Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
For 10¢ a day you can enjoy StudyLight.org ads
free while helping to build churches and support pastors in Uganda.
Click here to learn more!

Bible Commentaries
Judas 1

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Buscar…
Enter query below:

Versículos 1-25

CONTENIDO

El comienzo de esta ep�stola es verdaderamente dulce. Judas se dirige a todo lo que tiene que decir a la Iglesia. Es a ti, amado, a quien dice Judas a quien escribe. Luego, a trav�s de la mayor parte del Cap�tulo, se�ala el terrible estado del r�probo. Pero a�n es a la Iglesia a quien le habla de esas cosas, para su consuelo e instrucci�n. Hacia el final, se�ala la seguridad y la bienaventuranza de la Iglesia y concluye con una alabanza.

Judas 1:1 Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, a los santificados por Dios Padre, y preservados en Jesucristo, y llamados:

El comienzo de esta ep�stola es pesado y lleno de gloriosas verdades. El Se�or d� gracia a su iglesia, para que considere lo que aqu� se dice. Judas se llama a s� mismo un siervo de Jesucristo y escribe su ep�stola a la Iglesia de Cristo. �A qui�n debe ministrar el siervo de Cristo sino a la casa de su Se�or? Le ruego una vez m�s, que esto se note bien. Todo el tiempo, a trav�s de las benditas ep�stolas que hemos pasado, en este Comentario del hombre pobre, he se�alado particularmente al lector que es a la Iglesia, y no al mundo, lo que escriben los siervos de nuestro Dios y Salvador.

Ellos, que se supon�a que ten�an m�s misericordia que el mismo Dios, est�n dispuestos a pasar por alto, o no han conocido este car�cter distintivo, de esos santos escritos de los Ap�stoles. No dejes que el lector. Judas les escribe a los santificados por Dios Padre, preservados en Jesucristo y llamados.

Si el lector no ha olvidado el discurso del ap�stol Pedro, en su primera Ep�stola general a la Iglesia, en la apertura de la misma, observar� una hermosa correspondencia con la de Judas; y que, como muestra la unidad de coraz�n que ten�an esos grandes Ap�stoles en las verdades divinas, no le demostrar� menos que ambos estaban bajo la misma ense�anza divina. Ver 1 Pedro 1:1 .

De hecho, hay una diferencia en la redacci�n de esos vers�culos, por esos Ap�stoles; pero la doctrina es la misma. Y las diferentes expresiones, si se consideran correctamente, dan belleza y bienaventuranza a las grandes verdades que entregan y confirman. Porque, cuando encontramos los mismos oficios divinos y perfecciones, en una Escritura, se habla de una de las Personas de la Deidad en otra, adscrita a cualquiera de las otras Personas de la Deidad, �qu� son estas cosas, sino tantos testimonios colaterales de el art�culo principal de nuestra sant�sima fe, que hay Tres que dan testimonio en el cielo; el Padre, la Palabra y el Esp�ritu Santo; y estos tres son Uno. ( 1 Juan 5:7 )

En este bendito vers�culo, Judas atribuye a Dios Padre la santificaci�n de la Iglesia. A los santificados por Dios Padre. Y, sin duda alguna, Dios Padre ha escogido a la Iglesia en Cristo antes de la fundaci�n del mundo, para que sea santa y sin mancha delante de �l en amor. ( Efesios 1:4 ) Sin embargo, la palabra traducida en este vers�culo santific�; podr�a haber sido traducido, (como es bien sabido por los eruditos), amado en y por Dios el Padre; que, en su significado, se refiere m�s particularmente al amor electivo de Dios Padre.

Similar al sentido de la misma palabra, en relaci�n con Cristo, la cabeza gloriosa de la Iglesia. �Dec�s de aquel a quien el Padre santific� (dijo Jes�s a los jud�os)? ( Juan 10:30 ), es decir, a quien el Padre escogi�. Y este t�tulo de elegidos y escogidos, aplicado a Cristo, es el m�s grande y m�s querido en toda la Biblia, si podemos juzgar por la forma de expresi�n, en la que Dios mismo lo usa.

He aqu� mi siervo, a quien sostengo; Elegido m�o, en quien se deleita mi alma. ( Isa�as 42:1 ) Por lo tanto, por la Iglesia, a quien Judas llama aqu� santificada por Dios Padre, se entiende, la elegida por Dios Padre, a quien 1 Pedro 2:9 llama generaci�n escogida ( 1 Pedro 2:9 ) y a quien Mois�s, bajo el Esp�ritu Santo, sigue siendo un tesoro peculiar para el Se�or sobre todas las personas. ( �xodo 19:5 )

�Lector! Haga una pausa en la vista del amor eterno del Padre, en este acto especial suyo, en lo que se refiere a la Iglesia. Es de ah� que datamos todas nuestras misericordias. Es a esta fuente, desde la elecci�n de la gracia y el ser entregado a Cristo y escogido en Cristo, que la Iglesia es guardada por el poder de Dios, mediante la fe, para la salvaci�n. Por eso, el Ap�stol de la Iglesia: Estamos obligados (dijo �l) a dar gracias siempre a Dios por ustedes, hermanos, amados del Se�or, porque Dios los ha escogido desde el principio para salvaci�n, mediante la santificaci�n del Esp�ritu, y creencia en la verdad; a lo cual os llam� por nuestro Evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Se�or Jesucristo. ( 2 Tesalonicenses 2:13 )

El siguiente punto de doctrina con el que nos encontramos, en este vers�culo bendito, es y se conserva en Jesucristo. Innumerables cosas benditas se incluyen en esta amplia expresi�n, Preservados en Jesucristo. Cada grado de preservaci�n est� impl�cito, tanto antes de que seamos llamados a Cristo, como despu�s. Porque, como somos elegidos en Cristo, antes del estado actual de nuestra naturaleza, somos verdaderamente uno con Cristo, al desposar a todo su pueblo consigo mismo, al recibirlos como regalo de su Padre, antes de la fundaci�n del mundo. ; entonces, hay una uni�n de gracia con Cristo; en virtud de ella, que tienen todos los miembros de su cuerpo m�stico; y por lo cual son secretamente, aunque misteriosamente para nosotros, preservados en �l, y vistos como uno con �l, antes de que su existencia en Ad�n se produzca en el tiempo.

Y aunque esta preservaci�n en Cristo, no les impide, (porque nunca fue pensado que lo hiciera), de caer, con toda la raza de los hombres, en la transgresi�n de Ad�n, (y de hecho, por lo tanto, todas las bendiciones de la redenci�n surgiendo de esa transgresi�n, encuentra oportunidad para ejercitarse), sin embargo, los mantiene alejados del pecado imperdonable y de la muerte segunda; y los mantiene, en todos los privilegios del pacto, hechos en los antiguos asentamientos de la eternidad, entre las Personas de la Deidad.

�Qui�n calcular� o anotar� en la historia de un hijo de Dios, y mucho menos de toda la Iglesia, las maravillas de esta gracia preservadora, en las diez mil veces diez mil instancias de ella? Conservado en Jesucristo, antes llamado a Jesucristo. Preservado en todas las etapas posteriores de la vida, cuando es llamado por gracia, hasta que la gracia se consuma en gloria. La iglesia en cada miembro individual puede, y de hecho debe, reflexionar diariamente sobre el tema de la fusi�n; pero debemos entrar en la eternidad y mirar hacia atr�s a las colinas eternas a trav�s de todo el camino que el Se�or nos ha tra�do en nuestro camino; antes de eso, tendremos un sentido apropiado y aprehensi�n de las bendiciones indecibles, contenidas en estas cuatro palabras, preservadas en Jesucristo.

`` �Y llamado! '' Aqu�, aunque el bendito nombre de Dios el Esp�ritu Santo no se agrega, sin embargo, est� impl�cito; porque, en la econom�a de la redenci�n, es su funci�n peculiar llamar a los pecadores de las tinieblas a la luz, y del poder del pecado y de Satan�s al Dios viviente. El mismo Esp�ritu Todopoderoso, que en la antigua creaci�n de la naturaleza, se movi� sobre la faz de las aguas y dijo: H�gase la luz, es �l, quien en la nueva creaci�n de la gracia, ordena que la luz brille de las tinieblas en el coraz�n, para dar la luz del conocimiento de la gloria de Dios, en el rostro de Jesucristo.

( G�nesis 1:3 ; 2 Corintios 4:6 ) Y hay un hermoso orden en todo esto, que la mano de cada gloriosa Persona de la Deidad se vea, en esta gran obra de amor de Alianza hacia la Iglesia. Vaya a estas Escrituras como prueba: Romanos 8:29 ; Efesios 1:3 ; Tito 3:3 .

Y tan infinitamente bendecida e importante es esta gran gracia del Esp�ritu Santo, al llamar, que, hasta que sea obrada, ning�n hijo de Dios puede tener aprensi�n alguna, ya sea del amor de Dios el Padre en la elecci�n, o de la gracia de Dios el Hijo en la redenci�n. . �Es por la regeneraci�n que somos hechos part�cipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupci�n que hay en el mundo, a trav�s de la lujuria! ( 2 Pedro 1:4 )

�Lector! �No descartemos la vista de esas misericordias unidas, antes de eso nos hemos detenido un momento m�s, para rendir el tributo de alabanza, de rodillas, a Dios, en su triple car�cter de Persona, por esas misericordias inefables! Bendito sea para siempre Dios nuestro Padre, por santificar, apartar, escoger y elegir a la Iglesia en Cristo, antes de todos los mundos, para que sea santa y sin mancha delante de �l en amor. Bendito sea por siempre Dios Hijo, por unir a la Iglesia consigo mismo, en unidad y uni�n, preserv�ndola antes de todos los tiempos, y preservando a trav�s de todos los tiempos, su Iglesia como suya, y redimi�ndola para �l, para su esposa y compa�era social. , a quien pudiera impartir toda la gracia comunicable, vivific�ndola cuando est� muerta en delitos y pecados, y llev�ndola a una vida nueva y espiritual en Cristo Jes�s.

( Efesios 1:3 ; Oseas 2:18 ; Juan 17:2 ; 2 Timoteo 1:9 )

Versículo 2

Misericordia, paz y amor sean multiplicados.

Ruego detener al lector en este vers�culo, para observarle, que estos saludos apost�licos, no deben ser considerados, como es de temer que lo sean con demasiada frecuencia, tantas palabras por supuesto. Son como tantas oraciones, as� como bendiciones de los Ap�stoles, y la Iglesia no las puede valorar demasiado. Misericordia del Padre, Paz en y de Jesucristo, y Amor en y por el Esp�ritu Santo, siguen muy dulcemente lo que se dijo antes como los frutos y efectos de esos actos gloriosos, de los Santos Tres en Uno, en las manifestaciones de la Alianza.

�Lector! ser� tanto su misericordia como la m�a, si encontramos esos frutos diarios, en nuestro pan de cada d�a, del amor eterno de Jehov� por su Iglesia en Cristo. Dios, en su triple car�cter de personas, es la fuente de toda misericordia, paz y amor. Y dulce, s�, muy dulce es cuando Dios el Esp�ritu Santo da a conocer estas cosas para nuestro gozo; revel�ndonoslos con sus influencias bondadosas, dirigiendo nuestros corazones hacia el amor de Dios y hacia la paciente espera de Cristo.

( 2 Tesalonicenses 3:5 ) Quisiera orar por esas muestras de gracia de amor del Esp�ritu Santo, para poder vivir en el disfrute de la misericordia, la paz y el amor de todas las Personas de la Deidad. Pero mientras disfruto de los frutos, rezar�a a�n m�s para vivir de la Causa. Mientras disfruto del regalo, amar�a infinitamente m�s y valorar�a al Dador.

Versículo 3

Amados, cuando me esforc� por escribiros acerca de la salvaci�n com�n, fue necesario que les escribiera y les exhortara a que contendieran fervientemente por la fe que una vez ha sido entregada a los santos.

Algunos han pensado, (y no veo raz�n para refutarlo), que Judas, cuando vio que su mente se dirig�a por primera vez a escribir a la Iglesia, ten�a la intenci�n de haber seguido el mismo curso que hab�an seguido los otros Ap�stoles, Pablo y Jaime; y haber hablado de la salvaci�n com�n. Ten�a en mente haber insistido principalmente en aquellos temas que se relacionaban con la Persona, la gloria y los oficios del Se�or Jesucristo.

Pero que encontr� su mente gobernada por el Esp�ritu Santo, para declarar m�s bien a la Iglesia, las cosas que pertenec�an a la apostas�a de los �ltimos d�as; y, al presentarles la notable diferencia entre los elegidos y los reprobados de Dios, podr�a exhortarlos fervientemente a contender por la fe que una vez fue dada a los santos. Si esta conjetura es correcta o no, no lo determinar�; pero es muy cierto que todo el contenido de esta bendita ep�stola se dirige a este �nico prop�sito, al trazar la l�nea divisoria entre los fieles y los imp�os.

Porque, desde el final de este vers�culo, hasta el final del vers�culo diecinueve, ( Judas 1:3 ) el Ap�stol solo habla de los burladores de los �ltimos tiempos, quienes deb�an andar seg�n sus propias concupiscencias imp�as, y cuyos caracteres eran de anta�o ordenados para esta condenaci�n, separados del propio pueblo del Se�or, sensuales y sin el Esp�ritu.

De modo que, si tomamos la Ep�stola en un punto de vista, despu�s del exordio, desde este vers�culo hasta el final, el Ap�stol trata s�lo de las dos clases distintas de personas; a saber, el r�probo, cuyos rasgos de car�cter dibuja en general; y el pueblo del se�or, que es santificado por Dios Padre, preservado en Jesucristo y llamado. A estos �ltimos se dirige el Ap�stol, de manera muy bendita y afectuosa, y cierra la Ep�stola. Seguiremos al Ap�stol a trav�s de ambos.

Pero, antes de continuar, le ruego al lector que considere, conmigo, qu� fuerza de argumento hay en este vers�culo, para que todo hijo de Dios lo considere, lo que Judas dice de esta santa y ferviente contenci�n, por la fe. una vez entregado a los santos. Lo que es esa fe, el Nuevo Testamento, en los escritos inspirados de los evangelistas y los ap�stoles, se muestra de la manera m�s clara y completa. Las grandes y principales doctrinas del Evangelio, en el amor eterno del Padre, del Hijo y del Esp�ritu Santo, m�s o menos, est�n en cada p�gina.

La Persona, gloria, derramamiento de sangre y justicia del Se�or Jesucristo, con redenci�n solo en su sangre, y regeneraci�n solo por Dios el Esp�ritu Santo; estos son el fondo y fundamento de todas nuestras misericordias. Luchar por ellos, y con fervor, es luchar por la vida misma de nuestras almas. Una indiferencia o frialdad ante la profesi�n abierta de estas gloriosas verdades en nosotros mismos, o ante la negaci�n de ellas en otros, est� hiriendo al Redentor, en la casa de sus amigos.

Es alta traici�n a la Majestad de Dios. Es admitir traidoramente al enemigo en nuestra ciudadela. Dejo al lector a sus propios pensamientos, hasta qu� punto el d�a de hoy est� terriblemente marcado con este personaje; cuando el general, s�, casi hab�a dicho, el plan universal de los profesores, es fusionarse, y no sufrir meros puntos de doctrina, como se les llama, para interrumpir la filantrop�a com�n de la �poca.

Lo que el ap�stol Judas habr�a dicho, si hubiera vivido para verlo, puede deducirse f�cilmente de su ferviente exhortaci�n en este vers�culo. Y lo que juzgar� Dios Esp�ritu, el Ministro Todopoderoso en su Iglesia, siempre velando por ella, no puede ser dif�cil de concebir.

Versículo 6

"Y LOS �NGELES QUE NO GUARDARON SU PRIMERA PROPIEDAD, ..."

Judas 1:6

Robert Hawker

(1753-1827)

"Y a los �ngeles que no guardaron su primer estado, sino que dejaron su propia habitaci�n, los ha reservado con cadenas eternas, en tinieblas, para el juicio del gran d�a". - Judas 1:6

Esta escritura, concerniente a la rebeli�n y el consiguiente castigo de los esp�ritus ap�statas, formar� una meditaci�n solemne, alma m�a, para que tus pensamientos vespertinos sean ejercitados. Y tal vez, bajo la gracia, pueda llevarte a algunas dulces mejoras en la contemplaci�n de la gracia distintiva manifestada a nuestra naturaleza rebelde; mientras que el juicio, el m�s terrible y eterno, super� la naturaleza superior de los �ngeles.

Si preguntamos humildemente cu�l fue la naturaleza de su pecado, todo lo que podemos recopilar de informaci�n al respecto fue que se trataba de una rebeli�n contra Dios. De hecho, una parte de las Escrituras nos dice que "hubo guerra en el cielo: Miguel (por lo que entendemos, Miguel nuestro Pr�ncipe, el Se�or Jesucristo, Daniel 10:21 ) y sus �ngeles lucharon contra el drag�n; y el drag�n luch� y sus �ngeles, y no prevaleci�, ni se hall� m�s su lugar en el cielo ", Apocalipsis 12:7 .

Por lo cual deber�a parecer que la causa de esta contienda del diablo con Cristo, era personal, y debido al reino que Jehov� le dio como Dios-Mediador sobre �ngeles y hombres. Y por lo tanto, cuando estos esp�ritus ap�statas dejaron su propia habitaci�n y fueron expulsados, establecieron un reino en oposici�n al del Se�or. Y de su odio amargo a Cristo y su reino, desataron toda su malicia en corromper y seducir nuestra naturaleza para unirse en la rebeli�n contra Dios, De ah� que "la serpiente antigua, que se llama diablo y Satan�s, que enga�a al mundo entero", enga�� nuestros primeros padres, e introdujeron el pecado y la muerte en este nuestro mundo; que ha pasado, y debe pasar a toda su posteridad, porque "todos pecaron y est�n destituidos de la gloria de Dios".

"- Haz una pausa, alma m�a, sobre el relato solemne. Piensa, piensa debidamente, en el estado ca�do, en el que, por naturaleza y por pr�ctica, eres llevado por esta apostas�a. Y cuando hayas tenido tu mente completamente impresionado con el horror de tal situaci�n, dirija sus pensamientos a la debida contemplaci�n tambi�n del amor, la gracia y la misericordia de Dios, en su recobro. Reflexione dulcemente en el amor de Dios su Padre, en el don de su amado Hijo, para los prop�sitos de redenci�n.

Observa bien los rasgos bienaventurados del Hijo en su obra de misericordia, en este gran logro. Y no pases por alto, sino del�itate siempre en contemplar el amor de Dios el Esp�ritu Santo, con condescendencia tanto para familiarizarte con la gracia del Padre y del Hijo, como para inclinar tu coraz�n a la fe agradecida de ella, y amor de ambos! Y que todo el tema pueda tener toda su influencia sobre ti, para inducir en ti todos los afectos adecuados y adecuados de amor, acci�n de gracias, santa obediencia y alabanza al Autor de tal misericordia; observe bien la naturaleza distintiva de esa gracia, que ha dejado a los �ngeles ca�dos en su ruina y miseria, reservados en cadenas eternas bajo las tinieblas, para el juicio del gran d�a, mientras otorga perd�n, reconciliaci�n y favor a los hombres ca�dos, en medio de todo nuestra indignidad, pecado,

Y, �Oh, Cordero de Dios! dame la gracia continua de reeditar para siempre en el inigualable amor de tu coraz�n, que pas� por "la naturaleza de los �ngeles, para tomar sobre ti la simiente de Abraham; para que en todas las cosas seas semejante a tus hermanos, en ser un �Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en lo que pertenece a Dios, para reconciliar los pecados de tu pueblo! "

De las PORCIONES DE LA MA�ANA Y LA NOCHE DEL HOMBRE POBRE.

Versículos 14-19

Estos son los que se separan, sensuales, sin el Esp�ritu.

Incluyo todo este terrible retrato, aunque compuesto por diferentes personajes, bajo una sola vista, porque todos forman una sola y misma imagen; y todos caen bajo la misma condenaci�n. Haremos bien, bajo la ense�anza de Dios el Esp�ritu, en mirar tanto sus personas como sus rasgos, y marcarlos uno por uno.

Primero. Se dice que eran ciertos hombres que se hab�an infiltrado sin darse cuenta. Por lo cual aprendemos que el Ap�stol no est� hablando de hombres del mundo entre los infieles, que repudian totalmente a Cristo; pero ciertos hombres, que se hab�an infiltrado en la Iglesia profesante; y por eso lo reconoci�. Pablo hab�a predicho acerca de tales ap�statas ( Hechos 20:29 ) y Pedro hab�a dibujado algo m�s completamente sus personajes.

( 2 Pedro 2:13 ) Pero Judas hab�a vivido para ver a algunos de ellos, en su d�a, como realmente entrar en la Iglesia profesante; y, en consecuencia, previ� que le seguir�an enjambres. Y admiro la expresi�n, `` se hab�an infiltrado sin saberlo ''. Porque, como los fieles en las congregaciones, en aquellos tiempos, no m�s que en los nuestros, ten�an la facultad de discernir los esp�ritus, o de leer los corazones, esos falsos profesores hab�a entrado y hab�a sido encontrado entre ellos; pero luego entraron sigilosamente.

Como serpientes, se hab�an engullido, retorci�ndose: y, como Satan�s se transform� en un �ngel de luz, con m�s �xito enga��; de modo que aquellos sus ministros, por un tiempo, aparecieron en forma, como los ministros de justicia, en un amor fingido por Cristo ante el pueblo. ( 2 Corintios 11:14 )

�Qu� misericordia es en todos los tiempos de la Iglesia, que el hijo de Dios, en cuyo coraz�n se realiza una obra salvadora de gracia, por medio de la regeneraci�n, tenga este gran consuelo para s� mismo, en medio de todas las mantas de los hombres, el Se�or los conoce! que son suyos! ( 2 Timoteo 2:19 ) Y es una misericordia adicional cuando, en prueba de esto, el hijo de Dios desea ser probado, examinado y puesto a prueba, por el conocimiento de s� mismo y su verdadero car�cter.

Y, temiendo ser tentado, por amor propio, a juzgarse demasiado favorablemente sobre este gran punto de decisi�n, desde el juicio del hombre, vuela al escrutinio de Dios. Pru�bame, oh Dios, y busca la base de mi coraz�n; pru�bame y examina mis pensamientos; �Mira si hay en m� camino de maldad, y gu�ame por el camino eterno! '. ( Salmo 139:23 ) �Aqu� hay una norma a la que ning�n hip�crita recurrir�! Esto es un fuego que ning�n oropel de hombres no regenerados puede soportar.

En segundo lugar. Aquellos hombres que, dice el Ap�stol, se hab�an infiltrado sin darse cuenta, parecen haber sido algo m�s que meros profesantes del Evangelio entre la gente. Deber�a parecer, por la menci�n de ciertos personajes, con los que se los compara, que eran los Cor� y los Balaam de su �poca; famosos en las congregaciones, hombres de renombre! Consulte N�meros 16:1 y N�meros 22:1 .

Brillaron como cometas por un tiempo, y como estrellas errantes, como las llama Judas, pronto se apagaron, `` para quien est� reservada la negrura de las tinieblas para siempre ''. De ah� esas expresiones fuertes, como descriptivas de su car�cter real. `` Nubes sin agua, transportadas por los vientos ''. No hay gracia de Dios en su coraz�n. No hay obra de regeneraci�n en su alma. Una ruidosa profesi�n s�lo de un nombre para vivir, estando virtualmente muerto ante Dios.

S�, dos veces muerto; muertos en el estado original de naturaleza, en la transgresi�n de la ca�da de Ad�n en la que nacieron, y bajo la sentencia de la segunda muerte, por no tener parte en la primera resurrecci�n. �Observa la expresi�n! Ciertos hombres: �y desde anta�o ordenados para esta condenaci�n! ( Apocalipsis 20:6 )

En tercer lugar. El Ap�stol ha trazado los contornos de su profesi�n y pr�ctica. `` Hombres imp�os, que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje y niegan al �nico Se�or Dios, y a nuestro Se�or Jesucristo ''. Ruego al lector que observe conmigo que aqu� no hay acusaciones de inmoralidad. Si sus vidas hubieran sido notorias, por cualquier infracci�n de la ley moral, seguramente se habr�a dicho. Adem�s, como se hab�an infiltrado desprevenidos en la Iglesia, si su conducta hubiera sido notoriamente corrupta, en cualquier acto flagrante de libertinaje, pronto habr�an sido descubiertos y expulsados.

Pero se les llama imp�os; en cuyo t�rmino, deber�a parecer que su conducta estaba directamente nivelada contra las verdades de Dios. Y, de hecho, agrega el Ap�stol: `` Convertir la gracia de Dios en lascivia ''. Por lo cual, aprendo, presumieron acusar a la gracia gratuita de Dios, que trae la salvaci�n, de conducir a la lascivia; como si esa gracia tolerara el mal; y ese plan glorioso, de la propia invenci�n de Dios, al perdonar libre, plena y completamente, al pecador, por el solo motivo de la sangre y la justicia de Jes�s, fue (como los enemigos modernos de la salvaci�n por gracia gratuita de Jes�s han acusado lo mismo) , abriendo las compuertas del pecado.

Esta parece haber sido su impiedad, y por la cual est�n condenados como imp�os. Y, sin embargo, parece m�s probable, porque se agrega, que el hecho de que convirtieran la gracia de Dios en lascivia, tambi�n fue acompa�ado de negar al �nico Se�or Dios, y nuestro Se�or Jesucristo. �C�mo se pod�a decir que negaban al �nico Se�or Dios, sino negando su gracia gratuita? No se pod�a suponer que negaran su Ser.

Mientras hac�an una profesi�n en la Iglesia de Cristo, no pod�an negar el Ser de Dios ni el Ser de Cristo. Pero de hecho negaron virtualmente ambos, si como ciertos profesores modernos del cristianismo, negaron al �nico Se�or Dios, existiendo en un triple car�cter de Persona; y neg� a nuestro Se�or Jesucristo en su Deidad, y en la eficacia de su sangre y justicia.

�Lector! mire esta Escritura en todas las formas y direcciones en que pueda ser colocada, y busque la gracia del Todopoderoso Autor de la inspiraci�n, para tener una comprensi�n correcta de ella. Y luego pregunte a su propio coraz�n, �qu� fue dirigido a Judas por el Esp�ritu Santo para que pusiera toda la diligencia en escribir a la Iglesia de la salvaci�n com�n, a menos que haya guardado la mente de los fieles contra la entrada sigilosa de ciertos hombres como los que aqu� se describen? ? �Qu� fe sino la fe de los elegidos de Dios, en el amor eterno de Dios el Padre, y la salvaci�n completa y consumada de Dios el Hijo, podr�a querer decir el Ap�stol, cuando exhort� a la Iglesia, `` a contender fervientemente por la fe que una vez ha sido dada a los santos? ? ''

Por cuartos. Los juicios que aqu� se amenazan a tales personajes guardan una correspondencia exacta con la conducta, como he descrito, bajo la primera observaci�n. Cuando venga el Se�or, con diez mil de sus santos; se dice que vino para convencer a todos los imp�os entre ellos. (Marque aqu� son los mismos personajes que antes llamados hombres imp�os, Judas 1:4 ).

Y se dice que los convence, no solo de su acto imp�o, sino de todos sus discursos duros, que los pecadores imp�os han hablado contra �l. �Qui�n es este Se�or, del que se dice que ha de venir, sino el Se�or Jesucristo? `` Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo ''. Y la raz�n se resume inmediatamente. `` Para que todos honren al Hijo como honran al Padre ''.

( Juan 5:22 ) Y todas las partes de la Escritura que describen el d�a del juicio, hablan de Cristo el Hijo de Dios, como el Juez en ese d�a. ( Mateo 25:31 ; Hechos 10:42 ; 2 Tesalonicenses 1:7 ) �Y qui�n va a convencer a estos hombres de sus malas acciones y de sus imp�os discursos, sino Aquel, cuyos ojos son como llama de fuego, y �Qui�n, como dice el Esp�ritu Santo por medio de Pablo, juzgar� a vivos y muertos en su aparici�n y en su reino? ( 2 Timoteo 4:1 ) �Y qui�n es este Aquel, contra quien se dice aqu� que ha pronunciado todos sus duros discursos, sino el Se�or Jesucristo?

�Lector! reflexiona bien sobre el tema. M�ralo una y otra vez. Pide que la luz de arriba brille sobre esta solemne Escritura y brille en tu coraz�n. Entonces mire el mundo, s�, el mundo profesante, como es ahora. Escuche los duros discursos pronunciados diariamente contra Cristo, y por ciertos hombres, que se infiltraron desprevenidos en la Iglesia profesante, y por un nombre inapropiado, llam�ndose a s� mismos cristianos. �Niegan su Deidad, niegan la eficacia de su expiaci�n, niegan el m�rito de su sangre y justicia, y de buena gana lo reducir�an al nivel de un simple hombre, como ellos! �Puede su imaginaci�n concebir algo m�s adecuado, entre el pecado y el castigo aqu� predicho a todos esos personajes, que cuando Jes�s vendr� en su gloria, y todos sus santos �ngeles con �l, y por el brillo abrumador de su Persona, convencer� y convencer�? confundir, en la palidez y el horror eternos, esos hombres horribles? �Lector! �Det�ngase en las palabras del Ap�stol acerca de este tremendo juicio! `` Para ejecutar juicio sobre todos, y para convencer a todos, de sus duros discursos '', que los pecadores imp�os han hablado contra �l: �s�, contra �l! �Marque eso!

En quinto lugar. Hay un punto m�s, que da una explicaci�n satisfactoria a la Iglesia de Dios, con respecto a esos hombres, al explicar la causa, por lo que, aunque se han infiltrado sin darse cuenta en la Iglesia, por profesi�n, est�n completamente desprovistos de la m�s peque�a posesi�n, con respecto a la piedad vital; es decir, son sensuales y no tienen el Esp�ritu. Aqu� est� la discriminaci�n de car�cter que, en todas las �pocas, siempre ha existido, y hasta el fin del mundo, siempre debe y marcar� el rasgo, `` entre los justos y los imp�os; entre el que sirve a Dios y el que no le sirve ''.

( Malaqu�as 3:18 ) Por lo tanto, todo lo que leemos en esta Ep�stola, s�, y todo lo que leemos en las otras partes de la santa Palabra de Dios, acerca de los hombres sensuales que no tienen el Esp�ritu; es decir, que permanecen en la vieja naturaleza ad�n de las corrupciones sensuales, sin despertar, sin regenerar y nunca avivados a una vida nueva y espiritual por el Esp�ritu Santo, est� en correspondencia exacta con lo que podr�a esperarse.

Ellos `` hablan mal de lo que no saben; pero lo que ellos conocen naturalmente como bestias brutas, en esas cosas se corrompen a s� mismos. Se han ido por el camino de Ca�n; han corrido con avidez tras el error de Balaam, en busca de recompensa; y pereci� en la contradicci�n de Core. Estos son puntos en sus fiestas de caridad. Su boca habla palabras grandes y ensordecedoras, admirando a las personas de los hombres a causa de la ventaja.

'' Son descripciones diferentes, como tantos matices en la pintura; pero todos pertenecen a un mismo car�cter, de hombres sensuales, que no tienen el Esp�ritu: es decir, todos los que no son regenerados. No es que todos los hombres, aunque no regenerados, sean como Ca�n, el primer de�sta que tuvo el mundo. Porque los hijos de Dios, mientras est�n en la naturaleza, lo son. Tampoco que todos los hombres no regenerados se contraten, como lo hizo Balaam, para maldecir al pueblo de Dios, mientras est� consciente en su coraz�n, de que Israel era el pueblo de Dios.

Tampoco todos, que con manos imp�as se atreven a entrar en el Sacerdocio, ya que Cor� y su compa��a, no llamados por Dios, perecen, como lo hicieron, en el momento de su presunci�n. Tampoco todos los hombres no regenerados, que se mezclan en las fiestas del pueblo de Dios en su casa o en su mesa, aunque las manchas de contaminaci�n en esos lugares son bastante malas; sin embargo, no da�en al pueblo del Se�or ni se beneficien a s� mismos. Tampoco todos los profesantes que no est�n despiertos refuerzan a los fariseos con los que se encuentran en sus lugares de culto, aunque con demasiada frecuencia se rinden cumplidos a las personas de los hombres, a quienes admiran, es de temerlo a expensas de las verdades salvadoras de Dios.

Estos diferentes tonos se ven de manera diferente en diferentes hombres; pero todos pertenecen a una misma familia y tienen, a este respecto, el mismo rasgo familiar; es decir, como dice Judas, �todos son sensuales, y no tienen el Esp�ritu!

�Lector! haga una pausa una vez m�s y reflexione bien sobre estas cosas. Y observe, seg�n la ense�anza del Se�or, tan simple y luminoso, como si estuviera escrito con una haba; que la regeneraci�n, o el nuevo nacimiento, es el �nico criterio y est�ndar de car�cter ante Dios. Todas las profesiones ardientes del mundo, todo el celo aparente, en recorrer el mar y la tierra para hacer un pros�lito; todas las altas pretensiones, de m�s amor que el mismo Dios, para convertir a toda la tierra y salvar a quien Dios no ha salvado; al dar y recoger limosnas, para las innumerables sociedades, para manifestar que poseen la leche de la naturaleza humana; s�, incluso el martirio del cuerpo, donde no hay regeneraci�n del alma; todos estos y todos los dem�s, deje al profesor justo donde la naturaleza lo encontr�, en la antigua naturaleza ad�n del pecado, no renovado por el Esp�ritu Santo, sin lavar en la sangre de Cristo, sin santificar y sin ser elegido por el Padre; y demostrar claramente, a partir del testimonio de las Escrituras, que no tienen nada o parte en el asunto.

Para que, como he observado m�s de una vez, en este Comentario del pobre, esas cinco palabras del Se�or Jesucristo, echen por tierra todas las pretensiones vac�as de vida espiritual, y derriben las esperanzas de todos los hip�critas: `` Deb�is nacer de nuevo ''. ( Juan 3:7 )

Por �ltimo, no agregar m�s. Con lo que Judas comienza, en este terrible relato, la Iglesia llega a su primera y �ltima conclusi�n, al rastrear el conjunto hasta su origen; es decir, ciertos hombres que dice el Ap�stol, que se deslizaron sin darse cuenta, bajo esas diversas formas enga�osas de car�cter, fueron antes ordenados a esta condenaci�n. Este testimonio de la soberan�a de Dios, tan aborrecible para los sensuales, que no tienen el Esp�ritu, y tan precioso para los fieles, que conocen, por gracia distintiva, su adopci�n en Cristo Jes�s; coloca todas las verdades de Dios sobre la base adecuada; y explica el tema, en todos sus diferentes aspectos y en toda la variedad de circunstancias, en las que, a trav�s de todas las �pocas, ha aparecido la gracia de Dios.

�Lector! pausa una vez m�s. Si el Se�or te ha llevado misericordiosamente a familiarizarte con la plaga de tu propio coraz�n, y si (como no puede ser el dulce y precioso testimonio de la verdad tal como es en Jes�s), tus puntos de vista de la soberan�a de Dios y tu conocimiento de Cristo, surgiendo de �l, est� en la experiencia de su propia alma, mire con asombro la misericordia distintiva, al participar de la fe una vez entregada a los santos.

Cada hijo de Dios, en este terrible d�a actual, de una generaci�n que desprecia a Cristo, es una maravilla para �l y para muchos. Es un testigo vivo de Dios; y �oh! �C�mo deber�a considerarlo como su m�s alto honor, el dar el testimonio m�s fuerte de su santo Nombre? que aunque el d�a no es diferente al d�a de El�as, Dios todav�a se ha reservado miles, que no lo han hecho, y no doblar�n la rodilla ante la imagen de Baal.

`` As� tambi�n ahora '' (dice el Esp�ritu Santo por el Ap�stol) `` en este tiempo tambi�n hay un remanente seg�n la elecci�n de gracia ''. ( Romanos 11:4 )

No creo que sea necesario detenerme mucho en estos varios vers�culos de esta ep�stola, que pueden ser gratificantes, en una forma de curiosidad, pero no es necesario que se conozcan de inmediato, en una forma de salvaci�n. Judas le recuerda a la gente acerca de la Iglesia visible en Egipto. Aunque un n�mero de Israel seg�n la carne, que acompa�� al pueblo de Dios en su liberaci�n de Fara�n, y por lo tanto tuvo todas las ventajas de una salvaci�n temporal; sin embargo, no teniendo parte ni suerte en el asunto, en la salvaci�n espiritual por Cristo, no fueron m�s lejos, porque sus cad�veres cayeron en el desierto.

( Romanos 9:6 ; Hebreos 3:16 ) Y los �ngeles, que no guardaron su primer estado, no siendo �ngeles elegidos, sino que se dejaron a la mutabilidad de su propia voluntad, cayeron, y en esa ca�da, fueron para siempre condenado.

El lector, desde el punto de vista de este tema, si es ense�ado por Dios, encontrar� un tema de alabanza sin fin. Porque tal es la consecuencia inevitable de toda la naturaleza creada, ya sea en los �ngeles o en los hombres, que, si no se conserva en Cristo Jes�s, debe haber estado sujeta a la ca�da. Ninguna criatura, ni �ngel ni hombre, est� en su propia naturaleza a salvo de la ca�da, a menos que la mantenga un poder superior al suyo. Ese poder solo puede ser el Dios-hombre Cristo.

No solo como Dios. Porque entonces no podr�a haber estado con Dios. Y como solo hombre, no habr�a habido omnipotencia que haber mantenido. Pero como ambos, Dios y hombre en una Persona, hay idoneidad para la gloriosa acci�n. Y, por tanto, tanto el �ngel como el hombre, en la elecci�n de la gracia, el primero por dominio y el segundo por uni�n, son elegidos y conservados. �Oh! �Qu� causa hay de incesante acci�n de gracias y alabanza por el remanente, seg�n la elecci�n de la gracia! Y verdaderamente, podemos decir con el Profeta; `` Si el Se�or de los ej�rcitos no nos hubiera dejado un remanente muy peque�o, habr�amos sido como Sodoma, y ??habr�amos sido como Gomorra ''. ( Isa�as 1:9 )

He expresado mis puntos de vista, en mi Concordancia del Pobre Hombre, con respecto al Arc�ngel y, por lo tanto, no extender� el tema en este lugar. Solo puede haber un Arc�ngel, por el mismo nombre. Aquellos que hablan de Arc�ngeles, o Arcas, parecen haber olvidado el sentido de las palabras. Y como nos encontramos con el nombre de Arc�ngel, pero dos veces en todo el libro de Dios, y ambos cuando hablamos del Se�or Jesucristo, no cabe duda de que es a �l a quien se hace referencia, y eso a modo de oficio.

Se le llama Pr�ncipe, o Jefe, en la profec�a de Daniel. ( Daniel 10:13 ; Daniel 10:21 ) No presumir�a ser m�s sabio de lo que est� escrito, pero en cuanto a la contenci�n de la que se habla aqu�, como ninguna parte de la Escritura se ha dado cuenta, no puedo decir nada con certeza. El rasgo m�s importante que hay que destacar es la mansedumbre del Se�or. Ver Zacar�as 3:1

De la profec�a de Enoc, el Esp�ritu Santo no ha dado testimonio. Quiz�s no fue escrito, sino oral. Pero el relato aqu� expuesto est�, quiz�s, en correspondencia con todas las partes de la Escritura que se relacionan con la venida de Cristo. Por el s�ptimo desde Ad�n, no se entiende la s�ptima persona, porque, sin duda, muchos hijos e hijas le nacieron a Ad�n y sus hijos antes de que naciera Enoc. Ver G�nesis 5:4 y c.

Pero, por la s�ptima de Ad�n, se entiende la s�ptima generaci�n, en la l�nea de la Iglesia, y que eran Ad�n, Sheth, En�s, Quenan, Mahalaleel, Jered, Enoc. ( 1 Cr�nicas 1:1 )

Versículos 20-25

Al �nico Dios sabio, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, dominio y poder, ahora y siempre. Am�n.

El Ap�stol entra aqu� en el tema de la Iglesia, al se�alar su seguridad en Cristo, en medio de todo lo que hab�a dicho antes de los r�probos. Y un cierre muy dulce sobre este tema hace de su Ep�stola. Edificando en su sant�sima fe, orando en el Esp�ritu Santo, manteni�ndose en el amor de Dios y esperando la misericordia de nuestro Se�or Jesucristo para vida eterna, no debemos suponer que el Ap�stol quiso decir como si el Church era su propio guardi�n, o que pod�a crear fe en su coraz�n cuando quisiera.

Todas las partes de la Escritura ense�an, y todo hijo del coraz�n de Dios es un testimonio pleno de las mismas, que los que son guardados, son guardados por el poder de Dios para vida eterna. Y el Se�or mismo confirma la dulce seguridad de que la Iglesia est� preservada en Jesucristo. S�, le dijo: `` En aquel d�a, c�ntale un vi�edo de vino tinto. Yo, el Se�or, lo guardo. Lo regar� en todo momento: para que nadie lo lastime, lo guardar� de d�a y de noche ''.

( Isa�as 27:2 ; 1 Pedro 1:5 ) Pero, edificarnos en nuestra sant�sima fe y orar en el Esp�ritu Santo, significa una espera continua por las influencias del Esp�ritu y, bajo esas influencias , prestando atenci�n diligentemente a los diversos medios de gracia y ordenanzas del Se�or, y fortaleciendo las manos y el coraz�n de los dem�s en el Se�or.

Y un sentido de nuestra necesidad diaria de Cristo, a trav�s de la bendici�n del Esp�ritu, llevar� al alma a permanecer diariamente en Cristo y actuar con fe en Cristo. Y, al buscar la misericordia de nuestro Se�or Jesucristo, para vida eterna, implica una esperanza segura, fija y certera de estar interesados ??en todos los eventos benditos y gloriosos de ese gran d�a de Dios. Admiro la expresi�n del Ap�stol, cuando la llama la misericordia de nuestro Se�or Jesucristo.

Porque, seguramente, no puede ser m�s que misericordia, es una misericordia segura. Porque un alma, verdaderamente regenerada, est� verdaderamente justificada y verdaderamente santificada en el Se�or, y nada queda en duda en cuanto al resultado de ese d�a. ( 2 Pedro 1:3 ; 1 Corintios 1:30 ; 1 Corintios 1:30 ; Isa�as 45:24 ) El Esp�ritu Santo no habr�a ense�ado al ap�stol Judas a darle a la Iglesia esta confianza, si tuviera una pregunta quedaba la incertidumbre.

Tampoco los ap�stoles Pablo o Pedro podr�an haber llamado bienaventurada la mism�sima expectativa de ella, si no hubiera estado envuelta en ella la seguridad de la gloria en Cristo. ( Tito 2:13 ; 2 Pedro 3:12 )

�Lector! �Qu� dice tu experiencia de estas cosas? �Tu coraz�n se corresponde con el del Ap�stol?

Hay algo m�s afectuoso y tierno en el amor a los hermanos en Jes�s. La compasi�n mostrada a los vagabundos y descarriados, a los tentados y ca�dos, y a los ignorantes y apartados, es dulce. Somos impulsados, por la gracia, a extender la mano amiga, de cualquier manera y en todos los sentidos, para levantar a los ca�dos. Y, como ignoramos qui�n es y qui�n no est� entre el pueblo del Se�or, mientras que ninguna obra de regeneraci�n aparece por testimonio externo; deseamos salvar, como del fuego, a quienes se encuentran en los confines de un peligro extremo.

Y aunque aborrecemos sus pecados como aborrecemos nuestras propias vestiduras, las cuales, al envolver nuestros cuerpos de corrupci�n, son manchadas y contaminadas, sin embargo amamos sus personas, cuando el Se�or gu�a nuestras almas en deseo de su salvaci�n.

La cl�usula final de esta hermosa ep�stola es muy sorprendente. "Ahora al que puede guardaros de caer, y presentaros sin mancha delante de la presencia de su gloria, con gran gozo; al �nico Dios sabio, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y poder, ambos ahora y siempre. Am�n ". �Qu� largo y hermoso serm�n podr�a encontrar un predicador, ense�ado por Dios el Esp�ritu, en estas palabras! No podemos vacilar ni por un momento en saber a qui�n se refiere el Ap�stol.

El que desde siempre ha preservado a su Iglesia, debe ser el mismo que evita que ella caiga. Y es oficio especial y personal de Cristo, presentarse a s� mismo su Iglesia en el �ltimo d�a. En ninguna parte de las Escrituras leemos acerca de la persona de Dios el Padre, o Dios el Esp�ritu Santo, presentando a la Iglesia ante el trono. Es el oficio personal de Dios el Hijo, como Mediador, llevarla a casa como una novia adornada para su esposo y present�rsela a s� mismo.

De ah� esa hermosa descripci�n que Pablo le dio a la Iglesia. Cristo "am� a la Iglesia", dice Pablo, "y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarla y purificarla en el lavamiento del agua por la palabra, para present�rsela a s� mismo como una Iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga, o cualquier otra cosa, sino que sea santo y sin defecto. " ( Efesios 5:25) Pero, adem�s de lo que se dice aqu�, puede observarse que todo el tiempo, de una eternidad a otra, es el encargo de Cristo, y el cuidado de Cristo, s�, y esta Escritura dice, su mayor gozo, velar por su Iglesia, que es parte de �l, y para evitar que ella caiga, as� como para present�rsela al fin, finalmente y completamente preparada por �l mismo, en cuerpo, alma y esp�ritu, para que su eterno c�nyuge y compa�ero, corra. toda la ronda de la eternidad con �l, en su gloria para siempre.

Dejemos que el lector se detenga sobre este tema, porque la meditaci�n es dulce. La Iglesia, elegida en Jesucristo antes de la fundaci�n del mundo, es como dice Judas, al comienzo de esta ep�stola, preservada en Jesucristo. Y, al final, se encomienda a Cristo Jes�s, para que se mantenga impecable y al final se presente en gloria. Judas dice que puede. Y nadie puede dudar de su disposici�n. Y si, como �l mismo lo ha representado, se convierte en un tema de tal deleite para �l, llevar a casa una pobre oveja perdida, que se hab�a extraviado de su redil, como para inducirlo a llamar a sus amigos y vecinos a su alrededor, para regocijarse. con �l sobre este que se perdi�; �Qu� gran gozo podemos suponer que ser� para el Se�or Jesucristo cuando lleve a casa a todo su reba�o, compuesto de millones de personas, a un mundo congregado y ante �l,

�Lector! �Ha estado muy acostumbrado a considerar el tema en este punto de vista? �Sabe usted, en su propia instancia, lo que es ser preservado en Cristo Jes�s, ser llamado a Cristo Jes�s, guardado por Cristo Jes�s, y ahora est� viviendo en Cristo Jes�s? Si es as�, no necesitar�s nada de m� para mostrarte la bendici�n de esto. Pero sentir�s tanto la dulzura de las palabras de Judas como las de Pablo a la Iglesia, en la misma ocasi�n, cuando dijo: "Ahora el mismo Dios de paz os santifique por completo; y ruego a Dios todo vuestro esp�ritu, y alma y cuerpo sean conservados sin mancha hasta la venida de nuestro Se�or Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual tambi�n lo har� ". ( 1 Tesalonicenses 5:23 )

La doxolog�a no debe pasar desapercibida, porque es muy bendecida. `` �Al �nico Dios sabio, nuestro Salvador! '' Es muy cierto que este himno es adecuado para cada uno y para todas las Personas de la Deidad, ya que todos est�n comprometidos y cooperados en la salvaci�n de la Iglesia. , y todos los creyentes regenerados en Cristo se unir�n gustosos en una canci�n tan dulce. Pero, que Cristo est� aqu� especialmente y personalmente significado, es evidente, porque �l es especial y personalmente nuestro Salvador.

Adem�s, es el Se�or Jes�s, de quien se habla particularmente en el vers�culo anterior, con el que esto est� relacionado. Y, como en esos dos actos de gracia de Cristo, como se mencion� antes, a saber, `` evitar que la Iglesia caiga, y presentar a la Iglesia impecable, al fin, ante la presencia de su gloria, con gran gozo '', estos son los principios de Cristo. despachos especiales y personales; la alabanza aqu� atribuida parece ser la consecuencia inmediata que la Iglesia desea darle. Y hay una circunstancia m�s que, en mi opini�n, la hace particularmente adecuada, a saber, que esas atribuciones de alabanza parecen ser un derecho personal del Redentor.

El lector no necesitar� que yo le diga que Dios s�lo sabio, nuestro Salvador, le conviene muy benditamente, porque, cuando estuvo en la tierra, fue reprendido por los hombres por ignorancia. �C�mo sabe este hombre letras, (dicen), sin haber aprendido nunca? ( Juan 7:15 ) Jes�s es digno de toda la gloria posible; porque, cuando vino a redimir a su pueblo, se despoj� de toda gloria y tom� la forma de un siervo.

( Filipenses 2:7 ) Y ciertamente la majestad era su derecho inherente, aunque, cuando estuvo en la tierra, no escondi� su rostro de la verg�enza y los escupitajos. ( Isa�as 1:6 ) El dominio pertenece al Se�or, y una monarqu�a eterna sobre todo, aunque, mientras que abajo, no ten�a d�nde recostar la cabeza.

( Lucas 9:58 ) aunque fue el insulto que se le ofreci� en la cruz, salv� a otros; a s� mismo no puede salvarse. ( Marco 15:31 ) �Glorioso y todopoderoso Salvador! �Dios �nico sabio, tu Iglesia te saluda! S� eternamente amado, alabado y adorado: eres digno de recibir toda la gloria, el honor, el poder y el poder, `` porque fuiste inmolado, y con tu sangre nos redimiste para Dios ''.

REFLEXIONES

�Lector! �Ha bendecido Dios el Esp�ritu Santo en sus ense�anzas de gracia con su lectura y la m�a, esta preciosa porci�n de su sagrada Palabra? �Somos nosotros los de personas distinguidas, que son santificados por Dios Padre, preservados en Jesucristo y llamados? �Oh! Entonces, ambos pidamos otra bendici�n de nuestro Dios generoso, y pidamos gracia, para que de rodillas clamemos con el Ap�stol: `` �Gracias a Dios por su don inefable! ''

Y deseamos alabar al Ministro Todopoderoso de su Iglesia, s�, Dios el Esp�ritu Santo, por la gracia que ha mostrado, al advertir y pre-armar a su pueblo, con respecto a las herej�as de los �ltimos d�as. En verdad, Se�or, vivimos para verlos. Vivimos entre ellos. Y gracias a nuestro Dios, por dar a su Iglesia rasgos de car�cter tan claros, como los dibuja aqu� su siervo, y por los cuales, bajo la ense�anza del Se�or, no podemos dejar de conocerlos.

�Oh! �Qu� dir� tu pueblo? �Qu� alabanza ofrecer� tu pueblo, mientras lee la sorprendente distinci�n que marca a tus redimidos del mundo? Aquel, santificado, preservado y llamado; el otro, ordenado desde la antig�edad a esta condenaci�n, negando al �nico Se�or Dios, ya nuestro Se�or Jesucristo.

Bendecimos a nuestro Dios por la fidelidad de su siervo Judas, en esta Escritura. Y, mientras miramos al Esp�ritu eterno con alabanza por haberlo hecho fiel, honrar�amos el instrumento, del que Dios tan amablemente utiliz� en la obra. Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, te damos gracias por tu labor de amor. Toda la Iglesia, en todas las �pocas, ha encontrado motivos para agradecerte por ello, desde tu tiempo hasta la hora actual.

Y, �oh! Se�or el Esp�ritu, da gracia a tus fieles ahora para que testifiquen su sentido de la misericordia conferida a la iglesia en esta preciosa ep�stola, `` al contender fervientemente por la fe, una vez entregada a los santos ''. �Oh! �Evita que tu pueblo, Se�or, se deje llevar por la enga�osa de los tiempos! �Oh! Por santa valent�a, del Se�or, para defender al Se�or y resistir el anzuelo de suponer que podemos honrar la gloria de Dios, mientras nos sentamos en silencio y nos relacionamos con los que deshonran su Deidad, niegan la persona y la Obra del Esp�ritu, y niega valientemente el amor electivo de Dios Padre.

�A tales asambleas, alma m�a, no te unas! �Se�or Jesus! Guarda todo lo tuyo de este y de cualquier otro mal hasta que lleves a casa a todos tus redimidos, y `` los presentas sin mancha delante de tu presencia de tu gloria con gran gozo ''. Am�n

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Jude 1". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/jude-1.html. 1828.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile