* El cuidado de Dios de su iglesia y pueblo. (1-5) El oficio de ministros en la predicaci�n del evangelio. (6-9) Todo obst�culo ser� removido del camino de la salvaci�n. (10-12)
1-5 El Hijo de Dios aqu� asegura a su iglesia su amor inagotable y su s�plica por ella bajo todos los caminos y dificultades. Ser� llamada por un nuevo nombre, un nombre agradable, como nunca antes la hab�a llamado. El estado de la verdadera religi�n en el mundo, antes de la predicaci�n del evangelio, ning�n hombre parec�a tener ninguna preocupaci�n real. Dios, por su gracia, ha forjado eso en su iglesia, lo que la convierte en su deleite. Aprendamos de all� motivos para la santidad. Si el Se�or se regocija por nosotros, debemos regocijarnos en su servicio.
6-9 El pueblo profesante de Dios debe ser un pueblo de oraci�n. No est� disgustado con nosotros por ser sincero, como suelen ser los hombres; nos pide que lloremos despu�s de �l y no le demos descanso, Lucas 11:5; Lucas 11:6. Es una se�al de que Dios est� viniendo a un pueblo en misericordia, cuando derrama un esp�ritu de oraci�n sobre ellos. Mira cu�n inciertas son nuestras comodidades. Vea tambi�n la misericordia de Dios al dar abundancia, y la paz para disfrutarla. Disfrutemos asistiendo a las cortes del Se�or, para que podamos disfrutar de los consuelos de su Esp�ritu.
10-12 Se har� camino para la salvaci�n de Cristo; Se eliminar�n todas las dificultades. �l trae una recompensa de consuelo y paz con �l; pero una obra de humillaci�n y reforma ante �l; y ser�n llamados: pueblo santo, y redimidos del Se�or. La santidad otorga honor y belleza a cualquier lugar o persona, los hace admirados, amados y buscados. Muchos eventos pueden haber sido parte de esto, como ganancias de tiempos m�s gloriosos por venir. La estrecha relaci�n entre la bendici�n de los jud�os y de los gentiles, corre a trav�s de las Escrituras. El Se�or Jes�s completar� su obra, y nunca abandonar� a alguien a quien redimi� y santific�.
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Información bibliográfica Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Isaiah 62". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/isaiah-62.html. 1706.
Introducción
* El cuidado de Dios de su iglesia y pueblo. (1-5) El oficio de ministros en la predicaci�n del evangelio. (6-9) Todo obst�culo ser� removido del camino de la salvaci�n. (10-12)
Versículos 1-5
1-5 El Hijo de Dios aqu� asegura a su iglesia su amor inagotable y su s�plica por ella bajo todos los caminos y dificultades. Ser� llamada por un nuevo nombre, un nombre agradable, como nunca antes la hab�a llamado. El estado de la verdadera religi�n en el mundo, antes de la predicaci�n del evangelio, ning�n hombre parec�a tener ninguna preocupaci�n real. Dios, por su gracia, ha forjado eso en su iglesia, lo que la convierte en su deleite. Aprendamos de all� motivos para la santidad. Si el Se�or se regocija por nosotros, debemos regocijarnos en su servicio.
Versículos 6-9
6-9 El pueblo profesante de Dios debe ser un pueblo de oraci�n. No est� disgustado con nosotros por ser sincero, como suelen ser los hombres; nos pide que lloremos despu�s de �l y no le demos descanso, Lucas 11:5; Lucas 11:6. Es una se�al de que Dios est� viniendo a un pueblo en misericordia, cuando derrama un esp�ritu de oraci�n sobre ellos. Mira cu�n inciertas son nuestras comodidades. Vea tambi�n la misericordia de Dios al dar abundancia, y la paz para disfrutarla. Disfrutemos asistiendo a las cortes del Se�or, para que podamos disfrutar de los consuelos de su Esp�ritu.
Versículos 10-12
10-12 Se har� camino para la salvaci�n de Cristo; Se eliminar�n todas las dificultades. �l trae una recompensa de consuelo y paz con �l; pero una obra de humillaci�n y reforma ante �l; y ser�n llamados: pueblo santo, y redimidos del Se�or. La santidad otorga honor y belleza a cualquier lugar o persona, los hace admirados, amados y buscados. Muchos eventos pueden haber sido parte de esto, como ganancias de tiempos m�s gloriosos por venir. La estrecha relaci�n entre la bendici�n de los jud�os y de los gentiles, corre a trav�s de las Escrituras. El Se�or Jes�s completar� su obra, y nunca abandonar� a alguien a quien redimi� y santific�.