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Deuteronomio 8

Pett's Commentary on the BibleComentario de Pett

Versículos 1-3

Cap�tulo 8 Deben recordar que Yahweh es su proveedor y observar sus instrucciones y no olvidar sus mandamientos.

En el cap�tulo anterior, Mois�s les ha recordado constantemente c�mo Yahv� los liber� de Egipto y de la servidumbre (vea especialmente los detalles en Deuteronomio 7:19 , compare Deuteronomio 4:20 ; Deuteronomio 6:12 ; Deuteronomio 6:21 ), ahora les pide que recuerden c�mo tambi�n los hab�a librado en el desierto (comparar Deuteronomio 2:7 ) y las lecciones que aprendieron all�.

Porque ha comenzado a darse cuenta del peligro de que cuando est�n c�modamente asentados en la tierra, en completo contraste con la experiencia del desierto, y todas sus guerras hayan terminado, f�cilmente se olviden de Yahweh y se establezcan en los antiguos caminos de la tierra. ('T� se usa hasta el final, excepto el primero y el �ltimo vers�culo, en cada uno de los cuales se usa tanto a ti como a ti).

Debemos notar los paralelismos entre este cap�tulo y Deuteronomio 32:10 donde los mismos temas est�n en mente. Oseas tambi�n us� parte del lenguaje actual de ambos pasajes, as� como las ideas, en Oseas 13:4 , por ejemplo, "de Egipto", "satisfecho", "corazones enaltecidos", "olvido". Oseas est� lleno de ecos de Deuteronomio.

An�lisis en palabras de Mois�s:

a Cumplir�s todo el mandamiento que yo te mando hoy, para que vivas y te multipliques, y entres y poseas la tierra que Jehov� jur� a tus padres ( Deuteronomio 8:1 ).

b Te acordar�s de todo el camino que Jehov� tu Dios te ha conducido estos cuarenta a�os en el desierto, para humillarte, para probarte, para saber lo que hab�a en tu coraz�n, si guardar�as o no sus mandamientos.

c Y te humill�, te dej� tener hambre y te aliment� con man�, que t� no conoc�as ni tus padres, para hacerte saber que el hombre no vive s�lo de pan, sino de todo ( o 'palabra') que procede de la boca de Yahv�, vive el hombre ( Deuteronomio 8:2 ).

c No se te envejeci� la ropa ni se te hinch� el pie en estos cuarenta a�os ( Deuteronomio 8:4 ).

b Y considerar�s en tu coraz�n que, como un hombre castiga a su hijo, as� Jehov� tu Dios te castiga a ti ( Deuteronomio 8:5 ).

a Y guardar�s los mandamientos de Jehov� tu Dios, andando en sus caminos y temi�ndolo ( Deuteronomio 8:6 ).

N�tese que en 'a' se les ordena observar y hacer todo el mandamiento de Yahweh, y en paralelo deben guardar los mandamientos de Yahweh su Dios, andar en sus caminos y temerle. En 'b' Yahweh los hab�a conducido al desierto para probarlos y en el paralelo los castigar� como hijos. En 'c' �l los humill� y los aliment� con man�, y en paralelo �l vigil� su ropa y su habilidad para ir de excursi�n.

Deuteronomio 8:1

' Todo el mandamiento que yo te ordeno hoy cumplir�s, para que vivas y te multipliques, y entres y poseas la tierra que Jehov� jur� a tus padres. '

El problema con nuestras divisiones de cap�tulos es que debido a ellas podemos desconectar los vers�culos unos de otros. Este vers�culo debe ser visto como una continuaci�n del anterior, as� como mirando hacia adelante. Por lo tanto, se puede considerar que incluye el mandato de evitar las im�genes esculpidas y no llevarlas a sus casas, as� como un mandato general de observar Sus otros mandamientos. Y esto es para que vivan y no mueran, y para que multipliquen sus familias, y al hacerlo, expandan y posean la tierra que Jehov� jur� a sus padres. Este �ltimo �nfasis se repite continuamente. Todo se basaba en las promesas hechas a los patriarcas y, por lo tanto, estaba infaliblemente seguro de su cumplimiento.

"Para que vivas". Constantemente ante �l estaba el hecho de que sus padres hab�an perecido en el desierto, excluidos de la tierra. Hab�an muerto por desobedecer a Yahv�. Si los que ahora le escuchan deseaban vivir y no morir, ahora deben asegurarse de ser obedientes. Y no es solo una cuesti�n de vida, sino de tener una buena vida, una vida de abundancia, prosperidad y posesi�n de la tierra. Todos estos depend�an de la obediencia al mandamiento general de Yahweh como se revela en Sus estatutos y ordenanzas.

Porque aquellos que quieran disfrutar de la plenitud de la vida deben escuchar el requisito de Dios ('mandamiento') cuando �l les habla a trav�s de Su palabra. S�lo as� llegar�n a poseer lo que �l tiene para los suyos.

Deuteronomio 8:2

" Y te acordar�s de todo el camino que Jehov� tu Dios te ha llevado a estos cuarenta a�os en el desierto, que para afligirte, para probarte, para saber lo que hab�a en tu coraz�n, si hab�as de guardar sus mandamientos, o no. Y �l te humill�, te permiti� tener hambre y te aliment� con man�, que t� no conoc�as ni tus padres conoc�an, para hacerte saber que el hombre no vive s�lo de pan, sino de todo (o 'palabra') que sale de la boca de Yahv�, vive el hombre '.

La obediencia a los mandamientos de Yahweh se ver�a favorecida al recordar su tiempo en el desierto, as� que mientras avanzaban, deb�an recordar la experiencia del desierto. Al procurar observar su mandamiento, era importante que recordaran todo el camino por el que Yahv� su Dios los hab�a guiado en los cuarenta a�os en el desierto. Necesitaban aprender sus lecciones. C�mo hab�a hecho esto de tal manera que los humill� y les hizo comprender c�mo de hecho estaban fallando constantemente.

C�mo lo hab�a hecho para probar sus corazones, para ver si, a pesar de todo, continuar�an guardando Sus mandamientos. C�mo hab�a hecho esto para que pudieran reconocer que cualquier cosa que recibieran, ser�a de Su boca. Ser�a como resultado de Sus promesas y Su provisi�n. Porque las pruebas de Dios siempre tienen un prop�sito, aunque puedan parecer amargas en ese momento. Los hab�a probado porque hab�a querido saber lo que realmente hab�a en sus corazones y hab�a querido que lo miraran, y cuando era necesario los hab�a castigado ( Deuteronomio 8:5 ).

Que entonces recuerden c�mo hab�an estado anteriormente al borde mismo de la tierra prometida, y c�mo hab�a resultado en cuarenta a�os en el desierto. Eso hab�a sido una gran decepci�n. Pero tambi�n deben recordar que en Su misericordia �l no hab�a terminado totalmente con ellos entonces debido a su fracaso. �l los hab�a apoyado. Los hab�a puesto a prueba, listos para alcanzar la madurez de la pr�xima generaci�n, de modo que sus prop�sitos para ellos pudieran seguir adelante. Y hab�a tratado de llevarles a casa lecciones importantes.

De hecho, en toda su experiencia en el desierto despu�s de salir de Egipto, incluso antes de Su juicio sobre ellos debido a que no pudieron entrar en la tierra, �l los hab�a estado humillando. Desde el principio les hab�a dejado pasar hambre. Y luego los hab�a alimentado, no con pan, sino con algo que ni ellos ni sus padres hab�an conocido antes, el man�, algo para lo cual hab�an tenido que depender de �l d�a a d�a.

Hab�an tenido que olvidar lo que hab�an hecho en el pasado y buscar en �l su provisi�n. Hab�an tenido que depender diariamente de lo que �l les hab�a prometido darles, lo que sal�a 'de Su boca'. Y lo hab�a hecho para que pudieran reconocer que la vida no depende solo del pan. Tuvieron que aprender que el pan no lo es todo. Su prop�sito era que aprendieran que deb�an recibir la provisi�n de su boca. Deben reconocer que todo lo que ten�an proviene de �l y es el resultado de Sus promesas.

�l hab�a querido que reconocieran que es lo que Yahweh dice y lo que Yahweh manda y lo que Yahweh promete lo que es la base de la vida, para que reconozcan que la obediencia a �l lo es todo. Su objetivo era que aprendieran la lecci�n vital de escuchar a Dios y confiar en �l en todas las circunstancias.

Cuando se les proporcion� el man� por primera vez, se dijo en ese momento que ser�a una prueba de su voluntad de obedecerle ( �xodo 16:4 ). La prueba resid�a en el hecho de que deb�a ser una provisi�n diaria, de modo que no deb�an acumularla, sino esperarla cada d�a de la mano de Yahv�. Ten�an que mirarlo constantemente y confiar en �l. As� deb�an aprender la lecci�n del desierto y ahora esperar cada d�a en Dios de la misma manera.

Ha habido una serie de sugerencias sobre en qu� consist�a el man�. Se ha sugerido el jugo dulce de Tarfa que exuda del �rbol y forma peque�os granos blancos, pero la cantidad requerida es contra esto, al igual que las otras descripciones. Lo mismo ocurre con las excreciones de melaza sobre las ramitas de tamarisco producidas por ciertos piojos de las plantas y cochinillas que por la noche caen de los �rboles al suelo donde permanecen hasta que el calor del sol saca las hormigas que las quitan.

A favor est� el hecho de que la palabra �rabe para piojos de las plantas es "hombre", equivalente al hebreo de man�. Pero estos son estacionales y no se ajustan a todos los criterios. No se nos dice si el man� fue estacional o no, aunque muchos consideran que fue permanente en todas las estaciones.

Tambi�n se han citado ejemplos m�s pertinentes de una sustancia blanca no identificada que una ma�ana cubr�a un �rea bastante grande de tierra en Natal y fue devorada por los nativos, y tambi�n de ca�das de materia blanquecina, inodoro e ins�pida en el sur de Argelia que, en un momento de condiciones clim�ticas inusuales, carpas cubiertas y vegetaci�n cada ma�ana. Si bien no son lo mismo que el man�, o duran tanto tiempo, estos s� indican el tipo de fen�menos naturales que Dios pudo haber usado para producir Su milagro, porque claramente fue un tiempo de condiciones clim�ticas extremadamente inusuales como lo demuestra las plagas de Egipto.

Pero debemos recordar que el Man� dur� cuarenta a�os ( �xodo 16:35 ; Josu� 5:12 ), no lleg� el s�ptimo d�a y continu� desde el Desierto de Sin hasta la entrada a Cana�n en todo tipo de ambientes. Fue arreglado por Dios.

Versículo 4

' Tu ropa no te envejeci�, ni tu pie se hinch� en estos cuarenta a�os.'

Deb�an recordar c�mo, mientras deambulaban por ese desierto, estaban completamente provistos. No viv�an en la pobreza de modo que sus ropas envejecieran y se hicieran andrajosos. M�s bien, hab�an tenido suficiente para poder permitirse renovar su ropa. Tampoco hab�an sufrido problemas debilitantes en los pies. Esto puede haber sido visto porque ten�an abundancia de aceites para calmarlos. No les hab�a faltado nada.

Siempre hab�an sabido vestirse bien, mantener los pies en buen estado y seguir adelante. Yahweh hab�a vigilado tanto su guardarropa como su salud, como un padre se ocupa de las necesidades de sus hijos.

La palabra traducida como "oleaje" es rara. LXX tiene el sentido de calloso. El punto es tanto que Yahweh proporcion� los medios para mantener sus pies sanos como que obr� un milagro constante. Su cuidado estaba sobre ellos constantemente. No les hab�a faltado nada (comparar Deuteronomio 2:7 ).

Versículo 5

' Y considerar�s en tu coraz�n que, como un hombre castiga a su hijo, as� Jehov� tu Dios te castiga a ti.'

Adem�s, cuando sean probados, como lo fueron entonces y ser�n, deben considerar en su coraz�n que as� como un hombre castiga a sus hijos para su bien, as� los castiga Yahweh a ellos, a sus hijos. Aqu� nuevamente enfatiza que �l es para ellos como un padre. Recordando la lecci�n de la provisi�n del man� por parte de Dios cuando todo parec�a desesperado, y la disciplina que un buen padre siempre da a sus hijos, entonces deber�an poder caminar hacia el futuro con confianza, incluso frente a las adversidades.

Esta es la segunda indicaci�n clara en Deuteronomio de que son sus hijos e hijas. Anteriormente, se le hab�a representado como un padre que lleva a su hijo sobre sus hombros por el desierto ( Deuteronomio 1:31 ). Ahora es como un padre que los castiga por su bien. En todo esto, su cuidado paternal se revela a su hijo, su primog�nito ( �xodo 4:22 ).

�l se estaba describiendo a s� mismo como su Padre (compare Deuteronomio 14:1 donde dice 'ustedes son los hijos de Yahweh su Dios').

Versículo 6

" Y guardar�s los mandamientos de Jehov� tu Dios, andar�s en sus caminos y temer�s".

Entonces, con esto en mente, deben continuar verdaderamente guardando los mandamientos de Yahv� su Dios, caminar constantemente en Sus caminos y temerle. Como un hijo escucha a su padre, as� deben escucharlo.

Versículos 7-10

Yahweh se propone hacer provisi�n maravillosa para ellos ( Deuteronomio 8:7 ).

En estos vers�culos tenemos una imagen brillante de todas las cosas buenas que Yahweh tiene por delante para su pueblo del pacto.

An�lisis en palabras de Mois�s:

a Porque Yahv� tu Dios te lleva a una tierra buena, una tierra de arroyos de agua, de fuentes y manantiales que fluyen en valles y colinas ( Deuteronomio 8:7 ).

b Tierra de trigo, cebada, vi�as, higueras y granadas; tierra de olivos y miel; una tierra en la que comer�s pan sin escasez. No te faltar� nada en �l ( Deuteronomio 8:8 a).

b Una tierra cuyas piedras son de hierro, y de cuyas colinas podr�s extraer cobre, y comer�s y te saciar�s ( Deuteronomio 8:9 a).

a Y bendecir�s a Jehov� tu Dios por la buena tierra que te ha dado ( Deuteronomio 8:10 b)

Note que en 'a' Yahweh su Dios los est� llevando a una buena tierra, y en el paralelo ellos bendecir�n a Yahweh su Dios por la buena tierra que �l les ha dado. En 'b' es una tierra en la que comer�n pan sin escasez y no faltar� de nada y en el paralelo es una tierra en la que comer�n y se saciar�n. La idea es presumiblemente que el hierro y el cobre los har�n ricos y, por lo tanto, podr�n comprar a�n m�s alimentos.

Deuteronomio 8:7

Porque Yav� tu Dios te lleva a una buena tierra,

Tierra de arroyos de agua, de fuentes y manantiales,

Fluyendo en valles y colinas,

Tierra de trigo, cebada, vi�as, higueras y granadas;

Tierra de olivos y miel;

Una tierra en la que comer�s pan sin escasez,

No te faltar� nada en �l,

Una tierra cuyas piedras son de hierro,

Y de cuyas colinas puedes extraer cobre.

Porque las intenciones de Dios eran buenas. Que reconozcan a qu� tipo de tierra es a la que Yahweh los est� guiando. Est� en completo contraste con el desierto que han conocido durante tanto tiempo. Es una buena tierra. Es una tierra de wadis (arroyos producidos por una abundante lluvia) de agua, que se llena con una lluvia refrescante, una tierra de manantiales y manantiales que brotan en sus valles y colinas, es una tierra de trigo y cebada, y vi�as e higos. arboles y granadas. Es una tierra de olivos y miel. Es una tierra de pan sin escasez, por lo que de nada les faltar�.

Adem�s, es una tierra "cuyas piedras son de hierro". Esto indica un suministro abundante de meteoritos de los que los hombres siempre hab�an podido obtener hierro �til. Encontrarse con un meteorito se consideraba una bendici�n. Los metoritas siempre fueron vistos como uno de los dones especiales de Dios. Vinieron del cielo para proporcionar, con su contenido de hierro fundido, un material �til para los hombres. Y de las colinas de la tierra podr�n extraer cobre.

La miner�a del cobre se conoc�a desde hac�a m�s de mil a�os antes de esta �poca, y estaba bien documentada en otros lugares. As� que todas las provisiones est�n ah�. Se quedar�n sin nada y tendr�n metales valiosos para comerciar.

El agua era la cosa por encima de todas las dem�s de la que se enorgullec�a el hombre antiguo, ya que era la base misma de la vida. Era esencial tanto para beber como para cultivar alimentos. La abundancia agr�cola tambi�n era necesaria, ya que proporcionaba vientres llenos para todos. Y excavaciones recientes en el Arabah han revelado minas de cobre y equipo de fundici�n all�, mientras que los estudios han demostrado la abundancia de vetas de minerales de cobre en las colinas.

Estos eran necesarios para la provisi�n de utensilios de uso diario. Esta descripci�n de los bienes de una tierra a menudo se inclu�a en los convenios para demostrar lo bueno que estaba siendo el soberano con sus s�bditos.

Pero este no fue un momento en el que el hierro se usara regularmente en la mayor�a de los lugares. Por tanto, la 'tierra cuyas piedras son de hierro' probablemente debe tener en mente los meteoritos que hab�an aterrizado y que eran vistos como un tesoro especial para el hombre, ya que desde los tiempos m�s antiguos pod�an proporcionar hierro f�cilmente utilizable para que los hombres lo utilizaran ( G�nesis 4:22 ). La forma en que se describe lo confirma. Vino 'de piedras'.

Alternativamente, pudo haber sido una forma de enfatizar la asombrosa bondad de la tierra. El hierro era un material raro cuyos secretos solo los hititas conoc�an principalmente, y que todo el mundo so�aba con poder poseer. La idea en la mente de Mois�s pudo haber sido que la tierra ser�a tan buena que incluso encontrar�an hierro all� en tal forma que no necesitar�an los secretos de los hititas, y por lo tanto ser�an independientes de los hititas, que en esos d�as ser�a como encontrar grandes suministros de petr�leo para muchos pa�ses en la actualidad.

En el caso, por supuesto, como Dios sab�a, el hierro estaba all�, pero solo podr�an beneficiarse de �l por s� mismos cuando aprendieran los secretos de la producci�n y el trabajo del hierro, aunque todav�a podr�an haber comerciado con el mineral de hierro.

Este puede ser otro ejemplo de un poema o canci�n que era popular en el campamento para mantener el �nimo en alto, y que Mois�s lo recitaba y usaba mientras lo cantaba junto con su discurso (comparar Deuteronomio 6:11 ).

Deuteronomio 8:10

" Y comer�s y te saciar�s, y bendecir�s al SE�OR tu Dios por la buena tierra que te ha dado".

Una vez en la tierra, comer�an y se saciar�an, y bendecir�an a Yahv� por la buena tierra que les hab�a dado. No depender�an de la provisi�n de man� ni del agua de fuentes inusuales por parte de Dios, sino que tendr�an comida y bebida en abundancia. Una cosa, sin embargo, mantendr�a sus pensamientos en �l, la necesidad de la provisi�n de lluvia (que se convertir�a en un aspecto importante de la fiesta de los tabern�culos).

Versículos 11-20

La advertencia para que cuando sean bendecidos no olviden qui�n los ha bendecido ( Deuteronomio 8:11 ).

Al conocer los corazones de las personas que Mois�s consider� oportuno, les dio una advertencia severa. Reconoci� que exist�a el peligro de que cuando se hicieran pr�speros se olvidaran de Qui�n les hab�a dado todas estas bendiciones y empezaran a elogiarse a s� mismos. Por lo tanto, busca prepararse para tal eventualidad.

An�lisis en palabras de Mois�s.

a Tengan cuidado de que no se olviden de Yahweh su Dios, al no guardar sus mandamientos y sus ordenanzas y sus estatutos que yo les ordeno hoy ( Deuteronomio 8:11 ).

b No sea que, cuando hayas comido y est�s harto, y hayas construido casas bonitas, y habites en ellas, y cuando tus reba�os y tus reba�os se multipliquen, y tu plata y tu oro se multipliquen, y se multiplique todo lo que tienes ( Deuteronomio 8:12 ) ...

c Entonces se enaltece tu coraz�n, y te olvidas de Yahweh tu Dios, que te sac� de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre ( Deuteronomio 8:14 b).

d Quien te condujo por el gran y terrible desierto, donde hab�a serpientes ardientes y escorpiones, y tierra sedienta donde no hab�a agua ( Deuteronomio 8:15 a).

d El que te sac� de la pe�a del pedernal, el que te sustent� en el desierto con man�, que tus padres no conoc�an; para humillarte y probarte para hacerte bien en tu �ltimo fin ( Deuteronomio 8:15 ).

c Y no digas en tu coraz�n: �Mi poder y la fuerza de mi mano me han obtenido esta riqueza� ( Deuteronomio 8:17 ).

b Pero te acordar�s de Yahv� tu Dios, porque �l es quien te da el poder para hacer las riquezas, a fin de establecer el pacto que jur� a tus padres, como en este d�a ( Deuteronomio 8:18 ).

a Y suceder� que si te olvidas de Jehov� tu Dios, y andas en pos de otros dioses, y los sirves y los adoras, yo testifico contra ti hoy que ciertamente perecer�s. Como las naciones que Jehov� hace perecer delante de ti, as� perecer�s t�, porque no escuchaste la voz de Jehov� tu Dios ( Deuteronomio 8:19 ).

Tenga en cuenta que en 'a' la advertencia es para que no se olviden de Yahweh su Dios, y en paralelo se da la advertencia de lo que resultar� de hacerlo. En 'b' se multiplica su riqueza, y en paralelo se les advierte que recuerden que es Yahv� su Dios quien les ha dado poder para obtener sus riquezas. En 'c' el temor es que su coraz�n se enaltezca y se olviden de Yahweh su Dios, y el temor paralelo es que vean la riqueza como algo adquirido por ellos mismos. En 'd' los condujo a trav�s del terrible y seco desierto, y en el paralelo les proporcion� comida y agua.

Deuteronomio 8:11

' Cu�date de que te olvides de Yahweh tu Dios, y no guardes sus mandamientos y sus ordenanzas y sus estatutos que yo te mando hoy,'

Pero Mois�s hab�a guiado a los hombres, y especialmente a estos hombres, durante demasiado tiempo para no darse cuenta de que los tiempos de abundancia pod�an representar un peligro, por lo que agrega una advertencia adicional. Deben tener cuidado no sea que en toda su abundancia se olviden de Yahv�. El punto no era que los hombres se olvidaran por completo, porque eso era poco probable, sino que olvidaran su responsabilidad del pacto. Su 'olvido' se revelar�a al no guardar sus mandamientos, sus estatutos y sus ordenanzas. Es posible que nosotros tambi�n disfrutemos regularmente de nuestra asistencia a la adoraci�n, pero la prueba de la autenticidad de nuestra fe es si todav�a lo recordamos por la forma en que vivimos nuestras vidas en la rutina diaria.

Deuteronomio 8:12

' No sea que cuando hayas comido y est�s harto, y hayas construido buenas casas y habitado en ellas, y cuando tus reba�os y tus reba�os se multipliquen, y tu plata y tu oro se multiplique, y todo lo que tienes se multiplique, entonces tu Se enaltece el coraz�n, y te olvidas de Jehov� tu Dios, que te sac� de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

Compare aqu� Oseas 13:6 . "Conforme a sus pastos se hartaron, se saciaron y se ensalz� su coraz�n, por eso se han olvidado de m�". El peligro era que, cuando estuvieran llenos y satisfechos, y tuvieran sus propios hogares espl�ndidos, grandes reba�os y gran riqueza, y cuando todo continuara multiplic�ndose aparentemente interminablemente, se olvidaran de Aquel que se los hab�a dado, el �nico. Quien los trajo a esta riqueza y libertad sac�ndolos de Egipto, de la casa de servidumbre.

Una de las extra�as peculiaridades del hombre es que cuando Dios es demasiado bueno con �l, se deleita y tiende a pasar por alto a Dios. Al reconocer esto, el escritor de Proverbios, aunque no quer�a ser pobre, tampoco quer�a ser demasiado rico ( Proverbios 30:9 ). Entonces, dice Mois�s, que no sean como los que se acuerdan de �l cuando est�n en la esclavitud y lo olvidan cuando son libres.

Deuteronomio 8:15

`` El que te condujo por el gran y terrible desierto, donde hab�a serpientes ardientes y escorpiones, y tierra sedienta donde no hab�a agua, que te sac� agua de la roca de pedernal, que te aliment� en el desierto con el man�, que tu los padres no sab�an; para humillarte, y probarte, para hacerte bien en tu fin, '

Que recuerden que fue �l quien los cuid� en el desierto. Comp�rese con esto Deuteronomio 32:10 , "Quien lo hall� en una tierra desierta, y en un desierto Deuteronomio 32:10 y Deuteronomio 32:10 , lo Deuteronomio 32:10 , lo cuid�", y Oseas 13:5 . 'Yo te conoc� (y por eso te cuid�) en el desierto en la tierra de la gran sequ�a'. El per�odo del desierto siempre fue visto como un tiempo de cuidado constante de Dios.

Piensen, pues, en lo que Yav� hab�a hecho por ellos. Los hab�a conducido a trav�s de un gran y terrible desierto, que se extend�a kil�metro tras kil�metro, con escasez de agua y escasez de comida, y el camino accidentado bajo el sol abrasador. Era un desierto donde hab�a serpientes ardientes y escorpiones esperando para morder, picar e inyectar veneno, donde el suelo estaba sediento y sin agua. Pero �l les hab�a suministrado agua de los pedernales ( �xodo 17:6 ; N�meros 20:8 ), y les hab�a dado la provisi�n maravillosa del man� para comer, ese man� que sus padres desconoc�an (comparar Deuteronomio 2:7 ). Y los hab�a hecho pasar por todo esto para humillarlos y como prueba para ellos, para que finalmente pudiera hacerles bien.

Fue durante esas experiencias que se vieron obligados a mirar a Yahweh, porque no ten�an otro lugar donde buscar. Y �l hab�a sido el autor y l�der de archivo de su liberaci�n (compare Hebreos 2:10 ; Hebreos 12:2 ). En cierto modo, hab�a sido mucho m�s f�cil confiar en esas condiciones, simplemente porque ten�an que hacerlo, a pesar de que su confianza hab�a sido una confianza muy vacilante (hab�a estado tanto en Mois�s como en Dios). Pero una vez que la vida fuera segura y pl�cida, el olvido llegar�a f�cilmente.

"Serpientes ardientes". Esto puede referirse al resultado de su veneno como que parece prender fuego a los hombres, o referirse al deslumbrante sol que brilla en sus pieles, o simplemente puede significar 'venenoso'.

Pero note aqu� el vivo contraste entre esto y Deuteronomio 8:7 . En esos vers�culos hab�a abundante agua con la que se saciaba la tierra ( Deuteronomio 8:7 ), hab�a frutos en abundancia ( Deuteronomio 8:8 ), no hab�a criaturas que deb�an ser evitadas, pero aqu� en el desierto la tierra hab�an tenido sed sin agua, hab�an tenido que depender del man�, y abundaban las serpientes y los escorpiones. Por lo tanto, el peligro ahora era que empezar�an a pensar que ya no necesitaban depender de Yahweh.

Deuteronomio 8:17

' Y no sea que digas en tu coraz�n: "Mi poder y la fuerza de mi mano me han obtenido esta riqueza".

Un peligro igual era que, cuando prosperaran, pudieran decir en su coraz�n: 'Lo he logrado por m� mismo. Es mi poder y el poder de mi mano lo que ha obtenido toda esta riqueza para m� '. Ciertas condiciones llevan a los hombres a confiar en Dios, pero las condiciones que son demasiado buenas tienden a hacer que los hombres se olviden de Dios y dependan solo de s� mismos. Necesitamos estar m�s preocupados por nuestra vida espiritual cuando m�s prosperamos, porque puede hacernos tontos y olvidar que detr�s de todo est� Dios.

Tenemos aqu� la idea de una forma sutil de idolatr�a que no involucra im�genes esculpidas, es la idolatr�a del culto del hombre a s� mismo, el hombre coloc�ndose a s� mismo y a su sociedad en el lugar de Dios.

Deuteronomio 8:18

" Pero acu�rdate de Yahv� tu Dios, porque �l es quien te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar el pacto que jur� a tus padres, como en este d�a".

As� que en ese momento deben asegurarse de recordar a Yahv� su Dios, y que fue �l quien les dio poder para obtener riquezas. Y que lo hab�a hecho para establecer su pacto en ese momento, el pacto por el cual hab�a prometido traer prosperidad a los suyos, el mismo pacto que hab�a jurado a sus padres a quienes tambi�n hab�a prosperado la mayor parte del tiempo. Era importante que el pacto se estableciera en sus corazones. Entonces todo lo que hab�a estado advirtiendo no prevalecer�a contra ellos. Es recordando nuestros votos hechos en los tiempos dif�ciles que podemos asegurarnos de permanecer constantes.

Deuteronomio 8:19

" Y ser� que, si (mil�simas) olvidar�s de Jehov� tu (tu) Dios, y andando tras dioses ajenos, y les servir�n, y adorar, yo testifico contra vosotros (ye) el d�a de hoy que (ye) ciertamente saldr�n perecer. Como las naciones que Jehov� hace perecer delante de vosotros, as� perecer�is vosotros, porque no quisisteis escuchar la voz de Jehov� vuestro Dios.

Sin embargo, que tengan cuidado con la ruta alternativa, la ruta de la idolatr�a y la desobediencia flagrante. Esta advertencia puede parecer un tanto abrupta, pero no si la vemos en el contexto de todo el discurso, y a la luz del hecho de que en aquellos d�as los hombres siempre adorar�an algo, de modo que si se olvidaban de Yahv� pronto se volver�an. a otros dioses. El peligro de sucumbir a los dioses de la tierra estaba siempre presente en la mente de Mois�s, y regresaba a �l constantemente.

Cuando estuvieran a gusto, ser�a muy f�cil relajar su r�gida obediencia a Yahv� y encontrar preferibles a los tranquilos dioses de la tierra (al hombre le encanta tener algo que adorar. As� es como est� hecho, pero prefiere que no sea demasiado. exigente). Porque ofrec�an placer lujurioso en lugar de demandas severas, y cuando todo estaba bien no se les exig�a nada.

Mois�s ahora se cita a s� mismo como testigo, como antes hab�a invocado al cielo y a la tierra como testigos ( Deuteronomio 4:26 ), del hecho de que si lo olvidaban, si caminaban tras otros dioses y los serv�an y adoraban, dioses. quien indudablemente los capacitar�a para satisfacer sus deseos m�s profundos, luego les har�a saber que Yahv� se asegurar�a de que sin duda perecieran.

De la misma manera que ver�n perecer a las naciones de la tierra cuando las pasen a espada, tambi�n perecer�n porque se negaron a escuchar la voz de Yahweh, la voz de 'Yahweh su Dios'.

En el mundo occidental de hoy, la gente nunca lo ha pasado tan bien. Incluso los m�s pobres son comparativamente ricos y poseen cosas con las que sus antepasados ??nunca so�aron. Y el resultado no ha sido gratitud a Dios, sino codicia por m�s, y una disposici�n a buscar entretenimiento y satisfacci�n para su naturaleza lujuriosa independientemente de una vida recta. Ellos tambi�n han sucumbido a los �dolos. Sus dioses son �dolos de la m�sica, el deporte y el entretenimiento, pero estos, que pueden ser buenos en s� mismos, est�n destruyendo igualmente sus almas y las almas de los dem�s, porque se han convertido en el ser todo y terminan con todas sus vidas, y los gu�an. en un comportamiento que desagrada a Dios y da�ino para ellos mismos.

Información bibliográfica
Pett, Peter. "Comentario sobre Deuteronomy 8". "Comentario de Pett sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pet/deuteronomy-8.html. 2013.