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Isaías 36

Pett's Commentary on the BibleComentario de Pett

Introducción

Isa�as 36-39 Un interludio hist�rico.

A los ojos de muchos int�rpretes, estos cuatro cap�tulos son un interludio importante que separa el libro de Isa�as en dos mitades. Ciertamente fundamentan todo lo que Isa�as ha estado diciendo en el contexto de la historia, y revelan el poder y la arrogancia de Asiria, demostrando al mismo tiempo cu�n f�cilmente Yahv� puede deshacerse de ellos cuando �l lo desee, y revelan el poder soberano de Dios que realmente est� obrando en incluso controlando el sol, saca a relucir la locura de Ezequ�as al no confiar completamente en Dios, y confirma por qu� al final la �nica esperanza para el futuro es el que viene.

Los dos primeros cap�tulos son una descripci�n de la 'contienda' entre Senaquerib y Yahweh. Son la confirmaci�n del hecho de que, a pesar de todos sus alardes y temibles ej�rcitos, Dios puede tratar con Senaquerib cuando lo desee. Conducen a la liberaci�n de Jerusal�n por una gran maravilla, y la humillaci�n y muerte de Senaquerib a manos de su propia familia. Esto pone las cosas en un marcado contraste.

El gran Senaquerib puede jactarse, pavonearse e incluso parecer invencible, pero el poderoso Yahv� puede aplastar el tan cacareada poder de Asiria con un golpe maravilloso, mientras que, cuando se trata de eso, el indefenso Senaquerib no puede defenderse de su propia familia.

En estos dos primeros cap�tulos, los combatientes de los cap�tulos anteriores quedan al descubierto. Por un lado tenemos en v�vido detalle la descripci�n de Senaquerib, conquistador de naciones, alarde supremo, con todo lo que representa. Se le da el m�ximo espacio para trompetarse a s� mismo. Pero se muestra muy vulnerable, pues su derrota a manos de Yahv� y su final definitivo se despiden en tres versos ( Isa�as 37:36 ).

Y por el otro tenemos a Yahv�, el gran Creador y Se�or del cielo y la tierra, que espera pacientemente hasta que Senaquerib haya terminado su jactancia y luego inevitablemente gana por un nocaut y reina supremo. En esto se puede resumir todo lo dicho antes.

Los dos �ltimos cap�tulos de los cuatro se acercar�n a Ezequ�as. Aqu� est� uno que, en lugar de ser derribado por Yahv�, es enaltecido y se le da una extensi�n a su vida, y tambi�n se le da una se�al poderosa que deber�a haberle permitido poner toda su confianza en �l. El cap�tulo final luego trata sobre el hecho de que Ezequ�as no ejerci� esa confianza, un hecho que qued� claro al hacer un tratado con los representantes del rey de Babilonia.

Es esto lo que luego conducir� en 40-55 a la declaraci�n de la necesidad de la llegada de un reemplazo a la actual casa de David en t�rminos del Siervo de Yahweh. Incluso Ezequ�as con todas sus reformas ha demostrado no ser suficiente para la tarea de traer al pueblo de Dios de regreso a �l.

As�, el cap�tulo 38 describir� las maravillas con las que Dios busca fortalecer a Ezequ�as. Acaz hab�a rechazado un prodigio 'en los cielos arriba' (comparar Isa�as 7:11 ) y por eso Yahweh ahora le da uno a Ezequ�as. Ocurre despu�s de un tiempo de enfermedad severa cuando se le da una oportunidad extra de vida, y luego Yahweh hace que la sombra del sol se mueva hacia atr�s, d�ndole la garant�a del hecho de que Yahweh tiene el poder de liberar a Jerusal�n y ser su grande. defensor y tiene un control completo sobre ese orbe que otras naciones vincularon a sus dioses m�s grandes.

Tanto para Asiria como para Babilonia, el sol era importante en su adoraci�n y en su perspectiva religiosa. Por lo tanto, el control del sol era fundamental para el control de sus dioses. Es un intento de Yahv�, al igual que con Acaz anteriormente ( Isa�as 7:1 ), de establecer al rey dav�dico en la fe, de modo que �l solo lo vea como Dador de vida y Libertador.

El cap�tulo 39 es el anticl�max. Revela que a pesar de la asombrosa revelaci�n del poder de Dios, Ezequ�as era d�bil de coraz�n y estaba demasiado dispuesto a prostituir su fe confiando en Babilonia, esa ant�tesis de todo lo que Dios deseaba. Ante la posibilidad de elegir entre confiar en Yahv� o confiar en Babilonia, eligi� Babilonia. En t�rminos Isai�nicos fue un retroceso de enormes dimensiones. Y el resultado es que se le advierte que Babilonia vendr� y se apoderar� de todos sus tesoros, y se llevar� a los hijos de David como esclavos de la corte a Babilonia ( Isa�as 39:6 ).

Aquellos que se asocian con Babilonia ser�n absorbidos por Babilonia. Tenga en cuenta que el impacto se limita a la casa de David. Isa�as no predice un exilio babil�nico generalizado. Esto encontr� su cumplimiento cuando Manas�s fue llevado a Babilonia ( 2 Cr�nicas 33:11 ), sin duda acompa�ado por otros miembros de la familia real.

Pero a�n m�s triste que esta profec�a es el triste consentimiento de Ezequ�as a la posici�n, porque Isa�as 39:8 debe ser visto como la renuncia final de Ezequ�as a su derecho a ser considerado como 'el rey dav�dico'. Estaba revelando que no ten�a visi�n. Estaba satisfecho con menos. En lugar de tener todo el futuro en mente, solo le preocupaba el presente.

Simplemente se sinti� aliviado por el hecho de que indicaba que en ese momento no ten�an nada de qu� preocuparse. As�, Isa�as, reconociendo la situaci�n con el coraz�n hundido y sabiendo que no hay esperanza que buscar en los descendientes de Acaz, continuar� llamando la atenci�n sobre el hecho de que Israel tendr� que buscar al Gran Libertador en otra parte que no sea el actual. casa de David. Si se ha de encontrar la salvaci�n, debe encontrarse en otro lugar que no sea en la sucesi�n regular al trono de David, porque hab�an fallado en su respuesta a Dios. Y eso es de lo que se ocupar� en el resto del libro.

As� que estos cuatro cap�tulos dividen el libro en dos mitades. Separan la colecci�n de las primeras profec�as de Isa�as, reunidas en la recopilaci�n que ya hemos considerado, de sus profec�as posteriores, que tienen m�s la naturaleza de una obra continua, estas �ltimas escritas cuando se volvi� menos activo y tendi� m�s a meditar sobre ellas. el futuro m�s lejano y las implicaciones de sus profec�as anteriores. Forman un v�nculo de conexi�n importante entre los dos, adem�s de contener su propio mensaje, y explican la diferencia de �nfasis en las dos secciones.

La mayor parte de lo que se encuentra aqu� en los cap�tulos 36-37 tambi�n se puede encontrar en 2 Reyes 18:13 a 2 Reyes 20:19 . Es muy posible que los autores de Reyes hayan tomado prestada su narrativa de Isa�as o, m�s probablemente, de una expansi�n de Isa�as de su obra ( 2 Cr�nicas 32:32 ).

Esa es realmente la �nica explicaci�n del orden de las narraciones, que ignora la secuencia cronol�gica pero proporciona una que se adapta idealmente al libro de Isa�as. Sin embargo, ese pasaje en 2 Reyes incluye la informaci�n adicional de una sumisi�n anterior de Ezequ�as a Senaquerib que fue aceptada con el pago de un gran tributo ( 2 Reyes 18:13 ) que fue enviado a N�nive.

Se discute cu�l fue la relaci�n exacta entre esa sumisi�n y la posterior invasi�n y asedio que se describen aqu�. Algunos ven que uno ocurre inmediatamente despu�s del otro, con Senaquerib incumpliendo su tratado (algo por lo que se hizo conocido), otros consideran que hubo una brecha de algunos a�os entre ellos. Sin embargo, una cosa parece clara y es que tanto Isa�as como Jud� vieron la acci�n posterior de Senaquerib como una traici�n a lo que hab�a prometido anteriormente ( Isa�as 21:2 ; Isa�as 24:16 ; Isa�as 33:1 ).

Quiz�s podamos considerar en este punto un breve resumen de la historia de la �poca hasta donde la conocemos. Cuando Senaquerib subi� al trono de Asiria en 705 a. C. a la muerte de su padre Sarg�n II, muchas naciones sometidas aprovecharon la oportunidad para rebelarse y liberarse de Asiria, neg�ndose a pagar tributos. El gran tirano que los hab�a sometido ahora estaba muerto, y su esperanza era que los problemas internos mantuvieran ocupado a Senaquerib. Este tipo de insurrecci�n suced�a regularmente con la muerte de poderosos tiranos, cuando sus sucesores buscaban establecer sus posiciones.

As� que Merodach Baladan (Marduk-apla-iddina II) de Babilonia, aprovech�ndose de la situaci�n, busc� por todas partes buscando fermentar problemas, e incluy� a Jud� en sus planes ( Isa�as 39:1 ). Aquellos que expresaron inter�s incluyeron al rey de Tiro, quien jug� un papel importante en la rebeli�n, junto con las ciudades fenicias asociadas; las ciudades filisteas de Ascal�n y Ecr�n (cuyo rey leal fue depuesto y encarcelado por Ezequ�as); probablemente Moab, Edom y Amm�n; y algunas de las tribus �rabes. Pero Senaquerib no tard� en establecer su posici�n en Asiria y luego se movi� contra Babilonia y sus aliados cercanos, incluido Elam, derrot�ndolos totalmente.

Una vez que logr� esto, sabemos por los registros asirios que luego dirigi� su atenci�n a los rebeldes en otros lugares. En primer lugar, aplast� a Tiro, (cuyo rey huy� a Chipre), junto con sus ciudades asociadas, aunque no pudo tomar la ciudad de la isla. Sin embargo, estaba en una situaci�n desesperada y ten�a que abastecerse desde el mar. Esto dio lugar a que varios de los otros rebeldes tentativos reanudaran apresuradamente el tributo.

Luego volvi� su atenci�n hacia el sur y avanz� hacia Jud�, a quien ve�a como un gran rebelde, porque era Ezequ�as quien ten�a cautivo a Padi, rey de Ecr�n, el rey que hab�a permanecido fiel a Senaquerib y se hab�a negado a unirse a la rebeli�n.

Al acercarse, una vez que varias de sus ciudades fueron tomadas, Ezequ�as se someti� y pag� un enorme rescate ( 2 Reyes 18:13 ). Esto incluy� a algunas de sus hijas reales, concubinas y m�sicos masculinos y femeninos, que fueron llevados a N�nive, un rescate que aparentemente fue aceptado. Mientras tanto, otros hombres de Jud� ya hab�an sido llevados cautivos por la rendici�n de sus ciudades, como afirma Senaquerib en sus anales.

Bajo el tratado as� arreglado, Ezequ�as tuvo que liberar a Padi, el rey de Ecr�n a quien ten�a prisionero, perdi� una gran cantidad de territorio que fue dividido entre los reyes leales a Senaquerib, y se le requiri� que enviara a algunas de sus hijas a N�nive como prueba. de su lealtad. Sin embargo, no tuvo que comparecer ante Senaquerib en persona, porque los anales de Senaquerib dicen, "envi� un mensajero personal para entregar el tributo y hacer una obediencia servil". Esta interpretaci�n puede significar b�sicamente 'se rindi�, pero no lo har�a en persona, y tuve que ceder en ese punto, porque ten�a otros asuntos que tratar'.

Esto es bastante significativo, ya que demuestra que Senaquerib estaba tan interesado en hacer la paz que no hizo cumplir las demandas absolutas. Esto posiblemente se debi� a que a Senaquerib le hab�an llegado noticias de que Egipto hab�a reunido un ej�rcito para atacarlo, por lo que quer�a protegerse de los ataques de todos los bandos. Incluso puede ser que fuera el hecho de que m�s tarde se le inform� que el ej�rcito egipcio conten�a elementos de Jud�, o que contaba con el apoyo de �ste, lo que le hizo sentir que Ezequ�as lo hab�a traicionado, lo que le hizo pensar que el nuevo tratado hab�a ya se ha roto.

No ser�a la primera vez que un rey actu� con una inteligencia inexacta. Por otro lado, es posible que haya algo de verdad en ello, ya que Egipto puede haber tenido mercenarios de Judea en su ej�rcito. Pero cualquiera que sea el caso, rompi� el nuevo tratado y nuevamente asedi� a Laquis en preparaci�n para un avance sobre Jerusal�n. Ah� es donde comienza este relato.

Quiz�s deber�a notarse aqu� que los propios registros de Senaquerib confirman que Jerusal�n nunca fue tomada, porque pone gran �nfasis en su captura de Laquis, lo que no habr�a hecho si hubiera capturado Jerusal�n. (El principio para registrar el historial era simple. Pusiste el mejor brillo a las cosas e ignoraste todos los fallos). Todo lo que afirma es que siti� a Jerusal�n y encerr� a Ezequ�as all� como un p�jaro enjaulado. Si lo hubiera capturado, habr�a sido material de titulares.

Cap�tulo 36 El desaf�o del rey de Asiria a Ezequ�as y Yahv�.

Versículo 1

"Y sucedi� que en el a�o catorce del rey Ezequ�as, subi� Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Jud�, y las tom�."

Compare para esto Isa�as 36 : 2 Reyes 18:13 donde el vers�culo precede a la descripci�n de la rendici�n de Ezequ�as y el pago del tributo mencionado anteriormente. Esto apoyar�a firmemente la idea de que el asedio real de Jerusal�n sigui� de cerca ese asunto.

Pero puede ser que los autores de Reyes tuvieran el rollo de Isa�as delante de ellos y simplemente insertaron Isa�as 36:14 como par�ntesis.

"El a�o catorce del rey Ezequ�as". Esto fue en el 701 a. C., que parece estar en conflicto con 2 Reyes 18:1 ; 2 Reyes 18:9 que har�a de este el a�o veintiocho del reinado de Ezequ�as. La explicaci�n probable de esto es que en 729/8 a. C. fue cuando Ezequ�as comenz� a reinar como corregente con su padre, quien muri� alrededor del 715 a. C.

La corregencia fue favorecida por los reyes de Jud�, ya que aseguraba una sucesi�n segura, por lo que el sucesor ya estaba en una posici�n de autoridad y reconocido como heredero. Esto asegur� entonces la preservaci�n de la l�nea de David.

Senaquerib registra esto en sus anales de la siguiente manera: `` Pero en cuanto a Ezequ�as el de Judea, que no se inclin� en sumisi�n a mi yugo, yo siti� y conquist� cuarenta y seis de sus ciudades amuralladas e innumerables aldeas m�s peque�as en su vecindario, aplastando rampas de tierra y luego levantando arietes, por el asalto de soldados de infanter�a, por brechas, t�neles y operaciones de zapadores. &mdash- �l lo encerr� como un p�jaro enjaulado dentro de Jerusal�n, su ciudad real. Puse postes de vigilancia estrictamente alrededor de ella, y me volv� para hacerle da�o a cualquiera que saliera por la puerta de la ciudad.

La arqueolog�a da testimonio de las fuertes fortificaciones de las ciudades de Jud� en este momento. Por lo tanto, Senaquerib tuvo que participar en una campa�a prolongada y estaba claramente orgulloso de su logro. Tenga en cuenta que solo menciona un informe de observaci�n sobre Jerusal�n, un proceso de inanici�n lenta. La mayor parte de su ej�rcito estaba ocupada en otra parte. La dura lucha por la propia Jerusal�n estaba destinada a tener lugar m�s tarde, cuando el resto del mundo hab�a sido sometido.

Versículo 2

Y el rey de Asiria envi� al Rabsaces desde Laquis a Jerusal�n al rey Ezequ�as con un gran ej�rcito. Y se par� junto al conducto del estanque superior en la calzada del campo del lavandero '

'El Rabsaces.' Este fue probablemente el oficial m�s poderoso del rey. Se notar� que actu� como portavoz. La palabra puede significar "principal copero" o "jefe de gobernantes". En el primer caso, no significa que fuera un sirviente de mesa. Los coperos oficiales eran muy importantes, ya que recibir�an la copa en nombre del rey y la probar�an antes de entregarla, demostrando as� que estaba libre de veneno.

Solo ellos estaban en condiciones de introducir veneno despu�s de haber bebido para probar la bebida. El copero principal de la corte (compare la posici�n influyente de Nehem�as) hizo lo mismo por el rey, tom� la copa de un sirviente, la prob� y luego se la entreg� al rey. Por lo tanto, fue muy exaltado y fue elegido porque se lo consideraba totalmente digno de confianza. Por tanto, el t�tulo indicaba una poderosa posici�n general de la que el "copero" era s�lo una peque�a parte. El t�tulo "jefe de gobernantes" describir�a con mayor precisi�n lo que era.

2 Reyes 18:17 nos dice que estaba acompa�ado por el Rabsaris (posiblemente rabu sa resi - 'el jefe que est� a la cabeza') y el Tartan (turtanu - 'comandante en jefe'). Un mensajero tan poderoso como el Rabsaces no vendr�a solo, sino que tambi�n ser�a atendido por el m�s importante de sus oficiales. El hecho de que el Rabsaces tuviera prioridad demuestra lo importante que era. Su presencia, y la presencia de los otros hombres poderosos, tambi�n sirve para indicar cu�n importante se consider� la sumisi�n de Ezequ�as.

De Laquis. Es decir, desde donde se estaba llevando a cabo el sitio de Laquis, o se hab�a completado recientemente. Laquis era una ciudad muy grande y dif�cil de tomar. Estaba rodeado por tres lados por el r�o Laquis, seco en verano pero lleno en invierno. Pero finalmente sucumbi� y el resultado de su captura se represent� v�vidamente en forma de imagen en las paredes del palacio de Senaquerib en N�nive en conmemoraci�n del evento. Eso tambi�n demuestra que no hab�a logrado capturar Jerusal�n, el premio m�s grande de todos, porque si lo hubiera hecho, habr�a sido lo que se mostr�.

La ciudad estaba rodeada por una doble muralla con torres a intervalos. La rampa de asedio en la esquina suroeste se ha identificado en excavaciones y se han encontrado pruebas del asedio, incluidas piedras de honda, puntas de flecha y fragmentos de armadura. Las excavaciones demuestran la dura oposici�n que enfrent� Senaquerib. Cerca se han encontrado cuevas de entierro masivo relacionadas con el asedio.

"Y se par� junto al conducto del estanque superior en la calzada del campo del lavador". Comp�rese con Isa�as 7:3 . La comparaci�n es deliberada. Era el mismo lugar donde el hijo de David, Acaz, hab�a rechazado la oferta de liberaci�n de Dios. La implicaci�n es que si hubiera aceptado la oferta de Dios, ning�n enemigo se habr�a parado all�.

Pero ahora un enemigo estaba all�, que era el fruto de la elecci�n de Acaz. Y una vez m�s le dar�a a la casa de David la oportunidad de elegir si seguir a Yahweh o no. Es un recordatorio para el lector de que este es el resultado del fracaso de Acaz. El no confiar en Dios siempre regresar� para perseguirnos por sus consecuencias.

Versículo 3

Entonces sali� a �l Eliacim, hijo de Hilc�as, mayordomo de la casa, y Sebna escriba, y Joa, hijo de Asaf, el cronista.

"Sali�" significa que salieron a la pared para hablar con �l desde all�. Estos nombres eran nombres populares en ese momento y los nombres, aunque no necesariamente las personas, est�n atestiguados en los sellos que se han descubierto. Para Eliakim, vea Isa�as 22:20 , donde probablemente veamos a la misma persona. Era el chambel�n real, actuando en nombre del rey.

Shebna, sin embargo, es un escriba y probablemente no el mencionado en Isa�as 22:15 que era el 'tesorero'. El registrador (o "recordatorio") estar�a all� para mantener un registro estricto de lo que se dijo. La presencia de estos tres hombres poderosos podr�a servir para confirmar que hab�a tres importantes asirios esperando para hablar con ellos, asegurando un equilibrio de los lados.

Versículos 4-5

Y el Rabsaces les dijo: �Decid ahora a Ezequ�as. As� dice el gran rey, el rey de Asiria: �Qu� confianza es esta en la que ahora te apoyas? Digo que tu consejo y tu fuerza para la guerra no son m�s que palabras vanas. �En qui�n conf�as ahora que te has rebelado contra m�? " '

'Ezequ�as'. N�tese la falta de t�tulo que expresa un desd�n extremo. Est� siendo tratado como si no fuera digno de ser llamado rey. En contraste deliberado, al rey de Asiria se le llama "el gran rey" (sharu rabu, un t�tulo real reconocido). Quiere que el pueblo de Jud� reconozca el contraste. �Van a confiar en esta criatura de Ezequ�as o en el Gran Rey?

"�Qu� confianza es �sta en la que ahora conf�as?" Est� cuestionando la base misma sobre la que se basa la confianza de Ezequ�as. Bien puede ser que est� citando palabras reunidas por los principales asesores de Senaquerib.

'Yo digo que tu consejo y tu fuerza para la guerra no son m�s que palabras vanas (' una palabra de labios ')'. Reconoce todas las discusiones que se habr�n producido sobre el prop�sito, la estrategia y la evaluaci�n de armas, y las decisiones que se han tomado, y las descarta todas como "palabras vanas", un "boca a boca". Es decir, se hablan pero no tienen poder. Eran solo palabras. Fueron una p�rdida de tiempo porque cualquier cosa que decidieran resultar� in�til. Incluso puede ser que los esp�as le hubieran tra�do los detalles de lo que hab�a sucedido en esas reuniones.

"�En qui�n conf�as ahora que te has rebelado contra m�?" Que contrasten a aquellos en quienes conf�an con su propio gran rey. Tenga en cuenta que solo reconoci� a dos posibles rivales en los que podr�an estar confiando, el Fara�n de Egipto o su Dios Yahweh. Ezequ�as fue descartado como una posibilidad. Bueno, que consideren los hechos sobre ambos.

Versículo 6

�Mira, est�s confiando en la vara de esta ca�a cascada, incluso en Egipto, en la cual, si un hombre se apoya, entrar� en su mano y la traspasar�. As� es el fara�n, rey de Egipto, para todos los que en �l conf�an �.

Si conf�an en Egipto, perm�tanles considerar cu�n poco confiable era Egipto. Sus palabras sobre Egipto habr�an ganado la aprobaci�n de Isa�as. Eso era justo lo que pensaba �l tambi�n. Egipto no era m�s que una ca�a estropeada que, si un hombre la usaba como apoyo, entraba en su mano y la atravesaba. Aqu� hay tanto una reflexi�n sobre la relativa debilidad de Egipto (una ca�a cascada) como sobre el hecho de que tend�a a defraudar a sus aliados (perforar la mano que buscaba ayuda). De hecho, dice, as� es el fara�n, incapaz y poco confiable, tal como lo hab�a demostrado en el pasado.

Versículo 7

'Pero si me dices: "Confiamos en Yahv� nuestro Dios". �No es �ste aquel cuyos lugares altos y cuyos altares ha quitado Ezequ�as, y ha dicho a Jud� y a Jerusal�n: "Adorar�is delante de este altar?" '

Pero, �y si afirmaran confiar en Yahweh? Esta fue la segunda posibilidad. Que confiaron en su Dios, Yahv�. Y es ahora cuando revela cu�n eficiente era el sistema de inteligencia asirio. Porque hab�an recibido informes sobre lo que Ezequ�as hab�a estado haciendo en Jud� y Jerusal�n, al deshacerse de los lugares altos y altares e insistir en adorar en un solo lugar en el �nico altar. Y para ellos esto sugiri� un insulto a Yahv�. Entonces, �realmente Jud� pens� que Yahv� apoyar�a a tal rey, este destructor de Sus santuarios?

Los asirios vieron claramente lo que Ezequ�as hab�a hecho como un acto anti-Yahweh, un menospreciar a Yahweh, porque para ellos cuanto m�s altos y m�s altares y m�s im�genes, mayor era la apreciaci�n de un dios. Lo que no apreciaron fue que la religi�n de Jud� era totalmente diferente, una religi�n unificadora, reunida en el �nico santuario que era el �nico v�lido (como el Tabern�culo de anta�o). Era una religi�n que evitaba la proliferaci�n de altares que podr�a resultar en la introducci�n de innovaciones que estropear�an la pureza de sus creencias y pensamiento y comportamiento religiosos, y realmente menospreciar�an a Dios. Porque su Dios era un Dios �nico, el �nico Dios, y no pod�a proliferar.

Pero tambi�n pudo haber conocido el resentimiento que hab�an causado las reformas, y estar jugando con el hecho a los o�dos de la gente. Y ha dicho a Jud� y a Jerusal�n: �Adorar�is delante de este altar? Esta es una frase que garantiza suscitar cualquier agravio que hubiera, un rey dictatorial exigiendo el reconocimiento solo de lo que hab�a establecido, en lugar de lo que amaba, las viejas tradiciones. No deb�a saber que eso era lo que Yahweh le hab�a dicho que hiciera tambi�n.

Versículo 8

"Ahora, pues, te ruego que hagas una apuesta con mi se�or, el rey de Asiria, y te dar� dos mil caballos, si por tu parte puedes poner dos mil jinetes sobre ellos".

Ahora buscaba enfatizar la debilidad de Ezequ�as con m�s burlas. Que simplemente comparen el tama�o de su caballer�a. El verbo '�rabe significa' comprometerse 'y el hithpael' comprometerse a s� mismo ', por ejemplo en una apuesta. El desaf�o consist�a en saber si Ezequ�as pod�a producir dos mil jinetes capaces. Entonces, si lograba hacerlo, el rey de Asiria les dar�a dos mil caballos para que los montaran.

El prop�sito de la apuesta ofrecida era para demostrar la pobreza de Jud� con respecto a la mano de obra capaz en ese sentido, y tambi�n para enfatizar que ten�an pocos caballos propios. Que no ten�an caballer�a de la que hablar. Por el contrario, Asiria, por su parte, podr�a prescindir f�cilmente de dos mil caballos y no darse cuenta. El �nfasis est� en cu�n d�bil era la caballer�a de Ezequ�as, comparativamente un pu�ado, en contraste con la enorme caballer�a asiria que todos pod�an ver all�, esperando ansiosamente su oportunidad. Ten�a la intenci�n de debilitar la resoluci�n de las personas que escuchaban en la pared.

El mal hebreo del Rabsaces, fielmente registrado aqu�, de hecho se suaviza en 2 Reyes, lo que confirma que Isa�as no es una copia de ese registro.

Versículo 9

��C�mo puedes entonces apartar el rostro de un capit�n del m�s peque�o de los sirvientes de mi amo? �Y conf�as en Egipto para carros y jinetes?

Su desprecio se expresa abiertamente. Siendo la posici�n de la caballer�a la que era, �c�mo pueden esperar rechazar incluso al m�s bajo de los capitanes asirios? �O tal vez buscan caballer�a y carros de Egipto con los que hacerlo? La impresi�n que se da es, '�qu� esperanza!'

Versículo 10

��Y ahora he subido sin Jehov� contra esta tierra para destruirla? Fue el mismo Yahv� quien me dijo: Sube contra esta tierra y destr�yela �.

Pero, �qu� hay de confiar en Yahv�? Dejemos que ahora consideren esto. De hecho, es a instancias de Yahv� que han venido para darle una lecci�n a este destructor de altar. Esto puede reflejar alg�n conocimiento de lo que Isa�as ya hab�a estado declarando ( Isa�as 10:5 ), pero representado como si lo hubiera dicho Yahv� al mismo Senaquerib.

�Despu�s de todo, Senaquerib es favorecido por todos los dioses! (En sus anales, Sennacherib realmente le da cr�dito por sus victorias a Ashur). O puede haber estado hablando de lo que ser�a la consecuencia obvia de las acciones reformadoras de Ezequ�as para aquellos que ve�an las cosas como las ve�an.

'Esta tierra.' 2 Reyes tiene 'este lugar', enfatizando m�s el impacto en Jerusal�n. Pero como Isa�as dej� en claro en otra parte, la invasi�n de la tierra de Dios por parte de Senaquerib fue una de las cosas que hab�a despertado Su ira ( Isa�as 14:25 ).

Versículo 11

Entonces Eliaquim, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: "Te ruego que hables a tus siervos en arameo, porque lo entendemos, y no nos hables en el idioma jud�o a o�dos de la gente en el muro". '

Los tres empezaron a preocuparse por el efecto en la gente de las palabras del Rabsaces y solicitaron que el Rabsaces continuara en arameo, el idioma internacional oficial. Aqu� hay una reprimenda impl�cita, la sugerencia de que no fue educado por su parte proclamar un mensaje oficial a Ezequ�as de una manera tan p�blica. Deber�a redactarse en el lenguaje de la diplomacia. Posiblemente tambi�n hubo una indicaci�n de que se estaba ofendiendo porque parec�a estar insinuando que no pod�an hablar arameo.

Versículo 12

Pero el Rabsaces dijo: ��Me ha enviado mi se�or a tu se�or ya ti para que hable estas palabras? �No me ha enviado a los hombres que se sientan en la pared, aquellos que pronto comer�n sus propios excrementos y beber�n su propia orina contigo? '

La respuesta del Rabsaces es que, de hecho, era a estas personas a las que su maestro quer�a enviar su mensaje. No ten�a la intenci�n de ser un secreto oficial, estaba destinado a ser recibido por todos. Luego se�ala a la gente los estrechos a los que pronto los llevar� el asedio. No tendr�n nada para comer y beber excepto sus propios excrementos y orina ('aguas de los pies'). 'Contigo.' Eventualmente tambi�n ser� cierto para los l�deres.

Puede haber en todo esto un contraste intencionado, que enfatiza la diplomacia educada de Jud� y la diplomacia arrogante y cruda de Asiria. Jud� son claramente caballeros, mientras que Asiria son simplemente matones.

Versículos 13-15

Entonces el Rabsaces se puso de pie y clam� a gran voz en el idioma de Judea, y dijo: "O�d las palabras del gran rey, el rey de Asiria:" As� dice el rey: No dej�is que Ezequ�as os enga�e, porque �l no os enga�ar�. ser capaz de entregarte. No permitas que Ezequ�as te haga confiar en Jehov�, diciendo: "Ciertamente Jehov� nos librar�, y no habr� entrega de esta ciudad en manos del rey de Asiria". '

El Rabsaces ahora dirige su atenci�n m�s directamente a la gente. Toda pretensi�n ahora se tira por la borda. Note nuevamente la referencia al Gran Rey y la referencia desde�osa a 'Ezequ�as'. El insulto muestra claramente que no esperan que Ezequ�as ceda (no est� tratando de gan�rselo) y que, por lo tanto, sus palabras simplemente buscan socavar la confianza y la moral de la gente. El mensaje es simple. Ezequ�as no podr� librarlos. Ni Yahv� podr� librarlos.

Est� claro que sus fuentes de inteligencia le hab�an informado que hab�a voces en la ciudad que dec�an: 'Conf�a en Yahv�', que era, por supuesto, el mensaje de Isa�as. Esto explica sus palabras aqu�. Que reconozcan que esa idea era rid�cula. Este �ltimo fue su primer error, que pronto desarrollar�a, pues lo que sus fuentes de inteligencia no le hab�an podido explicar era el poder real de Yahv�, y que Yahv� era el Dios viviente.

Note la referencia constante al 'rey de Asiria'. Quiere que reconozcan con qui�n est�n tratando. �Qu� posibilidades tienen contra este gran y poderoso rey, el Gran Rey? Note tambi�n el impersonal 'no habr� un dar'. �l no quiere que sus mentes asocien las palabras demasiado directamente con Yahweh en caso de que piensen que Yahweh podr�a librarlos. Es un ejemplo perfecto de diplomacia equilibrada.

Versículo 16

�No escuches a Ezequ�as. Porque as� dice el rey de Asiria �.

El contraste se vuelve a dibujar. Por un lado, este insignificante Ezequ�as, por el otro, el rey de Asiria. �La palabra de qui�n van a escuchar?

Isa�as 36:16

"Hazme una bendici�n y sal a verme".

La bendici�n fue una forma de saludo, por eso est� diciendo aqu�: "Sal�dame de manera acogedora y sal y rec�beme". Era una oferta espec�fica que, si lo hac�an, ser�an tratados con indulgencia. Alternativamente, puede significar 'hacer un pacto conmigo y as� recibir una bendici�n'.

Isa�as 36:16

�Y comer� cada uno de su vid, y cada uno de su higuera, y beber� cada uno las aguas de su propia cisterna�.

Que se rindan e inmediatamente volver�n a tener acceso a todas sus posesiones, y comida y agua en abundancia. Busca apelar a su reconocimiento de las dificultades del asedio y a sus intereses personales. Todos deben haber tenido pesadillas sobre lo que estaba sucediendo en sus campos y vi�edos. Y podr�an volver a tenerlos tan pronto como se rindieran.

Versículo 17

�Hasta que yo venga y los lleve a una tierra como la suya, tierra de ma�z y vino, tierra de pan y vi�edos�.

Pero est� ofreciendo un tratado y, por lo tanto, reconoce que debe establecer los t�rminos de manera justa. Si no lo hac�a, repercutir�a en el honor de su amo, ya que los tratados se tratan de forma muy estricta. As� que ahora reconoce que su oferta no era estrictamente cierta. Muchos de los que escuchan deben esperar la deportaci�n, pero �l hace que suene lo m�s apetitoso posible. No necesitan temer. Incluso si son deportados, ser�n llevados a una tierra de abundancia (omite los detalles de lo desagradable que ser� la deportaci�n).

Como todos sab�an, la deportaci�n de personas importantes en el caso de estados rebeldes era una pol�tica asiria. Su prop�sito era debilitar el liderazgo (eliminando a muchos de ellos) y dividir a la naci�n, haci�ndolos m�s d�ciles. (2 Reyes ampl�a la oferta e incluye la oferta de 'vida' en lugar de la muerte).

Versículos 18-20

�Cu�dense de que Ezequ�as no los persuada, diciendo: 'Yahv� nos librar�'. �Ha librado alguno de los dioses de las naciones su tierra de manos del rey de Asiria? �D�nde est�n los dioses de Hamat y Arpad? �D�nde est�n los dioses de Sefarvaim? �Y han librado (es decir, sus dioses) a Samaria de mi mano? �Qui�nes son entre todos los dioses de estos pa�ses que han librado su pa�s de mi mano, para que Jehov� libere a Jerusal�n de mi mano?

El Rabsaces ahora les pidi� que consideraran la experiencia de todas las dem�s naciones. Esto demostr� claramente que ning�n dios pod�a librar a una naci�n de las manos del rey de Asiria, porque sus dioses eran demasiado poderosos. Que consideren a Hamat, Arpad y Sefarvaim ( 2 Reyes 18 agrega 'Hena e Ivv�' compare Isa�as 37:13 ).

Y sobre todo, consideren Samaria. Samaria incluso incluy� a Yahv� entre sus dioses (una acusaci�n de hecho de su polite�smo) y, sin embargo, cayeron. Entonces, �c�mo puede esperar Jerusal�n ser diferente? �Realmente piensan que Yahv� por s� solo es superior a todos estos dioses?

Estas palabras fueron un error por dos razones. En primer lugar, porque Jud� ve�a a su Dios como diferente de los dioses de las naciones y, por lo tanto, con estas palabras suscitaba una fe latente. Pero en segundo lugar, porque Yahv� era diferente y reaccionar�a en consecuencia. Fue un desaf�o directo que se le plante� a Yahweh.

Hamath estaba en el centro de Siria y Arpad en el norte de Siria. Sefarvaim pudo haber sido Sibraim en Siria. Por lo tanto, est� llamando la atenci�n sobre dioses bastante locales, los de Siria e Israel.

Versículos 21-22

"Pero ellos callaron y no le respondieron una palabra, porque la orden del rey fue:" No le respondas ". Entonces Eliaquim, hijo de Hilc�as, mayordomo de la casa, y Sebna escriba, y Joa, hijo de Asaf, el registrador, llegaron a Ezequ�as con sus vestidos rasgados y le contaron las palabras del Rabsaces.

Sus palabras se escucharon en un silencio desde�oso. No respondieron porque Ezequ�as hab�a ordenado que no se diera respuesta. El asunto no deb�a decidirse frente a la gente y se requer�a tiempo para pensar. El silencio desde�oso fue tambi�n una respuesta a los insultos del Rabsaces.

As� que los tres fueron a Ezequ�as llevando el mensaje que se les hab�a dado, rasgando simb�licamente sus ropas para indicar su duelo por el contenido del mensaje. Tambi�n alertar�a al rey sobre el hecho de que el mensaje que tra�an era negativo. Y le contaron lo que se hab�a dicho.

Información bibliográfica
Pett, Peter. "Comentario sobre Isaiah 36". "Comentario de Pett sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pet/isaiah-36.html. 2013.