Bible Commentaries
1 Corintios 11

Pett's Commentary on the BibleComentario de Pett

Versículo 1

Sed imitadores de m�, como yo tambi�n lo soy de Cristo.

Paul es consciente de que ha estado poniendo gran �nfasis en su propio ejemplo, as� que ahora deja las cosas claras. Deben ser imitadores de �l porque �l es un imitador de Cristo. Lo que ha estado diciendo es precisamente lo que Cristo recomendar�a y har�a, y de hecho hizo (ver especialmente Filipenses 2:4 ). Con esto, los trae de nuevo a "Cristo y �l, el crucificado". Ah� es donde empez� todo.

Puede haber un sentimiento en las sociedades donde la comida ofrecida a los �dolos no es un problema de que mucho de lo que se ha dicho en estos Cap�tulos no es relevante para ellos. Pero si es as�, deber�an desenga�arse r�pidamente. Porque la lecci�n b�sica que se esconde detr�s de las palabras de Pablo es la importancia de vivir nuestra vida de tal manera que no causemos ofensas innecesarias, vivirlas para poder presentar el mejor caso posible para el Evangelio, y con el fin de Evitar que otros cristianos sean perjudicados por nuestra excesiva liberalidad, evitando todo contacto con lo oculto y con la superstici�n. No busca agradar a los hombres para ser aclamado como un hombre maravilloso, sino para eliminar cualquier obst�culo innecesario en su venida a Cristo.

Por lo tanto, es correcto que nos preocupemos por las costumbres de una naci�n, y cuando esto ayude en la difusi�n del Evangelio, estemos dispuestos a conformarnos con esas costumbres. Pero una vez que nos enfrentamos a algo en esas costumbres que es ofensivo para el Evangelio, o que sugiere la participaci�n en otros dioses u otros elementos sobrenaturales, o que causa dudas entre los hermanos cristianos, o que obstaculiza nuestra evangelizaci�n, entonces debemos abstenernos de ellos por el bien. tanto de nosotros mismos como de los dem�s.

Versículo 2

"Ahora te alabo porque te acuerdas de m� en todas las cosas y te aferras a las tradiciones, tal como yo te las entregu�".

Pablo abre esta secci�n d�ndoles elogios por recordar tanto de lo que les ha ense�ado y por aferrarse a las ideas que les hab�a transmitido. En esa medida se aferraron firmemente a la verdad, y en esa medida �l est� satisfecho, y quiere que lo sepan antes de mencionar algo de lo que no est� tan contento. Quiere ser conciliador.

Paul fue un hombre sabio. Sab�a que maltratar constantemente a hombres y mujeres sin elogios solo pod�a conducir a la amargura. Era necesario que reconocieran que �l ve�a en ellos tanto lo bueno como lo malo. Y as�, por un momento, se relaja y los felicita. Porque no todos quedaron atrapados en las cosas que �l conden�.

Versículos 2-16

La condici�n de hombres y mujeres en el ministerio cuando se profetiza y ora debe expresarse cubri�ndose o descubriendo la cabeza (11: 2-16).

Esta pregunta es de gran importancia en la iglesia, porque trata sobre el asunto de la autoridad, y especialmente la autoridad en el ministerio. Por lo general, se tergiversa como si de alguna manera degradara a las mujeres. De hecho, exalta a las mujeres. Pero a pesar de todos los intentos de modernizarlo y de todos los intentos de atenuar su mensaje, su mensaje permanece inviolable, una vez interpretado correctamente.

Ciertamente declara que en el orden actual de las cosas hay una graduaci�n en autoridad de Dios a Cristo, de Cristo al hombre y de hombre a mujer. Sin embargo, esto no es para degradar a la mujer, sino para elevarla al lugar que le corresponde como ayuda id�nea del hombre tanto en las cosas del Esp�ritu como en las de la carne. Se considera que la mujer no est� excluida del todo. As� como Dios siendo la cabeza de Cristo no degrada a Cristo, significa que �l opera en un nivel m�s bajo como una parte necesaria del plan de salvaci�n de Dios, tampoco es degradante para una mujer que el hombre sea su cabeza. (Puede, por supuesto, ser desagradable porque carece de la humildad de Cristo).

Los hombres y mujeres ca�dos tienden a considerar err�neamente esta cuesti�n de la cobertura. El hombre ca�do tiende a verlo como una se�al de que las mujeres son inferiores y deben ser sumisas, mientras que deber�an verlo como una indicaci�n de la importante posici�n que Dios ha dado a las mujeres en Cristo. (Tambi�n deben verlo como un recordatorio de que cada hombre debe tratar a su esposa como Cristo trata a la iglesia ( Efesios 5:24 ) debido a lo importante que es ella.

Como bajo su autoridad, deber�a cuidarla y nutrirla). Las mujeres ca�das lo ven como una imposici�n. Lo ven humillante. No se atreven a decirle a Dios que se mueva, as� que le dicen al hombre que se mueva. Han perdido el coraz�n de un siervo que est� en el centro mismo del comportamiento cristiano. En lugar de recoger con gusto la toalla que Cristo les ofrece, insisten en que Cristo todav�a debe llevarla y usarla.

No quieren que se les considere portadores de toallas. Pero una mujer deber�a ver la cobertura requerida aqu� como la corona de un visir, declarando su estatus importante ante Dios, al lado del hombre. Es la proclamaci�n de su importante estatus a los �ngeles y al mundo.

Sin embargo, en lugar de hacerlo, esta mujer moderna pasa gran parte de su tiempo discutiendo sobre su propio estatus frente al hombre y, por lo tanto, pasa por alto el mandato de Cristo de ser el sirviente de todos ( Marco 9:35 ; Marco 10:34 ). En el Aposento Alto solo hab�a Uno que estaba capacitado para tomar la palangana y lavar los pies de los invitados en la �ltima Cena porque solo �l estaba calificado al no preocuparse por Su propia condici�n.

El resto era demasiado grande e importante para servir. Pero Jes�s dijo: "Yo soy entre vosotros como Aquel que sirve". Por lo tanto, solo �l estaba en condiciones de servir. La mujer que se resiste a cubrirse la cabeza simplemente est� demostrando su total incapacidad para el servicio de Cristo.

Las mujeres de la actualidad pueden sentirse muy molestas por la sugerencia de que deben cubrirse la cabeza al orar o profetizar en la iglesia (y cubrirse adecuadamente, no solo con un sombrero llamativo). Pero aparte de lo dicho anteriormente, deben tener en cuenta dos cosas. En primer lugar, que la idea es designada por Dios, y que si bien puede ser molesto, tal vez deber�amos reconocer que Dios sabe que finalmente ser� para el bien de todos.

Y en segundo lugar, que deben abordar la cuesti�n como una prueba de su verdadero amor por Dios. El amor no avanza ni se envanece ( 1 Corintios 13:4 ). M�s bien se somete a lo que Dios sabe que es mejor. Es posible que �l sepa m�s que nosotros, y es que si bien hay excepciones que deben acomodarse (como D�bora (Jueces 4-5) y Hulda la profetisa, quienes se mantendr�an cubiertas), la autoridad general del hombre es para lo mejor, siempre y cuando el hombre lo use con amor y sumisi�n a Dios.

Paul en realidad ten�a una alta opini�n de la posici�n de la mujer, contrariamente a la que ten�an muchos en su d�a. Reconoci� que en la creaci�n Dios hab�a creado a la mujer para que participara con el hombre en el ejercicio de la autoridad que Dios le hab�a dado al hombre sobre la tierra. �l podr�a declararnos a todos uno en Cristo Jes�s. Y, sin embargo, reconoci� al mismo tiempo que las mujeres en su conjunto funcionan mejor cuando observan la jefatura dada por Dios al hombre.

Su mensaje aqu� tambi�n tuvo especial importancia para las mujeres en aquellos d�as porque toda la sociedad las juzgar�a en t�rminos de �l. Una pregunta que siempre pod�a surgir para las mujeres era, �estaban en peligro de presentarse como mujeres sueltas o rebeldes, especialmente en la lasciva Corinto, debido a c�mo se comportaban al orar y profetizar? �Traer�an de ese modo desacreditar el nombre de Cristo? Quer�a que se mantuviera el orden correcto de las cosas y que el mundo se diera cuenta de que era as�.

Pero que va m�s all� de eso se manifiesta en 1 Timoteo 2:12 . All�, la autoridad final, especialmente en la ense�anza autoritaria, deb�a estar con el hombre. Probablemente esto tenga que ver con el hecho de que, en general, los hombres son cada vez m�s racionales que las mujeres, mientras que las mujeres son m�s intuitivas. (Por supuesto que hay excepciones que se deben acomodar o advertir).

Y tambi�n tiene que ver con el hecho de que la revelaci�n de Dios cuando se usa con autoridad necesita ser tratada de manera racional en lugar de intuitiva. La intuici�n va m�s all� de lo que est� all� y, por lo tanto, puede extraviarse en tales asuntos. De hecho, es interesante observar qu� papel han jugado las mujeres desde entonces en la difusi�n del tipo de herej�a que va m�s all� de lo racional.

Sin embargo, ser�a irrazonable no reconocer tambi�n que las mujeres en el campo misionero han jugado un papel importante en la difusi�n del verdadero Evangelio, y en la edificaci�n del cuerpo de Cristo y en la preparaci�n de los hombres para servir a las iglesias. Y, sin embargo, para su cr�dito en su mayor parte, incluso cuando se vieron empujados a tener autoridad, reconocieron la importancia de los principios descritos anteriormente. Creyeron en la palabra de Dios y vivieron de acuerdo con ella. Reconocieron la jefatura del hombre porque Dios lo hab�a declarado.

Quiz�s deber�a notarse que no hay ninguna menci�n en el pasaje de estar "en la iglesia". Eso viene despu�s. Por lo tanto, esto no se trata necesariamente principalmente de la cuesti�n de c�mo debe vestirse una mujer en la iglesia. Se trata de la cuesti�n de c�mo debe vestirse cuando ministra, orando y profetizando. El hecho de que una mujer orara y profetizara (y as� dirigiera la adoraci�n), dondequiera que tuviera lugar, sin cubrirse la cabeza, era usurpar la autoridad del hombre como rey y sacerdote ante Dios, y esto no estaba permitido.

Por otro lado, la cobertura no deb�a ser vista como degradante, porque la misma cobertura indicaba la autoridad que ella ten�a en estas cosas como ayuda id�nea designada por el hombre ( 1 Corintios 11:10 ).

(La cuesti�n no es tanto de llevar algo en la cabeza, sino de lo que indica a todos. El punto es que ella deber�a dar una indicaci�n de que ella es la ayudante del hombre, no su se�or, ni su esclava. No deber�a expresar total independencia y falta de sumisi�n a la autoridad del hombre bajo Dios. La iglesia no tiene lugar para movimientos de mujeres unisexuales o locas por el poder que buscan desplazar a los hombres, pero s� tiene un lugar para la participaci�n de la mujer en la obra de Dios, bajo Cristo y sin personal suficiente.

El mundo de hoy no estar� de acuerdo. Pero entonces el mundo no est� de acuerdo con Cristo en muchas cosas. Y en la medida en que la iglesia lo hace, ha dejado de ser la iglesia, porque la iglesia est� unida con Cristo y no puede estar en desacuerdo con �l y seguir siendo la iglesia).

La falta de referencia a estar en la iglesia no necesariamente niega que se llevar�a a cabo mucha oraci�n y profec�a dentro de la iglesia en su conjunto. Pero reconoce que a menudo tambi�n se llevar�a a cabo en reuniones de mujeres ( Tito 2:3 , comp�rese con Hechos 16:13 donde estaba al aire libre), o al aire libre, o incluso en el culto privado en los hogares de las personas.

El punto que estamos haciendo es que no es la presencia de una mujer en la iglesia lo que est� principalmente en la mente de Pablo en esta secci�n, sino la de ella orando y profetizando, y eso donde sea que est� involucrado.

En el cap�tulo 14 aprenderemos del gran �nfasis que Pablo pone en profetizar para la edificaci�n del pueblo de Dios. Tal ministerio fue especialmente importante cuando no exist�a el Nuevo Testamento. Era un don del Esp�ritu ( 1 Corintios 12:28 ) a trav�s del cual se pod�a ministrar a la iglesia ( 1 Corintios 14:31 ), aunque ten�a que ir acompa�ado de salvaguardas para asegurar su solidez ( 1 Corintios 12:3 ; 1 Corintios 14:29 ). Aqu� aprendemos que las mujeres profetizaban tan bien como los hombres y, por lo tanto, era necesario que el lugar de la mujer en dicho ministerio estuviera tanto protegido como controlado.

Puede ser que un problema para nosotros al considerar el pasaje en particular es que todav�a no somos realmente conscientes de cu�l era la vestimenta y otras costumbres del mundo antiguo. Tenemos pistas aqu� y all�, pero al final tenemos que interpretar este pasaje sin estar exactamente seguros de cu�l es el trasfondo de algunas de las ilustraciones. Algunos comentarios dan varios ejemplos y llegan a conclusiones diferentes, pero no se puede decir que ninguna de las costumbres descritas sea universalmente aplicable. Nuestro conocimiento es limitado. Por tanto, debemos abordar el asunto con cautela. Sin embargo, debemos reconocer que posiblemente eso sea irrelevante y que Pablo est� expresando un principio eterno.

Otro problema que tenemos, por supuesto, es que tendemos a mirar las cosas desde un punto de vista moderno y, por lo tanto, tendemos a hacer que Pablo diga lo que pensamos que deber�a haber dicho.

Versículos 2-40

Aproximaci�n a la adoraci�n (11: 2-14: 40).

Pasemos ahora a una secci�n que trata del enfoque cristiano de la adoraci�n a la luz de los problemas particulares de la iglesia de Corinto. El cap�tulo 11 cubre la cuesti�n de cubrirse o descubrirse la cabeza al orar y profetizar, y su significado, seguido de los problemas que surgen en las fiestas cristianas de amor y la mesa del Se�or, incluidas las divisiones causadas por esos problemas. Tenga en cuenta que se trata de problemas que surgen de comportamientos y actitudes no cristianos.

Luego, los cap�tulos 12-14 tratan la cuesti�n de la iglesia como un cuerpo con Cristo, y la de los dones espirituales para la edificaci�n de ese cuerpo, y advierte nuevamente contra el comportamiento y las actitudes no cristianas por el mal uso de la regalos. E incrustado en el conjunto est� el gran cap�tulo sobre el amor cristiano (cap�tulo 13) que deber�a ser la base de toda adoraci�n. Toda la adoraci�n debe basarse en el amor, y lo que hacemos en la adoraci�n debe tener en cuenta c�mo afectar� a los dem�s. La adoraci�n nunca debe ser ego�sta. Es participar juntos por el bien de todos.

Versículo 3

"Pero quiero que sepas que la cabeza de todo hombre es Cristo, y la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios".

Pero est� insatisfecho con su actitud hacia la autoridad, y especialmente con la de las mujeres hacia los hombres que est�n sobre la iglesia, y posiblemente con su comportamiento real al profetizar. Estaban fallando en reconocer el orden de cosas de Dios revelado en la creaci�n. Por lo tanto, establece las normas relativas a las mujeres que est�n "cubiertas". Como aclarar�, esto no es solo una cuesti�n de costumbre religiosa. Su mismo fracaso es sintom�tico de lo que est� mal en la iglesia de Corinto, la falta de reconocimiento de la autoridad general.

Primero establece la posici�n doctrinal. El Cristo es la cabeza de todo hombre, el hombre es la cabeza de la mujer y la cabeza de Cristo es Dios. La �ltima frase sienta las bases de lo que estamos hablando. En la creaci�n hay un orden definido. Sobre todo est� el Dios trino. 'El Cristo' vino de Dios, despoj�ndose de Su divinidad y de Su igualdad dentro de la Deidad ( Filipenses 2:5 ), y cumpliendo la tarea de redenci�n asignada a �l como verdadero Hombre.

Hizo una presentaci�n voluntaria y con gusto asumi� un papel subsidiario. Convertirse en hombre fue como hombre que reconoci� a Dios como su cabeza, tanto como 'sobre �l' y como la fuente de la que vino, para que, habiendo cumplido su misi�n divina, pudiera volver a Dios y someterle todas las cosas ( 1 Corintios 15:24 ).

As�, Cristo se coloc� voluntariamente en una posici�n de sumisi�n. Aquel que fue el Creador del mundo, eligi� someterse a la Deidad, de modo que la Deidad fuera la 'Cabeza' de Cristo en este sentido. Es decir, Dios es Aquel que est� sobre Cristo en Su humanidad y misi�n, y Qui�n es la fuente de donde vino. Y Cristo se humill� deliberadamente a s� mismo con ese fin, reconociendo una cabeza sobre �l en su papel.

La menci�n de esta relaci�n es importante tanto en s� misma como porque define las otras relaciones. Cristo estaba en sumisi�n voluntaria y gozosa a Dios. Buscaba solo hacer lo que le agradaba. No se pens� en la limitaci�n ni en que se aprovecharan de �l. Dios no se ense�ore� de Cristo. Cristo no resinti� su posici�n de ninguna manera. Se hab�a convertido voluntariamente en un hombre y un siervo, y con mucho gusto recorri� el camino de la sumisi�n que hab�a elegido. Fue sumisi�n al amor, y en el amor, no a la tiran�a.

Luego, en segundo lugar, Cristo es la Cabeza de todo hombre. Seg�n lo designado por Dios para Su tarea, �l tiene autoridad sobre todos los hombres como Rey sobre el Reino Real de Dios, y es la fuente de su vida. Por tanto, todos est�n sujetos a �l y le deben todo. �l es tanto su gobernante como la fuente de su vida, su Cabeza, y como tal, es Aquel a quien deben responder en obediencia. Pero expres� ese liderazgo al lavarles los pies. Toda su preocupaci�n en cada momento de su vida fue por el bien de aquellos que estaban sometidos a �l. Si bien simplemente pudo haberlo exigido todo, lo dio todo.

Luego, en tercer lugar, tenemos al hombre como imagen de Dios sobre la creaci�n y, por lo tanto, sobre la mujer que fue creada para su beneficio, asistencia y bendici�n. El hombre es cabeza de la mujer y se�or de la creaci�n. Su esposa debe estar en sumisi�n receptiva a �l como su 'mujer diestra', como Cristo lo fue a Dios, apartado como su principal ayuda id�nea en su tarea, viviendo en sumisi�n voluntaria siguiendo el ejemplo de Cristo. Esto se confirma por el hecho de que en el momento de la creaci�n el hombre era la fuente de su ser y ten�a autoridad sobre ella.

Ella vino de su lado y es su ayuda id�nea y su primera ministra, a quien �l busca en busca de ayuda para cumplir con sus propias responsabilidades ante Dios. Toda la l�nea hacia abajo demuestra que esto no fue para convertirlo en un d�spota tir�nico, porque Dios no es el d�spota tir�nico de Cristo, y Cristo no es el d�spota tir�nico del hombre. Entonces, de la misma manera, el hombre no debe ser el d�spota tir�nico de la mujer.

Ella contiene su vida. Ella produce vida, produciendo tanto al hombre como a la mujer de su cuerpo. La relaci�n debe ser de amor, consideraci�n, cooperaci�n y consideraci�n. El hombre debe preocuparse por la mujer y buscar su mayor bien. Sin embargo, la sumisi�n respetuosa permanece en los diferentes niveles y se vio en el caso del hombre y la mujer como se estableci� en la creaci�n.

El uso de 'cabeza' (kephale) para representar tanto el se�or�o como la fuente de vida era necesario para incorporar ambas ideas. Ninguna otra palabra habr�a logrado lo mismo. Comp�rese con Colosenses 1:18 .

As� que aqu� hemos descrito el plan de salvaci�n de Dios en su plenitud, comenzando con Dios, quien produjo a su delegado, el Dios-hombre Cristo, el gran Mediador, quien produjo a su delegado hombre y le dio al hombre su delegado, la mujer. Estos est�n sobre toda la creaci�n y los grados de descendencia son claros.

Versículos 4-6

'Todo hombre que ora o profetiza, con la cabeza cubierta (literalmente,' con un colgando de la cabeza '), deshonra su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, deshonra su cabeza. Porque es lo mismo que si estuviera afeitada. Porque si una mujer no lleva velo, que tambi�n se esquile. Pero si es una verg�enza para una mujer cortarse o afeitarse, que se cubra con un velo.

Este orden de las cosas, y la importancia y el estatus del hombre y la mujer en el esquema de las cosas, ahora se enfatiza con referencia a cubrirse la cabeza. El velo que ahora se describe es de alguna manera un s�mbolo de liderazgo y autoridad, y esto se confirma en 1 Corintios 11:7 donde la falta de cubrimiento del hombre se relaciona con el hecho de que est� en la tierra en el lugar de Dios.

Est� hecho a imagen de Dios, sin superior en la tierra. Tiene plena autoridad. Y esto se expresa cuando profetiza y ora en su cabeza descubierta. Al actuar en el nombre de Cristo, el hombre se quita el velo para declarar a la humanidad, a los �ngeles e incluso a Satan�s que es libre y tiene plena autoridad sobre toda la creaci�n de Dios. No se somete a nadie m�s que a su Cabeza, a Cristo.

Es discutible si 'deshonra su cabeza' se refiere a su propia cabeza oa Cristo como su Cabeza. Pero el principio detr�s de esto es el mismo. Cualquier cubierta sobre su cabeza cuando ora y profetiza p�blicamente trae deshonra, porque sugiere que es inferior a lo que es. En primer lugar, deshonra a Cristo porque est� actuando como representante de Cristo en lo que est� haciendo, y si estuviera cubierto estar�a degradando la autoridad de Cristo y disminuy�ndola a los ojos de los hombres, en segundo lugar deshonra su propia cabeza porque lo describe como menos que �l es. Como hombre, puede ser humillado en el esquema de las cosas, bajo la autoridad de otros, tanto hombres como mujeres. Pero cuando est� entre el pueblo de Dios y act�a en el nombre de Cristo, todav�a es el se�or de la creaci�n.

Es posible que en la �poca de Pablo se reconociera que un siervo o esclavo a menudo ten�a que cubrirse la cabeza ante su amo, lo que representa su posici�n inferior, aunque no hay evidencia definitiva de esto. Esto ciertamente explicar�a por qu� cuando estaban orando y profetizando, y as� describiendo su total libertad dentro de la creaci�n, todos los hombres deb�an tener la cabeza descubierta. Tambi�n podr�a verse como una demostraci�n a la iglesia de que en la iglesia todos los hombres eran iguales y libres, de modo que, mientras estaban en la iglesia, no hab�a esclavos ni libres ( G�latas 3:28 ).

Ser�a as� una se�al para todos que ante Dios eran se�ores de la creaci�n y libres. No ten�an m�s autoridad sobre ellos que �l. Si ese fuera el caso, entonces cubrirse la cabeza cuando ora y profetiza, es decir, cuando act�a en gran medida como representante de Dios y se�or de la creaci�n, ser�a deshonrar tanto su cabeza como la de un hombre libre ante Dios (lo que parecer�a ser una afirmaci�n confirmar que, de alguna manera, el cubrirse la cabeza de un hombre se consideraba degradante) y que Dios le asign� la jefatura.

Una vez que saliera, podr�a tener que cubrirse, podr�a tener que ser un esclavo, pero mientras oraba y profetizaba, ya sea en la iglesia o en cualquier lugar, deber�a describirse a s� mismo como un hombre libre.

Pero incluso si la costumbre sugerida no existiera, el tenor del vers�culo junto con 1 Corintios 11:7 sugiere que la conclusi�n sigue siendo la misma. 'Cubrirse' la cabeza fue visto de alguna manera como una negaci�n del se�or�o del hombre sobre la creaci�n. Por lo tanto, no deb�a considerarse al orar o profetizar, en qu� actividades actuaba en nombre de Dios hacia el hombre, y del hombre hacia Dios, como instrumento libre de Dios en su nueva esfera apartada del mundo dentro de la Regla Real de Dios.

La mujer cristiana, por otro lado, llevaba la cubierta como se�al de proclamaci�n de que el hombre era la cabeza y ella su ayuda id�nea. Ella estaba enfatizando que ella misma no hizo un reclamo de jefatura. Ella fue la ayudante. Y, dice Pablo, si ella no se cubri� la cabeza cuando oraba y profetizaba, bien podr�a ser afeitada, algo que se considerar�a como una grave deshonra para una mujer, denotando su infidelidad o indignidad.

Porque declarar�a su rebeli�n contra su posici�n en la creaci�n establecida por Dios, y tambi�n denotar�a su indiferencia sexual (porque todas las mujeres castas se cubr�an en p�blico). Fuera de la iglesia, las mujeres eran propiedad de los hombres, y la revelaci�n sexual de ellos mismos estaba estrictamente controlada, de tal manera que si no segu�an las reglas se revelaban como mujeres sueltas. Su cobertura denota inferioridad. Pero dentro de la iglesia, las mujeres eran las amigas de los hombres y, por lo tanto, su cobertura declaraba su posici�n de honor, actuando junto al hombre cristiano para llevar el mundo a Cristo.

Bien puede ser que todo esto se basara en parte en el hecho de que todas las mujeres castas se mantuvieron modestamente cubiertas cuando sal�an en p�blico, de modo que lo que Pablo est� argumentando es que deben comportarse de la misma manera en la iglesia que en cualquier momento. tiempo pueden llegar extra�os. Pero no debemos ver esto como una p�rdida del punto principal de la cobertura, que era enfatizar el papel de la mujer como ayudante cuando ora y profetiza, m�s que como principal. Y esto se aplicar�a ya sea que se profetizara fuera de la iglesia o dentro.

Hoy en d�a, el impacto total de esto puede que no nos llegue. Pero los que se reunieron en la iglesia primitiva proced�an de muchos trasfondos y situaciones. Muchos de ellos eran esclavos. Pero una vez que se reunieron en la iglesia, estuvieron libres durante ese per�odo de tiempo. Si eran machos, sus cabezas estaban descubiertas. Dejaron su esclavitud afuera. Cada uno fue elevado a su estado de se�or de la creaci�n. Cada uno era como Dios quer�a que fuera, y como estar�a alg�n d�a en el cielo.

Cada uno de ellos fue Ad�n restaurado a su plena dignidad. La mujer, por otro lado, era su ayudante. Cada una fue una Eva restaurada a su plena dignidad como ayudante del representante terrenal de Dios. Y su cubierta era la insignia que declaraba su dignidad. No para que ella sea tratada como de segunda clase o como un mueble. Cuando se reunieron en la iglesia, el Dios de la creaci�n estaba all�, Su Cristo estaba all� como mediador entre Dios y el hombre, el hombre estaba all� con la cabeza de bardo como Su gobernante designado de la creaci�n y como mediador en nombre del mundo, y la mujer estaba all� cubierta como el hombre. designado acompa�ante y asistente personal, y asistente en su mediaci�n.

Observamos aqu� que orar y profetizar, los dos elementos b�sicos de la responsabilidad del cristiano, la actividad hacia Dios y la actividad hacia el hombre, se ven como la funci�n principal del hombre. En ellos act�a en nombre de Dios antes de la creaci�n, y en ellos act�a en nombre de la creaci�n para con Dios. �l es rey y sacerdote. Algunos consideran que la oraci�n y la profec�a de las mujeres bien pueden haber sido en asambleas o reuniones de mujeres (porque deben guardar silencio en las iglesias - 1 Corintios 14:34 ), aunque otros lo interpretan de manera diferente.

Consideraremos esto m�s en 1 Corintios 14:34 . Pero cuando oran y profetizan, act�an en una posici�n importante, aunque subordinada a los hombres. Ellos tambi�n act�an con Dios y con los hombres. Incluso en las reuniones de mujeres act�an como representantes de los hombres ante las mujeres, y el cubrimiento de la cabeza lo deja claro. Es el hombre el principal representante de Dios. Lo mismo se aplicar�a si oraran y profetizaran en la asamblea general.

En ninguna parte se sugiere que esto se limite a las mujeres casadas. El papel de la mujer en la creaci�n no depende del matrimonio. Por supuesto, muchas mujeres al leer estas palabras se pondr�n nerviosas. Habr� aumentado la ira. Porque todav�a no ha aprendido el secreto de la piedad, que todos estamos aqu� para servir. Cuando Jes�s tom� la toalla en la �ltima Cena para lavar los pies de sus disc�pulos, no fue el gesto de un hombre orgulloso que trata de mostrarse humilde, fue el gesto de Aquel que se deleit� en poder servir a los que amaba. .

No tom� un cuenco dorado mientras la multitud miraba y aplaud�a. Demostr� a sus disc�pulos cu�l ser�a su futuro, un constante lavamiento de los hombres del pecado y de sus disc�pulos de la culpa de cualquier fracaso. Una constante agacharse para ayudar a los suyos. Eso es lo que le hizo Su superioridad, Uno que pod�a agacharse. Cuando una mujer usa su manto en la iglesia, indica que quiere ser como su Maestro, no exalt�ndose a s� misma sino ocupando el lugar inferior, revel�ndose como una sierva alegre pero humilde, que puede inclinarse en Su servicio.

Tambi�n puede haber en esto un intento deliberado de controlar los excesos de ciertos tipos de mujeres profetisas. Era muy f�cil que la libertad se volviera un exceso cuando la gente se excitaba a un estado de excitaci�n, lo que conduc�a a gestos extravagantes en �xtasis, a menudo sin tener en cuenta la ropa casta, gestos que eran indeseables. Al usar una cobertura y reconocer la autoridad, se espera que se les impida hacer lo contrario con ellos mismos y con su ropa mientras est�n en �xtasis.

Ser�a un recordatorio constante de su necesidad de estar bajo el control tanto de los ancianos de la iglesia como de ellos mismos. Esto ayudar�a a explicar la ilustraci�n extrema que da. Quitar la cubierta era representarlos como descarriados. Pero, nuevamente, esto no debe quitarle la idea esencial de mostrar una sumisi�n respetuosa. Esto no solo se aplica a las mujeres. No son solo las mujeres las que tienen que 'someterse'.

Los hombres, de hecho, de diversas maneras, tambi�n tienen que mostrarse respetuosa sumisi�n unos a otros, a otros hombres as� como a Dios. 'Someteos los unos a los otros en el temor de Dios' ( Efesios 5:21 ), ese era el grito de Dios al hombre cristiano, y esto significaba someterse cada uno al otro. La vida cristiana es una vida de sumisi�n porque el cristiano sigue a un Maestro que logr� Su prop�sito a trav�s de la sumisi�n.

Versículo 7

'Porque el hombre no debe tener la cabeza cubierta con un velo, puesto que es imagen y gloria de Dios. Pero la mujer es la gloria del hombre.

Al final, Pablo lo devuelve todo a la teolog�a. Se amplifica la idea anterior. El hombre no debe cubrirse la cabeza en su acercamiento a Dios, y al hombre en nombre de Dios, por lo que �l es, la imagen de Dios, la gloria de Dios en la tierra, establecida como tal en la creaci�n. �l es el primer sacerdote y rey ??de Dios. El pensamiento puede ser que �l comparte hasta cierto punto la gloria de Dios por ser el Templo de Dios y en el que habita Su Esp�ritu, y que tambi�n lo comparte debido al estatus que Dios le dio cuando cre� al hombre por primera vez.

Por lo tanto, cubrir la cabeza ser�a estropear esa imagen y ocultar esa gloria, ser�a �xodo 34:29 (como lo hizo Mois�s - �xodo 34:29 ) mientras Dios no quiere Su gloria velada. Pero todo es para traer gloria a Dios, no para traer gloria al hombre. Parad�jicamente, una vez que un hombre comienza a gloriarse en s� mismo, pierde su gloria, porque Dios se aparta de �l.

�C�mo puede gloriarse de s� mismo cuando est� en la presencia de su Se�or y cuando representa al Se�or? Por otro lado, la mujer es la gloria del hombre y comparte la gloria del hombre. Su posici�n es importante pero secundaria, y le ha llegado a trav�s de �l. As� que mientras comparte su gloria y, por tanto, comparte su posici�n privilegiada, no debe intentar ocupar su lugar, no debe, al ser descubierta, quitarle ante el mundo el hecho de que �l ha sido nombrado se�or de la creaci�n con el derecho a actuar en el nombre de Cristo.

Su gloria es en cierto sentido prestada, ella es su ayuda id�nea, pero, sin embargo, es una gloria que Dios le ha dado. Pero revelar su cabello, que es su gloria ( 1 Corintios 11:15 ), ser�a glorificarse a s� misma, cuando en la iglesia deber�a revelarse como una ayuda id�nea, se�alando al hombre en su posici�n de se�or de la creaci�n.

Por supuesto, debemos reconocer que todos los t�rminos se usan en un sentido cristiano. Aqu� no hay idea de personas que buscan la gloria para s� mismas. La situaci�n es, de hecho, todo lo contrario. Cada uno tiene la intenci�n de traer gloria al otro. El hombre est� trayendo gloria a Dios. La mujer est� trayendo gloria al hombre a los ojos de todos y, por tanto, a Dios. (�Alguien pregunta qui�n est� trayendo gloria a la mujer? La respuesta es, sobre todo, al demostrar que es la verdadera sierva de Dios, y que Dios y el hombre son como ella comparte la gloria dada al hombre).

'La imagen y gloria de Dios'. Esto podr�a verse como un sin�nimo de 'imagen y semejanza' de Dios ( G�nesis 1:26 ), aunque all� el �nfasis, como aqu�, est� en la imagen. La 'imagen' representa c�mo es Dios. Algo de Dios es revelado al mundo por el hombre mientras profetiza. Por lo tanto, no debe mostrarse sometido y bajo otra autoridad. Act�a como representante de Dios. Y la autoridad de Dios es suprema, incluso como lo revela Su representante designado. Pero "la gloria" a menudo tiene otro significado.

'La gloria.' En el Antiguo Testamento, la 'gloria' de un hombre, un rey o una naci�n se revelaba en las posesiones e incluso en los ej�rcitos. Eran su gloria ( G�nesis 31:1 ; Isa�as 8:7 ; Isa�as 10:3 ; Isa�as 10:16 contrasta Isa�as 17:3 donde la gloria estaba en su punto m�s bajo).

Era su gloria porque demostraba lo que eran, lo que pose�an, gobernaban y controlaban, y lo que pod�an lograr. De modo que el hombre resume tanto lo que es Dios como, como se�or de la creaci�n, lo que �l representa. Los hombres son, pues, supremamente la 'gloria' de Dios, el aspecto principal de las posesiones de Dios, el ej�rcito de Dios en la tierra, lo que m�s cuenta en el esquema de las cosas de Dios. El hombre es el principal instrumento para la realizaci�n de sus prop�sitos.

�l es la riqueza de Dios. Los hombres son los batallones de Dios. Esto se hizo especialmente cierto en la venida de Jesucristo y en el establecimiento del nuevo pueblo de Dios dirigido por los Ap�stoles. Por lo tanto, que un hombre as� sea cubierto mientras act�a en el nombre de Cristo ser�a degradar a Dios, y tal cobertura indicar�a que el hombre tambi�n est� degradado. En la vida normal, �l puede estar cubierto, pero cuando act�a en el Nombre de Cristo, nunca debe cubrirse.

Incluso el esclavo m�s bajo en la iglesia de su amo, reconociendo por su ropa su sumisi�n a su amo, se quita el velo cuando ora o profetiza. Pues entonces act�a, no en nombre de su amo, sino en el nombre de Cristo como representante libre de Dios.

"Pero la mujer es la gloria del hombre". La mujer, por otro lado, es la ayuda id�nea del hombre desde el momento de la creaci�n en adelante. Ella es suya, y como su compa�era igual es su principal protagonista, su principal gloria en su servicio a Dios, aquello que �l atesora sobre todo. Ella es m�s preciada que cualquier cosa que �l posea. Porque ella est� all� como su compa�era de servicio para ayudarlo en su servicio a Dios, especialmente creada para servir con �l.

Ella tambi�n puede orar y profetizar, pero siempre actuando en nombre del hombre como su segundo al mando. Ella est� sujeta al hombre. Como en 1 Timoteo 2:12 la idea es que el control general debe estar en el hombre y que ella debe desempe�ar un papel subsidiario, aunque importante.

Podemos compararla con el visir que act�a en nombre del rey. Tal persona no se sinti� degradada. Llevaban con orgullo sus insignias que representaban su posici�n y autoridad, reconociendo que actuaban en nombre del rey. Y sin embargo, al mismo tiempo reconocieron que estaban sumisos a �l, porque ese era su papel. As� ser� con la mujer que lleva su manto. Debe ser tanto una indicaci�n de su autoridad ( 1 Corintios 11:10 ) como su representante, como de su sumisi�n al hombre mientras act�a junto a �l, debido a su estatus designado. Ella reconoce que �l es el se�or de la creaci�n y ella es su visir.

As�, �l y ella juntos en Cristo est�n sobre toda la creaci�n. Eso incluye tanto al hombre inconverso como a la mujer inconversa. Pero esto es solo porque ella est� dentro del plan de Dios. Y esto implica el reconocimiento del hombre salvo como ella en Cristo. Que lo niegue y se hundir� de su gloriosa posici�n a la posici�n m�s baja de todas.

Versículos 8-9

"Porque el hombre no es de la mujer, sino la mujer del hombre, porque ni el hombre fue creado para la mujer, sino la mujer para el hombre".

Esta idea luego se confirma a partir de lo que sucedi� en la creaci�n. �Qui�n vino primero? El hombre vino primero y primero se estableci� en autoridad y como la fuente de la humanidad. Entonces, la mujer fue creada� para �el hombre como su ayuda id�nea, y fue creada a� partir �del hombre como su compa�ero. Esto solo se considera degradante si el hombre hace un mal uso de su posici�n o la mujer no responde correctamente. Entre el pueblo de Dios, la verdadera posici�n era prevalecer una vez m�s, el hombre en amoroso se�or�o, la mujer en amorosa respuesta.

Versículo 10

"Por eso la mujer debe tener autoridad sobre su cabeza, a causa de los �ngeles".

Y es por eso que la mujer debe al profetizar y abrirse al Esp�ritu y as� entrar en el reino espiritual, usar la cubierta que denota su autoridad para actuar de esta manera, y el hecho de que al hacerlo, lo hace actuando como la ayuda id�nea del hombre y, por tanto, se somete a �l en el ejercicio de su autoridad.

Sin embargo, otros comentaristas preferir�an ver la cobertura como principalmente el signo de que ella est� bajo la autoridad del hombre, viendo la 'autoridad' como un 'signo de autoridad', pero el uso habitual de la palabra en esta forma es para indicar la autoridad del hombre. persona que se describe, por lo que aqu� declara la autoridad de la mujer.

Por lo tanto, 'tener autoridad' puede verse como que significa llevar la insignia de su autoridad, con el reconocimiento de que ella tiene esa autoridad como ayudante designada por el hombre, o como una indicaci�n de que est� bajo la autoridad, un signo del hecho de que ella est� bajo la autoridad del hombre. De cualquier manera, y el uno realmente asume el otro, este tener autoridad sobre su cabeza es 'debido a los �ngeles'. Ella les est� indicando su derecho a orar y profetizar porque ella es la ayuda id�nea del hombre y que, como su ayuda id�nea, comparte esa autoridad.

Entonces, esto puede significar que la cobertura debe verse como una indicaci�n a los �ngeles que ella est� bajo la autoridad del hombre como su ayuda id�nea mientras ora y profetiza, o que recibe su autoridad de su relaci�n con el hombre para poder para hacerlo. De cualquier manera, no es una indicaci�n de una degradaci�n de la mujer, sino de una elevaci�n de la mujer a los ojos de los �ngeles a su posici�n exaltada antes de la ca�da, una restauraci�n de sus privilegios en Cristo. Por eso puede orar y profetizar como ayuda id�nea del hombre. Ya no es Eva ca�da, sino Eva restaurada en su gloria.

Es posible que tambi�n se vea como una indicaci�n a los �ngeles que cuando ella entra activamente en el reino espiritual, no est� abierta a �ngeles o esp�ritus malignos para que la posean, que ella, por as� decirlo, ingresa al reino espiritual con autoridad como si estuviera bajo la autoridad del hombre. como portavoz de Dios, porque comparte la posici�n �nica del hombre. Por lo tanto, no se debe interferir con ella. Ser� su protecci�n. Esto con especial referencia a los �ngeles que una vez codiciaron para s� a las mujeres ca�das y las poseyeron ( G�nesis 6:1 ).

Puede sugerir que el cubrimiento de la cabeza es un recordatorio para cualquier �ngel de mentalidad similar de que esta mujer pertenece al hombre, est� en sumisi�n a trav�s de �l a Cristo como la Cabeza y, por lo tanto, no est� disponible para ser pose�da, y que ella entra en el reino espiritual. no buscando ser pose�da, sino porque comparte con el hombre su autoridad sobre la creaci�n, con el derecho de ministrar como su representante en nombre de Dios. (Muchas mujeres de otras religiones se abrieron mucho a la posesi�n).

Por lo tanto, su entrada en ese reino no debe verse como una indicaci�n para los �ngeles y los esp�ritus de que est� disponible para la posesi�n y abrirse para la posesi�n, sino m�s bien, como lo indica su cobertura, que viene como ayuda id�nea del hombre y bajo la autoridad. de aquel cuya Cabeza es Cristo.

As�, se establece el principio de que "tener autoridad sobre su cabeza" se considera que enfatiza tanto a los hombres como a los �ngeles que ella viene a servir a Dios orando y profetizando como representante del hombre en su funci�n de portavoz de Dios. Indica que ella reconoce que no es un 'esp�ritu libre' sino que est� sometida respetuosamente al hombre como principal representante de Dios. Es un signo de su propia autoridad, pero como una autoridad subsidiaria, una autoridad que se le otorga como ayuda id�nea del hombre.

Debido a que es una socia menor del hombre en la empresa de Dios, se encuentra en esta posici�n privilegiada. Por lo tanto, su cobertura debe ser un recordatorio para el reino angelical, a quienes se consult� en el momento de la creaci�n tanto del hombre como de la mujer ( G�nesis 1:26 ), del prop�sito de Dios en la creaci�n, que ella ahora est� tratando de cumplir. de traer todo en sujeci�n a �l. Es una insignia de honor.

Alternativamente, 'debido a los �ngeles' puede hacer referencia al hecho de que siempre deber�amos estar conscientes de que los �ngeles observan nuestra conducta ( Lucas 15:7 ; Lucas 15:10 ), especialmente cuando participamos en una actividad espiritual, y que la cobertura es para asegurarse de que reconozcan el derecho renovado de la mujer a orar y profetizar en Cristo como ayuda id�nea del hombre, mientras que al mismo tiempo aseguran la aprobaci�n angelical del signo de sumisi�n a la autoridad de la mujer, con el pensamiento continuamente en mente de que en presencia de los �ngeles las mujeres deben permanezca discretamente vestido y sumiso al hombre, mientras comparte su autoridad sobre la creaci�n.

Todo esto indica la v�vida conciencia de Pablo del reino espiritual. La raz�n por la que no habla continuamente de �ngeles no es por falta de conciencia, sino porque reconoce que tienen una actividad directa limitada con respecto al hombre. Observan, pero es posible que no interfieran. Permanecen dentro de sus l�mites, a diferencia de los �ngeles que cayeron. Cuando act�an, act�an de manera invisible sin la conciencia del hombre bajo el mandato de Dios ( Hebreos 1:14 ).

Sirven a Dios, no al hombre. Tampoco deben ser convocados por el hombre. Sin embargo, est�n all� en todo momento, velando por los prop�sitos de Dios. Y su presencia es reconocida por la cobertura de la mujer.

Otra posibilidad menos probable es que pueda haber una referencia a los serafines en Isa�as 6 que se cubrieron con sus alas ante la presencia de Dios, quienes as� aprobar�an que las mujeres muestren la misma idea de sumisi�n en el culto y la obediencia, pero esto es menos probablemente como los serafines no eran estrictamente �ngeles, y la idea en su caso es que sus ojos estaban fijos en Dios y, sin embargo, no pod�an soportar la vista debido a Su gloria. No estaba directamente relacionado con su ministerio.

En general, entonces, la actitud de la mujer probablemente debe verse como ganar y mantener la aprobaci�n de 'los �ngeles buenos' mientras ministran a los herederos de la salvaci�n ( Hebreos 1:14 ) al testificar de su obediencia a Dios, y / o como una advertencia. fuera de los '�ngeles malignos' y record�ndoles que ella est� bajo la autoridad de Otro como ayuda id�nea del hombre, o como indicando al reino ang�lico su posici�n importante, pero secundaria, en la creaci�n de acuerdo con los prop�sitos de Dios en la creaci�n, o posiblemente todos estos, especialmente de modo que donde orar y profetizar resulta en un contacto magnificado con el reino espiritual con sus consiguientes peligros.

Versículos 11-12

'Sin embargo, ni la mujer est� sin el hombre, ni el hombre sin la mujer, en el Se�or. Porque como la mujer es del hombre, as� tambi�n el hombre es de la mujer; pero todas las cosas son de Dios '.

Luego, Paul inmediatamente enfatiza que debe mantenerse el respeto mutuo entre el hombre y la mujer. Lo que ha dicho no significa que el hombre pueda abusar de su posici�n o, alternativamente, que la mujer pueda rebelarse contra la de ella. Cuando ambos est�n "en el Se�or", observar�n Su decreto tal como se expres� en la creaci�n. En el Se�or, tanto el hombre como la mujer se necesitan, se honran y se respetan. Estaban hechos el uno para el otro.

Y en el Se�or ambos son igualmente necesarios. De hecho, la mujer es 'del hombre', es decir, �l era su fuente original, la fuente de estatus de la que ella vino, y 'el hombre es por la mujer', es decir, todo hombre nace de una mujer, ella ha sido la fuente natural de la que vino, y por lo tanto la fuente en un sentido secundario. Por lo tanto, son interdependientes. Al final, tanto los hombres como las mujeres son de Dios. En cuanto a estatus, �l es la fuente de ambos. De Su obra creativa surgieron ambos, y en Su servicio ambos juegan un papel importante, como lo atestigua el hecho de que ambos oran y profetizan en el debido orden.

Versículos 13-15

Juzgad por vosotros mismos. �Es correcto que una mujer reza a Dios sin velo? �No les ense�a la misma naturaleza que si un hombre tiene el pelo largo es una deshonra para �l? Pero si una mujer tiene el pelo largo, es una gloria para ella. Porque su cabello le es dado por velo.

Luego, Pablo busca confirmar su argumento con referencia al cabello tanto de hombres como de mujeres. Incluso la longitud de su cabello confirma que uno debe estar cubierto y el otro no. Que juzguen por s� mismos a partir de la naturaleza. �No le da la naturaleza naturalmente el pelo largo a la mujer? (Algunos africanos pueden no estar de acuerdo, pero es cierto en general). Es para ellos una cobertura natural y una indicaci�n de su posici�n como ayudantes.

En verdad, �no se enorgullecen las mujeres de sus cabellos? Pero los hombres no se enorgullecen del cabello largo (siempre hay excepciones a todas las generalizaciones, como los espartanos). Se ve como una deshonra porque los hace parecer afeminados. Los hombres se expresan recort�ndose, o incluso afeit�ndose, el cabello, las mujeres dej�ndolo crecer. Podemos suponer que esto ciertamente sucedi� entre los corintios y sus vecinos. La naturaleza tambi�n indica que el hombre debe estar descubierto y la mujer cubierta.

Esta no es una instrucci�n sobre cu�nto tiempo debe crecer el cabello, ni indica que el cabello es la cobertura de la que Pablo ha estado hablando. M�s bien extrae el significado de una ilustraci�n natural, lo que sugiere que, naturalmente, tiene la intenci�n de ilustrar la situaci�n entre hombres y mujeres. No debe analizarse con demasiada profundidad ni negarse sobre la base de excepciones. Pero ciertamente existe la sugerencia de que la naturaleza tiene la intenci�n de diferenciar entre hombres y mujeres. Unisex no agrada a Dios. Es el placer de Dios que hombres y mujeres se distingan claramente.

"Si una mujer tiene el pelo largo, es una gloria para ella". Paul termina la secci�n indicando que el cabello de una mujer es su gloria. Ya hemos visto que el hombre es la gloria de Dios ( 1 Corintios 11:7 ), y la mujer es la gloria del hombre ( 1 Corintios 11:7 ), ahora el cabello de la mujer es su gloria, porque indica su lugar especial en el esquema de las cosas como mujer.

Es su tesoro y su s�mbolo de estatus. Ella es la dadora de vida ( 1 Corintios 11:12 ) y co-socia del hombre como se�or de la creaci�n, en su servicio a su Creador. Ella est� all� para darle placer (como �l est� all� para complacerla a ella - 1 Corintios 7:4 ). Pero ella no deber�a hacer alarde de su gloria en la iglesia. En la iglesia, toda la concentraci�n debe estar en dar gloria, no en recibirla.

Versículo 16

"Pero si alguien parece ser contencioso, no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios".

Paul ahora anticipa la contenci�n. Que los que no est�n de acuerdo reconozcan que en las iglesias de Dios no existe la costumbre de permitir que una mujer ore a Dios descubierta ( 1 Corintios 11:13 , el �nico antecedente probable). Entonces, habiendo apelado a la palabra de Dios y a la naturaleza, ahora apela al ejemplo de �l y de sus colaboradores y al ejemplo de la comunidad en general, "las iglesias", que observan este principio.

Cuando llegamos a la adoraci�n moderna, el principio permanece. Las mujeres deben ser las ayudantes, incluso las ayudantes importantes, pero no las que tienen la autoridad general. Y esto debe simbolizarse de alguna manera con el uso de una manta, no una que llame la atenci�n sobre la mujer y le d� gloria, sino una que le d� gloria a Dios. Porque debe quedar claro a los �ngeles, as� como a los hombres, que ambos observan y disfrutan de sus posiciones leg�timas ante Dios.

(Nota. En esta esfera, como en muchas otras, el hombre revela continuamente su rebeli�n contra Dios. Por un lado, las mujeres est�n sometidas a severa sujeci�n en ciertas partes del mundo, y el velo es un signo de su sujeci�n, (aunque retratado un tanto hip�critamente). de lo contrario cuando se trata de justificarlo). Esa no es la idea aqu�. Por otro lado, el velo es como si se quitara y la mujer revela, con la aprobaci�n del hombre, su total desprecio por la decencia y la castidad por la forma en que se viste y se comporta, o alternativamente, su total desprecio por el orden de Dios al intentar usurpar el lugar del hombre.

Pablo describe el t�rmino medio feliz establecido en la creaci�n, una mujer con libertad para servir a Dios mientras mantiene una verdadera relaci�n con el hombre. Una mujer casta, que acepta el papel que le fue encomendado desde el momento de la creaci�n, que cumple su papel de verdadera ayuda id�nea, complementaria del hombre, y que trabaja con �l como su igual y, sin embargo, en respetuosa sumisi�n porque es por eso que ella se hizo.

Esto es algo que solo es posible bajo la Regla Real de Dios, donde el hombre tambi�n recuerda su propia responsabilidad en la asociaci�n, amando a su esposa y a las mujeres como Cristo ama a su iglesia, a su pueblo.

Y esto pone de manifiesto otro aspecto del asunto. Vivimos en una sociedad dominada por el sexo. Las mujeres visten escasamente y se peinan para atraer a los hombres. Los hombres lo alientan porque les gusta codiciar a las mujeres. Pero en la iglesia no es as�. All� la mujer deber�a estar trayendo gloria al hombre y a Dios. El hombre deber�a estar trayendo gloria a Dios. La mujer que va a la iglesia con su �ltimo peinado a la vista y con sus ropas ostentosas o sugerentes est� deshonrando a Dios.

Ella est� invirtiendo la escala de las cosas. Ella est� atrayendo adoraci�n hacia s� misma. Para ser justos con las mujeres, por lo general no tienen idea de los sentimientos que despiertan en el hombre. No se dan cuenta de que est�n dificultando la adoraci�n verdadera para los hombres y despertando pensamientos que no deber�an tener mientras buscan adorar a Dios. Piensan que los hombres sienten lo mismo que ellos. Pero Paul lo sab�a. Y Dios lo sabe. Y entonces les dijo a las mujeres que se mantuvieran cubiertas en la iglesia).

Quiz�s pueda ayudar poner toda la posici�n en forma de diagrama:

Las fuerzas del bien.

Dios Cristo Redimi� Hombre Mujer redimida La cabeza de Cristo La cabeza del hombre la cabeza de la mujer gloria en su cabeza Salvaci�n universal (EE. UU.) Autor de EE. UU. mediador de EE. UU. mediador asistente de EE. UU. Las fuerzas del mal.

Satan�s perdi� a la humanidad Perdi� a la mujer usurpadora de la creaci�n. Satan�s ayud� a reunir los bienes del hombre en rebeli�n. El hombre es la gloria y la imagen de Dios, la mujer es la gloria del hombre, la gloria de la mujer es su cabello. El estatus del hombre redimido se revela al orar y profetizar descubierto y nutrir y cuidar a la mujer redimida. El estatus de la mujer redimida se revela al orar y profetizar cubierto y al trabajar en armon�a con el hombre.

Versículo 17

"Pero al darte este encargo, no te alabo, porque no te unes para mejor sino para peor".

Habi�ndolos elogiado deliberadamente en 1 Corintios 11:2 , ahora se�ala que no puede alabarlos con respecto a la actitud que tienen el uno hacia el otro en las reuniones cristianas. Porque se unen, no para mejor, sino para peor. Pierden m�s que ganan con su presencia en la adoraci�n debido a su comportamiento y actitudes.

En lugar de reunirse como uno en verdadero amor cristiano, con preocupaci�n por la edificaci�n de los dem�s, se est�n reuniendo para la disensi�n y para mostrar individualidad y ego�smo, tanto en la forma en que se comportan entre s� ( 1 Corintios 11:18 ) como en el formas en las que adoran ( 1 Corintios 14:1 ). Es un d�a triste cuando una iglesia es informada de que sus reuniones no son para mejor sino para peor, especialmente cuando es por un hombre como Pablo.

Versículos 17-33

Cr�ticas e instrucciones con respecto a la Cena del Se�or en la adoraci�n de la iglesia (11: 17-33).

Pero la insatisfacci�n de Pablo va m�s all� de cubrirse el cabello y la falta de moderaci�n al orar y profetizar. Tambi�n le preocupa su comportamiento general y la falta de moderaci�n cuando las iglesias se re�nen.

Versículo 18

'Porque en primer lugar, cuando se re�nen en la iglesia, escucho (presente -' estoy escuchando continuamente ') que existen divisiones (infinitivo presente - por lo tanto' est�n surgiendo constantemente ') entre ustedes, y en parte lo creo'.

Lo primero que lo perturba es que hay divisiones entre ellos que siguen asomando la cabeza, y estas divisiones no parecen ser las doctrinales de los cap�tulos anteriores, sino divisiones resultantes del estatus social que tienen lugar cuando `` se juntan ''. como la iglesia de Cristo. (El 'primero de todos' no es seguido espec�ficamente por un 'segundo', pero la suposici�n es que lo que sigue al cap�tulo 11 puede verse como el 'segundo'. Por lo tanto, el segundo podr�a verse como las divisiones causadas por el uso de dones espirituales ).

�Oigo ... y lo creo en parte. Ha sido informado de la situaci�n por testigos y, sin embargo, es tan incomprensible que se niega a creer que pueda ser verdad. Sin embargo, la fuerza del testigo es tal que se ve obligado a creerlo, aunque de mala gana. Espera que se demuestre que est� equivocado. Ciertamente espera que no sea tan malo como se ha sugerido.

Cuando os reun�s en la iglesia. Los primeros cristianos no se reun�an en el edificio de una iglesia, sino en cualquier lugar conveniente, especialmente en las grandes ciudades, en las grandes casas y patios de los miembros m�s ricos. Por lo tanto, 'en la iglesia' significa 'en la reuni�n de los creyentes' dondequiera que se encuentren. "Cuando os reun�s" tambi�n se menciona en 1 Corintios 11:18 ; 1 Corintios 11:20 . El estr�s act�a como trasfondo del hecho de que al "unirse" en realidad acent�an sus divisiones. Se unen para revelar su total desuni�n y falta de preocupaci�n el uno por el otro.

Versículo 19

'Porque debe haber (' es necesario que haya ') tambi�n facciones entre ustedes, para que aquellos que son aprobados (' han resistido la prueba ') puedan manifestarse entre ustedes'.

Ahora da una raz�n m�s por la que "lo cree en parte", y esa es la necesidad. Esta necesidad surge ya sea porque los conoce bien y ve a los corintios como tal que es inevitable, o posiblemente porque sab�a que Jes�s mismo hab�a pronosticado que habr�a facciones y divisiones, incluso dentro de los hogares, debido a Su nombre ( Mateo 10:34 ; Mateo 24:9 ). Y el resultado divino de estos ser�a que aquellos que eran verdaderamente Suyos ser�an revelados por ellos.

Entonces, si bien, por un lado, le resulta dif�cil creer que la iglesia de Jesucristo pueda comportarse de esta manera ('Lo creo en parte'), por otro lado, es tristemente consciente de que esto no solo es posible, sino que se pronostica como algo. que finalmente llegar�. As� intuye, conociendo sus inclinaciones, que bien puede ser que los corintios ya est�n atrapados en ella. Aqu� hay una advertencia cautelosa para ellos. Que tengan cuidado, no sea que estas facciones demuestren que no son realmente de la verdad.

Versículos 20-21

Por tanto, cuando os reun�s, no es posible comer la Cena del Se�or, porque al comer cada uno toma antes que el otro su propia Cena. Y uno tiene hambre y otro est� borracho.

En aquellos d�as, los cristianos se 'reun�an' regularmente para orar, escuchar la lectura de las Escrituras y el Testimonio de Jes�s (las tradiciones sobre la vida de Jes�s) y escuchar cartas recibidas de personas como Pablo. Probablemente tambi�n cantaron salmos, himnos y c�nticos espirituales ( Efesios 5:19 ; Marco 14:26 ). Y, como nos reunimos m�s tarde, durante estas reuniones tambi�n se profetizar�a para la edificaci�n de toda la iglesia.

Y as� como era com�n en muchas religiones de la �poca que los fieles se reunieran para una comida sagrada, parecer�a que los cristianos hab�an abrazado la idea que se hab�a convertido en una especie de fiesta de amor que ten�a la intenci�n de expresar su amor y unidad (ver Hechos 2:42 ; Hechos 2:46 ; Hechos 20:7 ; Hechos 20:11 y compare con Judas 1:12 ). Aparentemente, esto ocurrir�a a menudo mientras estaban reunidos. Y durante esta fiesta, o despu�s de ella (no tenemos detalles), participar�an de la Cena del Se�or.

'La Cena del Se�or' fue el nombre que se le dio a la participaci�n del pan y el vino de acuerdo con el ejemplo dado por Jes�s en la Pascua final. Era 'del Se�or' porque se consideraba que pertenec�a al Se�or, de modo que �l lo presid�a y porque era en Su honor. Aquellos que se reunieron en ella vinieron a encontrarse con �l y participar espiritualmente de �l.

Y la causa de su angustia fue su comportamiento cuando se reunieron para comer tal comida, una comida durante la cual participar�an de la Cena del Se�or. Porque este �ltimo, que pretend�a ser una expresi�n de su unidad total, aparentemente se hab�a vuelto imposible en un sentido significativo porque en lugar de comer juntos la comida anterior como una comida com�n, las diferentes secciones aparentemente tomaban su propia comida y com�an por separado. grupos, los m�s ricos com�an suntuosamente mientras que otros ten�an poco, y lo hac�an con escasa consideraci�n porque muchos a�n no hab�an llegado.

Lo que fue peor, algunos realmente pasaron hambre porque no pod�an traer comida ni bebida, o llegaron demasiado tarde, mientras que otros ten�an tanto que incluso se excedieron y se emborracharon, lo que acentu� lo terrible de la situaci�n (y muchos m�s se alegrar�an ').

Por lo tanto, hubo una falta total de amor y un sentido de unidad. Todo, en lugar de ser una expresi�n de unidad total y participaci�n en com�n, se hab�a convertido en algo que enfatizaba la desuni�n total e incluso la falta de lo que encajaba en la presencia de Dios. Se hab�a convertido en una parodia de lo que se supon�a que deb�a ser la fiesta del amor, y especialmente la Cena del Se�or. Al observar esto, muchos del propio pueblo de Dios quedaron angustiados, sinti�ndose excluidos y no deseados, mientras que otros participaron borrachos o alegres y no estaban en condiciones de adorar. La piedad se perdi�. Repartir el pan y el vino en tales condiciones era un insulto a Cristo.

"No es posible comer la Cena del Se�or". En otras palabras, en lo que est�n participando no es en la Cena del Se�or, sea cual sea el nombre que les guste darle, porque est� negando todo lo que la Cena del Se�or representa. Con �l est�n revelando desuni�n, falta de amor y consideraci�n, desprecio por los dem�s, e incluso un desprecio por Dios al presentarse ante �l borrachos. Fue una completa farsa.

No conocemos los detalles exactos que se esconden detr�s de esta queja, y posiblemente tambi�n lo sea, ya que luego se puede aplicar a muchas situaciones. Es posible que los jefes de familia adinerados en cuya casa y patio se reun�a la iglesia, invitaran a los que ten�an el mismo estatus que ellos a participar de una comida separada en su comedor (que ser�a demasiado peque�o para albergar a todos), dejando que otros se ocuparan de ellos mismos. en el patio cuando llegaron, ya sea dej�ndolos para traer su propia comida o proporcion�ndoles comida inferior, pero insuficiente para satisfacer a todos.

En ese caso, es incluso posible que algunos de los alimentos menores en s� se distribuyeran con discriminaci�n, la mejor calidad fue designada por el jefe de familia para el nivel ligeramente m�s bajo de hombres libres y esclavos importantes, y una calidad mucho m�s baja, e incluso casi nada. , estando disponible para las clases m�s bajas. Y tambi�n habr�a quienes, por circunstancias inevitables, solo pudieran llegar tarde, para quienes no quedar�a nada. Ciertamente, tal discriminaci�n en las fiestas seculares era conocida y practicada, pero en una supuesta fiesta de la unidad, Pablo lo vio como una verg�enza. �D�nde estaba su unidad en Cristo?

O puede ser que diferentes grupos trajeron cada uno su propia comida y no quisieron compartirla, prefiriendo quedarse con los de su propia especie y en sus propios grupos. O puede incluir el hecho de que algunos no quisieron compartir lo que otros trajeron porque lo despreciaron. Pero fueran cuales fueran las razones, estaba destruyendo la unidad de su uni�n. Se estaban dividiendo en facciones, con diferentes grupos comiendo por separado, y otros pasando hambre, sin sentido de unidad, y eso en la mesa del Se�or.

Estaba claro que en esta supuesta asamblea de ellos mismos la unidad y la unidad no era una consideraci�n. Simplemente no exist�a. Entonces, �c�mo podr�an celebrar la Cena del Se�or en tales circunstancias? Porque ese iba a ser el �nico lugar donde todos deb�an revelarse como iguales, donde ricos y pobres deb�an ser vistos al mismo nivel, donde todas las razas deb�an verse como unidas como una, donde deber�an tener todas cosas en com�n, y donde ten�an la intenci�n de expresar su plena igualdad en Cristo, declarando que eran un solo pan y un solo cuerpo. Por lo tanto, sus reuniones se hab�an convertido en una parodia total de lo que se supon�a que deb�a ser la mesa del Se�or.

Todo esto iba de la mano con su esp�ritu de fiesta ( 1 Corintios 1:12 ), su visi�n arrogante de s� mismos ( 1 Corintios 4:8 ; 1 Corintios 4:10 ; 1 Corintios 4:19 ), su actitud hacia el pecado grave ( 1 Corintios 5:2 ), su codicia y codicia ( 1 Corintios 6:1 ), su ego�smo y desprecio por los dem�s en el uso de su conocimiento ( 1 Corintios 8:11 ), y como veremos m�s adelante en el uso de sus conocimientos espirituales. regalos (14).

Es posible que hayan sido 'santificados en Cristo' ( 1 Corintios 1:2 ), pero daban pocas indicaciones de ello.

Versículo 22

'�Qu�, no tienes casas para comer y beber? �O desprecias a la iglesia de Dios y averg�enzas a los que no la tienen? �Qu� te dir�? �Te alabar�? En esto no te alabo.

�No pod�an ver que esta muestra abierta de separaci�n y desuni�n era todo lo contrario de lo que Jes�s hab�a declarado cuando dijo: 'En esto conocer�n todos que son mis disc�pulos, si se aman los unos a los otros' ( Juan 13:35 ) . �No ser�a mejor entonces que comieran en casa y celebraran all� sus banquetes y sus grandes comidas con sus amigos? Que tengan sus reuniones sociales en casa y que est�n plenamente satisfechos all�, de modo que cuando lleguen a la iglesia puedan participar de una comida com�n sencilla, en la que todos puedan unirse en igualdad de condiciones y sentirse igualmente en casa, y durante que pudieran celebrar la Cena del Se�or de tal manera que se revelara la unidad de la iglesia.

De hecho, pregunta, �desprecian tanto a la iglesia, al mismo pueblo de Dios, muchos de los cuales pertenecen a las clases m�s pobres ( 1 Corintios 1:28 ), que averg�enzan a los que tienen poco por su comportamiento? No sabe qu� decirles. No hay forma de que pueda alabarlos. Considera que toda su actitud es francamente espantosa.

Notamos que Pablo no sugiere que el remedio sea que todos compartan su comida. Todo el montaje y el comportamiento relajado que produce no es propicio para la adoraci�n. Y reconoce tambi�n que fuera de la iglesia hay distinciones sociales y costumbres por las que la gente se siente atada y que, por lo tanto, diferentes sectores de la sociedad comen diferentes tipos de alimentos. De hecho, los alimentos ricos proporcionados a quienes est�n acostumbrados a dietas exiguas podr�an no ser �tiles tanto a corto como a largo plazo, causando primero malestar estomacal y luego descontento, insatisfacci�n y codicia.

Y esto no ser�a bueno para nadie. La Regla Real de Dios no se trata de qu� alimentos comemos ( Romanos 14:17 ). Tales distinciones pueden existir e incluso pueden ser necesarias en su lugar. Pero la cuesti�n es que no deben introducirse en la reuni�n de cristianos en detrimento de algunos. En la Cena del Se�or todos deben ser iguales y poder participar por igual.

Para llevar esto a casa, luego enfatiza de qu� se trata la Cena del Se�or.

Versículos 23-24

Porque recib� del Se�or lo que tambi�n os entregu�, que el Se�or Jes�s, en la noche en que fue entregado, tom� pan, y habiendo dado gracias, lo parti� y dijo: "Este es mi cuerpo, que es para ti. Haced esto en memoria m�a ". '

Esto debe leerse a la luz de 1 Corintios 10:16 donde se enfatiza la influencia unificadora del pan y donde se considera que representa la unidad del cuerpo de Cristo. N�tese all� el �nfasis en el hecho de que toda concentraci�n debe estar en partir y dar el pan como un pueblo unido, una concentraci�n que debe haber faltado en la forma en que los corintios se comportaban, sentados separados unos de otros sin ning�n sentido de unidad, y en algunos casos bastante alegre.

Sus mentes deber�an haber estado puestas en el Se�or, y el �nico pan que se parti�, y el �nico cuerpo de Cristo que representaba, y el dar gracias y el recuerdo solemne de lo que todo esto representaba en t�rminos del cuerpo quebrantado del Se�or Jes�s, muriendo por hacerlos uno en �l. Pero no lo fueron.

A menudo se sugiere que la iglesia es el cuerpo de Cristo en la tierra, pero esa no es la idea o el significado real de la iglesia como 'el cuerpo'. Lo que representa es que estamos unidos con �l, por as� decirlo, en Su cuerpo en el Cielo. Nos Efesios 2:6 y nos sentamos con �l en los lugares celestiales ( Efesios 2:6 ). Somos uno con �l en Su muerte y resurrecci�n.

Hay una uni�n espiritual. Por lo tanto, es desde el cielo, y como uno con �l, que operamos como Su cuerpo. No debemos separar a Cristo de Su cuerpo (ni siquiera como su cabeza), debemos reconocer la unidad esencial de Cristo con Su cuerpo y Su cuerpo con �l, para que ambos operen como uno.

"Porque yo recib� del Se�or". Algunos ver�an esto como una afirmaci�n de que Pablo hab�a recibido una revelaci�n directa del Se�or acerca de esto. Otros lo ver�an en el sentido de que lo recibi� del Se�or a trav�s de los Ap�stoles. Estos �ltimos se�alan que la tradici�n a menudo se describ�a como 'recibida', lo que marca su autoridad genuina, despu�s de haber pasado por varias manos. Entonces ser�a "entregado". (Estas palabras fueron usadas regularmente por los jud�os para recibir y transmitir una tradici�n autorizada).

Una tercera alternativa es que, de hecho, est� citando la forma de las palabras que se usan en un servicio t�pico, siendo "recib� del Se�or" las palabras del citado original de las palabras. Los diferentes ven diferentes �nfasis, pero el hecho importante es que �l est� enfatizando que, como sea que vino, esto fue algo directamente del Se�or, que por lo tanto era sant�simo, y por lo tanto un requisito firme Suyo sobre el cual no se pod�a discutir. Era algo con lo que como cristianos estaban comprometidos.

'Lo que yo tambi�n te entregu�'. Se lo hab�a entregado solemnemente tal como lo hab�a recibido. Por lo tanto, la responsabilidad les hab�a pasado a ellos. Les hab�a llegado con autoridad de una fuente autorizada, y los exhorta a reconsiderarlo.

"Que el Se�or Jes�s, la noche en que fue entregado, tom� pan". Quiere que reconozcan la importancia suprema de este evento. Fue la misma noche en que su Se�or Jes�s mismo fue traicionado que lo hizo, enfatizando su significado. Por lo tanto, cu�n crucial fue. Aqu� puede haber una pista de que deber�an considerar si ellos tambi�n lo estaban traicionando ahora con su comportamiento.

Es una pregunta abierta si la traici�n en mente aqu� es la de Judas, el disc�pulo que demostr� ser falso, y por lo tanto act�a como una advertencia especial a los disc�pulos descarriados, o la de los l�deres jud�os que lo traicionaron a Roma, el hermano traicionando al hermano. . De cualquier manera, era aplicable a esta situaci�n.

'Tom� pan, y habiendo dado gracias, lo parti� y dijo: "Este es mi cuerpo, que es para ti. Haced esto en memoria m�a". 'Deber�an notar c�mo, en ese tiempo solemne, �l tom� el pan, dio gracias y lo parti�, ofreci�ndolo como algo por lo cual �l, y lo que estaba a punto de hacer en la cruz, ser�a recordado. Esto se hizo como un recordatorio de que todos los que comieron de ese pan eran aquellos que hab�an sido hechos uno en Cristo y hab�an recibido todos los beneficios de lo que �l hab�a hecho por ellos ('que es por ti').

Y como pan partido fue un recordatorio de su muerte por ellos, y de lo que hab�a sufrido por ellos. Pero el quebrantamiento tambi�n indic� que cada uno podr�a recibir individualmente el beneficio de Su muerte.

'Este es mi cuerpo.' Como siempre, al interpretar una frase debemos verla en su contexto. El contexto de estas palabras fue originalmente la Pascua, donde se tomaba el pan y se bendec�a con las palabras, "este es el pan de aflicci�n que comieron vuestros padres cuando salieron de Egipto". En el �ltimo caso, cada generaci�n de israelitas 'entr�' a la liberaci�n en esp�ritu. En realidad, no cre�an que el pan se hubiera transformado en el mismo pan, sino que actuaba como un memorial, lo que significaba que a trav�s de �l pod�an identificarse espiritualmente con la liberaci�n que alcanz� a todos los verdaderos israelitas a lo largo del tiempo.

Al participar, reconocieron que ellos tambi�n eran los redimidos de Dios y pod�an expresar su gratitud siendo fieles al convenio, reconociendo que estaban unidos dentro de ese convenio y esperando la liberaci�n futura que los profetas hab�an prometido.

De la misma manera, Jes�s no estaba diciendo que el pan en realidad fuera Su cuerpo. Todav�a estaba en Su cuerpo. Ninguna manipulaci�n religiosa o milagro podr�a convertir algo que no fuera Su cuerpo en Su cuerpo cuando de hecho �l estaba todav�a en Su cuerpo. Pero a trav�s del pan, �l estaba representando lo que estaba a punto de sucederle a Su cuerpo, se partir�a, y a trav�s del pan y su participaci�n en �l, estaba enfatizando que al venir a �l y creer en �l ( Juan 6:35 ) podr�an participa de �l como el Pan de vida.

Mientras participaban del memorial, ellos tambi�n pod�an volver a entrar en Su experiencia en la cruz. Habiendo muerto con �l y resucitado con �l ( G�latas 2:20 ; Efesios 2:4 ), pudieron reconocer su necesidad de morir diariamente con �l y resucitar en una vida nueva ( Romanos 6:11 ; comparar G�latas 2:20 ). , siendo un pueblo juntos, unidos en �l y en Su pacto.

Pero, �c�mo podr�an sus pensamientos estar en sinton�a solemne con estas grandes palabras y su enorme significado, y concentrarse en su participaci�n en �l y en Su cruz y resurrecci�n en unidad con todos los que eran Suyos, cuando en el mismo momento de comer estaban revelando ambos su falta de preocupaci�n por los dem�s, y su falta de unidad por estar en grupos separados, y por muchos de ellos tambi�n estando en un estado alegre de modo que no pod�an abordar el asunto seria y apropiadamente? Esto fue especialmente as� porque la Cena estaba destinada a enfatizar la unidad del cuerpo en �l. Fue imposible.

'Haz esto en mi memoria.' Esto iba a ser m�s que simplemente verlo como un mero memorial. El recuerdo fue para hacerlos part�cipes activos de lo sucedido. Al participar, ellos mismos deber�an sentir que est�n participando con �l en Su cruz y resurrecci�n. Deber�an sentir que una vez m�s est�n muriendo con �l y resucitando con �l. Deber�an disfrutar una vez m�s de todas las bendiciones que recibieron a trav�s de esa experiencia al participar en �l por fe ( Juan 6:35 ; Romanos 6:11 ; G�latas 2:20 ; Efesios 3:16 ) y comprometi�ndose continuamente a una vida de obediencia sacrificial ( Romanos 12:1 ).

Con respecto a la redacci�n diferente a la de Mateo, Marcos y Lucas, debemos notar que diferentes iglesias bien pueden haber usado diferentes formas de palabras, con el n�cleo central siendo el mismo (como lo hace en cada versi�n, ver nota a continuaci�n), lo que ayudar�a para explicar las leves diferencias entre todos ellos, aunque esto �ltimo puede resultar igualmente del �nfasis que cada escritor busca presentar al traducir del arameo. Pablo ciertamente est� usando las palabras para enfatizar lo que est� diciendo aqu�. Sin duda, de hecho, varios factores influyeron en las diferencias (ver nota a continuaci�n).

Versículo 25

"De la misma manera tambi�n la copa, despu�s de la cena, diciendo:" Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre. Hagan esto, todas las veces que lo beban, en memoria de m�. "

Pablo aqu� enfatiza que la copa tambi�n es un memorial similar. Al participar del vino, est�n entrando en la experiencia de Su cruz (como si estuviera 'bebiendo Su sangre' - Juan 6:53 ). y reconociendo que a trav�s de �l han sido sellados como participantes en el nuevo pacto que a su vez fue sellado por ese derramamiento de sangre. As�, a trav�s de Su muerte, se hab�an convertido en un pueblo en Cristo dentro del pacto de Su sangre.

Y mientras beb�an de esa copa especial de vino apartada, deb�a ser un recordatorio de ese nuevo pacto (tratado, contrato, entre un se�or y sus s�bditos o un superior y sus inferiores) en el que hab�an entrado. �Y cu�l es ese nuevo pacto? Es el nuevo pacto con Dios mediante el cual, mediante el sacrificio de Cristo de s� mismo, se convierten en su nuevo pueblo, y entran en la �rbita de su perd�n, y de su aceptaci�n, y de su 'apartarlos' (santificarlos) totalmente para �l. as� como el pueblo viejo de Israel hab�a sido establecido como su pueblo santo en el Sina�.

Desde el momento de entrar en ese pacto, ser�an totalmente Suyos, aceptables en Su presencia y totalmente uno entre s�. Entonces, �c�mo podr�an celebrarlo cuando de manera tan notoria no se mostraban amor el uno por el otro?

"Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre". Mateo y Marcos tienen 'esta es mi sangre del pacto'. Este �ltimo es exactamente paralelo a 'este es mi cuerpo' y tambi�n se conecta con �xodo 24:8 , donde el pacto de Dios con su pueblo en el Sina� ( �xodo 20 ) est� sellado con 'la sangre del pacto'.

En �xodo, sin embargo, la sangre es la sangre de animales, pero aqu� Jes�s enfatiza que representa Su propia sangre. Por lo tanto, se est� refiriendo a un pacto, uno nuevo, sellado con su propia sangre, que es lo que Lucas y Pablo aclaran en su par�frasis.

'Haz esto en mi memoria.' Y el centro de ese nuevo pacto fue Jes�s mismo. Sobre todo, deb�an recordarlo. Fue en �l que se convirtieron en participantes del nuevo pacto. Fue a trav�s de �l que obtuvieron su aceptaci�n ante Dios. As�, todos los pensamientos deb�an concentrarse en �l, un recuerdo que significaba aceptar su parte con �l en Su muerte y resurrecci�n.

Pablo solo aplica estas palabras sobre el recuerdo de la copa, pero no hay raz�n por la cual no debamos ver que el Se�or las ha dicho como un comentario posterior a lo que leemos en Mateo, Marcos y Lucas. De hecho, eran necesarios porque �l querr�a enfatizar la �poca que hizo el cambio que estaba introduciendo.

A menudo pasamos por alto, en nuestra familiaridad con esta ordenanza, la afirmaci�n trascendental que estaba haciendo Jes�s. Estaba informando a todos los que quisieran o�r que hab�a desplazado a la Pascua, esa gran fiesta que se hab�a celebrado durante m�s de mil a�os. �l estaba diciendo que los hombres ya no deber�an mirar hacia atr�s a la gran liberaci�n realizada en Egipto, porque ahora hab�a una liberaci�n mayor aqu� en �l. Estaba declarando que esa antigua liberaci�n deb�a dejarse de lado.

M�s bien, de ahora en adelante deber�an mirar a la liberaci�n a�n mayor obrada a trav�s de Su cruz, donde, como el verdadero cordero pascual, �l fue sacrificado por nosotros ( 1 Corintios 5:7 ), gui�ndonos fuera del mundo y hacia la Regla Real de Dios. El antiguo pacto fue reemplazado por uno nuevo sellado en Su sangre. Las viejas formas se hab�an ido, las nuevas hab�an llegado.

Por lo tanto, su importancia era algo que �l enfatizar�a mientras lo presentaba y luego enfatizar�a nuevamente. Para el momento en que se escribieron los Evangelios, el �nfasis ser�a innecesario, porque la fiesta ya estaba establecida permanentemente, y los escritores no sintieron la necesidad de mencionar 'haced esto en memoria de m�', pero conviene mucho al prop�sito de Pablo mencionarlo. .

�Tan a menudo como bebas. No sabemos si esto significa cada vez que beb�an vino (que en las circunstancias de los m�s pobres podr�a no ser tan frecuente, aunque ciertamente se dispon�a de vino barato), o cada vez que beb�an vino reservado por los ancianos de la asamblea para ese prop�sito. en una celebraci�n especial. Esto �ltimo parece m�s probable ya que Pablo ahora enfatizar� que la Cena deber�a ser un evento especial. No sabemos con qu� frecuencia se celebraba la Cena en los primeros d�as.

Versículo 26

"Porque todas las veces que coman este pan y beban la copa, proclaman la muerte del Se�or hasta que �l venga".

Y en su participaci�n de �l de esta manera tambi�n deber�an reconocer que estaban proclamando Su muerte, en la cual estaban participando, algo que continuar�an haciendo hasta Su venida nuevamente. Esta fiesta se celebrar�a una y otra vez y nunca cesar�a hasta Su regreso en Su segunda venida. A trav�s de �l continuar�an proclamando la muerte del Se�or, y todo lo que significaba, hasta que eso volviera.

Por lo tanto, la Cena del Se�or deb�a ser tanto una mirada retrospectiva a Su muerte y resurrecci�n (una proclamaci�n de Su muerte y un reconocimiento de que hemos sido crucificados y resucitados con �l - G�latas 2:20 ; Efesios 2:6 ), una participaci�n presente en Su muerte (consider�ndonos diariamente como habiendo muerto con �l y habiendo resucitado - Romanos 6:11 ), y un anhelo por los frutos finales de Su muerte y resurrecci�n cuando �l vendr�a en gloria para ser revelado como Se�or de todos (cap�tulo 15). Y fue una expresi�n de Su unidad total junto con Su pueblo.

"Proclamas la muerte del Se�or hasta que venga". Algunos ven esto como un significado de que la proclamaci�n no est� en el acto de la comida, sino una proclamaci�n que tiene lugar mientras se realiza la comida. Pero seguramente ambos son parte el uno del otro. La comida ciertamente proclama Su muerte, y sin duda tambi�n tuvo lugar una proclamaci�n verbal. Pero s� enfatiza que para ambos es central la proclamaci�n de Jesucristo y �l, el crucificado ( 1 Corintios 1:17 ; 1 Corintios 2:2 ).

Puede ser que algunos de los corintios estuvieran viendo otros s�mbolos de la comida que el de Jesucristo en Su muerte por ellos, posiblemente en t�rminos de una recepci�n m�gica del poder divino y la iluminaci�n. Entonces, Pablo nuevamente enfatiza la centralidad de 'la palabra de la cruz' ( 1 Corintios 1:18 ).

Versículo 27

"Por tanto, cualquiera que coma el pan o beba la copa del Se�or indignamente, ser� culpable del cuerpo y de la sangre del Se�or".

Siendo esto as�, qu� gran pecado es que los hombres participen en la Cena del Se�or de cualquier manera que no sea la m�s genuina y sin los pensamientos m�s serios. Especialmente que participan con un esp�ritu de desuni�n. Al hacerlo, est�n jugando con la cruz, son culpables de Su muerte porque la tratan a la ligera y, por as� decirlo, lo crucifican de nuevo sin ning�n prop�sito (compare Hebreos 10:29 ; Hebreos 6:6 ).

Y esto es precisamente lo que los corintios estaban en peligro de hacer, porque estaban negando abiertamente un aspecto de lo que �l hab�a venido a hacer, la uni�n en uno en plena igualdad de todos los que son Suyos. Y muchos de ellos tambi�n se estaban acercando a �l con un esp�ritu casual.

De una manera indigna. En contexto, esto significa casualmente, tanto en la casualidad de esp�ritu (estar alegre) como en la falta de armon�a pecaminosa y con la discriminaci�n pecaminosa (estar en desuni�n), sin tener en cuenta lo que representa la Cena del Se�or. Esto no se refiere a que no apreciemos suficientemente aquello en lo que participamos, porque ninguno de nosotros lo hace jam�s, ni tampoco a que no estemos en un estado de total dignidad, porque nunca lo estamos, aunque deber�amos buscar estarlo.

Nuestra dignidad total est� m�s bien en Cristo. M�s bien, significa no abordar la participaci�n de una manera totalmente casual, lo que incluye en este caso la desuni�n manifiesta y la falta de amor fraternal, con el resultado de que la participaci�n se ha convertido en un ejercicio sin sentido, banalizado y perdido en otros excesos.

Versículo 28

"Pero que cada uno se pruebe a s� mismo, y as� coma del pan y beba de la copa".

Entonces viene la advertencia de que cada uno debe probarse y probarse a s� mismo, presumiblemente mediante un autoexamen, al venir a la sangre de Cristo para ser purificado ( 1 Juan 1:7 ), y luego mediante un acto deliberado de unidad al unirse como uno. con toda la iglesia, antes de que participe de la Cena del Se�or. Debe examinar su coraz�n y asegurarse de que no haya nada en su vida que en este momento desagrade a Dios.

Luego, una vez que su coraz�n est� en lo correcto, su conciencia est� limpia y sea uno con sus hermanos, podr� comer del pan y beber de la copa, en solemne reafirmaci�n de su fe y posici�n en Cristo.

Versículos 29-30

Porque el que come y bebe, come y bebe juicio para s� mismo, si no discierne el cuerpo. Por esta raz�n, muchos de ustedes est�n d�biles y enfermos, y no pocos duermen ''.

Porque todos los que vienen a comer y beber de la Cena del Se�or, que no disciernen en ella Su cuerpo, y Su muerte por ellos, y por medio de ella Su unificaci�n de todos en Su cuerpo como uno, beben juicio sobre s� mismos. De hecho, por eso hay enfermedad entre ellos, y muchos han muerto ("dormir" es el sin�nimo cristiano de muerte). Esto sugerir�a algo inusual que hab�a sucedido, por encima de la norma, que Pablo vio como el castigo de Dios, porque aparentemente no fue un juicio que afect� su futuro eterno. Hab�a sucedido abiertamente y todos lo sab�an. No fue te�rico. Y deb�a ser visto como un castigo de toda la iglesia.

"Si no discierne el cuerpo". En el cap�tulo 10 se hizo hincapi� en el hecho de que el pan era la representaci�n del cuerpo, y que eso inclu�a tanto el cuerpo del Se�or Jes�s como el cuerpo compuesto por Su pueblo unido a �l. El pan representaba su cuerpo f�sico, pero tambi�n representaba a su pueblo hecho uno con �l. Ambos deben ser discernidos como uno solo porque son inseparables ( Efesios 2:15 ).

Por lo tanto, al asistir a la Cena del Se�or, debemos discernir el cuerpo del Se�or, es decir, debemos reconocer que proclama Su muerte por nosotros y que venimos como participantes de Su muerte y resurrecci�n, y debemos igualmente discernir que todos somos por tanto. un cuerpo en Cristo participando con �l en su muerte y resurrecci�n.

Versículos 31-32

Pero si nos discernimos a nosotros mismos, no deber�amos ser juzgados (krino). Pero cuando somos juzgados (krino), somos castigados por el Se�or, para que no seamos condenados (katakrino) con el mundo '.

Estas cosas (la enfermedad y las muertes) surgen, se�ala, porque no disciernen sobre su propio estado, no se reconocen como no comport�ndose como el verdadero cuerpo de Cristo (no disciernen el cuerpo). Surgen del castigo de Dios sobre ellos como resultado de Su juicio sobre ellos, el cual, si hubieran estado discerniendo espiritualmente, habr�an evitado. Sin embargo, ellos pueden consolarse con esto, que Su castigo es para prevenir la necesidad de Su juicio final (katakrino) sobre ellos, el juicio final que viene sobre el mundo entero. Por tanto, que presten atenci�n a Su disciplina y se arrepientan.

De modo que destacan tres ideas. La primera es la necesidad de discernirnos a nosotros mismos (doblemente enfatizado), es decir, mediante un autoexamen y viniendo a la luz del Se�or para examinarnos a nosotros mismos y buscar Su perd�n y renovaci�n (comparar 1 Juan 1:7 ). . La segunda es que si no nos discernimos a nosotros mismos, Dios lo har� por nosotros y entrar� en juicio con nosotros y nos castigar�. Y el tercero es que, mientras nos trata como a Suyos mediante la disciplina, incluso una severa disciplina, el mundo exterior aguarda un juicio final m�s severo.

Versículo 33

Por tanto, hermanos m�os, cuando se re�nan a comer, esperen unos a otros. Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que vuestra reuni�n no sea para juicio. Y el resto lo pondr� en orden cuando venga.

Entonces, su conclusi�n final es que no deben celebrar suntuosas fiestas cuando se re�nen para celebrar la Cena del Se�or. M�s bien, si tienen hambre (deseosos de comidas abundantes), deber�an tenerlas en casa, de modo que con su comportamiento no revelen su codicia y falta de unidad en la asamblea. Luego, cuando se re�nan antes de la Cena, deben comer solo lo que todos puedan comer para que puedan comer juntos en unidad.

Y que esperen hasta que todos est�n reunidos y as� celebren su fiesta de amor y la Cena del Se�or correctamente y con decoro. Que demuestren que son uno en Esp�ritu y que tienen todas las cosas en com�n. Esto parecer�a confirmar la idea de que uno de los problemas era que algunos tendr�an sus suntuosas comidas antes de que todos llegaran, dejando a los que llegaban tarde, por sus deberes y la dificultad que ten�an para escapar (quienes probablemente ser�an principalmente los los m�s necesitados), con poco o nada para comer, y simplemente se fueron a examinar las sobras de las comidas abundantes consumidas por sus 'hermanos', y posiblemente incluso se les dej� para participar en una Cena del Se�or secundaria, ya que los dem�s ya hab�an participado.

Y el resto lo pondr� en orden cuando venga. No sabemos en qu� consisti� este "descanso", pero �l sinti� claramente que no era tan importante como para tratarlo en su carta.

Nota sobre las diferentes versiones de la comida de la Pascua.

Primero consideraremos la fracci�n de los pasajes del pan, poniendo en may�sculas las palabras que son exactamente iguales.

Mateo 26:26 'Y mientras com�an, Jes�s Mateo 26:26 , y bendijo, y lo parti�, y dio a los disc�pulos, y dijo: Tomad, comed; ESTE ES MI CUERPO.'

Marco 14:22 "Y mientras com�an, tom� pan, y cuando hubo bendecido, lo parti� y les dio, y dijo: Tomad, este es mi cuerpo".

Lucas 22:19 'Y tom� pan, y habiendo dado gracias, lo parti� y les dio, diciendo: ESTE ES MI CUERPO que es entregado por ustedes. Haced esto en memoria m�a.

1 Corintios 11:23 'Porque recib� del Se�or lo que tambi�n os entregu�, que el Se�or Jes�s, en la noche en que fue traicionado, tom� el pan, y habiendo dado gracias, lo parti� y dijo , "ESTE ES MI CUERPO, que es para ustedes. Hagan esto en memoria de m�". '

En com�n a todos es que �L TOM� PAN, LO ROMPI� Y DIJO, 'ESTE ES MI CUERPO', enfatizando la unidad esencial de los pasajes. Mateo agrega a las palabras de Jes�s, 'Ll�vate, come', Marcos agrega 'Ll�vate'. Lucas y Pablo omiten esto, pero est� claramente impl�cito. Lucas agrega: "Lo que les es dado, hagan esto en memoria de m�", y Pablo agrega, "lo que es para ustedes, hagan esto en memoria de m�". El 'que es para ti' de Pablo es paralelo al 'toma, come' de Mateo y especialmente al 'll�vate' de Marcos.

El 'dado por ti' de Luke simplemente amplifica la idea. As�, la idea b�sica es la misma en todos, con peque�as diferencias de presentaci�n para resaltar puntos particulares. Las palabras adicionales, 'Hagan esto en memoria m�a' son realmente necesarias para explicar la perpetuaci�n de la fiesta en la iglesia primitiva. Por lo tanto, incluso si no nos hubieran dicho al respecto, tendr�amos que asumirlo. De hecho, si bien 'Este es mi cuerpo' ser�a ciertamente impresionante estando solo, se requieren palabras adicionales para que tenga sentido para los oyentes.

Posiblemente sean los escritores y ministros, no el orador original, quienes desean que se destaque en su crudeza, sabiendo que los lectores / destinatarios conocer�n su significado m�s profundo. Lo que fueron Sus palabras exactas en arameo solo puede postularse. El griego en cada caso da el verdadero significado.

Un poco m�s complicadas son las palabras sobre la copa.

Mateo 26:27 �Y tomando una TAZA, dio gracias y les dio, diciendo: Bebed de �l todos, porque ESTA ES MI SANGRE DEL PACTO, que por muchos es derramada para remisi�n de los pecados. '

Marco 14:23 'Y tomando una TAZA, y habiendo dado gracias, les dio, y todos bebieron de ella, y les dijo: ESTA ES MI SANGRE DEL PACTO, que es derramada. para muchos.'

Lucas 22:20 Y la TAZA igualmente despu�s de la cena, diciendo: ESTA copa ES EL NUEVO PACTO en MI SANGRE, el que por vosotros es derramado.

1 Corintios 11:25 'De la misma manera tambi�n la TAZA, despu�s de la cena, diciendo: "ESTE c�liz ES EL NUEVO PACTO en MI SANGRE. Hagan esto, todas las veces que lo beban, en memoria de m�".

En cada uno de ellos, Jes�s toma una copa y dice: "Este es el pacto en mi sangre", o el equivalente m�s crudo en la forma hebrea, "Esta es mi sangre del pacto". El primero es interpretativo del segundo. Lucas y Pablo a�aden que es un pacto "nuevo", porque querr�an que sus lectores gentiles supieran que no era el antiguo pacto jud�o renovado. Pero todos sab�an que era un nuevo pacto, en parte de acuerdo con la promesa de Dios en Jeremias 31:31 , y en parte porque estaba 'en Su sangre' y miraba a la cruz, y las mismas palabras y acciones de Jes�s lo exig�an incluso si No lo dijo.

Mateo, Marcos y Lucas est�n de acuerdo en que �l dijo, 'que se derrama por &mdash-'. Mark simplemente agrega, 'para muchos', agrega Luke. 'por ti' y Mateo agrega 'por muchos a la remisi�n de los pecados'. Pablo omite esto, pero agrega: 'Hagan esto, tan a menudo como lo beban, en memoria de m�', lo que en realidad debe ser dicho por Jes�s (o algo parecido) para establecer la permanencia de la misma como un s�mbolo. Como el de Marcos 'para muchos' probablemente tiene Isa�as 53:11 ; Isa�as 53:12 en mente tiene el mismo significado que la frase m�s larga de Mateo 'para que muchos remisi�n de los pecados'.

El 't�' de Lucas simplemente lo personaliza, reconociendo que el 't�' para entonces se est� hablando a toda la iglesia, que son los 'muchos' por quienes Cristo muri�. Por tanto, el significado esencial vuelve a ser el mismo. Al igual que con el pan, Jes�s debi� haber dicho en alg�n momento la importancia de hacerlo en memoria para que los Ap�stoles retomaran la fiesta y la perpetuaran como lo hicieron. Las ligeras diferencias generales enfatizan el punto que cada uno busca resaltar a medida que traducen o parafrasean del arameo, sin alterar el sentido b�sico.

Fin de la nota.

Información bibliográfica
Pett, Peter. "Comentario sobre 1 Corinthians 11". "Comentario de Pett sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pet/1-corinthians-11.html. 2013.