Bible Commentaries
1 Corintios 7

Comentario completo de Henry sobre la BibliaCompleto de Henry

Introducción

El ap�stol responde a varias preguntas sobre el matrimonio. (1-9) Los cristianos casados no deben tratar de separarse de sus c�nyuges incr�dulos. (10-16) Las personas que se encuentran en un puesto fijo deben permanecer en �l. (17-24) Era muy conveniente, a causa de los d�as peligrosos de entonces, que las personas se desprendieran de este mundo. (25-35) Se debe tener mucha prudencia en el matrimonio; debe ser s�lo en el Se�or. (36-40)

Versículos 1-9

1-9 El ap�stol dice a los corintios que era bueno, en aquella situaci�n de tiempo, que los cristianos se mantuvieran solteros. Sin embargo, dice que el matrimonio, y las comodidades de ese estado, est�n establecidos por la sabidur�a divina. Aunque nadie puede quebrantar la ley de Dios, esa regla perfecta deja a los hombres en libertad de servirle de la manera m�s adecuada a sus facultades y circunstancias, de las que otros son a menudo jueces muy incapaces. Todos deben determinar por s� mismos, buscando el consejo de Dios sobre c�mo deben actuar.

Versículos 10-16

10-16 El hombre y la mujer no deben separarse por ninguna otra causa que la que permite Cristo. El divorcio, en aquel tiempo, era muy com�n tanto entre los jud�os como entre los gentiles, con pretextos muy leves. El matrimonio es una instituci�n divina; y es un compromiso de por vida, por designaci�n de Dios. Estamos obligados, en la medida en que nos sea posible, a vivir en paz con todos los hombres, Romanos 12:18, por lo que debemos promover la paz y la comodidad de nuestros parientes m�s cercanos, aunque no sean creyentes. Debe ser el trabajo y el estudio de los que est�n casados, hacer que cada uno sea lo m�s f�cil y feliz posible. �Debe un cristiano abandonar a su marido o a su esposa cuando tiene la oportunidad de dar la mayor prueba de amor? Qu�date, y trabaja de coraz�n por la conversi�n de tu pariente. En todo estado y relaci�n el Se�or nos ha llamado a la paz; y debe hacerse todo lo posible para promover la armon�a, hasta donde la verdad y la santidad lo permitan.

Versículos 17-24

17-24 Las reglas del cristianismo alcanzan todas las condiciones; y en cada estado un hombre puede vivir de manera que sea un cr�dito para �l. Es el deber de todo cristiano estar contento con su suerte, y conducirse en su rango y lugar como corresponde a un cristiano. Nuestra comodidad y felicidad dependen de lo que somos para Cristo, no de lo que somos en el mundo. Ning�n hombre debe pensar en hacer de su fe o religi�n un argumento para romper cualquier obligaci�n natural o civil. Debe permanecer tranquila y satisfecha en la condici�n en la que ha sido colocada por la Divina Providencia.

Versículos 25-35

25-35 Teniendo en cuenta la angustia de aquellos tiempos, el estado de solter�a era lo mejor. Sin embargo, el ap�stol no condena el matrimonio. Cu�n opuestos son al ap�stol Pablo quienes proh�ben a muchos casarse, y los enredan con votos para permanecer solteros, ya sea que deban hacerlo o no. �l exhorta a todos los cristianos a una santa indiferencia hacia el mundo. En cuanto a las relaciones, no deben poner su coraz�n en las comodidades del estado. En cuanto a las aflicciones, no deben consentir el dolor del mundo: incluso en el dolor el coraz�n puede estar alegre. En cuanto a los placeres mundanos; aqu� no est� su descanso. En cuanto al empleo mundano; los que prosperan en el comercio y aumentan su riqueza, deben mantener sus posesiones como si no las tuvieran. En cuanto a todos los asuntos mundanos; deben mantener el mundo fuera de sus corazones, para no abusar de �l cuando lo tengan en sus manos. Todas las cosas mundanas son un espect�culo; nada es s�lido. Todo desaparecer� r�pidamente. Preocuparse sabiamente por los intereses mundanos es un deber; pero estar lleno de preocupaciones, tener cuidados ansiosos y perplejos, es un pecado. Con esta m�xima el ap�stol resuelve el caso de si es aconsejable casarse. Para todo hombre es mejor aquella condici�n de vida que es mejor para su alma, y que le mantiene m�s alejado de los cuidados y de las asechanzas del mundo. Reflexionemos sobre las ventajas y las trampas de nuestra propia condici�n de vida, para mejorar las primeras y evitar en lo posible todo perjuicio de las segundas. Y, sean cuales sean las preocupaciones que presionan la mente, dejemos tiempo para las cosas del Se�or.

Versículos 36-40

36-40 Se cree que el ap�stol da aqu� un consejo sobre la disposici�n de los hijos en el matrimonio. Desde este punto de vista, el significado general es claro. Los hijos deben buscar y seguir las indicaciones de sus padres en cuanto al matrimonio. Y los padres deben consultar los deseos de sus hijos; y no considerar que tienen poder para hacer con ellos, y dictar lo que les plazca, sin raz�n. El conjunto se cierra con consejos para las viudas. Las segundas nupcias no son il�citas, por lo que hay que tener en cuenta que hay que casarse en el Se�or. En la elecci�n de nuestras relaciones, y en el cambio de condiciones, debemos guiarnos siempre por el temor de Dios, y las leyes de Dios, y actuar en dependencia de la providencia de Dios. El cambio de condici�n s�lo debe hacerse despu�s de una cuidadosa consideraci�n, y sobre la base probable de que ser� ventajoso para nuestros intereses espirituales.

Información bibliográfica
Henry, Matthew. "Comentario completo sobre 1 Corinthians 7". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/1-corinthians-7.html. 1706.