Bible Commentaries
1 Crónicas 13

Comentario Pozos de agua vivaPozos de agua viva

Versículos 1-14

El arca en el hogar de Obed-Edom

2 Samuel 6:1 (Comp�rese con 1 Cr�nicas 13:1 )

PALABRAS INTRODUCTORIAS

Tenemos algunas lecciones muy solemnes que considerar.

1: El car�cter sagrado de las cosas santas. Durante varios Cap�tulos hemos estudiado algunas cosas que han tenido que ver con el Arca del Se�or. Una cosa que no hemos sugerido hasta ahora es la forma descuidada en que se manipul� el arca, primero por los filisteos y luego por los hombres de Bet-semes. Ninguno de los anteriores pareci� darse cuenta de que hab�a algo sagrado relacionado con el Arca. El primero la empuj� en un carro y el segundo la abri� con rudeza para examinar el interior.

En este estudio, sin embargo, llegamos a un cl�max en este descuido, un cl�max que es totalmente inexcusable, y que fue severamente reprendido desde lo alto por la muerte de Uza. Los detalles de esto se dar�n a conocer m�s adelante. No deseamos hacer m�s aqu� que ofrecer algunos comentarios generales.

Tal como lo vemos, el esp�ritu de la era en la que vivimos ahora est� impregnado de una total indiferencia por el car�cter sagrado de las cosas divinas. Los hombres adoran al Se�or, el Alt�simo y Santo, Creador del cielo y de la tierra, de la manera m�s descuidada e incluso fr�vola.

Los Nombres de la Deidad a menudo se omiten. Hablamos de esos Nombres que se refieren al Se�or resucitado, exaltado y glorificado. En lugar de dirigirse a nuestro Salvador como el Se�or Jes�s, el Se�or Jesucristo o Jesucristo el Se�or, con demasiada frecuencia se dirige a �l con el �nico Nombre, Jes�s.

Concedemos que el Nombre Jes�s tiene un significado muy sagrado de que significa "�l salvar� a su pueblo de sus pecados". Sin embargo, el Nombre que est� tan casualmente en los labios de muchos se usa para designar a nuestro Se�or como el Hombre que habit� entre nosotros.

En las ep�stolas que siguen a la resurrecci�n del Se�or Jes�s, se le dan sus t�tulos m�s completos con, quiz�s, dos o tres excepciones, donde hay una referencia especial a su salvaci�n.

Observemos por un momento la declaraci�n inicial de la oraci�n que el Se�or ense�� a sus disc�pulos. La oraci�n es as�: "Padre nuestro que est�s en los cielos, santificado sea tu nombre". Hay algo en la palabra "santificado" que conlleva reverencia y adoraci�n y el reconocimiento de la sublimidad, la gloria y el poder del Padre.

Necesitamos aprender el significado m�s profundo de las palabras que se le dijeron a Mois�s: "Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que est�s es tierra santa".

I. TRAER EL ARCA DE VUELTA CON POMPA Y GLORIA ( 2 Samuel 6:1 )

1: El Arca hab�a estado veinte a�os en la casa de Abinadab. Fue, sin duda, una vez m�s entre el pueblo de Israel; pero ahora que Samuel se hab�a ido, y Sa�l se hab�a ido, y David era rey, era muy natural que el rey quisiera que el arca volviera a su lugar, para que Dios pudiera ser el Jefe reconocido de la naci�n.

2: David reuni� a treinta mil hombres de Israel para traer el Arca. En 1 Cr�nicas 13:1 leemos que David consult� "con los capitanes de miles y cientos, y con cada l�der". Esto podr�a haber estado bien, si todos hubieran consultado con el Se�or, en Su Palabra, y hubieran averiguado c�mo se iba a traer de regreso el Arca.

Al fallar en esto, David cometi� un gran error. Nuevamente leemos en Cr�nicas que David dijo: "Si te parece bien, y que sea del Se�or nuestro Dios". Hagamos esto y aquello. Tengamos cuidado de que en todo tenemos a Dios en primer lugar y nunca en segundo. No se trata de si nos parece bien a nosotros y al Se�or, sino al Se�or.

3: David pudo haber sentido que la presencia de tantos miles de Israel dar�a gloria a Dios, y pudo haber sentido que su propia dignidad como rey exig�a una demostraci�n tan grande. En cualquier caso, habr�a mucho ruido al respecto.

Fue al menos un gran d�a en Israel. Estaban listos para unirse al gran evento, incluso desde Shihor de Egipto, hasta la entrada de Hemat.

El Arca, durante los d�as de Sa�l y despu�s de la muerte de Samuel, nunca hab�a sido reconocida; y nunca se hab�a buscado al Dios que habitaba entre los querubines. Ahora, sin embargo, la gente volv�a una vez m�s sus rostros hacia Dios.

Amados, que nuestra principal preocupaci�n sea que Dios est� entre nosotros, honrado y amado. Si ha estado aislado fuera del campamento, vayamos a �l fuera del campamento, llevando Su reproche. Si �l es amado y recibido como Aquel en medio de la iglesia, no dejemos de encontrarlo all�.

Si no hay un Arca de Dios en nuestra propia casa, llevemos all� el Arca en la construcci�n de nuestro Altar Familiar.

II. HACER LO BUENO DE MANERA INCORRECTA ( 2 Samuel 6:2 )

1: La imitaci�n del mundo a menudo causa estragos. La noticia de c�mo los filisteos hab�an devuelto el arca a las costas de Israel nunca se hab�a olvidado. Lo hab�an tra�do en un carro nuevo, tirado por bueyes. Lo hab�an tra�do as�, y lo hab�an tra�do con �xito.

Ahora el pueblo del Se�or busca imitarlos. Quiz�s este fue el resultado de que David mir� a la gente. Si solo hubieran le�do las instrucciones de Dios, habr�an sabido que el Arca deb�a ser transportada y no transportada. Si se hubieran detenido a considerar la construcci�n del Arca, podr�an haber visto que el Arca fue hecha para ser transportada y no transportada. �Por qu� estaban all� las duelas y por qu� las bases?

2: La Cabeza de la Iglesia es Cristo, y Cristo debe ser reconocido. Ha llegado el momento en que se consulta demasiado a la gente, en lugar de las l�neas de la afirmaci�n b�blica positiva. Los pastores son llamados, los di�conos o los ancianos seleccionados, los fideicomisarios, los superintendentes de la escuela dominical, los organistas de la iglesia, los coros y mucho m�s, son llevados a los lugares de autoridad sin siquiera preguntar si hay alg�n "as� dice el Se�or" en cuanto a c�mo ser�n elegidos, o en cuanto a qu� tipo de hombres se van a elegir.

De ahora en adelante, reconozcamos a Cristo y pidamos su gu�a en todas estas cosas.

III. �PUEDE SER CASADO NUESTRO BIEN POR NUESTRO MALO? ( 2 Samuel 6:5 )

1: Una alabanza maravillosa y gloriosa. �C�mo debe haber subido al cielo el volumen del canto y la m�sica! Verdaderamente Dios estaba complacido con los c�nticos de alabanza; porque hermosa es la alabanza, y enaltece al Se�or. �Qu� tiempo de alabanza y magn�fica m�sica nos espera en la Gloria! Habr� �ngeles tocando sus arpas. Habr� voces alzadas en maravillosos magnificats al Cordero.

Los n�meros que alaban al Se�or ser�n diez mil veces diez mil y miles y miles de miles. Las palabras ser�n: "Se�or, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque t� creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas". Las palabras ser�n: "Digno eres de tomar el Libro y de abrir sus sellos; porque T� fuiste inmolado, y con Tu Sangre nos redimiste para Dios de todo linaje, lengua, pueblo y naci�n".

2: �Entonces qu�? �Puede nuestro bien ser estropeado por nuestro mal? Estamos seguros de que puede. El j�bilo de aquella hora maravillosa se estaba convirtiendo en un triste anticl�max. El canto se convertir�a en pavor y miedo. La gente estaba a punto de sorprenderse con el juicio de Dios sobre uno de ellos. El rey, incluso David, estaba lleno de dudas en cuanto a los juicios de Dios.

S�, puede ser as�. Hacer algo bueno, de una manera que agrada a Dios, no puede hacer posible que Dios pase por alto algo que es completamente malo.

Que nadie piense ni por un momento que las grandes donaciones de dinero o las grandes haza�as de servicio pueden compensar de alguna manera el pecado en el campamento. No podemos cubrir nuestro mal camino con el manto de una gran demostraci�n de alabanza, por muy sincero que sea. Cuando hay un Ac�n en el campamento, hay un ej�rcito derrotado.

Los muchos sufren por los pecados del uno, cuando el uno es parte integral de los muchos.

IV. DONDE LOS M�TODOS HUMANOS SE ENCUENTRAN CON SU JUSTO DESASTRE ( 2 Samuel 6:6 )

1: Un lugar accidentado en la carretera. Cuando el carro pas� por la era de Nachon, los bueyes hicieron temblar el Arca de Dios. �Ah� tienes! Cargar el arca estaba fuera del plan divino. El Arca nunca hab�a sido sacudida si hubiera sido transportada.

Siempre hay lugares en el camino donde los caminos del mundo en la iglesia traer�n desastre. A menos que Dios est� en la casa, en vano trabajan los que la construyen. Dios no asegurar� los m�todos de la iglesia mundanos, ideados por nosotros mismos y conducidos humanamente contra el fracaso.

Los caminos de Dios no son los caminos del hombre. Est�n tan separados como Oriente de Occidente. Los caminos de los hombres auguran �xito, pero no pueden encajar con los caminos de Dios. Lo carnal y lo mental no pueden caminar con lo espiritual. La carne no puede unirse en camarader�a con el Esp�ritu.

2: El muerto en el camino. Uza hizo lo natural. Cuando el Arca comenz� a temblar, inmediatamente extendi� la mano para estabilizarla. �Hab�a algo malo en esto? Quiz�s Uza pens� que el Arca era tan preciosa como su propia vida. Le encant�. Para �l representaba todo lo que era alto, santo y sublime. No quer�a que se cayera al suelo y se rompiera en el borde del camino. �No era, entonces, digno de elogio en lugar de culparlo?

Quiz�s Peter deber�a haber sido elogiado en lugar de reprobado cuando sac� su espada y le cort� la oreja a Malchus. Quiz�s Mois�s deber�a haber sido perdonado cuando, en su ira, golpe� la roca dos veces en lugar de hablarle. �Debemos ense�ar que un servicio bien intencionado es necesariamente un servicio aceptable?

Al menos Dios no lo ense�a. En el momento en que la bien intencionada Uza toc� el arca del Se�or, hab�a una Uza muerta junto al camino.

Cuando miramos a Uza, muerta, vemos la cosecha de llevar el Arca, que Dios orden� que se llevara. La paga del pecado es muerte. Tambi�n vemos la absoluta locura de acercarnos a Dios o al Arca de Dios, aparte de la Sangre de expiaci�n ordenada.

V. DONDE LA ALABANZA SE CONVIERTE EN QUEJAR ( 2 Samuel 6:8 )

1: �Dejaremos de alabar a Dios en sus juicios? �Es nuestro Dios justo y digno de alabanza solo cuando reparte Sus bendiciones? Con Israel fue un d�a de alabanza, cuando Dios los libr� de las manos de los egipcios. Estaban dispuestos a alabar a Dios incluso por sus juicios sobre el fara�n.

Recordemos que Dios es tan justo en Sus juicios como lo es en Sus liberaciones. Entonces, �por qu� habr�a perdido Israel su c�ntico, cuando Dios envi� juicio sobre Uza y sobre todos ellos?

Quiz�s no haya tema de canto tan querido por los corazones de los santos como el del Calvario. Sin embargo, el Calvario es el lugar del justo juicio de Dios sobre el pecado. No cantamos cuando vemos a Uza muerta en el camino, pero cantamos cuando vemos a Cristo muerto en el �rbol.

2: He aqu� David, el rey disgustado con Dios. El problema con David era que no quer�a que su hora de alabanza se interrumpiera con un funeral. La muerte de Uza hizo callar la alabanza de Israel. Los arpistas tocan sus arpas; los panderos fueron puestos a un lado, la m�sica ces�.

�Divide Dios alguna vez nuestras �pocas de gozo con �pocas de dolores? �Camina alguna vez el juicio con dureza por el camino de la victoria? S�, cuando hay pecado en el campamento. S�, cuando intentamos hacer lo correcto de la manera incorrecta. S�, cuando estamos dispuestos a dejar de lado el camino de Dios por el nuestro.

3: Donde la comuni�n se convierte en miedo. �Parece una l�stima! Ellos, que tan felizmente estaban bendiciendo a Dios en un glorioso canto de compa�erismo, ahora comenzaron a tener miedo del mismo Se�or. La brecha de Dios en Uza llen� a David y a los hijos de Israel del mismo tipo de temor que su brecha sobre los habitantes de Asdod y Ecr�n hab�a llenado a los filisteos.

Los hijos de Israel comenzaron a temer a Dios porque era un Dios de juicio. Se sintieron m�s seguros, quiz�s, sin �l que con �l. As� fue como temblaron y tuvieron miedo. El pecado siempre hace que los hombres tengan miedo de Dios. Desde el d�a en que Ad�n y Eva se escondieron en los �rboles del Huerto, los pecadores siempre se han escondido. En los d�as de la segunda venida del Se�or, las naciones se asustar�n al ver al Cordero sentado en el trono.

VI. EL ARCA EN LA CASA DE OBED-EDOM ( 2 Samuel 6:10 )

S�, la marcha de ese maravilloso d�a termin� abruptamente. Los 30.000 hombres escogidos de Israel regresaron a sus hogares decepcionados y temerosos de Dios.

As� que David no quiso llevarse el arca para s� mismo, sino que fue llevada a la casa de Obed-edom, el gitita.

1: El Se�or bendijo a Obed-edom y a toda su casa. Deben haber sido tres meses maravillosos para la casa de Obed-edom. Una nueva prosperidad le lleg� a �l y a todos los que habitaban con �l. Toda su casa fue bendecida. Todo lo que toc�, el Se�or lo hizo prosperar. Quiz�s sus propios hijos florecieron con un nuevo resplandor de salud. Sus campos se hicieron m�s abundantes. La alegr�a llen� todos los corazones de su hogar. La prosperidad hab�a llegado y se alegraron.

�No es esto siempre cierto cuando el Se�or habita en cualquier hogar? �No respira su presencia una paz y un poder que nada m�s puede producir? Si el Se�or est� en la casa, las bendiciones del Se�or est�n sobre ella.

2: El Arca que hab�a tra�do muerte a Uza, trajo bendici�n a Obed-edom. Aqu� hay una aparente paradoja. �Por qu� la misma Arca deber�a bendecir a uno y maldecir al otro? El mismo fuego que calienta a uno, �no quema a otro? �No ahoga la misma agua que da de beber a uno al otro? �Por qu�? No porque el fuego o el agua tengan favoritos; no porque el fuego o el agua tenga espasmos en los que bendice o maldice, seg�n sus caprichos. Para nada. �Entonces por qu�? La diferencia est� en los hombres y en los pueblos; no en Dios.

Dios quiere ser rico para con todos, pero es rico para con todos los que le invocan. Donde hay maldici�n, invariablemente hay pecado; donde hay bendici�n, siempre est� la justicia que es por la fe.

3: David escucha las buenas nuevas. "Fue informado al rey David, diciendo: Jehov� ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que le pertenece, a causa del arca de Dios". Aqu� hab�a espacio para pensar, con David. Hab�a tenido una visi�n de Dios que ilumin� su mente. Hab�a aprendido una lecci�n que estamos seguros que nunca olvid�. Dios con nosotros siempre trae bendiciones.

VII. RECLAMANDO LO MEJOR DE DIOS ( 2 Samuel 6:15 )

1: Piense en el per�odo que David estuvo sin el Arca de Dios. De alguna manera nos parece que David se hab�a estado privando de muchas bendiciones durante el tiempo que el Arca estuvo en la casa de Obed-edom. Durante esos tres meses, entre el momento en que fue a buscar el Arca y la hora en que por fin, seguro de la bendici�n debido a la bendici�n que Dios hab�a dado a la casa de Obed-edom, se sinti� refrenado por el miedo.

Pregunt�monos esta solemne pregunta: "�Nos estamos perdiendo lo mejor de Dios porque hemos vivido separados de Su presencia?" Dios nos ayude a ponernos de inmediato a asegurar todo lo que es nuestro en Cristo Jes�s.

2: Considere el gozo de traer de vuelta el Arca de Dios. En 1 Cr�nicas 15:1 encontramos que David hab�a preparado un lugar para el Arca. Adem�s, David hab�a descubierto d�nde se hab�a equivocado en su primer intento de traer el Arca. Ahora, David dijo: "Nadie debe llevar el Arca de Dios. pero los levitas ". F�jese que "lleva el arca", no "lleva el arca" .

"Entonces David a�adi�: " Por cuanto no lo hicisteis al principio, el Se�or nuestro Dios abri� una brecha en nosotros, porque no lo buscamos seg�n el orden debido. " �Qu� m�s pod�a hacer Dios? Su pueblo se hab�a negado a seguirlo. completamente; hab�an quebrantado Su liderazgo, y ten�an que ser juzgados y castigados.

Ahora, con tanta alegr�a, quiz�s mayor alegr�a; y ahora, a la manera de Dios, trajeron de vuelta el Arca. Qu� vista tan gloriosa fue. "Y David estaba vestido con un manto de lino fino, y todos los levitas que llevaban el arca, y los cantores, y Chenan�as el maestro del canto con los cantores; tambi�n David ten�a sobre s� un efod de lino."

Mientras marchaban, se oy� el sonido de la corneta, y con trompetas y c�mbalos, haciendo ruido con salterios y arpas.

As� fue llevada el arca a la casa que David hab�a levantado para ella; y David ofreci� holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehov�. Luego, bendijo al pueblo en el nombre del Se�or de los ej�rcitos.

Nuestras mentes no pueden sino anticipar ese d�a maravilloso en que los santos se reunir�n en casa. �Oh, qu� gozo y regocijo estar para siempre con el Se�or!

UNA ILUSTRACI�N

Por fin, David encontr� el lugar del verdadero gozo en el camino de la obediencia y la presencia plena de Dios, que habitaba en medio de los querubines.

No hay leyenda m�s hermosa que la asociada con las campanas de Limerick, una pintoresca ciudad irlandesa, famosa hoy en d�a por esta hermosa historia.

Un pobre muchacho italiano, ambicioso de producir un juego de campanas cuyas campanillas no tendr�an rival en belleza, trabaj� duro y durante mucho tiempo en su propio pa�s para llevarlas a la perfecci�n. Fueron colgados en un monasterio en Italia, y toda la campi�a qued� encantada con su dulce melod�a. El exitoso artista compr� una casa en el barrio y durante a�os pas� sus tardes escuchando la dulce m�sica de sus campanas.

Lleg� la guerra; las campanas fueron robadas y se las llevaron, no sab�a d�nde. Viejo y pobre, se despidi� de su Italia natal y parti� en busca de la m�sica que tanto amaba. Sus pies cansados ??tocaron las costas de muchas tierras; por fin lleg� a Irlanda.

Una tarde, justo cuando el sol se pon�a, navegaba r�o arriba que corre cerca de Limerick, cuando, sostenido por el c�firo vespertino, le lleg� sigilosamente a los o�dos el dulce repique de las campanas melodiosas. Se sent� extasiado; sab�a que no estaba equivocado y que la fascinante melod�a era la m�sica de sus propias campanas, perdidas y queridas desde hac�a mucho tiempo. Dirigi� su rostro, ahora empapado de l�grimas, hacia la torre de donde ven�an los encantadores compases; y cuando el barco zarp� hacia el puerto, sus andanzas terminaron. La luz se hab�a desvanecido de sus ojos, sus dedos se hab�an soltado y su alma se hab�a alejado flotando con la dulce m�sica de sus propias campanas.

Oh, hijo de Dios, �has perdido la m�sica que una vez deleit� tu alma? �Ha robado el mundo de la alegr�a las campanas de alegr�a de nuestra fe y devoci�n de anta�o? No necesitas vagar por el mundo ni esperar hasta la muerte para encontrar la m�sica. Las campanas est�n en tu alma, y ??Jes�s puede tocarlas en "m�sica tan dulce que los �ngeles se inclinar�n para escuchar". Si esas campanas han dejado de sonar, hay una raz�n, que Dios sabe y t� sabes. Deja que el Hijo de Dios te perdone y restaure la m�sica a tu alma. WEB

Información bibliográfica
Neighbour, Robert E. "Comentario Pozos de agua viva en 1 Chronicles 13". "Agua viva". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lwc/1-chronicles-13.html.