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1 Timoteo 2

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

El Ap�stol est� procesando el tema de su consejo a Timoteo; en este cap�tulo. Exhorta, que se hagan oraciones, que las mujeres sean adornadas con ropas sencillas. Termina con una dulce promesa.

Versículos 1-4

(1) � Por tanto, exhorto a que, ante todo, se hagan s�plicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres; (2) Para los reyes y para todos los que est�n en autoridad; para que podamos llevar una vida tranquila y pac�fica con toda piedad y honestidad. (3) Porque esto es bueno y agradable a los ojos de Dios nuestro Salvador; (4) Quien quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

Haremos bien en observar lo que el Esp�ritu Santo ha ordenado aqu� por Pablo, sobre el tema de la oraci�n. Es para todos los hombres. Con lo cual aprendemos, lo que aqu� se quiere decir con orar por todos, de esta manera indiscriminada. El pasaje ciertamente se explica a s� mismo: para que podamos llevar una vida tranquila y pac�fica, con toda piedad y honestidad. Es simplemente para cosas temporales, similar a lo que Dios le orden� al Profeta sobre el tema de la oraci�n, cuando la Iglesia iba al cautiverio.

Buscad la paz de la ciudad, dice Jehov�, a la cual os hice llevar cautivos, y rogad al Se�or por ella, porque en su paz tendr�is paz. Jeremias 29:7 . Y el cierre de este p�rrafo, se convierte en una confirmaci�n m�s. Porque esto es bueno y agradable a los ojos de Dios nuestro Salvador; quien quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad.

�Qu� salvaci�n es esta, que se dice Dios nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres la tengan? Seguramente no la salvaci�n. Porque si es as�, �c�mo es que no todos se salvan? o que alguno se pierda. La p�rdida de una sola alma, si este fuera el sentido del pasaje, probar�a que lo que Dios quiso, no se cumpli�. Y esto derribar�a todos los atributos divinos de Dios. Pero, si las palabras se interpretan por lo que fue antes, en alusi�n a la seguridad temporal; Entonces se sigue que nuestras oraciones por todos los hombres, aunque s�lo tengan en cuenta su prosperidad temporal, est�n en perfecto acuerdo, y todos los hombres tienen seguridad temporal en Cristo: y que Cristo, como Creador y Defensor de todas las cosas, es la �nica causa de. Ver 1 Timoteo 4:10 y Comentario.

�Lector! Aprovecho de este pasaje para ofrecer una breve observaci�n sobre la oraci�n, que considero de no poca importancia en nuestra vida espiritual. Quiero decir, en limitar siempre nuestras peticiones en oraci�n por bendiciones espirituales, a la Iglesia; en conformidad con el modelo de Cristo. No ruego por el mundo, dijo Jes�s, sino por los que me diste. Juan 17:9 .

Ciertamente es muy conveniente y conveniente en la Iglesia y en cada individuo de la Iglesia, seguir el ejemplo de Cristo en esta, as� como en cualquier otra ocasi�n que sea imitable. Como no sabemos qui�nes son o qui�nes no son los miembros del cuerpo de Cristo, en innumerables casos, a menudo no podemos hablar de personas como lo hizo Jes�s; sin embargo, seguiremos los pasos del Se�or en este particular en oraci�n, si siempre calificamos nuestras peticiones de bendiciones espirituales para alguna, con una subjunta: Si es la santa voluntad y el agrado del Se�or.

Un ni�o si Dios, al buscar gracia para su familia, para sus peque�os, y llevarlos a las ordenanzas con este prop�sito, para presentarlos ante el Se�or, para su bendici�n; No se equivocar�, mientras pida, todo lo que pida por ellos, con esta cl�usula gratificante: Si es tu santa voluntad. As� fue como la gente llev� a sus enfermos y enfermos al Se�or Jes�s, en los d�as de su carne; suplic�ndole que s�lo tocaran el borde de su manto.

Marco 6:55 . Y si hacemos lo mismo ahora, en el d�a del poder de Cristo; aqu� debemos descansar. Y, si el Se�or les da un esp�ritu de oraci�n; es una esperanza bienaventurada que el Se�or le responda con misericordia. Adem�s, no podemos presumir, ni ser sabios por encima de lo que est� escrito, ni dictar al Se�or sus obras.

Versículos 5-7

(5) Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre; (6) El cual se dio a s� mismo en rescate por todos, para ser testificado a su debido tiempo. (7) De lo cual fui ordenado predicador y ap�stol (digo la verdad en Cristo, y no miento), maestro de los gentiles en fe y verdad.

Cada parte de estos vers�culos es importante y merece nuestra atenci�n especial. Cuando Pablo habla aqu� de Un Dios, en alusi�n a la unidad de su naturaleza y esencia divinas, evidentemente est� hablando de esa unidad, tal como se manifiesta a la Iglesia, en las transacciones del Pacto del Padre, el Hijo y el Esp�ritu Santo; a modo de mostrar la unidad del designio, en toda la gracia mostrada a la Iglesia, desde los Santos Tres, en Uno.

Y por lo tanto, habiendo declarado esta unidad en Dios, tanto en su naturaleza como en sus prop�sitos; el Ap�stol agrega inmediatamente: y un Mediador entre Dios y los hombres; Jesucristo Hombre. Admiro la manera de expresarse del Ap�stol sobre este tema. Primero establece la unidad, tanto de la esencia como de la gracia, en relaci�n con los acuerdos de la Alianza en la naturaleza divina, como existiendo en una pluralidad de Personas: una en la naturaleza y una en el dise�o.

Luego lo presenta a �l, por cuya mediaci�n solamente, (pues �l lo llama expresamente Un Mediador, porque, de hecho, no podr�a haber otro :) los prop�sitos de este Pacto, solo podr�an ser tramitados. Y, aunque la naturaleza misma de su Oficina implicaba su Deidad; el Ap�stol, nada menos, se preocup� de expresar su virilidad; y por eso lo llama Jesucristo Hombre. Como tanto la Persona de Cristo como el oficio de Cristo, como Mediador, son puntos de importancia infinita, para que el lector tenga una clara aprehensi�n al respecto, no se disgustar� si considero el tema un poco m�s particularmente.

La misma idea de mediaci�n lleva consigo la convicci�n de que debe haber existido alguna brecha, entre dos o m�s partes que, antes de esta disputa, hab�an sido amistosas entre s�. Tal fue el caso entre Dios y el hombre, cuando Cristo sali�, bajo este car�cter, de Mediador. Cuando en la creaci�n, Ad�n fue formado por primera vez, se nos dice, que Dios vio todo lo que hab�a hecho, y he aqu� que era muy bueno.

G�nesis 1:31 . En consecuencia, hab�a perfecta armon�a en ese momento, entre Dios y el hombre. Pero, cuando Ad�n cay� por transgresi�n, se produjo una brecha mortal. Y Cristo, como Dios y hombre en una Persona, podr�a ser el �nico Mediador, para compensarlo. La forma en que Cristo lo logr�, no se menciona tanto en este lugar, porque esto est� completamente establecido en otras partes de las Escrituras.

Pero el Ap�stol aqu� se refiere principalmente a su Persona y su oficio como Mediador. Unas pocas palabras sobre cada uno de ellos servir�n, seg�n la ense�anza del Se�or, para aclarar el asunto. El Se�or instruya amablemente tanto al escritor como al lector.

Un Mediador, para lograr una reconciliaci�n entre partes tan dis�miles, como un Dios santo y un hombre imp�o; Debe suponerse, en la naturaleza misma de las cosas, poseer habilidades de un tipo muy peculiar, y tales que, de no ser por la maravillosa y misteriosa uni�n de Dios y el hombre en una Persona, nunca se hubieran podido encontrar. �l, que se comprometi� a reparar la terrible brecha que el pecado hab�a abierto entre Dios y el hombre; debe saber, lo que era adecuado a la dignidad de Dios para recibir; y lo que correspond�a a la naturaleza del hombre para ofrecer.

Y, como en el �ltimo caso, era evidente en la primera cara de las cosas, que el hombre no ten�a nada en s� mismo que ofrecer, sino por un sustituto, que Cristo en su naturaleza humana solo pod�a realizar: as�, en el primero, nadie m�s que Dios. Quien sab�a lo que es el pecado, y lo que resultaba conveniente que Dios lo recibiera, pod�a formar cualquier concepci�n del plan mediante el cual se pudiera obtener la paz; y, por tanto, Cristo en su naturaleza divina, s�lo pod�a ser competente, tanto para el conocimiento como para la realizaci�n.

Y tal, por tanto, es Cristo: Dios y Hombre en una Persona. Y, de todos los temas sobre la tierra, en relaci�n con nuestra redenci�n, este es el m�s bendito y consolador. �l, que se comprometi� a mediar la paz con la sangre de su cruz: y solo �l, al participar de ambas naturalezas, Dios y el hombre, se convirti�, lo que Job anhelaba tan ardientemente contemplar, un verdadero Diaria, como lo llam� el Patriarca, que pudiera poner su mano sobre ambas partes.

Job 9:33 . �l, y solo �l, el hombre compa�ero de Dios, como Dios mismo lo llam�, se convirti� en el �nico, competente para la ardua labor. Zacar�as 13:7 . Y �oh! �Qu� gracia, amor, misericordia, ternura, sabidur�a y compasi�n se manifiestan en la alta empresa?

En este oficio de mediaci�n, le corresponde a �l, que actu� con este alto car�cter de Mediador, hacer justicia a Dios; y sin embargo, hacerlo de tal manera, y manera, que no sea ruinoso para el hombre. Y esto, el Se�or Jes�s logr�, al convertirse en Fianza del pecador; por lo cual, en su obediencia y muerte, hizo m�s para glorificar a Dios, de lo que podr�a haber hecho mediante el castigo del hombre, por toda la eternidad. Por lo tanto, su Deidad no s�lo proporcion� capacidad para la ejecuci�n de ambos, sino que imprimi� a ambos un valor infinito, que compens� con creces el da�o causado por el hombre; y obtuvo una redundancia de m�rito, para la felicidad eterna del hombre en el favor de Dios, que una eternidad entera nunca podr� compensar por completo.

Y aqu� reside la bienaventuranza de Cristo, como Dios-hombre-Mediador, el �nico posible apto para el oficio. Porque si Cristo no hubiera sido Dios, el m�rito de su obediencia no podr�a haberlo satisfecho. En este caso, no habr�a habido un Todopoderoso de poder en �l, para levantar nuestra naturaleza de las ruinas de la ca�da; tampoco, haber vencido al pecado ya Satan�s, la muerte y el infierno, por sus victorias personales; en los triunfos sobre los cuales, nuestra salvaci�n estuvo eternamente preocupada.

Y si Cristo no hubiera sido hombre, su obediencia no habr�a sido la obediencia que la ley requer�a; ni pudo haber hecho de su alma una ofrenda por el pecado. Pero ahora, por la uni�n de ambos, en una Persona, se ha manifestado como el Uno, y el �nico, Mediador todo suficiente y glorioso entre Dios y el hombre; el hombre Jesucristo. Hebreos 2:14

Dejemos que el lector se ocupe de lo que se dice, de que se da a s� mismo un rescate para que todos sean testificados a su debido tiempo. �Una expresi�n maravillosa! Se dio a s� mismo. No es una oferta costosa; no d�divas de oro, ni todas las especias arom�ticas de Oriente; ni millares de carneros, ni diez millares de r�os de aceite. Pero �l mismo. El Esp�ritu Santo pone gran �nfasis en esta preciosa palabra, �l y �l mismo: Ver Efesios 1:10 ; Colosenses 1:20 ; Hebreos 1:3 : Ver comentario.

Un rescate por todos. �A qui�nes se refieren todos? Seguramente no toda la humanidad. Porque en ese caso, todo lo que se diga de su Iglesia elegida, ser�a una distinci�n innecesaria. Adem�s, si toda la humanidad est� incluida en este rescate; entonces es necesario que todos sean salvos para siempre; y la destrucci�n final de los imp�os, que las Escrituras afirman, no puede tener lugar. Pero el todo por quien Cristo se dio a s� mismo en rescate, se explica en la �ltima parte del vers�culo; aquellos de quienes se testifica a su debido tiempo, es decir, en quienes Dios el Esp�ritu regenera y da testimonio a sus esp�ritus de que son hijos de Dios.

Romanos 8:14 . Nuestro Se�or mismo, al hablar del tema de darse a s� mismo en rescate, declara que es para muchos; que tiene el mismo significado. Ver Mateo 20:28 . Y Pablo retoma el mismo tema que su divino Maestro, a lo largo de toda su predicaci�n, al declararse Ap�stol para este prop�sito, de ser maestro de los gentiles, sobre esos grandes puntos de fe y de verdad.

Versículos 8-15

(8) Por tanto, quiero que los hombres oren en todas partes, levantando manos santas, sin ira y sin dudar. (9) ?� De la misma manera tambi�n, que las mujeres se vistan con ropa modesta, con verg�enza y sobriedad; no con el pelo peinado, ni con oro, ni con perlas, ni con adornos costosos; (10) Pero (lo que conviene a las mujeres que profesan piedad) con buenas obras. (11) Que la mujer aprenda en silencio con toda sujeci�n. (12) Pero no permito que una mujer ense�e, ni que usurpe autoridad sobre el hombre, sino que est� en silencio.

(13) Porque Ad�n fue formado primero, luego Eva. (14) Y Ad�n no fue enga�ado, pero la mujer que fue enga�ada cometi� la transgresi�n. (15) Sin embargo, ella se salvar� engendrando hijos, si permanecen en la fe, la caridad y la santidad con sobriedad.

No creo que sea necesario engrosar nuestras p�ginas con un comentario sobre lo que es tan sencillo como para no necesitarlo. Por lo tanto, s�lo detendr� al lector para que observe, en la �ltima parte de este p�rrafo, una palabra o dos, en relaci�n con lo que se dice de nuestros primeros Padres. La pregunta es, �quiso el Esp�ritu Santo, por medio de Pablo, echar toda la culpa sobre la mujer, por haber sido enga�ada? cuando se dice que Ad�n no fue enga�ado? Confieso que no me atrevo a hablar decididamente sobre ello.

Pero, sin embargo, creo que el hombre era el mayor transgresor de los dos. La Mujer fue enga�ada por la sutileza de la Serpiente. Pero Ad�n no fue enga�ado, dice el Esp�ritu Santo. Y como pec� contra la luz y el conocimiento; y eligi� involucrarse con su esposa en la ruina, en lugar de obedecer a Dios; deber�a parecer, que �l era el pecador m�s atrevido. Pero, sea como fuere, la dulce conclusi�n de la promesa, con la que termina el Cap�tulo, llega al alivio de ambos, de una manera muy amable.

Ella se salvar� engendrando hijos; es decir, no es una promesa absoluta, que las mujeres de fe, y en el amor de Dios, ser�n todas llevadas a trav�s de la hora extrema de la naturaleza, en la procreaci�n de hijos; no obstante la sentencia sobre la primera mujer, en el huerto, por su transgresi�n, que con dolor dar�a a luz hijos: G�nesis 3:16 .

porque bien sabemos, muchas mujeres misericordiosas han muerto en ese tiempo. Pero la promesa parece ser de naturaleza espiritual. Y la maternidad de la que se habla aqu�, es de la simiente de Eva, s�, Cristo. Al dar a luz a �l, ella (y toda la fe en Cristo como ella) ser� salva, a pesar de las transgresiones originales y actuales, de ella misma y de todos sus hijos. Este me parece que es el significado del pasaje.

La propia Eva, considerada personalmente, no pod�a tener otro inter�s en la promesa que en este, o en un sentido espiritual algo similar, ya que ella misma hab�a estado muerta durante siglos antes de que se diera esta promesa.

Versículo 15

REFLEXIONES

En la apertura de este Cap�tulo, obtenemos autoridad para el uso de la oraci�n, no solo para la Iglesia, sino para el mundo: mientras que el precepto, que prescribe las oraciones para todos los hombres, dirige claramente a lo que debe conducir el tema de esas oraciones. . Y, mientras la Iglesia se convierte en una bendici�n, como un roc�o del Se�or, en medio de mucha gente, para evitar que toda la comunidad consuma la sequ�a; la Iglesia obtiene protecci�n, en la quietud temporal, de la prosperidad de la naci�n donde habita.

Bendito Mediador de tu pueblo. �Cada vista renovada de ti es refrescante para el alma! �Se�or! sea ??testificado a su debido tiempo, a todos tus hijos comprados con sangre, el rescate infinitamente precioso que has dado de ti mismo para redimirlos de toda iniquidad. Y �oh! Que la dulce seguridad de la salvaci�n, en el parto, cuando nuestro gran Emmanuel naci� de mujer, abra una fuente eterna de consuelo para toda su simiente fiel.

Y si agrada a nuestro Dios, que todas las fieles hijas de tu generaci�n escogida, mientras participan del fruto de Eva de la transgresi�n, al pasar por la hora del dolor, participen tambi�n de esta dulce promesa en ti; y haz que por tu Santo Esp�ritu, perseveren en fe, caridad y santidad, con sobriedad.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre 1 Timothy 2". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/1-timothy-2.html. 1828.