Bible Commentaries
Salmos 80

Comentario completo de Henry sobre la BibliaCompleto de Henry

Introducción

* El salmista se queja de las miserias de la iglesia. (1-7) Su antigua prosperidad y desolaci�n actual. (8-16) Una oraci�n por la misericordia. (17-19)

Versículos 1-7

1-7 El que mora en el propiciatorio, es el buen pastor de su pueblo. Pero no podemos esperar la comodidad de su amor, ni la protecci�n de su brazo, a menos que participemos de su gracia de conversi�n. Si est� realmente enojado con las oraciones de su pueblo, es porque, aunque rezan, sus fines no son correctos, o hay alg�n pecado secreto cometido en ellos, o probar� su paciencia y perseverancia en la oraci�n. Cuando Dios est� disgustado con su pueblo, debemos esperar verlos llorar y a sus enemigos triunfar. No hay salvaci�n sino del favor de Dios; no hay conversi�n a Dios sino por su propia gracia.

Versículos 8-16

8-16 La iglesia est� representada como una vi�a y una vi�a. La ra�z de esta vid es Cristo, las ramas son creyentes. La iglesia es como una vid, necesita apoyo, pero se extiende y es fruct�fera. Si una vid no da fruto, ning�n �rbol es tan in�til. �Y no estamos plantados como en un jard�n bien cultivado, con todos los medios para ser fruct�feros en obras de justicia? Pero las in�tiles hojas de la profesi�n, y las ramas vac�as de nociones y formas, abundan mucho m�s que la verdadera piedad. Fue desperdiciado y arruinado. Hab�a una buena raz�n para este cambio en el camino de Dios hacia ellos. Y est� bien o mal con nosotros, seg�n estamos bajo las sonrisas o ce�os de Dios. Cuando consideramos el estado de la parte m�s pura de la iglesia visible, no podemos sorprendernos de que se visite con correcciones agudas. Piden que Dios ayude a la vid. Se�or, est� formado por ti mismo y para ti mismo, por lo tanto, puede, con humilde confianza, comprometerse contigo mismo.

Versículos 17-19

17-19 El Mes�as, el Protector y Salvador de la iglesia, es la mano derecha del Hombre de Dios; �l es el brazo del Se�or, porque todo el poder le es dado. En �l est� nuestra fuerza, por la cual estamos capacitados para perseverar hasta el final. La vid, por lo tanto, no puede arruinarse, ni puede perecer ninguna rama fruct�fera; pero los infructuosos ser�n cortados y arrojados al fuego. El final de nuestra redenci�n es que debemos servir a Aquel que nos ha redimido, y no volver a nuestros viejos pecados.

Información bibliográfica
Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Psalms 80". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/psalms-80.html. 1706.