Bible Commentaries
1 Corintios 1

Comentario Pozos de agua vivaPozos de agua viva

Versículos 1-10

El cristiano carnal

1 Corintios 1:1

PALABRAS INTRODUCTORIAS

Consideraremos los primeros 9 vers�culos del primer cap�tulo de I Corintios. Estos vers�culos nos dan claramente una posici�n cu�druple que tenemos en Cristo Jes�s.

1. Todos los cristianos son cristianos santificados. As�, Pablo se dirige a los santos de Corinto: "A los santificados en Cristo Jes�s". La santificaci�n tiene un escenario doble. En primer lugar, hay una santificaci�n que es nuestra en Cristo, y en segundo lugar, est� la santificaci�n que es nuestra en la pr�ctica. Somos santificados en Cristo, por la sencilla raz�n de que todo lo que tenemos en el �mbito espiritual es nuestro en �l. En las bendiciones celestiales, Cristo es todo en todos. Somos justificados en Cristo, salvos en Cristo y apartados en Cristo, como aquellos lavados, limpiados y dedicados al servicio de Dios.

2. Todos los cristianos son llamados santos. Nuestro segundo verso dice: "Llamados a ser santos". Simplemente somos "llamados santos". Somos santos porque somos limpiados, separados y dedicados a Dios. Es posible que estas cosas no hayan llegado a ser pertinentes en nuestras vidas, pero todas son nuestras en el Se�or Jesucristo. Como sol�a decir Charles I. Scofield, "El llamado de Dios a todo creyente es llevar su estado a la posici�n de Cristo".

3. Todos los cristianos pueden invocar el Nombre del Se�or Jesucristo. No se averg�enza de reconocer al Se�or como su Salvador. Incluso Jon�s, el fugitivo, cuando fue acorralado, r�pidamente afirm�: "Soy hebreo, y temo al Se�or, Dios del cielo". Un cristiano puede ser carnal y, sin embargo, invocar el Nombre del Se�or.

4. Todos los cristianos tienen gracia y paz. Esto se nos ense�a en 1 Corintios 1:3 . Tenemos paz porque tenemos gracia. Tenemos gracia porque fuimos salvos por gracia. Caminamos en gracia. Estas cosas son nuestras porque somos salvos, no por lo que hacemos como santos o por lo que somos en nosotros mismos.

5. Todos los cristianos se enriquecen en expresi�n y conocimiento. "Que en todo sois enriquecidos por �l, en toda expresi�n y en todo conocimiento, as� como el testimonio de Cristo fue confirmado en vosotros". �Pi�nsalo! �Un grupo de personas que no solo conoc�an a Dios, sino que fueron enriquecidos por �l! Sab�an c�mo testificar por �l, y sab�an mucho acerca de �l, porque estaban enriquecidos en conocimiento y, sin embargo, eran carnales y caminaban como hombres.

6. Se insta a todos los cristianos a esperar la venida del Se�or Jesucristo. "Para que no os qued�is atr�s en ninguna ofrenda, esperando la venida de nuestro Se�or Jesucristo". Para el carnal, la Venida del Se�or puede tener mucho pavor, pero, sin embargo, el cristiano carnal puede darse cuenta del hecho de la Venida del Se�or, y puede estar esper�ndolo.

7. Todos los cristianos son confirmados hasta el d�a de Jesucristo, y en Cristo Jes�s permanecer� irreprensible en ese d�a. Debemos recordar que cuando Dios nos mira a trav�s de la Sangre, nos considera irreprensibles, porque todos nuestros pecados est�n sobre �l.

8. Todos los cristianos est�n llamados a la comuni�n de Jesucristo, su Se�or. Puede que no est� caminando en comuni�n ni disfrutando de la comuni�n, pero ha sido llamado a esa comuni�n. As� os hemos puesto ante vosotros las cosas que tenemos en Cristo. El primer cap�tulo de Efesios debe estudiarse a modo de comparaci�n. En ese cap�tulo se describen siete cosas que pertenecen a todos los santos en Cristo Jes�s.

I.LOS CRISTIANOS CORINTIOS FUERON CARNALES PORQUE HAB�A CISMAS Y CONTENCIONES EN EL MUNDO ( 1 Corintios 1:10 )

En 1 Corintios 1:10 y 1 Corintios 1:11 , Pablo dice: "Os ruego, hermanos, en el Nombre de nuestro Se�or Jesucristo, que habl�is todos una misma cosa, y que no haya divisiones entre vosotros; pero para que est�is perfectamente unidos en la misma mente y en el mismo juicio ".

1. Se les dijo que hablaran las mismas cosas porque solo hay una cosa que decir. No hay un evangelio o un mensaje para un cristiano espiritual y otro para un carnal. La Palabra es verdad, y la verdad debe ser dicha. Creemos hasta el d�a de hoy que las divisiones en la doctrina se deben a las carnalidades entre los santos. El Esp�ritu Santo ense�a un solo mensaje acerca de nuestro Se�or. No est� dividido. Cuando los santos se re�nen bajo diferentes nombres, est�n siguiendo cosas carnales.

2. Se les dice que est�n unidos en la misma mente, porque la �nica mente que debemos tener es la mente de Cristo. La palabra "mente" puede llevar consigo el pensamiento de conocimiento, pero tambi�n el pensamiento de incentivos, prop�sitos. Por ejemplo, Pablo dijo: "Est� en vosotros esta mente, que tambi�n estaba en Cristo Jes�s". Luego nos dice que la mente de Cristo era la mente de la humillaci�n, y que nosotros tambi�n debemos humillarnos ante los ojos de Dios. Por lo tanto, debemos caminar en la mente de Cristo, as� como en la doctrina de Cristo. Necesitamos vivir la misma vida que �l vivi�, tanto como necesitamos sostener la misma doctrina que �l ense��.

3. Se les dijo que se unieran en el mismo juicio. En otras palabras, esta es la misma base de acci�n. Un hombre juzgar� de una manera y otro de diferente manera. Sin embargo, cuando nos unimos en Cristo Jes�s, encontraremos que seremos de la misma mente y el mismo juicio. Pablo escribi� a los filipenses y dijo: "Ruego a Euodias y a S�ntique que sean de la misma opini�n en el Se�or".

"Ambos ten�an sus nombres en el Libro de la Vida. Ambos eran colaboradores de Pablo, y sin embargo, necesitaban reunirse. Tengamos cuidado, no sea que haya divisiones entre nosotros. Todas estas cosas tienden a estropear nuestro testimonio.

II. SIGUIERON A LOS HOMBRES Y NO A CRISTO ( 1 Corintios 1:11 )

El Ap�stol escribi� a los santos en Corinto y dijo: "Porque me ha sido declarado de vosotros, hermanos m�os, por los que son de la casa de Cloe, que hay contiendas entre vosotros. Ahora bien, esto digo, que todos De vosotros dice: Yo soy de Pablo, yo de Apolos, yo de Cefas y yo de Cristo. Seguir a los hombres es seguir las personas de los hombres, las predicaciones de los hombres, el liderazgo de los hombres.

Aqu� es donde muchos del pueblo de Dios se han derrumbado por completo. Hab�a Paul-ites en esos d�as. Les gust� la profunda configuraci�n doctrinal del ministerio de Pablo. Hubo Apolos-ites en aquellos d�as. Les gustaban sus vuelos de oratoria, su poder arrollador sobre la audiencia. Hubo Cephas-ites. A esta gente le agradaba Peter por su impetuosidad y su indudable fuerza de car�cter.

Otros dec�an que eran de Cristo. Quiz�s profesaban una mayor santificaci�n de un conocimiento m�s profundo y un caminar m�s cercano que los otros santos de Corinto.

El ap�stol Pablo, sin embargo, pareci� levantar las manos con horror, mientras gritaba: "�Est� Cristo dividido?" Nos preguntamos c�mo se sentir�a hoy. Hay John Wesley-ites, y John the Baptist-ites, y Luther-ites, y muchas clases de "ites". Hay divisiones en la doctrina y divisiones en los ministerios que han dividido a los hijos de Dios. Pablo dijo: "�Fue Pablo crucificado por vosotros? �O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?" Debemos tener mucho cuidado, como ministros del Evangelio, de no juntar personas a nuestro alrededor.

III. LA PREDICACI�N DE LA CRUZ ( 1 Corintios 1:18 )

Aqu� hay una gran fil�pica: "La predicaci�n de la cruz es locura para los que se pierden; pero para nosotros, los que somos salvos, es poder de Dios".

1. La necedad de la predicaci�n. La cruz es para los que perecen una predicaci�n de locura. Hay muchas cosas alineadas en esta declaraci�n.

En primer lugar, est� la negaci�n de la necesidad de un Salvador. El mundo va a establecer su propia justicia. Una vez m�s, est� la negaci�n del m�todo de salvaci�n. Cuando el pecador reconoce su pecado, comienza a enfrentar un m�todo de salvaci�n. Si est� perdido, puede pensar que puede encontrarse a s� mismo. Si es malvado, puede pensar que puede renovarse.

La salvaci�n humana se basa en alguien que se eleva por encima de s� mismo.

2. El poder de Dios. Mientras que la Cruz para los imp�os es locura, para los que son salvos es poder de Dios. Recordamos c�mo el ap�stol Pablo dijo: "No me averg�enzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvaci�n a todo aquel que cree; al jud�o primeramente, y tambi�n al griego".

Es en el Evangelio de la salvaci�n a trav�s de la Sangre de Cristo, que el creyente contempla la justicia de Dios hecha posible a trav�s de la fe. �Qu� extra�o es que lo que es locura para uno, sea poder de Dios para el otro! Hay una gran negaci�n del Calvario hoy; tambi�n hay un gran encuentro a la Cruz. Uno llama a la Sangre una religi�n de carnicer�a; dice que la Sangre de Cristo en la Cruz no tiene m�s valor que la sangre de un gallo-petirrojo; lo ridiculiza, lo niega, lo difama. Por otro lado, el creyente se deleita cantando:

"En la Cruz de Cristo me glor�o,

Remolcando los restos del tiempo;

Todos los ritos de la historia sagrada

Re�nanse en torno a su Cabeza sublime ".

IV. LA LOCURA DE LA SABIDUR�A HUMANA ( 1 Corintios 1:19 )

1. La sabidur�a humana se arruinar�. 1 Corintios 1:19 dice: "Porque escrito est�: Destruir� la sabidur�a de los sabios, y destruir� la inteligencia de los prudentes". Aquellos hombres que se levantan contra el Se�or Jesucristo y contra Su Cruz, a menudo lo hacen bajo el disfraz de erudici�n.

Dios dice, su erudici�n ser� destruida. Tales hombres "cambiaron la verdad de Dios en mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura m�s que al Creador". No quieren retener a Dios en su conocimiento, y por esta raz�n Dios los entrega a "una mente reprobada".

2. La sabidur�a humana se volver� insensata. Toda mirada exaltada y todo coraz�n que se levante contra Dios ser� humillado. Toda la erudici�n de este mundo que niega a Cristo y Su Cruz, Dios y Su gracia, ser� reducida a nada. "�D�nde est� el sabio? �D�nde est� el escriba? �D�nde est� el peleador de este mundo? �No ha enloquecido Dios la sabidur�a de este mundo?" Leemos en el Libro de Romanos, cap�tulo 1, de ciertos hombres que profesaban ser sabios y se volvieron tontos. Ellos "se volvieron vanos en su imaginaci�n, y su necio coraz�n se oscureci�".

3. La sabidur�a de este mundo no conoce a Dios. 1 Corintios 1:21 dice: "Porque en la sabidur�a de Dios, el mundo no conoci� a Dios por sabidur�a * *". Es muy extra�o, pero cierto, que los grandes hombres no siempre sean sabios, ni los ancianos comprendan la sabidur�a. En muchas escuelas y colegios, y con frecuencia en los seminarios, encontramos mucha negaci�n de Dios; y, particularmente, de Dios en el �mbito de la redenci�n.

Los hombres de este mundo parecen saber mucho y, sin embargo, saben poco. Veremos m�s de esto a medida que avancemos. "Los jud�os piden una se�al, y los griegos buscan sabidur�a". El santo, sin embargo, se deleita en cantar:

"Debajo de la Cruz de Jes�s

De buena gana tomar�a mi posici�n ", etc.

V. LA GLORIA DE LA CRUZ ( 1 Corintios 1:23 )

El Esp�ritu Santo ahora nos est� dando, a trav�s de Pablo, una declaraci�n magistral. Es una declaraci�n que contrasta las actitudes del creyente y del incr�dulo hacia la Cruz de Cristo. La Escritura dice: "A los jud�os les predicamos a Cristo crucificado, tropiezo ya los griegos locura; pero a los llamados, as� jud�os como griegos, Cristo poder de Dios, y sabidur�a de Dios".

1. Vemos una distinci�n entre los salvos y los no salvos, ya sean jud�os o griegos. Los no regenerados no tienen lugar para la Cruz. Ya sea jud�o o griego, los regenerados consideran la Cruz como el poder y la sabidur�a de Dios. Esto muestra c�mo, a trav�s de la regeneraci�n, se cambian los mismos pensamientos de la mente.

Hemos visto infieles e incluso ateos, que se consideraban absolutamente inexpugnables a cualquier poder de la Cruz. Se jactaban de su incredulidad y parloteaban sobre sus negaciones; y, sin embargo, hemos visto a estos mismos hombres convertirse en los m�s ardientes amantes y fieles proclamadores de la Cruz de Cristo. Las cosas viejas, de hecho, pasaron con ellos. Cuando fueron salvos, todas las cosas se volvieron nuevas.

2. Para el creyente, la Cruz de Cristo es el poder de Dios para salvaci�n. Levanta al ca�do del pozo fangoso y coloca sus pies sobre la Roca. Sin embargo, hemos visto un gran poder en el viento, o en el vapor o en la electricidad, que no es comparable al poder que Dios obr� en Cristo en la cruz, y cuando lo sac� de entre los muertos y lo sent� a su lado. propia mano derecha como Salvador.

3. Para el creyente, la Cruz del Se�or Jesucristo es la sabidur�a de Dios. Es la sabidur�a de Dios, porque en ella Dios encontr� el camino por el cual pod�a ser justo y el que justificaba a los que creen.

VI. EL LLAMAMIENTO DE LOS SANTOS ( 1 Corintios 1:25 )

Llegamos ahora a algunas de las notables declaraciones de nuestro cap�tulo.

1. Cuando Dios llama a los siervos de entre los santos, llama a "no muchos sabios". Esto se debe a que la necedad de Dios es m�s sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es m�s fuerte que los hombres. Dios no llama a muchos sabios seg�n la carne, por la sencilla raz�n de que los sabios dignos a menudo son insensatos en las cosas de Dios. Puede que sepan mucho, pero todav�a no saben nada acerca de la Cruz, como deber�an saberlo.

1 Corintios 1:26 dice: "Porque veis, hermanos, vuestra vocaci�n, que no son muchos los sabios seg�n la carne * * que son llamados". Son sabios seg�n el Esp�ritu, pero no seg�n la carne. Creemos que muchos santos groseros, iletrados e ignorantes tienen m�s sabidur�a divina, m�s conocimiento del significado m�s profundo del Calvario, de la Resurrecci�n, de la Ascensi�n y del Retorno de Cristo, que muchos de los mejores eruditos del pa�s. .

2. Cuando Dios llama siervos entre los santos, no llama a muchos nobles ni a muchos poderosos. Si Dios llamaba a la nobleza, los llamar�a de rodillas. Tendr�an que reconocerse a s� mismos como nada m�s que pecadores salvados por gracia.

Todo lo que parece tender hacia la nobleza humana, la adoraci�n y el honor propio, tiene que desaparecer cuando nacemos de nuevo. Aquellas cosas que Pablo vio fueron para su beneficio, en los d�as de su b�squeda de un lugar en el Sanedr�n, consider� una p�rdida cuando conoci� a Cristo. Aquellas cosas que eran sus activos, se convirtieron en sus pasivos. Contaba todo lo que una vez se hab�a gloriado, como si no fuera por su rechazo.

Dios no llama a muchos poderosos seg�n la carne, porque confiar�an en su propia habilidad y poder. Pero lo necio del mundo escogi� Dios para avergonzar a los sabios; y lo d�bil del mundo escogi� Dios para avergonzar a los poderosos; lo vil del mundo y lo menospreciado escogi� Dios s�, y lo que no es, deshacer lo que es ".

Por otro lado, Dios llama a lo necio, como el mundo considera necedad, para confundir a los sabios; y lo d�bil del mundo, como los hombres hablan de debilidad, para confundir a los poderosos; y lo vil del mundo, como los hombres consideran vileza, y lo despreciado, y lo que no es, escogi� Dios para deshacer lo que es.

VII. DONDE DEBEMOS GLORIARSE ( 1 Corintios 1:29 )

Hay tres declaraciones:

1. Nadie se glor�e en la carne. Esto se sugiere en 1 Corintios 1:29 : "Para que ninguna carne se glor�e en su presencia". �Por qu� deber�amos gloriarnos en la carne? "No andamos seg�n la carne, sino seg�n el Esp�ritu". Sabemos que en nosotros mismos no mora el bien. La carne "no est� sujeta a la Ley de Dios, ni tampoco puede estarlo". Si caminamos seg�n la carne, moriremos.

La carne no pudo salvarnos, porque la carne estaba corrupta y es demasiado impotente para hacer algo bueno. Entonces, �por qu� debemos gloriarnos en lo que es nuestra ruina y nuestra verg�enza?

2. "Nadie se glor�e en los hombres". Esto est� en el cap�tulo 3, 1 Corintios 3:21 : "Por tanto, nadie se glor�e en los hombres". �Por qu� deber�amos gloriarnos en los hombres? Los hombres pueden hacer mucho en el �mbito de lo natural, pero cuando entran en lo espiritual, est�n indefensos.

Jesucristo habl� del nuevo nacimiento y dijo: "Los que nacieron, no de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de hombre, sino de Dios".

3. Nadie se glor�e sino en el Se�or. Ya sea que comamos, bebamos o hagamos cualquier otra cosa, debemos hacerlo todo para la gloria de Dios. Todas las cosas que se hacen en el �mbito espiritual, son hechas por Dios, y por lo tanto, la gloria pertenece a Dios. Cuando lleguemos al cielo, no habr� gloria en la carne ni en los hombres. El mensaje de los redimidos es: "T� eres digno * *, porque T� * * nos redimiste para Dios con Tu Sangre". Por lo tanto, es al Cordero que fue inmolado a quien se le debe atribuir todo poder, riquezas, sabidur�a, fuerza, honor, gloria y bendici�n.

UNA ILUSTRACI�N

En la Iglesia de los Capuchinos de Roma se encuentra "El arc�ngel y el diablo" de Guido Reni, una pintura que simboliza el triunfo del bien sobre el mal. La actitud del conquistador es estudiada y correcta. No se altera ni un pliegue de su manto, ni un mech�n de sus cabellos sueltos se extrav�a. Est� pisoteando a su terrible enemigo como posar�a en una funci�n social. Y eso dice Miriam de Hawthorne, quien conoc�a el terrible significado del mal; �El arc�ngel, qu� buen aspecto tiene, con sus alas tranquilas y su espada sin cortar. No, no, podr�a hab�rselo dicho mejor a Guido. La batalla nunca fue un juego de ni�os como parece haberlo encontrado este elegante arc�ngel.

Miriam tiene raz�n. Guido se equivoca. La imagen no se mueve. Est� destinado �nicamente a la glorieta de mi se�ora, adornado con madreselvas y nomeolvides. Una imagen reciente de Riviere de San Jorge y el Drag�n contiene un evangelio m�s verdadero. Las espirales escamosas del monstruo se enrollan apretadas alrededor del caballo moribundo. El h�roe mismo se ha desmayado y sin aliento, mientras que la princesa de rostro ansioso se inclina sobre su forma postrada. Cuenta la historia de la lucha, del sacrificio como precio de la salvaci�n, de la remisi�n por el derramamiento de sangre.

Seleccionado.

Versículos 1-30

La Iglesia de Dios en Corinto

1 Corintios 1:1

PALABRAS INTRODUCTORIAS

Proponemos tomar varios estudios de la Primera Ep�stola a los Corintios. Habr� mucho que considerar aqu� que deber�a ayudar en el momento de necesidad. Las palabras introductorias de la Primera Ep�stola a los Corintios son sumamente sugerentes. Seleccionamos ciertas cosas para tu concentraci�n,

1. "Pablo" aqu� es una palabra que, en s� misma, significa mucho. Pablo era conocido anteriormente como Saulo de Tarso. Despu�s de llevar a uno, Paulus, a Cristo, parece que le pusieron el nombre de su converso. Entonces Pablo no era otro que Saulo de Tarso, un pecador salvado por gracia.

2. Pablo, un ap�stol. Pablo fue m�s que un pecador salvo. Tambi�n fue enviado por un pecador. La misma palabra "Ap�stol" significa "un enviado de Dios". No fue uno de los enviados por el Sanedr�n, aunque una vez ocup� tal comisi�n, cuando viaj� por el camino de Damasco para traer a los santos con destino a Jerusal�n. Sin embargo, esa comisi�n se perdi� cuando se salv�. Ahora es Pablo, un ap�stol, llamado por Dios, enviado de Dios y bendecido por Dios.

3. Fue Pablo, un ap�stol de Jesucristo. Toda su vida se centr� en el Se�or Jes�s. Podr�a decir "Porque para m� el vivir es Cristo". Vivi� a Cristo; predic� a Cristo; glorific� a Cristo.

4. Fue Pablo, un ap�stol de Jesucristo por la voluntad de Dios. Cuando Anan�as le habl�, Dios le anunci� a Anan�as que �l era un vaso escogido por Dios, escogido para predicar el Evangelio desde lejos a reyes y gentiles. Hay una Escritura que da una visi�n interna de la conversi�n de Pablo ( Hechos 26:15 ).

As� es como dice: "Y dije: �Qui�n eres, Se�or? Y �l dijo: Yo soy Jes�s, a quien t� persigues".

Aqu� est� la l�nea agregada. El Se�or le dijo: "Me he aparecido a ti con este prop�sito, para hacerte ministro y testigo, tanto de estas cosas que has visto como de aquellas en las cuales me aparecer� a ti".

5. Pablo, ap�stol y S�stenes, nuestro hermano. Esta expresi�n muestra que Pablo no se separ� de los santos. Amaba la camarader�a en el Evangelio. El Se�or envi� a sus disc�pulos de dos en dos, y este m�todo todav�a se sigui� en la vida y el ministerio de Pablo.

6. Pablo, a la Iglesia de Dios en Corinto. La Biblia habla de esa Iglesia que es el cuerpo de Cristo. Habla de la Iglesia de los primog�nitos en el cielo. Aqu�, sin embargo, hay una iglesia localizada. No es la iglesia del ap�stol Pablo, pero es la Iglesia de Dios.

7. A los santificados en Cristo Jes�s. Los corintios, en s� mismos, no eran un pueblo separado ni lleno del Esp�ritu. M�s adelante descubriremos que eran carnales y caminaban como hombres. Sin embargo, fueron santificados en Cristo Jes�s. Todav�a no hab�an elevado su estado a su posici�n en Cristo.

8. Santos llamados. Eran santos porque fueron santificados en Cristo Jes�s, separados del mundo, limpiados por la Sangre y dedicados a Cristo.

9. Con todo en todos los lugares. El mensaje a la Iglesia de Corinto y los saludos de los Ap�stoles no fueron solo para los cristianos de Corinto, sino para los cristianos de todos los lugares que invocaron el Nombre de Jesucristo. Aqu� se cuenta la comuni�n de los santos. Cristo es nuestro Se�or, pero tambi�n de ellos. Hay un solo Se�or, un solo Esp�ritu, un solo Dios, pero somos muchos los que hemos sido bautizados en ese �nico Se�or.

10. Gracia y paz. El orden de las palabras es correcto. No es "paz" y luego "gracia", sino que es la gracia que trae la salvaci�n seguida de la paz. Esto es as� como leemos en el Libro de Romanos: "Justificados por la fe, tenemos paz".

Sin embargo, la gracia y la paz son de Dios nuestro Padre y del Se�or Jesucristo. No debemos pensar que la gracia pertenece exclusivamente a Cristo, porque la gracia es de Dios Padre. Fue Dios quien envi� a Su Hijo para ser la propiciaci�n por nuestros pecados. Fue Dios quien elogi� su amor hacia nosotros. Dios es un amante que env�a a su Hijo para que por �l seamos salvos.

I. LAS RAZONES DE PABLO PARA DAR GRACIAS ( 1 Corintios 1:4 )

1. Pablo agradeci� a Dios en nombre de los creyentes de Corinto por la gracia de Dios para con ellos. Esa gracia, dijo, les fue dada del Padre, por Jesucristo. Dios estaba en el mundo reconcili�ndonos consigo mismo, pero la reconciliaci�n fue obra de Jesucristo. Por esto, Pablo dio gracias, y por esto estamos dando gracias as� como los santos de Corinto por toda la eternidad.

2. Pablo agradeci� a Dios que en todo los corintios se enriquecieron. Este enriquecimiento tambi�n lo hizo Jesucristo. �Qu� ricos son los santos! Los laodicenos pensaban que eran ricos, pero el Se�or dijo que eran pobres y miserables, ciegos y desnudos.

Son ricos los que tienen el oro purificado en el fuego. Pobre en bienes de este mundo, rico en fe; porque, cuando somos pobres, somos ricos. Cristo se hizo pobre para que nosotros, a trav�s de su pobreza, pudi�ramos hacernos ricos.

3. Pablo dio gracias a Dios porque los corintios se enriquecieron en expresi�n y conocimiento. �Hab�amos pensado alguna vez en nosotros mismos como ricos debido a nuestro poder para pronunciar Su Nombre? para proclamar su testimonio y pronunciar palabras de sabidur�a y conocimiento? �Gracias a Dios por tal visi�n!

4. Pablo agradeci� a Dios por su testimonio de Cristo. Se enriquecieron al hablar acerca de Jesucristo. Amados, si el Esp�ritu Santo fue enviado por el Padre para participar de las cosas de Cristo, as� sea confirmado en nosotros ese bendito testimonio. Cuando predicamos, prediquemos a Cristo. En nuestras conversaciones privadas, hablemos de Cristo. Que �l sea nuestro tema constante.

El Se�or Jes�s es el mensaje central de la Biblia. Que nuestro testimonio de �l sea el mensaje central de nuestros labios.

II. ESPERANDO LA VENIDA DE CRISTO ( 1 Corintios 1:7 )

1. Un regalo espec�fico. "Para que no os qued�is atr�s en ninguna ofrenda, esperando la venida de nuestro Se�or Jesucristo". El Libro de Corintios tiene mucho que decir sobre los dones. Aqu�, sin embargo, est� el cl�max de cada don espiritual, esperando el regreso del Se�or. Algunas personas imaginan que la doctrina de la Bendita Esperanza, la Segunda Venida de Cristo, es para santos maduros. Aqu� se insta a los ni�os de la iglesia de Corinto a esperar su venida.

No deb�an esperar la venida del anticristo. No deb�an esperar la predicaci�n del Evangelio del Reino a toda criatura. No deb�an esperar guerras y rumores de guerras. No deb�an esperar la apostas�a de la Iglesia. Deb�an esperar la venida de nuestro Se�or Jesucristo, la segunda venida de Cristo es la bendita esperanza de los santos. Debemos vivir esperando que �l venga.

Debemos estar velando y esperando por �l como quien espera la ma�ana. Debemos orar: "S�, ven, Se�or Jes�s". Debemos estar vestidos y listos para Su Regreso. Debemos permanecer expectantes el d�a de Su Venida.

Mientras escribimos estas palabras, nos preguntamos cu�nto significa la esperanza bendecida, consoladora, pacificadora, inspiradora de la venida de Cristo para las personas que examinan estas p�ginas.

�Dios no quiera que esa hora nos tome desprevenidos! �Dios no permita que en Su Venida alguno de nosotros parezca apartarse de �l!

2. Una confirmaci�n asegurada. Nuestro vers�culo 8 nos dice que Cristo tambi�n nos confirmar� hasta el fin, "para que se�is irreprensibles en el d�a de nuestro Se�or Jesucristo".

El que nos ha salvado, tambi�n nos confirmar� hasta el fin. El que nos redimi�, puede presentarnos irreprensibles en el d�a de nuestro Se�or Jesucristo. Si no fuera por Su Sangre, �cu�l ser�a la culpa nuestra?

En la cruz, sin embargo, nuestro Se�or tom� la verg�enza y en Cristo estamos sin culpa, aceptados en el amado.

Este d�a en el que vivimos es el d�a de la gracia de Dios. En otro lugar se le llama "d�a del hombre". La pr�xima era ser� "el d�a de nuestro Se�or". Esa parte que marca el regreso de nuestro Se�or y la inauguraci�n de Su Reino es el "d�a de nuestro Se�or Jesucristo".

Juan dijo que estaba en el Esp�ritu el d�a del Se�or. Nuestro Se�or ahora es rechazado y el mundo repudiado, pero, gracias a Dios, el que llevaba la corona de espinas pronto llevar� la coronaci�n de Rey de reyes y Se�or de se�ores. Su d�a incluso ahora se acelera a buen ritmo.

III. LA FIDELIDAD DE DIOS ( 1 Corintios 1:9 )

1. Dios es fiel. Los corintios no fueron fieles a Dios, pero Dios les fue fiel. Necesitamos alejarnos del pensamiento de que nuestra fidelidad es la base de nuestra aceptaci�n. Aunque erremos, �l permanece fiel. Lo que Dios ha dicho, lo har�. Nuestra fidelidad puede obtener recompensas. Su fidelidad nos trae todo lo que est� incluido en Su gracia y el don de Su gracia.

(1) Dios fue fiel al llamarnos. Si Dios no nos hubiera sido fiel, nunca hubi�ramos sido salvos. Si no nos hubiera llamado, nunca hubi�ramos venido. Necesitamos una visi�n renovada de Dios y de la gracia. Necesitamos esto en cada �mbito redentor.

Cuando demos el registro de nuestra salvaci�n en el Cielo, no se pondr� �nfasis en lo que fuimos ni en lo que hicimos. No hab�a nada en nosotros que mereciera redenci�n. Somos salvos por la misericordia de Dios, Su amor, Su gracia; y porque en todos ellos fue fiel para con nosotros.

(2) Dios fue fiel al llamarnos a la comuni�n de Su Hijo, Jesucristo nuestro Se�or. Primero nos llam� a la salvaci�n. En respuesta a este llamado, venimos a la Cruz como suplicantes de gracia. Al ser salvo, nos llam� a la comuni�n de Su Hijo. La palabra "compa�erismo" en este vers�culo lleva consigo el pensamiento de asociaci�n. M�s tarde se explica como "trabajadores juntos". As� es que caminamos juntos, hablamos juntos, trabajamos juntos.

Nosotros por nosotros mismos no podemos hacer nada. No podemos tener victorias cuando somos tentados. No podemos tener poder cuando oramos. No podemos tener �xito cuando trabajamos. Nuestra victoria est� en nuestra camarader�a.

Dios es fiel en que no nos dej� para "remar en nuestra propia canoa", para "azotar nuestra propia fila", para completar nuestra propia tarea. Nos llam� a la comuni�n, a la colaboraci�n con el Hijo de Dios. As� podemos escribir sobre cada fase de la vida cristiana, "Nosotros dos". No somos "nosotros" separados de �l ni �l separado de nosotros.

La nota clave de la experiencia de los cristianos se resume en la palabra "juntos" incluso "junto con Dios". Los santos de anta�o que fueron perseguidos se deleitaron con la expresi�n "Mi Se�or y yo".

Jes�s dijo a los disc�pulos: "Para m� y para ti", y sus palabras para nosotros al menos llevan el pensamiento de "T� y yo". Todo lo que tiene es "para m� y para ti". Todo lo que intentamos y cada conflicto que encontramos es "T� y yo por eso".

IV. LOS PELIGROS DE LA DIVISI�N ( 1 Corintios 1:10 )

Hab�a una gran dificultad entre los hermanos de Corinto. Corr�an el peligro de ser destrozados por "cismas" y diferencias entre ellos.

1. Lo que le hab�a sido declarado a Pablo. Pablo les escribi� claramente a los santos de Corinto: "Hermanos m�os, me ha sido declarado de vosotros, hermanos m�os, por los de la casa de Cloe, que hay contiendas entre vosotros".

Cuando Satan�s puede causar contiendas y diferencias entre los santos, ha causado estragos en la Casa de Dios. Las diferencias en Corinto se centraron en ciertos grupos entre los santos. Un grupo dijo: "Yo soy de Pablo", otro dijo, "Yo de Apolos", otro, "Yo de Cefas", y otro m�s, "Yo de Cristo".

Este fue un asunto que caus� gran angustia al Ap�stol. En la angustia de su coraz�n llor�. "�Est� Cristo dividido? �Fue crucificado Pablo por vosotros? �O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?"

Amados, observemos a los que causan diferencias. Los santos deben reunirse en el nombre de Cristo.

2. Lo que Pablo les declar�. La declaraci�n de Paul fue una s�plica. �l dijo: "Hermanos, os ruego por el Nombre de nuestro Se�or Jesucristo, que habl�is todos una misma cosa, * * que est�is perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo juicio".

A medida que los radios de la rueda se acercan al cubo, se acercan entre s�. La base del un�sono debe centrarse siempre en Cristo. Somos uno solo cuando reconocemos un Se�or, un Dios y Padre de todos, un Esp�ritu, una fe, un bautismo.

Todos debemos llegar a la unidad de la fe, no en la fe como la establece un dedo humano, sino en la fe como se establece en la Palabra de Dios. Qu� hermoso es para los santos vivir juntos en unidad. "En esto conocer�n todos que sois mis disc�pulos, si se aman los unos a los otros".

V. PREDICAR LA CRUZ ( 1 Corintios 1:17 )

1. La nota central del Evangelio. Pablo dijo que fue enviado a predicar el Evangelio. Ese evangelio era: "Cristo crucificado, Cristo resucitado y Cristo regresando". Todo lo que no sea esto es un Evangelio castrado, parte de �l y no el todo. Sin embargo, en las tres declaraciones, la predicaci�n de la Cruz toma la posici�n final. Es en la Cruz donde la fe ve por primera vez a Cristo.

Pablo trat� de predicar el Evangelio de tal manera que la Cruz de Cristo pudiera ser efectiva. No lo predic� desde el punto de vista de la sabidur�a humana con palabras de argumentaci�n carnal. Procuraba m�s bien predicarlo con sencillez, no fuera a haber corrido en vano.

2. Por qu� la Cruz fue rechazada por los gentiles. Fue rechazado por la sencilla raz�n de que no se pod�a comprender mediante la erudici�n humana. La salvaci�n est� en el �mbito de la fe. No hay nada en �l que pueda alcanzarse mediante disertaciones filos�ficas. La predicaci�n de la cruz fue, en los d�as de Pablo, y es en nuestros d�as para los que perecen, locura. Para nosotros, sin embargo, que creemos, es el poder de Dios.

Por esta raz�n, el Esp�ritu Santo escribi�: "Destruir� la sabidur�a de los sabios y destruir� el entendimiento de los prudentes".

David admiti�, en el Esp�ritu, que los grandes hombres no siempre son sabios, es decir, no son sabios con la sabidur�a que viene de arriba. En el Libro de Romanos, leemos: "Profesando ser sabios, se hicieron necios". Qu� extra�o es que la erudici�n humana se derrumbe ante las cosas Divinas.

3. Predicamos a Cristo crucificado. El hecho de que el mundo no haya aceptado la Cruz, y que sea una locura para los que perecen, no obstaculiz� en lo m�s m�nimo al Ap�stol en el anuncio de Cristo crucificado. Admiti� que Cristo crucificado era un tropiezo para los jud�os, y que para los griegos era una locura, y sin embargo, nunca predic� ning�n otro mensaje de redenci�n. Era la Cruz, o de lo contrario no era nada.

"En la Cruz de Cristo me glor�o,

Remolcando los restos del tiempo;

Toda la luz de la historia sagrada

Se re�ne alrededor de su cabeza sublime ".

VI. LA LOCURA DE LAS BECAS HUMANAS ( 1 Corintios 1:20 )

1. La contenci�n de Dios contra la sabidur�a humana. El vers�culo veinte comienza con la pregunta: "�D�nde est� el sabio? �D�nde est� el escriba? �D�nde est� el disputador de este mundo?"

El Se�or est� haciendo estas preguntas tanto como para decir que el mundo se ha derrumbado debido a su sabidur�a. Est� completamente incapacitado para alcanzar a Dios, o encontrarlo. Es por esta causa que Dios ha proclamado la sabidur�a de este mundo como insensata.

2. Declaraci�n positiva de Dios sobre la sabidur�a. En 1 Corintios 1:21 , leemos: "Porque despu�s de eso, en la sabidur�a de Dios, el mundo no conoci� a Dios por sabidur�a".

La dificultad no est� en la sabidur�a ni en la erudici�n, sino en la cualidad de la sabidur�a que posee el mundo. �C�mo puede la erudici�n del hombre alcanzar la erudici�n de Dios? Es imposible que razone sobre la regeneraci�n, o la esperanza del cristiano, o su relaci�n con Dios.

La sabidur�a humana se deleita en dar nombre a cosas que no puede explicar. A la atracci�n de la Tierra la llamar� gravedad, pero no se puede decir c�mo lleg� all� y sobre qu� base opera.

El maestro de cierta clase dijo: "Ni�os, �qu� es la electricidad?" Un ni�o chasque� los dedos y el maestro dijo: "Est� bien, George, cu�ntanoslo".

Tartamude�: "Maestro, lo sab�a, pero lo olvid�".

El maestro respondi�: "Es una l�stima que lo hayas olvidado, George, porque debes haber olvidado m�s de lo que nadie en el mundo supo".

"Sabemos c�mo funciona la electricidad, pero no sabemos qu� es.

Cuando entramos en el reino espiritual, la sabidur�a humana es a�n m�s ignorante. Si toda la sabidur�a de todos los tiempos ha fracasado por completo en explicar la vida de una flor y la vida de un beb�, �c�mo puede explicar la nueva vida que es en Cristo Jes�s? As� es como el mundo perdi� a Dios por sabidur�a, no estando dispuesto a caminar por fe. Por tanto, lo que fue locura para el mundo, se convirti� en poder de salvaci�n para los que creen.

VII. LOS LLAMAMIENTOS DE DIOS ( 1 Corintios 1:26 )

1. Dios no llama a muchos sabios seg�n la carne. No es dif�cil para nosotros entender esta Escritura cuando recordamos lo f�cil que es para los sabios terrenales confiar en su propia sabidur�a. No solo conf�an en su propia sabidur�a, sino que circunscriben su visi�n a su entendimiento. Los hombres se deleitan en llamarse agn�sticos cuando alcanzan lo incognoscible. Donde el agn�stico deja de andar, el cristiano se deleita en caminar.

Seg�n 1 Corintios 1:27 , las personas necias en las cosas de este mundo pueden confundir a los sabios. La lavandera ignorante, la plebeya sin instrucci�n y sin educaci�n, puede saber m�s sobre el poder de la oraci�n y de caminar con Dios que el m�s alto de los sabios del mundo.

2. Dios no llama a muchos valientes seg�n la carne. La raz�n de esto es bastante la misma que la que se acaba de se�alar, en relaci�n con los sabios. Si Dios llamara a los poderosos, ellos estar�an confiando en su propio poder. Importa poco cu�n fuertes seamos alguno de nosotros, cu�n poderosos de palabra o de hecho, no podemos hacer frente a la guerra del cristiano. La verdad es que ("Las armas de nuestra guerra no son carnales, sino poderosas en Dios para derribar fortalezas").

Goliat era un hombre poderoso, y su jactancia hizo temblar a los hijos de Israel. No ten�an ning�n hombre que pudiera enfrentarse a �l en igualdad de condiciones en lo que respecta al poder humano. Sin embargo, David lo conoci�; lo conoc� aunque no era m�s que un muchacho; Lo encontr� desarmado y desarmado, humanamente sin tripulaci�n para la batalla. Sin embargo, todos conocemos el resultado: Sans�n, despojado de su largo cabello, era tan d�bil como los dem�s hombres; y David, despojado de su fe, nunca podr�a haber conquistado a Goliat. Pedro dijo: "�Por qu� nos miran con tanta seriedad, como si por nuestro propio poder o santidad hubi�ramos hecho que este hombre caminara?"

El cristiano lucha en el reino de la fe, por el poder divino, lo mismo que opera en el reino de la fe, por la sabidur�a divina.

3. Dios no llama nobles a muchos. La dificultad con los nobles radica en esto, se glor�an en la carne, en lugar de en Dios. Siempre que una persona piensa que pertenece a la nobleza, corre el peligro de buscar hacerse famoso, de vestirse de honra, Dios dice: "�Buscas grandes cosas para ti? No las busques".

Dios dice que ninguna carne debe gloriarse en su presencia. En consecuencia, est� escrito: "El que se glor�a, glor�ese en el Se�or".

UNA ILUSTRACI�N

El rey Luis XIV, que ten�a como predicador de la corte al arzobispo Fenelon, descubri� un domingo que, en lugar de la multitud habitual, no hab�a nadie en la iglesia aparte de �l, su s�quito y el predicador "�Qu� significa esto?" le pregunt� al cl�rigo. "Su majestad", respondi� Fenelon, "hoy hab�a publicado que no vendr�a a la iglesia hoy, para que su majestad pudiera ver qui�n sirve a Dios en verdad y qui�n adula al rey".

Nos preguntamos, �si la costumbre de ir a la iglesia para halagar al predicador no tiene muchos devotos en nuestros d�as y si muchos no van a la iglesia simplemente como una cuesti�n de costumbre? Cuando vayamos a la iglesia, que sea con nosotros como con aquellos griegos: "�Queremos ver a Jes�s!

Información bibliográfica
Neighbour, Robert E. "Comentario Pozos de agua viva en 1 Corinthians 1". "Agua viva". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lwc/1-corinthians-1.html.