1-12 Discursos de Job m�s sobre la prosperidad de los imp�os. Que muchos viven tranquilos y que son imp�os y profanos, hab�a demostrado, cap. xxi. Aqu� muestra que muchos que viven en abierto desaf�o a todas las leyes de la justicia, tienen �xito en pr�cticas malvadas; y no los vemos contados en este mundo. Se da cuenta de aquellos que hacen mal bajo la pretensi�n de la ley y la autoridad; y ladrones, aquellos que hacen lo malo por la fuerza. �l dice: "Dios no les hace locura". es decir, �l no env�a de inmediato sus juicios, ni los hace ejemplos, y as� manifiesta su locura a todo el mundo. Pero el que obtenga riquezas, y no por derecho, a su fin ser� un tonto, Jeremias 17:11.
13-17 Mira qu� cuidados y dolores tienen los hombres malvados para comprender sus malvados dise�os; dejemos que averg�ence nuestra negligencia y pereza al hacer el bien. Vea qu� dolores toman esos, que hacen provisi�n para que la carne cumpla sus deseos: dolores para comp�s, y luego para ocultar lo que terminar� en la muerte y el infierno por fin. Menos dolores mortificar�an y crucificar�an la carne, y ser�an la vida y el cielo al fin. La verg�enza entr� con el pecado, y la verg�enza eterna est� al final. Ver la miseria de los pecadores; est�n expuestos a continuos miedos: sin embargo, ven su locura; tienen miedo de estar bajo la mirada de los hombres, pero no tienen miedo del ojo de Dios, que siempre est� sobre ellos: no tienen miedo de hacer cosas que temen que se les haga hacer.
18-25 A veces, �cu�n gradual es la decadencia, cu�n silenciosa es la partida de una persona malvada, c�mo se la honra y cu�n pronto se olvidan todas sus crueldades y opresiones! Se los llevan con otros hombres, mientras el sembrador recoge las mazorcas de ma�z a medida que se acercan. A menudo parecer� mucho para parecerse a la visi�n equivocada de Providence Job en este cap�tulo. Pero la palabra de inspiraci�n nos ense�a que estas nociones se forman en la ignorancia, desde puntos de vista parciales. La providencia de Dios, en los asuntos de los hombres, es en cada cosa una providencia justa y sabia. Apliquemos esto cada vez que el Se�or nos pruebe. No puede hacer mal. Las penas inigualables del Hijo de Dios cuando est� en la tierra, a menos que se mire desde esta perspectiva, dejan perpleja la mente. Pero cuando lo contemplamos, como la Garant�a del pecador, llevando la maldici�n, podemos explicar por qu� deber�a soportar esa ira que se debi� al pecado, para que la justicia divina pudiera ser satisfecha, y su pueblo salvado.
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Información bibliográfica Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Job 24". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/job-24.html. 1706.
Introducción
* La maldad a menudo impune. (1-12) Los malvados evitan la luz. (13-17) juicios para los imp�os. (18-25)
Versículos 1-12
1-12 Discursos de Job m�s sobre la prosperidad de los imp�os. Que muchos viven tranquilos y que son imp�os y profanos, hab�a demostrado, cap. xxi. Aqu� muestra que muchos que viven en abierto desaf�o a todas las leyes de la justicia, tienen �xito en pr�cticas malvadas; y no los vemos contados en este mundo. Se da cuenta de aquellos que hacen mal bajo la pretensi�n de la ley y la autoridad; y ladrones, aquellos que hacen lo malo por la fuerza. �l dice: "Dios no les hace locura". es decir, �l no env�a de inmediato sus juicios, ni los hace ejemplos, y as� manifiesta su locura a todo el mundo. Pero el que obtenga riquezas, y no por derecho, a su fin ser� un tonto, Jeremias 17:11.
Versículos 13-17
13-17 Mira qu� cuidados y dolores tienen los hombres malvados para comprender sus malvados dise�os; dejemos que averg�ence nuestra negligencia y pereza al hacer el bien. Vea qu� dolores toman esos, que hacen provisi�n para que la carne cumpla sus deseos: dolores para comp�s, y luego para ocultar lo que terminar� en la muerte y el infierno por fin. Menos dolores mortificar�an y crucificar�an la carne, y ser�an la vida y el cielo al fin. La verg�enza entr� con el pecado, y la verg�enza eterna est� al final. Ver la miseria de los pecadores; est�n expuestos a continuos miedos: sin embargo, ven su locura; tienen miedo de estar bajo la mirada de los hombres, pero no tienen miedo del ojo de Dios, que siempre est� sobre ellos: no tienen miedo de hacer cosas que temen que se les haga hacer.
Versículos 18-25
18-25 A veces, �cu�n gradual es la decadencia, cu�n silenciosa es la partida de una persona malvada, c�mo se la honra y cu�n pronto se olvidan todas sus crueldades y opresiones! Se los llevan con otros hombres, mientras el sembrador recoge las mazorcas de ma�z a medida que se acercan. A menudo parecer� mucho para parecerse a la visi�n equivocada de Providence Job en este cap�tulo. Pero la palabra de inspiraci�n nos ense�a que estas nociones se forman en la ignorancia, desde puntos de vista parciales. La providencia de Dios, en los asuntos de los hombres, es en cada cosa una providencia justa y sabia. Apliquemos esto cada vez que el Se�or nos pruebe. No puede hacer mal. Las penas inigualables del Hijo de Dios cuando est� en la tierra, a menos que se mire desde esta perspectiva, dejan perpleja la mente. Pero cuando lo contemplamos, como la Garant�a del pecador, llevando la maldici�n, podemos explicar por qu� deber�a soportar esa ira que se debi� al pecado, para que la justicia divina pudiera ser satisfecha, y su pueblo salvado.