preocupan por las almas de los hombres. Si uno debe afirmar ser cristiano y, sin embargo, mostrar odio hacia los creyentes, es la misma actitud altiva que Ca�n, cuando desafiante respondi� a Dios: "�Soy yo acaso guarda de mi hermano?" por supuesto, la raz�n de esto es que la pr�ctica honorable de un creyente irrita la conciencia del hombre que elige el mal.

El necio expresa toda su mente, pero el sabio la guarda hasta despu�s ''.

Un necio derramar� todo lo que sabe, o cree saber, sin tener en cuenta la necesidad o condici�n de aquellos a quienes habla; y sin considerar el da�o que pudiera causar. Incluso puede enorgullecerse de ser "franco y franco", mientras que en realidad es grosero y maleducado. Un hombre sabio, por otro lado, se cuidar� de sopesar bien lo que dice, y se tomar� el tiempo para considerar las implicaciones que podr�an atribuirse f�cilmente a sus palabras. No es que sea enga�oso de ninguna manera, pero considerar� la condici�n y la necesidad de aquellos a quienes habla.

"Si un gobernante escucha la mentira, todos sus siervos son imp�os".

Cu�n grave es la responsabilidad de un gobernante de averiguar sin duda la verdad o falsedad de un asunto. Si escucha mentiras, alienta la falsedad de sus siervos: todos sus siervos ser�n imp�os. Aunque David fue generalmente cuidadoso en tales asuntos, incluso �l fall� tristemente al escuchar la difamaci�n de Siba contra Mefiboset, un fiel siervo de David ( 2 Samuel 16:1 ; 2 Samuel 19:24 ). David tampoco juzg� apropiadamente el asunto despu�s como debi� haberlo hecho.

"El menesteroso y el opresor se encuentran; el Se�or ilumina los ojos de ambos".

Ya sea al pobre o al opresor, es el Se�or quien da luz y entendimiento. Por tanto, cuando se re�nen, �es posible que la conciencia del opresor est� adormecida cuando el Se�or ha iluminado sus ojos? �Puede pensar que el pobre es tan ignorante que no se da cuenta de que est� oprimido? �Oh, no! El Se�or les da a ambos luz para discernir la situaci�n. Que se miren a los ojos y vean de qui�n se retuerce la conciencia.

"El rey que juzga fielmente a los pobres, su trono ser� establecido para siempre".

En un sentido pleno y absoluto, esto ser� cierto solo en el reinado del Se�or Jesucristo. Aqu� hay un Rey perfectamente fiel y veraz en su decisi�n de juzgar a los pobres de la tierra. Los hombres pueden hoy aplaudir en voz alta sus campa�as contra la pobreza, mientras que los pobres siguen siendo discriminados y oprimidos. Es solo una capa superficial. �C�mo gime la tierra por un Rey que reinar� con justicia y defender� plenamente la causa de los necesitados! Su trono solo ser� establecido para siempre. Todos los dem�s han fracasado, aunque algunos han sido bendecidos en la medida de la fidelidad de parte del rey en particular.

"La vara y la reprensi�n dan sabidur�a; pero el ni�o abandonado a s� mismo averg�enza a su madre".

Si uno no es sabio, no aprender� sabidur�a por mera educaci�n: la vara y la reprensi�n son necesidades imperativas. Es posible que no se tomen con amabilidad en ese momento, ya que est�n destinados a hacer da�o. Un ni�o necesita esto, al igual que un hijo de Dios cuando es desobediente. Dios puede usar medios providenciales para castigarnos y azotarnos y sabemos que es para bien. Si se deja a un ni�o solo, su ignorancia lo llevar� por mal camino, de modo que la verg�enza recaer� sobre los hombros de su madre.

El hijo de Dios bien puede agradecer a su Padre que no nos deja solos, sino que "azota a todo el que recibe por hijo" ( Hebreos 12:1 ).

"Cuando los imp�os se multiplican, la transgresi�n aumenta, pero los justos ver�n su ca�da".

Tal es el estado de las cosas a medida que se acerca el fin de una dispensaci�n. Los malvados se multiplican y el mal es m�s audaz, desarroll�ndose a un ritmo alarmante. Aqu� est� la ley de causa y efecto: pero los imp�os rara vez se detienen a considerar que tal efecto a su vez se convierte en causa de otro efecto: "los justos ver�n su ca�da". Porque la maldad construye febrilmente cada vez m�s alto una torre muy desequilibrada que, cuando llega a cierto punto, debe caer.

Pero el vers�culo 17 es un hermoso contraste con esto,

"Corrige a tu hijo, y �l te dar� descanso; s�, alegrar� tu alma".

El ni�o debe ser corregido para ser preservado de una mayor transgresi�n. Adem�s, esto traer� descanso al padre fiel, y m�s que esto, un verdadero placer s�lido. Observe en todo este cap�tulo el valor de un gobierno adecuado y cuidadoso.

"Donde no hay visi�n, el pueblo se desenvuelve, pero bienaventurado el que guarda la ley".

La visi�n aqu� es esa percepci�n que ve m�s all� del reino de la mera observaci�n natural, una visi�n espiritual que es el �nico preservador real del honor y el orden. "El que es espiritual todo lo discierne" ( 1 Corintios 2:1 ), incluso lo que es meramente temporal. Si falta este car�cter, la gente "se despojar� de las restricciones".

"�Cu�n contundente es un comentario sobre esto nuestra repulsi�n actual contra la bendita verdad de Dios! La apostas�a ha tra�do consigo un abandono imprudente que desprecia toda advertencia del juicio de Dios. Sin embargo, frente a ella, todav�a hay bendici�n para el individuo cuyo coraz�n se inclina a la verdad de Dios. En Israel, el que todav�a guardaba la ley, en realidad era m�s feliz que los que se despojaban de las restricciones.

"El siervo no se corrige con palabras; porque aunque comprenda, no responder�".

La traducci�n de la Septuaginta traduce a esto como "un sirviente obstinado", lo que por supuesto parecer�a m�s claro. Pero es algo doloroso para un maestro no obtener respuesta a sus palabras de correcci�n. Que el siervo de Dios preste atenci�n y reciba agradecido la correcci�n que un Maestro sabio considera necesario dar; y resp�ndele con verdadera sumisi�n de coraz�n.

"�Ves un hombre que se apresura en sus palabras? Hay m�s esperanza del necio que de �l"

La Escritura considera al necio como alguien que deja a Dios y la eternidad fuera de su cuenta. Podemos preguntarnos: �Puede haber algo peor? S�, al menos todav�a existe una posibilidad muy real de conversi�n de tal hombre. Pero un hombre que habitualmente dice lo que piensa sin consideraci�n es pr�cticamente un caso sin esperanza. Es tan obstinado que cree que nunca necesita tomarse el tiempo para considerar nada. Es evidente que tal actitud obstaculizar� eficazmente cualquier cambio en el hombre. Lo que oye, lo condenar� apresuradamente si no se ajusta a sus propios pensamientos ego�stas.

"El que con delicadeza cr�a a su siervo desde que era ni�o, a la larga se convertir� en su hijo".

El trato fiel y verdadero con un siervo normalmente producir� una respuesta de fidelidad. Esto est� bellamente ilustrado en el propio trato de Dios con la humanidad, como G�latas 4:1 . En el Antiguo Testamento, los creyentes son vistos como ni�os peque�os bajo tutores y gobernadores, sin diferenciarse en nada de los sirvientes.

Pero en el Nuevo Testamento, en virtud de la redenci�n que es en Cristo Jes�s, se ve que cada creyente ha recibido la adopci�n de hijos, ya no en el lugar de meros siervos, sino en un lugar de confianza y dignidad. �Qu� sabidur�a y fidelidad hay en todos los caminos de Dios con nosotros para lograr tales resultados! El contraste con el vers�culo 20 es evidente: Dios no es apresurado, sino paciente, fiel, considerado; y esto da fruto.

"El hombre airado suscita contiendas, y el hombre airado abunda en transgresi�n".

Nuevamente, aqu� se ven la causa y el efecto. Pero esto contrasta con el vers�culo anterior. La ira contra un siervo no producir�a los efectos del vers�culo 21. Uno puede tener pensamientos claros sobre el bien y el mal, pero su fuerte ira contra el mal no corregir� el mal: m�s bien provocar� contiendas y provocar� peores fricciones que el mal. un hombre condena. Si alguien ha formado un personaje de este tipo, el da�o que har� es incalculable. De hecho, su furia contra lo que considera malo har� que "abunde en transgresiones": sus agravios ser�n m�s que los que denuncia.

"El orgullo del hombre lo humillar�, pero la honra sostendr� al humilde de esp�ritu".

As�, el orgullo provoca el efecto contrario al que el hombre pretende con �l. Quiere exaltarse a s� mismo, pero en realidad se rebaja. Cu�ntos desde Eva han sido enga�ados por Satan�s con este mismo cebo azucarado pero venenoso: "Ser�is como Dios". Pero, por otro lado, los humildes de esp�ritu, que no buscan ning�n lugar de distinci�n, ning�n honor en el mundo, todav�a son sostenidos por el honor que Dios en gracia les otorga. Honran a Dios: �l los honra a ellos. Esto se ve maravillosamente en hombres como Jos� y Daniel, mientras que lo contrario se ve en Absal�n y Am�n, �y cu�ntos m�s!

"El que comparte con un ladr�n aborrece su propia alma; oye el conjuro y no declara" (Nueva traducci�n).

Los males que hemos visto anteriormente (palabras apresuradas, mal genio, orgullo) pueden conducir f�cilmente a malas compa��as, de hecho, est�n casi obligados a hacerlo, si no se les juzga. Aunque uno no sea un ladr�n, su relaci�n con un ladr�n ciertamente lo marcar�: est� mostrando odio por su propia alma, porque cruelmente hace sufrir a su propia alma, con tal locura. Est� en una posici�n en la que conoce la culpabilidad del otro hombre: escucha el conjuro, pero no declara.

Esto se refiere a Lev�tico 5:1 : "Si alguno peca, y oye la voz de la conjuraci�n, y es testigo de si lo ha visto o conocido, si no informa, cargar� con su iniquidad". Si conoce y no declara la culpabilidad del ladr�n, entonces puede esperar el mismo juicio que el ladr�n. El principio es evidente en cualquier tipo de asociaci�n incorrecta, por supuesto: que el creyente se cuide de implicarse en cualquier compa��a cuestionable.

"El temor del hombre es un lazo, pero el que conf�a en el Se�or estar� a salvo".

La conexi�n con el vers�culo anterior es obvia. Alguien que es socio de un ladr�n teme exponer al ladr�n. Si me pongo en obligaci�n con el hombre, en esa medida me influir� el miedo al hombre; y estoy atrapado por mi propio miedo. �Pero cu�n terrible es que por temor a ofender a un simple hombre, me encuentre en la posici�n de ofender a Dios de manera positiva! La �nica seguridad de tales trampas es una confianza genuina y dependiente en el Se�or. Esto significa no tener confianza en la carne, porque es elegir al Se�or como la confianza del alma en lugar de cualquier otra cosa o cualquier otra persona.

"Muchos buscan el rostro del gobernante, pero el juicio recto del hombre proviene de Jehov�" (Nueva traducci�n).

La raz�n por la que muchos buscan el rostro del gobernante es evidente: su objetivo es generalmente ego�sta, es decir, influir en el gobernante en su propio beneficio. �Buscamos el rostro de Dios por eso? Muchos hacen esto, sin darse cuenta de que Dios no hace acepci�n de personas: actuar� con absoluta verdad y justicia en todos los casos. En el d�a de las cuentas no habr� favoritismos. Dejemos que esto influya profundamente en nuestro propio car�cter ahora, para que al darnos cuenta de que el juicio correcto de un hombre proviene del Se�or, podamos estar seguros de juzgarnos a nosotros mismos con honestidad, con un equilibrio justo.

"El hombre injusto es abominaci�n para el justo, y el recto de camino es abominaci�n para el imp�o".

El mundo puede hablar de "tolerancia", como si el hombre debiera tolerarlo todo, pero es imposible: el defensor m�s en�rgico de la "tolerancia" ser� �l mismo intolerante al menos con algunas cosas. Deber�a ser evidente que no puede haber concordia entre un hombre justo y un injusto: en realidad hay "un gran abismo" entre los dos; y el gobierno divino "arreglar�" correctamente este abismo a menos que, antes de la muerte, los injustos se arrepientan al Se�or.

Pero este vers�culo, que aparece al final de esta quinta secci�n, que trata sobre el gobierno de Dios y la cosecha del hombre como siembra, parecer�a implicar la solemne verdad de Apocalipsis 22:11 , "El que es injusto, sea injusto todav�a; y el que es inmundo, sea inmundo todav�a; y el que es justo, sea justo todav�a; y el que es santo, sea santo todav�a ". Es un estado eternamente fijo, sin ninguna esperanza de concordia entre los dos primeros y los dos �ltimos: el "gran abismo" es "fijo".

Información bibliográfica
Grant, L. M. "Comentario sobre Proverbs 29". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lmg/proverbs-29.html. 1897-1910.