Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
advertisement
advertisement
advertisement
Attention!
Take your personal ministry to the Next Level by helping StudyLight build churches and supporting pastors in Uganda.
Click here to join the effort!
Click here to join the effort!
Bible Commentaries
Comentario del Pobre Hombre de Hawker Comentario del Pobre Hombre
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto Cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con Permiso.
Estos archivos están en el dominio público.
Texto Cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con Permiso.
Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre 2 Chronicles 16". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/2-chronicles-16.html. 1828.
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre 2 Chronicles 16". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
CONTENIDO
Este cap�tulo cierra la historia de Asa. Despu�s de un largo reinado y una larga prosperidad, como consecuencia de los nuevos problemas que surgen, Asa env�a al rey de Siria en busca de ayuda. Al ser reprendido por el profeta, Asa manifiesta gran disgusto. Est� enfermo; no busca a Dios, sino a los m�dicos, en busca de ayuda. Muere y es sepultado con gran pompa.
Versículos 1-3
Aqu� hay un relato melanc�lico de Asa despu�s de una relaci�n tan ilustre como la que hemos tenido con �l antes. �Es posible que el hombre que hab�a sido tan favorecido por el Se�or; hab�a entrado en pacto con Dios; y disfrutado de sus dulces durante tantos a�os, �deber�a alarmarse ante la proximidad de un poder como el de Siria? Tenemos la cuenta de esta transacci�n, 1 Reyes 15:1 .
Sin embargo, hay alguna diferencia, en la cronolog�a del relato, entre lo que aqu� se relata y en el libro de los Reyes; al que remito el Reader. Su alianza con Ben-adad, un pagano, es singular en un hombre de la piedad de Asa. �Pobre de m�! �Qu� propensi�n hay en nuestra naturaleza corrupta, a ser justos con el mundo carnal e imp�o! �Pero lector! Dependen de ello, toda reincidencia de este tipo traer� su propio flagelo.
Versículos 4-6
El sirio se vali� de buena gana para castigar a Israel. Herodes y Pilato ser�n buenos amigos cuando se unan contra Jes�s. Pero si no fuera por esto, ser�an enemigos jurados.
Versículos 7-9
Qu� cosa tan preciosa es para todos los amos, si pudieran ser verdaderamente sensibles, tener siervos fieles. En la iglesia de Dios, �cu�n esencial es que los predicadores sean as�! Qu� hermoso relato de la presciencia y el conocimiento divinos se da aqu� de nuestro Dios. Sus ojos, no apenas mirando, sino recorriendo la tierra. Y esto, no para informarse, sino para convencer a su pueblo de lo cerca que est� de su liberaci�n.
�Bendito Jes�s! concede que nunca pierda de vista esta preciosa verdad. Ciertamente, querido Se�or, si est�s mirando, bien puedo confiar en ti y en tu fuerza. Pero qu� pensamiento tan melanc�lico es cuando las experiencias pasadas de la bondad del Se�or no son suficientes con nuestros corazones incr�dulos para engendrar una confianza sincera, firme e inquebrantable. Qu� hermoso contraste con esta conducta de Asa fue la de Samuel entre Mizpa y Sem, cuando levant� su Eben-ezer, diciendo: Hasta aqu� el Se�or nos ha ayudado.
1 Samuel 7:12 . �Y no podemos t� y yo, lector, establecer nuestro hasta ahora? Y si nuestro actual Ebenezer depende de ello, nunca, excepto por la incredulidad de nuestro coraz�n, diremos con verdad: Jehov� me ha desamparado, y mi Se�or se ha olvidado de m�. Isa�as 49:14 .
Versículo 10
�Pobre de m�! qu� cuadro tan espantoso es este de Asa. �Oh! cu�n evidente es cuando los hombres se enfr�an hacia Dios que se impacientan ante la reprensi�n; �Y cu�n ilimitada es la ira de la mente humana! No s�lo el predicador, sino tambi�n los oyentes, si dan la impresi�n de que aprobaron el serm�n, participar�n en el resentimiento del hombre airado.
Versículos 11-14
La enfermedad de Asa parece haber sido notable, como si fuera peculiarmente enviada por el Se�or, que se describe as�: Quiz�s una cojera. Hab�a confinado al profeta, y ahora el Se�or lo confina. Pero la prisi�n del profeta se convirti� en un palacio, porque el Se�or estaba con �l: el palacio de Asa en un calabozo, porque no ten�a la luz del rostro divino. Busc� la ayuda del m�dico. Olvid� que es competencia del Se�or matar y dar vida, hacer descender al sepulcro y hacer subir.
�Oh! �Qu� miserables consoladores son todos los hombres! Los m�dicos no tienen ning�n valor a menos que el Se�or los encomiende, ya sea para el cuerpo o el alma. Su muerte fue espantosa. De su entierro leemos, de hecho, que fue asistido con gran pompa. Pero �oh! cu�n preferible es un susurro de gracia del Se�or, en una hora agonizante, que todos los gritos de los hombres sin �l sobre las cenizas inconscientes. �Oh! Para que esa voz sea escuchada y sentida, tanto por el Lector como por el Escritor en la �ltima hora, �Bienaventurados los muertos que mueren en el Se�or! �S�! bendito Jes�s! sea ??mi porci�n vivir para ti y morir en ti; y entonces la muerte ser� tan preciosa como las especias, y acostado con Cristo los olores m�s dulces. Apocalipsis 14:13 .
Versículo 14
REFLEXIONES
Es imposible cerrar nuestra vista de la vida de Asa sin tener la mente ejercitada con pensamientos solemnes sobre una historia tan misteriosa y extraordinaria. El Esp�ritu Santo ha hecho dos veces que se registre en su historia, que aunque los lugares altos no fueron quitados; sin embargo, el coraz�n de Asa fue perfecto para con el Se�or todos sus d�as. Por tanto, aunque su fin tard�o difiri� tan materialmente del principio, sin embargo, se nos induce a tener la esperanza de que una obra de gracia hab�a pasado sobre su alma; y aunque por su rebeli�n y partida, como un ni�o obstinado, bajo correcci�n, fue acostado en la oscuridad; sin embargo, un ni�o todav�a, y misericordiosamente considerado as� por su misericordioso Dios y Padre en Cristo.
�Pero lector! dejando la historia de Asa, que usted y yo nos esforcemos por hacer las mejoras adecuadas y oportunas a partir de ella, que un caso tan solemne y llamativo est� sumamente calculado para proponer. Cuando vemos como en su caso, y en el caso de otros, como el ap�stol Pablo habla, en cuyos corazones se ha manifestado una obra de gracia, que todav�a llevan consigo un cuerpo de pecado, �oh! que sirva para ense�arnos con qu� cautela y cautela los creyentes en Jes�s deben tener su conversaci�n en el mundo.
Si Pablo mismo gimi� como consecuencia de esto, y a�os despu�s de su regeneraci�n declar� que era carnal, vendido al pecado; que el bien que har�a, no lo hizo; pero que el mal que �l no quiso que lo hiciera. �Oh! �Piensa, hermano m�o, qu� masa de pecado es esta parte no renovada de nuestra naturaleza que es el cuerpo, y con qu� santos celos debemos velar por �l, para que no arrastre el alma de payaso! Con cu�nta frecuencia Satan�s, uni�ndose a los restantes deseos corruptos de nuestra naturaleza, nos invita a Jes�s; �y en qu� innumerables ocasiones encontramos nuestros corazones desviados de todo lo que es verdaderamente precioso, de Jes�s, de nuestra felicidad, de su palabra, de su pueblo!
�Oh! �T�, Santo de Israel! el Se�or nuestra justicia! Cu�n querido eres para mi alma en este, entre otros mil puntos de vista, en los que veo y siento mi necesidad diaria de ti. �Qui�n me librar� de este cuerpo de muerte? Nadie m�s que Jes�s puede realizar esta obra poderosa, porque todos los �ngeles del cielo son incompetentes para tal servicio. Y bendito, bendito por siempre tu amado nombre, en verdad te llamas Jes�s, porque salvar�s a tu pueblo de sus pecados.
Con tu sangre los redimiste de todos los poderes del infierno y de las tinieblas; y los tienes, y los salvar�s de s� mismos y de su propia naturaleza corrupta. �Se le quitar� la presa al valiente (dice Dios por medio de su siervo el profeta) o se librar� al leg�timo cautivo? �Y lector! Recuerda que todo pecador es un cautivo leg�timo, que por el pecado se ha entregado al servicio de Satan�s. Pero as�, dice el Se�or, aun los cautivos de los valientes ser�n llevados, y la presa de los terribles ser� librada.
Porque contender� con los que contienden contigo, y salvar� a tus hijos. Isa�as 49:24 . �Oh! preciosa, preciosa promesa de un Dios del pacto en Cristo, hecha a la persona de nuestro querido Emanuel; y en �l confirmado seguro a toda su simiente.