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Bible Commentaries
2 Reyes 2

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

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Versículo 1

CONTENIDO

Este es un cap�tulo interesante, ya que contiene la historia del traslado de El�as al cielo y del establecimiento de Eliseo como su sucesor en el oficio prof�tico sobre la tierra: la divisi�n del Jord�n; curando las aguas: los ni�os burl�ndose de Eliseo, destrozados y destruidos.

2 Reyes 2:1

La ascensi�n de El�as al cielo, sin pasar por el pasaje intermedio de la muerte, es llamativa y singular; nunca antes tal evento sucedi�, excepto en el caso de Enoch; (ver G�nesis 5:24 , comparado con Hebreos 11:5 ) merece una atenci�n m�s particular.

Algunos han pensado que el honor conferido a este hombre se debi� a su gran piedad. Y otros han conjeturado que fue para despertar la atenci�n del pueblo del Se�or, Israel, a la consideraci�n de otro estado, que, de su larga degeneraci�n en idolatr�a, fue casi borrado de sus mentes oscuras y terrenales. Pero aunque este �ltimo motivo podr�a, en un punto de vista secundario, estar en el dise�o; sin embargo, no se me puede hacer pensar que la piedad y fidelidad singulares de El�as, por grandiosas que sean estas dos cualidades (a trav�s de la gracia) en la vida del profeta, fueran la causa.

M�s bien pienso que tanto en la era patriarcal, en el caso de Enoc, como ahora, mientras la iglesia estaba en Cana�n, en el caso de El�as, estas cosas ten�an la intenci�n total de significar ese glorioso evento de aqu� en adelante que tendr�a lugar en la iglesia de El�as. Dios, en la ascensi�n de nuestro Se�or Jesucristo. �No quiso Dios nuestro Padre, con circunstancias tan notables, dar a la vieja iglesia v�vidas se�ales del triunfo de nuestro Jes�s quien, en este regreso al cielo, entr� como el glorioso precursor de su pueblo y tom� posesi�n del reino en su nombre? ? Visto desde este punto de vista, �oh! �Cu�n inconcebiblemente dulce y precioso es este relato de El�as, querido Se�or Jes�s, si por tu bendito Esp�ritu nuestros puntos de vista sobre este tema se dirigen a la comprensi�n correcta de �l! �Oh!

Versículos 2-6

Parecer�a que tanto Eliseo como El�as ten�an conocimiento del gran acontecimiento que estaba por ocurrir. Y de hecho fue generalmente conocido entre los hijos de los profetas. No se dice por qu� medios se hizo la revelaci�n. Pero de cu�les fueron los sentimientos de la escuela de los profetas, y de Eliseo, sobre esta partida de El�as, s�lo podemos hacernos conjeturas. Sin duda, El�as llen� cada hora, a medida que avanzaba el tiempo, dando la instrucci�n adecuada y el consuelo a quienes lo rodeaban.

Parece haber habido un deseo en el viejo profeta de tener privacidad, ya que muchas veces le ped�a a Eliseo que se quedara detr�s de �l. �Aqu�, lector! podemos aprender una lecci�n; cu�n adecuado es para los moribundos, y especialmente para los creyentes moribundos, estar libres de muchas interrupciones. Es cierto, de hecho, se convierte en un oficio muy importante del creyente moribundo dejar un rico testimonio detr�s de quien es, y de su segura expectativa de morir en el Se�or.

Pero una vez hecho esto, el verdadero creyente en Jes�s tiene demasiado que decirle al mismo Jes�s como para sufrir la interrupci�n del mundo o de la gente del mismo. Pero aqu�, querido Se�or Jes�s, �no dejar� que El�as y su sucesor vayan de Gilgal a Betel, y de Betel a Jeric� y el Jord�n, para contemplarte en el huerto de Getseman� y en la cena del desayuno? �Oh! Cu�n dulce ese discurso sigui� y termin� con una oraci�n, en la que entregaste a tu pueblo a tu Padre antes de la noche terrible, cuando hac�a fr�o, para obligar a los siervos de los Sumos Sacerdotes a hacer un fuego para calentarse, �Tu sudor y tu agon�a fueron tan grandes que indujeron a grandes gotas de sangre a caer al suelo desde tu cuerpo sagrado! �Aqu�, querido Jes�s! aqu� hay un tema suficiente para despertar la animaci�n en el coraz�n m�s sin vida. VerLucas 22:39 .

Versículos 7-8

Ese sagrado r�o Jord�n, �qu� milagros se han realizado en �l! Aqu� fue donde Josu�, como un tipo del Se�or Jes�s, hizo una aparici�n tan ilustre. Ver Josu� 3:1 . �Encabezamiento! como el arca que siempre se consider� un tipo vivo y s�mbolo de la presencia de Dios, hizo para Josu� un pasaje seco y seguro sobre el Jord�n; as� a El�as.

El Jord�n mismo es como el r�o de la muerte. Jes�s ha abierto un pasaje seguro y f�cil a trav�s de �l para todos sus seguidores. Aqu�, de acuerdo con la representaci�n sumamente terminada del profeta, los redimidos del Se�or pasar�n de largo. Jes�s mismo es el camino; y por su obra de redenci�n acabada, dividi� las aguas de aqu� para all�; para que los fieles pasen como por tierra seca. Isa�as 35:9 .

Versículos 9-10

La pregunta de El�as difiere de la respuesta de Eliseo. �Qu� har� por ti? Mientras que lo que Eliseo deseaba, no era lo que El�as pod�a hacer. No ten�a los dones del esp�ritu a su disposici�n. Por lo tanto, el profeta que part�a parece haberlo remitido al Se�or, y haber dejado su decisi�n en su conocimiento por una se�al. La mayor belleza de este pasaje, como me sorprende, es notar en qu� el siervo El�as difiere de su amo Jes�s.

El profeta El�as desea saber qu� debe hacer por Eliseo antes de dejarlo, consciente de que no podr� hacer nada por �l despu�s. Pero nuestro Jes�s, como para ense�ar a su pueblo que su partida era para poder entrar m�s especialmente en su glorioso oficio de intercesor, les pidi� que pidieran todo lo que necesitaran en su nombre, y les prometi� que se les har�a. �Lector! marque esto en los memorandos de su coraz�n, porque es una vista preciosa del Se�or Jes�s. Juan 15:16 .

Versículo 11

En lugar de indagaciones improductivas e impropias sobre este evento, preferir�a remitir al lector a la consideraci�n de cu�n vivaz era el tipo de profeta, en este caso, de su divino maestro. �Y no es probable (porque ruego que se entienda que no pretendo decir tanto) que desde este punto de vista del profeta, en su traducci�n, como Enoc, a la gloria, las mentes de los fieles en la iglesia a trav�s de todas las edades intermedias, desde El�as hasta Cristo, fueron fortalecidas en su fe en el Salvador venidero; �Los contornos de cuya obra redentora se familiarizaron para salvarlos? Hebreos 11:5 .

Versículo 12

Por la presente, Eliseo dio prueba de que se concedi� la petici�n que hab�a pedido. El desgarro de su vestidura quiz�s tuvo un significado mayor que la mera expresi�n de dolor.

Versículos 13-15

Por medio de la presente, el Se�or dio un testimonio decisivo de que Eliseo fue designado por �l como sucesor de su siervo El�as, �Oh! que todos los que ministran en las cosas santas ten�an cuidado de estar convencidos, que llevaban consigo sus credenciales.

Versículos 16-18

Hay algo de misterioso en esos versos. Que los hijos de los profetas estuvieran tan desprovistos de fe, y Eliseo se dejara llevar al permiso de lo que aqu� se dice parece tan verdaderamente inexplicable, que confieso que no s� en qu� sentido considerar el pasaje. Si el conjunto surgi� de la delgadez de su fe, s�lo sirve para ofrecer un nuevo ejemplo de debilidad humana.

�No podr�a el profeta en este caso, como en siglos posteriores, hizo Juan el Bautista con respecto a las preguntas de sus disc�pulos acerca de Cristo, enviarlos por su propia convicci�n a Jes�s? Mateo 2:2 . �Oh! bendito Jes�s! �Cu�n preciosa es en cada revisi�n tu obra terminada!

Versículos 19-22

Aqu� Eliseo entra en su ministerio. Y fue un hermoso servicio sanar las est�riles y corruptas aguas de Jeric�. Como las aguas de Mara, el remedio designado echado por el mandato del Se�or se volvi� eficaz para ambos. �Lector! comente conmigo, que este remedio en ambos casos fue del Se�or; y el remedio mismo tambi�n t�pico de Cristo. �No es Jes�s el sanador de todas nuestras marahs y de toda nuestra esterilidad? Y no es Jes�s todo esto como el Cristo de Dios; el Enviado, el Sellado del Padre! Juan 6:27 .

Versículos 23-25

En esta destrucci�n de los ni�os inicuos hay m�s evidencias impl�citas de lo que aqu� se relata. Si miramos en el libro de las Cr�nicas y comparamos lo que se dice all� con lo que, en este libro de los Reyes, aprendemos del estado actual despreciado y bajo de la iglesia, descubriremos que hasta tal grado de desprecio fue La causa del Se�or ahora sostenida por Israel, que la burla de los siervos de Dios era una pr�ctica com�n.

Aqu� el Se�or se complaci� en mostrar su aborrecimiento por este terrible juicio sobre los ni�os. No se dice que los mataron, sino que los destrozaron. Quiz�s, sin embargo, en muchos casos, si no en todos, podr�a seguir la muerte. 2 Cr�nicas 36:16 .

Versículo 25

REFLEXIONES

Paso por alto todas las consideraciones menores en la lectura de este cap�tulo, para contemplar con toda la debida gratitud al Se�or, como el bondadoso autor de la misericordia, tu feliz privilegio El�as, a quien tu Dios se complaci� en tomar para s� en gloria, sin pasar por alto. a trav�s del valle oscuro de sombra de muerte. �En verdad eras un siervo muy favorecido de nuestro Se�or! sin duda, como Enoc, as� El�as, encontr� la traducci�n por fe.

Porque nada m�s que el amor y la gracia del pacto de Dios en Cristo Jes�s, podr�a haber obtenido primero el cielo o haber abierto un camino de traslado all�. En esta visi�n creyente de Jes�s, y por la fe en su sangre y justicia, todos los fieles han vivido y muerto como vivieron, en el ejercicio de la misma. En este muy querido y santo nombre te saludo, profeta de mi Dios y Salvador en esta feliz partida tuya.

Y aunque ahora han transcurrido tantas edades desde entonces, sin embargo, en la fe de Aquel que es el mismo ayer, hoy y por los siglos, bendecir�a al Se�or Jes�s en el recuerdo de su gracia y bondad para contigo. Al mismo tiempo alabando su sant�simo nombre por todos sus siervos difuntos, quienes al pasar por el sepulcro a su hogar en gloria, no fueron menos amados, ni menos felices, pero hallados en la misma salvaci�n completa y consumada; se les administr� abundantemente la misma entrada al reino eterno de nuestro Se�or y Salvador Jesucristo.

Pero que no acaben aqu� mis meditaciones. �No veo en el siervo algunos de los tenues contornos del amo? �Ver� al profeta El�as subir al cielo en un torbellino, y no recordar� que el Se�or Dios de los profetas ascendi� visiblemente al cielo en presencia de sus ap�stoles, acompa�ado de �ngeles para honrar su triunfo? �S�! precioso Se�or! T� resucitado, ascendido y exaltado Redentor, mi alma emprender�a su vuelo en el ala de la fe al monte de Betania, y contemplar�a tu bendita persona, hasta que te segu� a la diestra del poder, y contempl� todas las cosas puestas. bajo tus pies! Y seguramente la distinguida misericordia manifestada al profeta El�as en este caso, fue principalmente con miras a mostrar a tu iglesia bajo la dispensaci�n del Antiguo Testamento, que tales ser�an tus gloriosos triunfos cuando hubieras conquistado el pecado, muerte, infierno y tumba; y por esto abri� tu reino a todos los creyentes.

�Y no era este El�as un tipo en muchas otras situaciones similares en las que se supon�a que un siervo marcaba los rasgos de su Se�or? �Era pobre el profeta y rico nuestro Jes�s? �Fue con la fuerza del sustento del Se�or cuarenta d�as y cuarenta noches al monte Horeb? �Y no fue Jes�s llevado por el Esp�ritu cuarenta d�as al desierto para ser tentado por el diablo? �Se multiplic� la viuda de la viuda bajo el ministerio de El�as por la palabra de Jehov�? �Y no recordar�, bendito Jes�s, c�mo se multiplicaron los panes y los peces bajo tu mano omnipotente, para dar pan al pueblo en el desierto? �Honr� el Se�or a su siervo hasta el punto de resucitar a la viuda del hijo de Sarepta? y pasar� por alto a quien por su propio poder llam� de la muerte a la viuda del hijo de Na�n; y como confirmaci�n de que era Dios, Sac� a L�zaro de la tumba, y �resucitar� en el �ltimo d�a los cuerpos de todos sus santos, porque �l es la resurrecci�n y la vida? �Oh! Precioso Se�or de todo tu pueblo, bendecir�a tu santo nombre en todo lo que leo de tus siervos ministrantes, de la gracia y misericordia manifestadas a ellos.

Y en todo lo que contemplo de los milagros realizados por su instrumentalidad, siempre te mirar�a como la causa. T� eres el autor y el consumador. Por ti reinan reyes, y pr�ncipes decretan justicia. Patriarcas, profetas y ap�stoles, y los fieles de todas las �pocas, han actuado bajo tu comisi�n y en tu nombre. Ante ti doblan la rodilla, y ahora todo el ej�rcito de ellos, tanto en el cielo como en la tierra, confiesan con alegr�a que Jesucristo es el Se�or, para gloria de Dios Padre.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre 2 Kings 2". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/2-kings-2.html. 1828.
 
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