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1 Corintios 10

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

El Ap�stol est� aqu� explicando algunos de los Eventos de la Iglesia en el Desierto, como Tipos de Dispensaci�n del Nuevo Testamento. Habla dulcemente sobre el tema de la Cena del Se�or.

Versículos 1-12

(1) Adem�s, hermanos, no quiero que ignor�is que todos nuestros padres estuvieron debajo de la nube, y todos pasaron por el mar; (2) Y todos fueron bautizados en Mois�s en la nube y en el mar; (3) Y todos comieron la misma comida espiritual; (4) Y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque beb�an de la Roca espiritual que los segu�a, y esa Roca era Cristo. (5) Pero Dios no se agrad� de muchos de ellos, porque fueron derribados en el desierto.

(6) Ahora bien, estas cosas fueron nuestros ejemplos, para que no codiciemos cosas malas, como ellos tambi�n codiciaron. (7) Ni se�is id�latras, como algunos de ellos; como est� escrito: El pueblo se sent� a comer y beber, y se levant� para jugar. (8) No cometamos fornicaci�n, como algunos de ellos cometieron, y cayeron en un d�a veintitr�s mil. (9) Tampoco tentemos a Cristo, como tambi�n algunos de ellos tentaron, y fueron destruidos por las serpientes.

(10) Ni murmur�is, como tambi�n murmuraron algunos de ellos, y fueron destruidos por el destructor. (11) Todas estas cosas les sucedieron a modo de ejemplo; y est�n escritas para nuestra amonestaci�n, sobre quienes han llegado los fines del mundo. (12) Por tanto, el que piensa estar firme, mire que no caiga.

Es una verdad muy segura y bendita que el Evangelio fue predicado tanto a la vieja Iglesia como a la nueva. A nuestro Padre en tipo y sombra; para nosotros en resumen y sustancia, G�latas 3:8 . Y es una bendici�n cuando, bajo la ense�anza del Esp�ritu Santo, podemos leer uno a trav�s del otro. Porque, no solo prueba con ello, que un dise�o uniforme recorre ambos Testamentos de la Escritura, de principio a fin, que Cristo es el fin de la ley para justicia, para todo aquel que cree, y el Cordero inmolado desde la fundaci�n de la Biblia. Mundo; sino que Dios el Esp�ritu Santo ha presidido como el Se�or Todopoderoso y Ministro de su Iglesia a trav�s de todas las edades.

El que llam� a la luz de las tinieblas en la vieja creaci�n, es el mismo que manda la luz de las tinieblas en la nueva creaci�n del alma, en cada caso individual de su pueblo, para dar la luz del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo, Romanos 10:4 ; Apocalipsis 13:8 ; G�nesis 1:3 ; 2 Corintios 4:6

El Ap�stol abre este cap�tulo a la Iglesia, a la que llama hermanos, para mostrar su derecho e inter�s en lo que estaba a punto de entregarles, a diferencia del mundo, y los exhorta a estar informados de lo que les preocupaba mucho de saber. ; es decir, que el Evangelio fue predicado muy temprano a la Iglesia, incluso desde su primera formaci�n como Iglesia, al salir de Egipto. �Y lector! Es nuestra misericordia de esta dulce escritura del Esp�ritu Santo aprender algunas cosas muy benditas, que sin ella, no habr�amos entendido tan claramente.

�Qui�n hubiera pensado, si no fuera por esta divina ense�anza, que la columna de la nube, que actuaba en doble capacidad, tanto de luz de d�a como de pantalla de noche, ten�a una alusi�n a Cristo, y a la bendita direcci�n de su Santo? �Fantasma condescendi� amablemente a haber dado a la Iglesia su propia ilustraci�n del todo, para su gloria y nuestro gozo? Muy dulces y bendecidos, en verdad, son esos pasajes de las Escrituras sobre esos temas, y nunca podremos estar lo suficientemente agradecidos al Esp�ritu Santo por ellos, ya que no solo sirven para arrojar luz sobre la totalidad de las memorables Escrituras del Antiguo Testamento, sino que Mu�stranos de la manera m�s decidida, que desde el primer amanecer de la revelaci�n hasta la consumaci�n de todas las cosas, se ha llevado a cabo uniformemente una y la misma dispensaci�n de gracia, al manifestar a Su Bendita y Todopoderosa Persona Jesucristo, que es el mismo ayer,

Pero lo que le ruego al lector que me comente en particular, es lo que el Ap�stol ten�a por encargo del Esp�ritu Santo para ense�ar a la Iglesia, que todos los que salieron de Egipto por medio de Mois�s, no estaban igualmente interesados ??en esas cosas preciosas. Con muchos de ellos, dice esta Escritura, Dios no estaba muy complacido; y fueron derribados en el desierto. Y la raz�n se explica en otra parte. No todos los que son de Israel son Israel: ni por ser simiente de Abraham, todos ellos son hijos; mas en Isaac te ser� llamada simiente, Romanos 9:6 .

La Iglesia visible entonces, como la Iglesia visible ahora, que consiste s�lo en privilegios externos, puede ser, y de hecho lo es, cosas comunes, y disfrutadas en com�n con aquellos que no tienen verdadera suerte ni parte en el asunto. As� se nos dice, que adem�s de seiscientos mil a pie sin contar los ni�os, que subieron de Egipto, tambi�n subi� con ellos una multitud mixta, �xodo 12:37

Debe entenderse bien, por lo tanto, para evitar todos los posibles malentendidos, que cuando Dios est� hablando de su pueblo, se trata de una distinci�n de car�cter infinitamente superior a la que puede descubrirse por meras cosas externas. Toda la tierra es del Se�or; y como Creador, todo en �l es suyo. Pero hay un t�tulo de propiedad; y peculiaridad, por la cual el Se�or ha marcado al pueblo hecho pacto en Cristo, acerca de quien el Se�or dice especialmente: Este pueblo he formado para m�; Isa�as 43:21 mi alabanza, Isa�as 43:21 .

Humildemente concibo que ser� el mejor perfeccionamiento espiritual de esta dulce Escritura, bajo la ense�anza de Dios el Esp�ritu, si miramos un poco m�s de cerca esos rasgos de car�cter, por los cuales son descubiertos, desde la mera Iglesia visible externamente, que todos los hombres poseen en com�n, y que por no tener un inter�s real del Pacto en Cristo, producen diariamente las mismas consecuencias de las que se habla aqu�, son derrocados en el desierto.

Y primero, que el lector observe c�mo est� marcado el Israel del Se�or. El Se�or dice que los ha apartado para s�. Fueron escogidos en Cristo antes de la fundaci�n del mundo, Efesios 1:4 . Y durante el tiempo-estado de la Iglesia, son llamados con un llamado santo; no seg�n sus obras, sino seg�n su propio prop�sito y gracia, dados en Cristo Jes�s antes que el mundo comenzara, 2 Timoteo 1:9 .

De modo que el que los escogi� antes que el mundo comenzara como su Israel, les asign� tambi�n la gracia para un llamamiento eficaz de ellos en el tiempo; d�ndoles esa gracia en Cristo, que por tanto debe ser segura para toda la simiente, Romanos 4:16 . Y por lo tanto, el Esp�ritu Santo ense�� a Pedro a recordarle a la Iglesia c�mo deber�an juzgar su inter�s y seguridad en Cristo, poniendo toda su diligencia en asegurar su llamamiento y elecci�n.

Porque si pudieran probar su vocaci�n, tambi�n debe probarse la certeza de su elecci�n; porque el uno est� incluido en el otro: 2 Pedro 1:10 . Ver Deuteronomio 32:8 . El verdadero Israel de Dios, por lo tanto, est� marcado con estos rasgos distintivos de car�cter.

Son apartados, llamados, despertados, regenerados y manifestados como hijos de Dios, por adopci�n y gracia: mientras que el simple Israel nominal, aunque en la Iglesia visible, y aparentemente disfrutando de los mismos privilegios, permanece en la incredulidad, en la oscuridad. y sombra de muerte. El propio relato del Se�or sobre ellos es: siempre yerran en su coraz�n; y no conocieron mis caminos. Por eso jur� con ira; no entrar�n en mi reposo, Salmo 95:7 ; Hebreos 3:10

En segundo lugar. El Israel del Se�or de la hora actual ha sido verdaderamente sacado del Egipto espiritual, como lo fue el Israel del Se�or en la antig�edad de la esclavitud del Egipto natural. Han sentido y sienten; la plaga de su propio coraz�n; y el ajenjo, y la hiel, de un estado de servidumbre. La corrupci�n de un estado pecaminoso ca�do, tanto en transgresi�n original como real, bebe sus esp�ritus. Por tanto, cuando el Se�or les habla ahora, como lo hizo con Mois�s en la antig�edad: Yo he visto, he visto la aflicci�n de mi pueblo que est� en Egipto; y he o�do sus gemidos, y he descendido para librarlos, Hechos 7:34 .

En cada caso individual de un alma sacada de la oscuridad y la sombra de la muerte; y tra�do a trav�s del mar rojo de sangre; la representaci�n t�pica que entonces proporcion� la historia de Egipto, se realiza verdaderamente, y se ve el dise�o de Dios el Esp�ritu Santo en esa dispensaci�n sombr�a, a trav�s de la gracia.

En tercer lugar. El Israel del Se�or es tan verdaderamente conocido ahora, como lo era entonces, al ser llevado a un estado de desierto y al ser distinguido de todas las dem�s personas; en medio de sus dispensaciones en el desierto, en la columna de nube que va delante de ellos de d�a, y la columna de fuego que los rodea de noche. La gracia distintiva marca todo el camino, todo el camino. todo lo que les rodea, sobre ellos, en ellos y por ellos; establece la manifestaci�n del cuidado del Se�or sobre ellos.

El sol no los hiere de d�a, ni la luna de noche. Para que todo hijo de Dios pueda decir ahora, tan verdaderamente como lo hizo Mois�s entonces, al resumir su historia: �Feliz eres t�, oh Israel! �Qui�n como t�, oh pueblo salvado por el Se�or? Deuteronomio 33:29

Y lo que le ruego al lector en este punto de vista del tema, es que marque las propiedades distintivas de la gracia otorgada a Israel en la antigua Iglesia en el desierto; y el Israel ahora, bajo las misericordias comunes de la Iglesia visible entonces, ten�a el pilar la nube, el man� y el agua, con todos los dem�s medios y ordenanzas; fue s�lo el verdadero Israel de Dios el que disfrut� de las bendiciones espirituales.

De la misma manera, en la hora actual, los privilegios externos considerados nacionalmente, son comunes a todos los que se llaman Israel; pero la simiente espiritual de Jacob solamente, son bendecidos con el disfrute espiritual de ellos. Todo el campamento de Israel fue sacado del cielo con man�, d�a a d�a; y todos participaron del agua que manaba de la Roca que los segu�a. Pero nadie vio a Cristo en el Man�, ni en la Roca, sino el verdadero Israel de Dios.

As� que, en la hora actual, la multitud recibe el Evangelio en todas sus ordenanzas externas, pero no ve a Jes�s en sus ordenanzas. Viven en el uso de ellos, no por la fe en Cristo, sino en ellos mismos y en sus deberes, y en sus propias mejoras, como los llaman; y en medio de todo, no tengas aprensi�n de Jes�s. Y, como los cad�veres de los incr�dulos, como aqu� se describe, cayeron en el desierto; algunos por idolatr�a, otros por fornicaci�n, otros por murmuraci�n: as� que ahora, �qui�n calcular� cu�ntas multitudes mueren, sin despertar, sin regenerar, sin renovar, en medio de las ordenanzas, seg�n el mismo ejemplo de incredulidad, Hebreos 4:11

Detengo al lector un momento m�s, solo para observar, en ese sorprendente vers�culo, de los que se dice que tentaron a Cristo en el desierto, que se convierte en un testimonio m�s decidido en prueba de que Cristo es Aquel de quien Esteban habl� y que estaba en la Iglesia en el desierto, Hechos 7:38 . Y tambi�n, prueba decididamente que Cristo es Dios.

Porque Mois�s, al relatar este hecho, lo llam� as� expresamente. �Por qu� tent�is (dice �l) al Se�or? �xodo 17:2 . Testimonio precioso por cierto.

Versículos 13-15

(13) No os ha sobrevenido ninguna tentaci�n que no sea com�n al hombre; pero fiel es Dios, que no permitir� que se�is tentados m�s de lo que pod�is; pero con la tentaci�n tambi�n abrir�is un camino de escape, para que pod�is sobrellevarla. (14) Por tanto, amados m�os, huyan de la idolatr�a. (15) Hablo como a sabios; juzgad lo que digo.

Esta es una Escritura muy dulce, y ha resultado verdaderamente reconfortante y reconfortante para los hijos de Dios en todos sus ejercicios. Jes�s ama demasiado a su pueblo como para sufrir cualquier tentaci�n, pero lo que �l mismo sabe servir� para su gloria y su bienestar. Y lo que agrada a�n m�s el pensamiento, �l est� con ellos en todos, y los sostiene debajo de todos, y los har� pasar por todos, Deuteronomio 33:27 ; Hebreos 2:17 .

Versículos 16-22

(16) La copa de bendici�n que bendecimos, �no es la comuni�n de la sangre de Cristo? El pan que partimos, �no es la comuni�n del cuerpo de Cristo? (17) Porque siendo muchos, somos un solo pan, y un solo cuerpo; porque todos somos part�cipes de ese �nico pan. (18) Mirad a Israel seg�n la carne: los que comen de los sacrificios, �no son part�cipes del altar? (19) �Qu� digo entonces? �Que el �dolo es algo, o lo que se ofrece en sacrificio a los �dolos es algo? (20) Pero yo digo que lo que los gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios y no a Dios; y no quisiera que ustedes tuvieran comuni�n con los demonios.

(21) No pod�is beber la copa del Se�or y la copa de los demonios; no pod�is ser part�cipes de la mesa del Se�or y de la mesa de los demonios. (22) �Provocamos a celos al Se�or? �Somos m�s fuertes que �l?

Hay algo particularmente sorprendente y solemne en este relato de la Cena del Se�or. Pablo llama al servicio la copa de bendici�n y la comuni�n de la sangre de Cristo; y el pan partido, la comuni�n del cuerpo de Cristo; lo que significa evidentemente, que todos los creyentes verdaderamente regenerados, que participan en esa fiesta, siendo una fiesta en el sacrificio, son virtualmente considerados por ese acto de fe como participando en comuni�n en todas las bendiciones y beneficios de la muerte de Cristo.

El pan y la copa siendo uno, y todos y cada individuo participando en el mismo, manifiestan as� su unidad y uni�n con Cristo como Cristo; y su inter�s, en todo lo que pertenece a Cristo, como Cristo. Y la inferencia que el Ap�stol extrae de ella tambi�n es sorprendente. Si por este servicio solemne, los creyentes desean dar testimonio de su unidad con Cristo; despu�s de eso, es imposible que se pueda encontrar alguno en el templo del �dolo.

Pablo habla de ello con una especie de aborrecimiento. �Puede alguien beber del c�liz del Se�or y del c�liz de los demonios? �Puede alguno participar de la mesa del Se�or y de la mesa de los demonios? �Lector! no tenemos sacrificios de �dolos, ninguna forma de religi�n en este pa�s, donde se realizan tan horribles servicios. Pero tenemos el equivalente a im�genes esculpidas, en las locuras y placeres, que la parte imp�a y carnal de la humanidad se empe�a en mezclar con los meros rituales de adoraci�n.

Y, cuando encontramos a muchos, que regularmente ocupan sus lugares en la mesa del Se�or, y como regularmente ocupan sus lugares en la sinagoga de Satan�s, me refiero a diversiones y diversiones p�blicas; �En qu� se diferencian de los personajes que reproba el Ap�stol en esos vers�culos? Cu�n claro y evidente es, por tanto, que nada puede sentar las bases para la comuni�n con el Se�or, sino una uni�n previa con su Persona y el inter�s en su sangre y justicia.

Primero debemos casarnos con su Persona, o no puede haber derecho a ninguna dote sobre lo que le pertenece. Primero injertados en Cristo, como vid espiritual; o no daremos fruto como ramas en �l. Los miembros del cuerpo deben estar unidos real y verdaderamente a la cabeza, o faltar� toda influencia vital. Espero que el lector lo sepa por este gozo sincero, porque es de lo m�s bendecido. Y cuando la comuni�n con Cristo surge de una uni�n con Cristo, y el alma de un creyente no solo tiene un estado habitual de gracia en su interior, sino un ejercicio real de ir hacia adelante en deseos de Cristo, e ingresos de bendici�n de Cristo; cuando las oraciones suben y las respuestas descienden, y el Se�or hace pasar toda su bondad ante nosotros; entonces un hijo de Dios entra en un verdadero disfrute del alma de la palabra del Ap�stol: y puede decir verdaderamente, que la copa de bendici�n,

Versículos 23-33

(23) Todo me es l�cito, pero no todo conviene; todo me es l�cito, pero no todo edifica. (24) Nadie busque lo suyo, sino las riquezas de los dem�s. (25) Todo lo que se vende en el mercado de la carne, que coman sin preguntar nada por motivos de conciencia: (26) Porque de Jehov� es la tierra y su plenitud. (27) Si alguno de los incr�dulos os invita a un banquete, y est�is dispuestos a ir; todo lo que se les ponga delante, coman, sin hacer preguntas por el bien de la conciencia.

(28) Pero si alguno os dice: Esto es ofrecido en sacrificio a los �dolos, no com�is por causa del que lo mostr�, y por causa de la conciencia, porque del Se�or es la tierra y su plenitud. (29) La conciencia, Digo, no la tuya, sino de los dem�s: porque �por qu� mi libertad es juzgada por la conciencia de otro? (30) Porque si por gracia participo, �por qu� se me habla mal por aquello por lo que doy gracias? (31) As� que, ya sea que coman o beban, o hagan cualquier otra cosa, h�ganlo todo para la gloria de Dios.

(32) No hag�is esc�ndalo, ni a los jud�os, ni a los gentiles, ni a la iglesia de Dios; (33) como yo agrado a todos en todo, no buscando mi propio beneficio, sino el de muchos, que pueden ser salvos.

No creo que sea necesario detener al lector con observaciones particulares sobre esos vers�culos. todo en ellos es claro y obvio. Pero solo quisiera comentar, qu� estado de �nimo bendecido debe estar en ese hijo de Dios regenerado, que siempre puede tener en cuenta, y por medio de la gracia actuar en consecuencia, lo que el Ap�stol ha dicho, de una manera general y comprensiva, de todos comportamiento. Todo lo que hacemos, ya sea que comamos o bebamos, es para la gloria de Dios.

Esto, si se sigue, har�a que nuestras comidas m�s comunes llevaran consigo un sabor que ser�a sacramental. Y es muy cierto que muchos creyentes bendecidos, por la unci�n del Esp�ritu Santo, disfrutan m�s de Jes�s en su propia mesa, que todas las personas no regeneradas disfrutan de Jes�s en la mesa del Se�or. Y debe ser as�. Porque, �c�mo un alma no despierta soportar� y conocer� el sonido de gozo? �C�mo puede un alma muerta en delitos y pecados, realizar un acto vivo de fe en un Salvador vivo, o comer espiritualmente del cuerpo y la sangre de Cristo? Pero el que pone todo en Cristo, hace de Cristo lo que Jehov� lo hizo, el primero y el �ltimo, el Autor y Consumador de la salvaci�n: este creyente verdaderamente regenerado tiene la gloria de Dios a la vista, en todos los actos de providencia y gracia; en ordenanzas, y todos los medios de vida social y piadosa.

Esto es lo que el Ap�stol en otra parte llama, el conocimiento del amor de Cristo, que sobrepasa todo entendimiento, y est� lleno de toda la plenitud de Dios, Efesios 3:19 .

Versículo 33

REFLEXIONES

�Qui�n hubiera pensado, al leer la historia de Israel al salir de Egipto, que todos los grandes bosquejos de la Iglesia de Cristo est�n aqu� representados? �S�! alma m�a, tu liberaci�n de la esclavitud del pecado y la muerte, peor que la egipcia, del cautiverio y la prisi�n de Satan�s, fue representada aqu�. Como todos nuestros padres en la Iglesia fueron bautizados en Mois�s, como ministro del Se�or, en la nube y en el mar; comi� y bebi� del sustento espiritual, por fe en Cristo; y miraste a Cristo como la suma y sustancia de todo: as� t�, por la misma fe en el mismo Dios y Salvador, est�s pasando ahora por las mismas dispensaciones en el desierto; y obteniendo fuerzas para cada nuevo ejercicio viviendo de Jes�s, y de su plenitud recibiendo gracia por gracia.

�Oh! Dios Esp�ritu Santo, ponme bajo tus continuos bautismos. Que mi vida espiritual en Cristo se mantenga, como lo fueron los israelitas fieles, por el mismo alimento espiritual; y que la sed de Mi alma se satisfaga continuamente bebiendo de la misma bebida espiritual; porque el que iba delante en la columna de nube, y los segu�a en la columna de fuego, es el mismo Se�or Jes�s para m�, como ellos; incluso la Roca cuya obra es perfecta, �tan cierto es �l! �Precioso Se�or Jes�s! no lo se �No me has ense�ado? �Que toda la gracia para toda tu familia aqu�, y toda la gloria para tus redimidos arriba, est� atesorada y ha sido atesorada, en tu Persona Todopoderosa, como cabeza del Pacto y Esposo de tu Iglesia desde toda la eternidad?

�Dulce copa de bendici�n en la Cena de mi Se�or! que sea mi santo gozo y deleite llevarte a menudo. Porque ciertamente, es una ordenanza nombrada por el propio Jes�s. Y Aquel que lo nombr� al principio, prometi� estar presente en cada celebraci�n, y continuar� hasta la �ltima, para santificarlo a todo verdadero participante. Seguramente se encuentra entre las muestras de amor de Jes�s. Siempre estar� all� donde se re�na su gente.

Nos alimentaremos de �l por fe. Y conoceremos la experiencia sincera, mientras el Rey se sienta a su mesa, y estas gracias de nuestras almas, que �l mismo ha dado y llama al ejercicio, es como el nardo, que la copa de bendici�n que bendecimos es verdaderamente rica. comuni�n con la sangre de Cristo; �y el pan que partimos es en verdad preciosa comuni�n del cuerpo de Cristo! �Oh! por la dulce vivificaci�n de Dios el Esp�ritu que conduce a la fiesta, para que mi alma est� tomando frecuentemente la copa de la salvaci�n e invocando el nombre del Se�or.

Y t�, amado Se�or, gu�a, gu�a, d�a a d�a, a cada hora, a cada momento, somete mi alma a tus benditas ense�anzas e influencias; que tanto en las providencias como en los tiempos de gracia, en mi propia mesa o en la del Se�or, dondequiera que est�, sin importar c�mo est� empleado, en la Iglesia o en la plaza del mercado, en tratos con los hombres o en la dulce comuni�n con el Se�or; Todo lo que hagas, de palabra o de hecho, hazlo todo para la gloria de Dios, en el nombre de Jesucristo.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre 1 Corinthians 10". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/1-corinthians-10.html. 1828.