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Bible Commentaries
Job 14

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

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Versículo 1

CONTENIDO

Job contin�a su discurso a lo largo de este cap�tulo. Parece, en lo que aqu� se dice, dirigirse a s� mismo m�s que a sus amigos, y desde el punto de vista que toma de las miserias de la vida para implorar a Dios que mitigue sus dolores.

Versículos 1-6

(1) ?� El hombre nacido de mujer es de pocos d�as y est� lleno de problemas. (2) Brota como una flor, y se corta; tambi�n como una sombra huye, y no se detiene. (3) �Y sobre �l abres tus ojos y me traes a juicio contigo? (4) �Qui�n puede sacar algo limpio de lo inmundo? ni uno. (5) Viendo que sus d�as est�n determinados, el n�mero de sus meses est� contigo, has fijado sus l�mites que no puede traspasar; (6) Ap�rtate de �l para que descanse, hasta que cumpla como asalariado su d�a.

�Qu� pregunta tan sorprendente? �Qui�n, de una criatura tan contaminada como el hombre, puede sacar algo limpio? �Precioso JES�S! t�, y solo t�; porque un pobre pecador contaminado, lavado en tu sangre, saldr� limpio, y la criatura m�s oscura en corrupci�n se volver� m�s blanca que la nieve.

Versículos 7-15

(7) Porque hay esperanza de que un �rbol, si se corta, vuelva a brotar, y que sus tiernas ramas no cesen. (8) Aunque su ra�z se envejezca en la tierra, y su cepa muera en la tierra; (9) Sin embargo, por el olor del agua, brotar� y producir� ramas como una planta. (10) Pero el hombre muere y se consume; s�, el hombre abandona el esp�ritu, �y d�nde est�? (11) Como las aguas del mar se agotan, y el diluvio decae y se seca, (12) As� el hombre se acuesta y no se levanta; hasta que los cielos no existan, no despertar�n, ni se levantar�n de su sue�o. .

(13) �Ojal� me escondieras en el sepulcro, que me mantuvieras en secreto hasta que pasara tu ira, que me pusieras un tiempo determinado y te acordaras de m�! (14) Si un hombre muere, �volver� a vivir? Todos los d�as de mi tiempo se�alado esperar�, hasta que llegue mi cambio. (15) Llamar�s, y yo te responder�; Desear�s la obra de tus manos.

No puede haber duda, de este pasaje tan hermoso y sorprendente, pero que Job ten�a las m�s claras aprehensiones de un estado futuro. Describe la producci�n de hortalizas y, en el caso de un �rbol talado, muestra que todav�a hay un principio de vida en �l. �Y se puede suponer (es como si Job hubiera dicho) que el hombre, al caer en la tumba, no tiene vida, nada m�s? Pero Job se eleva a una evidencia m�s alta, cuando agrega una oraci�n para que pueda ser escondido, hasta que la indignaci�n haya pasado.

Y luego dice: Cuando el SE�OR llame, �l responder�. El SE�OR no puede dejar de desear su propia obra. Estos son testimonios muy contundentes que prueban la confianza de Job en otro estado. Pero �oh! cu�n infinitamente se quedan cortos de lo que poseen los creyentes en JES�S. �Oh! �T�, precioso SE�OR DIOS! �Eres t� quien ha sacado a la luz la vida y la inmortalidad con tu evangelio! �Y lector! Perm�tanme suplicarles que lean lo que el ap�stol Pablo entreg� a la iglesia de los tesalonicenses, a modo de animar sus mentes sobre este importante tema: 1 Tesalonicenses 4:13 hasta el final.

Versículos 16-22

(16) Porque ahora adormeces mis pasos: �no vigilas mi pecado? (17) Sellada en un saco est� mi transgresi�n, y t� guardas mi iniquidad. (18) Y ciertamente la monta�a que cae se desvanece, y la roca es removida de su lugar. (19) Las aguas desgastan las piedras: T� limpias las cosas que crecen del polvo de la tierra; y destruyes la esperanza del hombre. (20) T� prevaleces para siempre contra �l, y �l pasa; cambias su rostro y lo despides. (21) Sus hijos llegan a la honra, y �l no lo sabe; y son abatidos, pero �l no se da cuenta de ellos. (22) Pero su carne sobre �l tendr� dolor, y su alma dentro de �l se lamentar�.

Job est� aqu� volviendo a su antigua nota de quejas. El pobre parece a veces, cuando toda su alma se sinti� reconfortada por el tema del amor divino, perder tanto la vista como el sentido de sus propios dolores. Pero las nubes vuelven despu�s de la lluvia. Probablemente algunos nuevos dolores corporales y angustias mentales, que brotan de nuevo, como un cautivo que despierta del sue�o, cuyo refrigerio, durante ese estado de olvido de la naturaleza, hab�a sido dulce, se encuentra todav�a en la c�rcel; de modo que Job, despu�s de pensar en la bondad del SE�OR, vuelve a caer en el sentimiento de su propia miseria y la lamenta.

�Pobre de m�! �Cu�l es la suma total de la vida, pero qu� observa Job, tanto al comienzo como al final de este cap�tulo? Sin un ojo para JES�S, sin inter�s en JES�S, como el de un asalariado es su d�a, �y ese d�a s�lo es un d�a de problemas! �Oh! qu� dulce esa oraci�n; Ens��anos, pues, a contar nuestros d�as, como a aplicar nuestro coraz�n a la sabidur�a. Salmo 90:12 .

Versículo 22

REFLEXIONES

�LECTOR! mientras contemplamos, a partir de la lectura de este cap�tulo, el estado bajo y deprimido de nuestra naturaleza ca�da, nacida para problemas, pero de corta duraci�n; y aunque tal punto de vista tiende, bajo la ense�anza divina, a inducir todo ese estado de �nimo adecuado y apropiado que pertenece a criaturas pecaminosas, moribundas y moribundas, pasemos la hoja del cap�tulo tambi�n a esa parte interesante de �l, y leamos ese DIOS-hombre, que, para redimir nuestra naturaleza de esas circunstancias arruinadas, condescendi� a nacer de mujer, y ser tambi�n de unos pocos d�as en la tierra, y esos d�as llenos de angustia.

De hecho, todos los dolores del estado humano se reducen a nada, en comparaci�n con los dolores de JES�S, con los que fue afligido cuando fue nuestro Fiador, y cuando el SE�OR lo afligi� en el d�a de su ira. Carg� con nuestros pecados; fue hecho maldici�n, contado enga�ador, blasfemo, diablo, no, pr�ncipe de los demonios, cuando en el mismo momento su alma santa no conoci� pecado, y en su boca no hab�a enga�o.

Desde la primera asunci�n de nuestra naturaleza, JES�S qued� sujeto a los mismos sentimientos. Se humill� a s� mismo y se hizo obediente hasta la muerte, la muerte de cruz: y todas las miserias relacionadas con la vida del hombre, el bendito JES�S llev�. Bebi� profundamente de esa copa, la copa del temblor, y soport� una contradicci�n de los pecadores contra s� mismo, en comparaci�n con la cual no se puede mencionar toda la crueldad de los amigos de Job.

Los reproches de los que me reprochaban (dice JES�S, hablando de las blasfemias de los hombres contra DIOS), han ca�do sobre m�. Y si el profeta Jerem�as, bajo las persecuciones que sufri�, gritara: �Ay de m�, mi madre me ha dado a luz a toda la tierra como hombre de contienda, qu� podr�a haber dicho el SE�OR JES�S acerca de la oposici�n que encontr� de todas partes! !

�Oh bendito JES�S! Que sea mi consuelo, en cada peque�o ejercicio al que te place llamarme, en la contemplaci�n de tus inigualables dolores, perder de vista el m�o. Y que forme una de mis horas m�s santificadas el estar siguiendo tus pasos hacia el jard�n y hacia la cruz. All� pueda estar mirando a JES�S, all� ver� a mi SE�OR, y desde ese punto de vista tomar� instrucci�n. Y mientras veo tu agon�a y sudor sangriento, escucho tus dolorosos llantos, y contempla tu amor que permanece firme e inquebrantable para tus redimidos; �Oh! Que tu ESP�RITU SANTO gu�e todo mi coraz�n y mi alma en todos los fervientes afectos del amor y la adoraci�n.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Job 14". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/job-14.html. 1828.
 
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