* El rechazo de los jud�os. (1-3) Los sufrimientos y la exaltaci�n del Mes�as. (4-9) Consolaci�n para el creyente, y advertencia para el incr�dulo. (10,11)
1-3 Aquellos que han profesado ser personas de Dios, y parecen ser tratados severamente, tienden a quejarse, como si Dios hubiera sido duro con ellos. Aqu� hay una respuesta para tales murmullos; Dios nunca priv� ninguna de sus ventajas, excepto por sus pecados. Los jud�os fueron enviados a Babilonia por su idolatr�a, un pecado que rompi� el pacto; y finalmente fueron rechazados por crucificar al Se�or de la gloria. Dios los llam� a abandonar sus pecados y evitar su propia ruina. Por �ltimo, el Hijo lleg� a lo suyo, pero los suyos no lo recibieron. Cuando Dios llama a los hombres a la felicidad y no responden, se les deja miserables. Para silenciar las dudas sobre su poder, se dan pruebas de ello. Las maravillas que asistieron a sus sufrimientos y muerte, proclamaron que �l era el Hijo de Dios, Mateo 27:54.
4-9 Como Jes�s era Dios y hombre en una persona, a veces lo encontramos hablando, o se habla de �l, como el Se�or Dios; en otras ocasiones, como hombre y siervo de Jehov�. Deb�a declarar las verdades que consuelan al coraz�n contrito y quebrantado, a los cansados ??del pecado, acosados ??con aflicciones. Y como el Esp�ritu Santo estaba sobre �l, para que hablara como nunca habl� el hombre; as� que la misma influencia divina lo despertaba diariamente para orar, predicar el evangelio y recibir y entregar toda la voluntad del Padre. El Padre justific� al Hijo cuando acept� la satisfacci�n que hizo por el pecado del hombre. Cristo habla en nombre de todos los creyentes. �Qui�n se atreve a ser enemigo de aquellos para quienes es amigo? �O qui�n competir� con aquellos a quienes es un Abogado? As�, San Pablo lo aplica, Romanos 8:33.
10,11 Un hijo de Dios teme incurrir en su desagrado. Esta gracia generalmente aparece m�s en los creyentes cuando est� en la oscuridad, cuando otras gracias no aparecen. Aquellos que verdaderamente temen a Dios, obedecen la voz de Cristo. Un siervo sincero de Dios puede por mucho tiempo estar sin puntos de vista de la felicidad eterna. �Qu� es probable que sea una cura efectiva en este triste caso? Que conf�e en el nombre del Se�or; y que se mantenga fiel a las promesas del pacto, y construya sus esperanzas sobre ellas. Que conf�e en Cristo, conf�e en ese nombre suyo, el Se�or nuestra justicia; permanecer en Dios como su Dios, en y a trav�s de un Mediador. Se presume que los pecadores no deben confiar en s� mismos. Sus propios m�ritos y suficiencia son luz y calor para ellos. Las comodidades de las criaturas son como chispas, ef�meras y que pronto desaparecen; sin embargo, los ni�os de este mundo, mientras duran, buscan calentarse junto a ellos y caminar con orgullo y placer a la luz de ellos. Aquellos que hacen del mundo su consuelo y su propia justicia su confianza, ciertamente se encontrar�n con amargura al final. El camino de un hombre piadoso puede ser oscuro, pero su fin ser� la paz y la luz eterna. El camino de un hombre malvado puede ser agradable, pero su fin y su morada para siempre ser�n oscuridad total.
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Información bibliográfica Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Isaiah 50". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/isaiah-50.html. 1706.
Introducción
* El rechazo de los jud�os. (1-3) Los sufrimientos y la exaltaci�n del Mes�as. (4-9) Consolaci�n para el creyente, y advertencia para el incr�dulo. (10,11)
Versículos 1-3
1-3 Aquellos que han profesado ser personas de Dios, y parecen ser tratados severamente, tienden a quejarse, como si Dios hubiera sido duro con ellos. Aqu� hay una respuesta para tales murmullos; Dios nunca priv� ninguna de sus ventajas, excepto por sus pecados. Los jud�os fueron enviados a Babilonia por su idolatr�a, un pecado que rompi� el pacto; y finalmente fueron rechazados por crucificar al Se�or de la gloria. Dios los llam� a abandonar sus pecados y evitar su propia ruina. Por �ltimo, el Hijo lleg� a lo suyo, pero los suyos no lo recibieron. Cuando Dios llama a los hombres a la felicidad y no responden, se les deja miserables. Para silenciar las dudas sobre su poder, se dan pruebas de ello. Las maravillas que asistieron a sus sufrimientos y muerte, proclamaron que �l era el Hijo de Dios, Mateo 27:54.
Versículos 4-9
4-9 Como Jes�s era Dios y hombre en una persona, a veces lo encontramos hablando, o se habla de �l, como el Se�or Dios; en otras ocasiones, como hombre y siervo de Jehov�. Deb�a declarar las verdades que consuelan al coraz�n contrito y quebrantado, a los cansados ??del pecado, acosados ??con aflicciones. Y como el Esp�ritu Santo estaba sobre �l, para que hablara como nunca habl� el hombre; as� que la misma influencia divina lo despertaba diariamente para orar, predicar el evangelio y recibir y entregar toda la voluntad del Padre. El Padre justific� al Hijo cuando acept� la satisfacci�n que hizo por el pecado del hombre. Cristo habla en nombre de todos los creyentes. �Qui�n se atreve a ser enemigo de aquellos para quienes es amigo? �O qui�n competir� con aquellos a quienes es un Abogado? As�, San Pablo lo aplica, Romanos 8:33.
Versículos 10-11
10,11 Un hijo de Dios teme incurrir en su desagrado. Esta gracia generalmente aparece m�s en los creyentes cuando est� en la oscuridad, cuando otras gracias no aparecen. Aquellos que verdaderamente temen a Dios, obedecen la voz de Cristo. Un siervo sincero de Dios puede por mucho tiempo estar sin puntos de vista de la felicidad eterna. �Qu� es probable que sea una cura efectiva en este triste caso? Que conf�e en el nombre del Se�or; y que se mantenga fiel a las promesas del pacto, y construya sus esperanzas sobre ellas. Que conf�e en Cristo, conf�e en ese nombre suyo, el Se�or nuestra justicia; permanecer en Dios como su Dios, en y a trav�s de un Mediador. Se presume que los pecadores no deben confiar en s� mismos. Sus propios m�ritos y suficiencia son luz y calor para ellos. Las comodidades de las criaturas son como chispas, ef�meras y que pronto desaparecen; sin embargo, los ni�os de este mundo, mientras duran, buscan calentarse junto a ellos y caminar con orgullo y placer a la luz de ellos. Aquellos que hacen del mundo su consuelo y su propia justicia su confianza, ciertamente se encontrar�n con amargura al final. El camino de un hombre piadoso puede ser oscuro, pero su fin ser� la paz y la luz eterna. El camino de un hombre malvado puede ser agradable, pero su fin y su morada para siempre ser�n oscuridad total.