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Bible Commentaries
Deuteronomio 11

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

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Versículo 1

CONTENIDO

Podemos considerar que el contenido de este Cap�tulo es la conclusi�n de una rama del Serm�n de Mois�s, en los argumentos que hab�a estado presentando para reforzar el amor y la obediencia de Israel al SE�OR. Se ofrecen bendiciones y maldiciones para lograr este gran fin. El hombre de DIOS es muy particular al recordarle a Israel los muchos ejemplos destacados de favor que el SE�OR hab�a mostrado al pueblo, y lleva este tema a una perspectiva m�s amplia.

Deuteronomio 11:1

El cargo a Israel fue especial y distintivo. Israel fue apartado y distinguido de todas las dem�s naciones de la tierra. Ning�n pueblo conoci� al SE�OR por se�ales y prodigios, por adoraci�n santa y ordenanzas, como lo hizo Israel. �Qu� naci�n (como les dijo Mois�s) ten�a el SE�OR tan cerca como Israel? Deuteronomio 4:7 . �Lector! A la vista de este tema, le encomiendo en su mente considerar cu�n infinitamente se acent�a este argumento desde que el HIJO de DIOS, en sustancia de nuestra carne, vino y habit� entre nosotros.

�Oh! �A qu� cercan�a est�n los creyentes ahora, en la sangre y la justicia de JES�S! Cu�n bellamente habla el ap�stol sobre esto, 1 Pedro 2:9 .

Versículos 2-7

�sta es una encantadora l�nea de distinci�n que el hombre de DIOS ha trazado entre la ignorancia y la inconsciencia de los ni�os y la experiencia de los hombres. Al recapitular esos poderosos actos de DIOS, apela a hechos que sus ojos hab�an visto, y sobre los cuales su conocimiento no permit�a ning�n debate, en prueba de misericordia les mostr�: lo que el SE�OR hizo por ellos contra sus enemigos; y lo que el SE�OR hizo con ellos en innumerables providencias durante su estado en el desierto: Por tanto, es como si hubiera dicho: Apelo a tus propios juicios; �No es este un DIOS sumamente misericordioso, y justamente con derecho a todo el amor, reverencia y obediencia de un pueblo tan favorecido?

�Pero lector! Cuando haya prestado toda la atenci�n posible a este punto de vista del Israel de anta�o, haga una pausa sobre el tema y considere cu�n aumentado est� el argumento, ya que se puede aplicar a Israel ahora. Si el mismo Lector es objeto de la gracia divina, �no puedo decir, en el lenguaje de Mois�s: Te conozco hoy, porque no hablo al estado inconsciente y no despierto de la infancia, que nunca ha experimentado la gracia de DIOS en JES�S? pero a ustedes les hablo, cuyos ojos han visto y cuyas manos han entregado la palabra de vida.

�Qu� enemigos espirituales ha expulsado y consumido el SE�OR tu DIOS delante de ti, y qu� grandes actos de gracia al vivificar la misericordia, convertir la misericordia y renovar la misericordia te ha manifestado el SE�OR de otra manera que al mundo? �Oh! Qu� volumen se abre a la vista de cada hombre, en la historia de su propio coraz�n, que lee el amor de DIOS por el Israel de anta�o con la explicaci�n del Nuevo Testamento, como la verdad est� en JES�S.

Versículos 8-9

No permita que el lector pase por alto la expresi�n en esos vers�culos de que Israel iba a entrar para poseer la tierra. No como si fueran a luchar por �l, sino como si ya estuviera conquistado. La raz�n era que el SE�OR su DIOS hab�a prometido Cana�n a su pueblo. Se comprometi� a expulsar a los poseedores actuales y traerlos. Y, por lo tanto, as� lo prometi�, la cosa en s� estaba pr�cticamente cumplida. Pero, considerado como esto realmente fue, un tipo de la Cana�n celestial, el tema se eleva m�s alto a nuestra vista y se vuelve mucho m�s interesante, JES�S en realidad ya ha conquistado para su pueblo.

�l compr� su redenci�n con su sangre. �l se ha ido antes para tomar posesi�n de la tierra prometida en su nombre, y vendr� otra vez y los traer� a la posesi�n de ella, consigo mismo; para que donde �l est�, all� tambi�n est�n ellos. Vea su dulce promesa a este efecto, Juan 14:3 .

Versículos 10-12

Estos vers�culos ofrecen una vista encantadora, incluso considerada como una historia de la tierra prometida. Es hermoso notar los varios personajes aqu� dibujados por el l�piz de Mois�s, bajo la direcci�n del ESP�RITU SANTO. Cana�n no era como Egipto, ni siquiera contemplado en cuanto a su situaci�n por naturaleza. Egipto debi� su fecundidad al gran trabajo y al arte, pero Cana�n fue regado por la lluvia del cielo. El r�o Nilo no se desbord� para regar a Egipto, sino una vez al a�o, y durante el resto del a�o el pa�s de Egipto se convirti� en un suelo seco.

El Profeta da cuenta de esto, que Egipto no tuvo lluvia, Zacar�as 14:18 . Sin duda, como Israel hab�a estado mucho tiempo en servidumbre, los Padres recordaron bien su trabajo y fatiga en los huertos de sus amos, y c�mo se vieron obligados a sembrar la semilla y regarla con sus pies; queriendo decir, quiz�s, ir a buscar agua al Nilo.

Por tanto, dulcemente el hombre de DIOS contrasta con esta servidumbre, en la fecundidad espont�nea de Cana�n, que ten�a los ojos del SE�OR su DIOS sobre ella desde un fin de a�o hasta el otro. Cana�n no ten�a r�o excepto el arroyo sagrado del Jord�n, en el cual, en edades posteriores, el HIJO de DIOS fue bautizado. De modo que, como lo describi� elegantemente el Profeta, no hab�a ning�n canal navegable por donde pudiera pasar una galera con remos o un barco galante.

Ning�n enemigo pod�a acercarse por agua. Pero, dice el Profeta, all� el SE�OR glorioso ser� para nosotros un lugar de anchos r�os y arroyos. Su presencia supl�a todas las deficiencias. Ver Isa�as 33:20 . Pero perdemos bellezas a�n mayores en este pasaje si nos detenemos aqu�. Cana�n, considerado como una especie de cielo, es a�n m�s agradable de contemplar.

Del Cana�n celestial se puede decir con verdad que no es como el Egipto terrenal de nuestro estado ca�do. La tierra que el creyente va a poseer no solo tiene el ojo, sino la presencia del SE�OR DIOS sobre ella para siempre. All� est� JES�S, su persona, su amor, su redenci�n, sus parientes, oficios, car�cter; todos son iguales, ayer, hoy y siempre. Y si el lector sigue este hilo de razonamiento a trav�s de todas las partes en las que es posible rastrearlo, descubrir� un tema muy agradable que se abre a su meditaci�n. 2 Corintios 3:18 .

Versículos 13-15

Las promesas de DIOS, incluso en un sentido temporal, con respecto a las bendiciones terrenales, sirven para mostrar la maravillosa superintendencia del SE�OR sobre su pueblo. Pero ciertamente estamos autorizados a aceptar la historia de Israel, como formando de principio a fin un tema verdaderamente espiritual. Y aqu� encontramos que la promesa de la lluvia es dulcemente descriptiva de la efusi�n del ESP�RITU. Isa�as 44:3 ; Ezequiel 34:26 .

Versículos 16-17

El hecho de que DIOS retenga las influencias de su ESP�RITU, se establece aqu� figurativamente. Vea una prueba de esto: Am�s 4:7 .

Versículos 18-21

A menudo he admirado la consideraci�n afectuosa del SE�OR por la felicidad de Israel, como se establece en estos preceptos, y me he imaginado a la familia jud�a siguiendo el mandato del SE�OR, al formar alrededor de ellos su peque�o c�rculo, para hablar con sus hijos. y peque�os de las bondades del SE�OR. �Y qu� puede ofrecer un espect�culo m�s hermoso o m�s atractivo que contemplar al padre de familia contando a sus hijos y a la familia que lo rodea lo que el SE�OR ha hecho por su alma? Ese es un dulce comentario de David sobre esta escritura: Salmo 34:11 .

Versículos 22-25

La extensi�n del pa�s de Israel, por grande que fuera, no era nada comparada con la extensi�n del amor de DIOS por ellos. Los l�mites aqu� mencionados, si se consideran espiritualmente, tienen una deliciosa referencia a lo que el ap�stol observa del amor ilimitado de DIOS en CRISTO. Efesios 3:18 .

Versículos 26-32

Es verdaderamente reconfortante prestar atenci�n a la exhortaci�n pr�ctica que hace Mois�s, a partir de lo que hab�a dicho antes sobre este interesante tema, si se interpreta seg�n los principios del Evangelio. De hecho, hay una bendici�n y una maldici�n ante nosotros en el evangelio de JES�S. Y si alg�n hombre, como los jud�os de anta�o, no puede descubrir en qui�n descansa toda la bendici�n y la maldici�n del rechazo; y preguntaban como a JES�S: �Qu� haremos para realizar las obras de DIOS? El Redentor mismo ha respondido; "Esta es la obra de Dios: que cre�is en el que �l envi�". Juan 6:28 .

Versículo 32

REFLEXIONES

QUERIDO JES�S! s� eternamente adorado por todas las grandes cosas que mis ojos han visto de tus maravillas de gracia, en el rescate de tu pueblo de m�s que la esclavitud egipcia en el pecado y la muerte. �Oh! dame a�n m�s y m�s para ver y conocer mis vastos privilegios, y estar siempre dispuesto a atribuir el todo donde solo se debe, a tu brazo, y tu poder, que es el �nico que trae la salvaci�n.

Oh, que tenga un celo ardiente para estar buscando esa ciudad de Cana�n adonde has ido antes. �Bendito JES�S! que el recuerdo de que est�s all�, incite a mi alma a enviar sus m�s c�lidos afectos y deseos despu�s de alcanzarlos, sabiendo que mientras estoy presente en el cuerpo, estoy ausente del SE�OR.

Y t�, ESP�RITU SANTO, cuya gracia e influencia por s� solas pueden dirigir e inclinar eficazmente mi coraz�n a un juicio recto en todas las cosas, constri�e dulcemente mi alma en el amor de DIOS y en la paciente espera de JESUCRISTO; que mientras tu siervo est� aqu� sentado delante de m�, la bendici�n y la maldici�n, la vida y la muerte, el bien y el mal: JES�S mismo, que es la suma y sustancia de todas las bendiciones, todas las misericordias, todo el bien, sea mi elecci�n y mi porci�n. para siempre.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Deuteronomy 11". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/deuteronomy-11.html. 1828.
 
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