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Deuteronomio 11

Pett's Commentary on the BibleComentario de Pett

Versículos 1-9

Cap�tulo 11 Se enfrentan a la elecci�n final.

Este cap�tulo contin�a los temas de los cap�tulos anteriores y cierra esta secci�n. En �l, Mois�s resume lo que ha sucedido antes y hace hincapi� en la historia pasada que han experimentado, tanto de liberaci�n como de juicio. Sobre esta base, le preocupa que respondan plenamente al pacto, porque si lo hacen, conocer�n la plena bendici�n de la tierra y la plenitud de la provisi�n de Dios para ella, y podr�n expulsar a sus habitantes.

Esto luego se expone en v�vidas im�genes de la abundancia de esa provisi�n. Por lo tanto, si quieren disfrutar de Su bendici�n, deben llevar Sus palabras a su coraz�n y aplicarlas en cada parte de sus vidas. Porque si guardan Su pacto, ser�n bendecidos y saldr�n victoriosos en lo que les espera, mientras que si se vuelven a la idolatr�a, solo les aguardar� el juicio.

Por lo tanto, la elecci�n est� en ellos en cuanto a si experimentan bendici�n o maldici�n, y una vez que est�n en la tierra, deben asegurarse de sellar este mismo hecho en el lugar que �l ha elegido junto a los robles de Moreh, el lugar donde primero tuvo. se revel� a Abraham, y donde Abraham lo ador� por primera vez, al entrar en la tierra, en Siquem (comp�rese con G�nesis 12:6 ).

Que consideren su pasado, reconozcan la actividad de Dios en �l y respondan a �l ( Deuteronomio 11:1 ).

Mois�s les recuerda las diferentes formas en que han visto a Yahv� obrar, contra Egipto, contra los rebeldes e incluso contra ellos mismos, en todos los casos a causa del pecado. Pero ahora eso ha quedado atr�s y, por lo tanto, deben amarlo y seguir adelante en obediencia a sus mandamientos y estipulaciones del pacto.

An�lisis en palabras de Mois�s:

a Amar�s, pues, a Jehov� tu Dios, y guardar�s su mandato, sus estatutos, sus ordenanzas y sus mandamientos, siempre ( Deuteronomio 11:1 ).

b Y con�celos hoy (ustedes, israelitas maduros), porque no hablo con sus hijos que no han conocido y que no han visto el castigo de Yahweh su Dios, su grandeza, su mano poderosa, y su brazo extendido, y su se�ales y obras que hizo en medio de Egipto para Fara�n, rey de Egipto, y para toda su tierra ( Deuteronomio 11:2 ).

c Y lo que hizo con el ej�rcito de Egipto, con sus caballos y sus carros; c�mo hizo que las aguas del mar de juncos los desbordaran mientras te persegu�an, y c�mo los ha destruido Jehov� hasta el d�a de hoy ( Deuteronomio 11:4 ).

d Y lo que te hizo en el desierto, hasta que llegaste a este lugar ( Deuteronomio 11:5 ).

c Y lo que hizo con Dat�n y Abiram, los hijos de Eliab, hijo de Rub�n, c�mo la tierra abri� su boca y se los trag� a ellos, a sus casas, a sus tiendas y a todo ser viviente que los sigui�, en el en medio de todo Israel ( Deuteronomio 11:6 ).

b Y vuestros ojos han visto toda la gran obra de Jehov� que hizo ( Deuteronomio 11:7 ).

a Por tanto, guardar�s todo el mandamiento que yo te mando hoy, para que seas fuerte, y entres y poseas la tierra a la cual pasas para poseerla, y para que prolongues tus d�as en la tierra, que Yahweh jur� a vuestros padres que les dar�a a ellos ya su descendencia una tierra que mana leche y miel ( Deuteronomio 11:8 ).

Tenga en cuenta que en 'a' comienza 'por lo tanto (y) amar�s' y requiere que se guarden sus mandamientos, y en el paralelo comienza 'por lo tanto (y) guardar�s' y promete recompensas por guardar Su mandamiento. En 'b' les recuerda que han visto las grandes obras que Yahweh ha hecho en Egipto, y en paralelo se refiere a que sus ojos han visto toda la gran obra de Yahweh que hizo.

En 'c' se refiere a lo que les hizo a los egipcios que eran enemigos de Israel y en paralelo a lo que les hizo a Dat�n y Abiram que eran enemigos (internos) de Israel. Y en 'd' se refiere centralmente a lo que le hizo a Israel en el desierto.

Deuteronomio 11:1

' Por lo tanto, (mil�simas) Amar�s a Jehov� tu Dios, y el encargo de �l, y sus estatutos y sus decretos y sus mandamientos, siempre.'

Por lo tanto, por lo que ha estado diciendo en los cap�tulos anteriores, y especialmente por lo que ha declarado sobre la grandeza superlativa de Yahv� en el cap�tulo 10, y porque ha demostrado su amor multiplic�ndolos como las estrellas del cielo, ellos, como naci�n y como personas responsables (t�), debes reconocer Su gran soberan�a y gracia y amarlo, y guardar Su mandato, Sus estatutos, Sus ordenanzas y Sus mandamientos siempre.

Una vez m�s vemos que la respuesta amorosa y el aprecio son lo primero, seguidos por la obediencia (comparar Deuteronomio 6:5 ; Deuteronomio 10:12 ). A menos que exista esa relaci�n personal con Yahweh, el resto no suceder�.

El amor debe ser lo primero. Pero luego debe ir seguida de una acci�n de respuesta. Y esa acci�n de respuesta se revelar� guardando Su Lev�tico 8:35 (comp�rese con Lev�tico 8:35 ), en este caso, poseer la tierra, destruir a sus habitantes y guardar Sus mandamientos. Este es el �nico uso del sustantivo 'carga' en Deuteronomio. Ese cargo se describir� ahora con cierto detalle en el siguiente cap�tulo s.

Podemos comparar este vers�culo con Deuteronomio 8:1 , aunque el pronombre est� ah� 'vosotros', que nos advierte acerca de hacer demasiada distinci�n entre 'vosotros hijos de Israel' y 't� naci�n de Israel', al tiempo que notamos la distinci�n.

Deuteronomio 11:2

' Y con�zcanse (ustedes, israelitas maduros) hoy, porque no hablo con sus hijos que no han conocido, y que no han visto el castigo de Yahweh su Dios, su grandeza, su mano poderosa, y su brazo extendido, y su las se�ales y las obras que hizo en medio de Egipto para Fara�n, rey de Egipto, y para toda su tierra.

Exhorta a los maduros de entre ellos a recordar en este d�a las maravillas que Yahv� ha hecho por ellos en el pasado. Porque no son como sus hijos que no han visto Su 'disciplina' como en Deuteronomio 8:5 (la disciplina es sufrimiento que ten�a la intenci�n de provocar un cambio de coraz�n mediante una combinaci�n de amor y castigo), o conocido en la experiencia de Su grandeza.

, Su mano poderosa y Su brazo extendido (una se�al de Su participaci�n personal), y Sus se�ales y Sus obras que hizo en medio de Egipto para el poderoso Fara�n, rey de Egipto, y para todo Egipto. No, lo han visto por s� mismos, como hombres j�venes en la adolescencia y como ni�os.

Hay una aspereza gramatical en la referencia a sus hijos que surge de la naturaleza oratoria de las palabras, otra evidencia de que tenemos aqu� un discurso genuino de Mois�s.

Deuteronomio 11:4

' Y lo que hizo con el ej�rcito de Egipto, con sus caballos y sus carros; c�mo hizo que las aguas del mar de juncos los desbordaran mientras los persegu�an, y c�mo los ha destruido Jehov� hasta el d�a de hoy.

(Los pronombres son 'vosotros, vuestro' hasta Deuteronomio 11:9 )

Ellos tambi�n saben c�mo humill� y destruy� al ej�rcito de Egipto, sus caballos y sus carros (comp�rese con �xodo 15:1 ; �xodo 15:4 ; �xodo 15:21 ). C�mo hab�a hecho que el Mar de Juncos los desbordara cuando persegu�an a Israel, y c�mo los hab�a destruido por completo. Por lo tanto, pueden estar seguros de que �l puede tratar as� con todos sus enemigos.

Esta es la �nica menci�n de este gran incidente en Deuteronomio, porque Mois�s se ha concentrado m�s en todo el panorama de los poderosos hechos de Dios en Egipto como en Deuteronomio 11:3 , pero aparece aqu� como un ejemplo individual sobresaliente. Lo general es seguido por lo particular. De la misma manera, ahora hablar� de las actividades generales de Dios en el desierto, seguido de un ejemplo particular. En ambos ejemplos, sus enemigos fueron destruidos.

Deuteronomio 11:5

" Y lo que hizo con vosotros en el desierto, hasta que llegaron a este lugar, y lo que hizo con Dat�n y Abiram, hijos de Eliab, hijo de Rub�n, c�mo abri� la tierra su boca, y los trag� a ellos, y sus casas, y sus tiendas, y todo ser viviente que los sigui�, en medio de todo Israel, '

Y saben tambi�n todo lo que sucedi� en general en el desierto hasta este momento, tanto bueno como malo, y especialmente lo que sucedi� en particular con Dat�n y Abiram cuando la tierra abri� su boca y se los trag�, junto con sus hogares y todos. sus posesiones ( N�meros 16:30 ), y que se hizo en medio de todo Israel.

Y recordar�an que esto hab�a sucedido porque hab�an desafiado las ordenanzas de Yahweh. El resultado fue una muerte inmediata y catastr�fica. As� que han visto tanto lo positivo como lo negativo. Han visto lo que sucede cuando le obedecen, y han visto lo que sucede cuando los hombres lo desobedecen.

La no menci�n de Cor�, el co-conspirador con Dat�n y Abiram, puede deberse a que no se le mencion� espec�ficamente que sali� a la puerta de la tienda, una imagen arraigada en la memoria de Mois�s y, por lo tanto, no se le vio como consumido abiertamente ( N�meros 16:27 ), o puede ser por delicadeza por los sentimientos de los descendientes de Cor� que estaban presentes, o puede ser porque su nombre no debe ser mencionado (tenga en cuenta que su muerte ni siquiera se menciona en N�meros 16 , posiblemente porque su nombre fue visto como borrado).

Deuteronomio 11:7

" Y vuestros ojos han visto toda la gran obra de Jehov� que hizo".

Porque sus ojos han visto toda la gran obra de Yahv� que hab�a hecho en defensa de su pacto, destruyendo a los injustos, ya fueran opresores externos o alborotadores internos, y apoyando a su pueblo. �Son testigos presenciales! Y lo que est� diciendo es que Yahv� no cambia. �l puede y lo har� de nuevo.

Deuteronomio 11:8

" Por tanto, dejar� de guardar todos los mandamientos que yo te mando hoy, para que se�is fuertes, y entr�is a poseer la tierra, a la cual pas�is para poseerla, y que es posible que disfruten de larga vida en la tierra, los cuales Jehov� jur� a vuestros padres que les dar�an a ellos ya su descendencia una tierra que mana leche y miel.

As� que sabiendo que su mano es as� con ellos, deben guardar todo lo que �l manda hoy, para que puedan ser fuertes y entrar y poseer la tierra, y para que puedan prolongar sus d�as en la tierra. Tanto su victoria como su presencia continua en la tierra depender�n de la voluntad de obedecer sus requisitos. No pueden permanecer en Su tierra y bajo Su gobierno, si son desobedientes.

Y esta tierra es la tierra que Jehov� jur� dar a sus padres y a sus descendientes, una tierra que mana leche y miel. Porque los dones de Yahweh est�n sujetos a una verdadera respuesta. Pero pueden estar seguros de que si responden, Yahv� cumplir� sus promesas y les dar� la tierra, una tierra que es una buena tierra, una tierra que fluye leche y miel (compare Deuteronomio 6:3 ; Deuteronomio 26:9 ; Deuteronomio 26:15 ; Deuteronomio 27:3 ; Deuteronomio 31:20 ; Josu� 5:6 ; �xodo 3:8 ; �xodo 3:17 etc.), la provisi�n adecuada de Dios para las necesidades del hombre. La leche era el requisito b�sico del hombre, la miel agradable al gusto del hombre. Una tierra as� promet�a todo lo bueno.

Y nosotros tambi�n deber�amos mirar hacia atr�s en todo lo que Dios ha hecho, la muerte de Su Hijo y Su gloriosa resurrecci�n y obra entre los hombres, y deber�amos regocijarnos en ello, y como resultado de ello, nos comprometemos plenamente a que �l revele nuestra confianza en �l ( Romanos 12:1 ).

Versículos 10-12

La tierra a la que se dirigen es una tierra abundante. Es regado por Dios y depende de su cuidado, un cuidado que depende de su obediencia a los requisitos del pacto ( Deuteronomio 11:10 ).

An�lisis en palabras de Mois�s:

a Porque la tierra a la que vas a entrar para poseerla no es como la tierra de Egipto, de donde saliste, donde sembraste tu semilla y la regaste con tu pie, como un huerto de hierbas ( Deuteronomio 11:10 ).

b Pero la tierra a la que vas a poseerla, es una tierra de colinas y valles, y bebe el agua de la lluvia del cielo ( Deuteronomio 11:11 ).

b Una tierra que cuida de Yahv� tu Dios ( Deuteronomio 11:12 a).

a Los ojos de Yahv� tu Dios est�n siempre sobre ella, desde el principio del a�o hasta el final del a�o ( Deuteronomio 11:12 b).

Tenga en cuenta que en 'a' la tierra que van a poseer no es una tierra en la que tendr�n que trabajar duro, porque en el paralelo es una en la que los ojos de Yahweh est�n puestos permanentemente, desde el principio hasta el final de el a�o. En 'b' es una tierra alimentada por agua del cielo, y en el paralelo hay una tierra que Yahweh su Dios cuida.

Deuteronomio 11:10

" Que la tierra, a la que (t�) vas para poseerla, no es como la tierra de Egipto, de donde (ye) sali�, en el que (t�) sembr� su semilla (tu), y la reg� con tu pie, como un jard�n de hierbas, '

Porque iban a una tierra mucho, mucho mejor que aquella de la que hab�an salido. La tierra a la que se dirigen no es como Egipto, la tierra que hab�an dejado. Esa era una tierra plana, y all� sembraron su semilla, y luego tuvieron que mantenerla regada construyendo canales de riego y trabajando laboriosamente equipos con los pies para llevar el agua a la tierra, como regar�an un jard�n de hierbas.

Luego usar�an sus pies nuevamente para abrir y bloquear peque�os canales alrededor de su tierra. Todo requer�a un esfuerzo constante. 'Un jard�n de hierbas' enfatiz� el esfuerzo que se tuvo que hacer y el resultado fruct�fero que sigui�, ya que el mantenimiento de tales jardines requer�a un gran esfuerzo.

Egipto disfrut� de la bendici�n de que el Nilo se elev� y cubri� partes de su tierra cada a�o, renovando la tierra, pero luego cay�, y tuvieron que trabajar duro para asegurarse de aprovechar al m�ximo sus aguas. Requiri� un esfuerzo constante. Se est� se�alando que el riego fue el resultado de la actividad f�sica y el esfuerzo del hombre. Recordar�an demasiado bien aquellas actividades y esfuerzos en los que hab�an tenido que participar, sin duda incluso cuando eran ni�os.

Deuteronomio 11:11

" Pero la tierra a la que (ye) vas para poseerla, es tierra de montes y valles, y bebe el agua de la lluvia del cielo, una tierra que Jehov� tu (THY) Dios cuida. Los ojos de Yahv� tu (tu) Dios est�n siempre en ella, desde el principio del a�o hasta el final del a�o. '

Pero en la tierra a la que iban ahora, donde Dios proporcionar�a el agua, no era as�. Iba a ser una tierra de colinas y valles, una tierra que beb�a agua que ven�a de arriba (no necesitaba ser alimentada a la fuerza), incluso la lluvia del cielo. Recib�a agua que ca�a donde se quer�a, o flu�a hacia donde se quer�a. Y era una tierra que Jehov� su Dios cuidaba continuamente, porque Sus ojos siempre estaban en ella, desde el principio del a�o hasta el final del a�o.

As� que los que viv�an en �l depend�an de Su bondad para la provisi�n de agua, y cuando estaban bien con �l pod�an estar seguros de esa provisi�n (excepto en ocasiones ocasionales de prueba). As�, mientras Egipto depend�a del Nilo, preferir�an depender directamente de Dios, y mientras Egipto trabajaba para esparcir sus aguas, Israel recibir�a la bendici�n de Dios con gozo.

Y lo que es m�s, Dios se preocup� especialmente por esta tierra, porque era la tierra que le hab�a prometido a Abraham y la guardaba para sus descendientes. No significa que Dios no se preocup� por otras tierras, solo que no estuvieron bajo Su cuidado especial. Aqu� Dios estaba �ntimamente preocupado por el bien de su pueblo.

Versículos 13-21

Su bendici�n y fecundidad depender� de a qui�n sirvan ( Deuteronomio 11:13 a).

An�lisis en palabras de Mois�s:

a Si escuchas atentamente mis mandamientos que te mando hoy, amar a Yahv� tu Dios y servirle con todo tu coraz�n y con toda tu alma ( Deuteronomio 11:13 ).

b Dar� la lluvia de tu tierra a su tiempo, la lluvia temprana y la lluvia tard�a, para que recojas tu trigo, tu mosto y tu aceite, y dar� hierba en tus campos para tu ganado. y comer�s y te saciar�s ( Deuteronomio 11:15 ).

b Mirad por vosotros mismos, no sea que vuestro coraz�n se enga�e, y os desvi�is y sirv�is a dioses ajenos, y los ador�is, y la ira de Yav� se encienda contra vosotros, y cierre los cielos para que no llueva. y la tierra no dar� su fruto, y pronto perecer�s de la buena tierra que Jehov� te da ( Deuteronomio 11:16 ).

a Por tanto, pondr�s estas mis palabras en tu coraz�n y en tu alma ( Deuteronomio 11:18 a).

Note que en 'a' ellos deben escuchar atentamente los mandamientos de Yahweh y amarlo y servirlo con todo su coraz�n y alma, y ??en el paralelo deben depositar Sus palabras en su coraz�n y alma. En 'b' si lo hacen recibir�n abundante lluvia del cielo y la tierra ser� fruct�fera, pero en paralelo si buscan a otros dioses los cielos se cerrar�n y no habr� lluvia, y su tierra no ser� fruct�fero.

Deuteronomio 11:13

' Y suceder� que si escuch�is atentamente mis mandamientos que yo os mando hoy, que amen a Yahweh vuestro Dios y le sirvan con todo su coraz�n y con toda su alma, que Dar� la lluvia de tu tierra a su tiempo, la lluvia temprana y la lluvia tard�a, para que recojas tu grano, tu mosto y tu aceite. Y dar� hierba en tus campos para tu ganado, y comer�s y te saciar�s ''.

Tenga en cuenta que las palabras ahora de repente se convierten en una cita de Yahweh. Mois�s contin�a la revelaci�n como si la hubiera dicho �l. Aqu� se ve a Yahweh mismo hablando. Las promesas son personalizadas.

�Y qu� les depara el futuro cuando hayan pose�do la tierra? Que si obedecen diligentemente el mandamiento de Dios que �l est� dando a trav�s de Mois�s en este d�a, el mandamiento de amarlo y servirlo con todo su coraz�n y alma, �l dar� la lluvia por la tierra, como se requiere, en su tiempo, tanto la lluvia temprana, antes del arado y antes de la siembra, que llega en octubre o, a veces, un poco m�s tarde, las lluvias continuas necesarias para la fructificaci�n de la tierra, y la lluvia tard�a en abril, que consisti� en las lluvias finales de la temporada de lluvias , todo lo cual reg� la tierra y la hizo productiva.

El resultado ser� que podr�n recoger su grano, su vino nuevo y su aceite de oliva, y sus campos estar�n llenos de pasto para el ganado, y ellos mismos comer�n y se saciar�n.

Para este �nfasis en amar a Dios podemos comparar Deuteronomio 6:5 . Entonces, despu�s de la repetici�n del pacto palabra por palabra en Deuteronomio 5 toda esta secci�n de los cap�tulos 6-11 se ve comenzando y terminando con el mismo �nfasis, el requisito de amar a Dios totalmente y la necesidad de unir Sus palabras en sus corazones. y mentes y vidas (ver Deuteronomio 11:18 abajo y comparar Deuteronomio 6:6 ).

Entonces la lecci�n es clara. Vivir en esa tierra, que era la tierra de Dios, era depender de Dios, y la provisi�n de todo lo que necesitaban depender�a de Su provisi�n. Pero no deben temer, porque era Su tierra la que �l cuidaba. Y si lo amaban, lo tem�an y viv�an rectamente ante �l, entonces podr�an estar seguros de Su completa provisi�n.

Esta idea de qui�n proporcionaba la lluvia era muy importante. Baal, un dios principal de los cananeos, cuyo culto estaba muy extendido en Cana�n e incluso m�s all�, era visto por los habitantes actuales de Cana�n como el medio por el cual se proporcionaba la lluvia en su estaci�n. Seg�n ellos, fue Baal, el dios de la tormenta y la lluvia, quien tuvo que ser movido a la acci�n por sus ritos religiosos, que inclu�an actividades sexuales de tipo grosero e inmoral.

Mois�s deja muy claro que esto no fue as�. Baal no tuvo nada que ver con eso. De hecho, solo hab�a Un proveedor de lluvia (como El�as revelar� despu�s de �l - 1 Reyes 17:1 ; 1 Reyes 18:41 ), y ese fue Yahweh.

Deuteronomio 11:16

' Mirad por vosotros mismos, no sea que vuestro coraz�n se enga�e, y os desvi�is y sirv�is a dioses ajenos, y los ador�is, y la ira de Yahweh se encienda contra vosotros, y cierre los cielos, no habr� lluvia, y la tierra no dar� su fruto, y pronto perecer�is de la buena tierra que Jehov� os da.

Por tanto, cuando entren en la tierra, no deben dejarse enga�ar. Que no se desv�en a adorar y servir a los dioses de la tierra, pensando que esos dioses podr�an ayudarlos. Porque si lo hicieran, la ira de Dios se 'encender�a' contra ellos, y cerrar�a los cielos para que no lloviera, y para que la tierra no diese su fruto. Y pronto perecer�an de la tierra que �l les hab�a dado. Confiar en los dioses de la lluvia de Cana�n podr�a parecer atractivo por un tiempo, pero pod�an estar seguros de que terminar�a desastrosamente.

Entonces, el �nfasis aqu� est� en el hecho de que su presencia continua en la tierra, y su provisi�n continua, depender�n de la verdadera obediencia al pacto. Todo esto es parte de Su pacto. Porque la tierra era para los justos, con plena provisi�n, siempre y cuando le sirvieran fielmente y se arrepintieran cuando cometieran un desliz.

Deuteronomio 11:18 a

Por tanto, pondr�is estas mis palabras en vuestro coraz�n y en vuestra alma.

Entonces, con estas promesas y advertencias en mente, deben depositar sus palabras en sus corazones. As� les prestar�n atenci�n y les responder�n, siendo fieles al pacto con Yahv�.

Por lo tanto, deben mantener siempre el requisito del pacto ante sus pensamientos (deu Deuteronomio 11:18 ).

Lo que sigue destaca el cuidado que deben tener para recordar constantemente estos hechos. Es casi una repetici�n de Deuteronomio 6:6 , con las ideas en un orden ligeramente diferente, dando un �nfasis diferente y enfatizando la importancia de mantener Sus palabras siempre en sus pensamientos. Porque si iban a prosperar en la tierra, ellos y sus hijos deb�an ser plenamente conscientes de sus mandamientos. Entonces, esta secci�n del pacto se abre y se cierra con pensamientos similares.

An�lisis en palabras de Mois�s:

� 'Y las atar�s por se�al en tu mano, y ser�n por frontales entre tus ojos' ( Deuteronomio 11:18 b).

� 'Y las ense�ar�s a todos tus hijos, hablando de ellas, cuando cada uno de ustedes se siente en su casa, y cuando cada uno de ustedes camine por el camino, y cuando cada uno de ustedes se acueste, y cuando cada uno de ustedes se levante. '( Deuteronomio 11:19 ).

� 'Y las escribir�s en los postes de tu casa, y en tus puertas' ( Deuteronomio 11:20 ).

� 'Para que se multipliquen vuestros d�as, y los d�as de vuestros hijos, en la tierra que Jehov� jur� a vuestros padres que les dar�a, como los d�as de los cielos sobre la tierra' ( Deuteronomio 11:21 ).

Tenga en cuenta que en 'a' deben aplicar Su palabra a la mano y al ojo, y el resultado en el paralelo es que sus d�as ser�n largos en la tierra que Yahweh les da (no ser�n arrojados) y sus d�as ser�n m�s largos. como los d�as de los cielos sobre la tierra. Esto sugiere que los d�as celestiales se consideran m�s largos que los d�as terrestres. Puede ser que la mano y el ojo se relacionen con la tierra y el cielo, porque con las manos el hombre se afana ( G�nesis 5:29 ), y con los ojos en alto contempla los cielos ( Salmo 8:3 ) contempla la gloria y la justicia de Dios ( Salmo 19:1 ; Salmo 97:6 ). En 'b' deben ense�ar a sus hijos constantemente y en paralelo deben proclamar la verdad para ense�ar a los forasteros.

Deuteronomio 11:18 b

'Y los atar�s como se�al en tu mano, y ser�n por frontales entre tus ojos'.

Compara y contrasta Deuteronomio 6:8 donde se usa 't�'. Cada uno debe hacerlo, cada persona debe hacerlo, toda la naci�n debe hacerlo. El pensamiento es m�s simb�lico y espiritual que literal. La palabra de Dios debe afectar lo que hacen con sus manos y lo que miran con sus ojos.

Aqu� aparece primero una nueva frase para enfatizar la naturaleza espiritual del requisito. Deben depositar sus palabras en lo profundo de ellos, en sus corazones y almas. Deben atarlos en sus manos y entre sus ojos. Es decir, deben asegurarse de que Su palabra penetre en sus corazones y permitir que Su palabra determine lo que hacen y lo que miran. Deb�an ser un pueblo activo en el conocimiento, la comprensi�n y la respuesta a la palabra de Dios.

Es cuestionable si la �ltima parte fue pensada para ser tomada literalmente, aunque m�s tarde los fariseos y muchos otros la tomaron as�. Durante el tiempo de la oraci�n matutina, llevaban peque�as bolsas que conten�an las Escrituras en la frente y en los brazos, y las sujetaban a la puerta. Se han descubierto bolsas de este tipo que contienen peque�os rollos en la zona del Mar Muerto. Eso estaba bien cuando significaba algo genuino, pero el peligro llegaba cuando se convert�a en una formalidad que produc�a vanidad y justicia propia.

Deuteronomio 11:19

' Y (ye) ense�adlas a su (de ustedes) hijos, hablando de ellas, cuando (mil�simas) en tu casa, y cuando (mil�simas) a pie por el camino, y cuando (mil�simas) se acuestan y cuando te levantes.

Compara y contrasta Deuteronomio 6:7 donde 't�, t�' se usa hasta el final. All� el pensamiento era que una naci�n lo estaba haciendo, aqu� est� que todos lo est�n haciendo.

Tambi�n deben ense�arles a sus hijos de d�a y de noche. La mayor�a de los ni�os dormir�an en el mismo lugar que sus padres (comp�rese con Lucas 11:7 ). Por lo tanto, deben hablar de tales cosas en todas las circunstancias, ya sea en la casa, en sus excursiones, a la hora del desayuno, a la hora de acostarse y en la cama, para que todos conozcan y recuerden continuamente el pacto de Dios.

La atm�sfera iba a ser una en la que el pacto de Dios fuera visto como importante. Hoy ver�amos esto en t�rminos de buena lectura con lecciones espirituales adecuadas para ni�os. Pero siempre deber�amos estar dispuestos a hablar de esas cosas con nuestros hijos, darles una buena orientaci�n y dejarles ver que tambi�n hablamos de esas cosas.

Deuteronomio 11:20

' Y las escribir�s en los postes de tu casa y en tus puertas, para que tus d�as se multipliquen, y los d�as de tus hijos, en la tierra que Jehov� jur� a vuestros padres que se los dar�a, como los d�as de los cielos sobre la tierra.

Esto puede tener la intenci�n tanto externamente, como un testimonio de que los habitantes eran personas del pacto, y como un testimonio para todos los que los visitaban de que lo eran, e internamente como un recordatorio para ellos mientras entraban y sal�an de los requisitos de El pacto de Dios. Su presunta respuesta a esto asegurar�a que vivieran una larga vida en la tierra, y sus hijos despu�s de ellos.

�Como los d�as de los cielos sobre la tierra� , es decir, continuamente todo el tiempo que los cielos estaban todav�a sobre la tierra. Esto les indicar�a la eternidad. Si hubieran sido obedientes, Israel habr�a disfrutado del reino eterno en la tierra (la �nica promesa para el futuro que podr�an comprender en esta etapa).

Alternativamente, la idea puede ser que los d�as celestiales sean m�s largos que los d�as terrenales, de modo que sus hijos disfruten de vidas m�s largas al igual que los cielos tienen d�as m�s largos.

Todas estas cosas nos recuerdan que tambi�n nosotros debemos hacer un esfuerzo para asegurarnos, mediante la lectura de Su palabra, de que nosotros tambi�n tengamos siempre presente en nuestros pensamientos lo que el Se�or requiere de nosotros y nos ofrece. Si descuidamos desobedientemente estos asuntos, no deber�a sorprendernos descubrir que nuestra vida espiritual decae.

Versículos 22-25

El resultado de esto ser� que su camino prosperar� ante ellos ( Deuteronomio 11:22 ).

Note que el amor por Yahweh comenz� el cap�tulo 6 y ahora termina el cap�tulo 11 de las estipulaciones generales del pacto. Y si lo aman y le obedecen, su �xito en la conquista de la tierra est� garantizado.

An�lisis en palabras de Mois�s:

a Porque si guardas diligentemente todo este mandamiento que yo te mando, que lo cumplas, que ames a Jehov� tu Dios, que andes en todos sus caminos y que te adhieras a �l ( Deuteronomio 11:22 ).

b Entonces Yahv� echar� a todas estas naciones de delante de ti, y t� despojar�s a naciones m�s grandes y poderosas que t� ( Deuteronomio 11:23 ).

b Todo lugar donde pisar� la planta de tu pie ser� tuyo, desde el desierto y el L�bano, desde el r�o, el r�o �ufrates, hasta el mar posterior, ser� tu t�rmino ( Deuteronomio 11:24 ).

a Nadie podr� estar delante de ti. Yahweh tu Dios pondr� tu temor y su pavor sobre toda la tierra que pisar�s, como te ha dicho ( Deuteronomio 11:25 ).

Tenga en cuenta que en 'a' deben guardar diligentemente sus mandamientos y amar a Yahweh su Dios, andar en sus caminos y unirse a �l, y el resultado es que sus enemigos los temer�n (en contraste con Yahweh am�ndolos) y todo la tierra que pisan (en contraste con caminar en ella) se llenar� de pavor debido a la poderosa palabra de Dios. En 'b' Yahweh echar� a las naciones m�s poderosas que ellos, y las despojar�, y en el paralelo tomar�n posesi�n de cualquier tierra sobre la que pise la planta de su pie dentro del �rea de la tierra prometida.

Deuteronomio 11:22

' Porque si se le mantiene con diligencia todos estos mandamientos que yo te mando, para hacerlo, al amor de Jehov� tu Dios, que andes en todos sus caminos, y sigui�ndole a �l, entonces el Se�or conducir a todas estas naciones de delante de ti, y despojar�s a naciones m�s grandes y poderosas que t�. '

Comp�rese con Deuteronomio 10:12 ; Deuteronomio 11:13 . El despojo de las naciones y el amor de Israel por Yahweh, su andar en Sus caminos y su adhesi�n a �l ten�an que ir en conjunto. Si miraron a Yahweh en busca de su victoria, debe ser porque lo amaban y estaban genuinamente en pacto con �l, y buscaron diligentemente guardar la totalidad de lo que �l hab�a ordenado debido a ese amor.

Entonces echar�an a las naciones m�s poderosas que ellos. El corolario es que si no tuvieran esta respuesta del pacto, entonces el pacto no ser�a v�lido y no recibir�an la asistencia de Yahweh, de la misma manera que sus padres no hab�an recibido Su asistencia ( Deuteronomio 1:44 ). Entonces tendr�a que esperar a otra generaci�n y comenzar de nuevo.

Deuteronomio 11:24

" Todo lugar donde pise la planta de su pie hollar�is ser� suyo, desde el desierto y el L�bano, desde el r�o, el r�o Eufrates, hasta el mar occidental ser� el l�mite. Nadie podr� estar delante de ti. El SE�OR tu Dios pondr� tu temor y su pavor sobre toda la tierra que pisar�s, como te ha dicho.

Pero si lo aman y andan en sus caminos, aferr�ndose a �l y guardando todo lo que �l ha mandado, entonces todo lugar sobre el que pisa la planta de sus pies (ver Deuteronomio 2:5 ; Josu� 1:3 ; Josu� 14:9 ) dentro de la tierra prometida a ellos ser� de ellos.

Lo tomar�n y lo poseer�n. Poseer�n 'desde el desierto y el L�bano, desde el �ufrates hasta el mar occidental' (el Mediterr�neo). Observe c�mo el L�bano aqu� posiblemente representa tanto una parte de Cana�n como la tierra al norte, que tambi�n pertenec�a a los cananeos a quienes conocemos como fenicios (compare Isa�as 23:11 ).

El desierto estaba al sur, el mar occidental al oeste, el �ufrates al 'norte' ( Deuteronomio 1:7 ; G�nesis 15:18 ; �xodo 23:31 ; Josu� 1:4 ).

Hacia el norte siempre iban para llegar al r�o �ufrates. La frontera oriental no necesitaba ser mencionada porque estaban parados en ella y la pose�an, una vez m�s evidencia de que esto se dijo en el momento en que Mois�s estaba al este del Jord�n.

De hecho, nadie podr�a oponerse a ellos, porque Yahv� llenar�a de miedo a sus enemigos con solo pensar en ellos. Dondequiera que pisaran, los que estuvieran all� estar�an aterrorizados, tal como �l siempre lo hab�a prometido.

Versículos 26-32

Bendici�n y maldici�n ( Deuteronomio 11:26 ).

La mayor�a de los tratados de soberan�a y algunos c�digos legales ten�an maldiciones contra quienes desobedec�an sus requisitos, y muchos ten�an tanto bendiciones como maldiciones. Esto fue especialmente cierto en los tratados hititas del segundo milenio a.C. y en los grandes c�digos legales (los tratados del siglo I a.C. acent�an la maldici�n). Por lo tanto, de la misma manera, habiendo expuesto los principios generales de su respuesta a su Se�or Supremo, Mois�s introduce aqu� la bendici�n y la maldici�n dependiendo de c�mo las lleven a cabo.

An�lisis en palabras de Mois�s:

a He puesto delante de ti hoy una bendici�n y una maldici�n, la bendici�n, si escuchas los mandamientos de Yahweh tu Dios, que yo te mando hoy, y la maldici�n, si no escuchas los mandamientos de Yahweh tu Dios, pero ap�rtate del camino que te mando hoy, para ir en pos de otros dioses que no has conocido ( Deuteronomio 11:26 ).

b Y suceder� que cuando Yahweh tu Dios te lleve a la tierra a la cual la vas a poseer ( Deuteronomio 11:29 a).

c Pondr�s la bendici�n en el monte Gerizim y la maldici�n en el monte Ebal ( Deuteronomio 11:29 b).

c �No est�n al otro lado del Jord�n, detr�s del camino de la puesta del sol, en la tierra de los cananeos que habitan en el Arab�, enfrente de Gilgal, junto a las encinas de More? ( Deuteronomio 11:30 ).

b Porque pasar�s el Jord�n para entrar y poseer la tierra que Jehov� tu Dios te da, y la poseer�s y habitar�s en ella ( Deuteronomio 11:31 ).

a Y procurar�s cumplir todos los estatutos y ordenanzas que yo te propongo hoy ( Deuteronomio 11:32 ).

Tenga en cuenta que en 'a' se les dar� la bendici�n si obedecen Sus mandamientos, y la maldici�n si no lo hacen como resultado de ir tras otros dioses. Paralelamente, deben obedecer todos sus estatutos y ordenanzas que Mois�s ha puesto ante ellos en ese momento. En 'b' se hace referencia a que entraron en la tierra para poseerla y en el paralelo est�n cruzando el Jord�n para poseer la tierra y habitar en ella. En 'c' la bendici�n est� en el monte Gerizim y la maldici�n en el monte Ebal, y en el paralelo se describe la ubicaci�n de estas monta�as.

Deuteronomio 11:26

" He aqu�, he puesto delante de ti hoy una bendici�n y una maldici�n, la bendici�n, si escuchas los mandamientos de Yahweh tu Dios, que yo te mando hoy."

En la verdadera forma del pacto y de la misma manera que algunos c�digos de ley, incluido el de Hammurabi (segundo milenio antes de Cristo), Mois�s hace la elecci�n ante aquellos a quienes se dirige el pacto en cuanto a si ser�n bendecidos o maldecidos. Escuchar los mandamientos de Yahweh su Dios y obedecer traer� abundancia de bendici�n.

Deuteronomio 11:28

' Y la maldici�n, si no escuchas los mandamientos de Jehov� tu Dios, sino que te desv�as del camino que yo te mando hoy, para ir tras otros dioses que no has conocido.'

Pero si se niegan a obedecer, solo recibir�n maldiciones. Porque si no escuchan los mandamientos de Jehov� su Dios, sino que se apartan del camino que Mois�s les orden� ese d�a, para ir tras otros dioses que no han conocido, ciertamente ser�n maldecidos.

El sellado del pacto en los montes Gerizim y Ebal.

Es por eso que cuando ingresan a la tierra con �xito deben reunirse en el lugar designado y elegido por Yahv�, e invocar tanto la bendici�n como la maldici�n, un reconocimiento por parte de ellos de que suscriben el pacto, buscando la bendici�n que ofrece. y confirmando que si no lo cumplen, s�lo merecen ser maldecidos.

Deuteronomio 11:29

" Y ser� que en eso cuando Jehov� tu Dios te haya introducido en la tierra a la cual vas para tomarla, se ajustar� la bendici�n sobre el monte Gerizim, y la maldici�n sobre el monte Ebal. �No est�n al otro lado del Jord�n, detr�s del camino de la puesta del sol, en la tierra de los cananeos que habitan en el Arab�, enfrente de Gilgal, junto a las encinas de More?

Ahora se confirma la certeza del �xito de la invasi�n al anunciar que una vez que se establezcan en la tierra deben realizar una ceremonia de alianza en la misma tierra en un lugar conectado con las dos grandes monta�as entre las cuales se encuentra el valle en el que se encuentra. Siquem, las monta�as de Gerizim y Ebal. Algunos se parar�n en una monta�a y otros en el otro ( Deuteronomio 27:11 ), con el Arca de la Alianza de Yahweh en el valle en el medio ( Josu� 8:30 ). Este es el lugar que Yahv� su Dios ha elegido para tal ceremonia. La bendici�n se declarar� desde el monte Gerizim y la maldici�n desde el monte Ebal.

A continuaci�n, se describe la posici�n geogr�fica muy general de las monta�as. Est�n en M�s all� del Jord�n, detr�s de 'el camino de la puesta del sol' (�el camino hacia el oeste?), En la tierra de los cananeos que habitan en el valle del rift del Jord�n en el lado occidental del Jord�n, enfrente de Gilgal, junto a las encinas de Moreh ( G�nesis 12:6 ; G�nesis 35:4 ).

La situaci�n de este 'Gilgal' est� en disputa. Hab�a varios Gilgals ( Josu� 12:23 ; Josu� 15:7 ), porque el nombre se refiere a c�rculos de piedra, y hab�a muchos de ellos, y muy posiblemente hab�a uno cerca de Siquem. O simplemente puede significar 'm�s all� de Gilgal' (refiri�ndose al conocido Gilgal de Josu� 4:19 ), i.

mi. en esa direccion. (Debemos recordar a este respecto que nuestra comprensi�n de los t�rminos t�cnicos antiguos utilizados para describir la posici�n geogr�fica es limitada, porque no tenemos suficientes ejemplos de los tiempos m�s antiguos para resolverlos). La descripci�n es, en �ltima instancia, para quienes est�n escuchando. Puede que simplemente est� diciendo de una manera grandiosa 'all� m�s all� del r�o, al otro lado del Jord�n'.

La menci�n de los robles de Moreh, (conocidos por ellos por sus tradiciones), que estaban en Siquem, es en parte para recordar los tratos de Dios con Abraham y Jacob, porque este fue el primer lugar donde Abraham construy� un altar a Yahweh cuando �l recibi� su primera teofan�a en la tierra ( G�nesis 12:6 ), y fue m�s tarde donde Jacob compr� la tierra ( G�nesis 33:18 ). Esto probablemente explica en gran parte por qu� se eligi� el �rea de Siquem con el prop�sito de establecer el pacto en la tierra.

Parece haber sido una pr�ctica regular que los hombres piadosos copiaran eventos pasados. As�, cuando Samuel / Sa�l estaba restableciendo la adoraci�n del Tabern�culo, lo hizo en Gilgal ( 1 Samuel 13:4 ; 1 Samuel 13:7 ) donde el Tabern�culo se ubic� por primera vez cuando Josu� entr� a la tierra sobre el Jord�n.

Y tanto El�as como Eliseo siguen el rastro de la invasi�n, cruzando el Jord�n, Jeric�, Betel (El�as en orden inverso - 2 Reyes 2:2 ; 2 Reyes 2:13 ).

La declaraci�n aqu� es solo una pausa en los detalles del pacto, porque esta referencia a una ceremonia del pacto que incorpora bendiciones y maldiciones se ampliar� en Deuteronomio 27 . Mientras tanto, las estipulaciones detalladas del pacto se declarar�n en 12-26 (este Deuteronomio 27 es un seguimiento necesario de esto).

Deuteronomio 11:31

" Porque pasar�s el Jord�n para entrar y poseer la tierra que Jehov� tu Dios te da, y la poseer�s y habitar�s en ella".

Porque la verdad es que deben pasar el Jord�n para entrar y poseer la tierra que Yahv� su Dios les da. Y pueden estar seguros de que lo poseer�n y habitar�n en �l. Tienen la seguridad de Yahweh de eso.

Deuteronomio 11:32

" Y procurar�s cumplir todos los estatutos y ordenanzas que te presento hoy".

Y cuando lo hagan, deben 'observar para hacer' todos los estatutos y ordenanzas que se les presentan ese d�a. Deben obedecer completamente los mandamientos de Yahweh. Porque eso es lo que se requiere si quieren poseer esta tierra que pertenece a Yahweh.

Resumen.

Habiendo expuesto los principios b�sicos de su posici�n ante su Se�or Supremo, la parte m�s general del discurso de Mois�s ha terminado y �l est� a punto de entrar en las regulaciones m�s detalladas del pacto. En este punto, por tanto, reconsideremos las lecciones que ha subrayado.

En el centro de todos los Cap�tulos del 5 al 11 han sido las ideas de c�mo deben obedecer Su mandamiento, Sus estatutos y Sus ordenanzas para que �l pueda bendecirlos en todo lo que hagan ( Deuteronomio 5:1 ; Deuteronomio 5:29 ; Deuteronomio 5:31 ; Deuteronomio 6:1 ; Deuteronomio 6:6 ; Deuteronomio 6:17 ; Deuteronomio 6:24 ; Deuteronomio 7:11 ; Deuteronomio 8:1 ; Deuteronomio 8:6 ; Deuteronomio 8:11 ; Deuteronomio 10:13 ; Deuteronomio 11:1 ; Deuteronomio 11:8 ; Deuteronomio 11:13; Deuteronomio 11:22 ; Deuteronomio 11:27 ; Deuteronomio 11:32 ); de c�mo est�n siendo bendecidos a causa de sus padres, Abraham, Isaac y Jacob ( Deuteronomio 6:10 ; Deuteronomio 6:18 ; Deuteronomio 7:8 ; Deuteronomio 7:13 ; Deuteronomio 8:1 ; Deuteronomio 8:18 ; Deuteronomio 9:5 ; Deuteronomio 9:27 ; Deuteronomio 10:15 ; Deuteronomio 11:9 ); de c�mo deben recordar a su Dios que los liber� de Egipto ( Deuteronomio 5:6 ; Deuteronomio 5:15 ; Deuteronomio 6:12 ; Deuteronomio 6:21 ; Deuteronomio 7:8 ; Deuteronomio 7:15 ; Deuteronomio 7:18 ; Deuteronomio 8:14 ; Deuteronomio 9:26 ); de c�mo los est� trayendo a una tierra buena y bendita ( Deuteronomio 6:10 ; Deuteronomio 6:18 ; Deuteronomio 7:13 ; Deuteronomio 8:7 ; Deuteronomio 8:12 ; Deuteronomio 11:10 ; Deuteronomio 11:14 ), y de c�mo deben tener cuidado de no volverse hacia dioses falsos y religi�n falsa una vez que ingresan a la tierra y deben destruirlos por completo ( Deuteronomio 5:8; Deuteronomio 6:14; Deuteronomio 7:4; Deuteronomio 7:25; Deuteronomio 8:19; Deuteronomio 9:12; Deuteronomio 9:16; Deuteronomio 11:16; Deuteronomio 11:28).

Deben recordar lo que su Se�or Supremo ha hecho por ellos, deben recordar las promesas que les ha hecho para bendecirlos por el bien de sus antepasados, deben reconocer la bondad de la tierra que �l les proporciona y reconocer que no deben entrar en asociaci�n con sus enemigos.

Sin embargo, cada cap�tulo ha desarrollado un tema diferente en torno a la tesis central.

� Deuteronomio 5 fue una declaraci�n detallada del pacto tal como se dio en el Monte Sina� ('el Monte') y la gloria de c�mo fue dado.

� Deuteronomio 6 ha enfatizado su necesidad de amar a Yahweh su Se�or del pacto con todos sus seres ( Deuteronomio 6:5 ) y temerle ( Deuteronomio 6:2 ; Deuteronomio 6:13 ; Deuteronomio 6:24 ), y que deben ense�ar sus hijos su instrucci�n. Y les recuerda que no deben olvidar cuando prosperen en la tierra lo que �l ha hecho por ellos.

� Deuteronomio 7 ha confirmado Su amor electivo por ellos ( Deuteronomio 7:7 ; Deuteronomio 7:13 ) como Su pueblo santo, escogido y atesorado ( Deuteronomio 7:6 ), y les prometi� que �l los bendecir� maravillosamente, entregando el tierra en sus manos, siempre y cuando se comporten correctamente con sus enemigos.

� Deuteronomio 8 ha recordado c�mo deben recordar y no olvidar el pasado ( Deuteronomio 8:2 ; Deuteronomio 8:5 ; Deuteronomio 8:11 ; Deuteronomio 8:14 ; Deuteronomio 8:18 ), y especialmente c�mo �l hab�a cuidado en el desierto, con la promesa de que los llevar�a a una tierra buena y pr�spera, y que una vez que lo haya hecho, deben cuidarse de la auto-glorificaci�n.

� Deuteronomio 9 ha exhortado a seguir adelante y cruzar el Jord�n porque Yahweh va delante de ellos, mientras les recuerda que esto no se debe a su justicia. Este �ltimo hecho les ha demostrado luego a partir de su historia, incluida la referencia a su primera ruptura del pacto.

� Deuteronomio 10 ha enfatizado la renovada gracia de ese pacto que hab�an roto tan r�pidamente, revirtiendo el da�o descrito en Deuteronomio 9 , y ha descrito la grandeza y singularidad de Yahweh su Dios de pacto.

� Deuteronomio 11 ha instado a aprender del pasado y seguir adelante sobre la base de �l, repiti� las promesas y advertencias de los Cap�tulos anteriores, los oblig� a recordar sus palabras, llevarlas consigo y ense�arlas a sus hijos, y ha prometido las cosas buenas que vendr�n. Y finalmente ha terminado con el recordatorio de las bendiciones y maldiciones que vendr�n sobre ellos dependiendo de si responden fielmente al pacto o no.

As�, habiendo sido sentados los cimientos para el pacto, a continuaci�n se dirige a las regulaciones detalladas que se requieren bajo el pacto.

Información bibliográfica
Pett, Peter. "Comentario sobre Deuteronomy 11". "Comentario de Pett sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pet/deuteronomy-11.html. 2013.