Bible Commentaries
1 Timoteo 1

Comentario Pozos de agua vivaPozos de agua viva

Versículos 1-7

Nuestro gu�a en medio de las negaciones de la fe

1 Timoteo 1:1 , 1 Timoteo 1:18

PALABRAS INTRODUCTORIAS

1. �Encontrar� Cristo la fe en la tierra? La pregunta anterior tiene que ver con la Segunda Venida de Cristo, y la Segunda Venida de Cristo tiene que ver con las condiciones que concluir�n la era en la que ahora vivimos.

El ap�stol Pedro nos habl� claramente, en el Esp�ritu, del advenimiento de los burladores en los �ltimos tiempos. Estos burladores son hombres que niegan la Fe, y particularmente, que dicen: "�D�nde est� la promesa de Su venida?"

El Libro de Judas habla del advenimiento de ciertos hombres que entran sin darse cuenta. Estos ciertos hombres niegan al �nico Se�or Dios, y a nuestro Se�or Jesucristo. Ellos pronuncian duros discursos contra �l.

Estos hombres son el complemento de lo que el Esp�ritu Santo, en el Libro de Tesalonicenses, llama "la apostas�a" una apostas�a marcada por la apostas�a de la fe.

En esta l�nea, hay una Escritura del Antiguo Testamento que habla de " hambre de la Palabra de Dios".

Creemos que el d�a de la apostas�a est� aqu�. Las negaciones de la Fe han llegado como una gran corriente que desborda sus riberas. Los hombres no se averg�enzan de estar en el p�lpito dedicado al Evangelio de Dios con respecto a Su Hijo, mientras difaman todo lo vital para ese Evangelio.

2. La apostas�a actual descrita. Los hombres que niegan la Fe son lobos, vestidos con piel de oveja, que profesan conocer a Dios, lo niegan.

(1) La apostas�a comenz� descartando los milagros. Como lo vemos, la moda y la fantas�a de la evoluci�n no fue m�s que un golpe estrat�gico de hombres incr�dulos y ap�statas, con la intenci�n de esquivar a un Dios que obraba milagros.

Si los milagros iban a desaparecer, el primer milagro de la creaci�n ten�a que dejarse de lado. Para difamar ese milagro, debe haber alg�n m�todo por el cual se pueda establecer la llegada del hombre a la tierra.

Las mentes esc�pticas estaban listas para promulgar una f�bula como un hecho, un sue�o como un dogma, en lugar de aceptar la simple y �nica declaraci�n razonable del advenimiento del hombre para ser incluso la declaraci�n del fiat divino de la creaci�n como se establece en la Palabra de Dios. .

(2) La apostas�a continu� al negar la necesidad de la expiaci�n. La salvaci�n por la sangre del Hijo de Dios era desagradable para las mentes est�ticas. Quer�an ser salvados por las obras de sus propias manos. Ellos, como Ca�n, estaban dispuestos a hacerle cumplidos a Dios; pero no estaban dispuestos, como Abel, a poner su fe en una ofrenda de sacrificio.

(3) La apostas�a se profundiz� en la negaci�n de la Deidad de Cristo. Jesucristo, para el ap�stata, se convirti� en nada m�s que un hombre aplaudido por sus virtudes. Solo fue reverenciado como un hombre que se adelant� a su tiempo.

El hecho del nacimiento virginal de Cristo; el hecho de que descendi� del Padre y vino al mundo; el hecho de que �l era Dios, manifestado en carne, era completamente repugnante para los ap�statas. Estaban dispuestos a colocar a Cristo en un pedestal de fama junto con El�as, Jerem�as o uno de los Profetas, pero no estaban dispuestos a aclamarlo como Hijo de Dios y Dios Hijo.

I. ABANDONARSE DE LA FE ( 1 Timoteo 1:3 )

1. Modas, f�bulas y fanatismos. Nuestro texto dice que no debemos prestar atenci�n a "f�bulas y genealog�as sin fin, que ministran preguntas, en lugar de la edificaci�n piadosa que es en la fe". Creemos que una regla segura para los santos es ignorar por completo las discusiones religiosas que no se basan en la fe una vez entregada. Es tan f�cil hacerse a un lado en las brumas y laberintos de la especulaci�n a lo largo de l�neas espirituales. Nunca debemos volvernos err�ticos. Nunca debemos convertirnos en predicadores de nuestros propios sue�os. Incluso en nuestras declaraciones de doctrina, debemos buscar siempre terminolog�as b�blicas.

Cristo dijo: "Hablamos lo que sabemos, y damos testimonio de lo que hemos visto".

2. Maestros, ignorantes de la Fe. El vers�culo siete nos dice que algunos, deseando ser maestros de la ley; no entiendo ni lo que dicen ni lo que afirman.

Necesitamos estudiar para mostrarnos aprobados por Dios, un obrero que no necesita avergonzarse, dividiendo correctamente la Palabra de Verdad.

El Libro de Romanos, en el cap�tulo uno, habla de algunos que profesan ser sabios, pero son necios. Si bien no clasificar�amos a ninguno de ustedes con ellos, queremos que tenga cuidado de no hablar de aquellas cosas que no conoce. No creemos que una comprensi�n intelectual de la Verdad sea todo lo que se necesita del cristiano. Necesitamos conocer experimentalmente las cosas de Dios.

3. Desv�o a un vano tintineo. Siempre que estemos inquietos en la fe, y somos ni�os en el conocimiento de Dios y Su Palabra, seremos presa f�cil de todo viento falso de doctrina que pueda soplar.

Aquellos que se desv�an de la Fe son, por lo general, aquellos que nunca han estado arraigados y cimentados en la Fe. Su fe nunca fue una "fe sincera", basada en un coraz�n puro y una buena conciencia.

Cuando se abandona la fe y un profesor se desv�a del claro mensaje de Dios, se desviar� hacia un vano tintineo. Hay una gran cantidad de disputas y luchas en los c�rculos religiosos; hay sectas y divisiones casi innumerables; y todo esto porque las personas no est�n establecidas en la Palabra de Dios. Cuando los cristianos siguen a hombres, credos y sectas, en lugar de un simple y positivo "as� dice el Se�or", est�n obligados a apartarse de la fe.

II. HACIENDO NAUFRAGIO DE LA FE ( 1 Timoteo 1:18 )

1. Las marcas de una buena guerra. Pablo le escribe a Timoteo: "Para que * * pelees una buena batalla". Timoteo conoc�a las Escrituras desde su ni�ez. Hab�a escuchado la Fe de su madre Eunice y de su abuela Lois. Esa fe era una fe sincera. Timoteo hab�a sido llevado a Cristo a trav�s del ministerio de Pablo. Sabemos esto porque Pablo le escribi�, llam�ndolo "Mi propio hijo en la fe".

Cuando el Ap�stol quiso que un joven viajara con �l, eligi� al joven Timoteo. Lo eligi� porque, desde ni�o, conoc�a las Sagradas Escrituras.

�Cu�les son entonces las marcas de una buena guerra? Ciertamente son una guerra en la Verdad sosteniendo la Fe, con buena conciencia.

2. Las marcas del naufragio. El vers�culo diecinueve dice: "Manteniendo la fe, * * que algunos, habiendo abandonado la fe, han hecho naufragio". Tenemos ante nosotros una escena gr�fica. Es el viejo barco de la fe navegando sobre el mar de la vida. No un barco de "fe en Cristo", sino el barco de la "Fe de Cristo". El barco es un naufragio. Est� envuelto por las olas salvajes y est� a punto de hundirse. Aqu� hay una imagen de lo que tenemos ante nosotros hoy. El antiguo mensaje de la Cruz y la antigua confesi�n de la fe, en muchos casos, han sufrido un naufragio.

El ap�stol Pablo, al final del vers�culo veinte, habla de los hombres que abandonan la fe y que naufragan como blasfemos. Este es un cargo serio y, sin embargo, es cierto.

3, Los resultados de hacer naufragio. El Esp�ritu, a trav�s de Pablo, definitivamente menciona a dos hombres, Himeneo y Alejandro, que abandonaron la fe; y luego dice: "Los he entregado" a Satan�s, para que aprendan a no blasfemar ".

No es cosa f�cil apartarse de la Fe de Dios y predicar otro mensaje que el que Dios ha entregado. Tales hombres est�n bajo una maldici�n. Como dijimos una vez, volvemos a decir: "Si alguno predica cualquier otro evangelio * *, sea maldito".

Es importante conocer la Verdad, vivirla y predicarla. Si esperamos recibir de Dios un "Bien, buen siervo y fiel", debemos estar firmes por la Fe.

La idea de que podemos vivir seg�n lo que queremos, predicar lo que queramos, creer lo que elijamos y, adem�s, agradar a Dios, es una locura.

III. PARTIENDO DE LA FE ( 1 Timoteo 4:1 )

1. El pilar y baluarte de la Verdad. Refiri�ndonos al cap�tulo tres, encontramos que la Iglesia del Dios Viviente se describe como el pilar y baluarte de la Verdad. El pilar es el que sostiene el techo. El suelo es la base firme, el cimiento sobre el que descansa toda la superestructura.

Cuando Pedro le dijo a Jes�s: "T� eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente", el Se�or inmediatamente respondi�: "Sobre esta roca edificar� Mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecer�n contra ella".

En Mateo siete, Cristo dijo: "Cualquiera que oiga estas palabras m�as y las haga, lo comparar� con un hombre sabio, que construy� su casa sobre la roca, * * y no se cay�".

2. Los peligros de los �ltimos d�as. Los j�venes no deben alarmarse porque muchos se hayan apartado de la Fe. Para estar prevenido, deber�a bastarnos con estar prevenido. El Esp�ritu nos describi� la misma apostas�a que rodea a la iglesia hoy. Quienes conocen sus libros saben que no ha sucedido nada que haya trastornado la Fe que una vez fue entregada a los santos. Los que se han apartado de la Fe son hombres que no conocen a Dios en ning�n sentido vital y espiritual. Nuestro texto incluso dice que hablan mentiras con hipocres�a. Si afirman que son concienzudos en lo que dicen, Dios r�pidamente dice que su conciencia est� cauterizada con un hierro candente.

Sigue siendo cierto que los grandes hombres no siempre son sabios; ni los ancianos entienden el juicio. A�n es cierto que la mente natural no recibe las cosas de Dios. Los hombres por erudici�n no pueden conocer a Dios.

Dios incluso ha dicho de los hombres que se apartan de la fe, que est�n prestando atenci�n a las doctrinas de los demonios. Deber�amos pensar que tal acusaci�n har�a que los modernistas actuales se detuvieran y reflexionaran. De hecho, est�n influidos por un poder del que tal vez no sean conscientes. Son arrastrados por vientos de doctrina que los apartan de sus amarras; sin embargo, es posible que no se den cuenta de su suerte.

3. Nutrido en la Fe. Estamos seguros de que todos los que nos siguen, desean ser buenos ministros de Jesucristo. Si lo hacen, recordar�n a los hermanos la apostas�a que ahora est� sobre nosotros. Har�n m�s. Se nutrir�n de palabras de fe y de buena doctrina. Tambi�n rechazar�n las f�bulas profanas y de viejas.

La gran necesidad de las iglesias hoy en d�a es un testimonio que suene fiel a la fe. Dios nos d� muchos hombres j�venes que van a ir adelante en el amor y en el valor, proclamando todo el consejo de Dios.

IV. NEGANDO LA FE ( 1 Timoteo 5:8 ; 1 Timoteo 5:15 ; 1 Timoteo 5:17 )

1. El que niega la fe del cristianismo pr�ctico. La fe por la que debemos luchar incluye las grandes doctrinas de la gracia. Afirma la Deidad de Cristo; aclama el nacimiento virginal; enfatiza el sufrimiento sustitutivo de Cristo; aboga inquebrantablemente por la resurrecci�n y la ascensi�n corporales del Se�or: ense�a fielmente el retorno personal del Se�or Jes�s.

Sin embargo, hay otro punto de vista al defender la fe; ese es el lado pr�ctico de la Fe. Es la Fe, en acci�n; la Fe, en la vida. Nuestro vers�culo nos dice: "Si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un infiel".

Necesitamos hombres que no solo prediquen la fe, sino que la vivan. La doctrina debe ser glorificada, adornada por nuestro andar, obra y camino.

2. El que niega la fe se aparta en pos de Satan�s. Este es el mensaje del vers�culo quince. Los bajos niveles de vida, as� como los bajos est�ndares de doctrina, pueden tener su origen en el mismo Satan�s. �l es el que, en el Jard�n del Ed�n, con el mismo aliento busc� infundir dudas sobre la Palabra de Dios por un lado, e inculcar el esp�ritu de desobediencia a Dios, por el otro. �Cu�ntos hay hoy a los que Satan�s ha cegado, para que no los ilumine la luz del glorioso Evangelio!

3. El que tiene la fe es digno de doble honor. En 1 Timoteo 1:17 el �nfasis se pone en aquellos que se afanan en la Palabra de Dios y en la ense�anza de la Verdad.

Si hubi�ramos acudido a cualquiera de los servicios que dirigi� el ap�stol Pablo, lo habr�amos encontrado fiel a la fe y proclam�ndola con toda paciencia y doctrina. Pablo sab�a c�mo razonar a partir de las Escrituras. Sab�a c�mo abrirlos de tal manera que confundiera a los adversarios. Nunca son� una nota incierta. Nunca puso un signo de interrogaci�n alrededor de ning�n "As� dice el Se�or". Crey� todas las cosas que estaban escritas en Mois�s y en los Profetas; y lo que cre�a, lo proclamaba.

Los hombres que retienen la verdad o reprimen todo el consejo de Dios son dignos de doble condenaci�n. Los hombres que sirven para los aplausos humanos y no para la aprobaci�n divina son dignos de l�stima.

Hay un peque�o vers�culo que dice: "Cuando venga el enemigo como un diluvio, el Esp�ritu del Se�or alzar� estandarte contra �l". Que Dios conceda que en esta hora una gran hueste de hijos incondicionales pueda presentarse y blandir la Espada del Esp�ritu, que es la Palabra de Dios, con lealtad inquebrantable.

V. ERRANDO DE LA FE ( 1 Timoteo 6:10 ; 1 Timoteo 6:20 )

Hemos encontrado cinco declaraciones distintas sobre las negaciones de la fe en Primera de Timoteo. (1) Desviarse de la fe. (2) Hacer naufragio de la Fe. (3) Apartarse de la fe. (4) Negar la fe. (5) Errar de la fe.

Justo ahora queremos discutir la quinta declaraci�n.

1. El que se aparta de la fe. Los vers�culos nueve y diez nos hablan de los ricos que caen en tentaci�n y lazo, y en muchas concupiscencias necias y da�inas, que hunden a los hombres en destrucci�n y perdici�n. Estos hombres aman el dinero y lo codician. A estos, el Esp�ritu Santo escribe: "Se desviaron de la fe y fueron traspasados ??de muchos dolores". Una vez m�s, contemplamos que la Fe, una vez entregada, toca el caminar pr�ctico del creyente.

Hay un vers�culo en la ep�stola de Santiago que dice: "�No teng�is la fe de nuestro Se�or Jesucristo, el Se�or de la gloria, en las personas?"

La fe, que es doctrina, toca el andar y la vida vital del hombre interior. La fe no debe estar ubicada para siempre en la cabeza; debe alojarse en el coraz�n y convertirse en el se�or de la vida.

2. El que pelea la buena batalla de la Fe. El ap�stol Pablo no tard� en instar al hombre de Dios a pelear esta buena batalla. Aqu� hay un concurso, que es digno de lo mejor que hay en cualquier hombre. �C�mo se resume esta pelea? Aqu� est�, tal como Dios lo pone: "Seguid la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre". Esta es la buena pelea de Faith. A esto es a lo que estamos llamados. Es en nombre de esto que hemos confesado una buena confesi�n.

3. La advertencia final. "Oh Timoteo, guarda lo que est� confiado a tu confianza, evitando balbuceos profanos y vanos, y oposiciones de la ciencia falsamente as� llamada".

(1) Existe la advertencia positiva de mantener lo comprometido. En otro cap�tulo se nos dice que Pablo lo conoc�a, a quien hab�a confiado su alma, y ??sab�a que se la quedar�a. Dios es fiel a Su cita. Ahora, sin embargo, se insta a Timoteo a que guarde lo que se le ha encomendado. �Qu� se compromete? Es la "Fe" del Se�or Jesucristo.

(2) Hay una advertencia negativa, para evitar los balbuceos y las oposiciones de la ciencia, falsamente as� llamadas. De estos, el Esp�ritu le escribe a Timoteo que algunos, habiendo profesado estas cosas, se han equivocado en cuanto a la fe. Cu�n importante es esta �ltima palabra de advertencia. La ciencia est� bien cuando se trata de hechos. El conocimiento humano est� bien cuando se encuentra en el reino de la verdad; pero, cuando sale de su �mbito y se opone a la verdad, se coloca junto a balbuceos profanos y vanos.

UNA ILUSTRACI�N

�FUEGO! �FUEGO!

�Cuando se enciende un fuego en una ciudad, no decimos con frialdad: 'All� hay un gran fuego, le ruego a Dios que no haga da�o'. En tiempos de deserci�n p�blica no debemos leer mansos discursos de divinidad contemplativa, ni luchar con fantasmas y errores anticuados, sino oponernos con toda seriedad a los crecientes males del mundo, cueste lo que cueste ". "Si los hombres valoraran la verdad como lo hacen con sus bienes y sus casas, no considerar�an el error con tan fr�a satisfacci�n.

El canto de la actualidad clama: "Caridad, caridad". Como si no fuera la verdadera caridad indignarse con lo que arruina las almas. No es poco caritativo advertir a los hombres contra las adulteraciones venenosas de su comida o las invasiones de sus derechos; y seguramente no puede ser menos caritativo ponerlos en guardia contra aquello que envenene o robe sus almas. La tibieza del amor a la verdad es el verdadero mal que hay que desaprobar en estos tiempos.

Tenemos nuevas doctrinas entre nosotros, llenas de da�o pr�ctico, y contra ellas es necesario levantar un fuerte clamor para que no ganen una cabeza tan grande que tanto la Iglesia como el estado sean incendiados.

"Se�or, despierta a Tus centinelas, y diles que despierten a todos Tus santos, porque los tiempos est�n llenos de peligro.

Versículos 15-16

La conversi�n de Saulo: un modelo y una profec�a

1 Timoteo 1:15 ; con Hechos 9:1

PALABRAS INTRODUCTORIAS

Por lo tanto, nos maravillamos de que lo que Dios obr� en la conversi�n de Saulo en el camino a Damasco sea una parte tan vital de la profec�a como lo que escribi� Pablo en las ep�stolas.

Al entrar en este mensaje, les pedimos que presten atenci�n a un pasaje de las Escrituras m�s impactante. Pesemos las palabras:

"Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jes�s vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

"Pero por esto obtuve misericordia, para que Jesucristo primero manifestase en m� toda paciencia, por modelo a los que en el futuro creyeren en �l para vida eterna" ( 1 Timoteo 1:15 ).

La conversi�n de Pablo fue un modelo, un modelo para aquellos que deber�an creer en el futuro. Ciertamente, su conversi�n no fue un modelo para los gentiles, ni siquiera para los jud�os, salvados durante esta era de gracia. Puede que tengamos un cambio maravilloso cuando encontremos al Salvador, pero ninguno de nosotros ha tenido las cosas que acompa�an a nuestra salvaci�n, que le sucedieron a Saulo.

Si, con sabidur�a y Escritura positiva, podemos demostrar verdaderamente que la conversi�n de Saulo en el camino a Damasco es una muestra, o modelo, de la conversi�n futura de su propio pueblo Israel, entonces sentiremos que no hemos exagerado el alcance del significado que creemos que el Esp�ritu est� enfatizando en 1 Timoteo 1:15 ; 1 Timoteo 1:16 . Pensemos detenidamente en este interesante estudio.

I. SA�L FUE JEFE DE PECADORES TAMBI�N LO ES ISRAEL

�En qu� sentido fue Saulo el primero de los pecadores? No era el principal de los pecadores moralmente. Verdaderamente pod�a jactarse de su justicia de acuerdo con la ley en la que �l era irreprensible. Israel, a nivel nacional, es conocido por su superioridad sobre los gentiles en el �mbito de lo obsceno y de los m�s bajos deseos de la carne.

�En qu� era Saulo un pecador tan grande? Su pecado radica en su blasfemia contra Cristo y en sus persecuciones contra la Iglesia. �Qu� hay de Israel?

Cuando Isa�as habl� de su pecado, clam�: "Soy un hombre de labios inmundos, y habito en medio de un pueblo de labios inmundos". Cuando Pablo habl� de Israel, dijo: "T� que te jactas de la ley, �con infracci�n de la ley deshonras a Dios? Porque el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por medio de ti".

Israel se ha esparcido entre las naciones y se ha esparcido entre todos los pa�ses; adondequiera que hayan ido, han profanado el Nombre del Se�or. Dios se apiadar� de Su Nombre y lo santificar�. �l reunir� a los hijos de Israel de todas las tierras adonde han ido y los traer� a su propia tierra. Entonces les rociar� agua limpia y quedar�n limpios; Les dar� un coraz�n nuevo y les infundir� un esp�ritu recto; entonces, aprender�n a no blasfemar.

II. SA�L FUE SALVO POR EL BRILLO DE GRAN LUZ ISRAEL SER� SALVO AS�

La luz que brill� sobre Sa�l fue sobrenatural; era una luz que demostraba que Cristo viv�a. Acompa�ando la luz, estaba la voz del Se�or resucitado y sentado.

Cuando Israel sea salvo, habr� un maravilloso resplandor de gloria que resplandecer� sobre ella. El Esp�ritu habla por Isa�as de esta manera:

"As� temer�n el nombre del Se�or desde el occidente, y su gloria desde la salida del sol. Cuando el enemigo venga como un diluvio, el Esp�ritu del Se�or alzar� estandarte contra �l.

"Y el Redentor vendr� a Sion, ya los que se aparten de la transgresi�n en Jacob, dice el Se�or.

En cuanto a m�, este es mi pacto con ellos, dice Jehov�: Mi esp�ritu que est� sobre ti, y mis palabras que he puesto en tu boca, no se apartar�n de tu boca, ni de la boca de tu simiente. ni de la boca de la simiente de tu simiente, dice Jehov�, desde ahora y para siempre �( Isa�as 59:19 ).

Cuando Cristo venga por segunda vez, vendr� en la gloria de su Padre y de los santos �ngeles. Su venida ser� como el rel�mpago que brilla desde un extremo del cielo hasta el otro. Entonces, Su pueblo ver� Su gloria. El Redentor vendr� a Sion y a los que se aparten de la transgresi�n en Jacob.

III. SAUL OYO Y VIO A JESUCRISTO TAMBIEN ISRAEL

1. La primera pregunta que le hizo Jes�s a Saulo fue: "�Por qu� me persigues?" Estas palabras fueron dichas desde el cielo y cayeron sobre Saulo cuando estaba lleno de asombro. �Israel despertar� repentinamente al hecho de que ha despreciado y odiado al Cristo de Dios?

El profeta Zacar�as escribi� sobre los d�as de la salvaci�n nacional de Israel, as�:

"Y derramar� sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusal�n esp�ritu de gracia y de s�plica; y mirar�n a m�, a quien traspasaron, y har�n duelo por �l, como quien llora por su �nico hijo, y tendr� por �l amargura, como quien tiene amargura por su primog�nito �( Zacar�as 12:10 ).

Pi�nselo, Israel a�n tiene que mirar el rostro de Aquel a quien entreg� para morir. Ella ver� al que traspas�. El libro de Apocalipsis, cap�tulo 1, Apocalipsis 1:7 , dice: "He aqu� que viene con las nubes; y todo ojo le ver�, y tambi�n los que le traspasaron; y todas las familias de la tierra har�n lamentaci�n por �l".

Bendito sea Dios, el Se�or vendr�, y su pueblo lo ver�, y vi�ndolo, har�n duelo por �l. Israel oir� su voz y ver� su rostro, como Sa�l vio y oy�.

IV. SAUL LLAM� JES�S, SE�OR, ISRAEL TAMBI�N NOMBRAR� A CRISTO COMO SE�OR

Ahora hemos llegado a la esencia de toda la escena de la carretera a Damasco, su gloria culminante. Saulo hab�a rechazado a Jes�s, porque lo conoc�a solo como "Jes�s". La ofensa m�s amarga que Jes�s jam�s dio contra la religi�n de los jud�os, fue cuando se anunci� a s� mismo como Dios, haci�ndose igual a Dios. El cl�max de los pecados de los cristianos contra el juda�smo fue su afirmaci�n continua y su declaraci�n audaz de que Jes�s era tanto el Se�or como el Cristo.

El nombre Se�or resumi� todo lo que implicaba la Deidad. Era una palabra que solo pod�a aplicarse a la Deidad. La concepci�n de Israel fue: "El Se�or nuestro Dios, el Se�or uno es ". Israel sostuvo que Dios nunca le dar�a a otro el nombre de Se�or.

Cristo acept� ese t�tulo y los primeros santos lo afirmaron. Cristo vino en el Nombre del Se�or, tambi�n vino llevando el Nombre, Se�or. Este fue el n�cleo de la confesi�n de fe que marc� a la Iglesia primitiva. Fueron bautizados en el Nombre del Se�or Jes�s, porque confesaron que Jes�s era el Se�or, lo mismo que el Padre era el Se�or y el Esp�ritu era el Se�or.

Pedro no tard� en decir en Pentecost�s: "Por tanto, sepa toda la casa de Israel con certeza, que Dios ha hecho de ese mismo Jes�s, a quien crucificasteis, Se�or y Cristo".

De esto habl� Cristo cuando dijo a los fariseos: "�Qu� pens�is del Cristo, cuyo Hijo es?" Dijeron: "El hijo de David". Entonces Cristo hizo la pregunta que les cerr� la boca para siempre: "�C�mo, pues, David en esp�ritu lo llama Se�or?" "Si David le llama Se�or, �c�mo es su hijo?"

Ahora llegamos al otro lado de la tarea, que nos propusimos en el discurso de hoy. �Confesar� Israel en la segunda venida de Cristo a Cristo como Se�or? Si lo hacen, su cambio de opini�n y de coraz�n ser� tan milagroso como el de Saulo. Israel est� cegado hasta el d�a de hoy al hecho de la Deidad de Jes�s. �Lo aclamar�n alguna vez como Se�or y Cristo? �Lo reconocer�n alguna vez como Dios?

V. SA�L ES PATADO CONTRA LOS PICOS TAMBI�N ISRAEL

El rostro resplandeciente de Esteban, los parientes de Saulo que estaban en Cristo antes que �l, las obras poderosas del Se�or a trav�s de los cristianos, todo esto desempe�� un papel importante en la conversi�n de Saulo. Incluso durante el tiempo que Sa�l luch� contra el Se�or, hubo una creciente convicci�n que aguijone� su alma; sent�a que estaba equivocado al luchar contra Dios, sin embargo, sigui� su camino de furia con incluso renovado vigor.

Ahora queremos preguntar: �Ha habido y habr� ciertos aguijones para pinchar a Israel? �Revelar�n estos aguijones a Israel la terquedad de su coraz�n contra Cristo Jes�s, el Hijo de Dios?

El Esp�ritu Santo en Romanos 11:1 habla de esta manera: "Se oscurezcan sus ojos para que no vean, e inclinen siempre sus espaldas. Entonces digo: �Han tropezado para que caigan? Dios no lo quiera. sino que por su ca�da vino la salvaci�n a los gentiles, para provocarlos a celos ".

Aqu�, entonces, hay un aguij�n que pincha a los jud�os. No pueden dejar de conmoverse con el hecho de que los gentiles est�n siendo bendecidos en Cristo. Aquel a quien los jud�os crucificaron, ya Aquel a quien los jud�os ahora niegan, es el Dios de los gentiles. Los jud�os tambi�n est�n aprendiendo que los gentiles creen todas las cosas que est�n escritas en los profetas. Han visto la mano de Dios favoreciendo a los cristianos. Han contemplado el gozo y el canto que mueve la vida de los verdaderamente regenerados. El Israel nacional est� cada vez m�s movido a los celos por estas cosas. Est�n pinchando cada vez m�s profundamente en sus conciencias.

Sin embargo, los aguijones que aguijonean, aguijonear�n m�s profundamente, a medida que la Iglesia sea sacada y elevada para estar con el Se�or, y a medida que los milagros, las maravillas y las se�ales del d�a de la angustia de Jacob se multipliquen. Saulo de Tarso ten�a a Esteban para proclamar con fe ardiente y poder milagroso la historia del Cristo de Dios. Saulo se sinti� abrumado por el testimonio de Esteban.

Israel tendr� un testimonio similar en los �ltimos d�as. Dios enviar� a sus dos testigos que profetizar�n durante cuarenta y dos meses. Estos dos har�n milagros.

Todo esto tendr� un efecto cada vez m�s profundo en Israel. Los llenar� de miedo. Les pinchar� el coraz�n como aguijones pinchan a los bueyes.

No hay duda de que habr� muchos eventos conmovedores que har�n que Israel vuelva su rostro hacia el Se�or; todas estas cosas preparar�n su coraz�n para el advenimiento de Cristo; la preparar�n para recibir al Se�or cuando �l venga.

He aqu� tu Dios, oh Israel,

No hay Dios, sino �l,

Sin Se�or, sin Salvador y sin Dios

A quien doblar la rodilla;

�l es Jehov� Jireh,

Y tambi�n el SE�OR Salum,

�l es Jehov� Sama,

Y Jehov� Tsidkenu.

He aqu� tu Dios, oh Israel,

�l es el Primero y el �ltimo,

Tu Dios en las edades venideras, y

Tu Dios en las �pocas pasadas;

�l es tu �nico Alfa,

Solo Omega He,

Un Dios justo y un Salvador,

�l llama: M�rame.

VI. UN GRAN CAMBIO LLEG� A LA VIDA DE SA�L: UN GRAN CAMBIO LLEGAR� A ISRAEL AL REGRESO DE CRISTO

La expresi�n que el Se�or us� para enfatizar el hecho de que Saulo fue salvo fue: "He aqu�, �l ora". El pueblo mismo de Damasco dio testimonio, cuando oyeron a Saulo hablar en las sinagogas: "�No es �ste el que destruy� a los que invocaron este Nombre en Jerusal�n, y vino aqu� con ese prop�sito, para llevarlos presos a los principales sacerdotes? ? "

Nadie dudar� en aclamar el gran cambio que se produjo en Saulo de Tarso con su conversi�n. Pero, �qu� hay de Israel? S�, Israel ser� cambiado. Escuche las palabras de Dios, registradas en Ezequiel:

"Porque los tomar� de entre las naciones, los reunir� de todos los pa�ses y los llevar� a su propia tierra.

�Entonces rociar� sobre ustedes agua limpia, y quedar�n limpios; de todas sus inmundicias, y de todos sus �dolos, los limpiar�.

Tambi�n os dar� un coraz�n nuevo, y pondr� un esp�ritu nuevo dentro de vosotros; y quitar� de vuestra carne el coraz�n de piedra, y os dar� un coraz�n de carne.

"Y pondr� mi esp�ritu dentro de ti, y har� que andes en mis estatutos, y guardar�s mis juicios y los cumplir�s" ( Ezequiel 36:24 ).

En esos d�as, Dios escribir� su ley en el coraz�n de su pueblo. La que persegu�a, orar�. Escuche a Dios a trav�s de Zacar�as: "En aquel d�a se abrir� una fuente a la casa de David ya los habitantes de Jerusal�n por el pecado y la inmundicia". En ese d�a vendr� el Se�or. Sus pies estar�n sobre el monte de los Olivos, los santos vendr�n con �l. El Se�or ser� el Rey de toda la tierra. Luego, "en aquel d�a estar� sobre las campanillas de los caballos, Santidad al Se�or".

VII. SAUL SALVO FUE ENVIADO A LOS GENTILES ISRAEL SALVO SERA ENVIADO A LOS GENTILES

Cuando lleg� la salvaci�n a Sa�l, �l clam�: "�Qu� quieres que haga", Se�or? El Se�or respondi�: "Ve a la ciudad, y se te dir� lo que debes hacer". Cuando el Se�or le dio instrucciones a Anan�as sobre esta l�nea, dijo de Sa�l: "Porque �l es un vaso escogido para m�, para llevar mi nombre delante de los gentiles, reyes y los hijos de Israel".

Ahora llegamos a la parte vital de este mensaje. Israel en el d�a de su salvaci�n y restauraci�n est� destinado, como Saulo, a ser el vaso de Dios para llevar Su Nombre ante los gentiles y reyes.

Ser� un gran d�a cuando una multitud de jud�os redimidos prediquen las Buenas Nuevas. Cuando una gran hueste del Israel nacional, salvo como Sa�l fue salvo, salga como Sa�l sali�: salga como Sa�l, innumerablemente multiplicado, para predicar a los gentiles. Cuando los "juicios de Dios est�n en la tierra, los habitantes del mundo aprender�n justicia".

En el d�a del perd�n nacional de Israel, el Se�or le cantar� una canci�n: "Una vi�a de vino tinto. Yo, el Se�or, la guardo; la regar� en todo momento; para que nadie la lastime, la guardar� de d�a y de noche. . " �Qu� m�s har� el Se�or por su pueblo escogido? "�l har� que los que vienen de Jacob echen ra�ces; Israel florecer� y echar� renuevos, y la faz del mundo llenar� de fruto". Aquel d�a, los de Asiria que estaban a punto de perecer y los desterrados de la tierra de Egipto vendr�n a adorar al Se�or en el monte santo de Jerusal�n.

En aquel d�a el Se�or dir� a Israel: "Vosotros sois mis testigos, dice el Se�or, y mi siervo a quien he escogido". "Vosotros sois mis testigos, dice el Se�or, de que yo soy Dios".

�Escucha al Se�or! "Es cosa liviana que seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob y restaurar los preservados de Israel; tambi�n te dar� por luz a los gentiles, para que seas mi salvaci�n hasta los fines de la tierra."

Oh Israel, te levantar�s y resplandecer�s cuando venga tu Luz y cuando la gloria del Se�or se eleve sobre ti. Entonces "los gentiles vendr�n a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer". Los hombres te traer�n las fuerzas de los gentiles; y la naci�n o el reino que no te sirva, perecer�.

En ese d�a "ver�n los gentiles tu justicia, y todos los reyes tu gloria". Y "ser�s tambi�n corona de gloria en la mano del Se�or, y diadema real en la mano de tu Dios".

Israel a�n declarar� la gloria de Dios entre los gentiles. Toda carne "vendr� a adorarme delante de m�, dice el Se�or".

Dios a�n enviar� tiempos de refrigerio de la presencia del Se�or. El Esp�ritu Santo en poder pentecostal descansar� sobre Israel. Sus ancianos so�ar�n sue�os, sus j�venes ver�n visiones. Sobre sus siervas y siervos Dios derramar� Su Esp�ritu y profetizar�n. Entonces suceder� que "todo aquel que invocare el Nombre del Se�or, ser� salvo".

Al cerrar nuestro mensaje, no olvidemos el significado de Jon�s recomisionado. El Se�or le dijo a Jon�s por segunda vez: "Lev�ntate, ve a N�nive". Entonces, N�nive se arrepinti�. As� ser� enviado de nuevo Israel, que fue infiel a su primer llamado, y en ella, todas las naciones ser�n verdaderamente bendecidas. Dios cumplir� la verdad que le dijo a Abraham y jur� a los padres de la antig�edad.

Ya sea que oigamos de abstinencia, Dios ha hablado y lo har�, como dice Sofon�as.

"He aqu�, en aquel tiempo deshacer� todo lo que te aflige, y salvar� a la que se detiene, y recoger� a la expulsada; y les dar� alabanza y fama en toda tierra donde hayan sido avergonzados.

"En aquel tiempo te traer� de nuevo, aun en el tiempo en que te re�na; porque te har� un nombre y una alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando vuelva tu cautiverio ante tus ojos, dice el Se�or" ( Sofon�as 3:19 ).

Seguramente suceder� que todos los que queden de las naciones de la tierra subir�n a Jerusal�n de a�o en a�o para adorar al Se�or.

Vu�lvete a Dios, oh Israel,

Y extiende tus cortinas;

Alarga tus cuerdas, fortalece tus estacas,

Vuelve a casa desde el norte;

Tus moradas se llenar�n,

Como jud�os de todas las tierras

Vuelvan sus rostros hacia sus hogares,

Y hacia su patria.

No ser�s m�s avergonzado

No m�s confundido

Te olvidar�s de la verg�enza de tu juventud,

Lib�rate de los dolores;

Jehov�, tu Redentor,

Ser llamado Rey de la tierra,

Creer�s al Santo,

El que te dio a luz.

En ira escondi� su rostro por un tiempo,

Por un momento abandon�;

Ahora regresa con misericordias, grande,

Oh, vu�lvete a �l y mira:

Canta t�, est�ril, clama en voz alta,

Prorrumpa con c�nticos de alegr�a,

Dar�s hijos a Dios,

Un pueblo grande y fuerte.

Los montes se apartar�n de �l,

Las colinas pueden eliminarse;

Pero Israel, su amada, suya,

Nunca m�s se mover�.

Oh t�, afligido, agitado por la tempestad,

Tu camino lleno de dolores;

Con todos los pecados desaparecidos, con vidas limpiadas,

�Qu� cambio ha obrado tu Dios!

Versículos 18-20

Nuestro gu�a en medio de las negaciones de la fe

1 Timoteo 1:1 , 1 Timoteo 1:18

PALABRAS INTRODUCTORIAS

1. �Encontrar� Cristo la fe en la tierra? La pregunta anterior tiene que ver con la Segunda Venida de Cristo, y la Segunda Venida de Cristo tiene que ver con las condiciones que concluir�n la era en la que ahora vivimos.

El ap�stol Pedro nos habl� claramente, en el Esp�ritu, del advenimiento de los burladores en los �ltimos tiempos. Estos burladores son hombres que niegan la Fe, y particularmente, que dicen: "�D�nde est� la promesa de Su venida?"

El Libro de Judas habla del advenimiento de ciertos hombres que entran sin darse cuenta. Estos ciertos hombres niegan al �nico Se�or Dios, y a nuestro Se�or Jesucristo. Ellos pronuncian duros discursos contra �l.

Estos hombres son el complemento de lo que el Esp�ritu Santo, en el Libro de Tesalonicenses, llama "la apostas�a" una apostas�a marcada por la apostas�a de la fe.

En esta l�nea, hay una Escritura del Antiguo Testamento que habla de " hambre de la Palabra de Dios".

Creemos que el d�a de la apostas�a est� aqu�. Las negaciones de la Fe han llegado como una gran corriente que desborda sus riberas. Los hombres no se averg�enzan de estar en el p�lpito dedicado al Evangelio de Dios con respecto a Su Hijo, mientras difaman todo lo vital para ese Evangelio.

2. La apostas�a actual descrita. Los hombres que niegan la Fe son lobos, vestidos con piel de oveja, que profesan conocer a Dios, lo niegan.

(1) La apostas�a comenz� descartando los milagros. Como lo vemos, la moda y la fantas�a de la evoluci�n no fue m�s que un golpe estrat�gico de hombres incr�dulos y ap�statas, con la intenci�n de esquivar a un Dios que obraba milagros.

Si los milagros iban a desaparecer, el primer milagro de la creaci�n ten�a que dejarse de lado. Para difamar ese milagro, debe haber alg�n m�todo por el cual se pueda establecer la llegada del hombre a la tierra.

Las mentes esc�pticas estaban listas para promulgar una f�bula como un hecho, un sue�o como un dogma, en lugar de aceptar la simple y �nica declaraci�n razonable del advenimiento del hombre para ser incluso la declaraci�n del fiat divino de la creaci�n como se establece en la Palabra de Dios. .

(2) La apostas�a continu� al negar la necesidad de la expiaci�n. La salvaci�n por la sangre del Hijo de Dios era desagradable para las mentes est�ticas. Quer�an ser salvados por las obras de sus propias manos. Ellos, como Ca�n, estaban dispuestos a hacerle cumplidos a Dios; pero no estaban dispuestos, como Abel, a poner su fe en una ofrenda de sacrificio.

(3) La apostas�a se profundiz� en la negaci�n de la Deidad de Cristo. Jesucristo, para el ap�stata, se convirti� en nada m�s que un hombre aplaudido por sus virtudes. Solo fue reverenciado como un hombre que se adelant� a su tiempo.

El hecho del nacimiento virginal de Cristo; el hecho de que descendi� del Padre y vino al mundo; el hecho de que �l era Dios, manifestado en carne, era completamente repugnante para los ap�statas. Estaban dispuestos a colocar a Cristo en un pedestal de fama junto con El�as, Jerem�as o uno de los Profetas, pero no estaban dispuestos a aclamarlo como Hijo de Dios y Dios Hijo.

I. ABANDONARSE DE LA FE ( 1 Timoteo 1:3 )

1. Modas, f�bulas y fanatismos. Nuestro texto dice que no debemos prestar atenci�n a "f�bulas y genealog�as sin fin, que ministran preguntas, en lugar de la edificaci�n piadosa que es en la fe". Creemos que una regla segura para los santos es ignorar por completo las discusiones religiosas que no se basan en la fe una vez entregada. Es tan f�cil hacerse a un lado en las brumas y laberintos de la especulaci�n a lo largo de l�neas espirituales. Nunca debemos volvernos err�ticos. Nunca debemos convertirnos en predicadores de nuestros propios sue�os. Incluso en nuestras declaraciones de doctrina, debemos buscar siempre terminolog�as b�blicas.

Cristo dijo: "Hablamos lo que sabemos, y damos testimonio de lo que hemos visto".

2. Maestros, ignorantes de la Fe. El vers�culo siete nos dice que algunos, deseando ser maestros de la ley; no entiendo ni lo que dicen ni lo que afirman.

Necesitamos estudiar para mostrarnos aprobados por Dios, un obrero que no necesita avergonzarse, dividiendo correctamente la Palabra de Verdad.

El Libro de Romanos, en el cap�tulo uno, habla de algunos que profesan ser sabios, pero son necios. Si bien no clasificar�amos a ninguno de ustedes con ellos, queremos que tenga cuidado de no hablar de aquellas cosas que no conoce. No creemos que una comprensi�n intelectual de la Verdad sea todo lo que se necesita del cristiano. Necesitamos conocer experimentalmente las cosas de Dios.

3. Desv�o a un vano tintineo. Siempre que estemos inquietos en la fe, y somos ni�os en el conocimiento de Dios y Su Palabra, seremos presa f�cil de todo viento falso de doctrina que pueda soplar.

Aquellos que se desv�an de la Fe son, por lo general, aquellos que nunca han estado arraigados y cimentados en la Fe. Su fe nunca fue una "fe sincera", basada en un coraz�n puro y una buena conciencia.

Cuando se abandona la fe y un profesor se desv�a del claro mensaje de Dios, se desviar� hacia un vano tintineo. Hay una gran cantidad de disputas y luchas en los c�rculos religiosos; hay sectas y divisiones casi innumerables; y todo esto porque las personas no est�n establecidas en la Palabra de Dios. Cuando los cristianos siguen a hombres, credos y sectas, en lugar de un simple y positivo "as� dice el Se�or", est�n obligados a apartarse de la fe.

II. HACIENDO NAUFRAGIO DE LA FE ( 1 Timoteo 1:18 )

1. Las marcas de una buena guerra. Pablo le escribe a Timoteo: "Para que * * pelees una buena batalla". Timoteo conoc�a las Escrituras desde su ni�ez. Hab�a escuchado la Fe de su madre Eunice y de su abuela Lois. Esa fe era una fe sincera. Timoteo hab�a sido llevado a Cristo a trav�s del ministerio de Pablo. Sabemos esto porque Pablo le escribi�, llam�ndolo "Mi propio hijo en la fe".

Cuando el Ap�stol quiso que un joven viajara con �l, eligi� al joven Timoteo. Lo eligi� porque, desde ni�o, conoc�a las Sagradas Escrituras.

�Cu�les son entonces las marcas de una buena guerra? Ciertamente son una guerra en la Verdad sosteniendo la Fe, con buena conciencia.

2. Las marcas del naufragio. El vers�culo diecinueve dice: "Manteniendo la fe, * * que algunos, habiendo abandonado la fe, han hecho naufragio". Tenemos ante nosotros una escena gr�fica. Es el viejo barco de la fe navegando sobre el mar de la vida. No un barco de "fe en Cristo", sino el barco de la "Fe de Cristo". El barco es un naufragio. Est� envuelto por las olas salvajes y est� a punto de hundirse. Aqu� hay una imagen de lo que tenemos ante nosotros hoy. El antiguo mensaje de la Cruz y la antigua confesi�n de la fe, en muchos casos, han sufrido un naufragio.

El ap�stol Pablo, al final del vers�culo veinte, habla de los hombres que abandonan la fe y que naufragan como blasfemos. Este es un cargo serio y, sin embargo, es cierto.

3, Los resultados de hacer naufragio. El Esp�ritu, a trav�s de Pablo, definitivamente menciona a dos hombres, Himeneo y Alejandro, que abandonaron la fe; y luego dice: "Los he entregado" a Satan�s, para que aprendan a no blasfemar ".

No es cosa f�cil apartarse de la Fe de Dios y predicar otro mensaje que el que Dios ha entregado. Tales hombres est�n bajo una maldici�n. Como dijimos una vez, volvemos a decir: "Si alguno predica cualquier otro evangelio * *, sea maldito".

Es importante conocer la Verdad, vivirla y predicarla. Si esperamos recibir de Dios un "Bien, buen siervo y fiel", debemos estar firmes por la Fe.

La idea de que podemos vivir seg�n lo que queremos, predicar lo que queramos, creer lo que elijamos y, adem�s, agradar a Dios, es una locura.

III. PARTIENDO DE LA FE ( 1 Timoteo 4:1 )

1. El pilar y baluarte de la Verdad. Refiri�ndonos al cap�tulo tres, encontramos que la Iglesia del Dios Viviente se describe como el pilar y baluarte de la Verdad. El pilar es el que sostiene el techo. El suelo es la base firme, el cimiento sobre el que descansa toda la superestructura.

Cuando Pedro le dijo a Jes�s: "T� eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente", el Se�or inmediatamente respondi�: "Sobre esta roca edificar� Mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecer�n contra ella".

En Mateo siete, Cristo dijo: "Cualquiera que oiga estas palabras m�as y las haga, lo comparar� con un hombre sabio, que construy� su casa sobre la roca, * * y no se cay�".

2. Los peligros de los �ltimos d�as. Los j�venes no deben alarmarse porque muchos se hayan apartado de la Fe. Para estar prevenido, deber�a bastarnos con estar prevenido. El Esp�ritu nos describi� la misma apostas�a que rodea a la iglesia hoy. Quienes conocen sus libros saben que no ha sucedido nada que haya trastornado la Fe que una vez fue entregada a los santos. Los que se han apartado de la Fe son hombres que no conocen a Dios en ning�n sentido vital y espiritual. Nuestro texto incluso dice que hablan mentiras con hipocres�a. Si afirman que son concienzudos en lo que dicen, Dios r�pidamente dice que su conciencia est� cauterizada con un hierro candente.

Sigue siendo cierto que los grandes hombres no siempre son sabios; ni los ancianos entienden el juicio. A�n es cierto que la mente natural no recibe las cosas de Dios. Los hombres por erudici�n no pueden conocer a Dios.

Dios incluso ha dicho de los hombres que se apartan de la fe, que est�n prestando atenci�n a las doctrinas de los demonios. Deber�amos pensar que tal acusaci�n har�a que los modernistas actuales se detuvieran y reflexionaran. De hecho, est�n influidos por un poder del que tal vez no sean conscientes. Son arrastrados por vientos de doctrina que los apartan de sus amarras; sin embargo, es posible que no se den cuenta de su suerte.

3. Nutrido en la Fe. Estamos seguros de que todos los que nos siguen, desean ser buenos ministros de Jesucristo. Si lo hacen, recordar�n a los hermanos la apostas�a que ahora est� sobre nosotros. Har�n m�s. Se nutrir�n de palabras de fe y de buena doctrina. Tambi�n rechazar�n las f�bulas profanas y de viejas.

La gran necesidad de las iglesias hoy en d�a es un testimonio que suene fiel a la fe. Dios nos d� muchos hombres j�venes que van a ir adelante en el amor y en el valor, proclamando todo el consejo de Dios.

IV. NEGANDO LA FE ( 1 Timoteo 5:8 ; 1 Timoteo 5:15 ; 1 Timoteo 5:17 )

1. El que niega la fe del cristianismo pr�ctico. La fe por la que debemos luchar incluye las grandes doctrinas de la gracia. Afirma la Deidad de Cristo; aclama el nacimiento virginal; enfatiza el sufrimiento sustitutivo de Cristo; aboga inquebrantablemente por la resurrecci�n y la ascensi�n corporales del Se�or: ense�a fielmente el retorno personal del Se�or Jes�s.

Sin embargo, hay otro punto de vista al defender la fe; ese es el lado pr�ctico de la Fe. Es la Fe, en acci�n; la Fe, en la vida. Nuestro vers�culo nos dice: "Si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un infiel".

Necesitamos hombres que no solo prediquen la fe, sino que la vivan. La doctrina debe ser glorificada, adornada por nuestro andar, obra y camino.

2. El que niega la fe se aparta en pos de Satan�s. Este es el mensaje del vers�culo quince. Los bajos niveles de vida, as� como los bajos est�ndares de doctrina, pueden tener su origen en el mismo Satan�s. �l es el que, en el Jard�n del Ed�n, con el mismo aliento busc� infundir dudas sobre la Palabra de Dios por un lado, e inculcar el esp�ritu de desobediencia a Dios, por el otro. �Cu�ntos hay hoy a los que Satan�s ha cegado, para que no los ilumine la luz del glorioso Evangelio!

3. El que tiene la fe es digno de doble honor. En 1 Timoteo 1:17 el �nfasis se pone en aquellos que se afanan en la Palabra de Dios y en la ense�anza de la Verdad.

Si hubi�ramos acudido a cualquiera de los servicios que dirigi� el ap�stol Pablo, lo habr�amos encontrado fiel a la fe y proclam�ndola con toda paciencia y doctrina. Pablo sab�a c�mo razonar a partir de las Escrituras. Sab�a c�mo abrirlos de tal manera que confundiera a los adversarios. Nunca son� una nota incierta. Nunca puso un signo de interrogaci�n alrededor de ning�n "As� dice el Se�or". Crey� todas las cosas que estaban escritas en Mois�s y en los Profetas; y lo que cre�a, lo proclamaba.

Los hombres que retienen la verdad o reprimen todo el consejo de Dios son dignos de doble condenaci�n. Los hombres que sirven para los aplausos humanos y no para la aprobaci�n divina son dignos de l�stima.

Hay un peque�o vers�culo que dice: "Cuando venga el enemigo como un diluvio, el Esp�ritu del Se�or alzar� estandarte contra �l". Que Dios conceda que en esta hora una gran hueste de hijos incondicionales pueda presentarse y blandir la Espada del Esp�ritu, que es la Palabra de Dios, con lealtad inquebrantable.

V. ERRANDO DE LA FE ( 1 Timoteo 6:10 ; 1 Timoteo 6:20 )

Hemos encontrado cinco declaraciones distintas sobre las negaciones de la fe en Primera de Timoteo. (1) Desviarse de la fe. (2) Hacer naufragio de la Fe. (3) Apartarse de la fe. (4) Negar la fe. (5) Errar de la fe.

Justo ahora queremos discutir la quinta declaraci�n.

1. El que se aparta de la fe. Los vers�culos nueve y diez nos hablan de los ricos que caen en tentaci�n y lazo, y en muchas concupiscencias necias y da�inas, que hunden a los hombres en destrucci�n y perdici�n. Estos hombres aman el dinero y lo codician. A estos, el Esp�ritu Santo escribe: "Se desviaron de la fe y fueron traspasados ??de muchos dolores". Una vez m�s, contemplamos que la Fe, una vez entregada, toca el caminar pr�ctico del creyente.

Hay un vers�culo en la ep�stola de Santiago que dice: "�No teng�is la fe de nuestro Se�or Jesucristo, el Se�or de la gloria, en las personas?"

La fe, que es doctrina, toca el andar y la vida vital del hombre interior. La fe no debe estar ubicada para siempre en la cabeza; debe alojarse en el coraz�n y convertirse en el se�or de la vida.

2. El que pelea la buena batalla de la Fe. El ap�stol Pablo no tard� en instar al hombre de Dios a pelear esta buena batalla. Aqu� hay un concurso, que es digno de lo mejor que hay en cualquier hombre. �C�mo se resume esta pelea? Aqu� est�, tal como Dios lo pone: "Seguid la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre". Esta es la buena pelea de Faith. A esto es a lo que estamos llamados. Es en nombre de esto que hemos confesado una buena confesi�n.

3. La advertencia final. "Oh Timoteo, guarda lo que est� confiado a tu confianza, evitando balbuceos profanos y vanos, y oposiciones de la ciencia falsamente as� llamada".

(1) Existe la advertencia positiva de mantener lo comprometido. En otro cap�tulo se nos dice que Pablo lo conoc�a, a quien hab�a confiado su alma, y ??sab�a que se la quedar�a. Dios es fiel a Su cita. Ahora, sin embargo, se insta a Timoteo a que guarde lo que se le ha encomendado. �Qu� se compromete? Es la "Fe" del Se�or Jesucristo.

(2) Hay una advertencia negativa, para evitar los balbuceos y las oposiciones de la ciencia, falsamente as� llamadas. De estos, el Esp�ritu le escribe a Timoteo que algunos, habiendo profesado estas cosas, se han equivocado en cuanto a la fe. Cu�n importante es esta �ltima palabra de advertencia. La ciencia est� bien cuando se trata de hechos. El conocimiento humano est� bien cuando se encuentra en el reino de la verdad; pero, cuando sale de su �mbito y se opone a la verdad, se coloca junto a balbuceos profanos y vanos.

UNA ILUSTRACI�N

�FUEGO! �FUEGO!

�Cuando se enciende un fuego en una ciudad, no decimos con frialdad: 'All� hay un gran fuego, le ruego a Dios que no haga da�o'. En tiempos de deserci�n p�blica no debemos leer mansos discursos de divinidad contemplativa, ni luchar con fantasmas y errores anticuados, sino oponernos con toda seriedad a los crecientes males del mundo, cueste lo que cueste ". "Si los hombres valoraran la verdad como lo hacen con sus bienes y sus casas, no considerar�an el error con tan fr�a satisfacci�n.

El canto de la actualidad clama: "Caridad, caridad". Como si no fuera la verdadera caridad indignarse con lo que arruina las almas. No es poco caritativo advertir a los hombres contra las adulteraciones venenosas de su comida o las invasiones de sus derechos; y seguramente no puede ser menos caritativo ponerlos en guardia contra aquello que envenene o robe sus almas. La tibieza del amor a la verdad es el verdadero mal que hay que desaprobar en estos tiempos.

Tenemos nuevas doctrinas entre nosotros, llenas de da�o pr�ctico, y contra ellas es necesario levantar un fuerte clamor para que no ganen una cabeza tan grande que tanto la Iglesia como el estado sean incendiados.

"Se�or, despierta a Tus centinelas, y diles que despierten a todos Tus santos, porque los tiempos est�n llenos de peligro.

Información bibliográfica
Neighbour, Robert E. "Comentario Pozos de agua viva en 1 Timothy 1". "Agua viva". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lwc/1-timothy-1.html.