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1 Samuel 16

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

Este cap�tulo es el primero en la historia de David. Y como este hombre forma un car�cter tan distintivo en la palabra de Dios, en todos los puntos de vista, como patriarca, profeta, escritor, guerrero, rey y, sobre todo, como tipo del Se�or Jes�s, todo lo relacionado con �l se vuelve interesante. e importante. La historia no comienza con el nacimiento de David, sino que retoma la relaci�n con su unci�n por Samuel, como rey de Israel, y sucesor de Sa�l.

Aqu� se relata en este cap�tulo, que el Se�or envi� a Samuel a Bel�n para ungir a uno de los hijos de Isa�. Todos los hijos de Isa� pasan delante de Samuel. David es elegido. Samuel derrama sobre �l cuerno de aceite: Samuel regresa a Ram�. Un esp�ritu maligno del Se�or perturba a Saulo. Se env�a a buscar a David, como alguien que toca bien un instrumento, para divertirlo.

1 Samuel 16:1

(1) Y el SE�OR dijo a Samuel: �Hasta cu�ndo estar�s de luto por Sa�l, ya que lo he rechazado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y vete, te enviar� a Isa� de Bel�n, porque yo me he provisto de rey entre sus hijos.

Si comparamos lo que se dijo de Samuel al final del cap�tulo anterior, con lo que se dijo de Samuel (en 1 Samuel 19:20 ) presidiendo sobre los profetas m�s j�venes, parecer�a que el hombre de Dios se hab�a retirado de la corte, y todos los servicios p�blicos, excepto el santuario, para atender la instrucci�n del colegio.

Pero ahora el Se�or lo llama a otra comisi�n, y esta parece haber sido la �ltima, y ??que iba a ir en busca del sucesor de Sa�l entre los hijos de Isa�. Detengo al Lector para que marque en este vers�culo, la expresi�n llena tu cuerno de aceite: y luego le suplico que recuerde el comienzo del himno de Zacar�as, en alusi�n al Se�or Jes�s cuando bajo la ense�anza del Esp�ritu Santo, declar� que evento glorioso de la venida del Salvador, que hab�a levantado un cuerno de salvaci�n para su pueblo en la casa de su siervo David. Ver Lucas 1:67 .

Versículos 2-3

(2) Y Samuel dijo: �C�mo puedo ir? si Sa�l lo oye, me matar�. Y el SE�OR dijo: Toma contigo una novilla, y di: He venido para ofrecer sacrificio al SE�OR. (3) Y llama a Isa� al sacrificio, y yo te mostrar� lo que har�s; y ungir�s para m� al que yo te nombre.

Esta expresi�n de temor por parte de Samuel, y el est�mulo dado por parte del Se�or, sirve para arrojar luz sobre la historia y mostrarnos que los asuntos se volvieron muy desesperados con Sa�l. Probablemente su ira y odio contra Samuel crecieron a gran escala. �Pobre de m�! el progreso de la iniquidad debe ser as�.

Versículos 4-5

(4) Samuel hizo lo que dijo el SE�OR y lleg� a Bel�n. Y los ancianos de la ciudad se estremecieron ante su llegada, y dijeron: �Vienes en paz? (5) Y �l dijo: En paz: he venido a ofrecer sacrificios a Jehov�; santificaos y venid conmigo al sacrificio. Y santific� a Isa� y a sus hijos, y los llam� al sacrificio.

La observaci�n hecha sobre los vers�culos anteriores se confirma m�s en estos. Por qu� temblar�an los hombres de Bel�n ante la aparici�n de Samuel, si no fuera porque tem�an los celos de Sa�l. Ruego al lector que no pierda de vista la parte m�s interesante de esta historia, es decir, su referencia al Se�or Jes�s; pero recuerde que Bel�n-Jud� fue el mismo lugar, donde en las edades posteriores, el glorioso David, de quien este David era s�lo un tipo, naci�.

�Y no recuerda el lector que en la primera aparici�n de Jes�s, en su nacimiento en Bel�n, Herodes y toda Jerusal�n con �l se turb�? Mateo 2:1 . No es necesario que detenga al Lector con la observaci�n de que santificar la casa o las personas de una familia era uno de los oficios de los siervos de Dios. Nuestro querido Se�or se complaci� en santificarse por su pueblo. Juan 17:19 .

Versículos 6-7

(6) Y sucedi� que cuando ellos llegaron, mir� a Eliab y dijo: Ciertamente el ungido de Jehov� est� delante de �l. (7) Pero el SE�OR dijo a Samuel: No mires a su rostro, ni a lo alto de su estatura; porque lo he rechazado; porque el SE�OR no ve como el hombre mira; porque el hombre mira lo que est� delante de sus ojos, pero Jehov� mira el coraz�n.

Hay algo muy interesante en este relato de la rese�a de los hijos de Isa�. El profeta no sabe de qui�n recaer� la suerte del Se�or, pero todos deben ser presentados ante �l. As� ocurre en el ministerio de la palabra. La comisi�n del evangelio es; Sal a todas las criaturas. Pero, se nos dice, mientras que muchos son llamados, pocos son los elegidos. El ministro, como Samuel, no sabe cu�ndo sale, a qui�n le resultar� sabor de vida para vida, o de muerte para muerte.

2 Corintios 2:15 . En la conclusi�n a la que lleg� Samuel a favor de Eliab, vemos cu�n aptos son los hombres, e incluso los m�s sabios de los hombres, para dejarse llevar por las cosas externas. Hab�a sido enga�ado en esto una vez antes, en el caso de Sa�l. Y aunque en verdad esto fue por designaci�n de Dios, el lector debe recordar que el nombramiento de Saulo fue para complacer al pueblo; no agradar al Se�or; mientras que la elecci�n que hab�a que hacer ahora era complacer a s� mismo. �Querid�simo Jes�s! elige por m�, y gu�ame en mi supuesta elecci�n de cosas, para que pueda contemplarte en todo.

Versículos 8-10

(8) Entonces Isa� llam� a Abinadab y lo hizo pasar delante de Samuel. Y �l dijo: A esto no ha escogido Jehov�. (9) Entonces Isa� hizo pasar a Sama. Y �l dijo: A esto no ha escogido Jehov�. (10) De nuevo Isa� hizo pasar a siete de sus hijos delante de Samuel. Y Samuel dijo a Isa�: A �stos no ha escogido Jehov�.

Los siete hijos de Isa� son llevados ante el profeta en el orden de su derecho de nacimiento. Pero Samuel descubri�, tal vez por la gu�a del Esp�ritu, que oper� en su mente en sus santos tiempos de profec�a, que ninguno de ellos estaba, en la mente del Se�or, designado para el reino.

Versículos 11-13

(11) Y Samuel dijo a Isa�: �Son aqu� todos tus hijos? Y �l dijo: A�n queda el menor, y he aqu�, �l cuida las ovejas. Y Samuel dijo a Isa�: Env�a y tr�elo, porque no nos sentaremos hasta que venga ac�. (12) Y �l envi�, y lo hizo entrar. Ahora era rubicundo, y con un rostro hermoso, y hermoso a la vista. Y el SE�OR dijo: Lev�ntate, �ngelo, porque �ste es. (13) Entonces Samuel tom� el cuerno de aceite y lo ungi� en medio de sus hermanos; y el Esp�ritu del SE�OR descendi� sobre David desde ese d�a en adelante. Entonces Samuel se levant� y fue a Ram�.

�Cu�n maravillosos son los caminos y las obras del Se�or! En este relato, paso por alto varias circunstancias por lo dem�s muy interesantes, en las que se podr�a insistir en gran medida, tanto en lo que respecta a la mente del profeta como a la del padre Isa�, para atender por completo a �l, a quien el Se�or destac� del resto. Y como todo en la vida de David es memorable, desde las muchas opiniones sobre �l, en las que se destaca como un tipo de nuestro glorioso David; es aqu� principalmente en el comienzo de su historia, le ruego al lector que preste una atenci�n m�s despierta.

Primero, entonces, cuando se nos dice acerca de �l, que era rubicundo y de hermoso rostro; �No sugiere al lector algo de sus rasgos, de quien la Iglesia canta tan dulcemente, cuando dice? mi amado es blanco y rubicundo, el principal entre diez mil. Cantares de los Cantares 5:10 .

Y el mismo nombre de David, que significa amado, instant�neamente, cuando es conocido, �no dirige nuestro coraz�n hacia �l, quien es en forma de eminencia, llamado el unig�nito y amado del Padre, en quien se complace su alma? Mateo 12:18 . Adem�s, cuando vemos pasar a todos los hijos de Isa�, y al menor que era tan poco considerado, como para ser enviado al empleo m�s humilde de la familia, elegido y aprobado por Dios; �C�mo es posible pasar por alto al Se�or Jes�s, esa piedra (como lo llama el ap�stol) que fue desolada por los constructores, y que se ha convertido en la cabeza del �ngulo?

Hechos 4:11 . Y cuando vemos al hijo pobre, pasado por alto y olvidado de Isa�, as� reunido de entre sus hermanos; seguramente no podemos dejar de recordar a Jes�s, quien es introducido en ese estado humilde, bajo y despreciado al entrar en su ministerio, en el que ni sus hermanos creyeron en �l. Juan 7:5 .

�S�! querido Se�or! Desear�a trazar hasta los puntos m�s diminutos de los caracteres se�alados en tu palabra, que te representan, de alguna manera para llevarte a ti. Y como yo s�, por tu propia autoridad, que tus salidas son desde el principio y desde la eternidad, cuando saliste para la salvaci�n de tu pueblo, as� contemplo los contornos de tus dulces rasgos de car�cter, como el Mediador y Redentor. de tu pueblo, en estos y otros innumerables casos marcados en tus tipos y siervos.

Como el Se�or dise�� a David para el reino; as�, desde la eternidad, el Se�or Jehov� estableci� a nuestro Jes�s como Rey en Sion. Y como David fue ungido con el aceite santo; as� que Jes�s hizo derramar el Esp�ritu sin medida. Juan 3:34 .

Versículo 14

(14) Pero el Esp�ritu del SE�OR se apart� de Sa�l, y un esp�ritu maligno de parte del SE�OR lo turb�.

Pasamos a un contraste muy espantoso en este relato de Saulo. �Lector! �Qu� puede igualar la angustia del alma que surge cuando el Se�or retira su Esp�ritu Santo? El hombre queda entonces abierto y expuesto a todos los dardos de fuego del enemigo. Se�or, orar�a tanto por m� como por el lector; no tomes, oh! no quites de nosotros tu santo esp�ritu.

Versículos 15-16

(15) Y los siervos de Sa�l le dijeron: He aqu� ahora, un esp�ritu maligno de parte de Dios te turba. (16) Manda ahora nuestro se�or a tus siervos que est�n antes de ti que busquen a un hombre que toque el arpa con astucia; y suceder� que cuando el esp�ritu maligno de Dios est� sobre ti, jugar� con su mano, y estar�s bien.

�Pobre de m�! aunque los sirvientes, al parecer, conoc�an la enfermedad de su se�or, sin embargo, en lugar de recomendar una cura, recomendaron algo para paliar la enfermedad. Similar a aquellos hombres que hacen de la religi�n una forma y no desean el poder de la piedad.

Versículos 17-18

(17) Y Sa�l dijo a sus siervos: Dame ahora un hombre que pueda jugar bien, y tr�emelo. (18) Entonces respondi� uno de los criados, y dijo: He aqu�, he visto a un hijo de Isa� el de Bel�n, que es astuto para tocar, y valiente y valiente, y hombre de guerra, y prudente en los asuntos, y persona hermosa, y el SE�OR est� con �l.

Es algo singular que David haya sido tan conocido en la corte por los siervos de Sa�l, porque parece por la historia posterior de David ( 1 Samuel 17:55 , etc.) que Sa�l no lo conoc�a. Pero probablemente, el relato del hijo de Isa� que mat� un le�n y un oso que tom� un cordero de su reba�o. (ver 1 Samuel 17:34 ), podr�a haber sido relatado en el palacio de Sa�l entre los sirvientes.

Y si es as�, esto tambi�n cuenta, para los siervos que hablaban de �l como un valiente valiente: porque David en este tiempo no pod�a tener m�s de 20 a 25 a�os de edad. Y como David comenz� a reinar cuando ten�a treinta a�os, el reinado de Sa�l continu� por lo menos cinco a�os despu�s de este evento: o si David ten�a solo 20 a�os cuando fue ungido, debe haber sido diez a�os. Ver 2 Samuel 5:4 .

Versículos 19-23

(19) Entonces Sa�l envi� mensajeros a Isa�, y dijo: Env�ame a David tu hijo, que est� con las ovejas. (20) Entonces Isa� tom� un asno cargado de pan, un odre de vino y un cabrito, y los envi� por medio de David su hijo a Sa�l. (21) Y vino David a Sa�l, y estuvo delante de �l, y lo am� mucho; y se convirti� en su escudero. (22) Y Sa�l envi� a Isa�, diciendo: Te ruego que David est� delante de m�; porque ha hallado gracia ante mis ojos.

(23) Y sucedi� que cuando el esp�ritu maligno de Dios estaba sobre Sa�l, David tom� un arpa y toc� con su mano; entonces Sa�l se tranquiliz� y se recuper�, y el esp�ritu maligno se apart� de �l.

Creo que es m�s que probable que Sa�l no tuviera conocimiento en ese momento de que Samuel hab�a ungido a David como su sucesor en el reino. Tampoco concibo que la familia de Isa� entendiera completamente el significado de la visita de Samuel. En verdad se dice que Samuel lo ungi� en medio de sus hermanos. Pero, �no podr�a suponerse (como bien dir�n las palabras) de entre sus hermanos: es decir, quiz�s lo llevaron a otro apartamento en privado; por lo que ni Isa� ni sus hijos sab�an m�s en el presente, que Samuel hab�a notado particularmente a David.

No pretendo decir que as� fue. Pero como los temores de Samuel, a causa de Sa�l, fueron anulados por el Se�or permiti�ndole cubrir el plan principal de la visita a Isa�, dici�ndole que hab�a venido para sacrificar: y como Eliab, como aparece en el pr�ximo cap�tulo, (v�ase el vers�culo 28) cuando David vino a visitar a sus hermanos en el campamento, no se dio cuenta, sino que, por el contrario, reprendi� a David por su supuesto orgullo: y como Sa�l recibi� a David con tanta bondad y lo am� tanto: estos Tomadas las circunstancias en conjunto, me veo llevado a pensar que la unci�n de David (o al menos el significado de la misma era conocida solo por Samuel y �l mismo.

�l en verdad no pod�a dejar de saberlo, porque desde ese momento, se nos dice, el Esp�ritu del Se�or vino sobre �l. �Lector! es precioso rastrear la temporada de regeneraci�n del Esp�ritu, desde su obra de gracia en el coraz�n. Este dulce fervor del Esp�ritu, es lo que Pablo llama, el sello de la herencia prometida. Efesios 1:13 .

Versículo 23

REFLEXIONES

AQU�, alma m�a, en vista de la comisi�n de Samuel de ungir a David como rey de Israel, aprendes la importancia infinita de destacar a tu David Todopoderoso, como tu rey y elegido de entre sus hermanos. No temas a todos los Sa�l que se opondr�an a ti, sino que pon�an valientemente la corona sagrada de tu redenci�n sobre su santa Cabeza; y sepa el mundo que aquel a quien tu Dios y Padre ha escogido como soberano, es tambi�n tu escogido. El Cristo del Se�or es tu Cristo; y su ungido, tu ungido de entre diez mil.

Y en cuanto a ti, bendito, santo, Ungido; A ti te pertenece, tanto por tu derecho natural, como uno con el Padre, sobre todo Dios bendito para siempre, como por tu derecho designado y adquirido, como Mediador, reinar sobre tu iglesia y tu pueblo. Toma tu gran poder y gobierna en mi coraz�n, y sobre toda mi alma y mi cuerpo para siempre. Aunque como David, eres sacado del m�s bajo estado de pobreza, de modo que cuando estabas en la tierra no tuviste d�nde recostar tu cabeza; sin embargo, eres puesto por encima de todos tus hermanos.

T� eres aquel a quien todos alabar�n, y todos los hijos de tu Padre se inclinar�n ante ti. El Padre puso solemnemente todas las cosas en tu mano y declar� que los hombres ser�n bienaventurados en ti, y todas las naciones te dir�n bienaventurada. Ante ti, por tanto, quisiera doblar la rodilla y unirme a toda criatura para confesar que Jesucristo es el Se�or de todos, para gloria de Dios Padre.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre 1 Samuel 16". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/1-samuel-16.html. 1828.