1-4 Los enemigos del pueblo de Dios se han esforzado muy bárbaramente por desgastar a los santos del Altísimo. Pero la iglesia siempre ha sido gentilmente entregada. Cristo ha construido su iglesia sobre una roca. Y el Señor tiene muchas maneras de deshabilitar a los hombres malvados para que no hagan el daño que diseñan contra su iglesia. El Señor es justo al no permitir que Israel sea arruinado; él ha prometido preservar un pueblo para sí mismo.
5-8 Mientras que el pueblo de Dios florecerá como la palmera cargada, o la aceituna verde y fructífera, sus enemigos se marchitarán como la hierba sobre las casas, que en los países orientales son planas, y lo que crece allí nunca madura; así sucede con los diseños de los enemigos de Dios. Ningún hombre sabio rezará al Señor para que bendiga a estas segadoras o segadoras. Y cuando recordamos cómo Jesús se levantó y reina; cómo se ha apoyado a su pueblo, como la zarza ardiente pero no consumida, no debemos temer
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Información bibliográfica Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Psalms 129". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/psalms-129.html. 1706.
Introducción
* Agradecimiento por las liberaciones anteriores. (1-4) Una perspectiva creyente de la destrucción de los enemigos de Sion. (5-8)
Versículos 1-4
1-4 Los enemigos del pueblo de Dios se han esforzado muy bárbaramente por desgastar a los santos del Altísimo. Pero la iglesia siempre ha sido gentilmente entregada. Cristo ha construido su iglesia sobre una roca. Y el Señor tiene muchas maneras de deshabilitar a los hombres malvados para que no hagan el daño que diseñan contra su iglesia. El Señor es justo al no permitir que Israel sea arruinado; él ha prometido preservar un pueblo para sí mismo.
Versículos 5-8
5-8 Mientras que el pueblo de Dios florecerá como la palmera cargada, o la aceituna verde y fructífera, sus enemigos se marchitarán como la hierba sobre las casas, que en los países orientales son planas, y lo que crece allí nunca madura; así sucede con los diseños de los enemigos de Dios. Ningún hombre sabio rezará al Señor para que bendiga a estas segadoras o segadoras. Y cuando recordamos cómo Jesús se levantó y reina; cómo se ha apoyado a su pueblo, como la zarza ardiente pero no consumida, no debemos temer