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Bible Commentaries
Zacarías 12

Pett's Commentary on the BibleComentario de Pett

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Introducción

La visi�n escatol�gica: YHWH establecer� y defender� a Jerusal�n y a Jud�, y producir� una fuente para el pecado y la inmundicia, y luego vendr� el fin cuando Dios triunfe (12-14)

AN�LISIS DEL CUARTO APARTADO.

Una caracter�stica destacada de esta secci�n final ( Zacar�as 12:1 a Zacar�as 14:21 ) es el uso de 'vendr�' y 'en ese d�a'. Estos ocurren de la siguiente manera;

� 'Y suceder� en ese d�a &mdash-' ( Zacar�as 12:3 ; Zacar�as 12:9 ; Zacar�as 13:2 ; Zacar�as 13:4 ; Zacar�as 14:6 ; Zacar�as 14:8 ; Zacar�as 14:13 ) .,

� 'En ese d�a &mdash-' ( Zacar�as 12:4 ; Zacar�as 12:6 ; Zacar�as 12:8 ; Zacar�as 12:11 ; Zacar�as 13:1 ; Zacar�as 14:9 ; Zacar�as 14:20 ).

� 'Suceder�' ( Zacar�as 13:3 ; Zacar�as 13:8 ; Zacar�as 14:16 ).

� 'He aqu� que viene un d�a de YHWH' ( Zacar�as 14:1 ).

Esto enfatiza que esta secci�n trata sobre un futuro que a�n est� por delante. Se notar� que sigue el pasaje en el que todos los planes de Dios se han frustrado porque la gente ha escuchado a los falsos pastores. Por lo tanto, sus promesas dadas anteriormente se han lanzado al futuro en lo que respecta a su cumplimiento completo. Y su cumplimiento solo tendr� lugar gracias a la intervenci�n directa del Gran Creador. Su gran y �ltimo plan se puede retrasar pero no se puede frustrar.

En esta secci�n no hay divisiones ling��sticas claras y, por lo tanto, nos queda dividir la secci�n en funci�n de los contenidos. Esto podr�a verse como sigue:

a Jerusal�n ser� una copa de tambaleo para las naciones ( Zacar�as 12:1 ).

b Dios derramar� bendici�n sobre Su pueblo y ellos mirar�n a quien hab�an tratado como un falso profeta (a M� a quien traspasaron) y se arrepentir�n y �l abrir� una fuente para el pecado y la inmundicia ( Zacar�as 12:10 a Zacar�as 13:1 ).

c El castigo que recaer� sobre los falsos profetas ( Zacar�as 13:2 ).

b El Pastor de Dios ser� herido y seguir� el castigo apropiado, pero resultar� en el refinamiento de Su pueblo para que digan 'YHWH es mi Dios' ( Zacar�as 13:7 ).

a Jerusal�n debe ser la fuente de salvaci�n para las naciones ( Zacar�as 14:1 ).

Tenga en cuenta que en 'a' Jerusal�n es un problema para las naciones, pero en el paralelo Jerusal�n se convierte en la fuente de salvaci�n para las naciones. En 'b' el profeta de Dios ha sido traspasado, lo que result� en arrepentimiento y limpieza, y en el paralelo, el Pastor de Dios fue herido, lo que result� en refinamiento. Centralmente en 'c' se expone el tipo de profec�a falsa que se ha opuesto a Zacar�as.

Versículo 1

La carga de la palabra de YHWH ( Zacar�as 12:1 a).

Zacar�as 12:1

'La carga de la palabra de YHWH acerca de Israel.'

Compare para esta idea Zacar�as 9:1 ; Malaqu�as 1:1 . Es interesante que la proclamaci�n de lo que har� YHWH se describa como 'concerniente a� Israel '. Sin embargo, el siguiente detalle se refiere a Jud� y Jerusal�n. Aqu� 'Israel' se usa as� para indicar a toda la naci�n.

Se han eliminado las divisiones ( Zacar�as 11:14 ). Claramente, Dios est� 'a punto de actuar'. (Para Zacar�as, las palabras 'Israel', Efra�n ',' Jos� ',' Jud� 'son hasta cierto punto intercambiables, todas refiri�ndose al pueblo de Dios).

Pero, �qu� era Israel? Debemos reconocer que no era solo una naci�n que comprend�a descendientes directos de los doce Patriarcas.� De hecho, nunca lo fue . Probablemente siempre estuvieron en minor�a. Era una naci�n conglomerada. Probablemente, la mayor parte de 'Israel' en Egipto consist�a en los descendientes de las 'familias' de los patriarcas ( �xodo 1:1 ) que habr�an incluido muchos sirvientes y esclavos de diferentes razas y or�genes.

Luego, en el �xodo, especial y espec�ficamente ( �xodo 12:38 ; �xodo 12:48 ), y a lo largo de su historia, pueblos de muchas naciones fueron adoptados en Israel y se convirtieron en 'verdaderos israelitas' sobre la base del pacto con YHWH, trazando su 'descenso' de regreso a los patriarcas.

Por lo tanto, Ur�as el hitita era casi con certeza 'un verdadero israelita' ( 2 Samuel 11:3 adelante). De hecho, cualquiera que estuviera dispuesto a entrar en ese pacto pod�a hacerlo renunciando a sus dioses y someti�ndose al Dios de Israel. Israel era una naci�n compuesta, pero su pueblo, de hecho, pronto se encontr� mirando hacia atr�s por adopci�n a su "descendencia" de los patriarcas.

Este patr�n continu� despu�s del exilio, aunque no sin restricciones estrictas. Continu� m�s tarde, cuando el testimonio de 'Israel', esparcido entre las naciones, impresion� a muchos gentiles que estaban convencidos por su ense�anza acerca del Dios �nico y apreciaban su elevado c�digo moral. Muchos de estos se convirtieron en 'pros�litos', entrando en el pacto siendo circuncidados y, cuando era posible, ofreciendo sacrificios (y en alg�n momento se introdujo un lavamiento ceremonial) y, te�ricamente, al menos entonces eran considerados israelitas plenos, aunque con ciertas restricciones.

Los matrimonios mixtos y el tiempo pronto los ver�an incorporados de manera m�s directa. Algunos de ellos se convirtieron en rabinos respetados. Otros, que no estaban dispuestos a ser circuncidados, pero que deseaban adorar al Dios de Israel y ser parte de la comunidad de Dios, fueron llamados temerosos de Dios. Pero en su caso, los jud�os no los vieron como miembros de pleno derecho de Israel.

Adem�s, bajo Juan Hircano, el resto de Edom se vio obligado a circuncidarse y convertirse en jud�os, y lo mismo sucedi� con los habitantes gentiles de Galilea. Es bastante claro entonces que hablar de Israel como los descendientes de Abraham es la principal ilusi�n. Aquellos que realmente consideraron que pod�an probar que eran verdaderos descendientes de Abraham, en realidad se ve�an a s� mismos como superiores.

Y seg�n el Nuevo Testamento, desde el momento en que el Esp�ritu Santo vino en Pentecost�s, los 'verdaderos jud�os', que cre�an en el Mes�as, formaron el nuevo Israel, y muchos se reunieron en ese verdadero Israel de todo el mundo, para el nuevo Israel. De hecho, la iglesia fue declarada como 'el Israel de Dios' ( G�latas 6:16 ), los gentiles convertidos fueron injertados en el verdadero pueblo de Dios ( Romanos 11:17 ; compare Efesios 2:11 ; 1 Pedro 2:5 ).

Pero la diferencia era que esto ahora se basaba en que el Mes�as hab�a venido, hab�a sido crucificado como ofrenda por el pecado y hab�a resucitado. Aqu� estaba la nueva Jerusal�n, el nuevo pueblo de Dios.

De hecho, de esto se trataba el argumento sobre la circuncisi�n en la iglesia. �Podr�an los cristianos convertirse en miembros del verdadero Israel sin estar circuncidados? ( Hechos 15:5 ). Pablo argument� fuertemente que la circuncisi�n ya no era necesaria, y que lo que importaba era la circuncisi�n del coraz�n ( Romanos 2:29 ; Filipenses 3:3 ; Colosenses 2:11 ; Efesios Zacar�as 2:11 ), porque fueron circuncidados con el circuncisi�n de Cristo ( Colosenses 2:11 ), y por lo tanto eran verdaderos israelitas.

Y esto al final se convirti� en la norma establecida, confirmada oficialmente por los Ap�stoles ( Hechos 15:6 ) a trav�s del Esp�ritu Santo ( Hechos 15:28 ).

As�, la firme ense�anza de la iglesia primitiva y del Nuevo Testamento es que los cristianos al recibir el Esp�ritu y ser bautizados se convierten en miembros plenos del verdadero Israel, heredando todas las promesas de Dios hechas a Israel ( Efesios 2:11 ; G�latas 3:7 ; G�latas 3:28 con G�latas 6:16 ). Fueron "injertados".

Tambi�n cre�an que aquellos miembros de Israel que no responder�an a Cristo como su Mes�as dejaron de ser miembros del verdadero Israel y fueron cortados ( Romanos 11:15 ). Ya no eran parte del verdadero Israel ( Romanos 9:6 ). Escatol�gicamente, la verdadera iglesia de Cristo se convirti� as� en realidad en el nuevo Israel, el nuevo Jud�, la nueva Si�n, la nueva Jerusal�n como se concibi� en las ense�anzas de los profetas.

Con estas cosas en mente, consideremos las palabras que tenemos ante nosotros. �Cu�l es la carga sobre el verdadero Israel?

Versículos 1-9

El futuro inicial de Jerusal�n ( Zacar�as 12:1 )

Zacar�as 12:1

'As� dice YHWH, quien extiende los cielos y pone los cimientos de la tierra, y forma el esp�ritu del hombre dentro de �l.'

Estas palabras enfatizan la grandeza y la maravilla de lo que va a suceder. Es el gran Creador quien est� a punto de actuar. Nos recuerdan a Isa�as 42:5 . All� YHWH Dios 'ha creado los cielos y los ha extendido, ha extendido la tierra' y 'da aliento a la gente y esp�ritu a los que caminan en ella', de modo que en Isa�as 51:13 (comparar Isa�as 48:13 ) es 'YHWH tu Hacedor' quien 'extendi� los cielos y puso los cimientos de la tierra'. Por lo tanto, el pensamiento es de YHWH como creador de los cielos y la tierra, y del esp�ritu del hombre, la vida dentro de �l. Describe la actividad del Onw, quien es la fuente de todo lo que es.

Esto enfatiza la grandeza de YHWH y explica por qu� �l puede hacer lo que sigue. Nadie m�s podr�a hacerlo sino este Gran Creador. (Es dif�cil evitar la sugerencia de que Zacar�as haya le�do o escuchado estas palabras de Isa�as).

Zacar�as 12:2

"He aqu�, har� de Jerusal�n una copa de tambaleo para todos los pueblos de alrededor, y tambi�n sobre Jud� en el sitio de Jerusal�n".

La futura Jerusal�n es la primera en ser una 'copa de tambaleo'. Antes de que pueda ser una bendici�n, primero debe ser una fuente de juicio para todos los que est�n fuera de ella y entran en conflicto con ella. Cuando vienen a tratar de "beber", deben tambalearse antes de hacerlo. Y esto se aplica no solo a sus enemigos y a quienes la sitian, sino tambi�n a Jud�, a quienes se consideran parte del "pueblo de Dios". En realidad, esto fue necesariamente as�.

Cada vez que Jerusal�n estaba sitiada, Jud� ten�a que llevar la peor parte (compare las palabras de Senaquerib, 'Yo siti� y tom� cuarenta y seis ciudades de Jud�, y encerr� a Ezequ�as como un p�jaro enjaulado en Jerusal�n'). As� que la investidura de Jerusal�n signific� sufrimiento para los de Jud� que no se hab�an refugiado en Jerusal�n, as� como para todos los involucrados.

Ahora, como hemos sugerido anteriormente, este impacto de Jerusal�n exige primero el hecho de que Nehem�as la establezca en el futuro. La Jerusal�n de los d�as de Zacar�as no pudo haber tenido este impacto, ni habr�a sido sitiada de ninguna manera a gran escala. Primero ten�a que volverse importante. Entonces, incluso en esta imagen, Dios est� prometiendo un futuro para Jerusal�n, cuando bajo Nehem�as volver�a a convertirse en una ciudad gobernante, un futuro que tendr�a un impacto en la historia mundial y un impacto que incluir�a el juicio sobre las naciones y el asedio de Jerusal�n.

Este fue el significado inicial de la visi�n de Zacar�as, una Jerusal�n lo suficientemente grande y establecida para causar un impacto. Era la esperanza de Israel, pero como esperanza, nunca podr�a finalmente realizarse en la tierra porque en la tierra estaba poblada de pecadores.

Tenga en cuenta que esto se describe como relativamente local, "la gente de los alrededores". No es universal. Entonces, aunque la futura Jerusal�n se convertir� en una bendici�n y un trampol�n en los prop�sitos de Dios, como se indica m�s adelante, no ser� as� al principio. Al principio ser� una piedra de tropiezo para todos porque los corazones de los hombres no est�n bien con Dios. As�, los hombres se tambalear�n al principio ante Jerusal�n. Y ciertamente lo hicieron en los d�as de Nehem�as.

Adem�s, puede ser que tengamos que recordarnos a nosotros mismos aqu� que la Escritura concibe un asedio y destrucci�n venideros de Jerusal�n. En Daniel 9:26 tal destrucci�n est� relacionada con la muerte del Mes�as. Entonces aprendemos que no solo el futuro de Jerusal�n es algo sombr�o, sino tambi�n el del Mes�as.

En el sitio de Jerusal�n. Es decir, en el tiempo y como consecuencia del sitio de Jerusal�n.

Pero adem�s de ser una imagen de la Jerusal�n de entonces, tambi�n es una imagen del pueblo de Dios en todo momento. El mundo enemigo vendr� contra ellos, incluso los llamados cristianos que se han 'quedado fuera de los muros' (no han experimentado verdaderamente el Esp�ritu), y retroceder�n porque Dios proteger� a su pueblo.

Zacar�as 12:3

Y suceder� en ese d�a que convertir� a Jerusal�n en piedra de carga para todos los pueblos. Todos los que se cargan con �l ser�n lacerados, y todas las naciones de la tierra se juntar�n contra �l. '

'En ese dia.' Es decir, el d�a en que Jerusal�n se convierta en una copa de tambaleo. De este modo se enfatizan los efectos. Su ciudad, Su pueblo, que estaban destinados a ser una bendici�n, se convertir�n en una piedra pesada, algo dif�cil de llevar. El mundo est� siempre en conflicto contra Dios y eso se resume en su actitud hacia Jerusal�n entonces y el pueblo de Dios ahora. Debido al rechazo del ideal que representaba, solo podr�a resultar en 'tambaleo' para las naciones y para el propio pueblo de Jud�. En lugar de ser una bendici�n, ser�a una carga para ellos. Ser�n lacerados por eso.

Nota sobre Jerusal�n.

La historia de Jerusal�n ser�a siempre una historia de problemas, y Jerusal�n era ciertamente una espina de la carne para aquellos que buscaban conquistarla y controlarla desde ese momento en adelante, ya fueran griegos o romanos, sarracenos o cristianos formales, tal como lo hab�a hecho. sido para Israel. Y esto surgi� en parte de los fuertes sentimientos que evocaba, y en parte de la mala interpretaci�n del hombre de lo que estaba destinado a ser.

Todav�a contin�a as� hoy. Anhelado por el juda�smo, codiciado por los musulmanes, es un centro de conflicto y un destructor de la paz, porque ambos ven a Jerusal�n bajo la luz equivocada. Ven una ciudad en el centro de una fe terrenal, una fe que los hace luchar, matar y odiar. No ven que la verdadera Jerusal�n es ahora una ciudad celestial, representada en la tierra por sus ciudadanos que est�n en paz y salvan la vida y el amor, y ya no est�n conectados con las piedras y el mortero del monte Si�n ( Filipenses 3:20 ). La fe de jud�os y musulmanes sigue siendo mundana, mientras que la verdadera Jerusal�n est� por encima.

Y esta situaci�n se extendi� como resultado de la muerte del Mes�as, pues entonces adquiri� un significado expandido. Como sabemos, su historia desde el a�o 70 d.C. en adelante estuvo plagada de problemas, y muchas naciones sufrieron por el contacto con �l, incluidos romanos, persas, cruzados y �rabes. En lugar de ser la bendici�n para el mundo que deber�a haber sido, se hab�a convertido en una carga dif�cil de llevar, una maldici�n. La Jerusal�n terrenal estaba en esclavitud con sus hijos ( G�latas 4:25 ).

Porque una vez que Jesucristo hab�a sido crucificado y Su mensaje y salvaci�n hab�an salido al mundo, la Jerusal�n terrenal hab�a dejado de importar. Era un cascar�n vac�o en el que se reun�an todas las peores ideas de las religiones del mundo. Se convirti� en un centro para todos aquellos cuya religi�n carec�a de verdadera espiritualidad, por el que los hombres deb�an luchar, contradiciendo todo lo que representaba.

Porque la verdad es que si bien Jerusal�n hab�a representado originalmente el centro establecido de la adoraci�n del Dios verdadero, el lugar donde Dios se hab�a encontrado y se encontrar�a con el hombre si se arrepintiera, al final se convirti� en el lugar donde Su Hijo fue crucificado. y sin embargo de donde sali� el mensaje del reino espiritual de Dios ( Isa�as 2:3 ).

Pero la idea de Jerusal�n se elev� al cielo con �l, porque encarn� todo lo que representaba. Se convirti� en la 'Jerusal�n que est� arriba' ( G�latas 4:26 ). Este fue el �xito de Jerusal�n. Pero en todo lo dem�s fall� debido a la ceguera y dureza de coraz�n del hombre. Ahora es solo un memorial de �l para algunos, y una carga religiosa continua para otros.

As� que para los jud�os se convirti� en una superstici�n. Para sus enemigos, era el centro de la religi�n de los jud�os. Por tanto, todos los que procuraron despojarla se estaban poniendo deliberadamente en enemistad con el Dios de Israel. Y cualquiera que sea la profesi�n exterior, la conquista de Jerusal�n fue al final, en todo momento, para la propia ganancia y gloria de los hombres, para el cumplimiento de la superstici�n o el logro de la venganza. Por lo tanto, la encontraron como una piedra pesada y sufrieron por ella, y finalmente fueron aplastados sobre ella.

Pero, como Jerem�as y Ezequiel hab�an aclarado previamente, ninguna de las promesas hab�a significado que la ciudad f�sica de Jerusal�n con su Templo fuera inviolable. Fue solo cuando la gente estaba en un estado de obediencia al pacto que eso se aplic� ( 2 Reyes 19:34 ). As� hubo la primera destrucci�n de ella bajo Nabucodonosor seguida por el exilio; as� estaban las actividades de Ant�oco Ep�fanes cuando el Templo fue profanado ciento cincuenta a�os antes del tiempo de Cristo; y as�, siglos despu�s de Zacar�as, vino la destrucci�n de Jerusal�n y el Templo por Tito treinta o m�s a�os despu�s de la muerte de Jes�s.

Esto ser�a seguido por su mayor devastaci�n cuando Bar Kojba se rebel� contra los romanos y su reconstrucci�n como una ciudad pagana, con todos los jud�os excluidos de ella en el 132 d.C., una posici�n invertida solo en la �poca de Constantino (principios del siglo IV d.C.). Y ha sufrido muchas veces desde entonces. Y Apocalipsis 11 describe en los �ltimos d�as como otra Sodoma y otro Egipto, un enemigo del pueblo de Dios (sin nombrarlo).

Pero esta no es la gloriosa Jerusal�n de los profetas. Eso est� compuesto por el verdadero pueblo de Dios.

Fin de la nota.

"Todas las naciones de la tierra se juntar�n contra �l". Compare Apocalipsis 20:9 donde tal idea est� relacionada con 'el campamento de los santos (el pueblo de Dios)'. Es la Jerusal�n que representa al pueblo de Dios, que es un im�n para los pueblos del mundo y que lleva la peor parte de su odio. El pueblo de Dios ha sido objeto regularmente de ese odio a lo largo de la historia.

As� que 'los �ltimos d�as' tambi�n est�n en mente aqu�, porque la reuni�n de las naciones contra el pueblo de Dios en los �ltimos d�as es una caracter�stica habitual de los profetas, aunque no todas las profec�as deben limitarse a eso, como hemos visto. Pero al decir esto debemos reconocer lo que las Escrituras quieren decir con 'los �ltimos d�as'. Debemos recordar que los escritores del Nuevo Testamento declararon� que 'los �ltimos d�as', los d�as del Mes�as, ya hab�an llegado en su tiempo ( Hechos 2:16 en contexto; 1 Corintios 10:11 ; Hebreos 1:2 ; Heb 9: 26-28 ; 1 Pedro 1:10 ; 1 Pedro 1:20 ; 1 Pedro 4:7 ). �Entonces, el hecho es que ahora estamos en medio de 'los �ltimos d�as', no viviendo antes de ellos.

No hab�a ninguna raz�n para que todas las naciones se reunieran contra Jerusal�n a menos que simbolizara algo mucho m�s grande que la mera capital de un pa�s peque�o. Jerusal�n hab�a llegado a simbolizar una idea, la idea de todo el pueblo de Dios, la 'Jerusal�n celestial' de G�latas 4:26 , la Jerusal�n no esclavizada.

Nota sobre la Jerusal�n en esclavitud.

En G�latas 4:25 Pablo distingue la Jerusal�n en esclavitud de la Jerusal�n libre. Uno es como Agar, el otro como Sara. Uno, la Jerusal�n terrenal, el otro, el pueblo de Dios, la Jerusal�n celestial.

Para los jud�os, la Jerusal�n terrenal sigue siendo un testimonio del Dios del pacto, un pacto que esperan que alg�n d�a se renueve. Es el lugar donde est�n sus corazones, raz�n por la cual la gente misma podr�a llamarse 'Si�n'. Cre�an que solo en la Jerusal�n terrenal podr�an experimentar finalmente la gloria del Reino de Dios venidero.

Para el cristiano lleg� a representar el testimonio espiritual de Dios en el mundo porque fue all� donde Cristo muri� y resucit�. Y debido a esto se convirti� para muchos en un lugar sagrado. Pero luego se convirti� en un lugar de superstici�n. Muchos olvidaron que Cristo hab�a resucitado y se hab�a ido y que todo lo que hab�a all� era un sepulcro vac�o, que la Jerusal�n ideal prof�tica ya no estaba en la tierra. As� Jerusal�n se convirti� en esclavitud.

Y para el Islam representa un testimonio de Dios como el lugar donde, en su opini�n, Abraham, su antepasado, estaba dispuesto a sacrificar a su hijo. Para todos es "un lugar santo", un v�vido recordatorio de la actividad de Dios en el mundo. Y es la fuente de muchas cosas diab�licas. Es Jerusal�n rechazada y en servidumbre.

Como siempre, cuando hay gente involucrada, la reverencia se dirige regularmente en la direcci�n equivocada. Reverencian el lugar en lugar de la idea. As� luchan, discuten y saquean, pelean por un poco de tierra, sin reconocer que era al Dios de Jerusal�n en las alturas y sus demandas y exigencias a las que deb�an acudir.

Hoy los jud�os y los �rabes e incluso los llamados cristianos todav�a luchan por ello. Pero a los ojos de Dios ha sido desplazado por Su pueblo Sion, el verdadero pueblo de Dios que est� esparcido por todo el mundo.

Fin de la nota.

Y as�, escatol�gicamente, las naciones reunidas contra Jerusal�n significa que est�n reunidas contra el pueblo de Dios, contra Su revelaci�n de s� mismo en el mundo, aqu� simbolizado por Jerusal�n, pero incluyendo a Sus hijos dondequiera que est�n. Est�n en contra del pueblo de Dios. Porque, como revela Apocalipsis, es Su verdadero pueblo el que es la nueva Jerusal�n y al final es contra ellos que se reunir�n las naciones del mundo. (Vea nuestro comentario sobre Apocalipsis 19-21.)

Zacar�as 12:4

�En aquel d�a,� dice YHWH, �herir� a todo caballo con asombro, ya su jinete con locura, y abrir� mis ojos sobre la casa de Jud� y herir� a todo caballo de los pueblos con ceguera. Y los jefes de Jud� dir�n en su coraz�n: "Los habitantes de Jerusal�n son mi fuerza en YHWH de los ej�rcitos su Dios".

En el an�lisis final, los enemigos de Jerusal�n quedar�n indefensos. Y hubo momentos en que esto sucedi� con la antigua Jerusal�n. Jerusal�n sobrevivi� a la invasi�n varias veces. Pero esta v�vida imagen realmente nos dice que el mundo es impotente contra su pueblo. Porque nadie puede finalmente oponerse al pueblo de Dios viejo o nuevo. Note el contraste.� Los ojos de YHWH �estar�n abiertos sobre 'Jud�' mientras que, como resultado,� los ojos de los caballos de sus enemigos �estar�n cegados. Confiaron en sus caballos (en otras palabras, cosas materiales) que solo pod�an fallarles, el pueblo de Dios debe confiar en YHWH Quien ve.

'Los ojos de YHWH se abrir�n sobre Jud�'. Esto indica la protecci�n de Dios de su pueblo y se puede ver a la luz del establecimiento del Nuevo Pacto prometido por Jerem�as ( Jeremias 31:31 ) cuando se derramar� el Esp�ritu de gracia y de s�plica ( Zacar�as 12:10 ). .

Ocurri� especialmente en la venida de Juan el Bautista y de Jes�s mismo cuando �l se ofreci� a Su pueblo y muchos respondieron a trav�s del Esp�ritu, y hay alguna raz�n para creer que antes de la segunda venida de Cristo se promete un per�odo adicional de derramamiento del Esp�ritu. , con conversiones generalizadas y renovaci�n del 'pueblo de Dios' terrenal.

"Los habitantes de Jerusal�n son mi fuerza en YHWH de los ej�rcitos su Dios". Jud� ahora no mirar� a sus caballos sino a los 'habitantes de Jerusal�n' como ellos mismos fortalecidos por YHWH de los ej�rcitos, su Dios. Es importante ver aqu� que la referencia a Jerusal�n se define como el significado de� los habitantes de Jerusal�n con el poder de YHWH. �Aqu� claramente, incluso a los ojos de Zacar�as, tenemos una Jerusal�n idealizada, una Jerusal�n espiritual, una Jerusal�n que es "de otro mundo", una Jerusal�n que es trascendente. (Es dif�cil pensar en el pueblo de Jud� describiendo a los habitantes de Jerusal�n como su fuerza en YHWH de otra manera).

'Jud�', siendo tomado por Dios bajo su mirada y respondiendo a la verdad simbolizada por Jerusal�n, representa aqu� el resurgimiento de algunos del pueblo de Dios. Y el Nuevo Testamento aclara qu� era este Jud�. Inicialmente, en la venida de Cristo, la palabra de Dios sali� a Galilea, lejos de Jerusal�n. Y se convirti� en el nuevo Israel que se encontr� en la verdadera iglesia, fundada por el Mes�as jud�o mismo, edificada sobre los Ap�stoles jud�os, establecida primero por Su ministerio en toda Palestina, concentr�ndose en Jerusal�n, llegando al mundo con Jerusal�n como centro. , y finalmente convertirse en un 'Israel de Dios' mundial, el Templo viviente de Dios y el centro de Su adoraci�n.

Sus miembros se incorporan a Israel y forman el nuevo Templo ( Juan 4:21 ; G�latas 6:16 ; Romanos 11:17 ; Efesios 2:20 ). Entonces ser�n ellos los que gozar�n de la protecci�n de Dios.

Y el pueblo de Dios ciertamente mir� a los que habitaban en Jerusal�n, que salieron al mundo con el Evangelio y disfrutaron de la protecci�n de sus enemigos y experimentaron la bendici�n de Dios, que representa todo lo que representaba 'Jerusal�n'. As�, el profeta ve correctamente a Jerusal�n como la fuente de la verdad de Dios y prev� su gran impacto para bien en el mundo.

Zacar�as 12:6

En aquel d�a pondr� a los jefes de Jud� como olla de fuego entre le�a, y como antorcha de fuego entre gavillas, y devorar�n a todos los pueblos de alrededor, a la derecha y a la izquierda, y Jerusal�n ser� habita de nuevo en su propio lugar, incluso en Jerusal�n.

El cuadro del triunfo del pueblo de Dios contin�a. La olla de fuego, colocada entre le�a como un encendedor, enciende la le�a; la antorcha encendida, puesta a las gavillas, las prende fuego. Por tanto, su pueblo es inexpugnable. Todos los que busquen atacarlos se sentir�n inc�modos y se los tratar� con severidad. Encontrar�n m�s que sus dedos quemados.

'Jerusal�n volver� a habitar en su propio lugar, en Jerusal�n'. Aqu� tenemos un juego con el nombre de Jerusal�n. La 'Jerusal�n' que va a 'habitar en Jerusal�n' debe significar pueblo, como Sion significa pueblo en Zacar�as 2:7 . Por lo tanto, tenemos la confirmaci�n de que 'Jerusal�n', como 'Si�n', puede significar el pueblo que representa. Y aunque estaban lejos de Jerusal�n, volver�an a casa seguros y protegidos. Y los que eran leales entre ellos se convirtieron en el fundamento de la obra del Mes�as.

As�, el profeta est� declarando que Jerusal�n volver� a ser 'verdadera' ( Zacar�as 8:3 ), se convertir� en la ciudad de la verdad. Y esto fue as� cuando Jes�s y sus disc�pulos y muchos con �l ocuparon su lugar en Jerusal�n, convirti�ndola en el centro desde el cual el Evangelio fluir�a al mundo. Por eso no pudo ser que pereciera fuera de Jerusal�n ( Lucas 13:33 compare con Mateo 16:21 ; Lucas 9:51 ).

Y, como vemos en nuestros d�as la reuni�n de los jud�os en Jerusal�n, y entre ellos como siempre el remanente, el verdadero pueblo de Dios, los cristianos hebreos genuinos, es posible que a�n haya un lugar prominente para la Jerusal�n f�sica. en los prop�sitos de Dios. Porque Dios tiene su propia manera de sorprendernos. Pero si es as�, solo ser� como responde a Jesucristo.

Zacar�as 12:7

'En aquel d�a YHWH salvar� primero las tiendas de Jud�, para que la gloria de la casa de David y la gloria de los moradores de Jerusal�n no sea engrandecida sobre Jud�.'

'Tambi�n salvar� primero las tiendas de Jud�'. El impacto de Jes�s el Mes�as fue primero fuera de Jerusal�n. Su ministerio, aunque tocaba a Jerusal�n, estaba principalmente en Judea y Galilea. Fue all� donde tuvo Su ministerio m�s fruct�fero. S�lo entonces avanz�, por as� decirlo, sobre Jerusal�n y, a trav�s de sus ap�stoles, la convirti� en el centro de su ministerio. Dios no quer�a que Jerusal�n se convirtiera en una ciudad por encima de s� misma. Su prop�sito era la obra de Dios a trav�s de �l, no para su propia gloria.

Hay un cumplimiento notable de esto en que los que estaban fuera de Jerusal�n respondieron a Jesucristo en multitudes, mientras que sus hermanos y parientes (la casa de David) y los miembros de Jerusal�n estaban un poco atr�s.

Zacar�as 12:8

'En ese d�a YHWH defender� a los moradores de Jerusal�n, y el que entre ellos sea d�bil en ese d�a ser� como David, y la casa de David ser� como Dios, como el �ngel de YHWH delante de ellos.'

Esta magn�fica imagen volvi� a encontrar su verdad en la venida de Cristo. Los que vivieron en ese d�a pensaron al principio que hab�an acabado con este desali�ado grupo de hombres encabezados por su infame maestro. Pero Dios los defendi� y los hizo como David, fuertes, eficaces e irresistibles. Y el que los gui� fue visto como 'como Dios, como el �ngel de YHWH', porque eso es lo que �l era.

Zacar�as 12:9

'Y suceder� en ese d�a que buscar� destruir a todas las naciones que vienen contra Jerusal�n'.

Dios promete que cuando haya establecido a su pueblo, centrado en la 'ciudad de la verdad', los proteger� de todas las naciones. Puede que est�n maltratados, pero quedan bajo Su protecci�n. En las palabras de Jes�s, �ser�s odiado por todos por causa de mi nombre, y ni un cabello de tu cabeza perecer� ( Lucas 21:17 ).

Pero 'los �ltimos d�as' finalmente terminar�n en juicio. As�, el juicio se describe regularmente en las Escrituras como una �ltima gran batalla contra el pueblo de Dios. Ver especialmente para este Apocalipsis 19:11 . Aqu�, entonces, Dios est� declarando su juicio sobre todos aquellos que se oponen a lo que representa la Jerusal�n ideal y el verdadero pueblo de Dios, encabezado por el rey mesi�nico. Los tales enfrentar�n el juicio final de Dios.

A ojos prof�ticos, las naciones se oponen a 'Jerusal�n' por lo que es, el s�mbolo de la morada de Dios, el centro del pueblo de Dios y la fuente de la verdad de Dios. Vienen como enemigos de Dios y est�n bajo el juicio de Dios. En �ltima instancia, el cumplimiento de esto no requiere una invasi�n f�sica de Jerusal�n, aunque ese tambi�n puede ser el caso. Solo requiere enemistad contra el Dios de Jerusal�n y su pueblo.

Como ocurre tan a menudo en las Escrituras, debemos ver un cumplimiento literal y espiritual. Jerusal�n fue establecida, y las naciones del mundo vinieron contra ella, y en ocasiones fue liberada de manera asombrosa. Pero el significado m�s profundo de esto radica en Sion como el pueblo de Dios.

Versículos 1-10

El futuro de la casa de David y los moradores de Jerusal�n, el siervo traspasado, el esp�ritu derramado, la superaci�n de la profec�a, los fuegos del refinamiento ( Zacar�as 12:1 a Zacar�as 13:9 ).

Las experiencias de Zacar�as, como se describi� anteriormente, le han demostrado que el tiempo presente no producir� la esperada edad de oro del gobierno de Dios. El sue�o de las ocho visiones ( Zacar�as 1:7 a Zacar�as 6:15 ) que hab�a prometido tanto de un Israel purificado sobre quien gobernar�a la Rama, parece haberse vuelto amargo.

En lugar de establecerse un Israel sobre el que reina el pastor de Ezequiel ( Ezequiel 37:15 ), ha terminado en manos de falsos pastores ( Zacar�as 11:4 ). Es posible que sus pensamientos se hayan vuelto entonces a las palabras de Isa�as que describen al Siervo Sufriente que viene ( Isa�as 50:4 ; Isa�as 52:13 a Isa�as 53:12 ), por haber sido �l mismo rechazado y valorado en treinta piezas de plata que prev�. la venida de un Gran Profeta y Pastor que contrastar� con los falsos profetas, pero que enfrentar� el rechazo y el sufrimiento como �l mismo.

De modo que reconoce que el futuro de Jerusal�n, como una imagen del pueblo de Dios, debe ser primero uno de ayes antes de que se revele la gloria de Dios. La tragedia debe preceder al triunfo.

Su descripci�n del futuro de 'Jerusal�n' se describe ahora. Se notar� que asume primero el establecimiento venidero de Jerusal�n como un centro pol�tico independiente bajo Nehem�as por la misma naturaleza de lo que se describe. Sin eso, nunca podr�a tener la prominencia que sugiere esta imagen. (En la �poca de Zacar�as todav�a era un grupo de edificios sin paredes).

Luego reconoce brevemente su futuro accidentado. Y finalmente conduce a su futuro como el lugar desde el cual la salvaci�n estar� disponible para el mundo y a su experiencia final de la bendici�n de Dios ( Zacar�as 14:3 ). As�, como en gran parte de la profec�a, contiene una visi�n cercana y una lejana. Lo que est� profetizado se aplicar� a lo largo de la historia, pero culminar� en la actividad de los �ltimos d�as antes del establecimiento final del gobierno de Dios.

La profec�a se da necesariamente en terminolog�a simb�lica, porque el trasfondo necesario para presentarla como se presenta en el Nuevo Testamento estaba ausente. El profeta habl�, en t�rminos que �l sab�a, de lo que de hecho estaba m�s all� de su comprensi�n. �C�mo podr�a visualizar una iglesia mundial? M�s bien vio en Jerusal�n como representaci�n del pueblo reunido de Dios lo que nosotros consideramos como 'la iglesia de Dios' rodeada por el mundo.

Y debemos notar que en ese momento era la iglesia de Dios, Su 'congregaci�n'. Solo pod�a hablar necesariamente en t�rminos limitados, porque el plan completo de Dios habr�a sido incomprensible, tanto para �l como para la gente. Pero �l conoc�a los hechos centrales, que habr�a sufrimiento antes del triunfo, que al final el pueblo de Dios alcanzar�a la victoria, la seguridad y la seguridad y que vendr�a el Rey que establecer�a el reino de Dios.

Pero, �qu� representa la palabra 'Jerusal�n' en estas profec�as escatol�gicas? En la vista cercana es la ciudad, pero es la ciudad vista como el centro del pueblo de Dios. Como hemos visto anteriormente, la ciudad representa al pueblo de Dios ( Zacar�as 2:7 ). Cuando los hombres se reunieron contra 'Jerusal�n', se estaban reuniendo contra todos los que entonces representaban a Dios, los que, por as� decirlo, se hab�an unido para restablecer el Reino Real de Dios.

Por lo tanto, no es solo la ciudad como era en s� misma lo que est� en la mente, porque eso est� constantemente bajo la condenaci�n de los profetas. Es m�s bien la idea que hay detr�s, la idea de la Jerusal�n ideal como lugar de reuni�n del pueblo de Dios. Es Jerusal�n como el centro ideal de la verdadera adoraci�n de Dios (comparar Isa�as 2:2 ), y se considera que 'los que habitan en ella' representan a todos los que lo adoran y obedecen verdaderamente.

Es el lugar desde donde, a trav�s de su gente, la verdad de Dios saldr� al mundo ( Miqueas 4:2 ; Isa�as 2:3 ; Isa�as 62:1 ). Es el lugar desde el cual Dios 'rugir�' y dar� su voz cuando traiga juicio sobre las naciones ( Joel 3:16 ; Miqueas 1:2 ).

Reemplaza el arca del pacto como el trono de Dios ( Jeremias 3:16 ), hasta que ese trono sea elevado al cielo en la resurrecci�n de Cristo. Es el lugar desde el cual Dios mismo establecer� Su reino ( Isa�as 24:23 ). Entonces, unidos a Jerusal�n hay pensamientos que la trascienden mucho, de modo que al final ella misma es trascendida.

Que esto es as� en Zacar�as se manifiesta en lo que vimos anteriormente, que 'Si�n', que a menudo era sin�nimo de Jerusal�n, que fue construida en parte en el monte Si�n, tambi�n podr�a usarse como una descripci�n del pueblo de Dios lejos de Jerusal�n. ( Zacar�as 2:7 ). Estaba claro entonces que la gente representaba a la ciudad incluso cuando estaba lejos. En otras palabras, en un sentido muy real, Jerusal�n, Si�n, es 'el pueblo de Dios' dondequiera que est�n.

Que existe esta diferencia se enfatiza nuevamente en Zacar�as 12:6 donde �l dice, 'Jerusal�n a�n morar� en su propio lugar, incluso Jerusal�n'. Aqu� la primera 'Jerusal�n' inicialmente representa a Su pueblo como los verdaderos adoradores de Dios, dondequiera que est�n, que han estado fuera, pero ahora regresar�n a casa. Y son necesariamente un pueblo simb�lico, ya que ninguno de los que realmente hubiera vivido en Jerusal�n estar�a necesariamente vivo para entonces. Por tanto, no est� pensando aqu� en cualquiera que viva en Jerusal�n. Est� pensando en el verdadero pueblo de Dios que ha regresado, la Jerusal�n que regresa a Jerusal�n.

Estas distinciones se enfatizan y amplifican en el Nuevo Testamento donde se enfatiza el aspecto celestial de Jerusal�n. Porque Pablo distingue la Jerusal�n 'que est� en servidumbre', la ciudad terrenal, de la Jerusal�n 'que est� arriba' ( G�latas 4:25 ), la Jerusal�n celestial, al se�alar que los cristianos son los 'hijos de la promesa' ( G�latas 4:28 ).

Son la verdadera Jerusal�n. Y Hebreos habla del "monte Si�n" como "la ciudad del Dios viviente, la Jerusal�n celestial" ( Hebreos 12:22 ). Esto conduce a la visi�n de la nueva Jerusal�n, cuya fuente es del Cielo, en 'la nueva tierra' ( Apocalipsis 21:2 ; Apocalipsis 21:10 ) y nuevamente representa a todo el pueblo de Dios.

As� que en todo esto es la idea que est� detr�s de Jerusal�n lo que prevalece, no la ciudad de Jerusal�n misma. (Compare el uso similar en muchas referencias en Isa�as donde est� la Jerusal�n / Si�n que es la ciudad de Dios en contraste con 'la ciudad del mundo', la futura Jerusal�n gloriosa, que tiene conexiones eternas y ser� parte del reino eterno. Ver Isa�as 1:27 ; Isa�as 4:3 ; Isa�as 12:6 ; Isa�as 18:7 ; Isa�as 24:23 ; Isa�as 26:1 ; Isa�as 28:16 ; Isa�as 30:19 ; Isa�as 33:5 ; Isa�as 33:20 ; Isa�as 35:10 ; Isa�as 46:13 ; Isa�as 51:3 ; Isa�as 51:11 ; Isa�as 51:16 ; Isa�as 52:1 ; Isa�as 59:20 ; Isa�as 60:14 ; Isa�as 61:3 ; Isa�as 62:1 ; Isa�as 62:11 ; Isa�as 65:18 ; Isa�as 66:10 ; Isa�as 66:13 ; Isa�as 66:20 ).

Y una vez que llegamos al Nuevo Testamento, Jerusal�n no es tanto una ciudad como una idea, una idea estrechamente alineada con la idea del pueblo de Dios. La antigua Jerusal�n terrenal tiene que ser destruida, y la Jerusal�n real es la celestial con la que Su pueblo est� conectado ( G�latas 4:25 ). Y eso es lo que Zacar�as tiene en mente cuando piensa en 'Jerusal�n'.

Adem�s, Pedro tambi�n enfatiza la naturaleza espiritual de 'Sion' cuando habla de la iglesia de Dios como piedras vivas en el nuevo Templo que es Su iglesia, construido sobre la principal piedra del �ngulo y nota que est� colocada 'en Sion' ( 1 Pedro 2:4 basado en Isa�as 28:16 ).

Es cierto que los propios profetas vieron sus profec�as necesariamente relacionadas con una "Jerusal�n f�sica". Para ellos, el pueblo de Dios y Jerusal�n estaban muy identificados. Pero especialmente en el caso de Isa�as, fue en gran medida una Jerusal�n escatol�gica. Sus descripciones de la misma superan con creces cualquier posible concepci�n de una ciudad terrenal. Para �l, Jerusal�n / Si�n es sin�nimo de pueblo de Dios ('nosotros, la hija de Si�n' - Isa�as 1:9 ); ser� purificado por la remoci�n de la inmundicia de la hija de Sion - Isa�as 4:4 ; representa a 'los habitantes de Jerusal�n' - Isa�as 5:3 ; Isa�as 8:14 ; Isa�as 22:21 ; Isa�as 28:14 ; Isa�as 30:19; es levantarse y vestirse de hermosura - Isa�as 52:2 ; es un lugar de regocijo donde ya no se oye el llanto ( Isa�as 65:18 ); y es de Jerusal�n / Sion con su Templo exaltado y sobrenatural, que el mensaje de Dios saldr� al mundo ( Isa�as 2:4 ; Isa�as 62:6 ).

Es la Jerusal�n / Si�n que es la ciudad de Dios en contraste con la ciudad del mundo. Es la futura Jerusal�n gloriosa, que tiene conexiones eternas y ser� parte del reino eterno ( Isa�as 1:27 ; Isa�as 4:3 ; Isa�as 12:6 ; Isa�as 18:7 ; Isa�as 24:23 ; Isa�as 26:1 ; Isa�as 28:16 ; Isa�as 30:19 ; Isa�as 33:5 ; Isa�as 33:20 ; Isa�as 35:10 ; Isa�as 46:13 ; Isa�as 51:3 ; Isa�as 51:11 ; Isa�as 51:16 ; Isa�as 52:1 ; Isa�as 59:20 ; Isa�as 60:14 ; Isa�as 61:3 ; Isa�as 62:1 ; Isa�as 62:11 ; Isa�as 65:18 ; Isa�as 66:10 ; Isa�as 66:13 ; Isa�as 66:20 ).

Sin embargo, era de esperar que los profetas no llegaran a convertirlo en un lugar totalmente celestial o al ver en �l simplemente una imagen del pueblo de Dios como tal. No ten�an ning�n concepto del cielo. Y ni siquiera pod�an concebir un pueblo de Dios que no estuviera relacionado con Jerusal�n. (Le tom� a la iglesia primitiva un gran escrutinio de coraz�n antes de que tambi�n lo hicieran). As� que mientras miraban hacia el futuro con la ayuda de Dios, Jerusal�n era su concepci�n del pueblo de Dios.

Rodeados por todos lados por un mundo inicuo, eran el pueblo de Dios, 'Jerusal�n'. Los profetas no ten�an una concepci�n completa o detallada de una vida despu�s de la muerte, o de un reino espiritual, o de vivir en una esfera celestial, y no pensaban en esos t�rminos. Incluso cuando, en raras ocasiones, se menciona la resurrecci�n, est� estrechamente relacionada con esta tierra ( Isa�as 26:19 ).

As� que una Jerusal�n purificada y espiritualizada, una Jerusal�n perfeccionada que cumpliera todas las esperanzas de los profetas y del verdadero pueblo de Dios, era el ideal de Dios. Representaba su verdadera 'congregaci�n (iglesia)'.

La idea de 'Jerusal�n' tanto en la vista cercana como en la vista lejana, por lo tanto, representaba esperanza, liberaci�n, la congregaci�n de Israel reunida, la presencia de Dios con Su pueblo, un centro del gobierno de Dios y el cumplimiento final de lo que Dios pretend�a que fuera su pueblo. Ser�a el cumplimiento de todas sus expectativas. Y por eso, inevitablemente, al final tuvo que convertirse en una ciudad celestial.

Porque ninguna ciudad terrenal, poblada por gente terrenal, podr�a lograr esas expectativas. Por lo tanto, podemos tomar con justicia la idea de Jerusal�n como lo hizo Pablo y verla como una representaci�n de todo el pueblo de Dios dondequiera que estuvieran.

Pero los profetas no pod�an pensar as� del todo, porque, como se mencion� anteriormente, en ese entonces hab�a poca concepci�n detallada y espec�fica de una vida despu�s de la muerte, o de un reino mundial "invisible". As� que para ellos fue en Jerusal�n donde vieron el cumplimiento de todas sus esperanzas para el futuro, represent� al pueblo de Dios rodeado por un mundo antag�nico, y result� en el triunfo de Dios representado en t�rminos terrenales que nunca se cumplieron por completo. .

Pero al final, la pregunta importante no es tanto c�mo lo vieron los profetas como c�mo Dios quer�a que se viera. Y all� la posici�n del Nuevo Testamento es directamente relevante. En el Nuevo Testamento, la idea de Jerusal�n est� relacionada con lo que llamamos "Cielo". Sin embargo, incluso "Cielo", como "Jerusal�n" para los profetas, no es m�s que un nombre para el futuro ideal, el lugar donde Dios habita, el futuro hogar de Su pueblo. Simplemente reconoce que la Jerusal�n de las esperanzas prof�ticas no podr�a realizarse en la tierra. As�, el Apocalipsis finalmente lo amplifica en t�rminos de una 'nueva Tierra'.

Entonces, al leer a Zacar�as y los profetas, debemos ver a Jerusal�n a veces como era y a veces en t�rminos de su ideal celestial, como la representaci�n del pueblo de Dios.

El derramamiento del Esp�ritu y el arrepentimiento que se produce al considerar al traspasado ( Zacar�as 12:10 a Zacar�as 13:1 ).

Zacar�as 12:10

Y derramar� sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusal�n el Esp�ritu de gracia y de s�plica, y mirar�n a m�, a quien traspasaron, y llorar�n por �l como quien llora por su �nico hijo, y ser� en amargura por �l como quien est� en amargura por su primog�nito. '

De ahora en adelante en esta secci�n todas las promesas son para la 'casa de David' y los 'habitantes de Jerusal�n', y sin embargo, en esta terminolog�a se tiene en mente toda la tierra ( Zacar�as 12:12 ; Zacar�as 13:2 ; Zacar�as 13:8 ). Una vez m�s reconocemos que son un grupo representativo y simb�lico que representa al pueblo de Dios en su conjunto.

Esta notable profec�a de la muerte de Cristo y el derramamiento del Esp�ritu, tanto sobre los miembros de su propia familia, 'la casa de David' ( Hechos 1:14 ), como sobre los designados para llevar Su mensaje al mundo, 'el habitantes de Jerusal�n ', solo puede llenarnos de asombro y gratitud.

Los propios hermanos de Jes�s de la casa de David se convirtieron en verdaderos seguidores de �l. Santiago, el hermano del Se�or, se convirti� en un l�der prominente de la iglesia de Jerusal�n y sus otros hermanos tambi�n le demostraron ser fieles. Compartieron el derramamiento del Esp�ritu. Y los Ap�stoles se hicieron moradores en Jerusal�n, saliendo de all� al mundo. Y en verdad eran 'como David' tanto en valent�a como en fidelidad.

En primer lugar, la profec�a mira al 'traspaso' de Aquel que estaba en una relaci�n tan estrecha con Dios que puede describirlo como el traspaso de S� mismo. Es Su verdadero Profeta Quien ha de ser traspasado. Es Su verdadero Pastor Quien ha de ser herido ( Zacar�as 13:7 ).

'Mirar�n a m�, a quien traspasaron.' En cierto sentido, estar�n traspasando al mismo Dios. Sin embargo, el hecho de que la perforaci�n sea de un ser humano se manifiesta en las siguientes frases donde el vers�culo vuelve a "�l" y describe a Alguien que est� de luto como un hijo �nico. Esto solo puede mirar hacia atr�s al Siervo sufriente descrito por Isa�as 53 (hemos notado anteriormente en el cap�tulo su conocimiento de la obra de Isa�as).

Aqu� el profeta est� pensando en Aquel que sufrir� por el pueblo de Dios, se ofrecer� a s� mismo como sacrificio por el pecado y ser� recibido por Dios como el vencedor. Y aunque la referencia al hijo �nico es indirecta, es significativa. Habr� duelo como por un hijo �nico. Pero tambi�n hay una referencia a la casa de David que le da al vers�culo un significado mesi�nico. Es el tiempo del Mes�as.

En segundo lugar, mira al derramamiento del Esp�ritu Santo, comenzando en la vida de Cristo ( Marco 1:10 ), continuando en el Cen�culo ( Juan 20 ), y maravillosamente revelado al mundo en Jerusal�n en Pentecost�s ( Hechos 2 ). Estos eventos realmente cambiaron la historia y afectaron al mundo entero.

"El Esp�ritu de gracia y de s�plica". Esto debe tener en cuenta Joel 2:28 e Isa�as 44:3 , y muchos pasajes similares, donde la gracia y el favor de Dios se dan a conocer a los hombres en el derramamiento del Esp�ritu, haci�ndolos andar en Sus caminos y profetizar. .

Es una imagen de la fecundidad y la bendici�n, usando el derramamiento de lluvia como s�mbolo de la obra del Esp�ritu. Pero aqu� va un paso m�s all� al reconocer la conexi�n directa con el Siervo que sufre.

'Gracia'. En Salmo 84:11 la gracia de Dios se revela en el hecho de que �l no niega nada a los que caminan con rectitud. Todo lo que recibimos de Dios es a trav�s de Su gracia, Su favor inmerecido, y esa gracia abunda para aquellos que son Suyos.

'S�plica.' En Jeremias 36:7 s�plica est� directamente relacionada con el regreso de los malos caminos. La idea aqu� es de verdadero arrepentimiento y sumisi�n a Dios. As�, aquellos que experimentan este derramamiento regresan a Dios y reciben Su favor y Su Esp�ritu.

"A m�, a quien traspasaron". La perforaci�n es una indicaci�n de que estamos ante un Profeta ( Zacar�as 13:3 ). Zacar�as 13:3 sugerir�a que 'traspasar' era el castigo reconocido por la falsa profec�a. Por lo tanto, Aquel a quien Dios enviar�a ser�a tratado como un falso profeta.

El supuesto pueblo de Dios lo rechazar�a y lo traspasar�a, y al hacerlo, acusar�an a Dios mismo de ser falso. As�, �l mismo ser�a traspasado por su acci�n, porque Aquel a Quien rechazaban estar�a proclamando Su verdad.

Pero una vez que lo hubieran traspasado, muchos ser�an despertados a la verdad acerca de �l. Cuando el Esp�ritu se derramaba sobre ellos, miraban lo que se hab�a hecho y lloraban por �l y por su pecado.

"Y har�n duelo por �l -". El tema del duelo se enfatiza enf�ticamente en estos vers�culos de varias maneras y est� claramente relacionado con el derramamiento del Esp�ritu de gracia y s�plica, lo que demuestra que sus corazones han cambiado y que es un duelo por el pecado y por el camino. en el que han ofendido a Dios. Es el lamento del arrepentimiento por ese pecado y por lo que han tra�do al Siervo sufriente, y resultar� en que se beneficien de la fuente del pecado y la inmundicia ( Zacar�as 13:1 ).

"Como se llora por su �nico hijo". Reconocer�n que le han hecho esto a Uno que deber�a haber sido tan querido como un hijo �nico. Esto se enfatiza doblemente. Ser� tan querido para ellos como sus primog�nitos.

Zacar�as 12:13

'Aquel d�a habr� gran duelo en Jerusal�n, como el duelo de Hadad-rimmon en el valle de Meguido, y la tierra har� duelo por familias por separado; la familia de la casa de David aparte, y sus esposas aparte, la familia de la casa de Nat�n aparte, y sus esposas aparte, la familia de la casa de Lev� aparte, y sus esposas aparte, la familia de los Simeitas aparte, y sus familias aparte, todas las familias que quedan, cada familia aparte y sus esposas aparte '.

La profundidad del duelo por el pecado se pone de manifiesto por el �nfasis continuo. Se ha comparado con el duelo por un hijo primog�nito, ahora se hacen m�s comparaciones.

"Como el luto por Hadad-rimmon en el valle de Meguido". Esto claramente se refiere a alguna conocida ceremonia de duelo. El nombre Hadad-rimmon sugiere una conexi�n con los ritos de fertilidad, porque Hadad es el dios de la tormenta (comp�rese con Baal) y Rimmon es de manera similar el dios principal de Damasco ( 2 Reyes 5:18 ). Tales ritos incluir�an el duelo mientras se buscaba a la deidad muerta para traerlo de vuelta a la vida para la renovaci�n de las estaciones (comp�rese con el llanto por Tamuz en Ezequiel 8:14 ). Ritos como estos a menudo continuar�an a lo largo de los siglos mucho despu�s de que se olvidara su significado principal.

Pero se menciona, no para aprobar los ritos, sino como un excelente ejemplo de duelo abierto y profundo que todos reconocer�an. Puede haber alguna conexi�n con la muerte de Jos�as, el �ltimo gran y favorecido descendiente de David que hizo lo correcto a los ojos de Yahv�. Esto tuvo lugar en el valle de Meguido y bien pudo haber sido recordado al apropiarse de tales ritos.

El duelo ser� profundo y personal porque cada familia estar� separada, y las esposas estar�n separadas de sus hombres. Destacar�n en el duelo la familia real y los sacerdotes. Se menciona a David, el jefe de la casa real, y especialmente al hijo de David, Nat�n ( 2 Samuel 5:14 ; 1 Cr�nicas 3:5 ; Lucas 3:31 ), y a Lev�, el jefe de la tribu sacerdotal, y especialmente a los Simeitas (ver N�meros 3:18 ; N�meros 3:21 ).

Luego, el resto de la gente. El duelo ir� desde arriba hacia abajo. Es de notar que la descendencia natural de Jes�s y su familia de David fue a trav�s de Nat�n ( Lucas 3:31 ).

Entonces, el duelo por el pecado llegar� a todas las partes de Israel, incluidos los miembros de la propia familia del Mes�as.

Zacar�as 13:1

"Aquel d�a se abrir� una fuente para la casa de David y para los habitantes de Jerusal�n por el pecado y la inmundicia".

El resultado del traspaso del Siervo Mesi�nico ser� la apertura de una fuente para el pecado y la inmundicia tanto para Su propia familia y casa como para aquellos que 'habitan en Jerusal�n', es decir, aquellos cuyos corazones son fieles al Dios de Jerusal�n.

La idea de una fuente para la eliminaci�n del pecado no se encuentra en ninguna otra parte del Antiguo Testamento. En otros lugares, la idea de la fuente es como una fuente de vida, o de aguas vivas, que simbolizan la vida a trav�s del Esp�ritu Santo ( Salmo 36:9 ; Proverbios 13:14 ; Isa�as 41:18 ; Jeremias 2:13 ; Jeremias 17:13 ; Joel 3:18 ).

Pero en la mente aqu� est�n casi con certeza las palabras de Ezequiel en Ezequiel 36:24 . Te rociar� con agua limpia y quedar�s limpio. De todas tus inmundicias y de todos tus �dolos te limpiar�. Tambi�n les dar� un coraz�n nuevo y pondr� un Esp�ritu nuevo dentro de ustedes, y quitar� de su carne el coraz�n de piedra y les dar� un coraz�n de carne.

Y pondr� mi Esp�ritu dentro de ti, y te salvar� de todas tus inmundicias '. El profundo lamento y el arrepentimiento del pecado en Zacar�as 12:10 abre el camino para que el Esp�ritu de Dios obre dentro de ellos, y de hecho muestra que �l ya ha comenzado a trabajar dentro de ellos. Ese trabajo produce nueva vida y resulta en la eliminaci�n del pecado y la inmundicia a trav�s de las aguas de la fuente de Dios.

Pero el agua rociada como en Ezequiel es agua que ha sido tratada con las cenizas de una novilla - N�meros 19:17 (ver 'las aguas de expiaci�n' - N�meros 8:7 ) y as� limpia a trav�s de sus cualidades de sacrificio. Por eso es agua "limpia".

Por lo tanto, esta 'fuente abierta para el pecado' debe verse como conectada con la perforaci�n del verdadero Profeta con Su derramamiento de sangre interpretado de manera sacrificial como en Isa�as 53 , comp�rese posiblemente con Isa�as 52:15 .

La idea de que el pecado sea lavado por el agua es rara en el Antiguo Testamento. Los lavados rituales no limpiaban. Fueron solo preparatorios. Cuando se usaban, los hombres " no �estaban limpios hasta la noche". Era necesario algo m�s. Cuando David habla de haber sido lavado del pecado, lo compara con ser purificado con hisopo. Su �nfasis est� en ser limpiado a trav�s del sacrificio, y siempre rociar implica sangre de sacrificio de una forma u otra.

As� que el profeta declara que viene un d�a de gran arrepentimiento por el pecado resultante de la perforaci�n del Mes�as Siervo, un d�a de gran renovaci�n espiritual y la provisi�n de la respuesta final de Dios al problema del pecado y la inmundicia.

Los verdaderos y los falsos profetas ( Zacar�as 12:10 - Zacar�as 13:9 ).

La forma en que todo esto suceder� ahora est� claramente definida. Se hace un contraste entre:

� La perforaci�n (rechazo) del Verdadero Profeta que vendr� cuando se derrame el Esp�ritu, lo que resultar� en arrepentimiento y una fuente abierta para el pecado y la inmundicia ( Zacar�as 12:10 a Zacar�as 13:1 ).

� El traspasar de los falsos profetas porque son falsos ( Zacar�as 13:2 ).

� El azote de los falsos profetas por aquellos que realmente prueban ser sus amigos ( Zacar�as 13:4 ).

� El azote del verdadero Pastor, con el consiguiente derramamiento del Esp�ritu, arrepentimiento de los que responden, apertura de una fuente para el pecado y la inmundicia, y purificaci�n del pueblo de Dios ( Zacar�as 13:7 ).

Información bibliográfica
Pett, Peter. "Comentario sobre Zechariah 12". "Comentario de Pett sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pet/zechariah-12.html. 2013.
 
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