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Bible Commentaries
Deuteronomio 1

Pett's Commentary on the BibleComentario de Pett

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Introducción

A). El Pre�mbulo y Pr�logo Hist�rico del Pacto (Cap�tulos 1-4).

Al llegar al comentario en s�, quiz�s deber�amos resumir lo que tenemos ante nosotros. Habiendo declarado en cuyo nombre Mois�s est� actuando, los primeros cuatro cap�tulos act�an como un pr�logo hist�rico del pacto y tratan mucho de la historia de Israel y sus consecuencias actuales, y conducen a que �l anuncie las estipulaciones del pacto como un mandato de Yahweh. .

Habiendo presentado a Yahv� como su Dios y Se�or Supremo ( Deuteronomio 1:3 ; Deuteronomio 1:6 ), Mois�s contin�a se�alando c�mo �l hab�a ofrecido la tierra a sus padres que murieron en el desierto y c�mo le hab�an fallado, a pesar de que �l les hab�a dado todas las oportunidades para tener �xito ( Deuteronomio 1:6 ), por lo que eran una advertencia sombr�a para el futuro.

Yahv� hab�a ordenado que entraran en la tierra y la poseyeran ( Deuteronomio 1:6 ), los hab�a hecho un pueblo numeroso ( Deuteronomio 1:9 ), los hab�a establecido como una naci�n justa y bien gobernada ( Deuteronomio 1:13 ), y les dio instrucciones claras sobre lo que deb�an hacer y c�mo deb�an comportarse ( Deuteronomio 1:18 ).

Primero hab�an entrado en la tierra a trav�s de sus exploradores, a trav�s de los cuales hab�an recibido sus primicias. Pero al ver el espectro del enemigo en la tierra, se hab�an olvidado de lo que pod�a hacer y hab�an vuelto a la incredulidad ( Deuteronomio 1:19 ). En esa incredulidad hab�an entrado de nuevo desesperados para tomar posesi�n de la tierra ( Deuteronomio 1:43 ).

Pero esto hab�a resultado en que fueran expulsados ??de la tierra ( Deuteronomio 1:44 ) para vagar por el desierto ( Deuteronomio 1:46 a Deuteronomio 2:1 ), porque hab�an perdido su derecho a la tierra. Porque la tierra era de Yahweh, y solo aquellos que la pose�an cre�an en Yahweh y estaban dispuestos a responder a Su pacto.

As�, podemos ver en este primer cap�tulo un resumen de todo el mensaje del libro. Que Dios les estaba ofreciendo la tierra, que los estaba convirtiendo en un pueblo numeroso y justo, que si quer�an entrar deb�an entrar en fe y obediencia, y que si se apartaban con incredulidad ser�an expulsados ??de la tierra, as� como sus padres hab�an sido.

Esta descripci�n de lo que hab�an hecho sus padres fue tanto una invitaci�n como una advertencia. Una invitaci�n a volver a entrar en la tierra, nuevamente con la aprobaci�n de Yahweh, y una advertencia clara a la nueva generaci�n, una advertencia que se repetir� en el coraz�n del libro, para recordar que esta tierra era de Yahweh. Era una tierra pura, una tierra santa, una tierra para los creyentes, una tierra para los que estaban en pacto con Yahv�.

Era una tierra que escup�a a sus habitantes si desobedec�an a Yahv� ( Lev�tico 18:27 ; Lev�tico 20:22 ), como hab�a escupido a sus padres.

Por eso los que ahora lo pose�an, los cananeos / amorreos, tambi�n iban a ser expulsados ??de �l ( Deuteronomio 4:38 ; Deuteronomio 7:1 ; Deuteronomio 11:23 ) debido a su idolatr�a y pecado grave (comparar G�nesis 15:16 ).

La tierra era tal que solo pod�an habitarla aquellos que caminaban en fe y obediencia. Y estos sus oyentes tambi�n deben reconocer que cuando ellos mismos hayan entrado en la tierra, si tambi�n ellos son incr�dulos y desobedecen el pacto, ellos tambi�n ser�n expulsados ??y vagar�n entre las naciones ( Deuteronomio 4:26 ; Deuteronomio 28:64 ).

En lugar de ser como las estrellas para la multitud, ser�n pocos en n�mero ( Deuteronomio 4:27 ; Deuteronomio 28:62 ). Porque esta es la tierra de Yahweh, una tierra que solo puede ser ocupada permanentemente por aquellos que est�n en un pacto amoroso con Yahweh.

La idea de 'la tierra' es importante en Deuteronomio. Pero no era solo porque era tierra, por valiosa que fuera, era porque era la tierra de Yahweh. Podr�amos haber dicho aqu�, 'Mois�s vino a ellos predicando la tierra de Dios, porque para eso fue enviado'. Porque esta era la tierra donde reinar�a Yahv�. Ser�a el lugar donde se establecer�a el gobierno real de Dios, y donde los gobernantes justos establecer�an la justicia, y donde todos prosperar�an. Ese era el sue�o, incluso si el cumplimiento fue un poco diferente simplemente por su negativa a obedecer.

As� que incluso mientras avanzan para recibir las promesas, la advertencia de sus padres pende sobre su cabeza de que deben tener fe en Yahweh, y que cuando entren a la tierra esa fe debe continuar, y que si se vuelven a la incredulidad, ellos tambi�n lo har�n. ser echado de la tierra.

La consecuencia del fracaso de sus padres fue que �l hab�a permitido que esa generaci�n pasara, vagando sin rumbo fijo, arrojada de la tierra y muriendo en el desierto, antes de que se hiciera otro intento ( Deuteronomio 1:34 ; Deuteronomio 1:37 ; Deuteronomio 1:46 a Deuteronomio 2:1 ; Deuteronomio 2:14 ). Era como si la historia futura de Israel, que ser�a testigo de un fracaso y una expulsi�n similares, se hubiera realizado en un microcosmos. Es una tonter�a decirle 'no' a Dios.

Debemos notar en todo esto cu�n estrechamente estos pensamientos modelan el prop�sito del Libro de N�meros que tambi�n busca prepararse para la entrada a la tierra, enfatiza el juicio sobre la primera generaci�n y alienta a la nueva generaci�n a seguir adelante (ver Comentario sobre N�meros ).

Pero ahora hab�a llegado el momento del segundo intento ( Deuteronomio 2:3 ). Esto implic� pasar por Edom, Moab y Amm�n, que eran tribus hermanas al este del Jord�n, bordeando sus fronteras ( Deuteronomio 2:4 ). Estos ten�an que dejarse solos ( Deuteronomio 2:5 ; Deuteronomio 2:9 ; Deuteronomio 2:19 ), porque Israel tambi�n deb�a reconocer qu� tierra no era de ellos.

Dios no quer�a que atacaran a sus tribus hermanas relacionadas, sino que pagaran su camino a medida que pasaban y permanecieran en paz con ellos. Porque su tierra no deb�a ser vista como disponible para Israel, sino como perteneciente a estos pueblos porque Yahweh se la hab�a dado ( Deuteronomio 2:5 ; Deuteronomio 2:9 ; Deuteronomio 2:19 ).

La tierra que iba a pertenecer a Israel a�n estaba por delante. Es esa tierra s�lo la que tienen derecho a tomar por conquista. Esa tierra sola es su herencia, aunque se extendi� con permiso a partes de Transjordania cuando sus reyes demostraron ser beligerantes y atacaron a Israel.

Por este medio qued� muy claro que es Yahv� quien reparte las tierras y quien da lo que quiere a quien quiere, y que su propia tierra, la tierra elegida, era espec�fica y claramente delineada (comparar Deuteronomio 32:8 ). .

Pero reconozcan ahora que les hab�a dado la tierra de Seh�n, el amorreo ( Deuteronomio 2:24 ) y de Og, rey de Bas�n ( Deuteronomio 3:2 ), y hab�a comenzado el proceso por el cual todos los que oyeron hablar de Israel temblar�a, como hab�a prometido tanto tiempo antes ( Deuteronomio 2:25 , comp�rese con �xodo 15:14 ).

As� hab�an derrotado totalmente a Seh�n y pose�do su tierra ( Deuteronomio 2:24 ). Y lo mismo ocurri� con Og, rey de Bas�n, con sus ciudades poderosas. Tambi�n lo hab�an vencido y destruido todas sus ciudades ( Deuteronomio 3:1 ).

Y as� todo ese lado del Jord�n, desde los l�mites de Moab en el sur, hacia el norte hasta Galaad y Bas�n, hab�a sido entregado en sus manos, siendo pose�do por Rub�n, Gad y la media tribu de Manas�s ( Deuteronomio 3:8 ), primicia de lo que vendr�a.

Es dif�cil para nosotros al leer esto ganarnos la atm�sfera del momento. Mientras estaban de pie para escuchar sus palabras en la llanura de Moab, nadie estaba m�s consciente que ellos de la verdad de lo que estaba diciendo. Porque ellos estaban presentes all�, habiendo estado ellos mismos involucrados en ello. Acababan de regresar de luchar contra un enemigo poderoso. Se acababan de enfrentar grandes peligros, se hab�an librado batallas exitosas con ej�rcitos aparentemente poderosos, se hab�an acercado a las grandes ciudades con temor, pero con la ayuda de Yahweh los hab�an derribado.

Los muertos hab�an sido contados y estaban siendo llorados como h�roes, porque fue a trav�s de su sacrificio en la Guerra Santa que hab�an salido victoriosos. La tierra de Galaad y Bas�n era de ellos, y hab�an regresado al campamento cansados ??y triunfantes. Hab�an probado el buen sabor de la victoria.

Y ahora aqu� estaban reunidos para escuchar a Mois�s, para saber que Yahweh estaba a punto de darles la tierra de las promesas para que la poseyeran, la tierra de Cana�n misma. De modo que reuni� a los soldados de Rub�n, Gad y la media tribu de Manas�s, invit�ndolos a que desempe�aran plenamente su papel en la invasi�n de Cana�n ( Deuteronomio 3:18 ), y alent� y fortaleci� a Josu�, sobre quien reca�a la responsabilidad principal de la la invasi�n caer�a ( Deuteronomio 3:21 ; Deuteronomio 3:28 ).

Como un solo hombre deb�an estar listos, preparados para la entrada a Cana�n sobre el r�o Jord�n, aunque lamentablemente �l, Mois�s, no ser�a parte de �l, habiendo sido prohibido por Yahv� ( Deuteronomio 3:23 ).

Por lo tanto, ahora era necesario que ellos escucharan los requisitos del pacto de Yahweh y los cumplieran, para que pudieran 'vivir' y poseer la tierra ( Deuteronomio 4:1 compare con Deuteronomio 30:15 ; Deuteronomio 32:47 ).

Esto era b�sico para todo lo que ten�a por delante. Deben recordar que hab�an sobrevivido debido a su obediencia, mientras que otros hab�an muerto en el desierto ( Deuteronomio 4:3 ), y que �l les hab�a dado los estatutos y mandamientos de Yahweh ( Deuteronomio 4:2 ; Deuteronomio 4:5 ) (como se encuentra en �xodo, Lev�tico y N�meros).

Fue sobre la base de su obediencia a este pacto que su �xito estaba garantizado ( Deuteronomio 4:9 ), y con este fin �l les recuerda nuevamente la asombrosa experiencia en el Sina�, y la forma en que Yahweh se hab�a revelado a ellos ( Deuteronomio 4:10 ), y hab�a declarado los requisitos de su pacto ( Deuteronomio 4:14 ).

Y advierte a la luz de esto contra el comportamiento necio, y especialmente la idolatr�a, una vez que est�n en la tierra ( Deuteronomio 4:15 ). Deben ser fieles a su Se�or soberano y no entregarse a ning�n otro. No olviden que fue �l quien los liber� del horno de fuego de Egipto ( Deuteronomio 4:20 ).

Y deben recordar c�mo incluso a �l, Mois�s, se le prohibi� entrar en la tierra debido a su desobediencia ( Deuteronomio 4:21 ). Por lo tanto, deben tomar en serio la lecci�n de que Aquel que les est� dando la tierra puede quit�rsela con la misma facilidad. Siempre es de ellos en libertad condicional. Se lo ha quitado a sus padres.

Se lo ha quitado a Mois�s. Se lo quitar� a los cananeos, expuls�ndolos por su comportamiento vil e idolatr�a ( Deuteronomio 4:38 ). Y se lo dar� a Israel. Pero que est�n siempre conscientes de que �l tambi�n puede quit�rselo f�cilmente a ellos si no responden con total obediencia y se hacen im�genes ( Deuteronomio 4:23 ), expuls�ndolos tambi�n al exilio entre los extranjeros hasta que arrepentirse de su fracaso Deuteronomio 4:26 .

Pero Mois�s no pod�a dejarlo all�, porque sab�a que al final era el prop�sito de Dios a trav�s de los descendientes de Abraham establecer la bendici�n para el mundo. Entonces sab�a que tal rechazo no pod�a ser el final. Aunque los hombres puedan fallar, Dios no lo har�a. As� que declara que entonces, si se arrepienten, �l los restaurar� ( Deuteronomio 4:29 ), porque ellos son las personas a trav�s de las cuales Sus prop�sitos deben llevarse a cabo seg�n lo prometido a sus antepasados.

Estas son las advertencias iniciales del pacto, prepar�ndose para las bendiciones y posibles maldiciones que se avecinan ( Deuteronomio 27:15 a Deuteronomio 28:68 ), t�picas de los pactos de se�or�o (tratados de soberan�a). El punto se enfatiza continuamente que la tierra era de Yahweh y solo pod�a pertenecer a aquellos que fueran fieles al pacto.

Dejemos que ahora consideren. �Alguna vez hubo gente como ellos? �Alguno hab�a tenido alguna vez experiencias como la de ellos? �Hubo alguna vez un dios como el Dios de ellos en su grandeza, que los hab�a librado tan maravillosamente y ahora estaba a punto de darles posesi�n de su tierra? ( Deuteronomio 4:33 ). Por eso deb�an obedecer sus mandamientos y leyes ( Deuteronomio 4:40 ). Quer�a mantenerlos firmes hasta el final.

Por tanto, los cap�tulos 1-4 contienen todo lo necesario para el establecimiento de un pacto. Pre�mbulo, declaraci�n de lo que le deben a su Se�or Supremo, oferta, requisito de obedecer Sus estatutos y ordenanzas, y advertencia de lo que seguir� si no lo hacen, seguido de un �nfasis en el testimonio del cielo y la tierra del pacto y de los suyos. testimonio del poder y la fidelidad de Yahv�. Sin embargo, tambi�n es una introducci�n preliminar a una exposici�n m�s detallada del pacto, ya que los requisitos no est�n detallados.

Porque esto conducir� a Deuteronomio 5 , que es el comienzo del discurso de 'la renovaci�n del pacto' ( Deuteronomio 4:44 a Deuteronomio 29:1 ) en lo que es casi una recreaci�n de lo que hab�a ocurrido en el Monte Sina�.

En �l, Mois�s traer� la experiencia del Sina� directamente al presente en toda su viveza ( Deuteronomio 5:2 ; Deuteronomio 5:22 ). Como �l declara, 'Yahv� no hizo este pacto con nuestros padres, sino con nosotros, todos los que vivimos aqu� hoy' ( Deuteronomio 5:3 ).

Y luego les presenta lo que sucedi� en el Sina� como si fuera algo que les hubiera sucedido y como algo en lo que hab�an participado (como lo hicieron los mayores de ni�os), incluida la declaraci�n misma de las palabras del pacto, ligeramente. pero deliberadamente alterado para adaptarse a su situaci�n ( Deuteronomio 5:5 ).

Y lo hace de tal manera que enfatiza que ellos est�n tan involucrados en el pacto del Sina� como lo hab�an estado sus padres ( Deuteronomio 5:3 ; Deuteronomio 5:23 ). Deben ver lo que sucedi� all� como si les hubiera sucedido a ellos.

Y ahora, por lo tanto, deben comprometerse en ese pacto para hacer todo lo que en �l se orden�. Porque Yahweh lo ha enviado con detalles de los requisitos de ese pacto que ahora est� a punto de transmitirles ( Deuteronomio 5:31 ). Y es en este punto que comienza a delinear los requisitos del pacto, las estipulaciones del pacto (cap�tulo 6 en adelante), que seguir� con maldiciones y bendiciones ( Deuteronomio 27:11 a Deuteronomio 28:68 ) y el sellamiento de el pacto.

Cap�tulo 4. Mois�s los insta a responder plenamente al pacto de Yahweh y recordar con qu� gloria y poder vino.

Habiendo establecido la certeza de su entrada exitosa en la tierra, Mois�s ahora sigue esto con un encargo para cumplir con todos los requisitos de Dios. Y lo hace a la luz de lo que Dios se ha revelado a s� mismo. Este cap�tulo hasta el vers�culo 40, de hecho, convierte los primeros cuatro cap�tulos en un mini-pacto porque sigue el pr�logo hist�rico de Deuteronomio 1-3 al resumir las estipulaciones de su Se�or Supremo ( Deuteronomio 4:1 ), enfatiza cu�n favorecidos fueron son por Su superioridad y la superioridad de la ense�anza que �l les ha dado ( Deuteronomio 4:7 ) y que �l hab�a aparecido personalmente para instarles estas estipulaciones ( Deuteronomio 4:10 ), y termina con advertencias de acuerdo con el patr�n del pacto ( Deuteronomio 4:25) y una apelaci�n a los testigos ( Deuteronomio 4:26 ). Por lo tanto, forma un mini-pacto dentro del pacto m�s amplio.

Este resumen, que luego se expondr� con m�s detalle, confirma que tenemos aqu� una direcci�n real. Es similar al predicador moderno que, habiendo tratado con un pasaje inicial, resume los principios que seguir�n y que luego tratar� con m�s detalle en los siguientes sermones.

Y demuestra c�mo Mois�s pensaba constantemente en t�rminos de un tratado de pacto. Vio las cosas en t�rminos de Qui�n es Yahweh, lo que Yahweh hab�a hecho por ellos, lo que les pidi� en respuesta y cu�les ser�an las consecuencias de la desobediencia. Su visi�n se llen� de Yahweh, quien era su todo. �l mismo no pod�a ver c�mo alguien pod�a dejar de responderle plenamente, aunque sab�a por experiencia pr�ctica que pod�a hacerlo.

El cap�tulo expresa la s�plica de que recuerden la gloria y la santidad de Aquel que dio las leyes y, por lo tanto, les pedir� cuentas. Deben recordar que �l no es un presa f�cil, sino que es un fuego consumidor. Por lo tanto, deben evitar toda idolatr�a y todo lo que provoque la ira de Dios, de lo contrario, ellos tambi�n tendr�n que ser apartados de la tierra. Y deben prestar atenci�n a todo lo que �l ha hecho por ellos y responder con un coraz�n obediente.

Finalmente, les recuerda el car�cter sagrado de la vida humana y el odio de Dios por el derramamiento de sangre innecesario (y prohibido) al nombrar tres ciudades de refugio. El establecimiento de estas ciudades fue una demostraci�n de su ocupaci�n permanente de la tierra. Demostraron que Israel estaba all� para siempre. Quiz�s al mencionar estas ciudades de refugio en este momento tambi�n ten�a la intenci�n de recordarles el hecho de que ellos mismos ten�an un refugio continuo, y que Dios era Aquel que tambi�n era su refugio. Porque estas ciudades eran como un faro cuyas vigas declaraban abiertamente el cuidado protector de Yahweh para los desdichados.

Necesitamos aprender a aplicar los mismos principios del convenio en nuestra vida, recordando qui�n es Cristo, el Se�or de todo; lo que ha hecho por nosotros, muriendo por nosotros en la cruz; lo que �l requiere de nosotros, una respuesta de plena obediencia; y cu�les ser�n las consecuencias si fallamos en nuestro gozoso deber hacia �l, en caer bajo Su desaprobaci�n y perder la gloria de lo que �l nos dar�a.

Versículos 1-5

Deuteronomio 1 . Pre�mbulo, Historia y Fracaso.

El Pre�mbulo ( Deuteronomio 1:1 ).

Deuteronomio 1-5 del cap�tulo establece el escenario para todo el libro. Est�n cuidadosamente construidos para formar una unidad literaria. Note el patr�n literario qui�stico que abre y cierra las dos secciones. "Estas son las palabras - que Mois�s habl� a todo Israel - al otro lado del Jord�n - al otro lado del Jord�n - en la tierra de Moab comenz� Mois�s a declarar - esta instrucci�n". ( Deuteronomio 1:1 a, Deuteronomio 1:5 ).

En el medio se nos da el paradero del lugar en el que fueron dados, la fecha del evento, cu�l fue el evento (la declaraci�n a los hijos de Israel de todos los mandamientos de Yahweh) y el evento hist�rico particular que lo provoc�, la derrota de Og y Bashan y la toma de sus tierras. Era este �ltimo el que iba a ser su incentivo para seguir adelante. Hab�an visto lo que suced�a, y hab�an participado en ello, y deb�an reconocer que lo que Yahweh hab�a hecho una vez, �l pod�a volverlo a hacer.

De esto podemos aprender ciertas lecciones. En primer lugar, que Dios tiene todo fechado. En Su propio tiempo vendr� Su propia voluntad. En segundo lugar, si bien a veces podemos encontrarnos 'en el desierto', a menudo un desierto que nosotros mismos merecemos, mientras sigamos avanzando con fe, podemos estar seguros de que las victorias que �l nos da all� nos llevar�n a mayores victorias. , para que podamos poseer todo lo que �l tiene para nosotros en el �mbito espiritual (ver Efesios 6:10 ). Y en tercer lugar, que para obtener esas bendiciones debemos andar por el camino de la obediencia a Su voluntad como se revela en Su palabra, en Su Nuevo Testamento (Pacto).

Podemos analizar estos vers�culos de la siguiente manera:

a 'Las palabras - que habl� Mois�s - al otro lado del Jord�n' ( Deuteronomio 1:1 a).

b En el desierto, en el Arab� enfrente de Sup, entre Par�n, Tofel, Lab�n, Hazerot y Di-zahab ( Deuteronomio 1:1 b).

c Es un viaje de once d�as desde Horeb por el camino del monte Seir hasta Cades-barnea ( Deuteronomio 1:2 ).

c En el und�cimo mes del a�o cuarenta, el primer d�a del mes, Mois�s habl� a los hijos de Israel, de acuerdo con todo lo que Yahv� le hab�a dado por mandamiento ( Deuteronomio 1:3 ).

b Despu�s que hiri� a Seh�n, rey de los amorreos, que habitaba en Hesb�n, ya Og, rey de Bas�n, que habitaba en Astarot, en Edrei ( Deuteronomio 1:4 ).

a M�s all� del Jord�n - comenz� Mois�s a declarar - esta instrucci�n ( Deuteronomio 1:5 ).

Notamos que en 'a' tenemos una descripci�n que en el paralelo es similar pero en orden inverso enfatizando que tenemos aqu� las palabras de Mois�s dadas en M�s all� del Jord�n. En 'b' tenemos una descripci�n geogr�fica de d�nde estaban acampados de forma segura y en paralelo c�mo llegaron a acampar all� de forma segura, con descripciones geogr�ficas. En 'c' se menciona el n�mero 'once' y lo mismo ocurre en el paralelo. Miran hacia atr�s en su viaje de "once d�as", y en el "und�cimo" mes miran hacia el futuro.

Deuteronomio 1:1

' Estas son las palabras que habl� Mois�s a todo Israel en M�s all� del Jord�n en el desierto, en el Arab� frente a Suf, entre Par�n, Tofel, Lab�n, Hazerot y Dizahab. Es un viaje de once d�as desde Horeb por el camino del monte Seir hasta Cades-barnea.

Note la conexi�n de regreso a N�meros 36:13 . Esta es una continuaci�n de lo que ha escrito antes. Pero estas palabras est�n mirando hacia adelante. Se dice que el prop�sito del libro es presentar 'las palabras de Mois�s' habladas a 'todo Israel' (comp�rese con �xodo 18:25 ; N�meros 16:34 ).

La frase 'Todo Israel' se usa con bastante regularidad en este libro y se usa en todos los libros hist�ricos. Simplemente indica la naci�n como un todo, incluidos todos los que se han incorporado al pacto. 'Todo Israel' es en esta etapa un solo pueblo. Su uso aqu� puede reflejar, entre otras cosas, el requisito de que Rub�n, Gad y la media tribu de Manas�s mantengan su lealtad al �nico Israel. Todos deben ser uno juntos.

En los primeros veintiocho cap�tulos (incluido Deuteronomio 29:1 ), 'Todo Israel' aparece cuatro veces en los labios de Mois�s y tres veces en la narraci�n, y se usa cuando se requiere un �nfasis en el hecho de que Israel en su conjunto est� involucrado. , y 'hijos de Israel' aparece dos veces en los labios de Mois�s y seis veces en la narrativa cuando no se requiere tal �nfasis y la referencia es a Israel en general, aunque por lo general tambi�n indica todo Israel.

En el cap�tulo s, Deuteronomio 29:2 a Deuteronomio 34:12 'Todo Israel' aparece una vez en los labios de Yahweh y cinco veces en narraci�n, nuevamente donde hay un �nfasis en todo Israel, mientras que 'hijos de Israel' ocurre una vez en los labios de Mois�s, tres veces en los labios de Yahv�, tres veces en el poema de Deuteronomio 32 y cinco veces en la narraci�n.

De nuevo, tiene un significado m�s general. A veces, "todo Israel" habr�a sido inadecuado, pero en otros casos se podr�a haber utilizado cualquiera de las dos expresiones. Por lo tanto, ambas expresiones son claramente igualmente satisfactorias para el escritor, una enfatizando Israel ('t�') como un todo, la otra refiri�ndose regularmente a todo Israel ('vosotros') pero sin el mismo �nfasis en la unidad. Era importante reconocer que 'todo Israel' estaba involucrado en el pacto. No habr�a excepciones.

El lugar donde se pronunci� este primer discurso se describe aqu� cuidadosamente en un lenguaje que recuerda a alguien que sab�a exactamente d�nde estaba y se esforz� por se�alarlo con bastante precisi�n, y sin embargo, desea enfatizar que todo lo que han pasado est� detr�s de ellos. Tiene la intenci�n de sacar a relucir la emoci�n de la situaci�n. All� estaban, despu�s de todo lo que ha pasado, al borde mismo de la tierra prometida.

Estaban en 'M�s all� del Jord�n', once d�as de viaje desde el Sina�, con Par�n, Cades-barnea y Hazeroth detr�s de ellos, y la tierra prometida ante ellos. Ahora, cualquiera que sea el pasado, podr�an empezar de nuevo.

�M�s all� de Jordania� . Esta fue una descripci�n t�cnica de la tierra en el valle de Arabah a trav�s de la cual flu�a el Jord�n, junto con sus alrededores m�s amplios, (por mucho que usemos Transjordania hoy, aunque no es la misma �rea que Transjordania, ya que est� a ambos lados del Jord�n ). Simplemente significaba estar "en la regi�n alrededor del Jord�n". Podr�a referirse a la tierra a ambos lados del Jord�n.

No significa necesariamente que el escritor estuviera al oeste de Jordania mirando al este. Podr�a haberle dicho a cualquiera que estuviera con �l: 'Estamos al otro lado del Jord�n' (comp�rese con Josu� 9:1 ). Vea N�meros 32:19 que se refiere a 'M�s all� del Jord�n hacia el este', y compare 'M�s all� del Jord�n hacia el oeste' en Josu� 5:1 ; Josu� 12:7 .

V�ase tambi�n Josu� 9:1 donde 'este lado del Jord�n' es estrictamente 'M�s all� del Jord�n', de modo que el escritor habla de ellos como si estuvieran en 'M�s all� del Jord�n').

El Arab� era el nombre del valle del rift del Jord�n en esa �rea, que bajaba del mar de Chinneret (Galilea), a trav�s del valle del Mar Muerto y llegaba a Seir (Edom). Como el �rea en la que tuvo lugar el discurso no estaba asentada y no tendr�a un nombre espec�fico reconocible para todos, la designa en t�rminos de lugares m�s identificables y con significado para Israel. De hecho, la dificultad para describir con precisi�n d�nde estaba surge en la descripci�n.

Esto es en s� mismo una prueba de autenticidad. Hab�an entrado en el desierto de Par�n desde Hazarot, y si Hazarot aqu� se identifica con Hazarot en N�meros 11:35 ; N�meros 13:1 con N�meros 26 ; N�meros 33:17 fue la �ltima parada antes del desierto de Par�n y Cades.

Por eso est� diciendo que todo eso qued� atr�s. Lo mismo puede ser cierto de Lab�n si es lo mismo que Libna ( N�meros 33:19 ). Suph era el lugar m�s cercano a donde estaban, el sitio identificable local m�s cercano. Puede haber estado cerca del r�o Arn�n, pero cualquier identificaci�n actual es especulativa. Tophel y Di-zahab son desconocidos, pero probablemente estaban al norte.

Por lo tanto, estaban entre el pasado y el futuro. Otros han buscado identificar todos los nombres con sitios locales, lo cual es muy tentativo, pero igualmente posible. Se produjeron muchas duplicaciones de nombres cuando los pueblos locales dieron nombres similares a lugares en sus localidades.

Los sitios de los diferentes lugares nombrados no pueden ser identificados definitivamente por nosotros, como de hecho esperar�amos en vista de la naturaleza del �rea, aunque se han hecho nobles intentos, a menudo basados ??en lugares con nombres que suenan similares. Tales identificaciones son notoriamente dif�ciles y siempre provisionales hasta que se encuentre alguna evidencia m�s definitiva. De hecho, incluso ahora hay pocos sitios que podamos identificar con absoluta certeza.

Es raro encontrar el nombre de una ciudad escrito en algo en el sitio como en Gaba�n. Sin embargo, habr�an sido identificables para aquellos que hab�an atravesado recientemente el �rea. Por lo tanto, eran identificables en ese momento. La menci�n de lugares tan desconocidos confirma que Deuteronomio es muy antiguo.

"Son once d�as" de viaje desde Horeb por el camino del monte Seir hasta Cades-barnea. Horeb es el �rea alrededor del Sina� que inclu�a el lugar donde acamp� Israel. (No se menciona un monte Horeb en Deuteronomio; de hecho, solo se encuentra en el Pentateuco en �xodo 33:6 donde podr�a ser cualquier monta�a local). El "camino del monte Seir" era claramente una "carretera" identificable que atravesaba el desierto, un sendero accidentado utilizado por caravanas y viajeros.

Cades-barnea era un gran oasis (o grupo de oasis) en el Negeb al sur de Cana�n, que visitaron dos veces en su deambular y se quedaron durante alg�n tiempo. "Once d�as" es una descripci�n espec�fica que indica exactitud (a diferencia de, digamos, "siete d�as" o "cuarenta d�as", que podr�an indicar simplemente un per�odo de tiempo general), y en realidad es exacta. Quienquiera que haya escrito esto sab�a cu�nto tiempo tom�. Hab�a viajado de esa manera. Es un n�mero lo suficientemente inusual como para demostrar que no fue una invenci�n. Un inventor habr�a utilizado un n�mero redondo.

La indicaci�n de la duraci�n del viaje desde Horeb a Cades-barnea de once d�as, contrasta fuertemente con el hecho de que ya eran cuarenta a�os y todav�a no estaban en la tierra. Entonces, �qu� hab�a causado el retraso? La raz�n de esto se dar� a conocer en breve.

Deuteronomio 1:3

" Y aconteci� que a los cuarenta a�os, en el mes und�cimo, el primer d�a del mes, Mois�s habl� a los hijos de Israel, de acuerdo con todo lo que Jehov� le hab�a mandado acerca de ellos, y mat� Seh�n, rey de los amorreos, que habitaba en Hesb�n, y Og, rey de Bas�n, que habitaba en Astarot, en Edrei.

El tiempo de este primer discurso, hasta Deuteronomio 4:40 , est� fechado con precisi�n. Esta dataci�n era com�n en los registros antiguos mucho antes de la �poca de Mois�s, y su forma se puede comparar con otros registros antiguos, egipcios y de otro tipo. Aparentemente fueron treinta y nueve a�os y diez meses despu�s de la Pascua original (el d�a catorce del primer mes).

Hab�an pasado los necesarios 'cuarenta a�os' ( N�meros 14:33 ). Su prop�sito final era resumir todos los eventos hist�ricos que hab�an revelado el se�or�o supremo de Yahweh, llamarlos a responder, y luego resumir todos los mandamientos que Yahweh les hab�a dado, pero esto necesariamente implicar�a una abreviatura, y no cubrir�a todos los detalles. As� es presentado Aquel que est� haciendo este pacto con ellos. Es Yahv� quien habla.

Esto tuvo lugar despu�s de la derrota de Seh�n y Og, reyes de los amorreos ( N�meros 21:21 ). La derrota de esos reyes, que eventualmente conducir�a a la posesi�n de su tierra, hizo que Israel reconociera que el sue�o ahora se estaba convirtiendo en realidad. Hab�an logrado sus primeras victorias en el proceso de poseer la tierra, y sus corazones estaban en alto. A diferencia de sus padres, ellos iban hacia adelante en fe y obediencia.

Hesb�n era la ciudad real de los amorreos en el �rea ( N�meros 21:25 ). A�n no se ha identificado claramente. Se convirti� en una ciudad lev�tica ( Josu� 21:39 ). Fue restaurada por Rub�n ( N�meros 32:37 ), entr� en posesi�n de Gad, y luego, en los tiempos de Isa�as y Jerem�as, fue tomada por Moab, antes de ser nuevamente capturada por Israel.

Astarot era una ciudad probablemente relacionada con la adoraci�n de la diosa Asera y que se remontaba al tercer milenio antes de Cristo, y era la ciudad real de Og en Bas�n. Se menciona en las inscripciones egipcias, las cartas de Amarna y en las inscripciones asirias. La ciudad fue nuevamente tomada por Josu� ( Josu� 12:4 ) pero no la retuvo ( Josu� 13:12 ) aunque m�s tarde se convirti� en una ciudad lev�tica ( Josu� 21:27 ), porque la conquista no fue un proceso sencillo.

Los habitantes originales no se rindieron simplemente. Huyeron y regresaron, y tuvieron que ser expulsados ??nuevamente. Para Edrei (probablemente Der'ah moderno), ver Deuteronomio 3:1 ; N�meros 21:33 ; Josu� 12:4 ; Josu� 13:12 ; Josu� 13:21 .

Deuteronomio 1:5

' Al otro lado del Jord�n, en la tierra de Moab, Mois�s comenz� a declarar (exponer, aclarar) esta instrucci�n (torah - ley), diciendo:'

Este vers�culo b�sicamente recapitula Deuteronomio 1:1 al rev�s y enfatiza que sus discursos tuvieron lugar en la regi�n de M�s All� del Jord�n, en el mismo borde de la tierra prometida, 'en la tierra de Moab', una designaci�n general del �rea. La 'tierra de Moab' no era solo el �rea ocupada por Moab. Seh�n se hab�a apoderado de parte de la tierra de Moab, y Moab todav�a la ve�a como suya siglos despu�s (ver Jueces 11:13 ).

Versículos 6-8

Recapitulaci�n de Mois�s de su historia ( Deuteronomio 1:6 a Deuteronomio 4:43 ).

La instrucci�n de Mois�s comenzar� ahora, recapitulando su historia y describiendo lo que Yahweh hab�a ordenado. Primero demostrar� c�mo sus padres hab�an sido establecidos satisfactoriamente por �l como una naci�n populosa que disfrutaba de un gobierno justo, pero hab�an fallado por incredulidad y desobediencia en capturar la tierra que �l hab�a querido darles, y debido a esa incredulidad y su negativa a responder. las instrucciones del pacto hab�an sido apartadas de �l.

Por lo tanto, hab�an sido condenados a vagar durante "cuarenta a�os" en el desierto ( Deuteronomio 1:6 a Deuteronomio 2:1 ).

Pero ahora les ordena seguir adelante, evitando a sus naciones hermanas ( Deuteronomio 2:2 ), (porque no ten�a sentido luchar por lo que no pod�a ser de ellos). �l ya hab�a entregado reyes en sus manos junto con sus ciudades grandes y poderosas, de modo que partes de la tierra ya se hab�an convertido en suyas, y as� hab�an podido reconocer en su propia experiencia lo que Yahweh pod�a hacer por ellos ( Deuteronomio 2:24 a Deuteronomio 34:12 ).

Quiere que reconozcan cu�nto le deben a su gran Se�or Supremo. Pero esto no es solo una serie de discursos de batalla previos al gran conflicto que se avecina. Todo el libro es parte de un pacto s�lido que garantiza la actividad de Yahv� en su favor y, a cambio, les hace demandas firmes y les advierte de las consecuencias de un fracaso futuro, sell�ndolo con un documento escrito en presencia de testigos (Cap�tulo s Deuteronomio 27:1 a Deuteronomio 31:27 ). Tambi�n puede verse como compuesto de mini-pactos incorporados dentro del pacto m�s amplio.

Tambi�n podr�amos compararlo con un arrendamiento de la tierra. Yahweh est� quitando su tierra de otros que han roto los t�rminos de su arrendamiento, y se la est� 'dando' para su uso. Pero si ellos tambi�n no cumplen con los t�rminos de su contrato de arrendamiento, tambi�n ser�n expulsados.

Note en todo esto c�mo les habla como si fueran uno con sus padres. Lo que sus padres hab�an hecho, en cierto sentido lo hab�an hecho. Hab�a un gran sentido de unidad comunitaria. Sin embargo, tambi�n eran sus propios hombres. Como sus padres, se enfrentaron a una elecci�n. Lo que deb�an asegurarse era que rompieron el molde y no se comportaron como lo hab�an hecho sus padres. As� que, en un sentido, eran uno con sus padres, compart�an las mismas promesas del pacto y participaban de sus experiencias, pero en otro sentido eran libres de tomar sus propias decisiones.

Por lo tanto, no podr�an culpar a sus padres por lo que decidieron. Esto resalta el punto importante de que la responsabilidad comunitaria no necesariamente arruin� a todos en la comunidad. Una generaci�n, una vez que alcanzaba la mayor�a de edad, pod�a deshacerse de lo que hab�a hecho la generaci�n anterior.

El mandato de Yahv� de seguir adelante ( Deuteronomio 1:6 ).

Este es un comando inicial simple y equilibrado en tres partes:

a �Has vivido bastante tiempo en esta monta�a (Monte Sina�)� ( Deuteronomio 1:6 ).

b �Vu�lvete y emprende tu camino� ( Deuteronomio 1:7 a).

c �Ve a la regi�n monta�osa de los amorreos, y a todos los lugares cercanos a ella, en el Arab�, en la regi�n monta�osa y en las tierras bajas, y en el sur, y a la orilla del mar, la tierra del Los cananeos y el L�bano hasta el gran r�o �ufrates �( Deuteronomio 1:7 b).

b �Mira, he puesto la tierra delante de ti� ( Deuteronomio 1:8 a).

a �Entra y toma posesi�n de la tierra que Jehov� jur� a tus padres Abraham, Isaac y Jacob, que les dar�a a ellos ya su descendencia despu�s de ellos� ( Deuteronomio 1:8 b).

Aqu� tenemos tanto la progresi�n como el quiasmo. Tenemos el mandato de dejar el monte donde han estado acampados durante tanto tiempo, de entrar en toda la tierra y de entrar y poseerla, porque �l hab�a jurado d�rsela a sus antepasados. El quiasmo se encuentra en 'a' en el paralelo entre 'Has vivido bastante tiempo en esta monta�a' y 'Entra y posee la tierra', con la descripci�n de toda la tierra central. En 'b', "G�rate y emprende tu viaje" es paralelo a "Mira, he puesto la tierra delante de ti". Y 'c' describe los per�metros de la tierra que van a poseer.

Deuteronomio 1:6

' Yahv� nuestro Dios nos habl� en Horeb, diciendo: Ya hab�is vivido bastante en este monte, convi�rtete y emprende tu camino, y ve a la regi�n monta�osa de los amorreos y a todos los lugares cercanos a ella, en el Arab�, en la regi�n monta�osa y en las tierras bajas, y en el sur, y junto a la orilla del mar, la tierra de los cananeos y el L�bano, hasta el gran r�o, el r�o �ufrates ". '

Mois�s abre su discurso con el nombre del pacto que es la esencia del libro, 'Yahv� nuestro Dios'. De esto se trata el libro, Yahweh su Dios del pacto (aqu� y Deuteronomio 5:2 ), Yahweh su �nico Dios ( Deuteronomio 6:4 ), Yahweh a quien le deben todo (ver m�s abajo), Yahweh que les habl� en Horeb.

�l mira hacia atr�s a la instrucci�n de Yahweh en el Monte Sina� en Horeb (ver para este per�odo �xodo 19 - N�meros 10 ). Aquel en cuyo nombre habla es 'Yahv�, nuestro Dios que nos habl� en Horeb', es decir, el que habl� en el Sina�. �l es Aquel que los hab�a elegido como Su propio pueblo apartado (santo), revel�ndolo especialmente en ese encuentro devastador. Horeb incluye el Sina� y sus alrededores. 'Esta monta�a' se refer�a al Sina�, donde hab�an recibido el pacto por primera vez.

En este punto, Yahweh les hab�a dicho a sus padres que hab�an estado en Horeb (en Sina�) bastante tiempo. Deb�an dejar este lugar donde hab�an experimentado la maravilla de su Dios poderoso y viajar a la tierra que �l hab�a preparado para ellos, 'la regi�n monta�osa de los amorreos' (la larga cadena de monta�as al oeste del Jord�n), y todo lo relacionado con �l; el valle del Jord�n (el Arab�), las tierras bajas (la Sefela), 'el sur' (el Negeb; comp�rese con G�nesis 12:9 ; G�nesis 20:1 ; N�meros 13:17 ), la orilla del mar (la llanura costera), donde el Los cananeos habitaban, el L�bano, al norte de Cana�n, hasta el gran r�o, el r�o �ufrates.

(Para el L�bano, v�anse Josu� 1:4 ; Josu� 13:5 . Aunque en la antig�edad 'L�bano' tambi�n se usaba a veces para incluir una parte de Cana�n donde hab�a un valle del L�bano - Josu� 11:17 ; Josu� 12:7 ).

La vista era amplia, desde el �ufrates en el norte hasta el Negeb. Esta se da regularmente como la tierra que Yahweh les hab�a reservado si tan solo hubieran estado dispuestos a tomarla ( G�nesis 15:18 ; �xodo 23:31 ; Josu� 1:4 ).

En cierto sentido, era el rango del imperio de David si incluimos las naciones del tratado, pero debido a la desobediencia nunca se hizo realidad, y en otras ocasiones la tierra prometida se describe en t�rminos menos completos.

La primera menci�n de 'la regi�n monta�osa de los amorreos', aqu� y tambi�n en Deuteronomio 1:20 , debe verse a la luz de Deuteronomio 1:43 donde fue en ese mismo lugar donde los amorreos derrotar�an a sus padres. .

Por lo tanto, sus oyentes ahora deben enfrentarse a su enemigo victorioso en el mismo lugar de su anterior humillaci�n y derrotarlos a su vez. Una victoria as� les dar�a confianza para el futuro. Dios muy a menudo tiene que traernos de regreso a un lugar donde hemos sufrido la derrota para que podamos triunfar y as� restaurar el equilibrio y nuestra confianza en Dios.

"Yahv� nuestro Dios". Esto es enf�tico en la oraci�n. �l es Aquel cuyo pacto es este. Designa a Yahv� en Su singularidad y distinci�n, el Dios que tiene una relaci�n especial con Israel, Aquel a quien miran, el Dios a quien tienen una responsabilidad especial. Compare su uso en �xodo (�xodo �xodo 3:18 ; �xodo 5:3 ; �xodo 8:10 etc.) donde se usa solo en declaraciones solemnes al Fara�n.

Como t�tulo del pacto, aparece once veces en el primer discurso de Mois�s, donde despu�s de su uso enf�tico como las palabras iniciales de Mois�s, haciendo referencia a que les habl� en Horeb ( Deuteronomio 1:6 , compare Deuteronomio 5:2 ), conecta con los mandamientos personales de Yahweh para ellos ( Deuteronomio 1:19 ; Deuteronomio 1:41 ; Deuteronomio 2:37 ), la entrega de Yahweh de la tierra a ellos ( Deuteronomio 1:20 ; Deuteronomio 1:25 ; Deuteronomio 2:29 ), y el poder de Yahweh entregar a sus enemigos en sus manos ( Deuteronomio 2:33 ; Deuteronomio 2:36 ; Deuteronomio 3:3), siendo finalmente utilizado para enfatizar su especial cercan�a a ellos ( Deuteronomio 4:7 ).

Aparece nueve veces en Deuteronomio 5-6 al comienzo de su segundo gran discurso, nuevamente para enfatizar Su pacto con ellos ( Deuteronomio 5:2 , compare Deuteronomio 1:6 ), Su unidad como su Dios ( Deuteronomio 6:4 ), el o�r Su voz en Horeb ( Deuteronomio 5:24 ; Deuteronomio 5:27 (dos veces)), Sus mandamientos directos que les fueron dados ( Deuteronomio 6:20 ) y con la necesidad de temerle y guardar Sus mandamientos. ( Deuteronomio 6:24 ) y luego no hasta Deuteronomio 29:15 ; Deuteronomio 29:18 ; Deuteronomio 29:29en el discurso del tercer pacto de Mois�s, donde se hace referencia a su posici�n ante �l al hacer el pacto, una advertencia en contra de apartarse de �l, y de que �l es Aquel de Quien se conocen las cosas secretas. Enfatiza su poder�o, singularidad y soberan�a como su pacto con Dios.

Compare su uso en Josu� (solo en Josu� 18:8 ; Josu� 22:19 ; Josu� 22:29 ; Josu� 24:17 ; Josu� 24:24 ) en declaraciones solemnes cuando se enfatiza el pacto, y su �nico uso en Jueces en Deuteronomio 11:24 ; y en 1 Samuel en Deuteronomio 7:8 donde se aplica lo mismo.

Comp�rese tambi�n con 1 Reyes 8:57 ; 1Re 8:59; 1 Reyes 8:61 . Estos son todos los usos en los profetas anteriores (los escritos hist�ricos hasta los Reyes), excepto que se usa excepcionalmente fuera del habla en 1 Reyes 8:65 , pero eso simplemente enfatiza su significado, porque all� el �nfasis del pacto es central y en realidad tiene la naturaleza de una declaraci�n.

Por lo tanto, se utiliza para un prop�sito distinto y no es simplemente "una marca de estilo". Destaca la estrecha relaci�n de pacto personal entre �l y su pueblo. Tambi�n aparece nueve veces en los Salmos, y quince veces en Jerem�as, donde podr�a describirse como una marca de estilo, o posiblemente como una indicaci�n de la influencia que Deuteronomio ha tenido en �l. Por otro lado, 'Yahweh tu Dios' (dirigido a Israel singular (196 veces en Deuteronomio de 257 veces en todo el Antiguo Testamento) o al plural hijos de Israel (46 de 138) aparece en Deuteronomio 242 de 395 veces en el Antiguo Testamento como un todo, y es especialmente un discurso com�n desde �xodo a Josu�.

Como Israel se estableci� en Horeb, nosotros tambi�n podemos tender a establecernos en un lugar donde Dios nos ha bendecido o se nos ha revelado. Pero la advertencia es que no debemos hacerlo m�s de lo que Dios sabe que es bueno para nosotros. M�s bien debemos levantar los ojos y preguntarnos: '�Qu� pasa con el futuro para el que Dios me est� preparando?' Entonces debemos avanzar hacia lo 'desconocido', sabiendo que nuestra mano est� en la mano de Dios, y que nos espera una gran bendici�n siempre que confiemos en �l y le obedezcamos.

Deuteronomio 1:8

' Mira, yo he dado la tierra antes. Entra y toma posesi�n de la tierra que Jehov� jur� a tus padres Abraham, Isaac y Jacob, que se la dar�a a ellos ya su descendencia despu�s de ellos.

Y confiar y obedecer hab�a sido lo que Dios deseaba de Israel. Se les hab�a dicho que miraran la tierra que ten�an ante ellos, reconociendo el gran privilegio y la oportunidad que ten�an, y que siguieran adelante. Esta era Su tierra, la misma tierra que Yahweh hab�a jurado dar a sus padres, a Abraham, Isaac y Jacob, ya ellos mismos (quienes fueron 'su descendencia despu�s de ellos'). Era la tierra donde �l habitar�a entre ellos como su rey.

As� se confirma el don de la tierra, y est� estrechamente relacionado con los pactos patriarcales dados en el G�nesis. Deb�an contemplarlo, y luego entrar y poseerlo, porque era de ellos, un regalo de gracia de su gran Se�or del pacto.

Yahweh les estaba ofreciendo lo que los hombres m�s codiciaban y por lo que morir�an, �la tierra! Lo que los hombres so�aban estaba disponible para ellos, un regalo de �l. Y no solo la tierra, sino Su tierra, vigilada y protegida por �l. Y esto no fue por sus propios m�ritos, sino porque hab�a escogido a Abraham y por medio de �l bendecir�a a sus 'descendientes', para que por ellos pudiera bendecir al mundo ( G�nesis 12:1 ; G�nesis 12:7 ). Era el s�mbolo de un futuro glorioso. Y ten�an motivos para saber lo que pod�a hacer, porque lo hab�a hecho contra los egipcios.

Sin embargo, al considerar esto en relaci�n con nosotros mismos, debemos tener cuidado de no poner �nfasis en la tierra. El �nfasis deber�a estar en lo que simbolizaba la tierra, un futuro fruct�fero y bendecido con Dios bajo Su Reino Real. Hoy la tierra de Cana�n / Israel ya no importa. Ya no es la tierra prometida. Quienes lo ven como tal esperan en vano. La tierra prometida es la regla celestial a la que apunt�, y ese deber�a ser el objetivo de los hombres. Podemos dejar la tierra con seguridad a aquellos que quieran que luchen por ella. Hoy no hay Guerra Santa en Israel. Dios ha pasado a algo m�s importante, la guerra contra el mal, la muerte y Satan�s.

Porque lo que Dios realmente le garantiz� a Abraham fue un futuro glorioso y cumplido expresado en t�rminos de un pa�s f�rtil. El escritor de Hebreos vio esto porque explic� que Abraham estaba buscando una ciudad con cimientos cuyo arquitecto y constructor era Dios ( Hebreos 11:10 ). Una tierra f�rtil, una ciudad bien fundada, ambas eran im�genes de un futuro bendecido y seguro, en nuestros t�rminos una esperanza celestial, y fue esto lo que le fue prometido a Abraham. Solo se expres� como era porque Abraham no pudo haber tenido la concepci�n de tal esperanza celestial.

Y podemos estar seguros de esto. Si Israel ha de ser bendecido hoy en d�a, no ser� estando en la tierra, sino respondiendo a Jesucristo, su verdadero Mes�as, y encontrando la salvaci�n y una herencia celestial en �l ( Romanos 11:26 ; Hebreos 11:14 ; Hebreos 13:14 ).

Elaborar un gran plan para el futuro de Israel en la tierra f�sica de Palestina es retroceder. Eso no es para negar que Dios pudo haber tra�do algunas partes de Israel de regreso a Palestina para que eventualmente pudieran reconocer en Jesucristo a su Mes�as en alg�n posible gran derramamiento del Esp�ritu. Es solo para negar que habr� un futuro reino jud�o terrenal reconocido como tal por Dios. Cualquier bendici�n para Israel debe venir ahora a trav�s del Evangelio, a trav�s de la Regla Real de Dios como la describe Jes�s, y a trav�s del reino celestial donde �l reina sobre todos.

Versículos 9-18

Se�ala que, de hecho, no deber�a haber habido ning�n problema con la posesi�n de Cana�n, porque Yav� los hab�a convertido en una gran naci�n, vigilada con justicia y sabidur�a por sus gobernantes, y los hab�a conducido con seguridad por el desierto. Su fracaso no fue culpa de Yahweh ( Deuteronomio 1:9 ).

Ahora llama la atenci�n sobre el hecho de que no hab�a excusa para que sus padres no poseyeran la tierra, porque Yahv� los hab�a convertido en una gran naci�n con un sistema de justicia establecido y satisfactorio. Y todav�a lo son, confirma. Se han convertido en una naci�n grande y bien regulada gracias a la bondad de Yahweh.

Esta secci�n sigue un patr�n qui�stico:

a Te habl� en ese momento diciendo: �No puedo sostenerte solo� ( Deuteronomio 1:9 ).

b Yahv� tu Dios te ha multiplicado y que lo haga mil veces m�s y te bendiga como lo ha prometido ( Deuteronomio 1:10 ).

c �C�mo puedo yo mismo soportar el peso de tu estorbo, carga y contienda? ( Deuteronomio 1:12 ).

d Toma hombres sabios y entendidos y conocidos seg�n tus tribus y los pondr� por cabeza sobre ti ( Deuteronomio 1:13 ).

e T� respondiste y dijiste: 'Bueno es hacer lo que has dicho'. ( Deuteronomio 1:14 ).

d As� que tom� los jefes de tus tribus, sabios y conocidos, y los puse por cabeza sobre ti, seg�n tus tribus ( Deuteronomio 1:15 ).

c Encomend� a sus jueces que escucharan sus casos y juzgaran con rectitud ( Deuteronomio 1:16 ).

b (Cargu� a sus jueces) 'No respetar�n a las personas en el juicio, sino que escuchar�n a todos con justicia, porque el juicio es de Dios y cualquier causa demasiado dif�cil me pueden presentar' ( Deuteronomio 1:17 ).

a Te mand� en ese momento todas las cosas que deb�as hacer ( Deuteronomio 1:18 ).

Los paralelos aqu� no son tan distintos como en la siguiente secci�n, pero no obstante est�n ah�. En 'a' y en paralelo se hace referencia a 'en ese momento' y en 'a' su preocupaci�n era su incapacidad para soportar la carga de ellos, mientras que en el paralelo les ordena hacer lo necesario para aliviar esa carga. . En 'b' enfatiza su gran n�mero y en el paralelo dice c�mo se debe juzgar un n�mero tan grande.

En 'c' le preocupa no poder cargar con el peso de juzgarlos y en paralelo nombra jueces para que lo asistan. En 'd' instruye el nombramiento de personas id�neas y en los conjuntos paralelos como jefes a las personas id�neas que han designado. Y fundamental para todos en 'e' es que es con su total acuerdo.

Deuteronomio 1:9

" Y habl� con usted en ese momento, diciendo: Yo no soy capaz de llevaros solo. Jehov� tu Dios te ha multiplicado, y he aqu�, eres hoy como las estrellas del cielo en multitud.

Dios hab�a bendecido a Israel y hab�an crecido r�pidamente. De hecho, debido a la creciente amplitud de su n�mero, Mois�s tuvo que reconocer que se le hab�a hecho reconocer que no pod�a actuar como juez de ellos por s� mismo. Se hab�an vuelto metaf�ricamente demasiado pesados ??para que �l los cargara. Porque Yahv� las hab�a multiplicado hasta tal punto que eran tan numerosas como las estrellas en el cielo nocturno.

Note la insinuaci�n de los pactos abrah�micos en la menci�n de 'las estrellas del cielo por multitud' ( G�nesis 15:5 ; G�nesis 22:17 ; G�nesis 26:4 ; �xodo 32:13 ; compare Deuteronomio 10:22 ; Deuteronomio 28:62 ) .

Compare tambi�n la referencia al 'r�o �ufrates' mencionada anteriormente ( Deuteronomio 1:7 ) y observe G�nesis 15:18 . G�nesis est� en mente aqu�. Esta descripci�n, por supuesto, no ten�a la intenci�n de tomarse literalmente. Mir� hacia arriba y vio la multitud de estrellas, y luego mir� a su alrededor y vio una multitud similar de personas y tiendas, y qued� muy impresionado por su n�mero en ambos casos. Intent� contar ninguno de los dos.

M�s tarde, si fueran desobedientes, en lugar de ser como las estrellas para la multitud, se enfatiza que llegar�an a ser pocos en n�mero ( Deuteronomio 28:62 ). Pero se esperaba que eso nunca fuera as�.

Observe c�mo est� personalizando toda la historia al hablarles como si fueran ellos quienes hab�an estado all� originalmente, algo m�s natural para alguien que constantemente les habla como 'su gente' a pesar de su cambiante maquillaje. Estas eran todav�a las personas a las que hab�a liberado de Egipto y que hab�an pasado por todas las experiencias posteriores.

Deuteronomio 1:11

"� Yahv�, Dios de tus padres, te multiplique mil veces m�s de lo que eres y te bendiga, como te ha prometido!"

Y ahora or� para que Yahv�, 'el Dios de sus padres' los hiciera mil veces m�s numerosos de lo que eran entonces, y los bendijera como hab�a prometido, de acuerdo con sus promesas a los patriarcas ( G�nesis 12:2 ; G�nesis 15:5 ; G�nesis 17:5 ; G�nesis 22:16 ; G�nesis 26:24 ; G�nesis 27:14 ).

Eso en s� mismo demostr� que no ten�an excusa. No fue debido a que Yahweh no cumpli� Su promesa sobre el n�mero de descendientes que surgieron los problemas. Su n�mero aumentaba continuamente. Eran parte de un proceso inevitable resultante de la actividad soberana de Yahweh que ser�a irresistible. Su fracaso resid�a en ellos mismos.

Este tierno toque revel� que su falta de voluntad para soportar el peso de sus necesidades no se deb�a a una falta de amor, sino simplemente a las exigencias de la situaci�n. Todav�a hab�a orado y anhelado lo mejor para ellos.

Deuteronomio 1:12

" �C�mo puedo yo solo llevar tu pesada carga, y tu carga y tus disputas?"

De hecho, su misma visi�n de su �xito y su r�pido crecimiento en n�mero le hab�a hecho reconocer que �l solo no pod�a soportar el peso de tener que ser juzgado o de tener que lidiar con sus problemas y dificultades. Hab�a reconocido que era insuficiente para soportar un peso tan grande. La descripci�n triple - su carga pesada, su carga, sus disputas - tiene la intenci�n de indicar una imagen completa de los problemas involucrados.

Se hab�a vuelto demasiado para �l. Nosotros tampoco debemos tener miedo de reconocer cuando una tarea se ha vuelto demasiado grande para nosotros. No hay verg�enza o falta de fe en buscar ayuda de Dios, siempre y cuando nos atengamos a nuestra tarea. De ese modo se puede hacer mejor.

Compare esta descripci�n con N�meros 11:14 que fue seguida inmediatamente por el nombramiento de los setenta ancianos. Mois�s siempre estuvo consciente de su dependencia de la ayuda de otros levantados por Dios.

Deuteronomio 1:13

" Tomad sabios y entendidos y bien conocido, de acuerdo a sus tribus, y har� vuestros jefes. Y t� me respondiste y dijiste: "Bueno es para nosotros lo que has dicho".

Entonces recordar�n que �l hab�a dispuesto que nombraran a sus propios sabios sobre ellos, hombres id�neos, hombres de entendimiento y alta reputaci�n, tribu por tribu, para que fueran jefes sobre ellos, algo que hab�an reconocido que era una buena idea y que hab�an acordado hacer. Porque ellos tambi�n hab�an reconocido lo numerosos que eran. N�tese nuevamente la descripci�n triple que indica la integridad de la provisi�n.

Deuteronomio 1:15

" As� que tom� las cabezas de sus tribus, hombres sabios y expertos, y las cabezas (Rosh) hecha sobre vosotros, jefes (SAR) de millares y de cientos, y los capitanes sobre cincuenta, y cabos de diez, y oficiales (tirador), seg�n tus tribus '.

Por lo tanto, hab�a establecido un sistema de l�deres y hombres de autoridad, para actuar como jueces y magistrados, l�deres en actividades militares y asesores generales y mediadores, que cubr�an todos los niveles de su sociedad, de mayor a menor. Tenga en cuenta el uso de diferentes palabras para los l�deres, 'jefes' (rosh - los de alto cargo), 'capitanes' (sar - generalmente con el liderazgo militar en mente. La disciplina era necesaria en el funcionamiento de su campamento y siempre deben estar listos recurrir a las armas), y 'funcionarios' (tirador - probablemente m�s aquellos con autoridad administrativa, y secretarios de la corte.

Su significado fundamental es 'escribir'). Estaba cubriendo todos los aspectos del liderazgo. La realizaci�n real de esto inicialmente se describe en parte en �xodo 18 , ver especialmente �xodo 18:25 , pero ser�a un proceso continuo como se ilustra con m�s N�meros 11:14 en N�meros 11:14 .

No menciona aqu� el papel que hab�a jugado su suegro en ella. Quiere que reconozcan su propia participaci�n plena en �l. (Esta distinci�n sutil enfatiza que estas son realmente las palabras de Mois�s). Pero quiere que reconozcan que se han visto a s� mismos lo suficientemente maduros y lo suficientemente numerosos como para hacerlo. Presumiblemente tambi�n combina el nombramiento de los setenta ancianos ( N�meros 11:14 , ver N�meros 11:14 ).

Tenga en cuenta el tama�o diferente de las unidades, 'miles', 'cientos', 'cincuenta', 'decenas', no n�meros literales sino descriptivos de unidades tribales de diferentes tama�os. Hab�an sido atendidos incluso hasta el grupo m�s peque�o.

Mois�s posiblemente estaba consciente al decir esto del hecho de que los que estaban antes que �l tambi�n necesitaban tener confianza en sus l�deres si quer�an tener �xito en lo que les esperaba. Necesitaban verlos como sabios y comprensivos y calificados para su responsabilidad. Entonces los seguir�an m�s f�cilmente.

(Este uso de palabras num�ricas es un recordatorio de que muy a menudo en la antig�edad lo que parecen ser 'expresiones num�ricas' a menudo son descriptivas de otra cosa. Un 'mil' era un grupo grande, un 'cien' y un 'cincuenta' , grupos de tama�o mediano, y un 'diez' un grupo peque�o, independientemente de la cantidad real. Y estos l�deres no solo actuar�an como jueces y mediadores, sino tambi�n como l�deres militares. As�, un 'mil', o 'cien', o 'un cincuenta' o 'un diez' podr�a ser una unidad militar, o el l�der de la misma).

Deuteronomio 1:16

' Y entonces mand� a vuestros jueces, diciendo, diciendo: �O�d entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero residente que est� con �l. No respetar�s a las personas en el juicio; oir�s a peque�os y grandes por igual; no tendr�s miedo del rostro del hombre; porque el juicio es de Dios. Y la causa que es demasiado dif�cil para ti, me la traer�s y yo la oir� ". '

Explica que luego hab�a exhortado a todos los 'jueces' designados (personas con autoridad) a juzgar con justicia y justicia, tratando por igual tanto a los nativos como a los extranjeros. No deb�an respetar a las personas en sus juicios, sino juzgar a peque�os y grandes por igual, y juzgar con rectitud. Y si encontraban que ten�an un caso que era demasiado dif�cil para ellos, o no sab�an a qu� decisi�n tomar, pod�an acudir a Mois�s para que �l escuchara el caso. Porque no los hab�a abandonado. Siempre ten�an a �l a quien acudir, como representante del Rey. Y el rey siempre fue el �ltimo tribunal de apelaci�n.

"Jueces". En esos d�as no exist�a separaci�n entre las autoridades de gobierno y el sistema de justicia. Los gobernantes eran los jueces. Los l�deres militares en el Libro de los Jueces fueron llamados principalmente jueces porque, habiendo obtenido sus victorias, comenzaron a gobernar su secci�n de Israel. D�bora 'juzg�' a Israel a pesar de que ella no era un l�der militar ( Jueces 4:4 ).

La referencia constante que encontramos a los 'extranjeros residentes, forasteros', es decir, los extranjeros que vivieron entre ellos sin unirse al pacto, aunque se espera que guarden las ordenanzas y estatutos y no adoren abiertamente a otros dioses, es un recordatorio de que el conglomerado hizo -up del campamento. La mayor�a de los presentes en el Sina� parecen haber respondido al pacto y convertirse en 'verdaderos' hijos de Israel, pero siempre habr�a uno o dos que no lo hicieron, y es posible que otros m�s tarde se hayan unido a ellos m�s tarde en el viaje por el desierto una vez. hab�an dejado el Sina� y en parte se hab�an mantenido al margen.

Probablemente habr�a un flujo peque�o pero constante de personas a quienes les gust� la idea de unirse a ellos mientras viajaban por el desierto, y que aparentemente fueron bienvenidos. Israel deb�a recordar siempre que hab�a estado esclavizado en Egipto y, en general, deb�a abstenerse de hacer lo mismo con los dem�s, y deb�a mostrar hospitalidad a los extra�os. Deb�an tratar a todos con justicia, como les hubiera gustado ser tratados en Egipto.

As� que, como pueblo, hab�an sido establecidos en justicia y rectitud, y la ley de Yahv� se hab�a aplicado firme pero justamente. Hab�an experimentado un nivel de justicia que era de muy pocos fuera de Israel. Y se hab�an convertido en un pueblo establecido. Lo que est� diciendo es que ya se hab�a hecho todo lo que se pod�a hacer por ellos.

Deuteronomio 1:18

" Y yo te mand� en ese momento todas las cosas que deb�as hacer".

Y habiendo nombrado a los jueces, les hab�a dicho todas las cosas que deb�an hacer. Les hab�a esbozado los mandamientos de Dios, sus estatutos y sus ordenanzas, y hab�a aclarado lo que se requer�a de todos. Y lo mismo para la gente. Por lo tanto, Mois�s aqu� afirma haberles tra�do una revelaci�n anterior, como se encuentra en �xodo a N�meros.

As� que hab�an avanzado con confianza en s� mismos como pueblo y satisfechos con su posici�n como naci�n. Todo parec�a estar listo para una invasi�n exitosa de la tierra. Pero, como sucede tan a menudo, es cuando nos volvemos complacientes cuando acecha el peligro.

Versículos 19-25

Israel viaja a Cades con miras a entrar en la tierra y retirarse por incredulidad ( Deuteronomio 1:19 a Deuteronomio 2:1 ).

La siguiente secci�n del discurso sigue un patr�n qui�stico que resalta los contrastes para enfatizar la incredulidad de la gente y el juicio que vino sobre ellos. S� plantea la cuesti�n de si un quiasmo tan extenso y detallado podr�a haberse compuesto sin que estuviera escrito. En mi opini�n, es muy poco probable.

a Partieron de Horeb y atravesaron el gran y terrible desierto ( Deuteronomio 1:19 ).

b Llegaron a Cades-barnea ( Deuteronomio 1:19 ).

c Llegaron a la regi�n monta�osa de los amorreos que Yahv� les da ( Deuteronomio 1:20 ).

d Se les orden� subir y tomar posesi�n de la tierra ( Deuteronomio 1:21 ).

e Se acercaron y dijeron que enviar�an exploradores para buscar la tierra ( Deuteronomio 1:22 ).

f Mois�s se complaci� y tom� doce hombres, uno por tribu ( Deuteronomio 1:23 ).

g Ellos 'se volvieron' y fueron a la regi�n monta�osa y la encontraron fruct�fera ( Deuteronomio 1:24 ).

h Mois�s dice: "No quisiste subir, sino que te rebelaste contra el mandamiento de Yahweh" ( Deuteronomio 1:26 ).

i Murmuraron que Yahv� los hab�a sacado para entregarlos en manos de los amorreos porque los odiaba ( Deuteronomio 1:27 ).

j Sus corazones se derritieron y tuvieron miedo de entrar y se quejaron del tama�o de la oposici�n, y Mois�s dijo: 'No temas, Yahv� pelear� por ti como lo hizo en Egipto' ( Deuteronomio 1:28 ).

k Han visto c�mo los pari� Yahv� como un hombre a su hijo en todo el camino que andan ( Deuteronomio 1:31 ).

l En esto no creyeron a Yahweh su Dios ( Deuteronomio 1:32 ).

k Yav� iba delante de ellos para buscar sus lugares de campamento y mostrarles el camino ( Deuteronomio 1:33 ).

j Yahweh estaba enojado por sus quejas y dijo que no entrar�an, pero Caleb lo ver� porque sigui� completamente a Yahweh (y por lo tanto no se quej� de la oposici�n y no tuvo miedo) (34-36).

i Yahweh se enoj� y dijo que no entrar�an. Josu� entrar� y har� que Israel (de la pr�xima generaci�n) la herede ( Deuteronomio 1:37 ).

h Tus peque�os entrar�n all� y lo poseer�n ( Deuteronomio 1:39 ).

g Se les dice que 'se vuelvan' y se vayan al desierto ( Deuteronomio 1:40 ).

f Dijeron que hab�amos pecado, subiremos y pelearemos como se nos orden� ( Deuteronomio 1:41 a).

e Ci�eron a cada hombre sus armas de guerra ( Deuteronomio 1:41 b).

d Orden� que no subieran pero subieron presuntuosamente ( Deuteronomio 1:42 ).

c Los amorreos habitaban en la regi�n monta�osa y los echaron ( Deuteronomio 1:44 ).

b Residieron en Cades muchos d�as ( Deuteronomio 1:46 ).

a Partieron hacia el desierto por el camino del Mar de Deuteronomio 2:1 ( Deuteronomio 2:1 ).

Note c�mo en 'a' viajaron a trav�s del terrible desierto y en el paralelo tuvieron que regresar al desierto. En 'b' y en paralelo estaban en Cades (por lo tanto, lo que pas� entre representaba un fracaso porque se demoraron y no avanzaron). En 'c' se les dar�a la regi�n monta�osa de los amorreos, en el paralelo fueron expulsados ??de ella. En 'd' se les orden� subir (y en incredulidad no lo hicieron - Deuteronomio 1:32 ), en el paralelo no deb�an subir y lo hicieron con presunci�n.

En 'e' enviaron exploradores (preparaci�n para la guerra) y en paralelo se ci�eron sus armaduras. En 'f' Mois�s estaba complacido y tom� doce hombres, uno por tribu que representaba a todas las tribus, y en el paralelo dicen que han pecado y que ir�n a pelear. y en el paralelo "dan media vuelta" y se internan en el desierto. En 'h' no subir�an a poseerlo, y en paralelo ser�n sus hijos quienes entrar�n y lo poseer�n.

En 'i' murmuran que Yahv� los hab�a sacado para entregarlos en manos de los amorreos porque los odia y en paralelo est� enojado y dice que debido a su actitud no entrar�n. Solo Josu� har� que el la pr�xima generaci�n de Israel para heredarlo. En 'j' sus corazones se derritieron y tuvieron miedo de entrar y se quejaron del tama�o de la oposici�n, mientras que en el paralelo Yahweh estaba enojado con sus palabras y dijo que no entrar�an, pero Caleb lo ver� porque �l Sigui� enteramente a Yahweh (su coraz�n no se derriti�).

En 'k' Yahweh los lleva como un hombre lo hace con su hijo en todos los caminos que recorren y en el paralelo les busca lugares para acampar y les muestra el camino. Y central para todos es el mensaje que se esconde detr�s de todo el quiasmo, en esto no le creyeron a Yahweh su Dios .

De modo que, con la ayuda de Dios, viajaron con seguridad hasta el borde de la tierra y enviaron esp�as para evaluar la tierra, quienes informaron que era una buena tierra ( Deuteronomio 1:19 ).

Deuteronomio 1:19

' Y viajamos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que hab�is visto, por el camino a la regi�n monta�osa de los amorreos, como Jehov� nuestro Dios nos ha mandado; y llegamos a Cades-barnea.

El resultado fue que hab�an podido sortear con seguridad y �xito ese gran y terrible desierto que se extend�a ante ellos, con su calor abrasador y escasez de agua, y sus muchos peligros y la dureza del camino, siguiendo la 'carretera a la colina. tierra de los amorreos 'que conduc�a a la regi�n monta�osa de los amorreos en Cana�n, tal como' Yahv� su Dios 'les hab�a ordenado. Y as� hab�an llegado a Cades-barnea, un oasis (o grupo de oasis) en el Negeb inmediatamente al sur de Cana�n, un lugar donde el agua era comparativamente abundante.

De modo que todo parec�a tener �xito. Eran numerosos y abundantes, estaban sabiamente gobernados y hab�an experimentado las misericordias de Dios en el camino. Deber�an haber estado preparados para cualquier cosa. Seguramente lo peor hab�a quedado atr�s y hab�an sobrevivido.

"Los amorreos". Esta es una descripci�n que puede tener diferentes significados que deben decidirse en contexto. A veces se usa para describir a todos los habitantes de Cana�n (por ejemplo, G�nesis 15:16 ). A veces, como aqu�, se usa para describir a los habitantes de la regi�n monta�osa en contraste con 'los cananeos' que habitaban en la llanura.

En otros, describe a grupos particulares como los amorreos sobre los que era rey Seh�n (comp�rese con Jueces 1:34 ). Las descripciones en esos d�as eran a menudo m�s generales que espec�ficas, y pod�an aplicarse de manera flexible. De hecho, los 'amorreos' fueron mencionados en los llamados Textos de Execraci�n Egipcios, peque�as cer�micas y figurillas en las que estaban escritos los nombres de los enemigos de Egipto para que pudieran ser aplastados y liberar una maldici�n (c 1900 aC).

Deuteronomio 1:20

' Y os dije, que os hab�is acercado al monte de los amorreos, que Jehov� nuestro Dios nos da. �He aqu�, Jehov� tu Dios ha entregado la tierra delante de ti; sube, toma posesi�n, como Jehov�, el Dios de tus padres, te ha dicho; no temas ni desmayes�. '

Entonces Mois�s se volvi� hacia ellos y les inform� de su paradero. Les hab�a dicho que estaban al sur de la regi�n monta�osa de los amorreos, las cadenas monta�osas que formaban la columna vertebral de Cana�n. Y que era esa tierra que Yahweh les hab�a dado. �l lo hab�a puesto delante de ellos y todo lo que ten�an que hacer ahora era seguir adelante confiando en �l, y �l les dar�a posesi�n. �l estar�a con ellos, pero no lo har�a todo �l mismo.

Por lo tanto, era su responsabilidad tener confianza en �l y tomar posesi�n de ella. Porque como fue por mandato de Yahv�, el Dios de sus padres, Abraham, Isaac y Jacob, no deber�an tener miedo. Aquel que hab�a demostrado ser fiel, volver�a a serlo. Fue un regalo de Yahweh. (Pero lo hab�an rechazado. Por tanto, que la generaci�n actual no cometa el mismo error).

Note las tres formas alternativas de describir a Yahweh; 'Yahweh nuestro Dios', 'Yahweh tu Dios', 'Yahweh el Dios de tus padres'. Todos los t�tulos llaman la atenci�n sobre el hecho de que �l es el Dios de su pacto �nico y distinto, y la trinidad enfatiza Su divina plenitud. 'Yahv� nuestro Dios' es el Dios del pacto (ver el vers�culo 6 arriba). 'Yahv� tu Dios' es el Dios en quien pueden confiar. 'Yahweh el Dios de vuestros padres' es el Dios que los est� introduciendo en Su pacto y prop�sitos continuos, Quien hab�a prometido esta tierra a sus antepasados. El cambio de 'nuestro' a 'tu' se realiza con la intenci�n de aumentar su sentido de dependencia de �l.

Por lo tanto, no deb�an tener miedo ni desanimarse (comparar con Josu� 1:9 ), aunque volvieran a estar de cara a la regi�n monta�osa de los amorreos (comparar con los vers�culos 43-44), porque Yahv� era su Dios.

En nuestro propio caso, Dios tiene muchas cosas que desea darnos, pero lamentablemente a menudo tambi�n las rechazamos porque no respondemos. Si nos negamos, �l no los obligar� a aceptarlos, sino que los pasar� a otros.

Tenga en cuenta que en el vers�culo 21 encontramos el primer uso del singular 't�' en todo. 'He aqu�, Jehov� tu Dios ha puesto la tierra delante de ti. Toma posesi�n como Jehov�, el Dios de tus padres te ha hablado. No temas ni desmayes �. El prop�sito de 'tu, t�' aqu� parecer�a ser debido a la referencia a la relaci�n con los padres y est� en la forma de una declaraci�n a Israel como naci�n en su conjunto.

La idea es sacar a relucir la unidad de Israel como un todo, la persona verdadera y adoptada por igual, dentro del pacto. Es porque aquellos que han sido adoptados se han vuelto uno con Israel que pueden mirar hacia atr�s a sus 'padres'.

Deuteronomio 1:22

' Y ustedes se acercaron a m� cada uno de ustedes, y dijeron: "Enviemos hombres delante de nosotros, para que nos registren en la tierra y nos informen del camino por el cual debemos subir, y las ciudades adonde habremos de llegar ". '

La respuesta de sus padres hab�a sido buena. Hab�an sugerido enviar exploradores para espiar la tierra para que supieran qu� camino tomar y desde qu� punto atacar. En N�meros 13:1 se enfatiza que fue Yahv� quien orden� a los exploradores que salieran, pero esto es simplemente un recordatorio de que el lado de Dios y el nuestro deben ir de la mano.

Puede ser que, de hecho, los israelitas se acercaron primero a Mois�s con la idea, que luego le present� a Dios para obtener sus mandamientos sobre el tema. O puede haber sido al rev�s. Pero Mois�s est� aqu� resumiendo la situaci�n y mir�ndola desde su punto de vista, buscando dar una imagen lo mejor posible del fracaso. No quiere avergonzar innecesariamente a sus padres. De hecho, posiblemente el plan hab�a venido primero de Yahv�, y cuando les fue presentado, ellos estuvieron de acuerdo, e incluso llegaron a �l presion�ndolo para que lo llevara a cabo.

Pero considerando lo que sucedi� en N�meros y el comportamiento de la gente, debemos ver este relato como deliberadamente muy discreto. Mois�s estaba cortejando a sus oyentes. Estaba tratando de convencerlos para que se volvieran creyentes y exitosos.

Muy a menudo encontramos que cuando Dios le habla a alguien acerca de hacer algo, esa persona descubre cuando avanza que otros ya han llegado a la conclusi�n de que es lo que ellos tambi�n deben hacer, porque Dios a menudo impulsa las mentes de diferentes hombres de esta manera cuando �l tiene un prop�sito que llevar a cabo. Por lo tanto, no es de extra�ar que hubieran sugerido lo que Dios hab�a querido, incluso posiblemente en su entusiasmo por interrumpir a Mois�s antes de que terminara.

Despu�s de todo, el env�o de exploradores era una estrategia militar normal, y sabr�an que ten�a que hacerlo. Habr�an tenido alguna experiencia en el desierto. Los scouts se habr�an movido en todas direcciones, y especialmente hacia adelante, para estar conscientes de lo que suced�a a su alrededor y de lo que les esperaba. As� lo habr�an esperado en esta situaci�n.

"Enviemos hombres antes que nosotros". Quiz�s esto tenga la intenci�n de ser un poco ir�nico. Era Yahv� quien deber�a haber ido antes que ellos. Si Yahweh hubiera seguido adelante, el �xito habr�a estado garantizado. Pero enviaron solo hombres.

Deuteronomio 1:23

' Y el dicho me pareci� bien; y tom� doce hombres de ustedes, un hombre por cada tribu, y volvieron y subieron a la regi�n monta�osa, y llegaron al valle de Escol, y lo divisaron. Y tomaron del fruto de la tierra en sus manos, y nos lo trajeron, y nos trajeron noticias, y dijeron: Buena tierra que nos da Jehov� nuestro Dios.

Mois�s describe c�mo le hab�a agradado que las inclinaciones de sus padres se hubieran unido a las demandas de Dios, y explica c�mo hab�a tomado a doce hombres, uno de cada tribu, para que actuaran como exploradores, y que subieron a la regi�n monta�osa y lleg� al valle de Escol (posiblemente en la regi�n de Hebr�n). Por cierto, tenemos la confirmaci�n de que las doce tribus estaban presentes. N�meros nos dice que su expedici�n fue, de hecho, algo m�s complicada que esto ( N�meros 13:21 ), pero Mois�s no est� tratando pedante de cubrir toda la historia.

M�s bien se concentra en lo esencial. (Nada es peor que un orador que siente que no debe dejar ning�n detalle al contar una historia. Un orador tiene que decidir regularmente cu�ndo abreviar para enfatizar su punto). Les recuerda la maravillosa fruta que hab�an tra�do de regreso, que hab�an sido recolectadas de Eshcol, y hab�an demostrado la buena tierra que era. De hecho, todos hab�an admitido que era una buena tierra la que Yahv� les estaba dando. Aqu� estaba el fruto de la tierra ante ellos.

Todo parec�a brillante. Estaban en el l�mite de la tierra. La tierra hab�a sido explorada y result� buena. Todo lo que ahora se requer�a era avanzar con fe en Dios y comenzar a tomar posesi�n de ella.

Versículos 26-28

Deuteronomio 1:26

" Sin embargo, no quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehov� tu Dios, y murmuraron en sus tiendas, diciendo:�Porque Jehov� nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto, para entregarnos en las mano de los amorreos, para destruirnos. �A d�nde subimos? Nuestros hermanos han hecho que nuestro coraz�n se derrita, diciendo: El pueblo es m�s grande y m�s alto que nosotros, las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo; y adem�s hemos visto all� a los hijos de los Anakim �. '

Pero a pesar de su aprecio por la tierra y su reconocimiento de que era una buena tierra, sus padres se hab�an negado a seguir adelante. Se hab�an rebelado contra la orden de Yahv� y se hab�an reunido en sus tiendas (n�tese el �nfasis en sus murmullos clandestinos) murmurando y murmurando en una actitud de total antagonismo. "Regresar a las tiendas" era una descripci�n del cese de la movilizaci�n ( Josu� 22:8 ) y del retiro de la autoridad ( 1 Reyes 12:16 ). Dec�an que no estaban preparados para el servicio.

Esto hab�a provocado que mirasen hacia atr�s y declararan que la liberaci�n de Egipto que tanto hab�a deleitado sus corazones dos a�os antes, y por la que hab�an estado tan jubilosos, solo hab�a ocurrido realmente porque Yahv� los 'odiaba'. La palabra para 'odio' puede simplemente indicar falta de consideraci�n especial o una actitud de 'no amar' (ver G�nesis 29:31 ), en lugar de odio positivo, pero aqu� estaban siendo infantiles y se imputaban a Dios sentimientos indignos como si �l hab�a actuado con petulancia como los dioses de otras naciones como se revela en la mitolog�a.

Hay un contraste deliberado aqu� en la parte de Mois�s de su actitud infiel en comparaci�n con el amor constante de Yahweh por ellos ( Deuteronomio 4:37 ; Deuteronomio 7:7 ) y el amor por Yahweh que exige el pacto ( Deuteronomio 6:5 ) . Lo ve�an como exactamente lo contrario de lo que realmente era para ellos.

Las palabras "amor" y "odio" son palabras de pacto. Cuando un soberano hab�a hecho su tratado con un pueblo conquistado, los llam� a mostrar su 'amor' por �l y 'odio' hacia sus enemigos (comparar Salmo 139:21 ), y describi� a los que rechazaron el pacto como aquellos que lo 'odiaba'. Por lo tanto, aqu� estaban acusando a Yahweh de no haber cumplido Su pacto. Estaban sugiriendo traici�n. Nosotros tambi�n siempre vemos a Dios como 'duro' cuando �l no nos deja salirse con la nuestra.

De modo que sus padres hab�an comenzado a afirmar que �l simplemente los hab�a librado de Egipto para ponerlos en una situaci�n a�n peor, de hecho, para destruirlos, debido a Su malicia contra ellos. �Es mejor estar en servidumbre en Egipto que morir a manos de los amorreos!

Todos conocemos c�mo se pueden difundir estas ideas. Porque sus mentes se hab�an apoderado de las im�genes que les esbozaban los exploradores, y hab�an continuado magnific�ndolas hasta que imaginaron grandes ej�rcitos de personas m�s grandes que el promedio ( N�meros 13:32 ), vastas ciudades con grandes muros infranqueables ( N�meros 13:28 ), y peor a�n, los hijos de los Anakim, de temible reputaci�n y famosos por su enorme complexi�n, y a�n m�s temibles cuando se los ve en la imaginaci�n ( N�meros 13:33 donde los temerosos los describieron como 'los Nephilim', y los vio como semidivinos - compare G�nesis 6:4). Hab�an entrado en p�nico. En su decepci�n, su imaginaci�n se hab�a desbocado y se hab�an preguntado: "�Qu� diablos se espera que enfrentemos?". Fue lo opuesto a la fe.

Y a menos que ejerzamos la fe, tambi�n todos somos muy buenos para magnificar las dificultades. Aprendamos de esto a no crear nunca tantas dificultades en nuestras mentes que parezcan insuperables.

"Los hijos de los Anakim". Estos eran famosos por su gran tama�o (comparar Deuteronomio 2:10 ; Deuteronomio 2:21 ) y estaban conectados con Hebr�n ( N�meros 13:22 ; Josu� 15:13 ) desde donde se extendieron, y algunos fueron a Gaza ( Josu� 11:21 ).

Debido a su tama�o, ser�an valiosos como mercenarios. Josu�, de hecho, los destruy� y expuls� a los remanentes de su territorio ( Josu� 11:21 ). Esta destrucci�n probablemente estuvo relacionada con la descripci�n de Josu� 14:12 ; Josu� 15:13 ; Jueces 1:10 . Pueden ser estos los que se mencionan en los textos de execraci�n egipcios bajo la referencia al "gobernante de Iy-'anaq".

Cu�n f�cil es para nosotros tambi�n declararnos listos para obedecer a Dios, y luego cambiar de opini�n tan pronto como comiencen a surgir dificultades. Es mejor una vida acogedora e in�til, decidimos, en lugar de tener que afrontar problemas y superarlos. Pero debemos tener cuidado. Es entonces cuando corremos el riesgo de perder "la tierra". Porque es cuando nos enfrentamos a estos problemas que las dificultades comienzan a disolverse ante nosotros, aunque pueda llevar tiempo.

Versículos 29-31

Deuteronomio 1:29

' Entonces os dije: �No estar en tal temor, ni teng�is miedo de ellos. Jehov� tu Dios, que va delante de ti, pelear� por ti, como lo hizo por ti en Egipto delante de tus ojos y en el desierto, donde has visto c�mo Jehov� tu Dios te dio a luz. , como un hombre da a luz a su hijo, en todo el camino por el que anduvieron, hasta que llegaron a este lugar '.

Mois�s les asegura que hab�a intervenido de inmediato para darles confianza. Que pierdan sus miedos, hab�a dicho. Que recuerden que Yahv� ir�a delante de ellos. Que reconozcan que era el mismo Yahv� que los hab�a librado de los egipcios "ante sus propios ojos", que ir�a con ellos. El mismo Yahv� que los hab�a protegido en el desierto, y los hab�a dado a luz como un hombre lleva a su hijo peque�o ante circunstancias dif�ciles, aliment�ndolos con man� y codornices y proporcion�ndoles agua, y d�ndoles una figura paterna en Mois�s, y lo hab�a hecho en todos los caminos por los que fueron.

Si pensaran en el pasado, reconocer�an que �l era confiable en todos los sentidos. �l hab�a realizado el milagro para ellos contra los egipcios de tal manera que ellos hab�an podido verlo, y continuamente los hab�a fortalecido, consolado y alimentado en su viaje por el desierto. Este era de hecho el mismo Yahv� que hab�an descrito como un 'Hombre de Guerra' en �xodo 15:3 . Mientras lucharan por �l, �l luchar�a por ellos.

Note en Deuteronomio 1:31 el uso del singular 't�' y 't�' que se debe principalmente a la ilustraci�n. Israel es comparado con un hijo de su padre. Por tanto, el singular es apropiado. Pero la aplicaci�n es inmediatamente para 'vosotros'.

Versículos 32-36

Deuteronomio 1:32

" Y aun con esto no cre�steis en Jehov� tu Dios, que iba delante de vosotros por el camino, para reconoceros el lugar donde hab�ais de acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde debe ir, y en la nube de d�a.

Pero ellos (en sus padres) no hab�an cre�do a Yahweh su Dios del pacto. Dios hab�a ido constantemente delante de ellos en la nube de d�a y el fuego de noche, mostr�ndoles el camino por el que deb�an ir y seleccionando los mejores lugares para acampar por la noche, gui�ndolos hacia el agua esencial que tanto necesitaban y aliment�ndolos. con man�. Pero todav�a no aceptaban que �l fuera capaz de derrotar a estos temibles enemigos, ahora tan grandes como gigantes en su imaginaci�n. Se hab�an negado a creer.

Deuteronomio 1:34

" Y oy� Jehov� la voz de vuestras palabras, y se enoj�, y jur� diciendo:�Ciertamente ninguno de estos hombres de esta mala generaci�n ver� la tierra buena, que jur� dar a sus padres, excepto Caleb, hijo de Jefone, �l la ver�, y a �l le dar� la tierra que pis�, ya sus hijos, porque ha seguido enteramente a Yahv� �. '

El resultado fue que, despu�s de esperar y darles la oportunidad de tomar una decisi�n completa, lo que hicieron en t�rminos de negarse a seguir adelante, Yahweh estaba 'enojado'. Es decir, en su justicia moral, mantuvo su actitud de aversi�n y determin� castigarlos.

Por lo tanto, jur� que ninguno de los hombres maduros ver�a ni entrar�a en la tierra, con la excepci�n de Caleb, el hijo de Jefone, quien los hab�a instado a seguir adelante (literalmente, 'estaba completamente lleno despu�s de Yahv�'). Solo �l, de todos los que hab�an recibido la orden de avanzar, lo ver�a (adem�s del propio liderazgo que hab�a dado la orden), y lo que es m�s, recibir�a de la mano de Dios la misma tierra que hab�a pisado, porque �l, y solo �l, hab�a seguido plenamente a Yahv� en las luchas internas entre los once exploradores.

No se menciona a Josu� porque, habiendo tomado su lugar al lado de Mois�s, y habiendo tenido discusiones con �l como su adjunto, no estar�a en la discusi�n. De la narraci�n en N�meros 13:30 queda claro que Caleb se hab�a mantenido firme y solo en el caso del 'pueblo contra Mois�s y Josu�', porque Josu� no era visto como 'del pueblo' sino como 'del otro lado'. .

Se sab�a que era la mano derecha de Mois�s. Por lo tanto, sabiamente se hab�a quedado callado y no estaba entre ellos, aunque luego agreg� su testimonio. Esta descripci�n nos dice que Mois�s recuerda claramente la vista de Caleb parado all� de un lado con los otros aullando del otro, una se�al de autenticidad. est� recordando lo que vio.

Pero se puede preguntar: '�Qu� pasa con Joshua?' La respuesta es simple. Ni Mois�s ni Josu� fueron examinados. Mois�s fue el elegido de Dios, y Josu� fue su mano derecha, "de pie ante �l". Ellos eran los que hab�an transmitido los mandamientos de Yahweh. En esta etapa se reconoci� plenamente que ambos entrar�an a la tierra. De modo que el destino de Joshua no hab�a sido cuestionado.

Versículos 37-38

Deuteronomio 1:37

' Tambi�n Yahweh se enoj� conmigo por causa de ustedes, diciendo: �T� tampoco entrar�s all�, Josu� hijo de Nun, que est� delante de ti, �l entrar� all�. An�melo, porque �l har� que Israel la herede �. '

Pero el derecho de Mois�s a entrar en la tierra tambi�n se hab�a perdido m�s tarde. Les recuerda lo que para �l fue un hecho duro. Que �l tambi�n ahora no pod�a entrar en la tierra. Y la raz�n por la que no pudo entrar a la tierra fue porque �l mismo hab�a pecado, en parte como resultado de la desobediencia de Israel. Esta desobediencia es el punto de conexi�n con el vers�culo anterior. Porque al final a �l tambi�n se le prohibi� la entrada a la tierra debido a su pecado posterior en Merib� ( N�meros 20:12 ) cuando ven�an a Cades por segunda vez.

Eso tambi�n se debi� a la incredulidad de la gente. �Y era la posible incredulidad de la gente a la que estaba hablando ahora! Que recuerden lo que le ha hecho su incredulidad y aprendan de ello.

Una referencia tan abreviada encaja bien con estas palabras reales de Mois�s al pueblo real que hab�a sido la causa de su comportamiento. No necesitaba recordarles las circunstancias. Los recordaban demasiado bien. Nadie que hubiera estado presente en el campamento olvidar�a ese terrible d�a cuando se difundi� la noticia del juicio de Dios sobre Mois�s porque se hab�a molestado por su intransigencia.

Con todos sus murmullos, �l era la �nica figura en la que sab�an que siempre pod�an confiar. Y Mois�s sab�a que todav�a se sentir�an culpables por ello. Pero quiere que reconozcan que su p�rdida es una ganancia de Josu�, de modo que deben apoyar fielmente a Josu� para demostrar su dolor por lo que le hab�an hecho.

Hasta ese punto en Meriba, entonces (humanamente hablando) hab�a estado en la mente de Dios que �l deb�a entrar en la tierra para poseerla para Yahweh. Pero luego hab�a perdido ese privilegio. Ahora ese privilegio era ir a Josu�, el que 'estaba delante de �l', es decir, era su segundo al mando. Siendo eso as�, no hab�a sido necesario mencionar a Josu� previamente porque todos sab�an que estaba destinado a conducirlos a la tierra, y �l, con Mois�s, tambi�n habr�a sido responsable de dar la orden de seguir adelante en la situaci�n anterior.

Por lo tanto, no tuvo que debatir la cuesti�n como lo hizo Caleb. �l estaba firmemente con Mois�s en sus acciones, y era quien iba a hacer que Israel heredara (recibiera como regalo) la tierra. No quiere que se considere que Joshua ha sido un cazatalentos m�s. Su nombramiento fue de Yahweh.

Olvidarse de que se trata de un discurso en el que busca superar hechos b�sicos sin preocuparse por la cronolog�a, ocasiona dificultades a algunos comentaristas. Pero Mois�s simplemente est� sacando a relucir hechos sobresalientes. El de su padre no pudo entrar por incredulidad, no puede entrar porque hab�a pecado cuando fue provocado. Ambos fueron excluidos a causa del pecado. Por lo tanto, es Josu� quien los guiar� hacia adelante. El nombramiento oficial de Josu� no fue hasta N�meros 27:18 , aunque Mois�s sin duda estaba consciente de que lo estaba preparando para el liderazgo desde que lo nombr� su 'sirviente', y de su �xito contra los �xodo 17 en �xodo 17 .

Sin embargo, este es un discurso y no dudar�a en armar todo sin tener en cuenta el tiempo. Fueron los hechos los que no importaron cuando sucedieron. Por eso ignora a Aaron. Es irrelevante para el punto que est� haciendo.

(Por supuesto, es psicol�gicamente posible, ya que algunos han sugerido que Mois�s ten�a un sentimiento de culpa por no haber persuadido a los incr�dulos para que siguieran adelante en ese momento, y fech� su rechazo a ese hecho, pero no hay otra indicaci�n de ello. y no se requiere como explicaci�n en un contexto como este).

Versículos 39-41

Deuteronomio 1:39

Adem�s, tus peque�os, de los que dijiste que ser�an presa, y tus hijos, que hoy no tienen conocimiento del bien ni del mal, entrar�n all�, y yo se lo dar�, y lo poseer�n�.

Aqu� se ve a Yahweh hablando con sus padres. Hab�an dicho que si entraban en la tierra y luchaban contra los amorreos, sus peque�os se convertir�an en presa del enemigo ( N�meros 14:3 ). Bueno, hab�a dicho Yahv�, en cuanto a sus hijos peque�os y sus beb�s, de los cuales hab�an dicho que se convertir�an en presa, parad�jicamente se les permitir�a entrar a la tierra.

Les ser�a dado y ellos lo poseer�an. Donde los padres se hab�an negado a obedecer, los hijos obedecer�an. De ese modo se revelar�a la fidelidad de Yahweh. En lugar de convertirse en una presa, entrar�an como los vencedores.

"No conozcas el bien ni el mal". Es decir, en ese momento no ten�a ning�n conocimiento real y, por lo tanto, no estaba en condiciones de tomar una decisi�n de ninguna manera. Por lo tanto, no pudieron con Caleb elegir el bien, ni con los dem�s elegir el mal.

Deuteronomio 1:40

" Pero en cuanto a ti, convi�rtete y emprende tu viaje hacia el desierto por el camino del Mar de Juncos".

Entonces Dios les hab�a dado a sus padres un nuevo mandato, "dar media vuelta" y regresar al desierto del que hab�an venido. Deb�an dar la vuelta y regresar al desierto por "el camino del Mar de Juncos".

(De paso estamos aprendiendo algo de la geograf�a del �rea. Ellos ya hab�an usado 'el camino del monte Seir' ( Deuteronomio 1:2 ), seguido por 'el camino a la regi�n monta�osa de los amorreos' ( Deuteronomio 1:19 ), ahora iban a utilizar 'el camino hacia el Mar de Juncos'. Viajaban por carreteras y caminos).

Deuteronomio 1:41

" Entonces respondi� y me dijeron:�Hemos pecado contra el Se�or, vamos a ir hacia arriba y lucha, de acuerdo con todo lo que Jehov� nuestro Dios nos ha mandado.� Y ce�iste a cada hombre sus armas de guerra, y estabas ansioso por subir a la regi�n monta�osa ".

La orden de "dar media vuelta" los hab�a despertado bruscamente. La idea del horror de volver a ese desierto hab�a sido demasiado. Hab�an decidido que entre eso y la elecci�n de seguir adelante, seguir adelante y luchar era lo mejor. Pero ya era demasiado tarde. Hab�an descubierto sus corazones y hab�an revelado su verdadera condici�n. Ya no pod�an afirmar que estaban avanzando en obediencia a Yahweh, en fe y en amorosa respuesta a Su pacto, sino que estaban avanzando como la ligeramente mejor de dos alternativas desesperadas.

Ya no ser�a una marcha de fe, guiada triunfalmente por Yahv�, sino un intento desesperado de hacer lo mejor posible ante las dificultades y salir de un hoyo. Ahora no estaban pensando en t�rminos de victoria en el nombre de Yahweh, sino simplemente en hacer lo que pudieran. Pero la poderosa actividad de Yahweh no estaba disponible para ellos de esa manera, ya que revelaba que simplemente no estaban preparados espiritual y psicol�gicamente para todas las batallas que vendr�an por delante. Por lo tanto, no hubiera sido una bondad dejarlos seguir adelante, porque no ir�an adelante como pueblo de Yahweh sino como su propio pueblo, llev�ndose consigo todos sus miedos y debilidades.

As� que esta vuelta fue realmente una bondad para ellos. Si hubieran seguido adelante, nunca hubieran sobrevivido a todas las batallas que ten�an por delante. Habr�an sido masacrados lentamente de hombre a hombre. Porque les faltaba la fe para lograrlo. Y era precisamente este requisito de fe, el �nico que pod�a haber asegurado el �xito, lo que, humanamente hablando, Mois�s estaba ahora en Deuteronomio buscando edificar en sus sucesores.

"Todo lo que Jehov� nuestro Dios nos ha mandado". Note su uso del t�tulo del pacto 'Yahv� nuestro Dios'. Hab�an estado tratando de sugerir que, despu�s de todo, estaban respondiendo al pacto, pero no hab�a sido as�.

Versículos 42-44

Deuteronomio 1:42

" Y el Se�or me dijo:�Diles: No vaya no, ni pele�is, pues no estoy entre vosotros, para que no herido delante de tus enemigos.�

As� que Yahv�, que sab�a la verdad de lo que les esperaba, les hab�a ordenado que no siguieran adelante. La orden fue clara. No deb�an avanzar, no deb�an pelear, porque Yahv� no estar�a peleando por ellos. Por tanto, el peligro era que sus enemigos los golpearan.

Deuteronomio 1:43

' As� que les habl�, y no escucharon, pero ustedes se rebelaron contra el mandamiento de Yahv�, y fueron presuntuosos, y subieron a la regi�n monta�osa.'

Y Mois�s hab�a dado a sus padres la orden de Yahv�, pero como siempre hab�an sido desobedientes. Habi�ndose rebelado cuando �l dijo 'Adelante', ahora se hab�an rebelado cuando �l dijo, 'Ya es hora'. Cualquier cosa que Dios dijera "haz", ellos no escuchar�an. Ellos "fueron presuntuosos y subieron a la regi�n monta�osa". Eran presuntuosos porque subieron sin el permiso de Dios, de hecho, a pesar de que �l se neg� a permitirlo. Ciertamente estar�an sin su general Joshua.

Estar�an sin Mois�s, cuya fe y confianza los hab�a sostenido previamente en la batalla. Estar�an sin el bast�n de Dios que simbolizaba su poderosa actividad a favor de ellos. Por lo tanto, estar�an mal preparados para lo que les esperaba. En realidad, solo se hab�an ido porque no pod�an soportar la idea de volver a enfrentarse al desierto. Simplemente asumieron que de alguna manera Dios los ayudar�a como siempre lo hab�a hecho. Pero se olvidaron de que ya no eran el pueblo que Dios hab�a tra�do hasta este punto. Sus corazones se hab�an vuelto incr�dulos.

Deuteronomio 1:44

" Y los amorreos, que habitaban en esa regi�n monta�osa, salieron contra ti, y te persiguieron, como hacen las abejas, y te derrotaron en Seir, hasta Horma".

El resultado neto solo podr�a ser un desastre. Se hab�an encontrado con los amorreos en su propio territorio, hombres que ten�an mucha experiencia en defenderlo y conoc�an cada cent�metro del terreno, mientras que sus propios l�deres eran inexpertos. As�, los amorreos hab�an salido como un enjambre de abejas y los hab�an hecho retroceder, de modo que fueron derrotados en Edom (Seir), y luego huyeron a Horma. "Como hacen las abejas" probablemente se refiere a un enjambre descendente.

Todos hab�an conocido casos de personas que, al ser atacadas por un enjambre de abejas, no pudieron escapar de ellas. Y as� se hab�a sentido ante estos feroces amorreos que no se detuvieron hasta que estuvieron bien alejados de la regi�n monta�osa. 'Seir' ser�a la parte debajo del Mar Muerto. Horma probablemente era una ciudad al noreste de Cades. Significa 'dedicado a la destrucci�n' y, por lo tanto, puede referirse a una ruina, aunque, si era la misma ciudad que se menciona en Jueces 1:17 , se le dio el nombre cuando los israelitas la capturaron y la dedicaron a la destrucci�n.

si ese es el caso, 'incluso a Hormah' puede ser una nota agregada por un escriba posterior. Pero es probable que hubiera varias Hormahs, porque la palabra simplemente significa "una ruina", y puede que se haya aplicado a varios sitios desolados. Probablemente no sea accidental que ese fuera nombrado como el t�rmino de la gente, porque estaban 'consagrados a la destrucci�n' en el desierto.

As�, al entrar en la tierra con incredulidad, inmediatamente fueron expulsados ??de ella. No hab�a lugar en la tierra de Yahweh para la incredulidad, una lecci�n que tambi�n era importante para el futuro. Porque Dios no los estaba trayendo a la tierra solo por su propio bien, sino porque ten�a un prop�sito que cumplir a trav�s de ellos, y si no estaban capacitados para ese prop�sito, ser�an excluidos. Esta doctrina de expulsar de la tierra a los que no eran aptos es antigua.

Una vez que la tierra fue prometida a Abraham y sus descendientes, fue ciertamente inevitable. Porque la base misma del pacto con Abraham era que todos aquellos que no respondieran al pacto ser�an eventualmente excluidos de la tierra ( G�nesis 15:16 ).

Versículos 45-46

Deuteronomio 1:45

' Y volviste y lloraste delante de Yahv�, pero Yahv� no escuch� tu voz, ni te escuch�'.

El resultado hab�a sido un profundo dolor, tanto que vinieron y lloraron ante el Tabern�culo, 'delante de Yahv�'. Pero hab�an llorado desilusionados, no porque estuvieran arrepentidos de c�mo hab�an defraudado a Yahweh. As� que Jehov� no escuch�, porque su coraz�n y sus intenciones no eran rectas, y le hab�an desobedecido. Sus o�dos estaban as� ahora cerrados para ellos. Ten�a la cabeza vuelta. Podemos pensar que podemos seguir orando cuando hemos sido desobedientes a Dios, pero la verdad es que hasta que no nos arrepintamos verdaderamente, �l no nos escuchar�.

La palabra que �l quiere escuchar es un genuino 'lo siento', y para ellos no fue posible. Sus corazones se hab�an encaminado en la direcci�n equivocada. Puede que expresen remordimiento, pero no 'lo sentir�an'.

Deuteronomio 1:46

" As� que permaneciste en Cades muchos d�as, seg�n los d�as que permaneciste all�".

As�, durante muchos d�as permanecieron en el oasis de Cades. Mois�s no pudo recordar cu�nto tiempo fue, por lo que agrega 'por el n�mero de d�as que permaneciste all�'. Pero finalmente tuvieron que seguir adelante. Posiblemente su gran n�mero hab�a afectado las aguas de los oasis circundantes de modo que durante un tiempo ya no eran utilizables o suficientes. O quiz�s hab�a demasiados para residir all� permanentemente. Compare N�meros 20:2 .

Deuteronomio 2:1 a

"Luego nos volvimos y emprendimos nuestro viaje hacia el desierto por el camino del Mar Rojo, como Yahv� me hab�a dicho".

Luego, finalmente, tuvieron que someterse a lo que Dios hab�a dicho y comenzaron sus andanzas. Ya sea porque Mois�s hab�a insistido en el mandato de Dios, o porque las condiciones lo hab�an hecho inevitable, hab�an abandonado Cades y tomado la ruta por "el camino hacia el Mar de Juncos", tal como Yahv� hab�a dicho. Y durante un tiempo considerable hab�an vagado por el monte Seir, la cadena de monta�as al sur del Mar Muerto.

Sin embargo, no hab�an estado muy contentos con eso y hab�a resultado en el intento de golpe de Dat�n y Abiram ( N�meros 16 ).

As� que ahora se han establecido los par�metros. Aunque sus oyentes no se dieron cuenta, toda la historia de Israel se ha presentado en un microcosmos. Mois�s ha sentado las bases para el futuro. La tierra y el futuro es de Yahv�. Est� disponible para todos los que le responder�n con fe y le obedecer�n. El ha hecho su parte. Los ha multiplicado. Los ha establecido como una naci�n justa.

Ahora les toca a ellos. Si responden a Su pacto, pueden entrar en �l y disfrutar de su bendici�n y la protecci�n de Yahweh. Si responden as�, �l los guiar� y luchar� por ellos. Ser� para ellos como un padre que da a luz a su hijo. Pero si no contin�an creyendo, si no contin�an obedeci�ndole, entonces �l tambi�n los echar� de la tierra, como expuls� a sus padres, de modo que ellos tambi�n estar�n para siempre vagando sin llegar a ninguna parte. La elecci�n est� en ellos.

Los principios que subyacen a este primer cap�tulo se repetir�n continuamente a lo largo del libro. �l le est� dando la tierra a su pueblo, pero si no le responde verdaderamente, la perder�.

Cabe destacar que nada de todo esto determin� el destino eterno de estas personas. Al igual que con nosotros, eso fue determinado por su propia respuesta personal individual al camino del perd�n que Dios les hab�a abierto. No los hab�a abandonado por completo. Pero podemos ver en este cap�tulo una par�bola de la vida cristiana. Para el cristiano reci�n convertido, la vida a menudo parece un viaje por el desierto, pero a medida que aprende a confiar m�s en Cristo, puede entrar en el descanso, el descanso de la confianza y la obediencia.

Lamentablemente, sin embargo, muchos temen en qu� resultar� la obediencia a Dios y, por lo tanto, no avanzan, conden�ndose as� a una vida en el desierto. El escritor de Hebreos lo us� como una ilustraci�n de la vida de un incr�dulo en contraste con la vida de un creyente (Hebreos 3-4).

Información bibliográfica
Pett, Peter. "Comentario sobre Deuteronomy 1". "Comentario de Pett sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pet/deuteronomy-1.html. 2013.
 
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