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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario completo de Henry sobre la Biblia Completo de Henry
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público y son derivados de una edición electrónica disponible en el sitio web de la Biblioteca Cristiana de Clásicos Etéreos.
Estos archivos están en el dominio público y son derivados de una edición electrónica disponible en el sitio web de la Biblioteca Cristiana de Clásicos Etéreos.
Información bibliográfica
Henry, Matthew. "Comentario completo sobre 1 Corinthians 16". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/1-corinthians-16.html. 1706.
Henry, Matthew. "Comentario completo sobre 1 Corinthians 16". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/
Introducción
Una colecta para los pobres en Jerusal�n. (1-9) Elogio de Timoteo y Apolos. (10-12) Exhortaci�n a la vigilancia en la fe y el amor. (13-18) Saludos cristianos. (19-24)
Versículos 1-9
1-9 Los buenos ejemplos de otros cristianos e iglesias deber�an estimularnos. Es bueno acumular para los buenos usos. Los que son ricos en este mundo, deben ser ricos en buenas obras, 1 Timoteo 6:17; 1 Timoteo 6:18. La mano diligente no se har� rica, sin la bendici�n divina, Proverbios 10:4; Proverbios 10:22. �Y qu� m�s apropiado para incitarnos a la caridad con el pueblo y los hijos de Dios, que mirar todo lo que tenemos como su regalo? Las obras de misericordia son verdaderos frutos del verdadero amor a Dios, y por lo tanto son servicios apropiados en su propio d�a. Los ministros est�n haciendo su propio negocio, cuando proponen, o ayudan a las obras de caridad. El coraz�n de un ministro cristiano debe ser hacia el pueblo entre el cual ha trabajado largamente y con �xito. Todos nuestros prop�sitos deben hacerse con sumisi�n a la divina providencia,??????? Santiago 4:15. �Los adversarios y la oposici�n no quebrantan el esp�ritu de los ministros fieles y exitosos, sino que calientan su celo y les inspiran nuevo valor. Un ministro fiel se desanima m�s por la dureza de los corazones de sus oyentes y las reca�das de los profesantes, que por los intentos de los enemigos.
Versículos 10-12
10-12 Timoteo vino a hacer la obra del Se�or. Por lo tanto, vejar su esp�ritu, ser�a contristar al Esp�ritu Santo; despreciarlo, ser�a despreciar al que lo envi�. Los que trabajan en la obra del Se�or, deben ser tratados con ternura y respeto. Los ministros fieles no tendr�n celos unos de otros. Los ministros del evangelio deben mostrar preocupaci�n por la reputaci�n y la utilidad de los dem�s.
Versículos 13-18
13-18 Un cristiano siempre est� en peligro, por lo que debe estar siempre alerta. Debe estar fijo en la fe del evangelio, y nunca abandonarla. S�lo por esta fe podr� mantenerse firme en la hora de la tentaci�n. Los cristianos deben tener cuidado de que la caridad no s�lo reine en sus corazones, sino que brille en sus vidas. Hay una gran diferencia entre la firmeza cristiana y el calor y el transporte febriles. El ap�stol dio indicaciones particulares en cuanto a algunos que serv�an a la causa de Cristo entre ellos. Los que sirven a los santos, los que desean el honor de las iglesias, y quitarles los reproches, deben ser considerados mucho y amados. Deben reconocer de buen grado el valor de los mismos, y de todos los que trabajaron con el ap�stol o lo ayudaron.
Versículos 19-24
19-24 El cristianismo no destruye en absoluto el civismo. La religi�n debe promover un temperamento cort�s y servicial hacia todos. Aquellos que dan una falsa idea de la religi�n, y la reprochan, que se animan con ella a ser agrios y malhumorados. Y los saludos cristianos no son meros cumplidos vac�os, sino que son verdaderas expresiones de buena voluntad hacia los dem�s, y los encomiendan a la gracia y la bendici�n divinas. Toda familia cristiana debe ser como una iglesia cristiana. Dondequiera que dos o tres se re�nan en el nombre de Cristo, y �l est� en medio de ellos, hay una iglesia. He aqu� una solemne advertencia. Muchos de los que tienen el nombre de Cristo en sus bocas, no tienen verdadero amor a �l en sus corazones. Nadie lo ama en verdad, que no ame sus leyes, y guarde sus mandamientos. Muchos son cristianos de nombre, que no aman a Cristo Jes�s el Se�or con sinceridad. Los tales est�n separados del pueblo de Dios, y del favor de Dios. Los que no aman al Se�or Jesucristo, deben perecer sin remedio. No descansemos en ninguna profesi�n religiosa donde no haya amor a Cristo, deseos sinceros de su salvaci�n, gratitud por sus misericordias y obediencia a sus mandamientos. La gracia de nuestro Se�or Jesucristo tiene en ella todo lo que es bueno, para el tiempo y para la eternidad. Desear que nuestros amigos tengan esta gracia con ellos, es desearles el mayor bien. Y esto debemos desear a todos nuestros amigos y hermanos en Cristo. No podemos desearles nada m�s grande, y no debemos desearles nada menos. El verdadero cristianismo nos hace desear a aquellos a quienes amamos, las bendiciones de ambos mundos; esto significa desear que la gracia de Cristo est� con ellos. El ap�stol hab�a tratado con franqueza a los corintios, y les hab�a hablado de sus faltas con justa severidad; pero se despide con amor, y con una solemne profesi�n de su amor hacia ellos por causa de Cristo. Que nuestro amor sea con todos los que est�n en Cristo Jes�s. Probemos si todas las cosas nos parecen in�tiles, cuando las comparamos con Cristo y su justicia. �Nos permitimos alg�n pecado conocido, o el descuido de alg�n deber conocido? Por medio de tales indagaciones, hechas fielmente, podemos juzgar el estado de nuestras almas.