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Bible Commentaries
Miqueas 1

Comentario Pozos de agua vivaPozos de agua viva

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Versículos 1-16

Una vista de p�jaro de Miqueas

Miqueas

PALABRAS INTRODUCTORIAS

La historia de Miqueas es un estudio muy interesante e instructivo sobre uno de los hombres m�s grandes de Dios.

1: La clave de los dones inusuales de Miqueas 3:8 ( Miqueas 3:8 ). "Pero en verdad estoy lleno de poder por el Esp�ritu del Se�or, y de juicio y de fortaleza, para declarar a Jacob su transgresi�n, ya Israel su pecado". Aqu� hay un mensaje para aquellos de nosotros que buscamos hacer la obra y la voluntad del Se�or. Si queremos ir a la victoria en un servicio exitoso, no debemos ir vestidos con nuestros propios poderes innatos o con nuestra propia sabidur�a. Las escuelas y los seminarios no pueden desplegar al hijo de Dios para un ministerio exitoso.

Hay una maravillosa promesa para todos nosotros en Hechos 1:8 . Aqu� est�: "Recibir�is poder, cuando haya venido sobre vosotros el Esp�ritu Santo, y me ser�is testigos". �No es cierto que todos los disc�pulos salieron vestidos con el Esp�ritu Santo y con poder? Cuando Dios llam� a Miqueas para declarar a Jacob su transgresi�n, visti� a Miqueas con ese poder del Esp�ritu que har�a efectivo su testimonio. �Que tambi�n nosotros estemos as� vestidos!

2: El tiempo de la profec�a de Miqueas. En Jeremias 26:18 , se encuentran estas palabras: "Miqueas el Morastita profetiz� en los d�as de Ezequ�as rey de Jud�, y habl� a todo el pueblo de Jud�, diciendo: As� ha dicho Jehov� de los ej�rcitos: Sion ser� arada como un campo y Jerusal�n se convertir� en montones, y el monte de la casa en lugares altos de un bosque.

"Esto nos dice que Miqueas vivi� en los d�as de uno de los reyes m�s grandes de Jud�. Ezequ�as era un buen rey, y gobern� bajo el poder del Se�or. Miqueas, sin embargo, estaba dando a Israel la debida advertencia sobre sus devastaciones venideras.

3: C�mo Miqueas resumi� la obligaci�n del hombre hacia Dios. Encontramos esto en Miqueas 6:8 . Le�moslo: "�l te ha mostrado, oh hombre, lo que es bueno, y lo que el Se�or pide de ti, sino que hagas la justicia, que ames la misericordia y que andes humildemente con tu Dios".

Si personificamos las obligaciones religiosas del hombre hacia Dios y hacia su pr�jimo, como lo expresa Miqueas, pasar�amos inmediatamente a las Palabras de Cristo, como se encuentran en Mateo 7:12 : "Por tanto, todo lo que quisierais que hicieran los hombres a vosotros, hacedlo as� con ellos, porque esta es la Ley y los Profetas ".

Si desea consultar una de las �ltimas ep�stolas de la Biblia, podr�amos leer del Libro de Santiago. En el primer cap�tulo est� esta expresi�n: "La religi�n pura y sin mancha delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los hu�rfanos y a las viudas en su aflicci�n, y guardarse sin mancha del mundo". A�n es cierto que debemos amar al Se�or nuestro Dios con todo nuestro coraz�n y al pr�jimo como a nosotros mismos. Esta era de gracia nunca le da indulgencia al que camina en pecado.

I. UN MAGNIFICADO PARA EL SE�OR ( Miqueas 1:2 )

Tenemos en nuestros vers�culos varias declaraciones maravillosas de adoraci�n y alabanza acerca de nuestro Se�or y Salvador Jesucristo.

1: La primera declaraci�n es esta: "El Se�or desde su santo templo". Esto significa que el Se�or le est� hablando a su pueblo desde su templo. Su templo, por supuesto, est� en los cielos, y desde all�, a trav�s del Profeta, est� dando Su mensaje a un pueblo pecador y rebelde.

Creemos que el Se�or tambi�n habit� en medio de los querubines en aquellos d�as, y all� se encontr� con su pueblo, ya que el sumo sacerdote ven�a una vez al a�o, pero no sin sangre, al Lugar Sant�simo.

Tambi�n creemos que el Se�or est� ahora en Su santo templo. Incluso donde dos o tres est�n reunidos en Su Nombre, �l est� en medio. En el Libro de Malaqu�as se describe al Se�or viniendo repentinamente a Su templo. Es entonces cuando deja el templo de arriba, que est� en el cielo, y llega a Jerusal�n.

2: La segunda declaraci�n es : "Porque he aqu�, el Se�or sale de su lugar y descender�". Aqu� hay otro lugar de adoraci�n, porque el Se�or viene con poder y gran gloria. Viene con diez mil de sus santos. En el d�a de Su Venida, Sus pies estar�n sobre el Monte de los Olivos, que est� frente a Jerusal�n al Este. Ser� un d�a maravilloso.

Que Miqueas est� profetizando de la Segunda Venida de Cristo en nuestro vers�culo clave, no lo dudamos. Los Profetas, no uno, sino muchos, predijeron el Retorno literal, personal, visible y corporal de Cristo. Miqueas lo describe como saliendo de Su lugar y descendiendo.

En el libro de Isa�as leemos: "Oh * * si descendieras, para que los montes fluyeran ante tu presencia". Aqu� es, pr�cticamente, lo mismo. El Se�or desciende para "hollar las alturas de la tierra. Y debajo de �l se fundir�n los montes, y los valles, como la cera delante del fuego". Este es el mensaje de toda la Biblia.

3: La tercera declaraci�n es: "No lo declareis en Gat". Gat, por supuesto, representa la ciudad principal de los filisteos. Los filisteos se gloriaron contra Israel. Ahora que el Profeta est� dando su testimonio contra la naci�n escogida de Dios, clama: "No lo declaren en Gat". En otras palabras, no dejes que los filisteos sepan del gran juicio que est� a punto de caer sobre la raza elegida.

Cu�n cuidadosos debemos ser todos, no sea que el juicio que cae de lo alto obstaculice el Nombre y la gloria de nuestro Se�or.

II. UNA PREGUNTA SOBRE EL ESP�RITU ( Miqueas 2:7 )

Aqu� est� la forma en que se lee nuestro vers�culo clave: "Oh t�, que eres llamada Casa de Jacob, �se ha estrechado el Esp�ritu del Se�or?"

1: �Es posible que los santos enderecen el Esp�ritu? La palabra "straiten" sugiere el pensamiento de Su incapacidad para moverse, actuar y cumplir Su Palabra y obrar. En el Salmo 78, leemos esta asombrosa palabra: "Limitasteis al Santo de Israel". Israel limit� a Dios, porque Israel camin� tras Balaam.

El Se�or Jesucristo entr� en la ciudad de Nazaret. Al principio, la gente se maravill� de las palabras llenas de gracia que sal�an de su boca. Sin embargo, no pas� mucho tiempo hasta que Satan�s los llen� de ira, y llevaron al Santo de Dios a la cima de la colina sobre la cual estaba edificada la ciudad, para que pudieran derribarlo. Luego fue cuando le�mos acerca de Nazaret, "Y no hizo muchas obras poderosas all� a causa de su incredulidad".

Ciertamente, podemos limitar a Dios.

2: Dios solo puede hacer el bien a los que caminan con rectitud. Esta es la expresi�n en la �ltima parte de nuestro vers�culo clave. Cuando las personas cristianas caminan cerca del Se�or en oraci�n y confianza, entonces el Se�or obrar� en su favor.

3: Dios castigar� a su pueblo por su incredulidad y sus pecados. Este es el mensaje de Miqueas. Fue cierto en su �poca. Tambi�n es cierto en nuestros d�as.

III. UNA ADVERTENCIA A LOS PR�NCIPES Y SACERDOTES ( Miqueas 3:1 )

En nuestro cap�tulo 3, sugeriremos cuatro cosas.

1: Un ejercicio de se�or�o. Leemos: "O�d, os ruego, oh cabezas de Jacob, y vosotros, pr�ncipes de la Casa de Israel; �no os corresponde a vosotros conocer el juicio? �Quienes aborrecen el bien y aman el mal? ellos, y su carne de sus huesos. "

Aqu� hubo una tremenda acusaci�n contra los gobernantes. Estaban, por as� decirlo, comiendo la carne del pueblo de Dios. Los estaban desollando, rompiendo sus huesos, cort�ndolos en pedazos. Toda la visi�n es la del gobierno de un demagogo, desalmado y cruel.

Incluso en nuestros d�as encontramos algo parecido a esto. Hay gobernantes en la iglesia, as� como tambi�n hubo gobernantes en Israel. Estos hombres a menudo imponen cargas pesadas sobre los santos, mientras que ellos mismos no quisieron levantar un dedo para llevarlas.

En la Ep�stola a Pedro leemos: "Apacienta el reba�o de Dios que est� entre vosotros, cuidando de �l, no por coacci�n, sino de buena gana; no por ganancias deshonestas, sino con disposici�n de �nimo; ni como se�ores de la herencia de Dios, sino siendo ejemplos para el reba�o ".

2: Hicieron errar a la gente. Aborrecieron el juicio y pervirtieron la equidad. Juzgaban al pueblo por recompensa, mientras que los sacerdotes ense�aban por salario y los profetas adivinaban por dinero. Mientras hac�an todo esto, enga�aban a la gente; estaban clamando "Paz", incluso mientras se preparaban para la guerra. Hay casados ??que profetizan falsamente. Al hacer esto, hay miles que siguen sus "caminos perniciosos".

"No hay gran verdad de la Biblia que no sea profanada y negada por un gran grupo de l�deres clericales. Incluso llegan a mutilar la Palabra inspirada en s�. Dios nos ayude a permanecer fieles.

IV. UNA PROFEC�A LEJANA DE LA FUTURA GLORIA DE ISRAEL ( Miqueas 4:1 )

1: El pueblo de Dios debe establecerse en su propia tierra. Miqueas 4:1 dice: "En los �ltimos d�as suceder� que el monte de la Casa del Se�or se establecer� en la cumbre de los montes, y ser� exaltado sobre los collados; y la gente fluir� hacia �l . " �Gracias a Dios por esta maravillosa promesa de restablecimiento! El pueblo que ha sido esparcido entre las naciones ser� restaurado a su propia tierra, y el Se�or habitar� en Sion.

2: El pueblo de Dios encabezar� un reino universal y mundial. Miqueas 4:2 dice: "Vendr�n muchas naciones, y dir�n: Venid, y subamos al monte de Jehov�, y a la casa del Dios de Jacob; y �l nos ense�ar� sus caminos, y nosotros por sus sendas andar�; porque de Sion saldr� la ley, y de Jerusal�n la palabra del Se�or.

"Aqu� hay algo que nunca se ha cumplido hasta ahora, sin embargo, cada Palabra de Dios es S� y Am�n en Cristo Jes�s. Los hombres de las naciones dir�n:" Subamos a * * la Casa del Dios de Jacob ". La gloria del Se�or se levantar� en Jerusal�n y cubrir� toda la tierra, "como las aguas cubren el mar".

3: El pueblo de Dios conocer� un reino de paz mundial. Nuestro vers�culo dice de Cristo: "Y juzgar� entre muchos pueblos, y reprender� a las naciones poderosas de lejos; y convertir�n sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas; no alzar� espada naci�n contra naci�n, ni aprende m�s sobre la guerra ".

Cada jota y tilde de esta profec�a se cumplir�. �sta no es la era de la paz, por la sencilla raz�n de que no es la era del Pr�ncipe de la Paz. Sin embargo, cuando el Se�or venga, Su Nombre ser� llamado "El Pr�ncipe de Paz", y las naciones no practicar�n m�s la guerra.

4: Habr� una regla de justicia y equidad universales. Nuestro vers�culo clave dice ( Miqueas 4:4 ): "Cada uno se sentar� debajo de su vid y debajo de su higuera, y nadie los atemorizar�, porque la boca del Se�or de los Ej�rcitos lo ha dicho". Escuchamos mucho sobre el socialismo en estos d�as y estamos dispuestos a admitir que, desde el punto de vista �tico, presenta muchos sue�os hermosos.

Est� tratando de traer lo �nico que se puede traer cuando el Se�or regrese a la tierra. El problema con estos altos alcances de la concepci�n �tica es que el coraz�n del hombre no est� preparado durante esta �poca para llevarlos a cabo. El coraz�n es enga�osamente perverso y no puede producir el sue�o de justicia y equidad que muchos han buscado en vano establecer bajo el imperio de la ley.

V. EL CRISTO DE BEL�N ( Miqueas 5:2 )

Ahora tenemos una profec�a muy notable escondida en este libro extraordinario. L�alo en Miqueas 5:2 .

1: Observemos c�mo Dios puede magnificar lo peque�o y lo insignificante. Nuestro vers�culo clave dice: "Aunque seas peque�o entre los millares de Jud�, de ti saldr�". Aqu� hay una verdad que ha sido verificada. Bel�n no era m�s que una aldea, pero se convirti� en una aldea magnificada y glorificada en todo el mundo. No hay un ni�o peque�o que se regocije en la Navidad que no haya o�do hablar de Bel�n y su pesebre.

�No es cierto que todo lo que Dios toca es glorificado? Viene a un coraz�n humano y una vida inundada de pecado, y toca esa vida; y he aqu�, nace de nuevo uno que morar� en los reinos de la luz para siempre.

2: Observemos la eternidad de nuestro Se�or. Aqu� se habla de �l como Aquel "cuyas salidas son desde el principio, desde la eternidad". �Qu� maravilloso es esto! Sin embargo, est� de acuerdo con todas las dem�s Escrituras. "En el principio era el Verbo", y el Verbo no era otro que nuestro Se�or y Salvador. Ese Verbo "se hizo carne y habit� entre nosotros (y vimos su gloria como del unig�nito del Padre)". Nuestro Se�or es el Hijo eterno, sali� del Padre y, de nuevo, va al Padre.

3: Tenemos ante nosotros un gobernante en Israel. El Ni�o cuyas salidas fueron desde el principio, incluso desde la eternidad, es anunciado como Aquel que ser� Gobernante en Israel. Esta declaraci�n est� en consonancia con el mensaje de Isa�as: "Un ni�o nos ha nacido, un Hijo nos es dado, y el gobierno estar� sobre su hombro". La declaraci�n de Miqueas tambi�n est� en l�nea con la del �ngel Gabriel, quien le dijo a Mar�a: "Concebir�s en tu vientre, y dar�s a luz un Hijo, * * y el Se�or Dios le dar� el trono de su padre David: y reinar� sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendr� fin ". �Gracias a Dios por esta maravillosa promesa!

VI. LA CONTROVERSIA DEL SE�OR CON ISRAEL ( Miqueas 6:2 )

1: Mientras leemos al Profeta, pensamos en la gloria pasada de Israel. Muy atr�s en la historia, el Se�or llam� a Abraham. De Abraham vino Isaac, y luego Jacob. De Jacob vinieron doce hijos que encabezaban las doce tribus de Israel. Dios encontr� a Israel en una tierra des�rtica. La trajo a s� mismo. �l la bendijo. La visti� con Su propia justicia, y ella era hermosa por la belleza que �l hab�a puesto sobre ella. Su fama lleg� hasta los confines de la tierra. No hab�a nadie entre las naciones de la tierra como esta naci�n.

Dios le recuerda a Israel la maravillosa profec�a de Balaam, el hijo de Beor, y c�mo Balaam dijo: "[Dios] no ha visto iniquidad en Jacob". As� encontramos la gloria clim�tica de Israel. Ella estaba vestida con la justicia de Dios.

2: Cuando leemos al profeta Miqueas, encontramos esta pregunta: "�Con qu� me presentar� ante el Se�or y me postrar� ante el Dios Alt�simo?" Nos preguntamos si tal pregunta no nos ha llegado a menudo. Miqueas grit�: "�Me presentar� ante �l con holocaustos, con becerros de un a�o? �Se agradar� el Se�or con miles de carneros o con diez mil r�os de aceite?"

En respuesta a esta pregunta, el Profeta dice: "Oh hombre, �l te ha mostrado lo que es bueno; y �qu� exige el Se�or de ti, sino que hagas la justicia, que ames la misericordia y que andes humildemente con tu Dios? "

En el primer cap�tulo de Isa�as, tenemos un mensaje similar. Israel busca acercarse a Dios con sacrificios formales. Lea Isa�as 1:10 . �C�mo podemos manifestar nuestra fe en el Se�or sepultado y resucitado, y nuestra uni�n con �l en Su muerte, y nuestra resurrecci�n con �l para caminar en novedad de vida, a menos que estemos caminando y viviendo la justicia que proclaman estas ordenanzas? ?

VII. LAS MISERICIONES DE DIOS ( Miqueas 7:18 )

1: "No conf�es en un amigo". Esta es la declaraci�n de Miqueas 7:5 . No significa que los amigos humanos nunca sean verdaderos. Significa que pueden fallar en el momento de nuestra necesidad. Un hijo puede deshonrar a un padre, incluso una hija puede levantarse contra su madre, y la nuera contra su suegra, y los enemigos de un hombre pueden resultar ser los hombres de su propia casa.

Esta es la raz�n por la que Micah grit�: "No conf�es en un amigo".

2: "Mirar� al Se�or". Cuando nuestro padre y nuestra madre nos abandonen, el Se�or nos levantar�. Cuando nuestro amigo se convierta en nuestro enemigo, entonces el Se�or nos llamar� al secreto de Su lugar secreto. Esa es la raz�n por la que Miqueas pide a Israel que mire al Se�or y espere en el Dios de su salvaci�n.

3: "El Se�or ser� mi luz". De una forma u otra, este maravilloso Profeta nos atrapa. No importa cu�n profunda sea la oscuridad de Israel, alg�n d�a caminar� en la luz. Si cae, se levantar� de nuevo.

4: "�Qui�n es Dios como t�?" Aqu� est�n algunas de las declaraciones sobre el Dios de Israel y nuestro Dios en Miqueas 7:18 .

(1) Un Dios que perdona la iniquidad.

(2) Un Dios que pasa por alto la transgresi�n del remanente de su herencia.

(3) Un Dios que no retiene su ira para siempre.

(4) Un Dios que se deleita en misericordia,

(5) Un Dios que tendr� compasi�n de nosotros.

(6) Un Dios que someter� nuestras iniquidades.

(7) Un Dios que arrojar� nuestros pecados a las profundidades del mar.

(8) Un Dios que har� la verdad a Jacob, y la misericordia a Abraham que les jur� en los d�as de anta�o.

Tal Uno es nuestro Dios. A tal Uno podemos acudir. Sobre tales en Uno podemos apoyarnos. Ciertamente, la salvaci�n es del Se�or.

UNA ILUSTRACI�N

Miqueas insisti� en Israel y en nosotros la necesidad de Cristo como precedente para la victoria.

Si alguna vez visitas Florencia en Italia y entras en la Galer�a de los Uffizi, ver�s all� una magn�fica pintura de la Batalla de Ivry, en la que las fuerzas de Enrique IV de Navarra compiten contra las huestes dirigidas por sus enemigos. La imagen, fiel a la realidad, representa una lucha tremenda. No hay ninguna sugerencia de retirada por un lado, ni una sugerencia de victoria para el otro, pero ambos se mezclan en un ataque espantoso, feroz y sangriento.

Pero hay una parte de la imagen de la que el pincel del artista habla con evidencia inequ�voca de los problemas del d�a. A un lado del cuadro, en la esquina, se cierne una gran compa��a de �ngeles guerreros, con las espadas desenvainadas. Sabes, enseguida, que Dios est� del lado de Enrique IV de Navarra, y sabes de qui�n es la victoria.

Cuando la hueste siria rode� a Eliseo, el hombre de Dios, su siervo tembl� y grit�: "�C�mo haremos?" Pero Eliseo dijo: "No temas, porque m�s son los que est�n con nosotros que los que est�n con ellos". Y cuando hubo orado, los ojos del joven se abrieron y vio la monta�a llena de caballos y carros de fuego alrededor de ellos.

A veces, cuando las fuerzas del mal se han alineado contra el bien, el conflicto ha parecido incierto y, a veces, ha parecido que la iniquidad estaba destinada a prevalecer. Hasta las almas m�s valientes de la tierra han sido tentadas y probadas aqu�, porque los d�as eran oscuros y parec�a, por el momento, como si no hubiera Dios. Pero, si solo tuvi�ramos los ojos para ver, encontrar�amos una hueste de �ngeles a nuestro alrededor, llev�ndonos a la victoria.

Es cierto que el vicio a menudo se viste de p�rpura y la virtud se viste de harapos. La verdad a menudo est� en el cadalso y el mal en el trono. Pero puede estar seguro de que, a la sombra del cadalso, Dios est� de pie, vigilando a los suyos. WEB

Información bibliográfica
Neighbour, Robert E. "Comentario Pozos de agua viva en Micah 1". "Agua viva". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lwc/micah-1.html.
 
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