* (1) La primera copa se derrama sobre la tierra, la segunda sobre el mar, la tercera sobre los r�os y las fuentes. (1-7) La cuarta sobre el sol, la quinta sobre la sede de la bestia. (8-11) La sexta sobre el gran r�o �ufrates. (12-16) Y el s�ptimo sobre el aire, cuando siga la destrucci�n de todos los enemigos anticristianos. (17-21)
1-7 Debemos orar para que la voluntad de Dios se haga en la tierra como se hace en el cielo. Aqu� hay una sucesi�n de juicios terribles de la Providencia; y parece haber una alusi�n a varias de las plagas de Egipto. Los pecados eran parecidos, y tambi�n lo eran los castigos. Los viales se refieren a las siete trompetas, que representaron el surgimiento del anticristo; y la ca�da de los enemigos de la iglesia tendr� cierta semejanza con su ascenso. Todas las cosas en su tierra, su aire, su mar, sus r�os, sus ciudades, todos est�n condenados a la ruina, todos malditos por la maldad de ese pueblo. No es de extra�ar que los �ngeles, que presencian o ejecutan la venganza divina sobre los obstinados enemigos de Dios, de Cristo y de la santidad, alaban su justicia y su verdad; y adora sus juicios terribles, cuando trae a los perseguidores crueles las torturas que hicieron sufrir a sus santos y profetas.
8-11 El coraz�n del hombre es tan desesperadamente malvado, que las miserias m�s severas nunca traer�n arrepentimiento alguno, sin la gracia especial de Dios. El infierno mismo est� lleno de blasfemias; y aquellos que ignoran la historia de la naturaleza humana, de la Biblia y de sus propios corazones, que no saben que cuanto m�s sufren los hombres, y cuanto m�s claramente ven la mano de Dios en sus sufrimientos, con mayor furia a menudo ira contra �l. Que los pecadores busquen ahora el arrepentimiento de Cristo y la gracia del Esp�ritu Santo, o tendr�n la angustia y el horror de un coraz�n humilde, impenitente y desesperado; aumentando as� su culpa y miseria por toda la eternidad. La oscuridad se opone a la sabidur�a y al conocimiento, y presagia la confusi�n y la locura de los id�latras y seguidores de la bestia. Se opone al placer y la alegr�a, y significa angustia y aflicci�n de esp�ritu.
12-16 Esto probablemente muestra la destrucci�n del poder turco y de la idolatr�a, y que se har� un camino para el regreso de los jud�os. O t�melo como Roma, como Babilonia m�stica, el nombre de Babilonia se puso para Roma, lo que significaba, pero no deb�a ser nombrado directamente. Cuando Roma es destruida, su r�o y su mercanc�a deben sufrir con ella. Y quiz�s se abrir� un camino para que las naciones orientales entren en la iglesia de Cristo. El gran drag�n reunir� todas sus fuerzas, para hacer una lucha desesperada antes de que todos se pierdan. Dios advierte de esta gran prueba, para comprometer a su pueblo a prepararse para ella. Estos ser�n tiempos de gran tentaci�n; por lo tanto, Cristo, por su ap�stol, hace un llamado a sus profesos servidores para que esperen su repentina venida y velen para que no sean avergonzados, como ap�statas o hip�critas. Sin embargo, los cristianos difieren en cuanto a sus puntos de vista sobre los tiempos y las estaciones de los eventos que a�n no se han cumplido, en este punto todos est�n de acuerdo, Jesucristo, el Se�or de la gloria, volver� de repente para juzgar al mundo. Para aquellos que viven cerca de Cristo, es un objeto de esperanza y expectaci�n gozosa, y ellos no desean demorarse.
17-21 El s�ptimo y �ltimo �ngel derram� su copa, y la ca�da de Babilonia se consum�. La iglesia triunfante en el cielo lo vio y se regocij�; la iglesia en conflicto en la tierra lo vio y se volvi� triunfante. Dios se acord� de la grande y malvada ciudad, aunque por alg�n tiempo pareci� haber olvidado su idolatr�a y crueldad. Todo lo que era m�s seguro se lo llev� la ruina. Los hombres blasfemaron: los mayores juicios que pueden sobrevenir a los hombres, no llevar�n al arrepentimiento sin la gracia de Dios. Endurecerse contra Dios, por sus justos juicios, es una se�al cierta de destrucci�n segura y total.
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Información bibliográfica Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Revelation 16". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/revelation-16.html. 1706.
Introducción
* (1) La primera copa se derrama sobre la tierra, la segunda sobre el mar, la tercera sobre los r�os y las fuentes. (1-7) La cuarta sobre el sol, la quinta sobre la sede de la bestia. (8-11) La sexta sobre el gran r�o �ufrates. (12-16) Y el s�ptimo sobre el aire, cuando siga la destrucci�n de todos los enemigos anticristianos. (17-21)
Versículos 1-7
1-7 Debemos orar para que la voluntad de Dios se haga en la tierra como se hace en el cielo. Aqu� hay una sucesi�n de juicios terribles de la Providencia; y parece haber una alusi�n a varias de las plagas de Egipto. Los pecados eran parecidos, y tambi�n lo eran los castigos. Los viales se refieren a las siete trompetas, que representaron el surgimiento del anticristo; y la ca�da de los enemigos de la iglesia tendr� cierta semejanza con su ascenso. Todas las cosas en su tierra, su aire, su mar, sus r�os, sus ciudades, todos est�n condenados a la ruina, todos malditos por la maldad de ese pueblo. No es de extra�ar que los �ngeles, que presencian o ejecutan la venganza divina sobre los obstinados enemigos de Dios, de Cristo y de la santidad, alaban su justicia y su verdad; y adora sus juicios terribles, cuando trae a los perseguidores crueles las torturas que hicieron sufrir a sus santos y profetas.
Versículos 8-11
8-11 El coraz�n del hombre es tan desesperadamente malvado, que las miserias m�s severas nunca traer�n arrepentimiento alguno, sin la gracia especial de Dios. El infierno mismo est� lleno de blasfemias; y aquellos que ignoran la historia de la naturaleza humana, de la Biblia y de sus propios corazones, que no saben que cuanto m�s sufren los hombres, y cuanto m�s claramente ven la mano de Dios en sus sufrimientos, con mayor furia a menudo ira contra �l. Que los pecadores busquen ahora el arrepentimiento de Cristo y la gracia del Esp�ritu Santo, o tendr�n la angustia y el horror de un coraz�n humilde, impenitente y desesperado; aumentando as� su culpa y miseria por toda la eternidad. La oscuridad se opone a la sabidur�a y al conocimiento, y presagia la confusi�n y la locura de los id�latras y seguidores de la bestia. Se opone al placer y la alegr�a, y significa angustia y aflicci�n de esp�ritu.
Versículos 12-16
12-16 Esto probablemente muestra la destrucci�n del poder turco y de la idolatr�a, y que se har� un camino para el regreso de los jud�os. O t�melo como Roma, como Babilonia m�stica, el nombre de Babilonia se puso para Roma, lo que significaba, pero no deb�a ser nombrado directamente. Cuando Roma es destruida, su r�o y su mercanc�a deben sufrir con ella. Y quiz�s se abrir� un camino para que las naciones orientales entren en la iglesia de Cristo. El gran drag�n reunir� todas sus fuerzas, para hacer una lucha desesperada antes de que todos se pierdan. Dios advierte de esta gran prueba, para comprometer a su pueblo a prepararse para ella. Estos ser�n tiempos de gran tentaci�n; por lo tanto, Cristo, por su ap�stol, hace un llamado a sus profesos servidores para que esperen su repentina venida y velen para que no sean avergonzados, como ap�statas o hip�critas. Sin embargo, los cristianos difieren en cuanto a sus puntos de vista sobre los tiempos y las estaciones de los eventos que a�n no se han cumplido, en este punto todos est�n de acuerdo, Jesucristo, el Se�or de la gloria, volver� de repente para juzgar al mundo. Para aquellos que viven cerca de Cristo, es un objeto de esperanza y expectaci�n gozosa, y ellos no desean demorarse.
Versículos 17-21
17-21 El s�ptimo y �ltimo �ngel derram� su copa, y la ca�da de Babilonia se consum�. La iglesia triunfante en el cielo lo vio y se regocij�; la iglesia en conflicto en la tierra lo vio y se volvi� triunfante. Dios se acord� de la grande y malvada ciudad, aunque por alg�n tiempo pareci� haber olvidado su idolatr�a y crueldad. Todo lo que era m�s seguro se lo llev� la ruina. Los hombres blasfemaron: los mayores juicios que pueden sobrevenir a los hombres, no llevar�n al arrepentimiento sin la gracia de Dios. Endurecerse contra Dios, por sus justos juicios, es una se�al cierta de destrucci�n segura y total.