1-9 Isa�as significa: "La salvaci�n del Se�or"; un nombre muy apropiado para este profeta, que profetiza mucho de Jes�s el Salvador, y su salvaci�n. Las personas profesas de Dios no sab�an ni consideraban que deb�an sus vidas y comodidades al cuidado y la bondad paternales de Dios. �Cu�ntos son muy descuidados en los asuntos de sus almas! No considerar lo que sabemos en religi�n nos hace tanto da�o como ignorar lo que deber�amos saber. La maldad era universal. Aqu� hay una comparaci�n tomada de un cuerpo enfermo y enfermo. El moquillo amenaza con ser mortal. Desde la planta del pie hasta la cabeza; desde el campesino m�s malo hasta el mejor compa�ero, no hay solidez, ning�n buen principio, ninguna religi�n, porque esa es la salud del alma. Nada m�s que culpa y corrupci�n; Los tristes efectos de la ca�da de Ad�n. Este pasaje declara la depravaci�n total de la naturaleza humana. Si bien el pecado no se arrepiente, no se hace nada para curar estas heridas y prevenir efectos fatales. Jerusal�n estaba expuesta y desprotegida, como las chozas o cobertizos construidos para proteger las frutas en maduraci�n. Todav�a se pueden ver en el este, donde las frutas forman una gran parte de la comida de verano de la gente. Pero el Se�or ten�a un peque�o remanente de siervos piadosos en Jerusal�n. Es de la misericordia del Se�or que no seamos consumidos. La naturaleza malvada est� en cada uno de nosotros; solo Jes�s y su Esp�ritu santificador pueden restaurarnos a la salud espiritual.
10-15 Judea estaba desolada, y sus ciudades ardieron. Esto los despert� para traer sacrificios y ofrendas, como si sobornar�an a Dios para eliminar el castigo y les dar�an permiso para continuar en su pecado. Muchos de los que se separen f�cilmente de sus sacrificios, no ser�n persuadidos de separarse de sus pecados. Confiaron en la mera forma como un servicio que merec�a una recompensa. Las devociones m�s costosas de las personas malvadas, sin una reforma profunda del coraz�n y la vida, no pueden ser aceptables para Dios. No solo no los acept�, sino que los aborreci�. Todo esto muestra que el pecado es muy odioso para Dios. Si nos permitimos en pecado secreto o indulgencias prohibidas; Si rechazamos la salvaci�n de Cristo, nuestras mismas oraciones se convertir�n en abominaci�n.
16-20 No solo siente pena por el pecado cometido, sino que interrumpe la pr�ctica. Debemos estar haciendo, no estar inactivo. Debemos estar haciendo el bien que el Se�or nuestro Dios requiere. Es evidente que los sacrificios de la ley no podr�an expiar, ni siquiera los cr�menes nacionales externos. Pero, bendito sea Dios, hay una Fuente abierta, en la cual los pecadores de todas las edades y rangos pueden ser limpiados. Aunque nuestros pecados han sido escarlata y carmes�, un tinte profundo, un tinte doble, primero en la lana de la corrupci�n original, y luego en los muchos hilos de la transgresi�n real; aunque a menudo nos hemos sumergido en el pecado, por muchos retrocesos; sin embargo, perdonar la misericordia eliminar� la mancha, Salmo 51:7. Deben tener toda la felicidad y la comodidad que puedan desear. La vida y la muerte, el bien y el mal, se nos presentan. Oh Se�or, inclina a todos a vivir para tu gloria.
21-31 Ni las ciudades santas ni las reales son fieles a su confianza, si la religi�n no habita en ellas. La escoria puede brillar como la plata, y el vino que se mezcla con agua a�n puede tener el color del vino. Esos tienen mucho que responder, que no ayudan a los oprimidos, sino que los oprimen. Los hombres pueden hacer mucho por restricciones externas; pero solo Dios obra efectivamente por las influencias de su Esp�ritu, como un Esp�ritu de juicio. El pecado es el peor cautiverio, la peor esclavitud. La redenci�n del Si�n espiritual, por la justicia y la muerte de Cristo, y por su poderosa gracia, concuerda totalmente con lo que aqu� se quiere decir. La ruina absoluta est� amenazada. Los jud�os deber�an volverse como un �rbol cuando son aplastados por el calor; como un jard�n sin agua, que en esos pa�ses c�lidos pronto se quemar�a. As� ser�n ellos quienes conf�en en �dolos, o en un brazo de carne. Hasta el hombre fuerte ser� como un remolque; no solo se rompe pronto y se hace pedazos, sino que se incendia f�cilmente. Cuando el pecador se ha convertido en remolino y rastrojo, y Dios se convierte en un fuego consumidor, �qu� puede evitar la ruina total del pecador?
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Información bibliográfica Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Isaiah 1". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/isaiah-1.html. 1706.
Versículos 1-9
1-9 Isa�as significa: "La salvaci�n del Se�or"; un nombre muy apropiado para este profeta, que profetiza mucho de Jes�s el Salvador, y su salvaci�n. Las personas profesas de Dios no sab�an ni consideraban que deb�an sus vidas y comodidades al cuidado y la bondad paternales de Dios. �Cu�ntos son muy descuidados en los asuntos de sus almas! No considerar lo que sabemos en religi�n nos hace tanto da�o como ignorar lo que deber�amos saber. La maldad era universal. Aqu� hay una comparaci�n tomada de un cuerpo enfermo y enfermo. El moquillo amenaza con ser mortal. Desde la planta del pie hasta la cabeza; desde el campesino m�s malo hasta el mejor compa�ero, no hay solidez, ning�n buen principio, ninguna religi�n, porque esa es la salud del alma. Nada m�s que culpa y corrupci�n; Los tristes efectos de la ca�da de Ad�n. Este pasaje declara la depravaci�n total de la naturaleza humana. Si bien el pecado no se arrepiente, no se hace nada para curar estas heridas y prevenir efectos fatales. Jerusal�n estaba expuesta y desprotegida, como las chozas o cobertizos construidos para proteger las frutas en maduraci�n. Todav�a se pueden ver en el este, donde las frutas forman una gran parte de la comida de verano de la gente. Pero el Se�or ten�a un peque�o remanente de siervos piadosos en Jerusal�n. Es de la misericordia del Se�or que no seamos consumidos. La naturaleza malvada est� en cada uno de nosotros; solo Jes�s y su Esp�ritu santificador pueden restaurarnos a la salud espiritual.
Versículos 10-15
10-15 Judea estaba desolada, y sus ciudades ardieron. Esto los despert� para traer sacrificios y ofrendas, como si sobornar�an a Dios para eliminar el castigo y les dar�an permiso para continuar en su pecado. Muchos de los que se separen f�cilmente de sus sacrificios, no ser�n persuadidos de separarse de sus pecados. Confiaron en la mera forma como un servicio que merec�a una recompensa. Las devociones m�s costosas de las personas malvadas, sin una reforma profunda del coraz�n y la vida, no pueden ser aceptables para Dios. No solo no los acept�, sino que los aborreci�. Todo esto muestra que el pecado es muy odioso para Dios. Si nos permitimos en pecado secreto o indulgencias prohibidas; Si rechazamos la salvaci�n de Cristo, nuestras mismas oraciones se convertir�n en abominaci�n.
Versículos 16-20
16-20 No solo siente pena por el pecado cometido, sino que interrumpe la pr�ctica. Debemos estar haciendo, no estar inactivo. Debemos estar haciendo el bien que el Se�or nuestro Dios requiere. Es evidente que los sacrificios de la ley no podr�an expiar, ni siquiera los cr�menes nacionales externos. Pero, bendito sea Dios, hay una Fuente abierta, en la cual los pecadores de todas las edades y rangos pueden ser limpiados. Aunque nuestros pecados han sido escarlata y carmes�, un tinte profundo, un tinte doble, primero en la lana de la corrupci�n original, y luego en los muchos hilos de la transgresi�n real; aunque a menudo nos hemos sumergido en el pecado, por muchos retrocesos; sin embargo, perdonar la misericordia eliminar� la mancha, Salmo 51:7. Deben tener toda la felicidad y la comodidad que puedan desear. La vida y la muerte, el bien y el mal, se nos presentan. Oh Se�or, inclina a todos a vivir para tu gloria.
Versículos 21-31
21-31 Ni las ciudades santas ni las reales son fieles a su confianza, si la religi�n no habita en ellas. La escoria puede brillar como la plata, y el vino que se mezcla con agua a�n puede tener el color del vino. Esos tienen mucho que responder, que no ayudan a los oprimidos, sino que los oprimen. Los hombres pueden hacer mucho por restricciones externas; pero solo Dios obra efectivamente por las influencias de su Esp�ritu, como un Esp�ritu de juicio. El pecado es el peor cautiverio, la peor esclavitud. La redenci�n del Si�n espiritual, por la justicia y la muerte de Cristo, y por su poderosa gracia, concuerda totalmente con lo que aqu� se quiere decir. La ruina absoluta est� amenazada. Los jud�os deber�an volverse como un �rbol cuando son aplastados por el calor; como un jard�n sin agua, que en esos pa�ses c�lidos pronto se quemar�a. As� ser�n ellos quienes conf�en en �dolos, o en un brazo de carne. Hasta el hombre fuerte ser� como un remolque; no solo se rompe pronto y se hace pedazos, sino que se incendia f�cilmente. Cuando el pecador se ha convertido en remolino y rastrojo, y Dios se convierte en un fuego consumidor, �qu� puede evitar la ruina total del pecador?