El Profeta todav�a est� en el tema de las visiones de Dios. Se registra un juicio sorprendente sobre los efectos inmediatos de la predicaci�n de Ezequiel. El Se�or tambi�n da muchas promesas preciosas y grand�simas antes de la clausura del Cap�tulo.
Es notable nuevamente aqu�, en este lugar, c�mo el Se�or ense�� a su siervo el Profeta por visi�n, y aunque en la prisi�n de Babilonia, sin embargo, en esp�ritu es conducido a Jerusal�n. Dulce ense�anza del Se�or, cuando sus graciosas impresiones est�n sobre su pueblo. El Se�or hace de cada lugar un Betel y de todos los acontecimientos como la bendita ense�anza de las visiones. Tambi�n lo era el amado ap�stol. Apocalipsis 1:10 .
El mismo Esp�ritu Todopoderoso, que levant� al Profeta, cay� aqu� sobre �l para que no cayera. Y le ruego al lector que observe los efectos de gracia que siguen, en las promesas del Se�or, en estos vers�culos.
Detengo al lector y detengo su avance en este �nico vers�culo para que pueda comentar conmigo los efectos solemnes de la predicaci�n y el ministerio de Ezequiel. Y observe qu� misericordia hacia el Profeta se mezcl� con el juicio hacia Pelat�as. Bien podr�a el salmista declarar su intenci�n de cantar tanto de juicio como de misericordia, y dirigir su c�ntico al Se�or, Salmo 101:1 .
Deber�a parecer que este no es solo un nuevo serm�n, sino que se pronunci� en un per�odo diferente al anterior, aunque el intervalo quiz�s no fue largo. Y es un serm�n muy dulce y lleno de gracia, y lleno de las promesas m�s benditas. Y lo que aqu� se dice es verdaderamente evangelio, y evidentemente se entrega con la mirada puesta en Cristo. El lector observar�, no s�lo cu�les son las promesas, sino c�mo est�n aseguradas y confirmadas en la fidelidad del pacto: todas corren y se basan en esta gran seguridad; ellos ser�n mi pueblo y yo ser� su Dios.
En qu� situaci�n tan peculiar de favor divino se encontraba Ezequiel cuando as� lo envi� el Se�or en su ministerio. Cuando termin� su visi�n en Jerusal�n, la visi�n lo devuelve nuevamente al lugar de donde parti�. Y habiendo sido as� ense�adas por el Se�or esas verdades solemnes, las comunic� a modo de consuelo y aliento al pueblo del cautiverio. Cu�n misericordioso es el Se�or al hacer que sus siervos ministren en todo estado y en toda circunstancia.
�Precioso Se�or Jes�s! �no es as� ahora? Tanto �ngeles como hombres ordenanzas y medios de gracia; todos ministran por tu nombramiento a los herederos de la salvaci�n. Hebreos 1:14 .
Ruego al lector que se detenga en este cap�tulo y contemple al Profeta en su fidelidad y al pueblo en su locura. Con qu� seriedad aparecieron todos los acontecimientos que fueron presentados ante el Profeta en visi�n; �Y c�mo se derriti� su coraz�n al revisarlos! �Y con qu� indiferencia, tal vez con desprecio, Pelatiah recibi� la comisi�n del Profeta, y qu� solemne juicio sigui�! �Se�or! Da gracia a los pecadores, en este nuestro d�a, del ministerio p�blico de tu palabra, para que reciban tu verdad en el amor de ella, y resulte sabor de vida para vida en el alma.
�Oh! bendito Jes�s! ven en un evangelio predicado, sometiendo los corazones de los pecadores al cetro de tu gracia, haciendo que toda rodilla se doble ante ti, y haciendo que toda lengua confiese que t� eres el Se�or, para gloria de Dios Padre. Am�n.
Versículo 1
CONTENIDO
El Profeta todav�a est� en el tema de las visiones de Dios. Se registra un juicio sorprendente sobre los efectos inmediatos de la predicaci�n de Ezequiel. El Se�or tambi�n da muchas promesas preciosas y grand�simas antes de la clausura del Cap�tulo.
Versículos 1-4
Es notable nuevamente aqu�, en este lugar, c�mo el Se�or ense�� a su siervo el Profeta por visi�n, y aunque en la prisi�n de Babilonia, sin embargo, en esp�ritu es conducido a Jerusal�n. Dulce ense�anza del Se�or, cuando sus graciosas impresiones est�n sobre su pueblo. El Se�or hace de cada lugar un Betel y de todos los acontecimientos como la bendita ense�anza de las visiones. Tambi�n lo era el amado ap�stol. Apocalipsis 1:10 .
Versículos 5-12
El mismo Esp�ritu Todopoderoso, que levant� al Profeta, cay� aqu� sobre �l para que no cayera. Y le ruego al lector que observe los efectos de gracia que siguen, en las promesas del Se�or, en estos vers�culos.
Versículo 13
Detengo al lector y detengo su avance en este �nico vers�culo para que pueda comentar conmigo los efectos solemnes de la predicaci�n y el ministerio de Ezequiel. Y observe qu� misericordia hacia el Profeta se mezcl� con el juicio hacia Pelat�as. Bien podr�a el salmista declarar su intenci�n de cantar tanto de juicio como de misericordia, y dirigir su c�ntico al Se�or, Salmo 101:1 .
Versículos 14-21
Deber�a parecer que este no es solo un nuevo serm�n, sino que se pronunci� en un per�odo diferente al anterior, aunque el intervalo quiz�s no fue largo. Y es un serm�n muy dulce y lleno de gracia, y lleno de las promesas m�s benditas. Y lo que aqu� se dice es verdaderamente evangelio, y evidentemente se entrega con la mirada puesta en Cristo. El lector observar�, no s�lo cu�les son las promesas, sino c�mo est�n aseguradas y confirmadas en la fidelidad del pacto: todas corren y se basan en esta gran seguridad; ellos ser�n mi pueblo y yo ser� su Dios.
Versículos 22-25
En qu� situaci�n tan peculiar de favor divino se encontraba Ezequiel cuando as� lo envi� el Se�or en su ministerio. Cuando termin� su visi�n en Jerusal�n, la visi�n lo devuelve nuevamente al lugar de donde parti�. Y habiendo sido as� ense�adas por el Se�or esas verdades solemnes, las comunic� a modo de consuelo y aliento al pueblo del cautiverio. Cu�n misericordioso es el Se�or al hacer que sus siervos ministren en todo estado y en toda circunstancia.
�Precioso Se�or Jes�s! �no es as� ahora? Tanto �ngeles como hombres ordenanzas y medios de gracia; todos ministran por tu nombramiento a los herederos de la salvaci�n. Hebreos 1:14 .
Versículo 25
REFLEXIONES
Ruego al lector que se detenga en este cap�tulo y contemple al Profeta en su fidelidad y al pueblo en su locura. Con qu� seriedad aparecieron todos los acontecimientos que fueron presentados ante el Profeta en visi�n; �Y c�mo se derriti� su coraz�n al revisarlos! �Y con qu� indiferencia, tal vez con desprecio, Pelatiah recibi� la comisi�n del Profeta, y qu� solemne juicio sigui�! �Se�or! Da gracia a los pecadores, en este nuestro d�a, del ministerio p�blico de tu palabra, para que reciban tu verdad en el amor de ella, y resulte sabor de vida para vida en el alma.
�Oh! bendito Jes�s! ven en un evangelio predicado, sometiendo los corazones de los pecadores al cetro de tu gracia, haciendo que toda rodilla se doble ante ti, y haciendo que toda lengua confiese que t� eres el Se�or, para gloria de Dios Padre. Am�n.