Bible Commentaries
Job 36

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

Eli� todav�a prosigue su discurso. �l da una raz�n mejor y m�s apropiada que la que dieron los amigos de Job, con respecto a la causa de la aflicci�n, y muestra que es por tales providencias que el Se�or ejercita a su pueblo.

Versículos 1-3

(1) ?� Eli� tambi�n procedi�, y dijo: (2) D�jame un poco, y te mostrar� que todav�a tengo que hablar en nombre de Dios. (3) Traer� mi conocimiento desde lejos, y atribuir� justicia a mi Hacedor.

Hay algo muy sorprendente en el relato que Eli� hace de s� mismo, en la causa por la que habla. Dice que es por Dios, y lo hace atribuy�ndole justicia. Lector, si la gloria de DIOS en CRISTO fuera la �nica y �nica causa de todo nuestro hablar; este ser�a el est�ndar de todo lo que es excelente. El SE�OR dice: Al que me honra, yo honrar�. 1 Samuel 2:30 .

Ahora, si el �nico objeto de todas nuestras b�squedas y todos nuestros deseos es honrar a DIOS, conf�e en ello, al honrarlo encontramos consuelo nosotros mismos. Pero si mi consuelo es m�s el objeto de mi b�squeda que la gloria divina, desear� ese consuelo cuando m�s lo necesite.

Versículos 4-21

(4) Porque en verdad mis palabras no ser�n falsas; el perfecto en conocimiento est� contigo. (5) ?� He aqu� Dios es poderoso, y no menosprecia a nadie; es poderoso en fuerza y ??sabidur�a. (6) No preserva la vida de los imp�os, sino que da derecho a los pobres. (7) No aparta sus ojos de los justos, pero con los reyes est�n en el trono; s�, los afirma para siempre, y son exaltados.

(8) Y si est�n atados con grilletes, y atados con cuerdas de aflicci�n; (9) Entonces les muestra su obra, y las transgresiones que han superado. (10) �l les abre el o�do a la disciplina y les manda que se vuelvan de la iniquidad. (11) Si le obedecen y le sirven, pasar�n sus d�as en prosperidad y sus a�os en placeres. (12) Pero si no obedecen, perecer�n a espada, y morir�n sin conocimiento.

(13) Pero los hip�critas de coraz�n acumulan ira; no lloran cuando �l los ata. (14) Mueren en la juventud, y su vida est� entre los inmundos. (15) ?� �l libra al pobre en su aflicci�n, Y abre sus o�dos en la opresi�n. (16) As� tambi�n te hubiera llevado del estrecho a un lugar espacioso, donde no hay estrechez; y lo que se pone sobre tu mesa debe estar lleno de grosura.

(17) Pero t� has cumplido el juicio de los imp�os; el juicio y la justicia se apoderan de ti. (18) Porque hay ira, ten cuidado de que no te lleve con su golpe; entonces un gran rescate no podr� librarte. (19) �Valorar� �l tus riquezas? no, ni oro, ni todas las fuerzas de la fuerza. (20) No codicies la noche, cuando los hombres son eliminados en su lugar. (21) Mirad, no hag�is caso de la iniquidad, porque escogiste �sta m�s bien que la aflicci�n.

Eli� ha mostrado aqu� bellamente el dise�o bondadoso del SE�OR en sus visitaciones, y una cadena de razonamientos sumamente deliciosa sobre el tema del que est� haciendo uso aqu�, de principio a fin. Primero se detiene en esa gloriosa y distintiva perfecci�n del Todopoderoso, su poder y soberan�a; y, habiendo establecido esto como el fondo y fundamento de lo que iba a razonar, muestra, de manera clara, algunas de las causas por las que se ejerce esa omnipotencia.

Primero, por la demostraci�n de su poder, el SE�OR induce angustia y aflicci�n, con el prop�sito de llevar la mente a un profundo sentimiento de pecado. Este bendito oficio del ESP�RITU SANTO es frecuentemente una preparaci�n para el conocimiento experimental de JES�S y su salvaci�n: y cuando el SE�OR ha provocado problemas, para hacer que el coraz�n sea sensible al pecado, el siguiente oficio de gracia es, como lo expresa Eli�, abrir el o�do a la disciplina; es decir, al hacer que el pecado parezca lo que realmente es, sumamente pecaminoso; y as� hacer que un hombre se ame a s� mismo; para enamorar el alma de la obra de la justicia de DIOS en la redenci�n del SE�OR JES�S. Y as�, habiendo llevado al pecador a conocerse a s� mismo, lo que antes no conoc�a, luego en el amor de DIOS y en el odio del pecado, para apartar el coraz�n de la iniquidad.

Versículos 22-33

(22) He aqu�, Dios se exalta con su poder: �qui�n ense�a como �l? (23) �Qui�n le orden� su camino? �O qui�n puede decir: T� hiciste iniquidad? (24) ?� Acu�rdate de que magnificas su obra, que los hombres contemplan. (25) Todo hombre puede verlo; el hombre puede contemplarlo de lejos. (26) He aqu�, Dios es grande, y no lo conocemos, ni se puede investigar el n�mero de sus a�os. (27) Porque �l hace peque�as las gotas de agua; hacen llover seg�n su vapor, (28) que las nubes hacen caer y destilan sobre el hombre en abundancia.

(29) �Puede alguien comprender tambi�n la expansi�n de las nubes o el ruido de su tabern�culo? (30) He aqu�, �l la ilumina y cubre el fondo del mar. (31) Porque por ellos juzga al pueblo; da carne en abundancia. (32) Con nubes cubre la luz; y le manda que no brille con la nube que se acerca. (33) Su ruido lo muestra, el ganado tambi�n acerca del vapor.

Eli�, habiendo hablado, en t�rminos generales, de la doctrina, en esta �ltima parte del cap�tulo, parece hacer una aplicaci�n m�s particular de la misma, en lo que respecta a Jobad�as. Hab�a refutado los argumentos de los amigos de Job por lo que hab�a dicho, en forma clara. probando, que la aflicci�n, lejos de traer consigo se�ales de disgusto, fue frecuentemente hecha, en la mano del SE�OR, un medio de gracia para ense�ar a su pueblo.

Pero habiendo mostrado as� el error de los amigos de Job, ahora no menos muestra que las conclusiones de Job, en muchos casos, tambi�n hab�an sido incorrectas. La insatisfacci�n que hab�a manifestado y su deseo de salir de la prueba antes del tiempo se�alado por el Se�or, cuando los prop�sitos para los cuales se hab�a enviado la prueba no hab�an sido completamente respondidos, estas cosas demostraron que los puntos de vista de Job no eran tan claros con respecto a las dispensaciones divinas. como debe ser un siervo del SE�OR.

Por tanto, le advierte a Job que magnifique la obra del SE�OR y que tenga una visi�n m�s firme y firme de la bondad de Dios. Todo lo que corresponde al testimonio que el ESP�RITU SANTO ha dado en las Escrituras acerca de las dispensaciones divinas, que las obras del SE�OR son grandes, buscadas de todos los que se complacen en ellas. Su obra es honorable y gloriosa, y su justicia permanece para siempre. Salmo 111:2 .

Versículo 33

REFLEXIONES

LECTOR, que nuestra mejora, a partir de la lectura de este cap�tulo, sea se�alar que la gloria de DIOS es el gran fin del hombre; y por cualquier m�todo o forma en que se pueda exaltar la gloria, la fe del pueblo de DIOS es seguir ese camino y desear ese prop�sito con esmero. Este fue y es el gran fin de toda la creaci�n. De ah� el himno en los cielos: Digno eres, oh SE�OR, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque t� creaste todas las cosas, y para tu voluntad existen y fueron creadas.

Y el mismo fue y es el gran prop�sito y fin de la redenci�n, para que DIOS sea glorificado en todas las cosas en JESUCRISTO. Por tanto, el c�ntico entre los redimidos en gloria tiene el mismo efecto: Digno es el Cordero que fue inmolado de recibir poder y riquezas, sabidur�a, fortaleza, honra, gloria y bendici�n. No importa qu� suceda con criaturas tan pobres, insignificantes, vac�as y pecaminosas como nosotros, si la gloria de DIOS puede ser m�s avanzada.

Y por eso, lector, qu� dulce pensamiento es que, como por la gloriosa persona y obra del SE�OR JES�S, m�s gloria resulta para JEHOV� de la que su justicia podr�a haber recibido, si se hubiera vengado de nuestros pecados, al desterrar todos nuestros pecados. corre de su presencia a toda la eternidad; as� recibi�ndonos en �l, bendici�ndonos en �l y haci�ndonos eternamente felices en �l; esto da toda la gloria donde solo esa gloria es debida.

Entonces se ve que tanto las bendiciones de la creaci�n como la redenci�n son el resultado de la sabidur�a, el amor y el poder infinitos; y abrir un ingreso de alabanza y gloria al �nico bendito y eterno JEHOV� para siempre.

Un pensamiento m�s, lector, sobre este hermoso discurso de Eli� antes de dosificar el cap�tulo. Busquemos ambos la gracia de ese ESP�RITU Todopoderoso que as� le ense�� a Eli� c�mo formar una conclusi�n tan justa de las dispensaciones divinas, que tambi�n podamos marcar para nuestro propio ejercicio, el dise�o de gracia de nuestro Pacto DIOS en CRISTO, en todos los que nos conciernen. . �Somos exaltados en las circunstancias? Mira entonces que JES�S est� en cada uno de ellos.

�Estamos deprimidos en las pruebas? �D�nde est� el SE�OR JES�S para santificarlos? �O�mos su voz, podemos seguir sus pasos, marcar su mano? �Oh! Cu�n bienaventurado es cuando somos capaces de descubrirlo, como el Alfa y la Omega, la suma y sustancia de toda nuestra alegr�a, el calmante y suavizante de todo nuestro dolor. �Oh! �T�, querido Redentor! haz que te mire, en mis mayores placeres; dando el gusto final a todos.

�Oh! Conc�deme, mi querid�simo SE�OR, que nunca pueda estar tan absorto con ninguno de tus dones, por preciosos que sean en s� mismos, como para pasar por alto o excluir al Dador de mi memoria. Pero, �oh! que tu plenitud, tu hermosura y tu gloria sean siempre lo m�s alto en mi vista. Y si a tu sabidur�a le agrada ejercitarme con aflicciones, pero amado SE�OR, si te veo cerca de ayudarme cuando mi alma abatida est� m�s necesitada, entonces podr� estimar la aflicci�n que te trae. m�s cerca a mi vista, como m�s bendito que la m�s alta prosperidad sin ti. �S�, adorado Redentor! s� todo en todos, y entonces en todas las cosas ser�s mi gozo, mi consuelo, mi esperanza, mi porci�n, en gracia aqu� y en gloria en el m�s all�. Am�n.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Job 36". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/job-36.html. 1828.