1-25 Los que viven tranquilos deben ser lamentados, si no est�n preparados para los problemas. Que ninguno se considere embellecido, m�s all� de lo que est�n santificados. El relato del comercio de Tiro insin�a que Dios est� mirando a los hombres cuando trabajan en negocios mundanos. No solo en la iglesia, rezando y escuchando, sino tambi�n en los mercados y ferias, comprando y vendiendo. En todos nuestros tratos debemos mantener la conciencia libre de ofensas. Dios, como el Padre com�n de la humanidad, hace que un pa�s abunda en una mercanc�a y otro en otro, �til para la necesidad o para la comodidad y el ornamento de la vida humana. Vea qu� bendici�n es el comercio y la mercanc�a para la humanidad, cuando se sigue con el temor de Dios. Adem�s de lo necesario, muchas cosas se hacen valiosas solo por costumbre; sin embargo, Dios nos permite usarlos. Pero cuando aumentan las riquezas, los hombres tienden a poner sus corazones sobre ellos y olvidarse del Se�or, quien les da poder para obtener riquezas.
26-36 Los reinos y estados m�s poderosos y magn�ficos, tarde o temprano, descienden. Quienes conf�en en las criaturas y depositen sus esperanzas en ellos, caer�n con ellos: felices quienes tienen al Dios de Jacob por su ayuda, y cuya esperanza est� en el Se�or su Dios, que vive para siempre. Aquellos que se dedican al comercio deben aprender a realizar sus negocios de acuerdo con la palabra de Dios. Aquellos que poseen riqueza deben recordar que son mayordomos del Se�or, y deben usar sus bienes para hacer el bien a todos. Busquemos primero el reino de Dios y su justicia.
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Información bibliográfica Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Ezekiel 27". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/ezekiel-27.html. 1706.
Introducción
* La mercader�a de Tiro. (1-25) Su ca�da y ruina. (26-36)
Versículos 1-25
1-25 Los que viven tranquilos deben ser lamentados, si no est�n preparados para los problemas. Que ninguno se considere embellecido, m�s all� de lo que est�n santificados. El relato del comercio de Tiro insin�a que Dios est� mirando a los hombres cuando trabajan en negocios mundanos. No solo en la iglesia, rezando y escuchando, sino tambi�n en los mercados y ferias, comprando y vendiendo. En todos nuestros tratos debemos mantener la conciencia libre de ofensas. Dios, como el Padre com�n de la humanidad, hace que un pa�s abunda en una mercanc�a y otro en otro, �til para la necesidad o para la comodidad y el ornamento de la vida humana. Vea qu� bendici�n es el comercio y la mercanc�a para la humanidad, cuando se sigue con el temor de Dios. Adem�s de lo necesario, muchas cosas se hacen valiosas solo por costumbre; sin embargo, Dios nos permite usarlos. Pero cuando aumentan las riquezas, los hombres tienden a poner sus corazones sobre ellos y olvidarse del Se�or, quien les da poder para obtener riquezas.
Versículos 26-36
26-36 Los reinos y estados m�s poderosos y magn�ficos, tarde o temprano, descienden. Quienes conf�en en las criaturas y depositen sus esperanzas en ellos, caer�n con ellos: felices quienes tienen al Dios de Jacob por su ayuda, y cuya esperanza est� en el Se�or su Dios, que vive para siempre. Aquellos que se dedican al comercio deben aprender a realizar sus negocios de acuerdo con la palabra de Dios. Aquellos que poseen riqueza deben recordar que son mayordomos del Se�or, y deben usar sus bienes para hacer el bien a todos. Busquemos primero el reino de Dios y su justicia.