1-6 Este salmo es un salmo de instrucci�n. Cuenta sobre la venida de Cristo y el d�a del juicio, en el que Dios llamar� a los hombres a rendir cuentas; y el Esp�ritu Santo es el esp�ritu de juicio. Todos los hijos de los hombres est�n interesados ??en conocer la forma correcta de adorar al Se�or, en esp�ritu y en verdad. En el gran d�a, nuestro Dios vendr� y har� que aquellos escuchen su juicio y que no escuchen su ley. Dichosos los que entran en el pacto de la gracia, por la fe en el sacrificio expiatorio del Redentor, y muestran la sinceridad de su amor con frutos de justicia. Cuando Dios rechaza los servicios de aquellos que descansan en actuaciones externas, aceptar� gentilmente a aquellos que lo buscan correctamente. Es solo por el sacrificio, por Cristo, el gran sacrificio, de quien los sacrificios de la ley derivaron el valor que ten�an, que podemos ser aceptados por Dios. Verdaderos y justos son sus juicios; Incluso las propias conciencias de los pecadores se ver�n obligadas a reconocer la justicia de Dios.
7-15 Obedecer es mejor que el sacrificio, y amar a Dios y a nuestro pr�jimo mejor que todas las ofrendas quemadas. Aqu� estamos advertidos de no descansar en estas actuaciones. Y tengamos cuidado de descansar en cualquier forma. Dios exige el coraz�n, y �c�mo pueden los inventos humanos complacerlo, cuando se descuidan el arrepentimiento, la fe y la santidad? En el d�a de angustia debemos aplicar al Se�or con ferviente oraci�n. Nuestros problemas, aunque los vemos venir de la mano de Dios, deben llevarnos a �l, no alejarnos de �l. Debemos reconocerlo en todos nuestros sentidos, depender de su sabidur�a, poder y bondad, y referirnos totalmente a �l, y as� darle gloria. As� debemos mantener la comuni�n con Dios; encontr�ndolo con oraciones bajo prueba, y con alabanzas en liberaciones. Un suplicante creyente no solo ser� amablemente respondido en cuanto a su petici�n, y tambi�n tendr� motivos para alabar a Dios, sino que tambi�n tendr� la gracia de alabarlo.
16-23 La hipocres�a es maldad, que Dios juzgar�. Y es muy com�n, para aquellos que declaran los estatutos del Se�or a otros, vivir en desobediencia a ellos mismos. Este enga�o surge del abuso del paciencia de Dios y de un error deliberado de su car�cter y la intenci�n de su evangelio. Los pecados de los pecadores ser�n totalmente probados en ellos en el juicio del gran d�a. Se acerca el d�a en que Dios pondr� sus pecados en orden, los pecados de la infancia y la juventud, de la vejez y la vejez, para su eterna verg�enza y terror. Que aquellos hasta ahora olvidadizos de Dios, entregados a la maldad, o de alguna manera negligentes de la salvaci�n, consideren su peligro urgente. La paciencia del Se�or es muy grande. Es lo m�s maravilloso, porque los pecadores lo usan tan mal; pero si no se vuelven, se les har� ver su error cuando sea demasiado tarde. Los que se olvidan de Dios, se olvidan de s� mismos; y nunca estar� bien con ellos hasta que lo consideren. El principal objetivo del hombre es glorificar a Dios: quien ofrezca alabanzas, lo glorifique y sus sacrificios espirituales ser�n aceptados. Debemos alabar a Dios, sacrificar la alabanza, ponerla en manos del Sacerdote, nuestro Se�or Jes�s, quien tambi�n es el altar: debemos ser fervientes en esp�ritu, alabando al Se�or. Aceptemos agradecidamente la misericordia de Dios y tratemos de glorificarlo en palabra y obra.
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Información bibliográfica Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Psalms 50". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/psalms-50.html. 1706.
Introducción
* La gloria de Dios. (1-6) Los sacrificios ser�n cambiados por oraciones. (7-15) Se requiere obediencia sincera. (16-23)
Versículos 1-6
1-6 Este salmo es un salmo de instrucci�n. Cuenta sobre la venida de Cristo y el d�a del juicio, en el que Dios llamar� a los hombres a rendir cuentas; y el Esp�ritu Santo es el esp�ritu de juicio. Todos los hijos de los hombres est�n interesados ??en conocer la forma correcta de adorar al Se�or, en esp�ritu y en verdad. En el gran d�a, nuestro Dios vendr� y har� que aquellos escuchen su juicio y que no escuchen su ley. Dichosos los que entran en el pacto de la gracia, por la fe en el sacrificio expiatorio del Redentor, y muestran la sinceridad de su amor con frutos de justicia. Cuando Dios rechaza los servicios de aquellos que descansan en actuaciones externas, aceptar� gentilmente a aquellos que lo buscan correctamente. Es solo por el sacrificio, por Cristo, el gran sacrificio, de quien los sacrificios de la ley derivaron el valor que ten�an, que podemos ser aceptados por Dios. Verdaderos y justos son sus juicios; Incluso las propias conciencias de los pecadores se ver�n obligadas a reconocer la justicia de Dios.
Versículos 7-15
7-15 Obedecer es mejor que el sacrificio, y amar a Dios y a nuestro pr�jimo mejor que todas las ofrendas quemadas. Aqu� estamos advertidos de no descansar en estas actuaciones. Y tengamos cuidado de descansar en cualquier forma. Dios exige el coraz�n, y �c�mo pueden los inventos humanos complacerlo, cuando se descuidan el arrepentimiento, la fe y la santidad? En el d�a de angustia debemos aplicar al Se�or con ferviente oraci�n. Nuestros problemas, aunque los vemos venir de la mano de Dios, deben llevarnos a �l, no alejarnos de �l. Debemos reconocerlo en todos nuestros sentidos, depender de su sabidur�a, poder y bondad, y referirnos totalmente a �l, y as� darle gloria. As� debemos mantener la comuni�n con Dios; encontr�ndolo con oraciones bajo prueba, y con alabanzas en liberaciones. Un suplicante creyente no solo ser� amablemente respondido en cuanto a su petici�n, y tambi�n tendr� motivos para alabar a Dios, sino que tambi�n tendr� la gracia de alabarlo.
Versículos 16-23
16-23 La hipocres�a es maldad, que Dios juzgar�. Y es muy com�n, para aquellos que declaran los estatutos del Se�or a otros, vivir en desobediencia a ellos mismos. Este enga�o surge del abuso del paciencia de Dios y de un error deliberado de su car�cter y la intenci�n de su evangelio. Los pecados de los pecadores ser�n totalmente probados en ellos en el juicio del gran d�a. Se acerca el d�a en que Dios pondr� sus pecados en orden, los pecados de la infancia y la juventud, de la vejez y la vejez, para su eterna verg�enza y terror. Que aquellos hasta ahora olvidadizos de Dios, entregados a la maldad, o de alguna manera negligentes de la salvaci�n, consideren su peligro urgente. La paciencia del Se�or es muy grande. Es lo m�s maravilloso, porque los pecadores lo usan tan mal; pero si no se vuelven, se les har� ver su error cuando sea demasiado tarde. Los que se olvidan de Dios, se olvidan de s� mismos; y nunca estar� bien con ellos hasta que lo consideren. El principal objetivo del hombre es glorificar a Dios: quien ofrezca alabanzas, lo glorifique y sus sacrificios espirituales ser�n aceptados. Debemos alabar a Dios, sacrificar la alabanza, ponerla en manos del Sacerdote, nuestro Se�or Jes�s, quien tambi�n es el altar: debemos ser fervientes en esp�ritu, alabando al Se�or. Aceptemos agradecidamente la misericordia de Dios y tratemos de glorificarlo en palabra y obra.