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Daniel 4

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

Aqu� nos familiarizamos con otro sue�o de Nabucodonosor, que Daniel interpreta. El hecho de lo mismo tambi�n est� terriblemente relacionado.

Versículos 1-3

Aqu� el orgulloso e insolente monarca debe rendir cuentas por su atrevida impiedad hacia Dios y su crueldad hacia los siervos del Se�or. Y no solo se ve obligado a inclinarse ante la soberan�a del Se�or, sino tambi�n a publicar su deshonra en todo el mundo y a confesar que la mano del Se�or en su justo juicio hab�a estado sobre �l. �Lector! he aqu� en este hombre, cu�n seguras est�n las Escrituras en la verdad, que hay, debe haber, un d�a por venir a todo pecador, en el cual el Se�or juzgar� al mundo con justicia. Salmo 58:11 .

Versículos 4-18

Observe varios detalles sorprendentes en el relato de este hombre. Primero, nos dice, que estaba descansando en su casa y floreciendo. �S�! la palabra de Dios ense�a al pueblo de Dios a estar alerta ante la ca�da repentina de los pecadores. Cuando los tales dicen paz y seguridad, entonces vendr� sobre ellos destrucci�n repentina como sobre una mujer de parto, de modo que no podr�n escapar. En esta ocasi�n me atrevo a observar que el pueblo de Dios no est� tan atento como deber�a, y como la palabra del Se�or lo recomienda, a esos juicios repentinos de Dios sobre los enemigos de su Cristo.

Porque aunque el gran d�a de su ruina sea aplazado hasta ese d�a, cuando el Se�or se levantar� para castigar a los imp�os y para ministrar verdadero juicio al pueblo; sin embargo, ahora con mucha frecuencia, el Se�or habla en voz alta, por su pueblo, ya su pueblo, en el castigo impactante que se muestra a la generaci�n que desprecia a Cristo en la actualidad. �Lector! Te ruego que de ahora en adelante prestes m�s atenci�n a esto en lo que est� sucediendo en el mundo, y conf�a en ello, encontrar�s continuas instancias en prueba de que, por la opresi�n de los pobres y el suspiro de los necesitados, el Se�or no aumentar.

Salmo 12:5 . En segundo lugar, en este relato de Nabucodonosor, se ve obligado a ver y confesar que su miseria era del Se�or. Aqu� hab�a una amarga agravaci�n de su ruina. Era ese Dios a quien hab�a desafiado, que ahora lo hiri�, y que convirti� en escorpi�n todo azote. En tercer lugar, el desgraciado tembl�, nos dice, en el recuerdo mismo de su visi�n.

Su propia mente, su propia conciencia, sus propios temores culpables, hicieron sonar la alarma y no le dejaron retroceso. Qu� terrible representaci�n de este tipo ha dado el hombre de Dios de este estado del infierno sobre la tierra, Deuteronomio 28:65 . En cuarto lugar, los magos y sabios que consult� no pudieron brindarle ninguna ayuda: no, ni siquiera para poder explicarle lo que quer�a saber.

�Lector! Piensa en el terrible estado que es cuando un alma est� fuera de Cristo y bajo las alarmas de una conciencia culpable, a la que ning�n hermano, ning�n vecino bondadoso, ning�n amigo de coraz�n tierno, puede en lo m�s m�nimo ministrar. �Precioso Jes�s! �Cu�n dulce es tenerte como hermano en todas las ocasiones de dolor! en verdad eres uno nacido para la adversidad. Proverbios 17:17 .

En quinto lugar, he aqu� la necesidad que se le impuso de enviar a buscar a Daniel, cuyo consejo hab�a desestimado tanto, y cuyo Dios hab�a despreciado con tanta valent�a. Tal es el caso no pocas veces en la vida ordinaria. �Qui�nes se rieron tanto como fieles siervos de Dios por el pecador en los d�as de su alegr�a y regocijo? �A qui�n busc� con tanto empe�o en el d�a de la enfermedad y de la muerte? Cuando el lector se haya detenido lo suficiente sobre estas consideraciones solemnes, ya que surgen de la vista del estado mental de Nabucodonosor; que atienda los diversos rasgos de la alarmante visi�n de la noche con la que el Se�or visit� al Rey, seg�n la interpretaci�n de Daniel.

Versículos 19-26

�Qu� hermoso se introduce el tema de la interpretaci�n de Daniel! Qui�n, pero debe ser sorprendido al contemplar al joven Profeta por un lado, de pie como asombrado, al o�r el sue�o del Rey; y por otro, ver a Nabucodonosor endurecido e insensible. Vea c�mo se aplica cada parte, c�mo se corresponde cada caracter�stica y c�mo el todo llega a la convicci�n de que el castigo es del Se�or.

No se dice qu� efecto tuvo por el momento sobre Nabucodonosor, pero no podemos admirar lo suficiente la fidelidad de Daniel, al no ocultarle nada, ni la gracia de Dios, al permitirle ser fiel. �Lector! recuerde la promesa de Jes�s a este efecto a sus disc�pulos. Mateo 10:18 .

Versículo 27

He reservado este vers�culo para ser le�do por s� mismo, con el prop�sito de llamar la atenci�n m�s particular del lector sobre �l. Aunque Daniel sab�a que era enemigo de Dios y de su Cristo; y aunque el celo de Daniel por la causa de Dios dej� de lado todas las dem�s consideraciones, hubo, y siempre puede haber, en todos los casos, que, como dijo Daniel aqu�, la prolongaci�n de un d�a de tranquilidad y el aplazamiento del d�a malo, podr�a ser permitido.

�Lector! tal ser� el d�a de la venganza, aterrorizados, que como Mois�s en el monte, los m�s fieles, al regocijarse en su propia salvaci�n, se regocijar�n temblando al contemplar los abrumadores horrores de los imp�os. Hebreos 12:21 ; Salmo 119:120 ; Habacuc 3:16 .

Versículos 28-33

�Lector! �Cu�n conmovedora es esta historia! Qu� terrible testimonio en la confirmaci�n, que el juicio de los enemigos del Cristo de Dios no se demora, y su condenaci�n no se adormece. Algunos personajes curiosos entre los hombres, m�s decididos a indagar sobre el modo y la manera de los castigos de Dios, que ansiosos por conocer las causas de los mismos, han preguntado si este juicio fue literalmente as� como se describe, o si fue una privaci�n del castigo. �La raz�n del rey? Pero es digno de la observaci�n de mi lector, que Dios el Esp�ritu Santo nunca est� dispuesto a satisfacer la curiosidad de los hombres.

Demasiados, es de temer, lean la palabra de Dios con esta disposici�n y, por lo tanto, la arrebaten para su propia destrucci�n. Jes�s, la principal piedra del �ngulo en Sion, es piedra de tropiezo y roca de esc�ndalo para el escarnecedor. Que Nabucodonosor fue humillado al grado m�s bajo posible de humillaci�n, es claro. Y ese Dios, a quien hab�a desafiado, manifest� su mano en �l: estos son los grandes puntos que se ense�an claramente en esta Escritura.

Aqu�, pues, basta que los fieles sepan; y esa promesa se cumple en �l, cuando los imp�os sean exterminados, t� lo ver�s. Salmo 37:34 .

Versículos 34-37

�Qu� maravilloso tren de providencias pas� sobre este hombre! �Qu� lenguaje hay aqu� para que lo pronuncie un hombre como Nabucodonosor! Uno casi podr�a ser llevado a la esperanza, que la gracia le fue dada, al verlo expresarse con tales palabras. Pero, como Dios el Esp�ritu Santo guarda silencio sobre este punto, nosotros tambi�n debemos hacerlo. Aqu� termina su historia. Y aqu�, por tanto, debemos dejarlo. S�lo le ruego al lector que no se deje llevar por las apariencias, a favor de ning�n hombre, simplemente por lo que �l dice.

Los hombres pueden hacer grandes esfuerzos al hablar de Dios, quien nunca camin� con Dios. Testigo Balaam, N�meros 23:9 . Testigo Caif�s, Juan 11:49 . Nada menos que la regeneraci�n del coraz�n, puede ser una evidencia de la vida divina: y esto, no tenemos raz�n ni autoridad para inferir que estaba en su car�cter.

Versículo 37

REFLEXIONES

Ruego al Lector que reflexione bien, a partir de la historia que aqu� se da, en el car�cter de uno de los m�s grandes monarcas que jam�s movi� el cetro del mundo, el miserable estado del hombre desprovisto de la gracia de Dios. Respetando las circunstancias externas, no hab�a nada que Nabucodonosor quisiera que constituyera felicidad. Pero, �cu�les fueron todas las circunstancias externas, cuando as� qued� presa del estado desolado de una mente culpable, bajo la mano de Dios? �Lector! marque bien la lecci�n solemne, y g�rela en todos los sentidos, la instrucci�n es la misma.

En el presente estado ca�do de la humanidad, no hay nada que pueda traer consuelo sino Jes�s. Todo al lado est� te�ido de vanidad. Todos los que est�n bajo las leyes de Mois�s son condenados; y los que no tienen la ley son, como dice el Ap�stol, una ley para s� mismos; su conciencia acusando o disculpando; y son, y deben ser siempre miserables. Sea su condici�n la que sea, no hay nada que pueda dar paz.

Pero, hermano m�o, si Cristo es tu porci�n, �l endulza todo; �l santifica a todos. Bellamente a este significado, habla el Se�or por medio del Profeta. En aquel d�a (dice Jehov�) har� pacto con ellos, con las bestias del campo, y con las aves del cielo, y con los reptiles de la tierra; y quebrar� arco y espada, y la batalla de la tierra, y los har� descansar seguros.

El sentido es; Todas las cosas y todas las criaturas promover�n la paz del que est� en paz con Dios. El que venciere (dice otra escritura) heredar� todas las cosas. Yo ser� su Dios y �l ser� mi hijo. �Se�or Jesus! bendiga tales puntos de vista, tanto para el escritor como para el lector, para que en ti, y solo en ti, podamos buscar una porci�n para vivir, en el tiempo y por toda la eternidad.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Daniel 4". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/daniel-4.html. 1828.