Bible Commentaries
Miqueas 4

Comentario del Pobre Hombre de HawkerComentario del Pobre Hombre

Versículo 1

CONTENIDO

Aqu� hay un cap�tulo que analiza los d�as del Evangelio y, de hecho, est� lleno de benditas promesas sobre el reino del Mes�as, de principio a fin.

Versículos 1-5

Tan importante a los ojos de Dios el Esp�ritu Santo, es esta bendita profec�a, que pens� que era apropiado comisionar a dos de sus siervos los Profetas para que la entregaran a la Iglesia, y casi con las mismas palabras. Si el lector mira hacia atr�s al segundo cap�tulo de los escritos de Isa�as, encontrar� lo mismo all� entregado a la Iglesia, como lo ha hecho el profeta Miqueas en este cap�tulo. �Y no es esto como si dijera que en boca de dos o tres testigos se establecer� toda palabra? 2 Corintios 13:1 .

�Lector! marque las diversas caracter�sticas aqu� expuestas, de las bendiciones de Jes�s y su evangelio. Su Iglesia se establecer� a pesar del infierno y del mundo. Todas las naciones acudir�n a �l. Toda alma redimida invitar� a su pr�jimo. Los enemigos de la Iglesia, el Se�or juzgar�. Se establecer� la paz en la tierra y la Iglesia gozar� de tranquilidad ininterrumpida. Quien oye esto, pero debe unirse a la oraci�n ardiente de la Iglesia; �Se�or! �venga tu reino!

Versículos 6-7

Aqu� hay dulces promesas tambi�n para los d�biles y temerosos. Deteni�ndose, y las almas temblorosas, bajo el pensamiento de ser desechadas; ser� fortalecido. Jes�s ser� su fuerza y ??su confianza, y defender� su causa. Observa, lector, con qu� frecuencia se menciona esa dulce palabra. Yo, el Se�or, me reunir�; Yo recoger�; Har� de ella que detuvo un remanente. �S�! todo debe ser hecho por el Se�or. Y cuando el Se�or obra, �qui�n permitir� o impedir�?

Versículos 8-10

Si, como algunos han supuesto, la palabra Migdol-Eder, que traducimos Torre, significa Bel�n, y el mismo lugar donde los pastores jud�os guardaban sus reba�os de noche, cuando los �ngeles les anunciaron el nacimiento de Cristo. Lucas 2:8 . Hay una belleza poco com�n en este pasaje en referencia a Cristo. Cierto es que la Iglesia es el reba�o de Cristo, y el mismo Cristo como torre de defensa, Ver Zacar�as 9:12 y Ezequiel 34:31 .

Y puede decirse con verdad que el reino de Cristo comenz� desde all�, cuando Cristo naci� en Bel�n, rey de los jud�os, Mateo 2:2 . Aqu� tambi�n, en los dolores de parto de los que se habla, hay una alusi�n a la primera entrada de la Iglesia a Babilonia y, desde all�, a la liberaci�n.

Versículos 11-12

La Iglesia es y debe ser siempre, sobre la tierra, la envidia del mundo carnal. Pero, lector, qu� dulce pensamiento es para ti, para m�, para todos, que cuando los enemigos de Cristo y sus redimidos parecen triunfar, su jactancia es s�lo moment�nea, y el Se�or de ese modo acelera su destrucci�n. Esto se cumpli� de manera memorable en la persecuci�n de la Iglesia en Babilonia; porque cuando el monarca imp�o insult� al pueblo y profan� los vasos sagrados del santuario, esa misma noche fue asesinado. Daniel 5:2 .

Versículo 13

�Mira, lector, mira! qu� santos triunfos aguardan al final a la Iglesia. No es suficiente que Jes�s expulse a todos los enemigos de su pueblo ante ellos; pero �l someter� a todos sus enemigos debajo de ellos. Satan�s no solo ser� magullado, sino que ser� magullado bajo los pies de los pobres y t�midos seguidores del Se�or Jesucristo. El c�ntico ya se ha cantado en el cielo, en la seguridad de aquellos acontecimientos; y dentro de poco, todos los redimidos de la tierra cantar�n el mismo c�ntico.

Ahora ha venido la salvaci�n y la fuerza, y el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo; porque ha sido derribado el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba delante de nuestro Dios d�a y noche; y lo vencieron por la sangre del Cordero. Apocalipsis 12:10

REFLEXIONES

�LECTOR! no descarte este precioso Cap�tulo hasta que haya meditado bien una y otra vez su contenido. Piense a qu� distancia se entreg� esta bendita profec�a. Contempla su cumplimiento en la venida del Se�or Jes�s. Vea qu� garant�as positivas se dan para su completa realizaci�n. Entonces considera los d�as en que vives; sobre quien han llegado los fines del mundo; y luego, en ferviente oraci�n, entra en los mismos retiros del Se�or, y no le des descanso ni paz hasta que haga de Jerusal�n una alabanza en la tierra.

�Oh! �Que la causa de Jes�s fue asumida de manera m�s general y c�lida por aquellos que se llaman a s� mismos su pueblo! �Oh! que los hombres eran menos ego�stas y, en lugar de buscar lo suyo, buscar�an las cosas de Jesucristo. �Lector! que t� y yo roguemos a Dios que nos conceda la gracia de preferir el inter�s de Jerusal�n por encima de nuestro principal gozo. �Se�or! Yo dir�a: �Haz el bien con este benepl�cito a Sion! Apresura la hora bendita, cuando establecer�s tu casa sobre las cimas de los montes, y har�s que todas las naciones afluyan a ella. �Se�or! �Haz salir de Sion la ley del evangelio glorioso, y de Jerusal�n la palabra del Se�or! Am�n.

Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Micah 4". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/pmc/micah-4.html. 1828.