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Bible Commentaries
Job 9

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

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Versículo 1

CONTENIDO

Este es un cap�tulo muy hermoso y muy interesante. Aqu� Job entra de nuevo en su defensa: en la que no encontramos nada de reproche en cuanto a la crueldad de sus amigos; sino un delicioso testimonio de la sabidur�a, el poder y la justicia de Dios; y humillantes opiniones de s� mismo.

Versículos 1-4

(1) ?� Entonces Job respondi� y dijo: (2) S� que es as� de verdad: pero �c�mo puede el hombre ser justo con Dios? (3) Si quiere contender con �l, no podr� responderle ni una entre mil. (4) �l es sabio de coraz�n y poderoso en fuerza: �qui�n se endureci� contra �l y prosper�?

Qu� bendita evidencia hay aqu�, que Job se averg�enza de s� mismo, en la conciencia del pecado del hombre y la justicia de DIOS. Cu�n fuerte y concluyente es la pregunta: �C�mo debe el hombre ser justo con DIOS? Hay mil pecados y diez mil transgresiones, que pasan de nuestra mente irreflexiva, al abismo del olvido, cada una de las cuales, si DIOS presentara, ser�a suficiente para probar la culpa.

Y aunque los olvidamos, Dios no los olvida; nuestros pecados secretos est�n a la luz de su rostro. Salmo 90:8 . �Qu� pensamiento es este para convencer al alma del pecado! �Qu� motivo es, o deber�a ser, buscar la redenci�n en la sangre de JES�S?

Versículos 5-12

(5) El que remueve los montes y no lo saben; que los derriba en su ira. (6) Que sacude la tierra de su lugar, y tiemblan sus columnas. (7) que manda al sol, y no sale; y sella las estrellas. (8) El �nico que extiende los cielos y pisa sobre las olas del mar. (9) Que hace Arcturus, Orion y Pl�yades, y las c�maras del sur.

(10) Que hace grandes cosas que no se descubren; s�, y maravillas innumerables. (11) He aqu�, �l pasa a mi lado, y yo no lo veo; �l tambi�n pasa, pero yo no lo percibo. (12) He aqu�, �l quita, �qui�n lo impedir�? �Qui�n le dir�: �Qu� haces?

Ahora dejemos que el Lector siga los pasos del ESP�RITU SANTO, y observe, a medida que avanza en la historia de Job, c�mo Satan�s est� desconcertado y c�mo la gracia ayuda al pobre sufriente. Satan�s estaba seguro de que Job maldecir�a a DIOS, pero he aqu� c�mo lo bendice: cu�n alto habla de las perfecciones de DIOS. El afligido afligido parece olvidar, por el momento, sus propias penas, mientras habla de la gloria de DIOS.

Observe c�mo Job sigue a DIOS en el mundo de la naturaleza; removiendo monta�as, sacudiendo la tierra, controlando los cuerpos celestes y gobernando el mar. Luego procesa al sujeto en el mundo de la providencia; pasando desapercibido, quitando y nadie puede estorbarle, o decirle, �qu� haces? Y si Job hubiera vivido bajo el evangelio de JES�S, �c�mo se habr�a expandido su alma sobre las obras de JES�S en el mundo de la gracia? �Lector! Piense en los benditos privilegios a los que est� llamado, ante quien la luz y la inmortalidad se revelan tan plenamente en el Evangelio.

Versículos 13-21

(13) Si Dios no reprime su ira, los soberbios ayudantes se rebajan debajo de �l. (14) ?� �Cu�nto menos le responder� y elegir� mis palabras para razonar con �l? (15) A quien, aunque yo fuera justo, no respond�, sino que suplicar�a a mi juez. (16) Si yo hubiera llamado, y �l me hubiera respondido; sin embargo, no creer�a que �l hab�a escuchado mi voz. (17) Porque me quebranta con tempestad, y sin causa multiplica mis llagas.

(18) No me dejar� tomar aliento, sino que me llena de amargura. (19) Si hablo de fuerza, he aqu� que �l es fuerte; y si de juicio, �qui�n me dar� tiempo para suplicar? (20) Si me justifico, mi propia boca me condenar�; si digo que soy perfecto, tambi�n me resultar� perverso. (21) Aunque fuera perfecto, no conocer�a mi alma; menospreciar�a mi vida.

Cu�n sorprendente es este razonamiento de Job, y qu� esp�ritu evang�lico respira. Si los orgullosos ayudantes se rebajan, �qu� podr�a hacer Job? DIOS cumplir� todos los cargos. No, dice Job, aunque yo fuera justo, es decir, si mi propio coraz�n no me reprochara, y por eso me sintiera inducido a considerarme justo, no me atrever�a a confiar en que as� fuera. No, m�s que esto; si hubiera llamado, y DIOS me hubiera respondido, sin embargo, ni siquiera entonces pensar�a presuntuosamente que esta gracia se debe a mis m�ritos: �oh! no, yo concluir�a, dice Job, que fue su misericordia, no mi m�rito, su amor y gracia gratuitos, no mis merecimientos.

�Lector! Les suplico que hagan una pausa en este pasaje. �No es un evangelio puro de principio a fin? �D�nde podr�a aprender esto Job, sino de Aquel que no ense�a como ense�a el hombre? De hecho, �no fue el mismo Maestro Todopoderoso el que, al ense�ar y convencer a Job del pecado, le ense�� y le indujo a creer tambi�n en su pariente Redentor? V�ase el cap. 19:25. No debo descartar nuestra opini�n sobre este precioso pasaje hasta que le haya rogado al lector que comente conmigo una o dos bellezas m�s contenidas en �l.

Job, aunque se justifica a s� mismo con respecto a su conducta entre los hombres, hace una gran distinci�n entre esto y su justificaci�n ante DIOS. Y en esto, lo siguen otros santos hombres de la antig�edad. David, cuando los hombres lo acusan injustamente, lleva su causa a DIOS: J�zgame, oh Se�or, (dijo �l) seg�n mi justicia y seg�n la integridad que hay en m�. Salmo 7:8 .

Y el ap�stol Pablo les dice a los corintios que �l no debe ser juzgado por hombres, ni por juicio de hombres. 1 Corintios 4:3 . Pero cuando DIOS toma la causa, en lo que concierne al pecador delante de DIOS, David clama: No entres en juicio con tu siervo, oh Se�or, porque ning�n viviente ser� justificado ante tus ojos. Salmo 143:2 .

Y Pablo dice: Todo el mundo es culpable ante DIOS. Romanos 3:19 . Y Job declara que no conocer�a su alma; y en otra parte dice: Me aborrezco y me arrepiento en polvo y ceniza: Job 42:6 .

Versículos 22-27

(22) � Esto es una cosa, por eso lo dije: �l destruye al perfecto y al imp�o. (23) Si el azote mata de repente, se reir� del juicio de los inocentes. (24) La tierra es entregada en manos de los imp�os: El cubre el rostro de sus jueces; si no, �d�nde y qui�n es? (25) ?� Ahora mis d�as son m�s veloces que un poste: huyen, no ven el bien. (26) Pasaron como las naves veloces, como el �guila que se apresura a la presa. (27) Si digo, olvidar� mi queja, dejar� mi dolor y me consolar�:

Job, en esos vers�culos, hace una inferencia de lo que antes hab�a establecido como doctrina: Por tanto, dije esta �nica cosa; es decir, lo que �l hab�a insistido antes, que por providencias externas, ning�n hombre deber�a sacar conclusiones del favor o desaprobaci�n de DIOS. Para hablar de ello en t�rminos del Evangelio, el SE�OR hace que su sol brille sobre malos y buenos, y env�a las bendiciones de la lluvia sobre justos e injustos. Mateo 5:45 .

Versículos 28-35

(28) Tengo miedo de todos mis dolores, s� que no me dar�s por inocente. (29) Si soy imp�o, �por qu� entonces trabajo en vano? (30) Si me lavo con agua de nieve y nunca me limpie tanto las manos; (31) Sin embargo, me hundir�s en el hoyo, y mis propias ropas me aborrecer�n. (32) Porque �l no es hombre, como yo, para que yo le responda y nos unamos en juicio. (33) Tampoco hay entre nosotros hombre de d�a que ponga su mano sobre nosotros. (34) Quite �l su vara de m�, y no me aterrorice su miedo. (35) Entonces hablar�, y no le temer�; pero no es as� conmigo.

Aqu� Job no s�lo se detiene en el mismo tema humillante, de la impureza del hombre cuando debe presentarse ante DIOS, sino que de nuevo, como en un caso anterior, env�a el ferviente deseo de su alma, de un mediador, un hombre de d�as. Sin duda el esp�ritu de CRISTO, que estaba en los primeros profetas, y les ense�� a hablar por fe de los sufrimientos de CRISTO y de la gloria que vendr�a despu�s ( 1 Pedro 1:11 .

) ense�� tambi�n a los santos hombres de la antig�edad a estar buscando al mismo SE�OR JES�S como este precioso Mediador, este Todopoderoso Hombre de los D�as, quien fue el �nico competente para imponer su mano sobre ambas partes, DIOS y el hombre, y reparar la brecha mortal que hab�a causado el pecado. hecha. �Oh! �Hermosa evidencia de la fe de Job en un Mediador venidero! �Lector! no lo pase por alto y recuerde que la queja de Job de que no hab�a ninguno, era en efecto una oraci�n para que uno pudiera ser encontrado.

Por eso, cuando vino JES�S, el clamor de los que le conoc�an fue: Hemos encontrado a aquel de quien escribieron Mois�s y los profetas. Juan 1:45 .

Versículo 35

REFLEXIONES

TAL VEZ ninguna parte de los escritos del Antiguo Testamento es m�s calculada, bajo la ense�anza del ESP�RITU bendito, para imprimir en el alma un profundo sentido del pecado, y para poner el alma m�s abajo en el polvo a la vista de �l, que el lenguaje humillante de Job. esp�ritu en este cap�tulo. �Lector! hagamos una pausa y consideremos. Seguramente, por m�s ligeras e irreflexivas que puedan pasar por alto las mentes de la consideraci�n, sin embargo, es una pregunta solemne: �C�mo debe el hombre ser justo con Dios? Nunca hubo un alma, real y verdaderamente acercada por la sangre de JES�S, que pensara a la ligera esta cuesti�n.

Abraham, el amigo de DIOS, sinti� su alma fuertemente ejercitada cuando clam�, bajo un profundo sentido de la santidad de DIOS y de su inmundicia; He aqu� ahora (dijo) que he comenzado a hablar al Se�or, que no soy m�s que polvo y ceniza. Y todos los santos de DIOS, en todas las edades, han pensado lo mismo. �Mi alma! Te lo encomiendo; �No es realmente una cosa muy solemne? Incluso ahora en las ordenanzas ayudan a los medios de gracia, seguramente no te atrever�s a acercarte con ligereza e indiferencia; y aunque est�s mirando hacia adelante, como aqu� en las ordenanzas, as� tambi�n en la muerte, para presentarte ante DIOS en la sangre y la justicia de JES�S, que este y este solo es tu �nico ruego; sin embargo, cuando recuerdes que en esa hora solemne y terrible, en el evento final del cual depende tu eternidad, debes presentarte ante DIOS como tu Juez,

Y si tal es el proceso terrible para todo verdadero creyente en CRISTO; si la carne de David temblaba, como �l nos dice que lo hizo, al contemplar a DIOS en el juicio, aunque estaba dirigiendo el ojo de la fe a JES�S como su Fianza bendita; �Qu� horror se apoderar� del alma de ese hombre que comparezca ante ese tremendo tribunal sin inter�s en CRISTO, y sin el Mediador para defender su causa, ni la justicia del Mediador para justificar su persona!

�Oh! �Lector! piensen, les suplico mientras leen la confesi�n de Job, que el agua de la nieve no puede impartir limpieza al pecador, y nada m�s que la fuente de la sangre de JES�S puede quitar la culpa; piensen en la bienaventuranza de aquellos que est�n mirando a JES�S, y tengan un CRISTO, un Mediador que los defienda en su sangre y justicia, mientras tanto la ley como la conciencia acusan. �Oh! precioso, precioso JES�S? cu�n cada vez m�s preciosa es tu salvaci�n a cada momento. �Oh! Danos a ver que tenemos redenci�n en tu sangre, y somos justificados de todas las cosas, de las cuales ninguno de los hijos de Ad�n podr�a jam�s ser justificado por la ley de Mois�s.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Job 9". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/job-9.html. 1828.
 
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