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Job 40

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

El Se�or, habiendo respondido as� a Job en el cap�tulo anterior, de manera agradable a su deseo, al comienzo de este cap�tulo exige la respuesta de Job. Job lo da muy humildemente: despu�s de lo cual el Se�or retoma el discurso y lo contin�a hasta el final de �ste y durante todo el cap�tulo siguiente.

Versículos 1-2

(1) � Y el SE�OR respondi� a Job, y dijo: (2) �Le instruir� el que contiende con el Todopoderoso? el que reprende a Dios, responda.

Esta fue una pausa muy solemne en el discurso; y, cuando DIOS pareci� esperar una respuesta, sin duda Job tembl�. Lector, es algo solemne acercarnos a DIOS, incluso cuando venimos a �l de la mano de un Mediador. A menudo he pensado que la primera vista del rostro de DIOS, cuando se levanta del lecho de la muerte, aunque viene perfectamente seguro y seguro de ser aceptado en el SE�OR JES�S, y bajo el manto de su sangre y justicia, sin embargo debe ser un cosa m�s terrible y solemne.

Seguramente, nunca un alma fue llevada a la presencia de un DIOS santo, ya sea en gracia aqu� o en gloria en el futuro, con ligereza. Incluso en las misericordias, DIOS es terrible; y, por tanto, en la muerte, cuando nos presentemos ante el SE�OR, para tratar finalmente y plenamente con DIOS como nuestro juez, y recibir nuestra sentencia filial; Para poner en nuestro humilde reclamo de aceptaci�n en JES�S, �no debe ser esto serio, solemne, terrible? �Oh! �Cu�n poco piensan en una entrevista as� los que ignoran a un Redentor y no saben nada de la enorme importancia de su sangre y justicia! David nos dice que temblaba cuando pensaba en los juicios de DIOS; y, sin embargo, David estaba buscando totalmente la aceptaci�n de JES�S.

�Oh! �Qu� horrores deben invadir instant�neamente esa alma, que se levanta del lecho de muerte exterior, esa justicia para justificar, ese Mediador para interceder, ese DIOS-hombre para redimir? Salmo 119:120 .

Versículos 3-5

(3) Entonces Job respondi� al SE�OR y dijo: (4) He aqu�, soy vil; �Qu� te responder�? Pondr� mi mano sobre mi boca. (5) Una vez he hablado; pero no responder�: s�, dos veces; pero no seguir� adelante.

Aqu� est� el estado al que cada alma verdaderamente regenerada y despierta es llevada por fin. Aqu� triunfa la gracia, y el pecador se entrega totalmente a la soberan�a de DIOS y la misericordia en CRISTO. Lector, comente conmigo cu�n amablemente el SE�OR estaba tratando ahora con Jobad�as. Aqu� hay solemnes demandas de DIOS, es cierto, pero ninguna de esas palabras cortantes y �speras que los tres amigos de Job hab�an usado; no, ni siquiera como Eli�.

�Oh, gracia soberana! �Oh misericordia sin l�mites! �C�mo se manifiesta y magnifica el amor divino cuando el mismo DIOS lo proclama en la persona y la justicia del SE�OR JESUCRISTO! Bien podr�a decir David: D�jame caer en la mano del Se�or, porque grande es su misericordia; y no me dejes caer en manos de hombre. 2 Samuel 24:14 .

Versículos 6-14

(6) Entonces respondi� el SE�OR a Job desde el torbellino, y dijo: (7) C��ete ahora como un hombre tus lomos; yo te preguntar�, y t� me lo har�s saber. (8) �Tambi�n t� anular�s mi juicio? �Me condenar�s para ser justo? (9) �Tienes un brazo como el de Dios? �O puedes tronar con una voz como la de �l? (10) Emb�rcate ahora con majestad y excelencia; y v�stase de gloria y hermosura.

(11) Echa fuera el furor de tu ira, y mira a todo el que es soberbio y hum�llalo. (12) Mira a todo el que es soberbio y hum�llalo; y pisotear a los malvados en su lugar. (13) Esc�ndelos juntos en el polvo; y atar sus rostros en secreto. (14) Entonces tambi�n te confesar� que tu diestra puede salvarte.

Hay mucho evangelio en esos vers�culos del SE�OR. �No es de la misma manera y de la misma manera que ahora el SE�OR lleva a los pecadores a un sentimiento de pecado, cuando as� lanza convicci�n en sus mentes? �Oh! Cu�n bienaventurado, cu�n condescendiente, cu�n misericordioso es cuando DIOS establece as� un tribunal en la conciencia, para hacerlos sensibles a las riquezas de su gracia. Y lo que el SE�OR dice, al final de esta protesta, se dice de hecho a todo pecador convencido: "Si el hombre pudiera justificarse a s� mismo en esos puntos, entonces podr�a salvarse a s� mismo con la misma facilidad". Lector, no pase por alto, le suplico, cu�l es la parte m�s bendita de este discurso, c�mo por medios tan bondadosos el SE�OR se est� preparando para la recepci�n cordial de la redenci�n por parte de JES�S.

Versículos 15-24

(15) ?� He aqu� ahora el behemot que hice contigo; como un buey come hierba. (16) He aqu�, su fuerza est� en sus lomos, y su fuerza est� en el ombligo de su vientre. (17) Mueve su cola como un cedro; los tendones de sus piedras est�n entrelazados. (18) Sus huesos son como fuertes piezas de bronce; sus huesos son como barras de hierro. (19) �l es el principio de los caminos de Dios; el que lo hizo, puede hacer que su espada se acerque a �l.

(20) Ciertamente los montes le traer�n comida, donde juegan todas las bestias del campo. (21) Est� tendido bajo la sombra de los �rboles, en el encubierto de los juncos y en los pantanos. (22) Los �rboles sombr�os lo cubren con su sombra; lo rodean los sauces del arroyo. (23) He aqu�, �l bebe un r�o, y no se apresura; conf�a en llevar el Jord�n a su boca. (24) Con sus ojos lo toma, Su nariz atraviesa lazos.

El SE�OR aqu� representa, en la historia del mayor de los animales terrestres, que algunos suponen que fue el elefante, la soberan�a de su poder; y, habiendo descrito su grandeza, fuerza y ??fortaleza, se�ala a Job que el mismo poder que hizo, puede en un momento deshacerlo. Y el SE�OR aprovecha de aqu� para se�alar su gracia distintiva al hombre, que fue formado del polvo de la tierra, en el mismo d�a; y sin duda, en la descripci�n que se da aqu�, el SE�OR dise�� a Job para que formara conclusiones adecuadas, que si todo y todo resultaba de su poder y sabidur�a infinitos, seguramente, hab�a suficiente en tales puntos de vista de la grandeza divina y la bondad divina para inducir a la humildad. y obediente sumisi�n, incluso independientemente de otras causas, a la voluntad divina.

Versículo 24

REFLEXIONES

Alma m�a, �has le�do y meditado debidamente sobre los ejemplos aqu� presentados del poder y la soberan�a divinos? �No inducir� la vista a la mayor humildad y abatimiento de esp�ritu? �Surgir� algo en las circunstancias de la providencia de tu DIOS hacia ti, despu�s de una revisi�n como se establece aqu�, para tentarlo a murmurar o quejarse de los nombramientos soberanos? �Oh! por la gracia de humillarte como lo hizo Job, y de poner tu mano sobre tu boca.

Seguramente los descubrimientos que el SE�OR hace de s� mismo no son menores ahora, que cuando �l condescendi� amablemente a razonar con el hombre de Uz. Piensa, alma m�a, en la inmensa grandeza del SE�OR. En este �nico punto de vista, hay suficiente para excitar, en cada pecho, sentimientos similares a los del salmista, y decir, como �l lo hizo, cuando considero tus cielos las obras de tus manos, la luna y las estrellas que t� has ordenado; �Qu� es el hombre para que te acuerdes de �l, o el hijo de hombre para que lo visites? Y si a�adimos a estos pensamientos, la solemne consideraci�n de la santidad de DIOS; que los cielos no est�n limpios ante sus ojos, y aun a sus �ngeles acusa de necedad; Seguramente todo hombre, como el Profeta, puede tener motivos para exclamar: �Ay de m�! Estoy perdido, porque soy hombre de labios inmundos, y habito en medio de un pueblo de labios inmundos.

�Y qu� hay que pueda traer alivio al alma bajo impresiones como estas, excepto las insinuaciones de gracia, misericordia y dulzura del amor divino, tal como se nos da en la persona, las relaciones, el oficio, el trabajo y el car�cter, del SE�OR JES�S? �CRISTO? �Oh! �T� adorado Redentor! �C�mo has suavizado, a nuestra vista, la terrible majestad del cielo, para que cuando en cualquier momento sintamos el coraz�n abrumado en el recuerdo de la justicia y santidad ofendidas de JEHOV�, podamos recordar y consolarnos, que a esto Alto y Sublime, cuyo nombre es Santo, estamos autorizados a mirar hacia arriba, a trav�s de un Mediador Todopoderoso; y que en medio de nuestras ofensas, defectos y contaminaciones, tenemos un abogado con el PADRE como JESUCRISTO el justo, que es la propiciaci�n por nuestros pecados. �Salve, bendito JES�S! a ti, SE�OR, vendr�; en ti confiar�; Ap�yate en el brazo de tu justicia, y fija aqu� todas mis esperanzas y la seguridad de mi aceptaci�n. Y alabado sea tu santo nombre, t� has dicho: Todos los que en ti conf�an, nunca ser�n avergonzados ni confundidos, por los siglos de los siglos.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Job 40". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/job-40.html. 1828.