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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario del Pobre Hombre de Hawker Comentario del Pobre Hombre
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto Cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con Permiso.
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Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Job 14". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/job-14.html. 1828.
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Job 14". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
CONTENIDO
Job contin�a su discurso a lo largo de este cap�tulo. Parece, en lo que aqu� se dice, dirigirse a s� mismo m�s que a sus amigos, y desde el punto de vista que toma de las miserias de la vida para implorar a Dios que mitigue sus dolores.
Versículos 1-6
(1) ?� El hombre nacido de mujer es de pocos d�as y est� lleno de problemas. (2) Brota como una flor, y se corta; tambi�n como una sombra huye, y no se detiene. (3) �Y sobre �l abres tus ojos y me traes a juicio contigo? (4) �Qui�n puede sacar algo limpio de lo inmundo? ni uno. (5) Viendo que sus d�as est�n determinados, el n�mero de sus meses est� contigo, has fijado sus l�mites que no puede traspasar; (6) Ap�rtate de �l para que descanse, hasta que cumpla como asalariado su d�a.
�Qu� pregunta tan sorprendente? �Qui�n, de una criatura tan contaminada como el hombre, puede sacar algo limpio? �Precioso JES�S! t�, y solo t�; porque un pobre pecador contaminado, lavado en tu sangre, saldr� limpio, y la criatura m�s oscura en corrupci�n se volver� m�s blanca que la nieve.
Versículos 7-15
(7) Porque hay esperanza de que un �rbol, si se corta, vuelva a brotar, y que sus tiernas ramas no cesen. (8) Aunque su ra�z se envejezca en la tierra, y su cepa muera en la tierra; (9) Sin embargo, por el olor del agua, brotar� y producir� ramas como una planta. (10) Pero el hombre muere y se consume; s�, el hombre abandona el esp�ritu, �y d�nde est�? (11) Como las aguas del mar se agotan, y el diluvio decae y se seca, (12) As� el hombre se acuesta y no se levanta; hasta que los cielos no existan, no despertar�n, ni se levantar�n de su sue�o. .
(13) �Ojal� me escondieras en el sepulcro, que me mantuvieras en secreto hasta que pasara tu ira, que me pusieras un tiempo determinado y te acordaras de m�! (14) Si un hombre muere, �volver� a vivir? Todos los d�as de mi tiempo se�alado esperar�, hasta que llegue mi cambio. (15) Llamar�s, y yo te responder�; Desear�s la obra de tus manos.
No puede haber duda, de este pasaje tan hermoso y sorprendente, pero que Job ten�a las m�s claras aprehensiones de un estado futuro. Describe la producci�n de hortalizas y, en el caso de un �rbol talado, muestra que todav�a hay un principio de vida en �l. �Y se puede suponer (es como si Job hubiera dicho) que el hombre, al caer en la tumba, no tiene vida, nada m�s? Pero Job se eleva a una evidencia m�s alta, cuando agrega una oraci�n para que pueda ser escondido, hasta que la indignaci�n haya pasado.
Y luego dice: Cuando el SE�OR llame, �l responder�. El SE�OR no puede dejar de desear su propia obra. Estos son testimonios muy contundentes que prueban la confianza de Job en otro estado. Pero �oh! cu�n infinitamente se quedan cortos de lo que poseen los creyentes en JES�S. �Oh! �T�, precioso SE�OR DIOS! �Eres t� quien ha sacado a la luz la vida y la inmortalidad con tu evangelio! �Y lector! Perm�tanme suplicarles que lean lo que el ap�stol Pablo entreg� a la iglesia de los tesalonicenses, a modo de animar sus mentes sobre este importante tema: 1 Tesalonicenses 4:13 hasta el final.
Versículos 16-22
(16) Porque ahora adormeces mis pasos: �no vigilas mi pecado? (17) Sellada en un saco est� mi transgresi�n, y t� guardas mi iniquidad. (18) Y ciertamente la monta�a que cae se desvanece, y la roca es removida de su lugar. (19) Las aguas desgastan las piedras: T� limpias las cosas que crecen del polvo de la tierra; y destruyes la esperanza del hombre. (20) T� prevaleces para siempre contra �l, y �l pasa; cambias su rostro y lo despides. (21) Sus hijos llegan a la honra, y �l no lo sabe; y son abatidos, pero �l no se da cuenta de ellos. (22) Pero su carne sobre �l tendr� dolor, y su alma dentro de �l se lamentar�.
Job est� aqu� volviendo a su antigua nota de quejas. El pobre parece a veces, cuando toda su alma se sinti� reconfortada por el tema del amor divino, perder tanto la vista como el sentido de sus propios dolores. Pero las nubes vuelven despu�s de la lluvia. Probablemente algunos nuevos dolores corporales y angustias mentales, que brotan de nuevo, como un cautivo que despierta del sue�o, cuyo refrigerio, durante ese estado de olvido de la naturaleza, hab�a sido dulce, se encuentra todav�a en la c�rcel; de modo que Job, despu�s de pensar en la bondad del SE�OR, vuelve a caer en el sentimiento de su propia miseria y la lamenta.
�Pobre de m�! �Cu�l es la suma total de la vida, pero qu� observa Job, tanto al comienzo como al final de este cap�tulo? Sin un ojo para JES�S, sin inter�s en JES�S, como el de un asalariado es su d�a, �y ese d�a s�lo es un d�a de problemas! �Oh! qu� dulce esa oraci�n; Ens��anos, pues, a contar nuestros d�as, como a aplicar nuestro coraz�n a la sabidur�a. Salmo 90:12 .
Versículo 22
REFLEXIONES
�LECTOR! mientras contemplamos, a partir de la lectura de este cap�tulo, el estado bajo y deprimido de nuestra naturaleza ca�da, nacida para problemas, pero de corta duraci�n; y aunque tal punto de vista tiende, bajo la ense�anza divina, a inducir todo ese estado de �nimo adecuado y apropiado que pertenece a criaturas pecaminosas, moribundas y moribundas, pasemos la hoja del cap�tulo tambi�n a esa parte interesante de �l, y leamos ese DIOS-hombre, que, para redimir nuestra naturaleza de esas circunstancias arruinadas, condescendi� a nacer de mujer, y ser tambi�n de unos pocos d�as en la tierra, y esos d�as llenos de angustia.
De hecho, todos los dolores del estado humano se reducen a nada, en comparaci�n con los dolores de JES�S, con los que fue afligido cuando fue nuestro Fiador, y cuando el SE�OR lo afligi� en el d�a de su ira. Carg� con nuestros pecados; fue hecho maldici�n, contado enga�ador, blasfemo, diablo, no, pr�ncipe de los demonios, cuando en el mismo momento su alma santa no conoci� pecado, y en su boca no hab�a enga�o.
Desde la primera asunci�n de nuestra naturaleza, JES�S qued� sujeto a los mismos sentimientos. Se humill� a s� mismo y se hizo obediente hasta la muerte, la muerte de cruz: y todas las miserias relacionadas con la vida del hombre, el bendito JES�S llev�. Bebi� profundamente de esa copa, la copa del temblor, y soport� una contradicci�n de los pecadores contra s� mismo, en comparaci�n con la cual no se puede mencionar toda la crueldad de los amigos de Job.
Los reproches de los que me reprochaban (dice JES�S, hablando de las blasfemias de los hombres contra DIOS), han ca�do sobre m�. Y si el profeta Jerem�as, bajo las persecuciones que sufri�, gritara: �Ay de m�, mi madre me ha dado a luz a toda la tierra como hombre de contienda, qu� podr�a haber dicho el SE�OR JES�S acerca de la oposici�n que encontr� de todas partes! !
�Oh bendito JES�S! Que sea mi consuelo, en cada peque�o ejercicio al que te place llamarme, en la contemplaci�n de tus inigualables dolores, perder de vista el m�o. Y que forme una de mis horas m�s santificadas el estar siguiendo tus pasos hacia el jard�n y hacia la cruz. All� pueda estar mirando a JES�S, all� ver� a mi SE�OR, y desde ese punto de vista tomar� instrucci�n. Y mientras veo tu agon�a y sudor sangriento, escucho tus dolorosos llantos, y contempla tu amor que permanece firme e inquebrantable para tus redimidos; �Oh! Que tu ESP�RITU SANTO gu�e todo mi coraz�n y mi alma en todos los fervientes afectos del amor y la adoraci�n.