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Ezequiel 22

Pett's Commentary on the BibleComentario de Pett

Introducción

Cap�tulo 22 La acusaci�n de Dios sobre Jerusal�n.

Este cap�tulo consta de tres or�culos pronunciados contra Jerusal�n posiblemente en diferentes momentos ( Ezequiel 22:1 ; Ezequiel 22:17 ; Ezequiel 22:23 ). Est�n unidos por su mensaje, ya que describen la extrema pecaminosidad de Jerusal�n. Tambi�n act�an como una advertencia a los dem�s de lo que les sucede a quienes se comportan de esa manera.

Versículos 1-2

Jerusal�n, la ciudad de sangre.

Y vino a m� palabra de Jehov�, diciendo: �Y t�, hijo de hombre, �juzgar�s, juzgar�s t� a la ciudad sanguinaria? Entonces hazle conocer todas sus abominaciones ". '

Ezequiel contin�a en su vigilia silenciosa, hablando s�lo cuando le llega la palabra de Yahv�. Dios le pregunta si est� dispuesto a pasar como fiscal a una ciudad llena de sangre derramada. Para la doble interpretaci�n que intensifica la pregunta, compare Ezequiel 20:4 .

La maldita ciudad. Esta secci�n repite la palabra sangre varias veces ( Ezequiel 22:2 ; Ezequiel 22:6 ; Ezequiel 22:9 ; Ezequiel 22:12 ). Sus calles estaban manchadas de sangre. 'Sangre' a menudo indica violencia f�sica y da�o deliberado, vileza, as� como muerte.

Versículos 3-5

Y dir�s: �As� ha dicho Jehov� el Se�or: Ciudad que derrama sangre en medio de ella, para que llegue su tiempo, y que hace �dolos contra s� misma para contaminarla. Eres culpable por tu sangre que derramaste, y eres contaminado por tus �dolos que hiciste, y has hecho que tus d�as se acerquen, y has llegado a tus a�os. Por tanto, te he puesto por oprobio a las naciones y por burla a todos los pa�ses. Los que est�n cerca y los que est�n lejos de ti se burlar�n de ti, t� que est�s contaminado de nombre (y por lo tanto 'infame') y lleno de tumulto ".

La acusaci�n de Ezequiel contra Jerusal�n es que contin�en derramando sangre libremente y que hagan los �dolos que la contaminan, trayendo el tiempo de su juicio sobre ellos mismos. Claramente fue una �poca violenta. Se derram� sangre en la ofrenda de sus hijos a Molech, y en tribunales que ten�an prejuicios y eran hostiles contra los que no estaban a favor del r�gimen. Probablemente se formularon acusaciones contra hombres inocentes y se aceptaron, simplemente por razones pol�ticas o para destruir su influencia y obtener su riqueza (comp�rese con 1 Reyes 21:1 ; 2 Reyes 21:16 ; 2 Reyes 24:4 ).

Incluso Jerem�as se encontr� en peligro de tal muerte ( Jeremias 38:4 ; Jeremias 38:6 ). Probablemente hubo una divisi�n de opiniones entre los que siguieron a Jerem�as en su ense�anza de que deb�an someterse a Nabucodonosor y los que favorecieron la rebeli�n. Cuando tales ideas se vuelven candentes, la violencia siempre resulta. Por eso eran culpables.

Adem�s, la intensidad del sentimiento multiplic� la adoraci�n de �dolos y probablemente tambi�n el sacrificio de ni�os. Estaban desesperados por obtener la victoria de los dioses. �Qu� mejor manera que ofrecer sus posesiones m�s queridas? Posiblemente se hab�a introducido en la ciudad desde el valle de Hinom, aunque ese valle podr�a verse como parte de 'Jerusal�n'. Si es as�, sus �dolos hab�an contaminado la ciudad a�n m�s que antes. As� estaban a�n m�s contaminados.

As� que por su comportamiento hab�an 'hecho que sus d�as se acercaran', los d�as en que ten�an que dar cuenta, y hab�an 'llegado a sus a�os', el momento en que se les juzgar�a. Ambos hab�an sido apresurados por su malvado comportamiento. No ten�an a nadie a quien culpar m�s que a ellos mismos. Y es por eso que Dios los estaba haciendo un oprobio a los ojos de las naciones, una burla para muchos pa�ses, porque estos se burlar�an de la desolaci�n de Jerusal�n y de Jud�. Los pa�ses cercanos y lejanos se burlar�an porque ella hab�a profanado su nombre y estaba llena de violencia y tumulto, y se hab�a juzgado a s� misma.

Versículos 6-8

�He aqu� que los pr�ncipes de Israel, cada uno seg�n su poder, han estado en ti para derramar sangre. En usted han tratado con desd�n la autoridad de padre y madre. En medio de ti han tratado al extranjero con opresi�n. En ti han agraviado a los hu�rfanos y a las viudas. Has despreciado mis cosas santas y has profanado mis s�bados �.

Note el 'en usted' que se repite continuamente en los siguientes vers�culos. Dios le est� hablando a Jerusal�n y le describe por qu� es una ciudad condenada porque comparte los pecados de sus habitantes.

En �l, los mandamientos de Dios se han anulado, y la ley de Dios en Lev�tico se ha ignorado. Los asesinatos abundaban, incluso sus pr�ncipes compitiendo por demostrar el nivel de su autoridad en t�rminos de derramamiento de sangre. La autoridad de los padres ( �xodo 20:12 ; Lev�tico 19:3 ; Lev�tico 20:9 ), que aboga por la moderaci�n, se ha dejado de lado.

Aquellos a quienes Dios llam� favor especial, el forastero ( Lev�tico 19:33 ), las viudas y los hu�rfanos ( �xodo 22:21 ), los indefensos, han sido agraviados y maltratados. Las cosas santas de Dios han sido despreciadas y tratadas como de poca importancia.

Los s�bados han sido descuidados y profanados (comp�rese con Lev�tico 19:3 ). Esta era la condici�n de Jerusal�n incitada por sus l�deres. No es de extra�ar que estuviera listo para ser juzgado.

Versículos 9-11

�Hombres calumniadores han estado en ti para derramar sangre, y en ti han comido en las monta�as. En medio de ti han cometido lascivia. En ti han descubierto la desnudez de sus padres, en ti han humillado a la inmunda en su separaci�n. Y uno ha cometido abominaci�n con la mujer de su vecino, y otro ha profanado lascivamente a su nuera, y otro en ti ha humillado a su hermana, la hija de su padre �.

El cat�logo de pecados contin�a. Y esto fue en lo que llamaron 'la ciudad santa'. Los hombres hab�an provocado la muerte de otros mediante calumnias y mentiras (ver �xodo 20:16 ; Lev�tico 19:16 ); se hab�an celebrado fiestas id�latras y licenciosas dentro de la ciudad en sus monta�as; y la mala conducta sexual de la que es incluso una verg�enza hablar se hab�a practicado ampliamente (ver Lev�tico 18:7 ; Lev�tico 18:19 ; Lev�tico 20:10 ; Lev�tico 21:17 ).

Versículo 12

�En ti tomaron sobornos para derramar sangre, tomaron usura y ganancias, y con avidez ganaste a tus vecinos con la opresi�n, y te olvidaste de m�, dice el Se�or Jehov�.

En Jerusal�n, el amor al dinero ha hecho que los hombres se olviden de Dios, un problema com�n a lo largo de los siglos. Aqu� los hombres aceptan sobornos para provocar la muerte de otro (comp�rese con �xodo 23:8 ; Isa�as 1:23 ; Am�s 5:12 ; Miqueas 3:11 ), se interesan mucho por los pobres, toman un alto porcentaje de lo que los pobres ganan para cubrir sus propios pr�stamos, oprimen a otros para ganar de ellos ( �xodo 22:21 ; �xodo 23:9 ; Lev�tico 19:33 ; Deuteronomio 24:17 ), y todo porque se han olvidado de Dios. Todos debemos recordar que la forma en que vivimos demuestra si recordamos a Dios o no.

Por supuesto, habr�an protestado diciendo que no se hab�an olvidado de Dios. Que todav�a se ofrec�an los sacrificios diarios, que todav�a le daban alg�n reconocimiento al Dios de Israel. Pero el punto de Dios era que no lo hab�an recordado como era, un Dios santo y justo. El Yahv� al que 'adoraban' no era m�s que una sombra p�lida y poco exigente de lo que realmente era. Y eso tambi�n se aplica a los oyentes de Ezequiel.

Versículo 13

"He aqu�, por tanto, he herido mi mano por la ganancia deshonesta que has hecho, y por tu sangre que ha estado en medio de ti".

Lo que ha sucedido en Jerusal�n ha hecho que Dios 'golpee su mano', con ira y determinaci�n de hacer algo. Se destacan dos pecados, el de los negocios deshonestos y especialmente el de tratar deshonestamente a los pobres e indefensos, y el de homicidio por diversos medios. tanto violento como judicial.

Versículo 14

��Aguantar� tu coraz�n, o ser�n fuertes tus manos, en los d�as que tratar� contigo? Yo, Yahv�, lo he dicho y lo har� �.

La advertencia de Dios llega fuerte y clara. Aquellos que desobedecen sus mandamientos tendr�n que enfrentar su juicio. �Y creen que entonces podr�n resistir o ser fuertes frente a la enemistad y la ira de Dios? Y pueden estar seguros de que suceder�, porque Dios lo ha dicho.

Versículos 15-16

�Y te esparcir� entre las naciones, y te esparcir� por las tierras, y consumir� de ti tu inmundicia, y ser�s profanado en ti mismo ante los ojos de las naciones, y sabr�s que yo soy Jehov�. "

Dios se ocupar� de ellos esparci�ndolos entre las naciones y dispers�ndolos por muchos pa�ses. Sab�an lo que esto implicar�a, ya sea ser llevados encadenados a una tierra extranjera o huir como refugiados a lugares donde la vida ser�a dura y muy bien podr�an encontrarse indeseados. Su riqueza, tal como estaba, ser�a devorada y, a menudo, se enfrentar�an a la degradaci�n. Adem�s, tender�a a destruir su identidad ya convertirlos en sin�nimo de aquellos entre los que se establecieron. Y estar�an lejos de la tierra de su herencia.

Pero el prop�sito de todo esto era para hacerlos enfrentar a su pecaminosidad, para que se les quitara su inmundicia, que se quemaran por sus experiencias humillantes, y para que pudieran reconocer por lo que sufrieron que hab�an sufrido. se hab�an reducido a s� mismos al dejar de ser lo que Dios hab�a querido para ellos, ser testigos de las naciones, se hab�an 'profanado' a s� mismos, llev�ndolos con esperanza a considerar c�mo podr�an restaurarse a s� mismos a su prop�sito apropiado al llegar a reconocer Qui�n y Qu�. Yahweh realmente lo fue.

"Y sabr�s que yo soy Yahv�". Este es un tema constante en Ezequiel. Este al final fue el prop�sito de Dios.

Versículos 17-18

La casa de Israel que est� llena de impureza.

'Y vino a m� palabra de Yahv�, diciendo: Hijo de hombre, la casa de Israel se ha convertido en escoria para m�, todos ellos son bronce, esta�o, hierro y plomo en medio del horno. Son la escoria de la plata ".

En este segundo or�culo, "la casa de Israel" se describe como escoria, las impurezas que quedan cuando se purifica la plata. Y aunque la idea principal es la de 'la casa de Israel' en Jerusal�n y Jud�, hay una implicaci�n en el uso del t�rmino de que tambi�n incluye gran parte de Israel a lo largo y ancho. Son impuros e indignos.

Aqu� podemos verlo en el sentido de que el bronce, el esta�o, el hierro y el plomo, que eran de menor valor en s� mismos, eran para la plata como escoria comparativa, porque Ezequiel no est� hablando como metal�rgico. Para �l, comparados con la plata, no son nada. Son iguales a la escoria de la plata. Por otro lado, algunos lo ven en el sentido de que Israel es como la escoria de todos estos metales impuros cuando se refinan.

Es importante ver que, a diferencia de otros pasajes del Antiguo Testamento, la idea aqu� no es que ser�n refinados, sino que ser�n destruidos como escoria sin valor.

Versículos 19-20

Por tanto, as� dice el Se�or Jehov�: Por cuanto os hab�is convertido en escoria, he aqu�, por tanto, os reunir� en medio de Jerusal�n, mientras ellos recogen plata, bronce, hierro, plomo y esta�o en medio del horno para soplar el fuego. sobre �l para derretirlo. As� que te recoger� en mi ira y en mi furor, y te acostar� all� y te fundir� ".

Ezequiel, como un no experto, sin duda hab�a presenciado el vertido de todos estos metales en su forma impura en el horno donde los fuelles los volvieron al fuego blanco y se derritieron, y all� se convirtieron en metal purificado y en escoria. Dios le mostr� en �l una imagen de Su ira revelada contra Jerusal�n / Jud� quitando todo lo puro y dej�ndolo como escoria.

La reuni�n de todos ellos 'en medio de Jerusal�n' fue en s� misma una imagen v�vida. A medida que los ej�rcitos invasores se acercaban, la gente indefensa entraba en Jerusal�n para aprovechar sus fuertes murallas. Pero no se dar�an cuenta, hasta que Ezequiel lo revel�, que estaban siendo reunidos en un horno donde ser�an derretidos y revelados como escoria a la luz de la ira de Dios.

Versículos 21-22

�S�, te recoger� y soplar� sobre ti con el fuego de mi ira, y ser�s derretido en medio de ella. Como se derrite la plata en medio del horno, as� ser�s derretido t� en medio de �l. Y sabr�s que yo, Yahv�, he derramado mi furor sobre ti �.

Ahora se reitera y enfatiza que la casa de Israel en Jerusal�n / Jud� es como escoria de metales en medio del horno donde se purifica la plata. Ezequiel piensa en ellos como un mineral de plata impuro y sin refinar, de hecho, la escoria dentro de esa plata.

Todos los niveles de personas est�n incluidos en la condena de Jerusal�n.

En este or�culo, los profetas, sacerdotes, pr�ncipes y la gente de la tierra son todos acusados ??de su mal comportamiento.

Versículo 23

Y vino a m� palabra de Yahv�, diciendo: Hijo de hombre, dile: T� eres una tierra que no es limpiada ni llovida en el d�a de la indignaci�n. '

Ezequiel ahora declara su tercer or�culo. Se concentra en la infiltraci�n del mal en toda la sociedad. Su primera advertencia es que no habr� renovaci�n de la tierra por la lluvia debido a la ira de Dios contra ellos.

En �l, Dios advierte que las lluvias, que eran la sangre de la tierra, se acabar�n en 'el d�a de la indignaci�n', el d�a de Su ira (compare Isa�as 5:6 ; Zacar�as 14:17 ). Note la comparaci�n de la lluvia que cae con la limpieza de la tierra.

Esto se abordar� en Ezequiel 36:25 . A medida que ca�a la lluvia y se renovaba la vida, se ve�a como una purificaci�n y una regeneraci�n. (Esto luego ser�a central en la ense�anza de Juan el Bautista). Pero para esta tierra en su maldad no habr�a purificaci�n, ni regeneraci�n. Est� en contraste directo con las 'lluvias de bendici�n' en Ezequiel 34:26 produciendo gran fruto.

(No hay absolutamente ninguna raz�n para cambiar el texto hebreo de 'limpiado' a 'llovido sobre'. LXX, que lo hace, bien puede haber sido por traducci�n interpretativa en lugar de como indicaci�n de un texto diferente y Ezequiel 36:25 demuestra que Ezequiel enlaces limpieza con lluvia).

Versículo 25

�Hay una conspiraci�n de sus profetas en medio de ella, como un le�n rugiente que arrebata la presa. Han devorado gente. Toman tesoros y cosas preciosas. Han multiplicado sus viudas en medio de ella �.

Tal como est� el texto, declara que los profetas, que deber�an haber sido una fuerza tan buena para llevar la palabra de Yahweh a su pueblo, se hab�an convertido en cambio como leones voraces, usando su posici�n para 'cuervos su presa'. La palabra 'conspiraci�n' es reveladora. Esto debe significar que hab�an formado una conspiraci�n juntos para profetizar a los l�deres, en el nombre de Yahweh, lo que quer�an escuchar, permiti�ndoles 'en Su nombre' 'devorar gente', robar sus posesiones y deshacerse de muchos que entraron en su camino, dejando atr�s a sus afligidas viudas (comparar Jeremias 15:8 ). Fue una combinaci�n imp�a de predicadores falsos y liderazgo malvado.

Sin embargo, es posible que debamos leer aqu� m�s bien 'cuyos pr�ncipes en medio de ella' (que ser�a 'aser nesi'eha) como en LXX en lugar de' una conspiraci�n de sus profetas (qeser nebi'eha). Nunca me ha gustado alterar el texto sin razones muy s�lidas, pero este cambio podr�a estar respaldado por dos factores. Significar�a que tenemos cinco clases separadas condenados, pr�ncipes reales (nasi), sacerdotes, profetas, aristocracia (sarim) y arist�cratas terratenientes (gente de la tierra, que incluir�a a todos los ciudadanos plenos), en lugar de que los profetas se mencionen dos veces ( Ezequiel 22:28 ). Adem�s, las actividades mencionadas encajan mejor con los pr�ncipes que con los profetas.

Pero contra este cambio est� la cuesti�n de c�mo se producir�a un cambio tan distintivo y no se detectar�a. El hecho es que Dios pudo haber tenido a los pr�ncipes en mente, pero se ha enojado m�s porque Sus profetas hab�an abusado de su estatus para ayudarlos al profetizar falsamente a su favor. De nuevo, la LXX pudo haber sido interpretativa en lugar de literal. Y es dif�cil ver por qu� el texto hebreo habr�a sido cambiado de esta manera por un escriba, incluso por accidente.

Pero en cualquier caso, veremos aqu� a los l�deres, posiblemente asistidos por los profetas oficiales, abusando de su autoridad y estatus con prop�sitos ego�stas y malvados, como leones rugientes que devoran a los d�biles, despojando a la gente, mediante fuertes impuestos, mediante la confiscaci�n incorrecta de bienes. , por falsas penas y por deshonestidad generalizada.

Versículo 26

�Sus sacerdotes han violado mi ley y han profanado mis cosas santas. No han hecho diferencia entre lo santo y lo com�n, ni han hecho que los hombres distingan entre lo limpio y lo inmundo, y han escondido sus ojos de mis s�bados, y yo soy profanado entre ellos �.

Los sacerdotes tambi�n son objeto de fuertes cr�ticas. Violar la Ley puede sugerir que la han distorsionado en su ense�anza (como lo har�an los fariseos m�s tarde) o puede significar que la han violentado reprimi�ndola y no ense��ndola en absoluto. El profanar las cosas sagradas sugiere descuido al acercarse a ellas y una tendencia a tratarlas a la ligera. Esto se amplifica al se�alar que no distinguieron lo que era santo seg�n la Ley de lo que era com�n, y que no ense�aron a la gente lo que era ritualmente 'limpio' y lo que era 'inmundo'. Este fracaso ir�a acompa�ado de la adoraci�n de �dolos.

Fracasaron a�n m�s al no ense�ar y exigir la observancia de los s�bados, incluso ignorando los requisitos mismos. As�, Dios mismo fue (desde el punto de vista de ellos y desde el de Ezequiel) siendo 'profanado' por el 'contacto' con los impuros y al ignorar sus fiestas. Las demandas de Dios ya no se consideraban importantes. Todo iba con la actitud laxa hacia sus mandamientos.

Versículo 31

�Por tanto, derram� sobre ellos mi indignaci�n, los consum� con el fuego de mi ira. Su propio camino he tra�do sobre sus cabezas, dice el Se�or Jehov� �.

Fue debido a esta total falta de dignidad entre la 'crema' de la tierra que Dios trajo sobre ellos Su juicio final. Aqu� lo ve como si ya se hubiera cumplido. Ahora lo ha propuesto, el futuro superar� esos prop�sitos.

Información bibliográfica
Pett, Peter. "Comentario sobre Ezekiel 22". "Comentario de Pett sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pet/ezekiel-22.html. 2013.