1-19 La destrucci�n que Jos�as hizo de la idolatr�a se relacion� en mayor medida en el libro de los Reyes. Su solemnizaci�n de la Pascua est� relacionada aqu�. La cena del Se�or se parece m�s a la pascua que a cualquier otra fiesta jud�a; y la debida observancia de esa ordenanza es una prueba de la creciente piedad y devoci�n. Solo Dios puede verdaderamente santificar nuestros corazones y prepararlos para sus santos servicios; pero hay deberes que nos pertenecen, al hacer esto obtenemos esta bendici�n del Se�or.
20-27 La Escritura no condena la conducta de Jos�as al oponerse a Fara�n. Sin embargo, Jos�as parece merecer la culpa por no preguntarle al Se�or despu�s de haber sido advertido; su muerte podr�a ser una reprimenda por su imprudencia, pero fue un juicio sobre un pueblo hip�crita y malvado. El que vive una vida de arrepentimiento, fe y obediencia, no puede verse afectado por la forma repentina en que es removido. La gente lo lamentaba. Muchos lloran por los sufrimientos, que no abandonar�n los pecados que causaron que Dios los enviara. Sin embargo, esto solo puede rechazar los juicios. Si culpamos a la conducta de Jos�as, deber�amos estar atentos, para que no seamos deshonrados de nuestra profesi�n.
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Información bibliográfica Henry, Matthew. "Comentario completo sobre 2 Chronicles 35". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/2-chronicles-35.html. 1706.
Introducción
* La Pascua guardada por Jos�as. (1-19) Jos�as asesinado en la batalla. (20-27)
Versículos 1-19
1-19 La destrucci�n que Jos�as hizo de la idolatr�a se relacion� en mayor medida en el libro de los Reyes. Su solemnizaci�n de la Pascua est� relacionada aqu�. La cena del Se�or se parece m�s a la pascua que a cualquier otra fiesta jud�a; y la debida observancia de esa ordenanza es una prueba de la creciente piedad y devoci�n. Solo Dios puede verdaderamente santificar nuestros corazones y prepararlos para sus santos servicios; pero hay deberes que nos pertenecen, al hacer esto obtenemos esta bendici�n del Se�or.
Versículos 20-27
20-27 La Escritura no condena la conducta de Jos�as al oponerse a Fara�n. Sin embargo, Jos�as parece merecer la culpa por no preguntarle al Se�or despu�s de haber sido advertido; su muerte podr�a ser una reprimenda por su imprudencia, pero fue un juicio sobre un pueblo hip�crita y malvado. El que vive una vida de arrepentimiento, fe y obediencia, no puede verse afectado por la forma repentina en que es removido. La gente lo lamentaba. Muchos lloran por los sufrimientos, que no abandonar�n los pecados que causaron que Dios los enviara. Sin embargo, esto solo puede rechazar los juicios. Si culpamos a la conducta de Jos�as, deber�amos estar atentos, para que no seamos deshonrados de nuestra profesi�n.