Bible Commentaries
Ezequiel 41

Comentario completo de Henry sobre la BibliaCompleto de Henry

Introducción

** Daniel era de noble cuna, si no uno de la familia real de Jud�. Fue llevado cautivo a Babilonia en el cuarto a�o de Joaqu�n, a. C. 606, cuando era joven. All� ense�� el aprendizaje de los caldeos y ocup� altos cargos, tanto bajo los imperios babil�nico como persa. Fue perseguido por su religi�n, pero fue entregado milagrosamente; y vivi� hasta una gran edad, ya que deb�a tener unos noventa y cuatro a�os en el momento de la �ltima de sus visiones. El libro de Daniel es en parte hist�rico, y relata varias circunstancias que se sintieron �l y los jud�os en Babilonia; pero es principalmente prof�tico, que detalla visiones y profec�as que predicen numerosos eventos importantes relacionados con los cuatro grandes imperios del mundo, la venida y la muerte del Mes�as, la restauraci�n de los jud�os y la conversi�n de los gentiles. Aunque hay dificultades considerables para explicar el significado prof�tico de algunos pasajes en este libro, siempre encontramos est�mulo para la fe y la esperanza, ejemplos dignos de imitaci�n y algo para dirigir nuestros pensamientos a Cristo Jes�s en la cruz y en su glorioso trono. * El cautiverio de Daniel y sus compa�eros. (1-7) Su negativa a comer la carne del rey. (8-16) Su mejora en la sabidur�a. (17-21)

Versículos 1-7

1-7 Nabucodonosor, rey de Babilonia, en el primer a�o de su reinado, tom� Jerusal�n, y se llev� a qui�n y lo que quer�a. Desde este primer cautiverio, la mayor�a piensa que los setenta a�os tienen fecha. A los pr�ncipes les interesa emplear hombres sabios; y es su sabidur�a descubrirlo y entrenarlo. Nabucodonosor orden� que se ense�ara a estos j�venes elegidos. Todos sus nombres hebreos ten�an algo de Dios en ellos; pero para hacerles olvidar al Dios de sus padres, la Gu�a de su juventud, los paganos les dieron nombres que saboreaban la idolatr�a. Es doloroso reflejar con qu� frecuencia la educaci�n p�blica tiende a corromper los principios y la moral.

Versículos 8-16

8-16 El inter�s que creemos que hacemos por nosotros mismos, debemos reconocer que es el regalo de Dios. Daniel segu�a firme en su religi�n. Como sea que lo llamaran, �l todav�a manten�a firme el esp�ritu de un israelita. Estos j�venes escrutaron acerca de la carne, para que no sea pecaminosa. Cuando el pueblo de Dios est� en Babilonia, deben tener especial cuidado de no participar de sus pecados. Es para elogio de los j�venes, no codiciar o buscar las delicias de los sentidos. Aquellos que se destacar�an en sabidur�a y piedad, deben aprender de vez en cuando para mantener el cuerpo bajo. Daniel evit� contaminarse con el pecado; y deber�amos temer m�s que cualquier problema externo. Es m�s f�cil mantener la tentaci�n a distancia que resistirla cuando est� cerca. Y no podemos mejorar mejor nuestro inter�s en cualquiera con quien hemos encontrado favor, que usarlo para evitar el pecado. Las personas no creer�n el beneficio de evitar el exceso y de una dieta de repuesto, ni cu�nto contribuyen a la salud del cuerpo, a menos que lo intenten. La templanza concienzuda siempre har� m�s, incluso para la comodidad de esta vida, que la indulgencia pecaminosa.

Versículos 17-26

17-21 Daniel y sus compa�eros mantuvieron su religi�n; y Dios los recompens� con eminencia en el aprendizaje. Los j�venes piadosos deben esforzarse por hacer algo mejor que sus compa�eros en cosas �tiles; no por la alabanza del hombre, sino por la honra del evangelio, y para que puedan ser calificados para la utilidad. Y es bueno para un pa�s, y para el honor de un pr�ncipe, cuando es capaz de juzgar qui�n est� mejor preparado para servirlo, y los prefiere por esa raz�n. Que los j�venes asistan constantemente a este cap�tulo; y que todos recuerden que Dios honrar� a los que lo honran, pero los que lo despreciar�n ser�n ligeramente estimados.

Información bibliográfica
Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Ezekiel 41". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/ezekiel-41.html. 1706.