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Bible Commentaries
Proverbios 30

Comentario de Grant sobre la BibliaComentario de Grant

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Versículos 1-33

En LOS CINCO, el Cap�tulo S ahora completado est�n los proverbios de Salom�n copiados por los siervos de Ezequ�as. Los dos �ltimos cap�tulos muestran un cambio distinto en el car�cter, ambos son llamados "profec�as" y escritos por dos escritores diferentes. El n�mero cinco es claramente caracter�stico del libro de Proverbios, siendo el n�mero de la responsabilidad del hombre y del gobierno de Dios; y por lo tanto, el cap�tulo 29, la quinta secci�n de esta serie, ha enfatizado este gobierno dominante y sus resultados de tal manera que debe asegurar la total sujeci�n de todos los lectores.

Pero incluso el libro de Proverbios no debe terminar aqu�. Si el libro es en gran parte moralizador, tiene fines mucho mayores que �ste; y estos �ltimos Cap�tulos son necesarios para lograr una completitud satisfactoria de la instrucci�n del libro, - siete, como sabemos, es el n�mero de perfecci�n, completitud, descanso. Ciertamente son de car�cter proverbial, sin embargo, al ser profec�as, son una comunicaci�n de la mente de Dios, primero en lo que respecta a exponer y vencer todas las obras del mal (cap. 30); y en segundo lugar, en la plenitud de la gracia dada por Su mano para producir abundantes bendiciones y frutos en el coraz�n sujeto (cap. 31).

No puede dejar de observarse cu�n maravillosamente completa y satisfactoria es la conclusi�n de este libro en contraste con la de Eclesiast�s. Porque en lo que respecta al orden num�rico adecuado, Proverbios es el quinto y �ltimo de los libros po�ticos, mientras que Eclesiast�s es el cuarto.

Pero es asombroso considerar que en un libro escrito por el m�s sabio de los hombres, un libro de la m�s alta sabidur�a, este cap�tulo deber�a ser insertado, escrito por otro hombre, un hombre desconocido. que se confiesa m�s brutal e ignorante que cualquier hombre. �No pretende esto ense�arnos, despu�s de la declaraci�n m�s clara posible de los principios de la sabidur�a moral, que en realidad esta sabidur�a est� m�s all� de la capacidad que el hombre puede encontrar en s� mismo para seguirla? Incluso el propio Salom�n fall� gravemente en seguir su propio consejo.

Y la confesi�n honesta de la ignorancia que el hombre tiene de Dios es la �nica base sobre la cual puede esperar que Dios le d� la sabidur�a que le falta. En consecuencia, esta misma confesi�n de ignorancia es sabidur�a, y Agur en algunos aspectos muestra m�s sabidur�a que Salom�n en este cap�tulo. Siendo una sexta secci�n de esta serie, es una clara manifestaci�n de lo que es el hombre, su fragilidad, su ignorancia, su pecaminosidad; mientras que la victoria de Dios est� bellamente impl�cita en la �ltima parte del cap�tulo.

"Las palabras de Agur, hijo de Jaqu�, la profec�a: el hombre habl� a Itiel, incluso a Itiel y Ural".

Quienquiera que sea Agur, se refiere a s� mismo s�lo como "el hombre". y su descripci�n de s� mismo es humillante. Sin embargo, su nombre significa "reunido" y es el hijo de Jaqu�. que significa "ser� absuelto". Si el cap�tulo es la exposici�n misma del hombre en su vanidad. sin embargo, estos nombres no implican que la gracia de Dios puede limpiar al culpable. y juntar a aquellos cuyo desorden los ha esparcido? Adem�s, la profec�a se le dice a Itiel, que significa "conmigo est� Dios", ya Ucal, que significa "ser� capacitado". As�, donde el hombre se manifiesta en su desamparo, est� presente la promesa de bendici�n, en el Dios vivo.

"Ciertamente soy m�s brutal que cualquier hombre, y no tengo la inteligencia de un hombre. Ni aprend� sabidur�a, ni tengo el conocimiento de lo santo".

No debemos de ninguna manera pensar en esto como una fingida humildad. No puede haber duda de que el hombre lo dice en serio cuando habla as�. Cuando considera las cosas santas, las cosas elevadas y fuera del �mbito de la observaci�n humana, queda profundamente impresionado por su propia ignorancia y siente profundamente que su inteligencia no es la de la hombr�a normal. No debemos suponer que Agur era de ninguna manera un imb�cil de acuerdo con los est�ndares de la sociedad com�n, pero que en relaci�n con la comprensi�n espiritual, fue llevado a declarar los mismos sentimientos que Asaf en Salmo 73:22 .

"�Tan necio e ignorante fui! Fui como una bestia delante de ti." Es triste decirlo, esta es realmente la condici�n de la humanidad en general, pero pocos se dan cuenta; y quien se da cuenta de ello, lo siente tan intensamente personalmente que a sus propios ojos parece m�s ignorante que todos los dem�s. Es un principio similar cuando Pablo habla de s� mismo como el primero de los pecadores. De hecho, esta es la evidencia muy real de la obra del Esp�ritu de Dios en el alma de un hombre para mostrarle en qu� oscuridad ha estado.

Habla de no haber aprendido sabidur�a. Por tanto, la educaci�n humana no le hab�a dado sabidur�a en las cosas divinas. Tampoco ten�a el conocimiento de lo sagrado: esto tampoco era una cuesti�n de intuici�n humana. Sin embargo, en lo que sigue, la sabidur�a de las palabras de Agur es m�s notable. Pero es superior al humano: es una revelaci�n de Dios, que utiliza este instrumento para declarar las cosas m�s valiosas en lo que respecta a la bendici�n de las almas. De hecho, en todos los casos, tales instrumentos son los que �l puede usar con mayor eficacia.

"�Qui�n subi� al cielo o descendi�? �Qui�n recogi� el viento en sus pu�os? �Qui�n at� las aguas en un manto? �Qui�n estableci� todos los t�rminos de la tierra? �Cu�l es Su nombre, y cu�l es el nombre de Su San?" , si puedes decirlo? "

�No pretende este vers�culo mostrar la completa ignorancia del hombre sin una revelaci�n de Dios? Es indiscutible que los cielos est�n all�, por encima de nosotros, y han atra�do el inter�s del hombre desde tiempos inmemoriales; pero �qui�n ha subido all� para sondear sus misterios? �O qui�n ha descendido para revelar sus misterios? Si bien la excursi�n del hombre a la luna muestra su sed de este conocimiento, sin embargo, �l sabe que apenas ha tocado los l�mites del espacio: �ascender al cielo es un asunto muy diferente! Hay un reino de cosas trascendentalmente m�s all� de �l, y �l lo sabe.

Pero viniendo m�s bajo que el espacio, �qui�n controla el viento invisible en pu�os de incre�ble fuerza? Ciertamente el hombre no lo hace. �O qui�n ata el agua dentro de l�mites, agua que por su misma naturaleza es libre, inestable, los mares el s�mbolo mismo de la ilegalidad desenfrenada? �O qui�n le ha dado estabilidad a la tierra s�lida? En estos tres, todo lo que se observa a nuestro alrededor est� comprendido, atmosf�rico, l�quido o s�lido.

�Qu� control real tiene el hombre sobre estos? Sin embargo, �qui�n puede negar que est�n controlados? Dejemos que el ate�smo, la ciencia o la filosof�a nos digan, �cu�l es el nombre de este gran Controlador y cu�l es el nombre de Su Hijo? Pero la investigaci�n humana es aqu� imposible: el intelecto, la intuici�n, la educaci�n deben confesar en esto su desesperada incapacidad para dar una respuesta.

Cu�n maravillosa es entonces la idoneidad del vers�culo 5 en este punto,

"Toda palabra de Dios es pura: �l es un escudo para los que en �l conf�an".

La revelaci�n es la �nica respuesta. Para ser conocido, el Creador debe revelarse a S� mismo. Un razonamiento simple y honesto deber�a llevar a cualquiera a esta conclusi�n. Su Palabra es esta revelaci�n y, por supuesto, es absolutamente pura en cada parte de ella. No es una mezcla, sino que se conserva totalmente libre de adulteraciones. Solo los que conf�an en ella est�n protegidos de la falsedad. Por tanto, la fe, no el intelecto, es el principio que recibe esta revelaci�n.

La incredulidad es realmente una estupidez aqu�, porque cualquier consideraci�n honesta debe llegar a la conclusi�n de que si se hace una revelaci�n de Dios, la �nica actitud correcta posible por parte del hombre es creerla. Y el Dios que se revela a s� mismo es el escudo de todos los que conf�an en �l. Qu� simple y qu� maravilloso.

"No a�adas a sus palabras, para que no te reprenda, y encuentres a un mentiroso".

Cualquier revelaci�n de Dios. Dado que es una revelaci�n, debe ser precisa y absolutamente exacta como �l la da. No se debe permitir que ning�n pensamiento del hombre se inmiscuya en el m�s m�nimo grado, o no podr�a ser una revelaci�n de Dios. Si el hombre intenta esto, como muchos se han atrevido a hacer, se est� exponiendo a la reprimenda solemne de Dios y ser� descubierto como un mentiroso. �Terrible condenaci�n! Estos primeros seis vers�culos luego muestran a Dios como soberano.

"Dos cosas te he pedido; no me las niegues antes de morir: Aparta de m� la vanidad y la mentira; no me des pobreza ni riquezas; dame de comer lo que me conviene: para que no me sacie y te niegue, y dir�: �Qui�n es el Se�or? No sea que yo sea pobre, y hurte y tome el Nombre de mi Dios en vano.

El esp�ritu dependiente de una criatura de Dios se ve aqu� en su sencillez. La conciencia est� en verdadero ejercicio y una desconfianza perspicaz de la carne. Primero, la vanidad es el �mbito mismo en el que se mueve el mundo entero. Viviendo s�lo para el presente, el hombre no tiene sustancia que realmente pueda captar como propia: los objetos de su trabajo y deseo no son m�s que burbujas bellamente adornadas, vac�as y listas para estallar. Es simplemente "la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la vanagloria de la vida"; y desprovisto de toda realidad sustancial y eterna.

Se agregan "mentiras" en conexi�n con esto, porque estas tambi�n tienen una influencia demasiado fuerte en toda la sociedad, y solo una verdadera dependencia de Dios en la oraci�n preservar� al hijo de Dios de la vanidad o la mentira. Hagamos eco de una oraci�n como esta de labios fervientes, para que tales cosas se alejen de nosotros.

Pero tambi�n ora para que Dios le provea lo necesario, pero no le permita ni la pobreza ni la riqueza. Agur ha hablado de su ignorancia, pero ciertamente esta oraci�n es mucho m�s sabia de lo que generalmente caracteriza a los hombres. Conoce los graves peligros de la riqueza, en la que los hombres conf�an con demasiada frecuencia y, al hacerlo, muestran poca consideraci�n por el Dios que los ha bendecido. Incluso Salom�n, con toda su sabidur�a, demostr� ser desigual a la confianza que se le hab�a confiado en el camino de las riquezas y el honor. Lo us� para permitir que su propio coraz�n se extraviara.

Por otro lado, la pobreza tampoco es buena. Sin duda, esto ha sido ocasionado por el pecado, y muchas naciones del mundo hoy sufren porque han elegido un camino de obstinaci�n en lugar de inclinarse ante el Se�or Jesucristo. La respuesta aqu� nuevamente es una fe verdadera, real que conf�a en el Dios Viviente. Y esto se expresa en esta hermosa y honesta oraci�n. �l reconoce el peligro de robar y tomar el nombre de Dios en vano, y no confiar� en s� mismo, pero su confianza est� en Dios.

Si los hombres roban para satisfacer su hambre, a menudo usan el Nombre de Dios para justificar esto, pero esto es falso, un ultraje contra ese Nombre. Podemos comprender f�cilmente los sentimientos de un hombre al robar en tal caso; pero la oraci�n honesta a Dios resultar�a en una respuesta justa, por desesperada que pareciera ser la condici�n. �No podemos estar absolutamente seguros de que una oraci�n como esta ser� definitivamente respondida? Es manifiestamente una oraci�n de fe.

"No culpes al siervo ante su se�or, no sea que te maldiga y seas hallado mentiroso".

Los vers�culos anteriores han evidenciado el verdadero car�cter de un siervo. Sin embargo, incluso cuando es fiel, un siervo puede ser criticado severamente por otros, y esto es especialmente cierto en el caso de un siervo de Dios. Romanos 14:4 nos advierte solemnemente: "�Qui�n eres t�, que juzgas al siervo ajeno? Para su propio se�or est� en pie o cae.

S�, Dios puede hacer que se levante. "Es el amo a quien el siervo debe responder, y cualquier interferencia indebida en este caso puede realmente merecer la maldici�n del amo, con la culpa real que se encuentra en el acusador. �C�mo un recordatorio aleccionador para nosotros, si es que debemos tener una actitud cr�tica.

Esta irresponsabilidad se ve m�s desarrollada en los siguientes vers�culos.

"Hay generaci�n que maldice a su padre y no bendice a su madre".

Toda la sociedad sabe que esta generaci�n es hoy en d�a bastante formidable en su tama�o, sin embargo, se considera poco su horror. Un esp�ritu cr�tico y descarado no dejar� de despreciar ni siquiera a los padres.

"Hay una generaci�n que es pura a sus propios ojos, y sin embargo, no ha sido limpiada de su inmundicia".

Junto a la dura denuncia de los dem�s, incluidos los padres, va esta altiva autojustificaci�n, una orgullosa hipocres�a que conf�a en uno mismo y, sin embargo, es transparentemente sucia y poco digna de confianza.

"Hay una generaci�n, �oh cu�n altivos son sus ojos! Y sus p�rpados est�n alzados."

Esto va m�s all� de la simple justicia propia, porque no es solo el caso de aquellos que se consideran puros cuando no lo son, sino de aquellos que se consideran orgullosamente superiores a todos los dem�s. Todas las religiones creadas por el hombre tienen este car�cter y producen tales efectos en sus seguidores enga�ados. Es simplemente la adoraci�n de uno mismo en el an�lisis final.

"Hay una generaci�n, cuyos dientes son como 'espadas', y sus mand�bulas como cuchillos, para devorar al pobre de la tierra y al menesteroso de entre los hombres". As�, el coraz�n de los imp�os se manifiesta clara e inequ�vocamente. El orgullo no se contenta con ser meramente orgulloso, sino que se expresa con crueldad hacia aquellos que no pueden defenderse, y por este medio afirma su superioridad, intentando obligar a los dem�s a inclinarse en un miedo servil. Esta secci�n, entonces, del vers�culo 10 al 14, es la tercera, que manifiesta el coraz�n del hombre como a la luz de la presencia de Dios.

La cuarta secci�n ahora contin�a hasta el final del vers�culo 23, mostrando los caminos del hombre demostrando su debilidad y fracaso.

"La sanguijuela tiene dos hijas: da, da. Hay tres cosas que nunca se satisfacen, cuatro que no dicen: Basta: el Seol y el vientre est�ril; la tierra que no se llena de agua, y el fuego que no dice. , Es suficiente "(Nueva traducci�n).

�No se da aqu� la lecci�n impl�cita de que el hombre, por naturaleza, se parece a una sanguijuela, a un par�sito, siempre dispuesto a extraer de un suministro que no es realmente el suyo? As� que Israel en el desierto, habiendo recibido la maravillosa gracia de Dios, solo respondi� con continua insatisfacci�n y murmuraciones. "Dar, dar" era su lenguaje, con poco esp�ritu de agradecimiento.

Pero si este es el car�cter del hombre, deber�a estar interesado en considerar seriamente las cuatro cosas que nunca dicen "Es suficiente". "Sheol" es el estado invisible del alma y el esp�ritu cuando la muerte los separa del cuerpo. Sin tregua, sin tregua, este temido rey de los terrores toma a sus v�ctimas una a una. Por lo tanto, que el hombre se detenga en sus pistas de ego�smo material, para que considere que tambi�n �l puede ser reclamado muy pronto por la muerte y lo invisible.

El siguiente es "el �tero est�ril". Como Ana, cualquier esposa que tenga el coraz�n de una madre llora con un anhelo que solo puede satisfacerse con el nacimiento de un hijo. La lecci�n espiritual aqu� es de suma valor. Nuestros corazones est�n constituidos de tal manera que si no escuchamos el verdadero fruto para Dios, no disfrutaremos de la verdadera satisfacci�n. Y el fruto se lleva solo a trav�s del coraz�n sometido a la operaci�n del Esp�ritu de Dios. �sta es otra consideraci�n importante.

A continuaci�n, "la tierra que no est� llena de agua". Una tierra seca tiene sed de agua y parece que nunca se llena. El alma del hombre tambi�n est� constituida de tal manera que tiene sed, y solo el agua viva de la Palabra de Dios puede satisfacer esa sed. Por lo tanto, el creyente es comparado con "la tierra que bebe de la lluvia que cae sobre ella" y "recibe la bendici�n de Dios" ( Hebreos 6:7 ). Pero sin esto no puede haber satisfacci�n.

Finalmente, "y el fuego que no dice: Basta". El fuego devorador se enfurecer� mientras pueda encontrar un objeto al que sujetarse. Por ejemplo, la falta de lluvia dejar� los bosques secos como la yesca, y el terrible e implacable fuego, una vez que comience, no tendr� piedad de nada. De manera similar, si el hombre rechaza el agua preciosa de la Palabra de Dios y se vuelve como un �rbol seco y marchito, �c�mo puede escapar del fuego del juicio de Dios? Terribles son las palabras que describen el eterno tormento del infierno, "donde el gusano no muere y el fuego no se apaga" ( Marco 9:44 ). Ha llegado el momento de buscar la verdadera satisfacci�n, no de esperar hasta que toda esperanza de obtenerla sea imposible.

"El ojo que se burla de su padre, y menosprecia obedecer a su madre, lo sacar�n los cuervos del valle, y lo comer�n los �guilas".

La v�spera es aquello por lo que se discierne el verdadero conocimiento, pero puede ser usado en desprecio de su Hacedor y de la autoridad que �ste confiere a los padres: esto es un abuso flagrante. Si el fuego habla del juicio directo de Dios, los cuervos y las �guilas hablan m�s bien del juicio de Dios llevado a cabo providencialmente por agentes inmundos. �Qu� terrible ser reducido as� a un estado de dolorosa ceguera y a la miseria de la miseria espiritual! Es una ceguera judicial que el hombre, por altivez de voluntad propia, se trae sobre s� mismo, aunque puede lograrse por medio de otros que son tan inmundos y voraces como cuervos y �guilas.

"Hay tres cosas que son demasiado maravillosas para m�, y cuatro que no s�: el camino del �guila en el aire, el camino de la serpiente sobre la roca, el camino de un barco en medio del mar; y el camino del hombre con la criada ".

Todos ellos tienen en com�n el hecho de que no hay un patr�n establecido: sus maniobras son impredecibles. �No es todo esto un reflejo del camino de la humanidad al ser probado en su poco tiempo aqu�? "Enga�oso es el coraz�n m�s que todas las cosas y perverso: �qui�n lo conocer�?"

Los reinos del aire, la tierra y el mar se observan nuevamente aqu�, antes de que se hable de "el camino del hombre". La primera esfera, misteriosa y maravillosa, no proporciona un soporte visible para el �guila, sin embargo, se eleva hacia los cielos, se sumerge y trepa, gira en espiral y flota de una manera que despierta la maravilla de todo observador interesado. Sin embargo, todo el tiempo el �guila puede estar esperando a una v�ctima, sobre la cual cae con repentina rapidez desde el cielo. Qu� cuadro del juicio de Dios, listo para caer sobre el mundo, por cualquier medio que le plazca. �Dejemos que el hombre considere!

La roca, por otro lado, es s�lida, un tipo de Cristo como el Dios eterno, la Roca estable de las Edades. La serpiente, por supuesto, no deja huella en la roca, pero all� se muestra su car�cter sinuoso, retorcido, sin objetividad e irracional. �Cu�l es toda la actividad de Satan�s en comparaci�n con la bendita Roca de las Edades? �No nos maravilla cuando consideramos los caminos astutos y torcidos del maligno en malicia contra el Se�or Jes�s, y sin embargo sin nada real?

objetivo sensato? Qu� tr�gico tambi�n que multitudes de la humanidad sigan el mismo curso tortuoso, como si estuvieran perdidos en un laberinto sin esperanza, en el mismo momento en que la salvaci�n en Cristo est� cerca de ellos si tan solo lo recibieran.

Pero el mar es la imagen misma de la inestabilidad, un tipo de naciones en un estado de constante inquietud y confusi�n. Un barco puede superar las olas, aunque muy afectado por ellas. Por supuesto, est� pensando en un peque�o velero, lanzado en todas direcciones, apenas se ve que avanza hacia un final definido. En Mateo 14:1 , el barco es la imagen de la esperanza de Israel, sacudida por las olas de la oposici�n gentil (v.

24); y de manera similar en Marco 4:37 . Todo parece desesperado hasta que el Se�or Jes�s toma el control, - caminando sobre el mar en el primer caso, y al entrar en el barco, haciendo que el viento cese, llev�ndolos sanos y salvos a tierra; y en el otro caso hablando al mar: "Paz, Estate quieto." �No nos maravillamos tambi�n hoy en d�a del estado precario de Israel de ser sacudido y amenazado por las naciones airadas, pero a�n superando las olas, sostenido como por una mano invisible? Sin embargo, solo la venida del Se�or Jes�s calmar� las olas y traer� el barco de Israel a la orilla.

Pero m�s que esto, incluso "el camino de un hombre con una criada" est� m�s all� del conocimiento de Agur. Los psic�logos pueden intentar explicar los motivos y el razonamiento detr�s de las acciones de los hombres, pero en el mejor de los casos son solo conjeturas: la verdadera sabidur�a reconocer� que aqu� hay algo m�s all� de su capacidad de explicar. De hecho, el hombre no conoce su propio coraz�n lo suficiente como para explicar honestamente las razones de sus acciones. Solo Dios conoce con precisi�n los pensamientos, motivos, razonamientos del hombre que dan ocasi�n a sus extra�os caminos.

Cuando el coraz�n de un hombre est� involucrado, es in�til esperar que la sabidur�a fr�a y calculadora dicte sus acciones, y �l no ser� m�s capaz de explicar que un ni�o al que se le pregunta por qu� ha hecho algo sin sentido. El intento de analizar los motivos nunca conducir� a una conclusi�n adecuada: cu�nto mejor es dejar estas cosas como cuestiones asombrosas, que no deben ser explicadas por la sabidur�a humana. Ya que no se puede confiar en nosotros ni siquiera para interpretar correctamente nuestros propios motivos, �cu�nto menos se puede confiar en nosotros en referencia a los motivos de otros!

Pero subyacente a esto tambi�n est� la maravilla m�s asombrosa del amor de Cristo por Su esposa, la iglesia. �Podemos por la raz�n humana comprender sus maravillosos caminos de amor y gracia, al entregarse a s� mismo por un objeto tan indigno, al nutrirla y cuidarla con la m�s tierna preocupaci�n, santific�ndola y purific�ndola, con el lavamiento del agua por la Palabra, con miras a present�ndola a s� mismo: '( Efesios 5:25 ).

Nunca llegaremos a sondear todo lo que est� involucrado en esto: pero comprometer� nuestra admiraci�n por la eternidad. El siguiente vers�culo contrasta tristemente con esto y contempla la falsedad de una esposa infiel.

"As� es el camino de la mujer ad�ltera, que come, se limpia la boca y dice: No he hecho maldad".

Una naturaleza corrupta es tan corrupta que es insensible a su corrupci�n. Satisfar� sus propias concupiscencias ("comer�"), borrar� sus evidencias y se justificar�. De hecho, el hombre puede llegar a los excesos m�s crasos del mal y aun as� insistir en que no hay nada realmente malo en lo que hace. Y, sin embargo, solo una confesi�n honesta de su culpa lo har�a candidato a la gracia perdonadora de Dios. Pero Israel ha sido una esposa infiel y, por supuesto, la iglesia falsa es manifiestamente culpable de esta corrupci�n.

Por tres cosas se turba la tierra, y la cuarta no puede soportar: por el siervo cuando reina, y por el necio cuando se sacia de comida; por la mujer odiosa cuando se casa, y por la esclava que es heredera de su amante ".

Si en los vers�culos 15 al 17 no hemos visto satisfacci�n, y en los vers�culos 18 al 20, ninguna explicaci�n, en estos vers�culos est� la lecci�n evidente de que no hay descanso. �Qu� imagen del mundo retratan estos tres! Pero en la �ltima de las tres, las cuatro caracter�sticas mencionadas tienen en com�n el hecho de que el orden correcto se altera y todo se desequilibra. Si es as�, el descanso es imposible.

El gobierno de un sirviente generalmente ser� intolerable: es probable que se envanezca de orgullo que se glor�e en su autoridad, con el resultado de desgobierno y opresi�n. Pero para aplicar esto en el sentido m�s completo y propio, todos los hombres son en realidad siervos: s�lo a Dios pertenece el lugar de reinar. Cada rey de Jud� y de Israel ha probado la incapacidad del hombre para reinar adecuadamente: al final todos fueron fracasos.

No pudieron traer descanso a su naci�n. Y la tierra ha sido continuamente perturbada a trav�s de todos los reinados de los hombres. Solo el reinado del Se�or Jesucristo responder� a este estado de inquietud y agitaci�n.

Pero si primero hemos visto el gobierno de la persona equivocada, lo siguiente es la prosperidad de la persona equivocada. Ver prosperar a los malvados fue una angustia dolorosa para el salmista ( Salmo 73:3 ). Sin embargo, es com�n. El necio, dejando a Dios fuera de su cuenta, es un materialista vil, y cuando est� saciado con todo lo que quiere (lleno de carne), se caracteriza por el orgullo, la violencia, la corrupci�n, la maldad, la opresi�n y hablar descaradamente contra Dios ( Salmo 73:6 ).

Aqu� hay otra causa de inquietud sin fin en el mundo. Pero la fe mira m�s all�, y con Asaf dice: "Hasta que entr� en el santuario de Dios, entonces comprend� su fin" ( Salmo 73:17 ). Cuando tales hombres sean reducidos a la desolaci�n total y la pobreza eterna, los que tienen hambre y sed de justicia ser�n eternamente "saciados". Pero mientras tanto sabemos que el desorden se apodera del mundo.

En tercer lugar, es el caso de una persona equivocada unida en relaci�n con otra. El matrimonio es sagrado, un v�nculo del cual Dios es el autor. "Una mujer odiosa", una cuyo car�cter es repugnante y poco digno de confianza, s�lo agrega hipocres�a descarada a sus muchos pecados al estar casada. En todos los sentidos, ella contrasta con la "mujer virtuosa" del cap�tulo 31:10. Pero aqu� nuevamente hay una condici�n demasiado prevalente en el mundo de hoy, la de la corrupci�n de las relaciones santas establecidas por Dios.

El cuarto caso es el de la persona equivocada que recibe honores. La sierva aqu� es la que dispone de su amante, como implica la palabra hebrea para "heredero". Usando un sutil encanto femenino, puede suplantar a su amante en el afecto de su marido. Por tanto, su posici�n se utiliza para la traici�n. Este es el m�s repugnante de todos estos males y, sin embargo, �qui�n lo corregir�? Tambi�n en la cristiandad un mero sirviente a sueldo, un declarante guardi�n de la ley.

intentar� robar el lugar del alma que se apoya �nicamente en la pura gracia de Dios. Pero solo aquellos que est�n en esta relaci�n de pura gracia ante Dios son "herederos de Dios y coherederos con Cristo". Giezi es un ejemplo de la traici�n de un jornalero que no conoce la gracia ( 2 Reyes 5:20 ).

Pero su n�mero es demasiado grande. Estos tres vers�culos, entonces, son un resumen fiel de las razones de los disturbios del mundo. Y son cosas comunes, que ninguna legislaci�n o educaci�n puede cambiar, porque surgen de la condici�n natural y pecaminosa del coraz�n del hombre.

La quinta secci�n del cap�tulo (vv. 24-28) es un cuadro mucho m�s brillante, porque, siguiendo como lo hace el tema de los caminos del hombre en la debilidad y el fracaso, habla del ejercicio del alma como bajo responsabilidad. En este caso, progresar�, porque traer� a Dios a la escena, Dios con el hombre capacit�ndolo para sus responsabilidades. Cada uno de los cuatro casos de esta secci�n ilustra que, a pesar de la limitaci�n de las criaturas, se puede encontrar una bendici�n.

As� como es Dios mismo quien comunica a las hormigas, las conchas, las langostas y las ara�as (o lagartos) los instintos tan delicados que expresan, y es �l mismo su preservador, as� se pretende que esto sea una ense�anza directa con el mismo fin en relaci�n con el hombre.

"Hay cuatro cosas que son peque�as sobre la tierra, pero son sumamente sabias: las hormigas son un pueblo poco fuerte, pero preparan su carne en el verano; los conejos son solo un pueblo d�bil, pero hacen sus casas en el rocas; las langostas no tienen rey, sin embargo, salen todas por bandas; la ara�a se apodera de sus manos, y est� en los palacios del rey. "

La debilidad de la hormiga no es una excusa para la laxitud. Trabajan diligentemente para preparar la comida para el invierno. Tengamos tambi�n sabidur�a en nuestro breve lapso de vida en la tierra, para prepararnos para la eternidad. Es el tonto el que ignora esto, mientras acumula "muchos bienes" "durante muchos a�os", a�os en la tierra que tal vez no vea en absoluto ( Lucas 12:16 ).

La hormiga vive justamente solo para la tierra, y se prepara para el �nico futuro que tendr�: la preparaci�n del hombre solo para la tierra es una locura, porque su futuro terrenal no es nada comparado con la eternidad que debe enfrentar. Pero la hormiga est� destinada a ense�ar sabidur�a con diligencia y a reprender la pereza. "Ve a la hormiga, perezoso; considera sus caminos y s� sabio" ( Proverbios 6:6 ).

El cony del vers�culo 26 es evidentemente con raz�n el hyrax, un animal peque�o e indefenso del tipo de las marmotas, que no pertenece a la familia de los conejos, y que no es apto para excavar, sino que depende de los agujeros y hendiduras de la roca para su protecci�n. Si su condici�n es extremadamente d�bil, su posici�n es fuerte. Cu�n apropiada es una imagen del pecador salvado por la gracia de Dios. �l mismo, d�bil como el agua, "en Cristo" tiene una posici�n inexpugnable: "esa Roca era Cristo" ( 1 Corintios 10:4 ).

La debilidad de la peque�a criatura no lo desanima, sino que lo impulsa a la seguridad de un refugio fuerte. De modo que si la hormiga ense�a la preparaci�n, el conejo tambi�n ense�a claramente la preservaci�n o la seguridad.

Pero las langostas son maravillosas por el hecho de su unidad y orden espont�neos. �Qu� lecci�n para la iglesia de Dios! No requieren rey, ning�n gran l�der intelectual, que sea un organizador experto; sin embargo, el orden de su campamento es m�s preciso, m�s completamente unificado que el ej�rcito m�s cuidadosamente organizado del mundo. Es Dios quien les ha dado este sabio instinto. Sola, la peque�a langosta est� pr�cticamente indefensa: en bandas son pr�cticamente invencibles.

�Cu�n fervientemente se insiste en la responsabilidad de tal unidad y orden sobre la iglesia de Dios en las ep�stolas del Nuevo Testamento! Cristo, la Cabeza del cuerpo, la iglesia, est� hoy en Gloria, la �nica Cabeza. Pero si no se le ve, �es menos capaz de dirigir a sus santos en unidad piadosa? Son todos los santos a los que se exhorta a "andar dignos de la vocaci�n a la que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportando los unos a los otros en amor: esforz�ndonos por mantener la unidad del Esp�ritu en el v�nculo de la paz" ( Efesios 4:1 )

El poder de la unidad es el Esp�ritu de Dios invisible. El ejercicio de una fe honesta en cada miembro del cuerpo de Cristo resultar� en un orden tan hermoso como real. Pero la langosta seguramente reprende la verg�enza de nuestras muchas tristes divisiones, as� como reprende la dolorosa incredulidad de la organizaci�n del hombre, la introducci�n en la iglesia de la autoridad humana, el clero, las juntas de la iglesia, las distinciones denominacionales, que arruina toda la unidad, en lugar de asegurarla. .

Notemos tambi�n que el vers�culo 26 habla de refugiarse en la roca, mientras que el vers�culo 27 es m�s bien la "salida", llevando la batalla al pa�s de los enemigos. La defensa es sin duda necesaria, pero tambi�n debemos aprender a tener un car�cter ofensivo adecuado, y la verdadera unidad es una fuerza maravillosa para ello.

Los traductores est�n de acuerdo en que la ara�a del vers�culo 28 es en realidad el lagarto, una peque�a criatura llamada gekko, bastante com�n en Israel. Parece tener una preferencia peculiar por los edificios lujosos, y sus pies est�n equipados con dedos en forma de copa que producen una sustancia adhesiva por la cual pueden adherirse en cualquier posici�n a las superficies m�s lisas y no se desprenden f�cilmente. Cu�n preciosa lecci�n de la dependencia de la fe que se satisface con nada menos que habitar en la casa del Se�or, poseer los privilegios y las bendiciones apropiados que pertenecen por gracia al hijo redimido de Dios.

Como se le dijo a Josu�: "Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie, os lo he dado" ( Josu� 1:3 ), as� se anima al hijo de Dios a poseer esas posesiones que la gracia de Dios ha provisto. para �l. Su verdadero lugar es "levantarse y sentarse juntos en los lugares celestiales en Cristo Jes�s" ( Efesios 2:6 ), y aqu� es donde tambi�n est�n sus propias bendiciones: "benditas.

... con todas las bendiciones espirituales en los lugares celestiales en Cristo "( Efesios 1:3 ). Tomemos entonces, como el lagarto, en el palacio del Rey y tomemos todas las bendiciones que �l proporciona.

El vers�culo 29 ahora presenta la sexta (y �ltima) secci�n del cap�tulo. Si el hombre no aprende mediante el ejercicio de los tratos gubernamentales de Dios, tomando en serio la sabidur�a ense�ada incluso por las criaturas m�s peque�as, Dios triunfar�. Y esta sexta secci�n indica que Dios frenar� y vencer� la voluntad inquieta del hombre. �Qu� bueno saber esto! �Qu� bueno para nuestras propias almas que sea as�!

Hay tres cosas que tienen paso majestuoso, y cuatro son bellas para andar: el le�n, poderoso entre las bestias, que no se aparta por ninguno; un (caballo) ce�ido en los lomos; o el macho cabr�o; y un rey, contra quien nadie puede levantarse "(Nueva traducci�n).

Todo esto contrasta con las d�biles criaturas que acabamos de considerar; y nos hablan de poder, velocidad, habilidad y autoridad que es mayor que la del hombre en la carne. Pero, cu�n hermosa y perfectamente vemos todas estas caracter�sticas en nuestro Se�or Jesucristo, el Gran Vencedor. �l es "el Le�n de la tribu de Jud�", m�s fuerte que todos los dem�s, cuyo bendito valor moral se muestra de esta manera al ir directamente a la cruz, sin apartarse de nadie, ya sean escribas, fariseos, Pilato, Herodes o Satan�s. : �l podr�a enfrentarlos a todos y vencerlos en la muerte misma.

El segundo animal aqu� en realidad no se nombra en el original, pero tal vez se refiere a cualquier animal "ce�ido en los lomos" que tiene lomos construidos para la velocidad, evidentemente. El Se�or Jes�s tambi�n "se ci��" para servir con mayor eficacia y prontitud. Y en Apocalipsis est� ce�ido para el solemne servicio del juicio. �Qui�n puede compararse con �l en la prontitud y rapidez de su juicio del mal y la superaci�n de la voluntad del hombre? Su venida ser� como un rel�mpago.

"Un macho cabr�o tambi�n" nos recordar�a la graciosa facilidad de Superar cada obst�culo, mientras el macho cabr�o salta de un risco en otro y conquista los lugares m�s altos por encima del nivel de la morada del hombre. Dios no deja nada que no sea puesto bajo sus pies ( Hebreos 2:8 ). Aqu� est� la habilidad por encima y m�s all� de la mera humanidad, pero en Aquel que a�n es verdadero Hombre, el Hombre del Cielo.

La dignidad de la autoridad perfecta se nos ense�a por �ltimo en el rey contra el cual nadie puede levantarse. Ha habido algunos en quienes este personaje ha sido comparativamente sobresaliente en la historia, pero solo en nuestro Se�or se mostrar� perfectamente en el D�a de Su gloria que pronto vendr�. No es que la mera fuerza logre esto, sino el poder del amor, de la dignidad moral, de la fidelidad y la verdad, junto con la infinita grandeza de Su Persona.

"Del aumento de su gobierno y de la paz no habr� fin, sobre el trono de David, y sobre su reino, para ordenarlo y afirmarlo con juicio y con justicia desde ahora y para siempre" ( Isa�as 9:7 ) .

En vista de esta victoria asegurada de Dios sobre toda la humanidad, cu�n apropiados son los dos �ltimos vers�culos, para llevar la verdad a nuestras propias almas.

"Si has hecho locura al ensalzarte, o si has pensado lo malo, pon tu mano sobre tu boca. Ciertamente el batir la leche sacar� mantequilla, y el retorcerse la nariz sacar� sangre; as� el forzar la ira trae adelante contienda ".

Aqu� se exponen solemnemente dos cosas como causas de un da�o incalculable: la exaltaci�n propia y los pensamientos de maldad hacia Dios. Un le�n puede levantarse a s� mismo, ( N�meros 23:24 ), debido a su fuerza misma, pero si un simple hombre aspirara tontamente al lugar de Dios, ser� derribado. Cu�nto mejor juzgarnos a nosotros mismos ahora, poner nuestra mano sobre nuestra boca y dejar que s�lo Dios sea grande. O si nuestros pensamientos se han atrevido a cuestionar Su sabidur�a. Su justicia, sus caminos, que juzguen nuestros pensamientos ahora, y detenga cualquier palabra rebelde que pase por nuestros labios.

Porque la imposici�n de la voluntad del hombre seguramente traer� resultados de cierto tipo. El batido de la leche da como resultado la mantequilla, un final mucho m�s preferible que el de los dos �ltimos casos. La leche es un s�mbolo familiar de la Palabra de Dios ( 1 Pedro 2:2 ), y si dedicamos nuestro tiempo a reflexionar sobre lo que encontramos all�, seremos bendecidos con la rica mantequilla, la grasa concentrada y la prosperidad de la bendici�n espiritual.

Este tipo de ejercicio es rentable. Pero retorcerse la nariz es da�ino, sin objeto de bien: producir� sangre. Y as� tambi�n el forzar la ira no puede tener un buen objetivo y no lograr� un buen fin. No permite la paz ni el descanso, pero suscita contiendas. Por tanto, juzgue el hombre su propia voluntad como mala, y incl�nese ante la sabia, santa y perfecta voluntad de Dios.

Información bibliográfica
Grant, L. M. "Comentario sobre Proverbs 30". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lmg/proverbs-30.html. 1897-1910.
 
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