Bible Commentaries
Job 26

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

Este cap�tulo, que contiene la respuesta de Job, es breve. El hombre de Uz parece insinuar que, aunque Bildad hab�a adelantado la verdad, no era nada para refutar lo que hab�a dicho antes. Job reflexiona maravillosamente sobre el poder infinito e inescrutable de Dios.

Versículos 1-4

(1) � Pero Job respondi� y dijo: (2) �En qu� has ayudado al que est� sin poder? �C�mo salvas el brazo que no tiene fuerza? (3) �C�mo has aconsejado al que no tiene sabidur�a? �Y c�mo has declarado abundantemente la cosa tal como es? (4) �A qui�n has dicho palabras? �Y de qui�n sali� el esp�ritu de ti?

El principal significado de la respuesta de Job, en estas palabras, parece estar dirigido a convencer a Bildad de que no hab�a respondido porque no pod�a contradecir lo que Job hab�a adelantado. Y si Bildad pens�, por lo que hab�a dicho, que hab�a beneficiado a la causa de DIOS, estaba muy equivocado. Pero, adem�s de lo que Job insinu� tambi�n, que si Bildad hubiera sido dirigida por el ESP�RITU DE DIOS, en este discurso, no s�lo habr�a notado el poder de DIOS, sino tambi�n su gracia; y especialmente cuando se necesitaba tanto para ser mostrado a una pobre criatura afligida, como Job.

Ahora, dijo Job (porque ese parece ser el tema de su respuesta) si el ESP�RITU del SE�OR viniera a ti en esta ocasi�n, habr�as visto cu�n necesario es consolar a un alma afligida, difundiendo ante �l dulces visiones del amor de DIOS. y gracia; y no tanto de su poder, cuando el coraz�n est� ante tan terriblemente alarmado en la contemplaci�n de su grandeza. Vea un dulce precepto para este significado, Isa�as 40:1 .

Versículos 5-14

(5) ?� Se forman cosas muertas debajo de las aguas, y sus habitantes. (6) El infierno est� desnudo delante de �l, y la destrucci�n no tiene cobertura. (7) Extiende el norte sobre vac�o, y cuelga la tierra sobre nada. (8) Ata las aguas en sus nubes; y la nube no se desgarra debajo de ellos. (9) Retiene el rostro de su trono y extiende su nube sobre �l.

(10) Cerr� las aguas con l�mites, hasta que se acab� el d�a y la noche. (11) Las columnas del cielo tiemblan y se asombran de su reprensi�n. (12) Dividi� el mar con su poder, y con su inteligencia derrot� a los soberbios. (13) Con su esp�ritu adorn� los cielos; su mano form� la serpiente tortuosa. (14) He aqu� algunas partes de sus caminos, pero �qu� poco se oye de �l? pero el trueno de su poder, �qui�n puede entender?

Por hermosa que sea esta relaci�n, con respecto a DIOS y sus gloriosos atributos, sin embargo, ciertamente no fue nada m�s que lo que podr�a haber sido tan bien disertado, sin tener en cuenta la disputa entre Job y sus amigos, como con ella. Forma un gran tema en la exhibici�n del poder de DIOS. Su omnipotencia en la creaci�n; su omnisciencia en la contemplaci�n. El infierno desnudo ante �l, es una descripci�n solemne, en pocas palabras, de todo lo espantoso y alarmante.

Pero estas cosas, le�das tambi�n desde un punto de vista espiritual, como refiri�ndose a su poder bondadoso al recrear las almas de su pueblo, observando los dolores del infierno en sus luchas con el reino de las tinieblas; reteniendo el rostro de su trono, cuando las estaciones oscuras los oprimen; esparciendo su nube sobre ella, cuando no hay respuesta a la oraci�n: estas son bellas ilustraciones de los caminos de Dios, aunque, como dice Job, estos son solo partes de sus caminos: y qu� peque�a porci�n, despu�s de todo, puede el m�s sabio descubrir de �l.

�Lector! es provechoso mirar estas cosas con referencia a nosotros mismos. Por hermosas e instructivas que son todas las escrituras, cuando se las ve como ejemplificadas en la historia de otros, sin embargo, seg�n nuestra propia experiencia, las que llegan a casa m�s cerca y m�s cerca del coraz�n, que hablan a la propia mente de un hombre. David ha hecho una observaci�n muy llamativa y justa sobre este terreno cuando dice: Nunca olvidar� tus mandamientos, porque con ellos me has vivificado. Salmo 119:93 .

Versículo 14

REFLEXIONES

Un tema interesante surge aqu�, de la lectura de este cap�tulo, en la desviaci�n del discurso de Bildad del punto principal en cuesti�n, por la instrucci�n que da a los ministros de la palabra y ordenanzas de DIOS, de que siempre tengan en cuenta las necesidades expresas de su pueblo. . Ese tema puede ser muy provechoso en otra temporada, lo que, en un momento de dolor, ser�a inadecuado e inoportuno. Lo que el Ap�stol llama, a tiempo y fuera de tiempo, implica que aquellos que visitan almas en aflicci�n, como se supon�a que hab�an hecho los tres amigos de Job, deber�an adecuar su discurso al alivio de su miseria.

El argumento seco, aunque el tema en s� sea cierto, no mitigar� la necesidad de un pobre pecador sediento. �Oh! Cu�n dulce es ese serm�n, que DIOS el ESP�RITU SANTO encarga al coraz�n, cuando un alma cansada, cargada y afligida siente aliento para venir a JES�S y echar toda su carga sobre �l, que es el �nico que puede sostenerlo. Esto es, en verdad, tener lengua de sabio, cuando un ministro est� capacitado para hablar una palabra, a tiempo, al que est� cansado.

Pero aqu�, precioso JES�S, como en todos los dem�s casos de misericordia, as� en esto, �c�mo puede mi alma pensar en la dulzura de los labios del consuelo sin recordar c�mo t�, en el d�a de tu carne, te dedicaste a atar hasta el coraz�n roto; y, como el buen samaritano, vertiste aceite y vino en las heridas mortales de nuestra naturaleza robada y arruinada. T� eres en verdad el consuelo mismo de tu pueblo, porque no hay otro; y hablas de los deseos y necesidades tuyos, en todas sus formas multiformes.

T� eres, como tu Profeta te describi�, el resto, con lo que har�s descansar al cansado, y t� eres su refrigerio. S� t�, pues, ahora, oh SE�OR, en el d�a de tu poder, el consolador incesante de tu heredad; visita tus almas angustiadas en su aflicci�n; bondadosamente propones ante ellos s�bditos tan dulces y apremiantes, para manifestar tu amor; y preg�ntate a ti mismo, oh SE�OR, bajo ese car�cter entra�able: Yo soy el SE�OR, que te ense�a para provecho.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Job 26". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/job-26.html. 1828.