Bible Commentaries
Salmos 2

Comentario Pozos de agua vivaPozos de agua viva

Versículos 1-9

Cristo contra el anticristo

Salmo 1:1 ; Salmo 2:1

PALABRAS INTRODUCTORIAS

1. Satan�s es un experto en falsificaciones. Al entrar en nuestro estudio de los Salmos, primero debemos recibir el gran mensaje de los Salmos ante nosotros. El Se�or mismo comenz� con Mois�s y con todos los profetas y expuso en todas las Escrituras lo que se refer�a a �l. Tambi�n afirm� que todas las cosas escritas en Mois�s, y en los Profetas y en los Salmos, acerca de �l mismo, deben cumplirse.

Por tanto, Cristo es el centro de los Salmos como lo es de los otros libros del Antiguo Testamento. Sin embargo, as� como Cristo aparece en escena en los Salmos, tambi�n aparece el anticristo como el principal adversario de Cristo.

Si Cristo es el "hombre bendito" de Salmo 1:1 , el anticristo es el "hombre imp�o". Es debido a este conflicto entre Cristo y el anticristo que hemos puesto como cabeza de nuestro primer pensamiento, Satan�s , un experto en falsificaciones.

Si Dios tiene sus iglesias; Satan�s tendr� sus iglesias. Si Cristo y sus predicadores proclaman la justicia por la fe, Satan�s y sus predicadores proclamar�n la justicia mediante el esfuerzo propio, pero ambos, sin embargo, proclamar�n la justicia. Si Dios tiene a su Cristo; Satan�s tendr� su anticristo. Si Dios es luz, Satan�s se transformar� en �ngel de luz.

2. La trinidad diab�lica. Desde el principio, la Biblia presenta al Padre, al Hijo y al Esp�ritu Santo, tres en uno y uno en tres. Satan�s tambi�n consumar� una trinidad diab�lica en los �ltimos tiempos. La trinidad diab�lica, como imitaci�n de la verdadera Trinidad, ser� Satan�s, el anticristo y el falso profeta.

Aqu� hay un misterio de iniquidad que ya ha comenzado a obrar. Se estaba sembrando en los d�as de Pablo; madurar� en los �ltimos d�as. Satan�s le ofreci� a Cristo los reinos de este mundo y la gloria de ellos si se postraba y lo adoraba. Cristo se neg�. Sin embargo, el hombre de pecado har� exactamente lo que Cristo no har�a. �l "aceptar� el lugar de un adorador del diablo, y debido a esto ser� vestido con todo el poder y la astucia de Satan�s. El falso profeta se agregar� a la combinaci�n sat�nica, y as� se formar� la trinidad maligna. Esta trinidad ser� operan entre los hombres durante la �ltima mitad de la Gran Tribulaci�n.

3. El conflicto de las edades. Desde el comienzo de la historia de la tierra, Satan�s se ha atrevido a luchar contra Dios. El conflicto, en lo que concierne al hombre, comenz� en el Jard�n del Ed�n y ha continuado con una furia cada vez mayor hasta esta hora.

Todo lo que Dios aprueba, es despreciado por Satan�s. Individuos desde Ed�n hasta Jacob fueron atacados por "el diablo. Entonces, cuando Israel se convirti� en un pueblo en los d�as de Jacob, el enemigo volvi� sus estrategias contra la naci�n. Cuando naci� la Iglesia, se convirti� inmediatamente en el blanco del ataque de Satan�s".

Recuerde que Satan�s, en verdad, est� luchando contra Dios. No odia a los hombres como tales, sino que los odia porque Dios los ama. Asimismo, desprecia a los regenerados porque son enviados a llevar el Evangelio de la redenci�n de Dios a toda criatura.

El Libro de Efesios, en Efesios 6:1 , nos dice claramente que luchamos contra principados y potestades en los Celestiales. Cu�n necesario, pues, es que salgamos en panoplia con toda la armadura de Dios.

El nuestro no es un conflicto peque�o e insignificante. Sin embargo, no debemos temer ni desanimarnos, porque nuestro Se�or ya ha vencido al maligno, y en �l somos m�s que vencedores.

I. LAS TRIPLE MARCAS DEL BENDITO ( Salmo 1:1 )

1. No sigue el consejo de los imp�os.

2. No est� en camino de pecadores.

3. No se sienta en la silla de los escarnecedores.

1. El Hombre bendito no sigue el consejo de los imp�os. Fue Agust�n, en el siglo III, quien escribi�: "El Bienaventurado del primer Salmo no es otro que la adorable Persona de nuestro Se�or y Salvador Jesucristo".

Ese Hombre Bendito, incluso nuestro Se�or, nunca tuvo su o�do abierto a las artima�as de Satan�s. Estaba listo para lanzar un "Escrito est�" contra cada ataque sutil del diablo. El hambre y la sed no pudieron moverlo ni un �pice de su fidelidad a Dios.

Ojal� nosotros, que somos suyos y estamos en �l, seamos inexpugnables a los consejos de Satan�s. Eva acept� las palabras del tentador y sigui� sus consejos, al igual que Ad�n. No as� Cristo, el segundo hombre y el postrer Ad�n.

2. El Hombre Bendito no est� en camino de pecadores. Quiz�s el primer significado de esto es que Cristo no vino como vienen los pecadores. Todos los dem�s entre los hombres nacieron bajo pecado, con una naturaleza pecaminosa; Cristo naci� sin pecado; sin pecado en �l. �l era un hombre, pero un hombre sin pecado. No era humano en el sentido en que nosotros somos humanos; porque "naturaleza humana" significa una naturaleza que participa de los pecados de la carne, �l fue engendrado por el Esp�ritu Santo, y las Escrituras afirman que es "esa cosa santa".

Era hombre, porque ten�a un cuerpo como el nuestro, y porque proced�a del linaje de David seg�n la carne; �l tambi�n era Dios.

3. El Bienaventurado no se sienta en la silla de los escarnecedores. Se sent� con los pecadores y comi� con ellos, pero no tuvo comuni�n con ellos en sus pecados. No entr� en sus caminos ni en sus dichos despectivos. Judas habla en el Esp�ritu de los duros dichos o discursos que los pecadores imp�os han hablado contra �l; en todas estas cosas el Hombre Bendito y los hombres salvados y bendecidos no tienen parte.

II. LAS TRIPLE MARCAS DEL HOMBRE BENDECIDO POSITIVAMENTE ( Salmo 1:2 )

1. Se deleita en la Ley del Se�or.

2. Medita en la Ley d�a y noche.

3. Es como un �rbol fruct�fero.

1. El Hombre bendito se deleita en la Ley del Se�or. Aqu� hay una afirmaci�n acerca del Se�or Jesucristo que es distintivamente cierta. El que es la Palabra, ciertamente se deleita en la Palabra. El que dio la ley, sin duda alguna est� complacido con la ley.

Sin embargo, el Se�or se deleit� en la ley en el sentido de que se puso bajo la ley y la cumpli�. Lleg� a llevar la maldici�n de la ley, que cay� sobre nosotros los que la infringimos y los que no nos deleitamos en ella. Mientras no estemos bajo la Ley para la redenci�n, deleit�monos, como salvos, en sus demandas. Guardamos la ley porque fue escrita para nuestro bien.

2. El Hombre bendito medita en la Ley d�a y noche. Aqu� hay una orden, dada varias veces a Josu� en el primer cap�tulo del Libro que lleva su nombre. Note las palabras de Josu� 1:8 : "Este Libro de la Ley no se apartar� de tu boca, sino que en �l meditar�s d�a y noche, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en �l est� escrito". Cristo, quien dio este mandato a Josu�, cumpli� perfectamente la ley que pidi� a otros que cumplieran.

Procuremos, como cristianos, conocer Su voluntad y hacerla, entonces haremos nuestro camino pr�spero y tendremos �xito. Los mandamientos del Se�or deben memorizarse, pero, por encima de eso, deben ser obedecidos.

3. El Hombre bendito es como un �rbol fruct�fero. Esta es la promesa relativa a Cristo. �l era de hecho un �rbol fruct�fero. �l anduvo haciendo el bien y fue bendecido en sus obras. La Sulamita del Cantar de los Cantares dice: "Mi Amado es para m� como un racimo de campi�as en los vi�edos de Engedi". Entonces Cristo, el Pastor Amante, dice: "Un jard�n cerrado es Mi hermana, Mi esposa".

Por eso nos regocijamos en las palabras de Cristo: "En esto es glorificado mi Padre, en que llev�is mucho fruto".

III. LOS IMP�OS DESCRITOS ( Salmo 1:4 )

1. Son como paja ahuyentada.

2. No se presentar�n en el juicio.

3. A su paso perecer�n.

1. El imp�o es como paja que es arrojada. El imp�o es preeminentemente el anticristo, as� como el Bendito es Cristo. Que el imp�o se levantar� solo para ser barrido como paja se ense�a claramente en muchas Escrituras. Por un tiempo, nos dice Daniel, practicar� y prosperar�. Sin embargo, despu�s de que hayan pasado unos pocos a�os, el Se�or vendr� y lo destruir� con el aliento de sus labios y con el resplandor de su venida.

As� tambi�n perecer�n todos los imp�os que siguen al imp�o. M�s de una vez se describe a los malvados como la paja del campo que el viento lleva. Son como la hierba que se seca.

2. El imp�o no comparecer� en el juicio. Muchos niegan el hecho de que alguna vez habr� un juicio de cualquier tipo. Sin embargo, hay varios juicios. El que barrer� al anticristo es el que sigue a la Segunda Venida de Cristo a esta tierra habitada. Note la Palabra de Dios, en Apocalipsis, en esta l�nea: "Y (ellos) dijeron a los montes y a las rocas: Caed sobre nosotros, y esc�ndenos del rostro del que est� sentado en el trono, y de la ira del Cordero: porque ha llegado el gran d�a de su ira; �y qui�n podr� estar en pie? "

Verdaderamente los imp�os no comparecer�n en el juicio.

3. El imp�o perecer� en su camino. Uno podr�a pensar en ello as�: "El camino de los imp�os perecer�". Esto es cierto. Asaf se turb� cuando vio la prosperidad de los imp�os hasta que entr� en la Casa del Se�or y comprendi� su fin. Luego dijo: "Ciertamente los pusiste en lugares resbaladizos; los arrojaste a la destrucci�n".

As� es que en la vida los imp�os pierden a menudo sus posesiones, que perecen en un d�a malo, o, en la muerte, se les quita todo lo que llaman bueno.

IV. LAS NACIONES SE REUNEN CONTRA EL BENDITO ( Salmo 2:1 )

1. Los paganos se enfurecen.

2. Los reyes se opusieron al Se�or.

3. Las naciones buscan desechar su sujeci�n al Se�or.

Ahora llegamos al segundo salmo donde el hombre bendecido y el hombre imp�o, Cristo y el anticristo, se unen en el gran conflicto final de las edades, com�nmente conocido como "Armaged�n".

1. Los paganos se enfurecen. Donde hay rabia, hay ira incontrolable. La palabra lleva consigo el pensamiento de la locura, enloquecida. Describe a un pueblo movi�ndose de un lado a otro, con su ira reprimida estallando sobre ellos. La palabra "ira" sugiere que las naciones se han liberado de todos los lazos que las unen a Dios, y est�n listas para lanzarse contra el Todopoderoso para derramar su venganza contra �l.

El lenguaje del vers�culo uno muestra que se ha alcanzado un cl�max en el pecado. Toda restricci�n se ha perdido, la precauci�n se ha ido. Recordamos el tiempo, en los d�as de Esteban, cuando la gente se met�a los dedos en los o�dos y se lanzaba contra �l como locos, apedre�ndolo hasta matarlo.

2. Los reyes de la tierra se opusieron al Se�or. Detr�s de la furia del populacho, est� la planificaci�n y la intriga de los reyes y gobernantes de la tierra. Estos reyes "se pusieron a s� mismos"; ellos, por as� decirlo, aprietan los pu�os, aprietan los dientes en un prop�sito dogm�tico para derrocar al Hijo de Dios.

Precisamente esto es lo que sucedi� en la crucifixi�n. La poblaci�n se enfureci� contra Cristo, se agolparon como perros y toros alrededor de Su Cruz, meneando la cabeza. Detr�s de ellos estaba el Sanedr�n, rega��ndolos.

3. Los reyes y gobernantes buscan desechar su sujeci�n a Cristo. En efecto, dicen: "No permitiremos que este Hombre nos gobierne". Buscaron rechazar a Cristo y entronizar a otro como su rey. Aqu� es un asunto de ocurrencia diaria. Los hombres en todas partes est�n rechazando el se�or�o de Jesucristo y est�n colocando su propia voluntad, o la de su principal enemigo, como soberana.

V. EL DESAGRADO DEL SE�OR ( Salmo 2:4 )

1. El Se�or se r�e de ellos.

2. El Se�or se burla de ellos.

3. El Se�or les habla.

4. El Se�or los irrita.

1. El Se�or se r�e de ellos. Hubo un tiempo en que Cristo se enfrent� a la locura de la turba de otra manera. �l fue "como cordero al matadero, y como oveja delante de sus trasquiladores enmudeci�, as� no abri� su boca". Ahora, sin embargo, todo es diferente. Su trabajo sustitutivo ha terminado. Ya no ser� hecho pecado por nosotros. Aquel a quien crucificaron ahora ha resucitado, exaltado y aclamado.

La gente "imagina una cosa vana". Piensan que pueden volver a echar al Hijo de Dios, el Amante del hombre, bajo sus pies. Creen que pueden arrancarlo de los cielos, que pueden abrumarlo con su poder combinado.

Quiz�s el d�a de la gracia, que sigui� a la Cruz y se cerni� sobre los hombres durante dos mil a�os, les hizo pensar que no hab�a poder, o quiz�s, ning�n deseo en Cristo para juzgarlos.

Sabemos que durante Su vida terrenal, no quebr� la ca�a cascada y no apag� el p�bilo humeante. A medida que pasaban los siglos, refrenaba su ira. Ahora, sin embargo, se r�e de ellos en Su doloroso disgusto.

2. El Se�or se burla de ellos y les habla en Su ira. Ha llegado el momento del juicio. Aquel que ha soportado tanto tiempo, y tan pacientemente soportado la enemistad de los que le desprecian, ha llegado, por fin, al final de los setenta veces siete. El hecho de que Cristo haya resistido pacientemente durante tanto tiempo no significa que siempre har� un gui�o a la maldad de los hombres.

3. El Se�or los irrita. �l coloca su arco lleno de flechas, y "son afiladas en el coraz�n de los enemigos del rey". Incluso ahora o�mos al Padre decir: "C��ete tu espada sobre tu muslo, oh Poderoso". "Tu diestra te ense�ar� cosas terribles". "La gente cae bajo Ti". Nuevamente escuchamos las palabras: "El Se�or a tu diestra herir� a los reyes en el d�a de su ira, * * llenar� los lugares de cad�veres; herir� las cabezas en muchos pa�ses".

VI. EL PADRE SE DIRIGE AL HIJO ( Salmo 2:6 )

1. �l reconoce a su Hijo.

2. Pone en prenda a las naciones como Su herencia.

3. Describe c�mo se obtendr� el se�or�o del Hijo.

1. �l reconoce a su Hijo. Salmo 2:6 dice: "Sin embargo, he puesto a mi Hijo sobre mi santo monte de Sion". Luego agrega: "Declarar� el decreto: el Se�or me ha dicho: T� eres mi Hijo".

Aquel contra quien se opusieron los reyes de la tierra es Aquel a quien el Padre llama "Mi Hijo" y "Mi Rey". Aquel a quien los paganos rechazan, el Padre acepta.

En primer lugar, Dios reconoce a Cristo como su Hijo unig�nito.

En segundo lugar, Dios reconoce a Cristo como el Rey predestinado en el trono de David, en el Santo Monte de Sion.

Hay muchos hoy en d�a que se unir�an al enemigo para rechazar a Cristo Su Herencia y Su reinado. Sin embargo, la peque�a palabra "todav�a" todav�a resuena. "Sin embargo, he puesto a mi rey sobre mi santo monte de Sion".

2. Promete a las naciones como herencia del Hijo. En Salmo 2:8 , el Padre le dice al Hijo: "P�deme, y te dar� las naciones (naciones) por tu heredad, y los confines de la tierra por tu posesi�n". Debemos aprender que la investidura del Reino se hace en los Cielos. Dejemos para siempre de parlotear sobre la Iglesia trayendo el Reino, a trav�s de la predicaci�n del Evangelio de la Verdad. El Padre le da al Hijo las llaves del trono.

3. Describe c�mo se obtendr� el se�or�o del Hijo. El Padre le dice al Hijo: "Los quebrar�s con vara de hierro; los despedazar�s como vasija de alfarero". El mensaje del Evangelio no puede traer el Reino, porque las naciones se enfurecen, y los reyes de la tierra se levantan, y los gobernantes se juntan en consejo contra el Se�or de la Gloria. Es por esta causa que el Reino ser� establecido por el choque y el choque de espadas, al derrocamiento de los gobiernos mundiales. Cada imagen de la venida de Cristo como Rey de reyes y Se�or de se�ores es una imagen de terribles juicios bajo los cuales cae el enemigo.

VII. EL PADRE ACONSEJA A LOS PUEBLOS DE LA TIERRA ( Salmo 2:10 )

1. "Servid al Se�or con temor".

2. "Besar al hijo".

3. "Conf�a" en el Hijo.

1. "Servid al Se�or con temor". Antes de que caiga la ira de Dios, el Se�or se pone de pie y clama a las naciones diciendo: "Ahora pues, oh reyes, sed sabios; sed instruidos, jueces de la tierra. Servid al Se�or con temor".

Las naciones sabias y sus gobernantes no unir�n sus ej�rcitos con los ej�rcitos del rey que se unieron contra el Se�or. Se apartar�n al contemplar los andrajos del mundo. Doblar�n la rodilla ante el Hijo de Dios y temblar�n ante Su presencia.

2. "Besar al hijo". No es meramente un servicio de miedo, ni un gozo de temblor, sino el beso de cari�o que el Padre aconseja a los reyes y jueces de la tierra. No el beso de un Judas, sino el beso de la sulamita. Las naciones deber�an ver en el Cristo exaltado su salvaci�n, su ayuda, su sustento.

3. "Conf�a" en el hijo. Nuestro cap�tulo concluye con las palabras: "Bienaventurados todos los que en �l conf�an". Salmo 2:12 nos habla de la ira del Hijo, de c�mo la gente perecer� cuando Su ira se encienda un poco. El mismo vers�culo, sin embargo, muestra que el Hijo resultar� un encubierto de la tormenta para todos los que pongan su confianza en �l.

Que nadie critique a Dios a causa de su ira. Dios es un Dios justo. pero tambi�n es un Dios de amor. Dios no quiere que nadie perezca, sino que todos sean salvos. Sin embargo, cuando los hombres se enfurecen contra �l, se ponen contra �l, se deliberan juntos contra �l, �qu� otra cosa puede hacer un Dios justo sino re�rse de su locura y enfadarlos en Su doloroso disgusto? El mismo Dios, sin embargo, en medio de su ira pronuncia bendici�n sobre aquellos que conf�an en �l.

Es Juan 3:16 otra vez; los que creen no perecer�n, pero los que no creen, la ira de Dios permanece sobre ellos.

UNA ILUSTRACI�N

A medida que el poder del anticristo se intensifica, la persecuci�n contra los santos se profundizar�. �Entonces que? �Correremos por compasi�n y nos compadeceremos de nuestras pruebas? Dios no lo quiera, AB Simpson dice algunas cosas a prop�sito aqu�:

El ap�stol Pedro nos dice algunas cosas muy reconfortantes sobre nuestras pruebas. Son "por una temporada". Hay una "necesidad" que entenderemos en alg�n momento. La prueba en s� es "mucho m�s preciosa que el oro perecedero". Y ser� "hallado para alabanza, honra y gloria en la aparici�n de Jesucristo". Estas tres palabras no son repeticiones. "Alabanza" expresa la gratitud con la que nosotros mismos miraremos hacia atr�s a todas las cosas que antes nos parecieron tan dif�ciles, y lo alabaremos por el amor inexorable que nos dej� sufrir para obtener tal bendici�n.

El "honor" se refiere a soportar nuestro sufrimiento victorioso para la gloria de Dios. Refleja honor en Cristo. Y la "gloria" espera con ansias la recompensa cuando nuestra "leve tribulaci�n, que es s�lo moment�nea", haya producido para nosotros all� "un cada vez m�s excelente y eterno peso de gloria".

La �nica forma en que podemos ganar la corona es sufriendo y sacrificando. Alg�n d�a nuestras l�grimas se transformar�n en joyas de brillo inmaculado. * El juicio es nuestro negocio, sufriendo nuestra ocupaci�n. Supongamos que un soldado se quejara a su capit�n de que el enemigo le hab�a estado disparando, que no se alist� para tal prop�sito y que no estaba dispuesto a someterse a ese tipo de trato. Podemos imaginar a su comandante diciendo: "Muchacho, el negocio de un soldado es que le disparen". �Dejaremos de quejarnos de las injusticias de los hombres o de murmurar contra la disciplina de nuestro Padre y decir: "La copa que mi Padre me ha dado, no la beber�?"

Versículos 1-12

Los Salmos Prefatorios

Salmo 1:1 , Salmo 2:1 y Salmo 3:1

PALABRAS INTRODUCTORIAS

El primer cap�tulo del Salmo es su prefacio. Puede llamarlo, si lo desea, el Salmo preliminar. Te da la llave que abre todo el Libro. Entremos en este Salmo por el camino del 24 de Lucas; all� dice que "es necesario que se cumplan todas las cosas que est�n escritas en la Ley de Mois�s, en los Profetas y en los Salmos acerca de M�". Estas palabras nos dicen que el personaje principal de los Salmos no es David, sino Cristo.

Los peri�dicos tienen titulares grandes, de tipo negro, los subt�tulos siguen en una letra m�s fina, y luego aparece el cuerpo principal del art�culo. Dios a menudo pone en primer lugar los titulares llamativos; luego te da, quiz�s, el segundo titular; y luego el gran cuerpo de Su mensaje. Los peri�dicos resumen todo el art�culo en la parte superior de la columna. Por supuesto, si est� interesado en los detalles, en las complejidades, prosiga a lo largo de toda la lectura.

Cuando abre su Biblia, lo primero que ve es "En el principio Dios". Ah� est� su llamativo titular para toda la Biblia. Cuando llega al Nuevo Testamento, comienza: "El Libro de la generaci�n de Jesucristo". Ah� est� su titular para la segunda divisi�n de la Biblia.

El Libro de Romanos, el Libro de apertura de las Ep�stolas, comienza: "Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser Ap�stol, apartado para el Evangelio de Dios, acerca de Su Hijo Jesucristo".

Ahora, acerqu�monos al Libro de los Salmos. El primer cap�tulo se abre as�: "Bienaventurado el hombre". Estas palabras transmiten los grandes titulares en letra negra de los Salmos. Si el Libro de los Salmos, seg�n Lucas 24:44 , es un Libro escrito sobre un hombre, el Se�or Jesucristo, entonces el "hombre bendito" del primer vers�culo no es otro que �l.

El Esp�ritu Santo no se refiere principalmente a David ni a los santos en general. Cuando considera que el Libro de los Salmos, como todo el resto de la Biblia, se centra en Jesucristo, no puede perder el personal del vers�culo inicial; esto es especialmente v�vido cuando recuerdas que el primer Salmo es el prefacio del Libro en su totalidad.

Ahora bien, �cu�l es el segundo titular, el subtema del Libro? Aqu� est�: "Los imp�os no son as�". Esta expresi�n "Los imp�os" o su equivalente, recorre todo el Libro. Dos personajes principales se contrarrestan: "Bienaventurado el hombre", "Los imp�os no lo son". Estos son los dos hombres sobresalientes de los Salmos. El "hombre bendito" es el Se�or Jesucristo, y en �l todos sus santos; el "imp�o" es el anticristo y con �l todos los que lo siguen.

I. LA BENDICI�N DEL HOMBRE BENDITO DE DIOS ( Salmo 1:1 )

Primero, se describe Su car�cter. Se afirma negativamente y luego se afirma positivamente.

Negativamente se dicen tres cosas: "Bienaventurado el hombre que no sigue el consejo de los imp�os, que no est� en el camino de los pecadores, y que no se sienta en la silla de los escarnecedores". No necesitamos ahora ampliar estas tres declaraciones constructivas y consecutivas; simplemente deseamos enfatizar que pueden decirse verdaderamente s�lo del Se�or Jesucristo. �D�nde m�s est� el hombre que no sigue el consejo de los imp�os? �D�nde m�s est� el hombre que no se interpone en el camino de los pecadores? Quiz�s podr�a decir el linaje, o la l�nea, o la descendencia de los pecadores.

En cualquier caso, Jesucristo es la respuesta a la consulta. �l nunca surgi� de los lomos de los pecadores, ni jam�s camin� en su camino. El cristiano que ha dejado de andar en el consejo de los imp�os y de interponerse en el camino de los pecadores, puede reclamar tal distinci�n solo porque est� en el Hombre bendito, empoderado por Aquel que no conoci� el pecado. Cristo nunca fue un pecador. De �l se dijo: "Esa cosa santa que nacer� de ti". No hay otro que pueda abarcar toda su vida y decir: "Yo soy el hombre bienaventurado, que no sigue el consejo de los imp�os ni sigue el camino de los pecadores".

Ahora, �qu� hay de sentarse en el asiento de los desde�osos? Jesucristo estaba "separado de los pecadores"; �l nunca fue parte integral de aquellos que difamaron a su Dios.

Los santos pueden salir del campamento con �l, llevando Su oprobio; es posible que nunca tengan compa�erismo en una iglesia o denominaci�n donde los hombres desprecian al Se�or; nunca pueden sentarse en el asiento de aquellos que difaman la Palabra de Dios; pueden rehusar oscurecer la puerta de las iglesias ap�statas, o apoyar el ministerio de aquellos que blasfeman contra el Hijo de Dios; sin embargo, tal actitud es una victoria de gracia. La "bienaventuranza" pertenece inherentemente s�lo a Aquel que nunca fue encontrado en el asiento de los desde�osos. El pr�ximo cap�tulo nos dice el significado m�s completo de lo que incluye este "desprecio".

Ahora, afirmado positivamente. "Pero su deleite est� en la ley del Se�or; y en su ley medita d�a y noche. Y ser� como �rbol plantado junto a arroyos de aguas, que da su fruto en su tiempo; su hoja tambi�n no se marchitar�, y todo lo que haga prosperar� ".

Cada palabra que acabamos de citar se cumpli� en el Se�or Jesucristo. Se deleitaba en la Palabra y era la Palabra; Era como un �rbol plantado junto a r�os de agua y de �l brotaban todos los r�os de agua; todo lo que hizo prosper� a pesar de que muri� en la cruz, avergonzado, escupiendo y aparentemente derrotado.

El Se�or Jes�s a�n reivindicar� cada palabra que el salmista pronuncie sobre �l. Fue un vencedor en la Cruz, porque all� despoj� a los principados y potestades. �l es, incluso ahora, un vencedor, porque se sienta exaltado muy por encima de los principados y potestades. Cuando regrese, ser� un vencedor sobre todo enemigo, porque derribar� todo poder que se levante contra �l. "Todo lo que hace prosperar�".

II. LA PLACER DE LOS IMP�OS ( Salmo 1:4 )

"Los imp�os no lo son". Cu�n r�pido cambia la escena "Los imp�os no son as�, sino como la paja que el viento lleva". El Se�or destruir� al anticristo con el aliento de su boca. Como paja, lo volar�. Cuando Cristo env�e el juicio a la victoria, el imp�o ser� "como" una ca�a sacudida y sacudida por el viento; como lino humeante que se apaga. "Por tanto, los imp�os no comparecer�n en el juicio".

Por lo tanto, el Salmo preliminar no solo presenta a Cristo y el anticristo uno frente al otro, sino que tambi�n presenta la prosperidad del primero y el derrocamiento del segundo. Esta es la misma historia que recorre los Salmos en su conjunto; lo encontrar�s en todas partes. Se acerca el tiempo en que s�lo Cristo y los que est�n en �l estar�n de pie; mientras que el anticristo y los que est�n con �l ser�n barridos.

III. CRISTO CONTRA EL ANTICRISTO ( Salmo 2:2 )

El segundo Salmo lleva el conflicto entre Cristo y el anticristo a un cl�max. Debemos volver nuestros rostros hacia una vista lejana. Este segundo Salmo nunca se ha cumplido durante los treinta siglos desde que escribi� David.

"�Por qu� se enfurecen las naciones, y el pueblo imagina una cosa vana? Los reyes de la tierra se levantaron, y los gobernantes se reunieron en consejo contra el Se�or y contra su Ungido". La escena es una de las naciones furiosas; de los pueblos imaginando una cosa vana. �Contra qui�n se enfurecen? Contra el Se�or. �Contra qui�n se est�n poniendo los reyes de la tierra? Contra el Se�or. �Qu� es lo vanidoso que imagina la gente? �Por qu� "los reyes de la tierra se establecen, y los gobernantes se juntan en consejo contra el Se�or y contra su Ungido"?

Es porque ha llegado el Armaged�n. A medida que la era llega a su fin y se revela el anticristo, el mundo se esforzar� en vano por deshacerse de toda muestra de lealtad a Cristo.

�Cu�l es el idioma de los reyes de la tierra, los gobernantes y los pueblos? Dicen: "Rompamos sus ataduras y echemos sus cuerdas de nosotros". Las naciones se inquietan por las limitaciones del cristianismo y de Cristo. Contra Cristo, y contra todo lo que nombra Su Nombre o lleva Su impronta, se levantar�n diciendo: "Separemos de nosotros sus ataduras". El anticristo vendr� como un religioso, pero negando al Se�or Jesucristo y todo lo que toma su color de Cristo. Por esta causa, las naciones ap�statas y la cristiandad ap�stata se unir�n m�s r�pidamente a sus normas.

�Cu�l es la siguiente escena? "El que se sienta en los cielos se reir�". El rapto de los santos (el Cuerpo de Cristo) evidentemente ha tenido lugar. En la tierra se desata la tribulaci�n y el anticristo se ha manifestado. El hombre de pecado dirige a las naciones y las re�ne contra el Se�or. El Se�or, sentado en los cielos, se r�e. Se burla de ellos. �Qu� le importa a �l si hay diez mil reunidos en su contra? �l conoce su poder. Se r�e de la locura de quienes se le oponen. Se burla de sus intentos. �l conoce su fuerza.

Ser� un espect�culo imponente cuando el anticristo, revestido del poder de Satan�s, re�na a los ej�rcitos de la tierra. El mundo temblar� y tendr� miedo, pero el que se sienta en los cielos se reir�. Gritar�: "Vamos a la batalla". Se burlar� de ellos.

IV. CRISTO CORONADO REY ( Salmo 2:6 )

A pesar del hecho de que las naciones se han reunido para destronar al Hijo y expulsarlo, el Padre declara: "Sin embargo, he puesto a mi Hijo sobre el santo monte de Sion". Y dirigi�ndose al Hijo, el Padre dice: "P�deme, y te dar� las naciones por tu heredad, y los confines de la tierra por tu posesi�n" (ASV). Ning�n poder en la tierra o en el infierno puede apartar al Se�or de Su leg�timo trono.

Vendr� y reinar�. El Padre dir� al Hijo: "Declarar� el decreto: * * T� eres mi HIJO; hoy te he engendrado". Tu mente se remonta a la inmaculada concepci�n: "Por tanto, lo santo que nacer� de ti, ser� llamado Hijo de Dios". Tu mente vuelve al bautismo: "Este es mi Hijo amado , en quien tengo complacencia". Tu mente vuelve a la transfiguraci�n, "Este es Mi Hijo, Mi escogido, esc�chalo".

As�, en la hora de la tribulaci�n, Dios truena a las huestes reunidas, Su decreto: "T� eres mi Hijo". Luego, al Hijo le dice: "P�deme y te dar� las naciones por tu herencia". No es de extra�ar que Cristo, sentado a la diestra del Padre, se burle de las ostentosas amenazas de las naciones reunidas. Los irritar� en su doloroso disgusto. Dios todav�a pondr� a Su Rey sobre el santo monte de Sion.

Profundicemos un poco m�s en las palabras del Padre: "Mi Hijo eres t�; hoy te he engendrado". Aqu� tenemos la reivindicaci�n del Padre tanto del Nacimiento Virginal como de la Resurrecci�n.

En la expresi�n "Te dar� las naciones por tu herencia, y los confines de la tierra por tu posesi�n", tenemos la visi�n lejana de lo que suceder� despu�s de que Cristo haya afligido a las naciones y haya echado fuera al anticristo. como paja ante la era de verano. Es entonces cuando Dios pone a Su Rey en el monte santo de Sion. El Reino del Se�or Jesucristo se establecer� despu�s de que el anticristo sea abrumado y nunca antes.

As� que no lo anticipemos de antemano; ni nos unamos a los movimientos mundanos para establecer el Reino. La misi�n de la Iglesia es sacar de las naciones un pueblo para Su Nombre. No es para traer el Reino Mesi�nico. El Segundo Salmo dice c�mo se introducir� el Reino. Cristo no env�a a Su Iglesia para llevar Su evangelio a lo �ltimo de la tierra a fin de establecer el Reino. La Escritura es clara: "Los quebrantar�s con vara de hierro"; y, "Los har�s pedazos como vasija de alfarero". As� aprender�n las naciones la justicia.

Este es, brevemente, el mensaje del segundo salmo.

V. UNA ILUSTRACI�N IMPACTANTE ( 2 Samuel 14:25 ; 2 Samuel 15:4 ; 2 Samuel 15:10 )

"Y en todo Israel no hab�a nadie para ser tan alabado como Absal�n". El anticristo eclipsar� a todos los grandes hombres del mundo; ser� universalmente admirado por �l; no habr� otro como �l en toda la tierra.

"Y Absal�n le prepar� carros y caballos, y cincuenta hombres para correr delante de �l". Esto demuestra el orgullo de Absalom. El anticristo se elevar� por encima de todo lo que se llama Dios o se adora.

"Y Absal�n dijo adem�s: �Oh, si yo fuera hecho juez en la tierra!" Cuando venga el anticristo, profundizar� el complot y la estrategia contra el Hijo de Dios. Procurar� apropiarse de la herencia de Cristo y hacerse rey.

Y Absal�n dijo a su padre: "D�jame ir y cumplir mi voto que hice al Se�or en Hebr�n". El anticristo entrar� en escena mundial como religioso. Hay eclesi�sticos por toda esta tierra que incluso ahora est�n preparados para recibir al anticristo. Hay eclesi�sticos prominentes en los c�rculos de la Iglesia, que no saben nada del Evangelio del Hijo de Dios, no saben nada de la comuni�n vital de los santos; predican otro evangelio, que no es el evangelio, y ofrecen un compa�erismo construido en un programa, o en un ministerio, y no en la "unidad de la fe".

Cuando venga el anticristo, muchos de los supuestos "far-i-ve" teol�gicos le dar�n la bienvenida real. �l no dir� a la primera: "Yo soy Dios"; sin duda vendr� con frases halagadoras y elegantes, haci�ndose pasar por un gran religionista. El anticristo har� una alianza con toda apostas�a, ahora existente en el mundo. �l, como Absal�n, vendr� bajo el pretexto de una ferviente piedad.

Ahora, observemos el resultado de la perfidia de Absal�n. La historia de la huida de David se cuenta de la siguiente manera: "Todo el pueblo llor� a gran voz; y todo el pueblo pas�; el rey tambi�n pas� por encima del arroyo Cedr�n". Cu�n notable es que David cruz� el mismo arroyo, por el que el Se�or pas� en el camino a Su Getseman�. �Qu� sigue ?: "Y David subi� por la subida del Monte de los Olivos". El Se�or Jes�s dej� esta tierra por el camino del mismo monte de los Olivos y subi� al cielo en exilio de su trono dav�dico. Durante su ausencia, el anticristo asumir� el poder como usurpador.

VI. LA ORACI�N DE DAVID AL HUIR DE ABSALOM ( Salmo 3:1 )

Ahora estudiamos la oraci�n que ofreci� David cuando huy� de Absal�n, despu�s de haber pasado por Cedr�n y subido por el monte de los Olivos. Mientras sus seguidores, hombres y mujeres, descansaban y dorm�an, David se escabull� y or�. Quiero que leas su oraci�n en Salmo 3:1

Cuando Sadoc sali� para seguir a David en su exilio con el arca ( 2 Samuel 15:24 ), David dijo: "Lleva el arca de Dios a la ciudad: si hallo gracia ante los ojos del Se�or, �l me traer� de nuevo, y me mostrar� tanto esto como su morada; pero si as� dice: No me complazco en ti; he aqu�, heme aqu�, hazme lo que bien le parezca ".

Dejemos a David fuera de nuestro pensamiento, por un momento, y apliquemos esta oraci�n a Cristo. Imag�nense al Se�or Jesucristo orando en la Cruz y diciendo: "Se�or, �c�mo han aumentado los que me afligen? Son muchos los que se levantan contra m�. Muchos son los que dicen de mi alma: No hay ayuda para �l en Dios". " �C�mo nos recuerdan esas palabras el grito de la turba que rodeaba la Cruz! Dijeron: "�l conf�a en Dios; l�brelo ahora, si lo quiere", porque dijo: "Yo soy el Hijo de Dios". Cristo nunca vacil�, nunca dud�, dijo: "Pero t�, oh Se�or, eres un escudo para m� y mi gloria, y el que levanta mi cabeza".

David dijo: Me despert� porque el Se�or me sosten�a. No temer� a los diez mil que me rodean.

As� despert� Cristo: sali� de Su tumba y del Hades como un Vencedor, capaz de re�rse de cualquier ataque que Satan�s o su anticristo pudieran traer.

Sin embargo, hay otra visi�n de las maldiciones expresadas en el tercer Salmo.

El enemigo no solo calumni� a Cristo durante su vida terrenal, y mientras colgaba de la cruz, sino despu�s de que el anticristo en aparente victoria, como Absal�n, barri� todo ante �l, entonces los enemigos de Cristo clamar�n m�s. En su contra.

El mundo entero se maravillar� tras la "bestia"; su influencia ser� maravillosa. Entonces muchos se levantar�n contra Cristo y dir�n:

"Fuera con Cristo, era un impostor y falso; todas las afirmaciones que hab�a hecho eran falsas; incluso Dios lo rechaz� y le neg� su ayuda y muri� avergonzado, v�ctima indefensa de los que lo odiaban".

Con muchas palabras difamar�n Su Santo Nombre. Sin embargo, incluso mientras claman, el Se�or se sentar� en los cielos con el Padre, recibiendo de �l la promesa: "Te dar� las naciones por tu heredad, y los confines de la tierra por tu posesi�n".

Información bibliográfica
Neighbour, Robert E. "Comentario Pozos de agua viva en Psalms 2". "Agua viva". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lwc/psalms-2.html.