Bible Commentaries
Job 16

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

En este cap�tulo, Job vuelve a entrar en su defensa. Se queja de la crueldad de sus amigos; ruega por m�s ternura de ellos; muestra la l�stima de su caso: y de nuevo, en cuanto a la acusaci�n de hipocres�a, sostiene que no es culpable.

Versículos 1-2

(1) ?� Entonces Job respondi� y dijo: (2) He o�do muchas cosas semejantes: todos vosotros sois consoladores miserables.

La r�plica que Job hace sobre Elifaz es la misma que antes. Ya hab�a escuchado muchos razonamientos del mismo tipo; pero �qu� puede hacer el razonamiento para aliviar los dolores de un coraz�n apesadumbrado? Antes le hab�a dicho tanto a Elifaz como a sus compa�eros que eran m�dicos sin valor (cap. 13: 4) y aqu� agrega que eran consoladores miserables. �Pero lector! no es el mismo tipo de observaci�n a�n m�s aplicable, cuando se considera que se refiere a un alma que busca la salvaci�n; a un pecador despierto, que est� verdaderamente ansioso de ser informado sobre c�mo encontrar la paz con DIOS: �no son esos consoladores miserables, que enviar�an a la pobre criatura angustiada a sus mejores esfuerzos, a su arrepentimiento, l�grimas y cosas por el estilo, en lugar de dirigir �l a JES�S, al amor perdonador y la misericordia de Dios en la sangre y la justicia de su amado Hijo, ya los dulces consuelos e influencias del ESP�RITU SANTO? �Hay algo m�s claro que el hecho de que un pecador culpable necesita un Salvador santo? y sin esto, �el alma inquisitiva se queda corta de todo! �Precioso CORDERO de DIOS! s� t� mi consuelo, porque sin ti ser�a miserable para siempre.

Versículos 3-6

(3) �Tendr�n fin las palabras vanas? �O qu� te envalentona para que respondas? (4) Yo tambi�n podr�a hablar como ustedes: si su alma estuviera en lugar de mi alma, podr�a amontonar palabras contra ustedes y sacudir la cabeza hacia ustedes. (5) Pero quisiera fortalecerte con mi boca, y el movimiento de mis labios aliviar�a tu dolor. (6) ?� Aunque hablo, mi dolor no se paga con el culo; y aunque me abstenga, �qu� me alivian?

Hay una expresi�n muy dulce de Job en estos vers�culos, en los que insin�a que no habr�a servido a sus amigos como ellos lo han hecho, si las circunstancias fueran lo contrario. �Lector! no lo pase por alto, porque es una bendita se�al de gracia. Y cu�n hermoso y hermoso es el mismo rasgo en JES�S, como lo ha se�alado el ap�stol; Quien cuando fue vilipendiado, no volvi� a vilipendiar. 1 Pedro 2:23 .

Versículos 7-18

(7) Pero ahora me ha fatigado; has asolado toda mi compa��a. (8) Y me llenaste de arrugas, lo cual es un testimonio contra m�; y mi delgadez que se eleva en m� da testimonio en mi rostro. (9) En su ira me desgarra el que me aborrece; contra m� rechina los dientes; mi enemigo me mira con agudeza. (10) Me han abierto la boca; me han herido en la mejilla con reproche; se han reunido contra m�.

(11) Dios me entreg� al imp�o, y me entreg� en manos de los imp�os. (12) Yo estaba tranquilo, pero �l me parti� en pedazos; tambi�n me tom� por el cuello, me hizo pedazos y me puso como su objetivo. (13) Me rodean sus arqueros, parti� mis riendas y no perdon�; derrama mi hiel por tierra. (14) Me quebranta brecha tras brecha, corre sobre m� como un gigante.

(15) Cos� cilicio sobre mi piel, y profan� mi cuerno en el polvo. (16) Mi rostro est� sucio de llanto, y en mis p�rpados hay sombra de muerte; (17) ?� No por injusticia en mis manos; tambi�n mi oraci�n es pura. (18) Tierra, no cubras mi sangre, y no tengas cabida mi clamor.

Quiz�s en ninguna parte de las quejas de Job el torrente con el que todo su cuerpo fue abrumado se eleve m�s alto que en lo que est� contenido en este discurso. Su coraz�n parec�a haber estado lleno y le da rienda suelta. C�mo ejerc�an en su familia, en su persona, los enemigos de las almas los reproches crueles e injustos de sus amigos; y para resumir todo, su DIOS mirando, y sin embargo, a sus fervientes gritos no obtuvo respuesta.

Job no conoc�a el bendito asunto que aguardaba a todos y, por lo tanto, solo habl� mientras estaba bajo la presi�n total de las cargas acumuladas. Hay una gran elegancia en la figura de la delgadez de Job, cuando consideraba las arrugas de su cuerpo consumido, como si llevara consigo un testimonio incesante de su dolor. Y al final de la queja, clamando a la tierra que no cubra su sangre, sino que est� sobre la tierra en testimonio de �l; estas son las expresiones m�s sorprendentes de la mente de Job.

Versículos 19-22

(19) Tambi�n ahora, he aqu�, mi testimonio est� en los cielos, y mi testimonio est� en lo alto. (20) Mis amigos se burlan de m�, pero mis ojos derraman l�grimas a Dios. (21) �Ojal� se suplicara por un hombre ante Dios, como el hombre ruega por su pr�jimo! (22) Cuando vengan algunos a�os, entonces ir� por el camino de donde no volver�.

Pero la mayor belleza del discurso de Job, y lo que m�s que cualquier otro pedir�a al Lector que comentara conmigo, es el fervoroso anhelo contenido en el cierre de su discurso, en el que busca tan apasionadamente al Mediador. Que el lector mire una y otra vez lo que Job dice aqu�: �Oh, que uno pudiera suplicar por un hombre con Dios! Entonces d�jele ver esa oraci�n respondida, en el nombramiento de JES�S, como nuestro Gran Sumo Sacerdote e Intercesor; y luego d�jelo determinar por s� mismo, (porque en su propio coraz�n bajo la ense�anza del ESP�RITU bendito, dejo el tema para que decida), si Job no ten�a un ojo puesto en JES�S; quien no solo es nuestro Abogado ante el PADRE, sino que es tal de la misma manera que Job deseaba, como el hombre CRISTO JES�S suplicando por su pr�jimo, sus hermanos pobres, sus parientes seg�n la carne, Hebreos 2:11 .

Versículo 22

REFLEXIONES

�LECTOR! mientras contemplamos a Job inclinado bajo la carga muy pesada de dolor, y escuchamos las quejas que emanan de �l, como se relata en este cap�tulo; no nos apresuremos a cargar de impaciencia al pobre. �Pobre de m�! �Qu� puede lograr la frialdad de la raz�n en la hora de las c�lidas angustias? Sin duda es nuestra incredulidad, que est� en el fondo de todas nuestras conclusiones precipitadas y pensamientos impropios.

Y si Job, en lugar de mirar las causas segundas, hubiera podido ejercer su fe siempre, descansando en la fidelidad de DIOS y en las promesas de DIOS; la fe hubiera triunfado m�s noblemente. Pero �d�nde, bendito JES�S, d�nde buscaremos esta perfecci�n de la fe, sino en ti, el autor de ella? �Oh! que tuvo gracia en todos mis ejercicios menores, para recordar que est�s persiguiendo eternamente un plan, y que un plan de puro amor y misericordia, en todos los eventos que tienen lugar en tu iglesia; y entre tu pueblo! Has puesto tus ojos sobre ellos para bien.

Y todo est� trabajando en conjunto para bien, incluso en el mismo momento en que las circunstancias externas o las pruebas internas parecen ser m�s angustiantes. Esto lo sabemos por la secuela de la historia de Job, que ha sido el caso en su caso. Y lo mismo ocurre con todos los redimidos. �Cu�ntas almas preciosas han encontrado motivo, al final de alguna prueba pesada, para mirar hacia atr�s a trav�s del oscuro pasaje al que se le ha tra�do, y luego pudo discernir, aunque no pudo al pasar por �l, las claras se�ales de la presencia de JES�S, y sus gu�as en el camino. �Cu�ntos han besado la vara, en el momento en que les ha quitado, la cual, ejercit�ndose en la mano de DIOS, han temblado debajo? �Lector! que nuestra mejora de este cap�tulo, y de hecho de toda la historia de Job, sea llegar a esta conclusi�n tan segura;

�Precioso JES�S! �Nunca, nunca me entregues esas muestras de tu amor, por dolorosas que sean para la carne y la sangre! Bajo las benditas ense�anzas de tu ESP�RITU SANTO, cada d�a aprendo m�s y m�s (aunque soy uno de los eruditos m�s descarriados de tu escuela), que son necesarios. Veo, misericordioso SE�OR, que el mayor enemigo que tengo que enfrentar con mi guerra espiritual es mi propio coraz�n carnal, pecaminoso, corrupto e incr�dulo.

Veo que esta carne siempre est� buscando comodidad y disfrute, y siempre se opone a las b�squedas santas y los deseos de mi mejor parte. �SE�OR! emprender por m�. Revuelve mi alma. Inquieta mi descanso; Cierra mi camino con espinas si lo ves necesario, para que si busco a mis amantes en alg�n afecto corrupto, no los encuentre. Y amado SE�OR, seduceme y ll�vame al desierto, y all� h�blame c�modamente, de acuerdo con tu dulce y graciosa promesa, para que pueda volver a ti, mi Ishi, mi primer, mejor y m�s verdadero esposo. , al fin, perfectamente convencido de que s�lo en ti se encuentran la paz presente y la felicidad eterna.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Job 16". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/job-16.html. 1828.