Bible Commentaries
Isaías 11

Comentario Pozos de agua vivaPozos de agua viva

Versículos 1-16

De la cuna a la cruz

Isa�as 11:1

PALABRAS INTRODUCTORIAS

El Esp�ritu Santo en varias partes del Antiguo Testamento nos dio todo lo que necesitamos saber de antemano sobre el nacimiento, la vida, la muerte y la resurrecci�n de nuestro Se�or. La Segunda Venida y el Reino de Cristo tambi�n fueron dados por el Esp�ritu en los escritos del Antiguo Testamento, de manera detallada.

Ahora nos limitaremos a esto: "De la cuna a la Cruz". Usaremos solo las Escrituras que nos da el profeta Isa�as. No estamos tratando con el nacimiento de Cristo en la medida en que esa parte del tema se present� en otro estudio.

1. Nuestra Escritura dice: "Y saldr� una vara del tronco de Isa�". Al pensar en esta declaraci�n, debemos recordar que David fue el tronco de Isa�, y que Cristo fue el tronco de David. El linaje que cubre a cada hijo distintivo desde Isa� hasta Cristo se nos da en el Libro de Mateo. Este linaje llega hasta nosotros por medio de Salom�n y presenta la l�nea real que concluye con Jos�, el padre legal pero no real de Cristo.

Si Jos� hubiera sido el padre real de Cristo, el Se�or Jes�s nunca podr�a sentarse en el trono de David y prosperar. Esto se establece en un vers�culo de la Escritura que se encuentra en Jeremias 22:30 , donde se pronuncian las siguientes palabras sobre Con�as, hijo de Joacim, rey de Jud�. "Escribid a este hombre sin hijos, un hombre que no prosperar� en su d�a; porque ning�n hombre de su simiente prosperar� si se sienta en el trono de David y reinar� m�s en Jud�".

Una segunda genealog�a se da en el Evangelio de Lucas en la que Jesucristo se remonta a David y m�s all�, a trav�s de Nat�n, el hijo de David. Esta genealog�a comienza con Heli, el padre de Mar�a, y no cubre la l�nea real. Jes�s, por tanto, es la ra�z de Isa� y de David a trav�s de Nat�n y Heli y Mar�a sin ser el hijo de Jos�. Su derecho, judicialmente, al trono de David es, por tanto, doblemente suyo. Tiene ese derecho como hijo de David, a trav�s de Nat�n. Tambi�n lo tiene como hijo legal de David, a trav�s de Salom�n, ya que por el matrimonio de Jos� con Mar�a, Cristo se convirti� en el heredero legal del trono.

2. Nuestra Escritura sugiere que el ojo vigilante de Dios, el Padre, estaba sobre Dios el Hijo cuando creci� ante �l como un Renuevo de las ra�ces de Isa�. Cuando pensamos que la Palabra de Dios est� establecida para siempre en el Cielo, y que fue dada a los hombres por el Esp�ritu; no podemos dejar de pensar tambi�n en c�mo el Padre ha vigilado la Palabra escrita, a trav�s de muchas traducciones. A trav�s de los siglos que han intervenido desde que se escribi� la Biblia, ha sido divinamente guardada de la mutilaci�n. Creemos que tenemos la Biblia, hoy, sin ninguna doctrina o mensaje vital estropeado por los a�os o las traducciones.

Cuando pensamos en Jesucristo, el Logos hecho carne y morando entre nosotros; no podemos dejar de recordar c�mo el ojo de Dios tambi�n lo cuid� en los d�as de su infancia. Tanto la Palabra escrita como Cristo, la Palabra viva, se mantuvieron sagradamente a salvo de cualquier da�o en la mano de Dios. Ambos fueron odiados y, sin embargo, conservados; ambos han sido difamados, empujados por una espada humana y, sin embargo, ambos todav�a viven, y est�n vivos para siempre.

Que Jes�s creci� ante el Padre, y bajo la mirada atenta del Padre, se establece por la palabra del �ngel que orden� a Jos� que huyera a Egipto, cuando Herodes busc� al ni�o peque�o para matarlo. Los a�os ocultos desde la cuna hasta el a�o duod�cimo, y desde el a�o duod�cimo hasta el bautismo, pueden estar ocultos para los hombres y para la historia; pero nunca estuvieron ocultos para Dios. No hubo un momento en que Dios no estuviera cuidando a Su Hijo.

Todo esto est� certificado por las palabras que pronunci� el Padre en el bautismo: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia".

I. EL PREDICADOR DE CRISTO ( Isa�as 40:3 )

"Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Se�or, enderezad en el desierto calzada para nuestro Dios".

Despu�s del nacimiento de Cristo, Dios nos lleva, a trav�s del profeta Isa�as, a la hora que precede a Su bautismo y ministerio p�blico.

1. Tenemos ante nosotros la predicaci�n de Juan el Bautista. Recordamos la historia de c�mo a Zacar�as, el padre de Juan, se le abrieron los labios, mientras �l, lleno del Esp�ritu Santo, profetiz� sobre la circuncisi�n de su ni�o peque�o Juan, quien luego lleg� a ser conocido como Juan el Bautista.

Zacar�as dijo: "Bendito sea el Se�or Dios de Israel, porque visit� y redimi� a su pueblo, y nos levant� un cuerno de salvaci�n en la casa de su siervo David". Luego, volvi�ndose hacia su hijo y citando Isa�as 40:3 , nuestro texto clave, dijo: "Y t�, ni�o, ser�s llamado Profeta del Alt�simo, porque ir�s delante del rostro del Se�or para preparar sus caminos. . "

2. Tenemos ante nosotros una profec�a que proclam� a Jesucristo como Se�or y Dios. Los hombres de hoy pueden dudar en atribuir a Jesucristo la dignidad de la Deidad, pero los Profetas de anta�o nunca dudaron tanto. Tampoco dud� tanto el �ngel que anunci� a Mar�a el nacimiento de Cristo; ni el Padre mismo dud� tanto.

Isa�as, el Profeta, atribuy� una y otra vez la Deidad a Cristo. En este mismo cap�tulo 40 de Isa�as, leemos en Isa�as 40:9 un mandamiento acerca de Cristo: "Alza con fuerza tu voz; alzala, no temas; di a las ciudades de Jud�: � He ah� tu Dios!" El siguiente vers�culo contin�a: " He aqu�, el Se�or Dios vendr�".

II. LA UNCI�N DEL ESP�RITU ( Isa�as 11:1 )

Durante los a�os en Nazaret, Cristo no fue conocido en gran medida, porque Dios estaba tratando de retrasar la anunciaci�n de su filiaci�n, hasta que llegara la hora de su ministerio p�blico. Por lo tanto, despu�s de treinta a�os de experiencias casi desconocidas y desconocidas, Jesucristo fue repentinamente impuesto sobre la conciencia del pueblo jud�o por Su bautismo.

1. El viaje al Jord�n. Fueron por lo menos sesenta millas que Cristo sigui� su camino, quiz�s a pie; al lugar donde Juan estaba bautizando en el r�o Jord�n. Juan ya hab�a anunciado que vendr�a uno despu�s de �l, que era preferido antes que �l, porque estaba antes que �l. En esta declaraci�n, Juan reconoci� la Deidad y la eternidad de Cristo, el Hijo de Dios, ya que Cristo no fue antes que Juan en ning�n sentido f�sico; Juan es seis meses mayor que Jes�s. Jes�s fue, por tanto, s�lo ante Juan , en el sentido de que era el Hijo Eterno, sin principio ni fin.

2. El bautismo en el Jord�n. Cuando Jes�s se acerc� a Juan, Juan vacil�, diciendo: "Tengo necesidad de ser bautizado por Ti, �y t� vienes a m�?" Jes�s respondi� inmediatamente: "Dejad ahora que as� sea, porque as� conviene que cumplamos toda justicia". Entonces, Juan lo sufri�.

3. La venida del Esp�ritu. Mientras Jes�s estaba en las aguas, despu�s de Su bautismo, leemos en la Biblia que or�. Mientras oraba, los cielos se abrieron y el Esp�ritu descendi� en forma corporal, como una paloma, y ??se pos� sobre �l. Todo esto se hizo para que se cumpliera, lo que fue escrito por el Esp�ritu, a trav�s del profeta Isa�as: "El Esp�ritu del Se�or reposar� sobre �l". El Esp�ritu tambi�n hab�a escrito por medio del Profeta en Isa�as 42:1 "He aqu� mi siervo a quien sostengo; mi escogido, en quien mi alma se deleita; he puesto mi esp�ritu sobre �l".

El Se�or evidentemente se detuvo a la orilla del agua despu�s de Su bautismo y reclam� la promesa de la venida del Esp�ritu como se establece en las referencias anteriores.

La gloria de esta unci�n del Esp�ritu se establece en nuestro texto clave: "El Esp�ritu de sabidur�a y entendimiento, el esp�ritu de consejo y fortaleza, el esp�ritu de conocimiento y de temor del Se�or". Que Dios nos conceda a cada uno de nosotros, que tengamos una unci�n similar; y el Esp�ritu reposando sobre nosotros.

III. LOS TRES A�OS DE MINISTERIO ESTABLECIDOS ( Isa�as 61:1 )

Nuestros vers�culos clave nos proclaman un resumen de los tres a�os que Cristo pas� entre los hombres, los a�os entre su bautismo y su ascensi�n. Si desea resumir la Vida de Cristo, la encontrar� aqu� en forma resumida. Las palabras de Isa�as se citan en el cap�tulo 4 de Lucas, y luego leemos: "Y comenz� a decirles: Hoy se cumple esta Escritura en vuestros o�dos". Notemos algunas de las cosas que Isa�as predijo de Cristo:

1. Cristo deb�a ser ungido para predicar buenas nuevas a los mansos. La palabra "buenas nuevas" sugiere "buenas noticias". La palabra "evangelio" cubre el significado de la palabra "buenas nuevas". Esto es lo que Cristo predic�, y esta misma buena noticia, es lo que nos ha dado para que prediquemos.

2. Cristo iba a ser enviado para vendar corazones quebrantados. El Evangelio es un b�lsamo para los corazones cansados, magullados y quebrantados. Dondequiera que iba nuestro Se�or, hac�a el bien. Sab�a decir: "Venid a m� todos los que est�is trabajados y cargados, y yo os har� descansar".

3. Cristo vendr�a a poner en libertad a los cautivos. Aqu� hay un mensaje para hombres y mujeres, tomados cautivos por el diablo y atados por las cadenas del pecado. Jes�s vino a liberarlos. Realmente hizo esto, en muchos casos; notablemente, entre ellos, se puede mencionar la liberaci�n de Gadareno y de Mar�a Magdalena, quienes hab�an estado pose�dos por demonios.

4. Cristo vendr�a a dar belleza por cenizas; el aceite de gozo por duelo; el manto de alabanza para el esp�ritu de tristeza. En otras palabras, vino a proclamar el a�o agradable del Se�or y a consolar a todos los que lloran. La gente de hoy puede imaginar que ser cristiano le roba a uno su gozo. El opuesto es verdad. A su diestra, delicias para siempre; y en su presencia hay plenitud de gozo.

IV. EL D�A DE LA GRACIA DE DIOS ( Isa�as 42:2 )

Algo extraordinario sucedi� en Nazaret. Cuando Jes�s entr� en el templo, se le dio el rollo del profeta Isa�as. Se dirigi� a esa porci�n, conocida en nuestra Biblia, como Isa�as 61:1 . Ley� esa porci�n de la Escritura en Isa�as que terminaba con las palabras: "El a�o agradable del Se�or". Omiti� leer las palabras: "El d�a de la venganza de nuestro Dios".

Hay otro pasaje notable en Mateo 12:1 , comenzando con Mateo 12:17 . Mateo, por el Esp�ritu, dijo de ciertas cosas concernientes a Cristo, y luego dijo que esas cosas sucedieron "para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isa�as, cuando dijo: He aqu� mi siervo, a quien he escogido; mi amado, en quien Mi alma est� complacida: pondr� mi Esp�ritu sobre �l, y �l mostrar� juicio a los gentiles.

"Entonces Mateo registr� c�mo Cristo cit� las notables palabras en Mateo 12:20 : " La ca�a cascada no quebrar�, y el p�bilo que humea no apagar�, hasta que env�e el juicio a la victoria ". As� tanto Isa�as 42:1 e Isa�as 61:1 , nos muestran que la vida terrenal de nuestro Se�or fue una vida de misericordia y gracia.

1. El d�a de la gracia comenz� con la venida de Cristo y contin�a durante esta era. Con frecuencia en el Libro de Hebreos leemos: "Si oyereis hoy su voz, no endurezc�is vuestros corazones". La expresi�n "hoy" cubre esta maravillosa �poca de oportunidades y privilegio para los incr�dulos. Dios se apiade del hombre o de la mujer que no es salvo hoy, pero sigue siendo incr�dulo a pesar del amor de Dios, a pesar de la Biblia abierta, a pesar del llamado del Esp�ritu Santo Este es el d�a en que el �ngel de La misericordia de Dios ruega a los hombres que se salven y huyan de la ira venidera.

2. Nuestro texto clave lleva consigo el pensamiento de que un d�a de juicio seguir� al D�a de la Gracia. Isa�as 42:3 dice: "La ca�a cascada no quebrar�, y el p�bilo que humea no apagar�; sacar� juicio a la verdad". En Mateo dice: "Hasta que env�e el juicio a la victoria".

Por lo tanto, vendr� un tiempo en que Cristo dejar� la diestra del Padre, descender� del cielo en llamas de fuego y se vengar� de los que no conocen a Dios. Entremos todos en lo encubierto, la hendidura de la Roca de las Edades para nosotros, antes de que caiga la tormenta de la ira de Dios, y antes de que los juicios que est�n destinados a seguir a este d�a de Gracia est�n sobre la tierra.

V. LA CRUZ DURA DEL CALVARIO ( Isa�as 52:14 )

�No nos asombramos cada vez m�s de que el Esp�ritu de Dios, a trav�s del profeta Isa�as, haya escrito de antemano tantos detalles del Nacimiento, la Vida, el Ministerio y la Muerte de nuestro Se�or?

Estudiemos los comentarios de Isa�as:

1. Su rostro estaba tan estropeado m�s que el de cualquier hombre. Aquellos que vieron a Jesucristo en su hora de angustia y pasi�n, se asombraron al contemplarlo, cu�n diferente se ve�a, mientras colgaba all� por nosotros, de lo que se ve�a en los d�as en que iba entre los hombres, ense�ando, predicando, sanando a los hombres. enfermo y resucitando a los muertos. En la cruz, su rostro estaba m�s estropeado que el de cualquier hombre. Podemos recordar c�mo, bajo las �rdenes de Pilato, la espalda de nuestro Se�or hab�a sido golpeada con esos terribles azotes; podemos recordar c�mo la Cruz tosca y rugosa hab�a sido arrojada sobre Sus hombros, y c�mo �l hab�a ca�do bajo su peso; Tambi�n podemos recordar c�mo la corona de espinas hab�a sido presionada sobre Su frente. Despu�s de todo esto, pusieron la Cruz en el suelo y lo extendieron sobre ella:

"Escuche, escucho el golpe sordo de un martillo balanceado bajo.

Est�n clavando a mi Se�or en el �rbol ".

As� fue como Jes�s fue crucificado, clavado al madero. Entonces la Cruz cay� en el hoyo que le hab�an cavado. Ahora, pensamos en esas heridas; de esos nervios tensos; de Su rostro estropeado por el cabello coagulado de sangre, mientras ca�a sobre el rostro ensangrentado.

2. Su forma fue estropeada m�s que la de los hijos de los hombres. El cuerpo de Cristo parec�a m�s all� del reconocimiento. Fue esto lo que sorprendi� a la gente. Cuando pensamos en c�mo Jesucristo sufri� por nosotros, lo poco que hace aparecer todo nuestro sufrimiento por �l.

En el siguiente cap�tulo de Isa�as (53) leemos sobre c�mo Cristo fue despreciado y rechazado por los hombres. Lo contemplamos como el Var�n de dolores y familiarizado con el dolor. Captamos la visi�n de �l siendo herido por nuestras transgresiones y molido por nuestra iniquidad. Se nos dice que el castigo de nuestra paz fue sobre �l. Sin embargo, sea lo que sea lo que le sucedi� en ese terrible d�a en que el juicio del hombre fue una parodia y la voracidad del hombre una tragedia, decimos que todo se hizo de acuerdo con el prop�sito del Padre, porque: "Al Se�or le agrad� quebrantarlo; ha ponlo en duelo ". Fue Dios quien hizo del alma de nuestro Salvador una ofrenda por el pecado.

VI. LA ORACI�N POR SU REGRESO ( Isa�as 64:1 )

El Esp�ritu Santo a trav�s del profeta Isa�as no solo preescribi� el Nacimiento, la Vida terrenal, el Ministerio y la Muerte de nuestro Se�or, sino que tambi�n escribi� la historia de la Resurrecci�n y el Retorno de Cristo. Ahora los llevamos a la historia de Su regreso.

1. El significado m�s profundo de Isa�as 53:1 . No podemos dejar de sentir, mientras estudiamos este maravilloso cap�tulo del Calvario, que las mismas palabras de este cap�tulo respiran la oraci�n que los Hijos de Israel pronunciar�n cuando vean a Cristo venir en las nubes del Cielo.

Sabemos, seg�n Zacar�as, que se dar�n cuenta de las marcas de las heridas en Sus manos.

Es entonces cuando Israel dir�: "Es menospreciado y desechado por los hombres; Var�n de dolores, experimentado en dolor; y como si le escondimos nuestro rostro".

Es entonces cuando los Hijos de Israel dir�n: "Ciertamente �l llev� nuestros dolores, y carg� con nuestros dolores; sin embargo, lo estimamos herido, herido de Dios y afligido".

Es en ese momento, cuando Cristo regrese, y seg�n el Apocalipsis, cuando "todo ojo le ver�", Israel clamar�: "Por nuestras rebeliones fue herido, molido por nuestras iniquidades: el castigo de nuestra paz fue sobre �l; y por sus llagas fuimos sanados ". As� que podr�amos continuar con el cap�tulo, pero no es necesario.

2. El grito de asombro de Isa�as 63:1 . Cuando Cristo desciende, Israel clama: "�Qui�n es este que viene de Edom, con vestiduras te�idas de Bosra? �Este que es glorioso en Su ropa, que viaja con la grandeza de Su fuerza?" (Este es el clamor de Israel.) Luego viene la respuesta del Se�or: "Yo que hablo en justicia, poderoso para salvar.

"Una vez m�s los Hijos de Israel preguntan:" �Por qu� eres rojo en tu ropa, y tus vestidos como el que pisa en la grasa del vino? "La respuesta del Se�or:" Yo he pisado el lagar solo; y del pueblo no hab�a ninguno conmigo ".

3. Isa�as, en nuestro vers�culo clave, nos da a continuaci�n el clamor de Israel mientras, mirando hacia los cielos, suplican por el regreso de Cristo. Escuche las palabras ( Isa�as 64:1 ). �Alguna vez escuchaste palabras m�s tiernas y suplicantes que estas? El Se�or oir� este clamor de su pueblo y descender� para librarlos. La ciudad de Sion ha sido durante mucho tiempo como un desierto, Jerusal�n ha sido durante mucho tiempo como una desolaci�n, pero Dios viene e Israel se regocijar�.

VII. LAS RESPUESTAS DEL REGRESO DE CRISTO ( Isa�as 60:1 )

Isa�as ahora da, en estos vers�culos, un resumen de los eventos que seguir�n con fuerza al Regreso de Cristo a Israel y a la tierra. Por supuesto, todos los estudiantes de profec�a saben que Cristo restaurar� las doce tribus en un reino. Tambi�n saben que el hombre que se llama el Renuevo se levantar� y edificar� el templo. Todos saben que la naci�n de Israel se salvar� en un d�a. �Entonces que pasa? Estos eventos conmovedores:

1. La gloria de Israel estallar�. Nuestro primer vers�culo dice: "Lev�ntate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria del Se�or ha nacido sobre ti". Ser� un d�a glorioso para Israel. Han pasado dos mil trescientos a�os desde que Jud� fue llevado cautivo a Babilonia. Los jud�os han sido pisoteados bajo los pies de los gentiles. Sabemos que hay algunos gentiles que hablan con dureza de los jud�os.

Sin embargo, debemos recordar que Dios va a quitar los corazones de piedra de Israel y le dar� un coraz�n de carne. En ese d�a Israel se levantar� y resplandecer�. En ese D�a habr� llegado su luz y la gloria del Se�or habr� nacido sobre ella.

2. La luz de Israel brillar� sobre los gentiles. En la actualidad, las tinieblas cubren la tierra, las tinieblas densa se ciernen sobre la gente. Esa oscuridad se har� m�s profunda a medida que pasen los d�as, hasta el final. Los malvados y los seductores se volver�n cada vez peores; habr� guerras y pestilencias; sin embargo, el Se�or vendr� y al venir, disipar� las tinieblas.

Es entonces cuando leemos: "El Se�or se levantar� sobre ti, y su gloria ser� vista sobre ti. Y los gentiles vendr�n a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer".

Por tanto, el mundo entero se llenar� del conocimiento del Se�or, como las aguas cubren el mar. Las naciones gentiles vendr�n a Jerusal�n para adorar al Se�or. La naci�n y el reino que no le sirvan, perecer�n y ser�n completamente devastados.

Aquellos que, anta�o, afligieron a Israel, doblar�n sus rodillas ante Israel y el Dios de Israel. En ese d�a Jerusal�n ser� llamada la Ciudad del Se�or, la Si�n del Santo de Israel. El pueblo de Dios ser� justo y heredar� la tierra para siempre.

UNA ILUSTRACI�N

"Sobre la cabeza de Cristo hay muchas coronas. �l usa la corona de la victoria; �l usa la corona de la soberan�a; �l usa la corona de la creaci�n; �l usa la corona de la providencia; �l usa la corona de la gracia; �l usa la corona de la gloria para cada uno de Su pueblo glorificado le debe su honor, felicidad y bienaventuranza ".

Recuerdo que en una de nuestras reuniones de testimonios, un hombre se levant� y dijo que hab�a recibido una gran bendici�n en Keswick. Le preguntaron: "�Qu� puedes decir al respecto?" "Bueno", respondi�, "puedo decir esto: yo era cristiano antes de venir a Keswick. Cristo era mi Rey, pero me temo que �l era un soberano constitucional y yo era el primer ministro. Ahora �l es el Se�or absoluto, y eso ha marcado la diferencia en mi vida y me ha tra�do una bendici�n ". S�, eso hace toda la diferencia en el mundo, "Haz a Jes�s Rey". "Cor�nalo Se�or de todo", y conocer�s la libertad de la gloria de los hijos del Reino. Rev. WE Moore.

Información bibliográfica
Neighbour, Robert E. "Comentario Pozos de agua viva en Isaiah 11". "Agua viva". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lwc/isaiah-11.html.