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Deuteronomio 19

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

Nuestro siempre adorado Redentor dijo a los fariseos en los d�as de su carne, que de los dos grandes mandamientos, del amor a Dios y del amor al pr�jimo, depend�an todas las leyes y los profetas; y en consecuencia, habiendo Mois�s se�alado ampliamente en los cap�tulos anteriores el primero de estos, procede ahora, en este cap�tulo, a hacer cumplir los deberes de la segunda tabla de los mandamientos.

Versículos 1-2

Este es un cap�tulo muy dulce si se lee bajo la ense�anza del ESP�RITU SANTO, y se considera espiritualmente que conduce a JES�S. Y aprovecho una vez m�s aqu� en la apertura para recordarle al lector una vez m�s, que fue de JES�S que Mois�s escribi�. Si el lector consultar� �xodo 21:13 . all� encontrar�, la misericordiosa promesa de DIOS acerca de su misericordiosa provisi�n por los pecados de inadvertencia en el asesinato involuntario.

Y si luego se referir� a Deuteronomio 4:41 . cumplir� esta promesa. Ruego al lector que consulte el comentario sobre los pasajes. Pero cuando el lector haya hecho su observaci�n sobre estos pasajes, le pedir�a que comentara que la provisi�n aqu� hecha para ocasiones similares tiene una referencia al estado de Israel, despu�s de que Israel se estableciera en Cana�n.

�S�! tanto en Cana�n como en el desierto, s�lo JES�S es la ciudad de refugio de su pueblo. �Lector! �No sab�is que incluso en el cielo mismo JES�S ser� la cubierta eterna de su pueblo, su casa, su morada, su gozo, su todo en todo por toda la eternidad? Con dulzura y seguridad de su uni�n con su persona, su inter�s en su justicia y su aceptaci�n en su sangre, sus almas son llevadas a la ciudad eterna de refugio y protegidas de todo problema y de toda posibilidad de maldad.

Versículo 3

Se dice que los magistrados jud�os eran muy particulares en el respeto de esta ley, y que una vez al a�o se reservaba un d�a para examinar si los caminos que conduc�an a las ciudades de refugio estaban en buen estado y libres de todo obst�culo. ; y para que el pobre fugitivo que hu�a del vengador no se perdiera al conocer el camino, se coloc� un poste de direcci�n en la esquina del camino que conduce a esas ciudades, con la palabra Miklat, que es refugio, grabada. en grandes letras sobre �l.

Si esto es literalmente cierto, supongo que no lo digo; pero una cosa s�, los ministros del evangelio deben ser muy diligentes para ver, no solo un d�a al a�o, sino todos los d�as y todo el d�a, que no se ponga piedra de tropiezo en el camino del pobre pecador, que es huyendo a JES�S por su vida. �Oh, querido Redentor! �Cu�n bondadoso es que nuestras costas est�n tan divididas en nuestra tierra, que todos los caminos se abren para ti en tu sangre y tu justicia! �Bendito sea el SE�OR! su palabra est� cerca de nosotros, y su invitaci�n siempre resuena en nuestros o�dos.

�Oh !, por la gracia de huir a ti, CORDERO de DIOS, que quitas el pecado de tu pueblo. Romanos 10:8 ; Juan 1:29 .

Versículos 4-7

Es hermoso observar la rica provisi�n de las misericordias del evangelio, no solo por pecados de notoria perversidad, sino tambi�n por ignorancia. �Pobre de m�! �Qui�n sabe cu�ntas veces ofende? Pero en JES�S; a quien esas ciudades de refugio representaron, solo hay seguridad para todos. 1 Juan 1:7 .

Versículos 8-10

Vale la pena comentar, que este precepto de formar tres ciudades m�s, en caso de ampliaci�n de las fronteras de Israel, nunca se cumpli� ya que solo respetaba a Israel. Pero, �no hab�a tenido en cuenta la ampliaci�n de la iglesia, cuando tanto jud�os como gentiles fueron reunidos en uno? Ver Isa�as 54:2 . Y en este sentido, �no pretend�a el precepto mostrar que las ciudades de refugio eran tantas para los gentiles como para los jud�os, y que todas se refer�an t�picamente al mismo objeto bendito? Colosenses 1:20 .

Versículos 11-13

Para explicar esos vers�culos sobre los principios del Evangelio, debemos recurrir a lo que se dijo originalmente sobre el asesinato: G�nesis 9:6 . De ah� que parezca que hay un ataque abierto y atrevido contra la majestad de Dios mismo en cada caso de asesinato premeditado. Por tanto, la sangre debe responder por la sangre. Pero esto se extiende solo al castigo del estado actual.

En relaci�n a los privilegios de la salvaci�n por JES�S, sabemos que hay redenci�n en su sangre por todo tipo de pecado; e incluso algunos entre los crucificadores del SE�OR JES�S fueron llamados por el ap�stol a participar de esta rica misericordia en el d�a de Pentecost�s. Hechos 2:38 ; Hechos 2:38 .

Versículo 14

Este precepto se repite nuevamente y se le anexa una maldici�n: Deuteronomio 27:17 .

Versículos 15-20

La sabidur�a de esas leyes es demasiado obvia para necesitar un comentario; ya se han notado: N�meros 35:30 . Pero qu� dulce pensamiento es para la experiencia del creyente, que en las cosas divinas est�n los Tres Santos que dan testimonio en el cielo, y hay la evidencia de tres que llevan un testimonio correspondiente a su coraz�n; a saber, el ESP�RITU SANTO como el primer gran testigo en los esp�ritus de su pueblo; su palabra sagrada como la segunda; y el coraz�n del creyente como el tercero, en el que se da la evidencia; y los tres est�n de acuerdo en uno, en su testimonio unido de la verdad como es en JES�S. 2 Corintios 13:1 .

Versículo 21

�No se se�al� la fianza de JES�S en esta ley? �No dio JES�S, al redimir a su pueblo, ojo por ojo y diente por diente? �No fue este literalmente el caso, cuando el que no conoci� pecado se hizo pecado por nosotros, y fue hecho maldici�n por nosotros para que nosotros fu�semos hechos justicia de DIOS en �l?

REFLEXIONES

AQU� d�jame mirarte una y otra vez, t� querid�simo JES�S, que eres de hecho la �nica ciudad de refugio para todo tu pueblo, y que est�s situado en todas las avenidas y caminos por los que un pobre asesino de s� mismo y de su propia alma por el pecado , puede encontrar refugio del vengador. Y mientras te miro como mi escondite seguro de toda la ira de la ley quebrantada de mi PADRE, y de todas las acusaciones de mi propia conciencia culpable, y de toda la malicia de Satan�s; �Oh! que el ESP�RITU SANTO d� prisa a mi huida y fervor a mis deseos, para que antes de que el vengador de la sangre pueda alcanzarme, me haya refugiado en tu persona y en tu justicia.

�Oh! Bendito Refugio de los pobres pecadores, �cu�n bien preparado est�s, cu�n perfectamente adaptado a todas las necesidades de tu pueblo! �Mi alma, incluso ahora, parece sentir un santo triunfo en la seguridad que encuentra por la fe en ti! Ninguna plaga se acercar� a mi morada. En ti siento una creciente confianza en mi eterna seguridad. Dejad, pues, vuestras persecuciones, ministros del mal, porque mi SE�OR me ha encerrado como No� en el arca, y me ha protegido de vuestra malicia; y estoy persuadido por su gracia que me guarda, que ni la vida ni la muerte, ni los principados, ni los poderes, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura, me separar� del amor de DIOS, que est� en CRISTO JES�S nuestro SE�OR.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Deuteronomy 19". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/deuteronomy-19.html. 1828.