1-8 Esta visi�n puede representar los caminos de la Providencia en el gobierno de este mundo inferior. Cualesquiera que sean las providencias de Dios sobre nosotros, en cuanto a asuntos p�blicos o privados, deber�amos verlos a todos como provenientes de las monta�as de bronce, los consejos inamovibles y los decretos de Dios; y, por lo tanto, consideramos nuestra locura discutir con ellos, ya que es nuestro deber someternos a ellos. Sus providencias se mueven r�pida y fuertemente como carros, pero todas est�n dirigidas y gobernadas por su infinita sabidur�a y voluntad soberana. Los caballos rojos significan guerra y derramamiento de sangre. El negro significa las tristes consecuencias de la guerra, las hambrunas, las pestes y las desolaciones. El blanco, significa el retorno de la comodidad, la paz y la prosperidad. El color mixto, significa eventos de diferentes complexiones, un d�a de prosperidad y un d�a de adversidad. Los �ngeles salen como mensajeros de los consejos de Dios y ministros de su justicia y misericordia. Y los movimientos e impulsos secretos sobre los esp�ritus de los hombres, mediante los cuales se llevan a cabo los designios de la Providencia, son estos cuatro esp�ritus de los cielos, que salen de Dios y cumplen lo que el Dios de los esp�ritus de toda carne designa. Todos los eventos que tienen lugar en el mundo surgen de los consejos inmutables del Se�or, que se forman en la sabidur�a infalible, la justicia perfecta, la verdad y la bondad; y de la historia se encuentra que ocurrieron eventos sobre el per�odo en que esta visi�n fue enviada al profeta, que parece referirse a ella.
9-15 Algunos jud�os de Babilonia trajeron una ofrenda a la casa de Dios. Aquellos que no pueden reenviar un buen trabajo de sus personas, deben, como pueden, reenviarlo con sus bolsos: si algunos encuentran manos, que otros los llenen. Deben hacerse coronas y ponerse sobre la cabeza de Josu�. La se�al se us�, para hacer que la promesa sea m�s notoria, de que Dios, en el cumplimiento de los tiempos, levantar� un gran Sumo Sacerdote, como Joshua, que no es m�s que la figura de uno que est� por venir. Cristo no es solo el fundamento, sino el fundador de este templo, por su Esp�ritu y gracia. La gloria es una carga, pero no demasiado pesada para que �l la sostenga y defienda todas las cosas. La cruz era su gloria, y �l llev� eso; as� es la corona como un peso de gloria excesivo, y �l lleva eso. El consejo de paz debe ser entre el sacerdote y el trono, entre los oficios sacerdotales y reales de Jesucristo. La paz y el bienestar de la iglesia evang�lica, y de todos los creyentes, ser�n forjados, aunque no por dos personas, sino por dos oficinas reunidas en una sola; Cristo, comprando toda la paz por su sacerdocio, manteni�ndola y defendi�ndola por su reino. Las coronas utilizadas en esta solemnidad deben mantenerse en el templo, como evidencia de esta promesa del Mes�as. No pensemos en separar lo que Dios se ha unido en su consejo de paz. No podemos venir a Dios por Cristo como nuestro Sacerdote, si nos negamos a que �l nos gobierne como nuestro Rey. No tenemos una base real para pensar que nuestra paz est� hecha con Dios, a menos que tratemos de guardar sus mandamientos.
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Información bibliográfica Henry, Matthew. "Comentario completo sobre Zechariah 6". "Comentario completo de Henry sobre toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/mhm/zechariah-6.html. 1706.
Introducción
* La visi�n de los carros. (1-8) Josu�, el sumo sacerdote, coronado como un tipo de Cristo. (9-15)
Versículos 1-8
1-8 Esta visi�n puede representar los caminos de la Providencia en el gobierno de este mundo inferior. Cualesquiera que sean las providencias de Dios sobre nosotros, en cuanto a asuntos p�blicos o privados, deber�amos verlos a todos como provenientes de las monta�as de bronce, los consejos inamovibles y los decretos de Dios; y, por lo tanto, consideramos nuestra locura discutir con ellos, ya que es nuestro deber someternos a ellos. Sus providencias se mueven r�pida y fuertemente como carros, pero todas est�n dirigidas y gobernadas por su infinita sabidur�a y voluntad soberana. Los caballos rojos significan guerra y derramamiento de sangre. El negro significa las tristes consecuencias de la guerra, las hambrunas, las pestes y las desolaciones. El blanco, significa el retorno de la comodidad, la paz y la prosperidad. El color mixto, significa eventos de diferentes complexiones, un d�a de prosperidad y un d�a de adversidad. Los �ngeles salen como mensajeros de los consejos de Dios y ministros de su justicia y misericordia. Y los movimientos e impulsos secretos sobre los esp�ritus de los hombres, mediante los cuales se llevan a cabo los designios de la Providencia, son estos cuatro esp�ritus de los cielos, que salen de Dios y cumplen lo que el Dios de los esp�ritus de toda carne designa. Todos los eventos que tienen lugar en el mundo surgen de los consejos inmutables del Se�or, que se forman en la sabidur�a infalible, la justicia perfecta, la verdad y la bondad; y de la historia se encuentra que ocurrieron eventos sobre el per�odo en que esta visi�n fue enviada al profeta, que parece referirse a ella.
Versículos 9-15
9-15 Algunos jud�os de Babilonia trajeron una ofrenda a la casa de Dios. Aquellos que no pueden reenviar un buen trabajo de sus personas, deben, como pueden, reenviarlo con sus bolsos: si algunos encuentran manos, que otros los llenen. Deben hacerse coronas y ponerse sobre la cabeza de Josu�. La se�al se us�, para hacer que la promesa sea m�s notoria, de que Dios, en el cumplimiento de los tiempos, levantar� un gran Sumo Sacerdote, como Joshua, que no es m�s que la figura de uno que est� por venir. Cristo no es solo el fundamento, sino el fundador de este templo, por su Esp�ritu y gracia. La gloria es una carga, pero no demasiado pesada para que �l la sostenga y defienda todas las cosas. La cruz era su gloria, y �l llev� eso; as� es la corona como un peso de gloria excesivo, y �l lleva eso. El consejo de paz debe ser entre el sacerdote y el trono, entre los oficios sacerdotales y reales de Jesucristo. La paz y el bienestar de la iglesia evang�lica, y de todos los creyentes, ser�n forjados, aunque no por dos personas, sino por dos oficinas reunidas en una sola; Cristo, comprando toda la paz por su sacerdocio, manteni�ndola y defendi�ndola por su reino. Las coronas utilizadas en esta solemnidad deben mantenerse en el templo, como evidencia de esta promesa del Mes�as. No pensemos en separar lo que Dios se ha unido en su consejo de paz. No podemos venir a Dios por Cristo como nuestro Sacerdote, si nos negamos a que �l nos gobierne como nuestro Rey. No tenemos una base real para pensar que nuestra paz est� hecha con Dios, a menos que tratemos de guardar sus mandamientos.