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Bible Commentaries
Apocalipsis 19

Comentario Pozos de agua vivaPozos de agua viva

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Versículos 1-10

Las bodas del cordero

Apocalipsis 19:1 ; Apocalipsis 21:1 y Apocalipsis 22:1

PALABRAS INTRODUCTORIAS

1. Analog�as del Antiguo Testamento del matrimonio venidero en los cielos. No es dif�cil encontrar, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, deliciosos presagios de las pr�ximas nupcias celestiales.

(1) Hay el primer matrimonio en Ed�n. Eva fue la novia t�pica de la Novia de Cristo. Observe lo siguiente:

Ad�n fue puesto a dormir; Cristo fue puesto a dormir.

El costado de Ad�n se abri�; El costado de Cristo se abri�.

Eva fue presentada a Ad�n; La Novia ser� presentada a Cristo.

Ad�n dijo: "Hueso de mis huesos y carne de mi carne". Somos miembros de Su cuerpo, Sus carnosos Sus huesos.

Eva fue sacada del hombre; somos sacados de Cristo.

Ad�n dijo: "Por tanto, dejar� el hombre a su padre ya su madre, y se unir� a su mujer"; Cristo dijo: "No hay hombre que haya dejado * * padre o madre * * por Mi causa y el Evangelio, pero recibir� el ciento por uno * *".

(2) El matrimonio de Isaac y Rebeca:

Abraham busc� una esposa para Isaac; Dios busca una Esposa para Su Hijo.

El anciano sirviente de Damasco que estaba a cargo de todos los bienes de Abraham fue a buscar a la novia de Isaac; el Esp�ritu Santo est� buscando a la Esposa de Cristo.

Rebeca sali� de su casa para viajar por las arenas del desierto con el sirviente de Abraham; lo hemos dejado todo para viajar sobre las arenas de la tierra con el Esp�ritu Santo (Paracletos) a nuestro lado.

El sirviente habl� de Isaac; El Esp�ritu habla de Cristo.

Isaac sali� a Lahairoi para esperar la llegada de Rebeca; Cristo vendr� por los cielos al lugar de reuni�n (Lahairoi), para encontrarse con Su Esposa.

(3) En el Nuevo Testamento hay:

En Mateo 22:1 , el matrimonio del Hijo del Rey.

En Mateo 25:1 , el clamor de medianoche, "He aqu�, viene el Esposo".

En Apocalipsis 19:1 , las "Bodas del Cordero han llegado".

2. La escena matrimonial m�s grande del Antiguo Testamento es la de Salmo 45:1 .

(1) Est� la descripci�n del Novio Real.

Se describe al Rey como m�s justo que los hijos de los hombres. La gracia se derrama en sus labios. �l es Dios bendito para siempre.

Luego viene una imagen del Rey yendo a la guerra. Su espada est� sobre Su muslo. �l es ahora el M�s Poderoso coronado de gloria y honra, y cabalgando pr�speramente, a causa de la verdad, la mansedumbre y la justicia . Su diestra le ense�a cosas terribles, porque sus flechas son afiladas en el coraz�n de los enemigos del Rey.

Ahora somos introducidos en la visi�n del trono del Rey. "Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos: el cetro de tu Reino es un cetro recto". Estas palabras se refieren a Cristo cuando regresa por segunda vez para reinar sobre la tierra ( Hebreos 1:8 ).

A continuaci�n o�mos el anuncio de la gloria y el gozo del Rey, de Sus palacios de marfil, con las siguientes palabras: "Las hijas de los reyes estaban entre Tus honorables mujeres; a Tu diestra estaba la Reina en oro de ophir".

El matrimonio ha terminado, la reina es coronada y est� con el rey. Las mujeres honorables, la hija del rey, la hija de Tiro y muchas otras est�n reunidas alrededor.

I. UN TIEMPO DE ALABANZA MAESTRA ( Apocalipsis 19:5 )

�C�mo resuenan las palabras! Y sali� del trono una Voz que dec�a: Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos, y los que le tem�is, peque�os y grandes. Y o� como la voz de una gran multitud, y como la voz de muchas aguas, y como voz de truenos poderosos, que dicen: Aleluya, porque el Se�or Dios Omnipotente reina. Goc�monos y alegr�monos y d�mosle gloria.

Recordamos c�mo Cristo dijo una vez: "Vosotros, pues, ahora ten�is tristeza; pero os volver� a ver, y se gozar� vuestro coraz�n, y nadie os quitar� vuestro gozo". Habr� un gozo lleno de gloria. Hay muchas cosas que compensar�n la gran alegr�a de esa hora.

Veremos a Aquel a quien hemos amado y servido, lo veremos en todo Su poder y fuerza. Gritaremos de gozo al contemplar Su rostro.

Veremos a nuestros propios seres amados en Cristo, a quienes tuvimos por una vez, pero perdimos el tiempo. Ser� una alegr�a indescriptible.

Veremos a aquellos a quienes condujimos a Cristo en los d�as de nuestra estad�a terrenal. Ser�n nuestro gozo y corona de regocijo.

Veremos al Dios Triuno en todo Su esplendor, al Dios omnipotente. Una vez m�s nuestro coraz�n saltar� de alegr�a.

Veremos mucho, pero no todo lo que Dios ha preparado para los que lo aman y cantan nuestro c�ntico de alegr�a.

II. EL MATRIMONIO DEL CORDERO HA LLEGADO ( Apocalipsis 19:7 )

1. "Han llegado las bodas del Cordero". �Es este el Cordero del cual Juan el Bautista clam�: "He aqu� el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo"?

Si, este es El. �Entonces que? Nuestras mentes vuelven a Su Cruz una vez m�s. El Cordero inmolado es Aquel que ahora est� a punto de casarse. Una vez, al final de los tiempos, fue ofrecido; una vez, cuando lleg� la plenitud de los tiempos, fue muerto.

Durante el viaje de Cristo hacia la cruz, a menudo habl� de la "hora". y el "tiempo" en el que iba a morir.

"A�n no hab�a llegado su hora" ( Juan 7:30 ; Juan 8:20 ).

"A�n no ha llegado mi hora" ( Juan 2:4 ).

"Cuando supo Jes�s que hab�a llegado su hora" ( Juan 13:1 ).

"Para que, si fuera posible, pasara la hora" ( Marco 14:25 ).

"La hora est� cerca, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores" ( Mateo 26:45 ).

"Esta es tu hora y el poder de las tinieblas" ( Lucas 22:53 ).

Ahora ha llegado otra hora. Es la hora del Matrimonio. La expresi�n, "Han llegado las bodas del Cordero", ciertamente sugiere que el gran evento hacia el cual el Se�or avanz� firmemente ha llegado ahora. �l est� contento y quiere que estemos felices con �l. �l est� viendo el fruto de Su obra como el Cordero del sacrificio, por lo tanto , leemos " Han llegado las Bodas del Cordero ". As�, las bodas y la cruz son dos grandes acontecimientos separados, pero indisolublemente ligados. Uno es la gloriosa consumaci�n del otro,

2. Su esposa se ha preparado. Ella no proporcion�, de ninguna manera, todas las hermosas vestiduras con las que ahora se viste. Ella est� vestida con las vestiduras de Su justicia. Sin embargo, eso no es todo su hermoso atuendo.

Sus vestimentas incluyen sus propios actos justos mientras ella, en los d�as de su peregrinaje, serv�a a su Se�or. Estos son parte de su ajuar. Cu�n maravilloso es que el Esposo se deleite en los actos justos de la Esposa.

III. OTRO BENDITO ( Apocalipsis 19:9 )

1. Hay muchas "bendiciones" que se han dado a los santos. �stos son algunos de ellos:

"Bienaventurados los de limpio coraz�n".

"Bienaventurados los misericordiosos".

"Bienaventurados los mansos."

"Bienaventurados los pacificadores".

"Bienaventurados los pobres de esp�ritu".

"Bienaventurados los perseguidos".

"Bienaventurados los que lloran".

"Bienaventurados los que guardan sus mandamientos".

"Bienaventurados los que en �l conf�an".

"Bienaventurados los que guardan sus testimonios".

Se podr�an agregar muchos otros "beatos". Pero estos son suficientes para cubrir un amplio reino de gracia.

2. Bienaventurados los que son llamados a la Cena de las Bodas del Cordero. Juan estaba tan embelesado con la escena del matrimonio que el �ngel tuvo que gritar "�Escribe!" �l deb�a decirnos que el matrimonio no era todo. Tambi�n estuvo la Cena de las Bodas. De hecho, es algo por lo que regocijarse "el Matrimonio", "la Esposa", el vestido de la Esposa. Estos fueron durante un tiempo el centro de atracci�n. Sin embargo, ahora que se consuman las bodas, ha llegado la Cena de las Bodas, y los invitados son llamados "bienaventurados" porque est�n invitados a asistir a una reuni�n tan grande y magn�fica.

3. La Cena de las Bodas. Algunos de nosotros hemos disfrutado de algunos de estos en la tierra. Han sido horas felices. Nos sentimos agradecidos de estar entre los invitados. Ahora, sin embargo, es el gran cl�max de todas las bodas "La Cena de las Bodas del Cordero". Bienaventurados los llamados.

Cristo ya se ha alegrado de venir y establecerse con nosotros, y con mucho gusto cen� con nosotros en los d�as de nuestra peregrinaci�n. El Padre tambi�n ha venido a vivir con nosotros. Ahora estamos invitados a cenar con Cristo y con el Padre en los cielos.

IV. DESPU�S DEL MATRIMONIO LA ESPOSA DEL CORDERO ( Apocalipsis 21:10 )

1. Juan, en visi�n, se dej� llevar por las escenas de las Bodas y de la Cena de las Bodas. El �ngel dijo: "Ven ac�, te mostrar� la Esposa, la Esposa del Cordero".

Para obtener la visi�n, el �ngel se llev� a Juan en el esp�ritu a una monta�a grande y alta. Desde esa posici�n ventajosa, Juan vio a la Novia.

Para nosotros, todo esto es de lo m�s significativo. No creemos que la Ciudad que Juan vio fuera la Novia de Cristo. Suponemos que la ciudad era el hogar de la novia.

2. �No estamos interesados ??en las pr�ximas cosas? �No nos deleitamos en ver las cosas que Dios tiene reservadas para nosotros los que creemos? �No nos regocijamos en las certezas de nuestro futuro descanso?

Para muchos, el cielo y el hogar, y "para siempre con el Se�or", pueden tener poco valor; para nosotros es nuestro gozo y regocijo. De hecho, todos deber�amos vivir esperando la Bendita Esperanza y la aparici�n gloriosa de nuestro Se�or y Salvador Jesucristo. Las "muchas mansiones" que nos esperan son reales, y la Palabra es verdadera, de lo contrario �l no nos lo hubiera dicho.

V. LA NUEVA JERUSAL�N ( Apocalipsis 21:2 ; Apocalipsis 21:10 )

1. La Jerusal�n Mew en contraste con la Jerusal�n antigua. La antigua Jerusal�n se encuentra en Palestina. Ser� la ciudad del Rey, cuando Cristo regrese a la tierra. Desde ella, Cristo gobernar� y reinar� sobre toda la tierra. Ser� el centro desde donde saldr� la Ley, y al cual las naciones de la tierra enviar�n a sus representantes, a�o tras a�o, para adorar al Se�or de los Ej�rcitos. En esa ciudad el Hombre cuyo Nombre es el Renuevo, nuestro propio Cristo se levantar� y construir� el Templo. Ser� el gozo de toda la tierra.

2. Las alegr�as de los habitantes de la Nueva Jerusal�n. Dios enjugar� todas las l�grimas de sus ojos; y no habr� m�s muerte, ni dolor, ni llanto, ni habr� m�s dolor. He aqu�, �l har� nuevas todas las cosas. Las primeras cosas de la tierra habr�n pasado.

El trono de Dios y del Cordero estar� en esa Ciudad, y Sus siervos le servir�n. La �nica declaraci�n, "Todas las cosas nuevas" nos basta. La afirmaci�n: "Las cosas anteriores pasaron" es suficiente.

VI. LA CIUDAD DESCRITA ( Apocalipsis 21:11 )

1. La Luz de la Ciudad. La ciudad tiene la gloria de Dios: y su luz era como una piedra preciosa, como una piedra de jaspe, clara como el cristal. El hecho es que la Ciudad no tendr� necesidad del sol, ni de las estrellas, ni de la luna, para alumbrarla, porque el Se�or Dios la ilumina, y "el Cordero es su lumbrera".

�Bendita hora de gloria inmaculada! All� no habr� noche. Recordamos c�mo dice el Evangelio de Juan: "En �l estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres". Nuevamente dice: "Esa era la Luz Verdadera, que ilumina a todo hombre que viene al mundo". La ep�stola de Juan agrega: "Dios es luz, y no hay tinieblas en �l".

2. Las murallas de la Ciudad. Su muro era "grande y alto". Los cimientos del muro tambi�n eran grandes y altos. Estaban adornados con todo tipo de piedras preciosas. El primero fue jaspe, luego zafiro, luego calcedonia; luego una esmeralda, sardonyx, sardius, chrysolyte; berilo; un topacio un crisopraso; un jacinto y una amatista.

La ciudad ten�a doce puertas, hechas de perlas. Cada puerta era una perla de varios. Belleza, magnificencia y valor, como los hombres cuentan el valor. Nada de eso puede estimarse. Es m�s all� de los c�lculos humanos. La ciudad es real, los cimientos son reales, el muro es real, todo es real, y realmente estaremos all�.

VII. EL TAMA�O DE LA CIUDAD ( Apocalipsis 21:15 )

1. Miente cuadrado. Su longitud, su anchura y su altura son iguales. Esta es una maravillosa revelaci�n. Los hombres jam�s han conocido una ciudad semejante. La ciudad de Nueva York puede estar orgullosa de sus rascacielos, pero no son dignos de menci�n al lado de esta ciudad.

2. Sus dimensiones. Tiene doce mil estadios ( Apocalipsis 21:16 ), es decir, mil quinientas millas de largo, y lo mismo en ancho y alto. En esta tierra, esa ciudad estar�a, al este y al oeste, desde la ciudad de Nueva York hasta Omaha; y de norte a sur, desde los Grandes Lagos hasta Miami, Florida.

3. Algunas otras caracter�sticas destacadas. (1) Hay un r�o de agua de vida clara como el cristal, que sale del trono de Dios y del Cordero. �Agua mojada? Ciertamente, no hay otro tipo.

(2) Las calles de la ciudad son de oro, oro puro, oro transparente. Y las calles correr�n a lo largo y ancho de la Ciudad.

(3) En medio de la calle habr� �rboles frutales; ya ambos lados del r�o, habr� �rboles frutales. Dar�n doce tipos de frutos, y dar�n su fruto cada mes.

(4) En la ciudad no habr� maldici�n. Y de ninguna manera entrar� en ella nada que profana, o haga abominaci�n o mentira; pero aquellos cuyos nombres est�n en el Libro de la Vida del Cordero.

UNA ILUSTRACI�N

�La Nueva Jerusal�n! Cu�n maravilloso ser� todo para �l y para nosotros.

Al visitar su ciudad natal de Kirriemuir, Sir James Barrie cont� una historia muy hermosa. Hab�a estado llamando, dijo, a la dama m�s amable de la tierra. Entonces estaba celebrando su tercer cumplea�os. Era la peque�a princesa Margarita, hija menor del duque de York, ahora rey Jorge VI. Ella miraba con deleite uno de sus regalos, una mesa de t�, con dos macetas pintadas, cada una del tama�o de un dedal. "�Es eso realmente tuyo?" pregunt� Sir James. Con la sonrisa m�s dulce ella respondi� de inmediato: "Es tuyo y m�o.

Versículos 11-21

La batalla de Armageddon

Apocalipsis 19:11

PALABRAS INTRODUCTORIAS

Cuando pensamos en la batalla de Armaged�n, estamos pensando en varias Escrituras adem�s de la escrita en este estudio. Algunas de ellas est�n en el Libro de Apocalipsis.

1. La ruptura del sexto sello parece tocar esta �ltima gran batalla, como se encuentra en Apocalipsis 6:13 .

(1) Leemos "El sol se puso negro como cilicio de cabello, y la luna se volvi� como sangre". Estas palabras, en otras Escrituras, marcan el final de esta era y el regreso de Cristo. (Lea Joel 3:9 , con �nfasis en 15; Zacar�as 14:1 ; Zacar�as 6:1 ; Zacar�as 7:1 ; Mateo 24:28 .)

La gran oscuridad del sol y la luna, y la venida de Cristo al Monte de los Olivos, y la �ltima gran batalla, todos describen el fin de la era actual.

Joel, en su segundo cap�tulo, habla de un d�a de tinieblas, y de tristeza y densa oscuridad, y luego describe el mismo gran concurso de naciones como una batalla preparada.

(2) Leemos "Los reyes de la tierra, y los grandes, y los ricos, y los capitanes en jefe, y los valientes * * se escondieron * * y dijeron a los montes y las rocas: Caed sobre nosotros * * : porque ha llegado el gran d�a de su ira ".

Una vez m�s tenemos las escenas finales de la tribulaci�n, Salmo 2:1 habla de los mismos reyes de la tierra reuni�ndose; y luego dice: "El que se sienta en los cielos * * se burlar� de ellos".

2. El sonido de la s�ptima trompeta en Apocalipsis 11:15 , toca esta �ltima gran batalla. Primero, el �ngel suena y hay voces en el cielo que dicen: "Los reinos de este mundo se han convertido en los reinos de nuestro Se�or y de Su Cristo". Luego hemos resumido las cosas una vez m�s, esta vez en Apocalipsis: "Se enojaron las naciones, y ha venido tu ira, y el tiempo de los muertos".

3. La gran hora final con Armaged�n se ve una vez m�s en Apocalipsis 14:15 . Aqu� leemos de una cosecha madura y del grito: "Mete tu hoz aguda", con las siguientes palabras, cerrando el cap�tulo palabras que hablan lo mismo que el lagar en nuestro estudio de hoy, en el cap�tulo 19.

Compare esto con Ezequiel 29:12 ; Ezequiel 29:13

Durante esta era, como dijo Daniel en el Esp�ritu: "Hasta el fin de la guerra est�n determinadas las desolaciones". Nuevamente el Esp�ritu, a trav�s de Daniel, habla del rey que "har� seg�n su voluntad; y se ensalzar� y se engrandecer� sobre todo dios, y hablar� maravillas contra el Dios de dioses, y prosperar� hasta la indignaci�n". ser logrado."

Cristo dijo: "oir�is de guerras y rumores de guerras: * * pero a�n no es el fin". Luego dijo: "Porque entonces ser� una gran tribulaci�n, como no la hubo desde el principio del mundo hasta este tiempo, ni jam�s la habr�". Luego continu� su discurso como se da en Mateo 24:1 . No puede haber cese de la guerra hasta que Cristo venga.

I. EL CABALLO BLANCO Y EL QUE SE SIENTA EN EL ( Apocalipsis 19:1 )

1. Los nombres del gran guerrero del cielo. Sus dos Nombres muestran la justicia de Su guerra: "Y el que estaba sentado sobre �l (es decir, sobre el caballo blanco) fue llamado Fiel y Verdadero". El hecho de que los Nombres se refieran al car�cter de Cristo como un guerrero se establece con las palabras finales del vers�culo: �l es fiel y verdadero porque "con justicia juzga y hace la guerra".

2. Miremos sus dos nombres.

(1) Su nombre es "fiel". El es fiel a su pueblo; fiel a sus enemigos; fiel a los santos; fiel a sus santos atributos; fiel a sus advertencias contra el pecado; fiel en todo, en nada falto de justicia.

(2) Su nombre es "verdadero". �l es verdadero porque �l es la Verdad. Fiel, pero no fiel a una cita imp�a; pero fiel y veraz. �l es el mismo hoy que antes. �l es eternamente VERDADERO.

II. LA SABIDUR�A Y GLORIA DE NUESTRO GUERRERO CELESTIAL ( Apocalipsis 19:12 )

1. Sus ojos son como llama de fuego. �l sabe todas las cosas. No hay nada oculto o cubierto para Aquel con quien el mundo tiene que ver. Puede ser fiel y veraz en sus juicios mientras guerrea, porque sus ojos son como llama de fuego. Hemos le�do que "Nuestro Dios es fuego consumidor"; leemos ahora que Sus ojos son fuego. Ese conocimiento es demasiado maravilloso para nosotros. �l sabe todas las cosas. Cada pensamiento, cada palabra, cada impulso. Conoce la imaginaci�n misma de los pensamientos del coraz�n.

2. Sobre su cabeza hab�a muchas coronas. Fue coronado porque era digno. Sus coronas eran muchas porque su reinado y su reinado son amplios y cubren todas las fases de todos los dominios. Lleva una corona porque se encontr� con principados y potestades en la Cruz y los venci�, triunfando sobre ellos en ella. Lleva una corona como nuestro Redentor porque carg� con nuestros pecados y transfiri� al creyente Su redenci�n y justicia.

Lleva una corona porque fue levantado a la diestra de Dios y exaltado como Sacerdote para siempre , seg�n el orden de Aar�n, y luego seg�n el orden de Melquisedec. Lleva una corona porque es Cabeza de la Iglesia , vestido con plena autoridad sobre los millones que llevan Su Nombre y lo adoran, �l usa una corona de gobierno , porque �l se sentar� en el trono de David y ser� coronado Rey de reyes y Se�or de se�ores.

3. Y ten�a un Nombre que nadie conoc�a. Debemos dejar este Nombre en paz; porque, si nadie lo supiera sino �l mismo, estamos seguros de que no lo sabemos. Sin embargo, conocemos muchos nombres preciosos que �l lleva, y ninguno carece de significado. Aquel que conoce los Nombres del. Se�or y vive en la certeza de su significado, ser� fuerte y har� muchas haza�as para su Dios.

III. LOS TRES NOMBRES DE NUESTRO GUERRERO CELESTIAL ( Apocalipsis 19:13 ; Apocalipsis 19:16 )

1. Su nombre es "La Palabra de Dios". Este Nombre es un Nombre dado a Cristo desde el principio, porque, "En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios".

La eternidad de la Palabra es una maravillosa concepci�n de la verdad. La Palabra de Dios no fue algo inventado por el hombre, ni copiado de algunos escritores antiguos; es una Palabra establecida para siempre en el Cielo y dada a los hombres.

Nos preguntamos por qu� este Nombre en particular es apropiado para Cristo cuando desciende a la batalla. Tal vez sea porque est� en guerra en nombre de Su Palabra y contra todos los que la han atacado y la han considerado falsa y poco confiable.

2. Su Nombre es Rey de reyes. Aqu� hay un Nombre que lleva consigo toda supremac�a. Quiz�s esa sea una de las razones por las que los reyes de la tierra claman que las rocas y las monta�as caigan sobre ellos y los escondan de Su rostro. Hab�an estado acostumbrados a gobernar, muchos de ellos, con injusticia; ahora viene Aquel ante quien aun los reyes deben inclinarse, porque �l es Rey de reyes. Ser� un Rey en el trono de David, tal como se dijo en Isa�as 9:7 y en Zacar�as 14:9 . �l ser� Rey como est� escrito en Salmo 2:1 , "Sin embargo, he puesto a mi Rey sobre mi santo monte de Sion".

3. Su Nombre es Se�or de se�ores. Habr� otros reyes sobre la tierra en Su d�a, pero �l ser� el Rey de todos los reyes. Ante �l se doblar� toda rodilla. Tambi�n habr� otros se�ores, pero �l ser� el Se�or de todos los se�ores, y todos tendr�n su poder de �l. Reinar� en lo temporal y en lo pol�tico; Tambi�n reinar� en lo espiritual y sacerdotal. �l ser� un Rey-Sacerdote y nosotros seremos un Rey-Sacerdote.

IV. EL VESTIDO DEL GUERRERO CELESTIAL ( Apocalipsis 19:13 , fc)

Hay dos cosas que debemos considerar:

1. Cuando las vestiduras de Cristo, en Su muerte expiatoria, fueron cubiertas de Sangre. En Isa�as 63:1 tenemos una doble visi�n. En primer lugar, vemos a Cristo como uno que viene de Edom, con vestiduras te�idas de Bosra, el lagar. Entonces el Esp�ritu propone la pregunta: "�Por qu� eres rojo en tu ropa, y tus vestidos como el que pisa en la grasa del vino?"

A esta pregunta, el Se�or responde: "He pisado el lagar solo; y del pueblo ninguno hab�a conmigo". Esto nos lleva de regreso al Calvario donde el enemigo lo crucific� y donde �l, por as� decirlo, estaba cubierto de sangre. Ahora, sin embargo, hay otra declaraci�n: "Porque los hollar� en mi ira, y los hollar� con mi furor; y su sangre ser� rociada sobre mis vestidos y manchar� todos mis vestidos".

Por tanto, ante todo debemos volver al Calvario donde Cristo fue crucificado. Esto se manifiesta abundantemente en Apocalipsis.

En Apocalipsis 5:6 leemos: "En medio del trono * * estaba un Cordero inmolado " .

En Apocalipsis 5:9 leemos: "Porque t� fuiste inmolado , y con tu sangre nos redimiste para Dios".

En Apocalipsis 5:12 leemos: "Digno es el Cordero que fue inmolado ".

En Apocalipsis 7:14 est�n estas palabras: "Y lavaron sus ropas y las blanquearon en la Sangre del Cordero".

El hecho es que en el Libro de Apocalipsis el Nombre dado a Cristo es, casi universalmente, "El Cordero", y cada vez que se usa, nos lleva de regreso al Calvario.

2. Cuando las vestiduras de Cristo est�n manchadas por la sangre de sus enemigos. En el Calvario se derram� la Sangre de Cristo y lo manch�; mientras lo cubr�a desde la cabeza hasta los pies. Ahora, su sangre se derrama, mientras caen los juicios de Dios.

V. LOS EJ�RCITOS DEL GUERRERO CELESTIAL ( Apocalipsis 19:14 )

1. Los santos que fueron arrebatados, ahora se ven como los ej�rcitos del cielo. Despu�s del Rapto es, "Para siempre con el Se�or". Si desciende de los cielos, vendr�n con �l; si �l est� montado en un caballo blanco, ellos tambi�n est�n en caballos blancos; si �l reina, ellos reinan con �l. Su suerte es de ellos y la de ellos es de �l.

Esta batalla es como algunas de las de anta�o, cuando se dijo: "Estad quietos y ved la salvaci�n del Se�or". No tendremos que pelear, pero estaremos all� para presenciar la majestad y el poder del Se�or nuestro Salvador.

2. Los santos arrebatados ser�n vestidos de lino limpio y blanco. Una vez m�s estamos cara a cara con la justicia. Cristo lleva un Nombre "Fiel y Verdadero", porque guerrea en justicia; vestimos ropas de lino, que, desde los d�as del tabern�culo en el desierto, ha representado "justicia".

Todo lo relacionado con la batalla de Armaged�n, desde el lado Divino, es una guerra basada en un juicio justo.

3. Los santos arrebatados, vestidos de blanco, lo seguir�n. En la tierra lo siguen en el cielo lo siguen; en la tierra lo siguieron en su aislamiento, rechazo y verg�enza, ahora lo siguen en su gloria, victoria y poder.

El cap�tulo catorce de Apocalipsis habla de 144.000 que "siguen al Cordero por dondequiera que va". El cap�tulo diecinueve habla de que todos lo seguimos.

Ning�n deleite m�s grande podr�a ser nuestro, ning�n privilegio m�s alto, que el de seguir a Cristo en la hora de Su triunfo.

VI. LA IRA DEL DIOS QUE ES SUFICIENTE ( Apocalipsis 19:15 )

1. La espada afilada de su boca. Cu�n significativas son las palabras: "Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones".

Esta espada en Apocalipsis debe ser la misma que en Hebreos. Si es as�, es la Palabra de Dios la que da vida al alma cuando es recibida como Su Palabra injertada. Es la Palabra la que es la l�mpara a nuestros pies y la luz a nuestro camino. Es la Palabra lo que es m�s deseable que nuestro alimento diario. Es la Palabra la base de nuestra fe.

Esa misma Palabra ser� Su espada para herir a las naciones. Por lo tanto, lo que fue dado por vida traer� juicio y muerte. Dios se apiade de los hombres que han sido sus enemigos y han tratado de acuchillarlo y despedazarlo; porque a�n los cortar� en pedazos.

2. El pisar el lagar del ardor de la ira del Dios que es suficiente. Aqu� hay una analog�a similar a la anterior. La Palabra que dio vida, es la espada que corta. El Se�or Dios Todopoderoso; es decir, el Dios que es suficiente, es el mismo Dios cuyo ardor de ira hollar� Cristo como pisa el lagar.

El mismo. quien muri� por todos, juzgar� a todos los que no creen. Sabemos que los hombres a menudo rechazan al Cristo que juzga; sin embargo, el hecho sigue siendo cierto, que Dios ha dado todo juicio al Hijo, y �l aplastar� la ira de Dios.

VII. LA GRAN FIESTA ( Apocalipsis 19:17 )

1. La gran batalla. Apocalipsis 19:19 dice: "Y vi a la bestia, ya los reyes de la tierra y sus ej�rcitos, reunidos para hacer guerra contra el que montaba el caballo, y contra su ej�rcito".

Aqu� se entabla la batalla y aparentemente se encuentra en el aire, o al menos cuando el Se�or desciende del aire. Aqu� se cuenta poco de la batalla, salvo los resultados del conflicto.

En muchas Escrituras se habla del abrumador del hombre de pecado y del falso profeta. Contra ellos descender� el Se�or en llamas de fuego; y contra los que le siguen.

2. La gran cena. Llegamos ahora a la �ltima palabra: "Y todas las aves se llenaron de su carne". Esto se ampl�a en Apocalipsis 19:17 y Apocalipsis 19:18

�Qu� escena es esta! �Qu� terrible considerarlo! Antes de decir que el Dios de anta�o, a quien Israel adoraba, el Dios de la guerra, no es nuestro Dios, sopesemos bien estas palabras.

A lo largo de los Profetas, los Evangelios y las Ep�stolas, es el mismo mensaje en cada caso. Cristo viene para juzgar a todos los que no quieran venir a �l y cubrir sus pecados con Su Sangre. Rechazan al Encubierto de la tormenta de ira, y por lo tanto deben sentir esa tormenta sobre s� mismos.

Recordemos que el mismo Dios que est� mostrando la fiereza de Su ira aqu�, mostr� la misma ira sobre Su propio Hijo cuando colg�, por nosotros, en la Cruz, y sufri�, el justo por los injustos.

UNA ILUSTRACI�N

Cuando pensamos en las prendas "manchadas de sangre", nuestra mente va del Armaged�n al Calvario y vemos a Cristo muriendo por nosotros.

Una mujer a la que le llev� el mensaje de la Cruz mir� ese aspecto cambiante de Aquel que colgaba del �rbol maldito y grit� con repentina y aterradora comprensi�n: "�Dios m�o! No sab�a que un coraz�n humano pudiera ser tan negro como �el mio es!" Todos olvidaron el miedo de lo que sus compa�eros pudieran pensar, solo recordaron que esos eran sus pecados apareciendo all�.

Un jefe africano, al escuchar el relato del misionero de la historia del evangelio, con repentina comprensi�n, se puso de pie de un salto y grit�: "�Baja! �Baja de esa Cruz! �Te digo que no tienes nada que hacer all�! �Ese es mi lugar!"

Información bibliográfica
Neighbour, Robert E. "Comentario Pozos de agua viva en Revelation 19". "Agua viva". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lwc/revelation-19.html.
 
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