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Bible Commentaries
2 Crónicas 16

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

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Versículo 1

CONTENIDO

Este cap�tulo cierra la historia de Asa. Despu�s de un largo reinado y una larga prosperidad, como consecuencia de los nuevos problemas que surgen, Asa env�a al rey de Siria en busca de ayuda. Al ser reprendido por el profeta, Asa manifiesta gran disgusto. Est� enfermo; no busca a Dios, sino a los m�dicos, en busca de ayuda. Muere y es sepultado con gran pompa.

Versículos 1-3

Aqu� hay un relato melanc�lico de Asa despu�s de una relaci�n tan ilustre como la que hemos tenido con �l antes. �Es posible que el hombre que hab�a sido tan favorecido por el Se�or; hab�a entrado en pacto con Dios; y disfrutado de sus dulces durante tantos a�os, �deber�a alarmarse ante la proximidad de un poder como el de Siria? Tenemos la cuenta de esta transacci�n, 1 Reyes 15:1 .

Sin embargo, hay alguna diferencia, en la cronolog�a del relato, entre lo que aqu� se relata y en el libro de los Reyes; al que remito el Reader. Su alianza con Ben-adad, un pagano, es singular en un hombre de la piedad de Asa. �Pobre de m�! �Qu� propensi�n hay en nuestra naturaleza corrupta, a ser justos con el mundo carnal e imp�o! �Pero lector! Dependen de ello, toda reincidencia de este tipo traer� su propio flagelo.

Versículos 4-6

El sirio se vali� de buena gana para castigar a Israel. Herodes y Pilato ser�n buenos amigos cuando se unan contra Jes�s. Pero si no fuera por esto, ser�an enemigos jurados.

Versículos 7-9

Qu� cosa tan preciosa es para todos los amos, si pudieran ser verdaderamente sensibles, tener siervos fieles. En la iglesia de Dios, �cu�n esencial es que los predicadores sean as�! Qu� hermoso relato de la presciencia y el conocimiento divinos se da aqu� de nuestro Dios. Sus ojos, no apenas mirando, sino recorriendo la tierra. Y esto, no para informarse, sino para convencer a su pueblo de lo cerca que est� de su liberaci�n.

�Bendito Jes�s! concede que nunca pierda de vista esta preciosa verdad. Ciertamente, querido Se�or, si est�s mirando, bien puedo confiar en ti y en tu fuerza. Pero qu� pensamiento tan melanc�lico es cuando las experiencias pasadas de la bondad del Se�or no son suficientes con nuestros corazones incr�dulos para engendrar una confianza sincera, firme e inquebrantable. Qu� hermoso contraste con esta conducta de Asa fue la de Samuel entre Mizpa y Sem, cuando levant� su Eben-ezer, diciendo: Hasta aqu� el Se�or nos ha ayudado.

1 Samuel 7:12 . �Y no podemos t� y yo, lector, establecer nuestro hasta ahora? Y si nuestro actual Ebenezer depende de ello, nunca, excepto por la incredulidad de nuestro coraz�n, diremos con verdad: Jehov� me ha desamparado, y mi Se�or se ha olvidado de m�. Isa�as 49:14 .

Versículo 10

�Pobre de m�! qu� cuadro tan espantoso es este de Asa. �Oh! cu�n evidente es cuando los hombres se enfr�an hacia Dios que se impacientan ante la reprensi�n; �Y cu�n ilimitada es la ira de la mente humana! No s�lo el predicador, sino tambi�n los oyentes, si dan la impresi�n de que aprobaron el serm�n, participar�n en el resentimiento del hombre airado.

Versículos 11-14

La enfermedad de Asa parece haber sido notable, como si fuera peculiarmente enviada por el Se�or, que se describe as�: Quiz�s una cojera. Hab�a confinado al profeta, y ahora el Se�or lo confina. Pero la prisi�n del profeta se convirti� en un palacio, porque el Se�or estaba con �l: el palacio de Asa en un calabozo, porque no ten�a la luz del rostro divino. Busc� la ayuda del m�dico. Olvid� que es competencia del Se�or matar y dar vida, hacer descender al sepulcro y hacer subir.

�Oh! �Qu� miserables consoladores son todos los hombres! Los m�dicos no tienen ning�n valor a menos que el Se�or los encomiende, ya sea para el cuerpo o el alma. Su muerte fue espantosa. De su entierro leemos, de hecho, que fue asistido con gran pompa. Pero �oh! cu�n preferible es un susurro de gracia del Se�or, en una hora agonizante, que todos los gritos de los hombres sin �l sobre las cenizas inconscientes. �Oh! Para que esa voz sea escuchada y sentida, tanto por el Lector como por el Escritor en la �ltima hora, �Bienaventurados los muertos que mueren en el Se�or! �S�! bendito Jes�s! sea ??mi porci�n vivir para ti y morir en ti; y entonces la muerte ser� tan preciosa como las especias, y acostado con Cristo los olores m�s dulces. Apocalipsis 14:13 .

Versículo 14

REFLEXIONES

Es imposible cerrar nuestra vista de la vida de Asa sin tener la mente ejercitada con pensamientos solemnes sobre una historia tan misteriosa y extraordinaria. El Esp�ritu Santo ha hecho dos veces que se registre en su historia, que aunque los lugares altos no fueron quitados; sin embargo, el coraz�n de Asa fue perfecto para con el Se�or todos sus d�as. Por tanto, aunque su fin tard�o difiri� tan materialmente del principio, sin embargo, se nos induce a tener la esperanza de que una obra de gracia hab�a pasado sobre su alma; y aunque por su rebeli�n y partida, como un ni�o obstinado, bajo correcci�n, fue acostado en la oscuridad; sin embargo, un ni�o todav�a, y misericordiosamente considerado as� por su misericordioso Dios y Padre en Cristo.

�Pero lector! dejando la historia de Asa, que usted y yo nos esforcemos por hacer las mejoras adecuadas y oportunas a partir de ella, que un caso tan solemne y llamativo est� sumamente calculado para proponer. Cuando vemos como en su caso, y en el caso de otros, como el ap�stol Pablo habla, en cuyos corazones se ha manifestado una obra de gracia, que todav�a llevan consigo un cuerpo de pecado, �oh! que sirva para ense�arnos con qu� cautela y cautela los creyentes en Jes�s deben tener su conversaci�n en el mundo.

Si Pablo mismo gimi� como consecuencia de esto, y a�os despu�s de su regeneraci�n declar� que era carnal, vendido al pecado; que el bien que har�a, no lo hizo; pero que el mal que �l no quiso que lo hiciera. �Oh! �Piensa, hermano m�o, qu� masa de pecado es esta parte no renovada de nuestra naturaleza que es el cuerpo, y con qu� santos celos debemos velar por �l, para que no arrastre el alma de payaso! Con cu�nta frecuencia Satan�s, uni�ndose a los restantes deseos corruptos de nuestra naturaleza, nos invita a Jes�s; �y en qu� innumerables ocasiones encontramos nuestros corazones desviados de todo lo que es verdaderamente precioso, de Jes�s, de nuestra felicidad, de su palabra, de su pueblo!

�Oh! �T�, Santo de Israel! el Se�or nuestra justicia! Cu�n querido eres para mi alma en este, entre otros mil puntos de vista, en los que veo y siento mi necesidad diaria de ti. �Qui�n me librar� de este cuerpo de muerte? Nadie m�s que Jes�s puede realizar esta obra poderosa, porque todos los �ngeles del cielo son incompetentes para tal servicio. Y bendito, bendito por siempre tu amado nombre, en verdad te llamas Jes�s, porque salvar�s a tu pueblo de sus pecados.

Con tu sangre los redimiste de todos los poderes del infierno y de las tinieblas; y los tienes, y los salvar�s de s� mismos y de su propia naturaleza corrupta. �Se le quitar� la presa al valiente (dice Dios por medio de su siervo el profeta) o se librar� al leg�timo cautivo? �Y lector! Recuerda que todo pecador es un cautivo leg�timo, que por el pecado se ha entregado al servicio de Satan�s. Pero as�, dice el Se�or, aun los cautivos de los valientes ser�n llevados, y la presa de los terribles ser� librada.

Porque contender� con los que contienden contigo, y salvar� a tus hijos. Isa�as 49:24 . �Oh! preciosa, preciosa promesa de un Dios del pacto en Cristo, hecha a la persona de nuestro querido Emanuel; y en �l confirmado seguro a toda su simiente.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre 2 Chronicles 16". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/2-chronicles-16.html. 1828.
 
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